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Existencia de Dios – Argumentos a favor y en contra

Autoras: Yeslin López y Yurielis Fernández

Profesor: Armando Cerezo

Monografía

Colegio Abel Bravo

Filosofía

Colón

2023
Índice general
Prólogo

La creencia en Dios y su existencia es algo que se nos ha inculcado desde muy


niñas, pero que a lo largo del trayecto de nuestras vidas se ha visto cuestionada
por comentarios fuera de nuestro circulo familiar, es por eso que hemos decidido
abordar este tema, con el fin de ampliar nuestra visión.
Introducción

La existencia de Dios es un tema controversial desde el inicio de los tiempos, que


ha generado debate en materias tan amplias como lo son la literatura, la ciencia e
incluso el arte y del cual hemos recolectado argumentos a favor de los dos claros
bandos que surgen al indagar sobre este asunto, teístas y ateos.
¿Quién o qué es Dios?

Antes de ver los argumentos a favor y en contra de su existencia, primero


debemos tener certeza de lo que es Dios.

En términos teológicos, filosóficos y antropológicos, Dios es el nombre que se le


da en español a un ser supremo omnipotente, omnipresente y omnisciente, quien
es la única deidad en religiones monoteístas.

Omnipotencia: poder absoluto sobre todas las cosas;


Omnipresencia: poder de estar presente en todo lugar;
Omnisciencia: poder absoluto de saber las cosas que han sido, que son y que
sucederán.

Y según el libro sagrado de las religiones monoteístas (La Biblia) el término Dios
se refiere a la idea de un ser supremo, infinito, perfecto, creador del universo, que
es pues el comienzo y el final de todas las cosas.

¿Por qué indagar sobre la existencia de Dios?

Ahora que ya tenemos el conocimiento sobre lo que es Dios, ¿Por qué indagar
sobre su existencia?

Pues el indagar sobre la existencia de Dios es la búsqueda de una causa primera


que explique el ser y el obrar contingente de todas las cosas de este mundo,
puesto que por Dios entendemos el ser que es causa de sí mismo y origen
primero de cuanto existe.

Y por ello, han surgido dos puntos de vista que difieren entre sí, ¿Creer o no en la
existencia de dicho ser?

Pues a raíz de esta duda hemos recolectado argumentos a favor de ambas ideas
con el fin de disminuir la brecha entre cada bando, aportando una visión más
amplia a cada uno.
Argumentos a favor y en contra

Argumentos a favor:
¿Hay un Dios? Es una pregunta que las personas parecen haber estado
preguntando desde el principio de los tiempos. Como seres humanos, a menudo
confiamos en lo que somos capaces de saber, por lo general mediante nuestros
sentidos físicos. Podemos ver, oír y tocar a alguien para saber que es real. Sin
embargo, esa no es la única prueba que nos convence.

Sabemos de personas en la historia gracias a los registros o contribuciones


duraderas que han dejado. También confiamos en que existen personas a las que
quizás nunca veamos, por ejemplo, la hermana de un vecino que vive en el
extranjero, nunca la conocerás, pero has visto los regalos que envió, has
escuchado a otras personas hablar de ella y tu vecino confirma que adora a su
hermana, ¿Por que no habrias de creer?
El saber que Dios es real también se puede confirmar de muchas maneras.

Evidencias tangibles de que hay un Dios.


¿Alguna vez te has maravillado de las estrellas o te ha asombrado un hermoso
animal o una planta? La complejidad del universo, del orden científico y de la vida
misma indican algo deliberado, un plan que desafía la mera casualidad. Dios creó
la tierra (véase Génesis 1:1), y “Los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmos
19:1). “Todas las cosas indican que hay un Dios, si, aun la tierra y todo los
planetas, que se mueven en su orden regular testifican que hay un “Creador
Supremo” (Alma 30:44).

La tierra, sus maravillas naturales y la vida que existe en ella en efecto fueron
creadas por Dios para nosotros. La biblia se maravilla por la variedad de las
creaciones de Dios: desde las grandes ballenas y las aves aladas hasta las aguas
del mar y los árboles que dan fruto, y luego nos recuerda que “vio Dios que era
bueno” (véase Génesis 1) y entregó esas creaciones a la humanidad para nuestro
beneficio y satisfacción. Cuando te deleitas en un amanecer o sientes admiración
ante un océano, eres beneficiario del carácter generoso de Dios. “Toda buena
dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, y desciende del padre de las luces”
(Santiago 1:17).
Cosmología a favor de Dios

El argumento cosmológico sostuvo que hay una «primera causa», o «motor» de


todo lo existente, que es identificado como Dios.
Similar al anterior, el argumento de Aristóteles es el del primer motor inmóvil. Es
debido a que todo móvil, a su vez, debe ser movido por un motor y este a su vez,
debe ser movido por otro motor, de modo que la cadena de móviles necesita de un
primer motor que no sea movido a su vez por otro. Sobre este primer motor
inmóvil, Aristóteles dirá que debe ser acto puro, forma pura, pues si no estuviese
en acto sería imposible que pueda ser motor de algo. El libro central donde
Aristóteles habla de él es Metafísica XII. Este mismo pasaje será reinterpretado
por buena parte de la filosofía occidental (desde santo Tomás de Aquino hasta
Kant, y desde san Alberto Magno hasta Hegel). Así, el primer motor funge como el
principio último de la cosmología aristotélica. Mueve directamente a los astros del
primer cielo, estos tratan de imitarlo dando vueltas en círculo. El círculo responde
al acto más perfecto según la mentalidad griega, pues no tiene comienzo ni fin, es
continuo. Además, Aristóteles describe al primer motor como "gnoesis gnoeseos"
(conocimiento de conocimiento), así el primer motor vuelve sobre sí, conociendo
solo lo más perfecto: él mismo. Esto responde al porqué de la estructura esférica
del universo según Aristóteles.

El italiano Santo Tomas de Aquino dedicó su vida a la religión y al estudio de la


filosofía.
Nacido en 1.222, dedicó su vida a la religión y al estudio de la filosofía. Dos
disciplinas que parecen contradecirse. Sin embargo, puso todos sus esfuerzos en
conciliarlas. Su proyecto como filósofo fue demostrar que no puede haber
contradicción entre la una y la otra y que son complementarias.

Para Tomás de Aquino había cuestiones que podían ser abordadas tanto desde la
fe como desde la razón. Son los preámbulos de la fe, es decir, verdades que
demuestra la filosofía racionalmente y al mismo tiempo están reveladas. Si hay un
preámbulo de la fe por excelencia, ese es el de la existencia de Dios. Para el
filósofo, es algo que la razón humana puede llegar a demostrar de forma empírica
a partir de nuestra experiencia. Para ello, Tomás de Aquino recurrió a cinco
argumentos racionales distintos: las cinco vías. La filosofía le permitía probar la
existencia de Dios.

1. El movimiento
Todo lo que se mueve ha sido movido por algo previamente. Por ejemplo, una
hoja se mueve porque la ha movido el aire. El aire se mueve porque alguien ha
soplado y en esta cadena de causa-efecto tiene que haber por fuerza algo que
haya producido el primer movimiento. Ese algo es Dios.
2. Las causas eficientes
En la naturaleza nada es causa de sí mismo y, por lo tanto, todo tiene una causa.
Entonces tiene que existir una causa primera que explique todo lo posterior. Esa
causa también es Dios. Es la versión ampliada de la versión anterior que estaba
limitado al movimiento. Aquí se refiere a todas las causas como, por ejemplo,
cuando decimos que los padres son la causa de los hijos.
3. Contingencia y necesidad
Todo en la naturaleza es contingente, es decir, existe pero podría no existir o ser
de otro modo. Estamos pero podríamos no estar y no pasaría nada. Por lo que
hace falta un ser necesario que haga que lo contingente exista en vez de no
existir.
4. La causa final
En la naturaleza todo está ordenado hacia un fin. Todo sigue un orden. Es
necesario pues que haya una inteligencia suprema que lo haya ordenado así.

5. Los grados de perfección


En la naturaleza hay cosas más imperfectas y cosas más perfectas. Que sean
más o menos perfectas dependen del grado de cercanía a la perfección máxima
que, por lo tanto, debe de existir. ¿Ya sabes cómo llama Tomás de Aquino a esa
perfección máxima? Dios.
La existencia de Dios.
El concepto de existencia es fundamental para Tomás de Aquino. Toda la filosofía
antigua se había preocupado por entender por qué la realidad es como es:
buscaba la esencia de cada cosa, su auténtico ser. Nadie se había preocupado
del problema de la existencia. ¿Por qué existe esta silla o esta mariposa? Su
existencia no es necesaria, podría no existir como un unicornio. La existencia tiene
que ser explicada: todos los seres existen porque algo o alguien les ha dado la
existencia, menos Dios que es el único ser que su esencia coincide con su
existencia, cuyo ser consiste en existir necesariamente.

El argumento moral:¿Podemos ser buenos sin Dios?


Los deberes y valores morales nos impactan cada día. Por ejemplo, prácticamente
toda persona sabe que torturar a los bebés solo por diversión es malo
objetivamente, y tener compasión de los indefensos es objetivamente bueno.
También fácilmente entendemos que los en desacuerdo son anormales (o sea,
psicópatas). Pero ¿por qué? ¿Qué hace del mundo un mundo moral? La mejor
explicación es Dios. Dios es el último estándar de lo que es bueno. Toda
moralidad se mide por Su carácter, y ella nos es dada por Su voluntad. Ninguna
otra cosa, sea la evolución, las personas finitas, o aún aislados hechos morales,
proveen una base adecuada para sostener valores morales, deberes, y rendición
de cuentas.

Razones para Apoyar la Existencia de Dios


Creo que la existencia de Dios explica mejor una amplia gama de conocimientos

de la experiencia humana. Permítanme mencionar brevemente ocho de estos

casos.

1. Dios es la mejor explicación de por qué existe cualquier cosa

Suponga que está caminando por el bosque y se encuentra con una pelota en el

suelo. Naturalmente te preguntarías cómo llegó a estar allí. Si tu compañero de

senderismo te dijera: “¡Olvídalo! Uno pensaría que él estaba bromeando o que

sólo quería que te mantuvieras en movimiento. Nadie tomaría en serio la idea de

que la pelota existe sin ninguna explicación. Ahora noten que el mero aumento del

tamaño de la pelota hasta que se vuelva coextensiva con el universo no hace

nada para proporcionar, o eliminar la necesidad de, una explicación de su

existencia.

Entonces, ¿cuál es la explicación de la existencia del universo (por “el universo”

quiero decir toda la realidad del espacio-tiempo)? La explicación del universo sólo

puede estar en una realidad trascendente más allá de ella –más allá del espacio y

del tiempo– cuya existencia es metafísicamente necesaria (de lo contrario, su

existencia también necesitaría ser explicada). Ahora sólo hay una manera en la

que puedo pensar para obtener una entidad contingente como el universo de una

causa necesariamente existente, y es si la causa es un agente que puede elegir

libremente crear la realidad contingente. Por lo tanto, se deduce que la mejor

explicación de la existencia del universo contingente es un ser personal

trascendente, que es lo que todo el mundo entiende por ‘Dios’.

Podemos resumir este razonamiento de la siguiente manera:


1. Cada cosa contingente tiene una explicación de su existencia.
2. Si el universo tiene una explicación de su existencia, esa explicación es
un ser trascendente y personal.
3. El universo es algo contingente.
4. Por lo tanto, el universo tiene una explicación de su existencia.
5. Por lo tanto, la explicación del universo es un ser trascendente y
personal.

–lo cual es lo que todo el mundo quiere decir con ‘Dios’.

2. Dios es la mejor explicación del origen del universo

Tenemos pruebas bastante sólidas de que el universo no ha existido eternamente

en el pasado, sino que tuvo un comienzo hace un tiempo finito. En 2003, el

matemático Arvind Borde y los físicos Alan Guth y Alexander Vilenkin pudieron

demostrar que cualquier universo que, en promedio, se haya expandido a lo largo

de su historia no puede ser infinito en el pasado, sino que debe tener una frontera

espacio-temporal pasada (es decir, un comienzo). Lo que hace que su prueba sea

tan poderosa es que se mantiene mientras el tiempo y la causalidad se

mantengan, independientemente de la descripción física del universo muy

primitivo. Debido a que todavía no tenemos una teoría cuántica de la gravedad,

todavía no podemos proporcionar una descripción física de la primera fracción de

segundo del universo; pero el teorema de Borde-Guth–Vilenkin es independiente

de la propia teoría de la gravitación. Por ejemplo, su teorema implica que el estado

de vacío cuántico que puede haber caracterizado al universo primitivo no puede

haber existido eternamente en el pasado, sino que debe haber tenido un

comienzo. Incluso si nuestro universo es sólo una pequeña parte del llamado
“multiverso“, compuesto de muchos universos, su teorema requiere que el propio

multiverso haya tenido un comienzo.

Por supuesto, se han propuesto escenarios físicos altamente especulativos, tales

como modelos de gravedad cuántica de bucles, modelos de cadenas, e incluso

curvas cerradas de tiempo, para tratar de evitar este comienzo absoluto. Estos

modelos están plagados de problemas, pero la conclusión es que ninguna de

estas teorías, aunque sean ciertas, logra restaurar un pasado eterno para el

universo. El año pasado, en una conferencia en Cambridge para celebrar el

septuagésimo cumpleaños de Stephen Hawking, Vilenkin presentó una ponencia

titulada “Did the Universe Have a Beginning“ (¿El universo tuvo un comienzo?), en

la que se analizaba la cosmología actual con respecto a esta cuestión. Argumentó

que “ninguno de estos escenarios puede ser realmente pasado – eterno”.

Específicamente, Vilenkin cerró la puerta a tres modelos que intentaban evitar la

implicación de su teorema: la inflación eterna, un universo cíclico, y un universo

“emergente” que existe para la eternidad como una semilla estática antes de

expandirse. Vilenkin concluyó: “Toda la evidencia que tenemos dice que el

universo tuvo un comienzo”.

Pero entonces surge la pregunta inevitable: ¿Por qué nació el universo? ¿Qué es

lo que trajo el universo a la existencia? Debe haber habido una causa

trascendente que trajo el universo a la existencia, una causa fuera del universo

mismo.

Podemos resumir este argumento de la siguiente manera:

1. El universo comenzó a existir.


2. Si el universo comenzó a existir, entonces el universo tiene una causa
trascendente.
3. Por lo tanto, el universo tiene una causa trascendente.

Por la misma naturaleza del caso, esa causa del universo físico debe ser un ser

inmaterial (es decir, no físico). Ahora sólo hay dos tipos de cosas que podrían

encajar en esa descripción: un objeto abstracto como un número, o una

mente/conciencia sin cuerpo. Pero los objetos abstractos no tienen relación causal

con las cosas físicas. El número 7, por ejemplo, no tiene ningún efecto en nada.

Por lo tanto, la causa del universo es una mente sin cuerpo. Así nuevamente

somos llevados, no meramente a una causa trascendente del universo, sino a su

creador personal.

3. Dios es la mejor explicación de la aplicabilidad de las matemáticas al


mundo físico

Filósofos y científicos están desconcertados sobre lo que el físico Eugene Wigner

llamó “la eficacia irrazonable de las matemáticas”. ¿Cómo es posible que un

teórico matemático como Peter Higgs pueda sentarse en su escritorio y,

derramando ecuaciones matemáticas, predecir la existencia de una partícula

fundamental que, treinta años después, después de invertir millones de dólares y

miles de horas-hombre, los experimentalistas finalmente son capaces de detectar?

Las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza. Pero, ¿cómo se explica esto?

Si los objetos matemáticos como los números y los teoremas matemáticos son

entidades abstractas aisladas causalmente del universo físico, entonces la

aplicabilidad de las matemáticas es, en palabras de la filósofa de matemáticas

Mary Leng, “una feliz coincidencia”. Por otro lado, si los objetos matemáticos son
sólo ficciones útiles, ¿cómo es que la naturaleza está escrita en el lenguaje de

estas ficciones? El naturalista no tiene ninguna explicación para la asombrosa

aplicabilidad de las matemáticas al mundo físico. Por el contrario, el teísta tiene

una explicación fácil: Cuando Dios creó el universo físico lo diseñó en términos de

la estructura matemática que tenía en mente.

Podemos resumir este argumento de la siguiente manera:

1. Si Dios no existiera, la aplicabilidad de las matemáticas sería sólo una


feliz coincidencia.
2. La aplicabilidad de las matemáticas no es sólo una feliz coincidencia.
3. Por lo tanto, Dios existe.
4. Dios es la mejor explicación de la puesta a punto del universo para la
vida inteligente

En las últimas décadas, los científicos se han quedado atónitos al descubrir que

las condiciones iniciales del Big Bang fueron afinadas para la existencia de vida

inteligente con una precisión y delicadeza que, literalmente, desafían la

comprensión humana. Este ajuste es de dos tipos. Primero, cuando las leyes de la

naturaleza se expresan como ecuaciones, encuentras en ellas ciertas constantes,

como la constante gravitacional. Los valores de estas constantes son

independientes de las leyes de la naturaleza. Segundo, además de estas

constantes, hay ciertas cantidades arbitrarias que definen las condiciones iniciales

en las que las leyes de la naturaleza operan –por ejemplo, la cantidad de entropía

(desorden) en el universo. Ahora estas constantes y cantidades caen en un rango

extraordinariamente estrecho de valores que permiten la vida. Si estas constantes

o cantidades fueran alteradas por menos de un pelo de ancho, el equilibrio vital de

la naturaleza sería destruido, y la vida no existiría.


Hay tres opciones que podrían explicar este extraordinario ajuste: necesidad

física, azar o diseño.

La necesidad física no es, sin embargo, una explicación plausible, porque las

constantes y cantidades finamente afinadas son independientes de las leyes de la

naturaleza. Por lo tanto, no son físicamente necesarios.

Entonces, ¿podría deberse a la casualidad? El problema con esta explicación es

que las probabilidades de que todas las constantes y cantidades que caen

aleatoriamente en el rango incomprensiblemente estrecho que permite la vida son

tan infinitesimales que no pueden ser razonablemente aceptadas. Por lo tanto, los

que proponen la explicación del azar se han visto obligados a postular la

existencia de un “Ensamble Cósmico” de otros universos, preferiblemente infinitos

en número y ordenados al azar, de modo que los universos que permiten la vida

como el nuestro aparezcan por casualidad en algún lugar del conjunto. Esta

hipótesis, por tomar prestada la frase de Richard Dawkins, no sólo es “una

extravagancia sin parangón”, sino que se enfrenta a una objeción insuperable.

Con mucho, los universos observables más probables en un ensamble cósmico

serían los mundos en los que un solo cerebro fluctuaba hacia la existencia fuera

del vacío y observaba su mundo, que de otro modo estaría vacío. Así que, si

nuestro mundo fuera sólo un miembro al azar del conjunto mundial, con toda

probabilidad tendríamos que tener observaciones como esa. Como no lo

hacemos, eso refuta fuertemente la hipótesis de ensamble cósmico. Así que el

azar tampoco es una buena explicación. Así,


1. La fina sintonía del universo se debe a una necesidad física, al azar o al
diseño.
2. La fina sintonía del universo no se debe a una necesidad física o al
azar.
3. Por lo tanto, la fina sintonía del universo se debe al diseño.
4. Así, la fina sintonía del universo constituye una evidencia para un
diseñador cósmico.

Argumentos en contra

Si Dios es bondadoso, si Dios lo puede todo, ¿por qué el mundo está repleto de
dolor, sufrimiento e injusticia? Si Dios ama al ser humano y se preocupa por cada
uno de nosotros, ¿por qué no evita los males innecesarios que nos afligen a lo largo
de la vida? ¿Es la existencia del mal la demostración definitiva de que un Dios
bondadoso no existe?
La aparente incompatibilidad entre la presencia del mal en el mundo y la supuesta
existencia de un Dios bondadoso y todopoderoso —el cual, en principio, debería
impedir que se produzca dicho mal— constituye una de las objeciones más
reiteradas a las que han tenido que hacer frente los defensores de la existencia de
ese Dios benigno. Si en las entregas anteriores discutimos dos de los principales y
más antiguos razonamientos que se han presentado en favor de la existencia de
Dios: el argumento cosmológico (si el universo existe, debe tener una causa) y el
argumento teleológico (el universo parece diseñado con un orden y propósito),
vamos ahora a tratar un razonamiento también muy antiguo, pero que no ha sido
esgrimido a favor de la existencia de Dios sino en contra. Este razonamiento es
conocido por diversos nombres, por ejemplo argumento del mal, problema del mal
o (en oriente) problema de la injusticia. Aunque la denominación más conocida o al
menos la más tradicional en occidente es la de “Paradoja de Epicuro”.
O Dios quiere evitar el mal y no puede (entonces no es omnipotente), o puede
pero no quiere (entonces no es bondadoso), o no quiere y no puede (entonces no
es ni omnipotente ni bondadoso), o puede y quiere (pero sabemos que esto es
incierto dado que sabemos que el mal existe).
O formulada de otro modo, aunque viene a decir lo mismo:
a) Dios es bondadoso y omnipotente
pero
b) El mal existe
Por lo tanto:
— Si el mal existe porque Dios no quiere evitarlo, entonces Dios no es bondadoso.
—Si el mal existe porque Dios no puede evitarlo, entonces no es omnipotente.
El argumento de la no creencia o argumento del ocultamiento divino es un
argumento filosófico contra la existencia de Dios, específicamente el dios del
teísmo.
La premisa del argumento es que si Dios existiera (y quisiera que la humanidad lo
supiera), habría creado una situación en la que cualquier persona razonable
creyera en él; sin embargo, existen personas razonables que no creen en Dios, lo
que apunta contra la existencia de Dios.
Este argumento es similar al clásico Problema del mal en el que se afirma la
inconsistencia entre el mundo que existe y el que debería existir si Dios tuviera
deseos combinados con el poder de ver a través de todas las cosas. De hecho,
desde que la ignorancia de Dios puede ser vista como un demonio natural, el
problema puede categorizarse como una instancia del problema del demonio.

El argumento de Schellenberg desde la no creencia razonable


1. Si hay un dios, es amor puro
2. Si existe un dios que es amor puro, no existiría el hecho de no
creer
3. El hecho de No creer, ocurre
4. No existe un dios que es amor puro (a partir de 2 y 3).
5. Por tanto, no hay dios (a partir de 1 y 4).
En un artículo escrito sobre este argumento diez años después de ser propuesto 5

Schellenberg escribe que las críticas a este razonamiento se centran en la


segunda premisa; hay relativamente pocas críticas cuestionando la existencia de
una no-creencia razonable y casi no hay filósofos teístas que objeten la idea de
que dios es amor puro.

El contraargumento al argumento del diseño se opone a la idea de que Dios


creó la vida. Recurre para ello a los múltiples ejemplos biológicos que parecen
exhibir un mal diseño, así como a la innumerable evidencia de adaptaciones como
consecuencia de la evolución biológica. Esta viene regulada por la selección
natural y no es resultado del creacionismo o de un diseño inteligente. Este
razonamiento se opone al argumento teleológico y a otras teorías
La táctica del Boeing 747 definitivo, que aparece en el libro El espejismo de Dios,
de Richard Dawkins, es un contraargumento del argumento del diseño. Este
afirma que una estructura compleja y ordenada tiene por fuerza que haber sido
diseñada. Sin embargo, un dios que es el responsable de la creación de un
universo tal sería al menos tan complicado como el universo que él ha creado. Por
lo tanto, también ese dios debe exigir un diseñador, cuyo diseño del mismo modo
requeriría un diseñador, y así, ad infinitum. De esta manera se demuestra que este
argumento es una falacia lógica, con o sin petición de principio. Este “truco”
muestra que Dios no es el origen de la complejidad, sino que esta simplemente ha
existido siempre. También afirma que el diseño no explica la complejidad, que solo
la selección natural puede explicar

El argumento del libre albedrío (también llamado paradoja de la voluntad libre o


fatalismo teológico) se opone a la existencia de un Dios omnisciente dotado de
libre albedrío -el mismo de que se hallan dotadas sus criaturas-, debido a que
ambas propiedades son contradictorias. De acuerdo con este argumento, si Dios
ya conoce el futuro, entonces la humanidad está destinada a corroborar dicho
conocimiento, por lo que se hallaría exenta de la voluntad libre de apartarse de
dicho plan. Por lo tanto, nuestro libre albedrío contradice la existencia de un dios
omnisciente. Otro argumento que ataca directamente la existencia de un dios
omnisciente dotado de libre albedrío es que la voluntad de Dios mismo estaría
obligada (y por tanto exenta de libre albedrío) a seguir lo que Dios conoce de
antemano de sí mismo, para toda la eternidad.

Un contraargumento del argumento cosmológico (todo tiene una causa


anterior y superior) parte de la suposición de que las cosas no pueden existir sin
haber sido creadas por sus creadores, lo que se aplica a Dios, generándose así un
círculo vicioso de creadores. Esto ataca la premisa de que el universo es la
segunda causa (después de Dios, que se afirma que es la primera causa).

El argumento de la ausencia de razón trata de demostrar que un ser omnipotente y


omnisciente no tendría ninguna razón para actuar de una manera determinada, en
particular mediante la creación de un universo, dado que no tendría necesidades,
querencias o deseos, ya que conceptos tales son propia y subjetivamente humanos. Esto
entraña una contradicción con el hecho de existir el universo; por lo tanto, un Dios
omnipotente no puede existir. Este argumento es expuesto por Scott Adams en el libro
God’s Debris, que propone una forma de pandeísmo como modelo teológico fundamental.
Un argumento similar se presenta en el libro de Ludwig von Mises La acción humana. Se
refirió a él como el "argumento praxeológico", afirmando que un ser perfecto debe tener
desde siempre resueltos todos sus deseos y necesidades, y, de tomar alguna iniciativa en
el presente, esto, por sí solo, probaría su incapacidad, demostrándolo imperfecto.
Conclusión

Como se logra apreciar, la existencia de Dios fue y continúa siendo un tema


realmente controversial, en el que existen argumentos muy bien fundamentados
tanto a favor como en contra de su existencia, siendo los argumentos en contra
más racionales y los argumentos a favor más sentimentales por así decirlo.

En conclusión, el creer o no en la existencia de Dios va más allá de argumentos o


ideas externas y es un tema que debe ser abordado por cada persona de manera
subjetiva y empírica, para obtener sus propias respuestas.
Apéndices o anexos

Existencia de Dios

Es un ser omnipotente,
omnisciente,
omnipresente y
benevolente

A favor En contra

Contraargumento al
Cosmología a favor de Argumento del libre
Argumento moral arugmento
Dios albedrío
cosmológico
Bibliografía

https://www.monografias.com/trabajos/exisdios/exisdios

https://www.veniracristo.org/articulos/evidencia-que-dios-existe

https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/finalidad-natural-y-existencia-de-dios

https://www.rtve.es/television/20220124/dios-existe-5-argumentos-racionales-
tomas-aquino-this-is-philosophy/2266740.shtml

https://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_de_la_no_creencia

https://www.jotdown.es/2013/02/existe-dios-iii-el-argumento-del-mal/

https://es.wikipedia.org/wiki/Existencia_de_Dios

https://somossoldados.org/dios-existe-8-argumentos-en-favor-de-la-existencia-de-
dios/existe-dios/

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