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AMOR CORTÉS

LA CELESTINA Y WILLIAM SHAKESPEARE

ENYA YE & NORA ÁLVAREZ MIER


Un caballero que ama a una
princesa es llevado a la
cárcel de amor por el deseo,
donde todo aquel que ama y
no es correspondido es
apresado.

Alta connotación sexual

Recursos humorísticos
Cárcel de amor
(antecendente)

Petrarquismo
Rojas lo aborda
como una parodia

Enamorado cortés - Calisto


Amada - Melibea
Tratamiento del amor
Otros - intermediario, magia y espacio

El amor petrarquista, es un antecedente del


amor cortés. La belleza de la dama es similar
a la de Dios.
El amor cortés es un género literario de la alta edad
media que elevó la posición de la mujer en la sociedad,
aunque, en la Celestina, el amor cortés se aborda como
una burla hacia este género. Se trata de que un noble se
enamore ridículamente de una bella dama, pero esta no
lo acepta de ninguna manera, por lo que tendrá que
demostrar su amor con una infinita paciencia.

Un rasgo característico del amor cortés es la idealización


de la dama, tambien conocido como el tópico literario
“Religio Amoris”. En La Celestina podemos apreciar cómo
Calisto ve a Melibea como un ser superior.

“Melibeo soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo.”

Al principio, la obra cumple con los principios del amor


cortés, pero esta conexión se rompe cuando gracias a la
alcahueca Celestina, Melibea cae rendida ante Calisto.

A medida que avanza la trama, se puede intuir que el


autor está haciendo una crítica implícita, de manera
irónica y burlesca, ya que teniendo en cuenta el contexto
social y la misoginia presente, era extremadamente
ridículo que un hombre se enamore tan profuntamente de
una mujer, e imposible de pensar que una mujer pueda
estar a la altura de Dios.
La manera de hablar de Calisto pertenece al amor cortés,
pero su conducta violenta e impaciente no cumple con la
doctrina del amor cortés.

La manera de amar está lejos de ser romántica, ya que está


fuertemente marcada por la lujuria. En la Celestina lo único
que se busca es el placer.

También, en la Celestina, la relación de Calisto y Melibea se


aborda de forma mucho más cruda y realista, mientras dentro
de los cánones del amor cortés es idealista y armoniosa.
Nacimiento del amor en Intensidad del amor que surge entre
circunstancias adversas ambos

La tragedia

DE ROMEO Y JULIETA

Imposibilidad de escapar del Género teatral que desarrolla el


destino sufrimiento, la muerte y las peripecias
dolorosas de la vida humana con un
final funesto
Como ya se sabe, la tragedia es un género teatral que desarrolla
temas centrados en el sufrimiento, la muerte y las peripecias
dolorosas de la vida humana con un final funesto y que mueve
a la compasión o al espanto.
El documento nombrado Eros y tragedia en William
Shakespeare nos muestra la visión trágica de Romeo y Julieta y
su valor catártico.
La tragedia se muestra en la obra desde, prácticamente, el
inicio, con Romeo presagiando su destino fatal por un
presentimiento que albergaba su ser justo antes de entrar en la
fiesta de los Capuleto. Ese comentario podría llegar a pasar
desapercibido y no es que el destino vuelve a presentarse hasta
la frase del fray Lorenzo en la cripta cuando Julieta despierta y
Romeo ya está muerto. Es entonces cuando nos damos cuenta
que no se trata del simple azar, sino de una serie de acciones
que, aunque no parezcan encadenadas, debido a que cualquier
variación cambiaría drásticamente el final, han llevado a
cumplir lo que se predijo en un inicio, como si la tragedia
hubiese sido predestinada.
Como ya sabemos, las familias de los enamorados se profesaban
un enorme odio, lo que dificultaba que llegara a suceder una
relación más allá de la enemistad entre dos de sus miembros,
pero, como en toda tragedia, siempre ha de haber sufrimiento y
para llegar a él debe haber, al menos, un momento feliz que
pueda ser destruido. Así, Shakespeare juntó en la fiesta a los
descendientes de ambas familias y fue fray Lorenzo, junto al
criado de Romeo y a la nodriza, quien facilitó la unión.
Ocurre entonces lo que podríamos llamar coloquialmente “la
luna de miel” que es ese momento en una obra en el que todo
va bien y parece que va a seguir así, pero recordemos que
seguimos en una tragedia. Sucede pues el enfrentamiento entre
Teobaldo y Mercucio, seguido de la muerte del segundo y el
enfrentamiento de Romeo contra el primo de Julieta (T) en
venganza por la muerte de su amigo, acabando así con el
fallecimiento del Capuleto. Es entonces Romeo sentenciado al
exilio por parte del Príncipe.
Esta es la primera peripecia a la que se enfrentan los
protagonistas, sin embargo, no es tan grave como la que viene
después, que es el fallido resultado del plan en contra del
matrimonio de Julieta con Paris. Ahora que ya está leída al
completo la obra, podemos apreciar como fue el destino el que
hizo que una acción desastrosa fuese sucedida por otra, dado
que, como se dijo antes, cualquier mínimo cambio llevaría a un
final feliz.
Podemos ahora hablar de cómo Romeo y Julieta supone un
nuevo comienzo en las obras debido a la mezcla de elementos
líricos y trágicos, siendo clasificada por algunos como tragedia
romántica. Toda aquella obra digna de dicho nombre, en
especial las universales, compone una realidad autónoma.
Esta, en específico, es una manifestación sublime y violenta del
contraste cotidiano que cualquiera experimenta entre lo que sí
y lo que no. Por decirlo de otro modo, esta obra es la expresión
de la íntima rebelión ante el contraste que instaura la
contingencia en la vida de alguien.
Como hace poco contamos, una de las características que provoca
más asombro es su carácter trágico y lírico, al punto de que muchos
hayan tratado de encontrar en qué punto uno supera al otro. El
gran fallo se haya en tratar de averiguarlo. Dentro de cada uno, en
muchas ocasiones, vive la tragedia y la lírica, formando la
experiencia humana. Es así como nació y, a través de la creación,
se llevó al arte. La vida humana se mueve entre dos elementos que
no elegimos: la circunstancia, que se nos impone, y la vocación, que
no, pero si no le somos fieles al descubrirla perdemos nuestra
autenticidad. Shakespeare usa esto mismo en su obra, siendo la
circunstancia los actos que rodean a Romeo y a Julieta y la
vocación, el amor que se profesan. También se les corresponde a
ambos elementos, respectivamente, las categorías trágica y lírica.
Siendo así que los sucesos que les convierten en una historia trágica
se les han sido impuestos mientras que su amor es su vocación. Así
vemos un guiño a la realidad: el ámbito de “desear” y el de
“querer”. El segundo es esa vocación, ese amor que sienten, del que
son libres y al que son fieles, recibiendo como respuesta la fuerza
para enfrentarse a las dificultades. El primero, sin embargo, es esa
circunstancia impuesta que se ciñe a lo que puede suceder y a lo
que no, siendo finalmente lo que sucede y llevándoles al agente
trágico de la fábula. Esto convierte a la obra en una recreación del
conflicto humano entre lo que está a nuestro alcance y lo que no
podemos evitar y puede quitárnoslo todo. Lo trágico, a nuestro
modo de ver, se explica en el ámbito de la tensión que instaura la
contingencia en el vivir del hombre.
El fenómeno de lo trágico no es revelado, de primeras, por la vía
del arte , pues se trata de algo anterior a la obra de arte trágica y
no es un fenómeno esencialmente estético.
Entre las realidades que hay en nuestro entorno están las que
agrupamos bajo el sustantivo arte. La obra de arte posee ciertos
valores como esa segunda naturaleza que es el arte y que
aparece como una condensación de realidad; un lugar
privilegiado, conectado con otros ámbitos de la realidad. El arte
se usa para poder ver más allá de las fronteras que imponen los
distintos accesos teóricos (filosóficos, humanísticos y científicos).
Los acercamientos teóricos suponen un método, un camino, y las
explicaciones teoréticas necesitan un modelo. Caminos y
modelos explicativos imponen una aproximación necesariamente
limitada que deja fuera de sí dimensiones reales que fueron
excluidas del método. El arte no pretende conocer la realidad,
pero habla de ella en su forma más inasible (no se deja tomar de
la mano).
Se ha dicho que la mortificación trágica está ligada a la
adquisición de un saber. En Romeo y Julieta es la desazón que
asfixia a los amantes ante la muerte del otro. El artífice de la
destrucción en esta obra es la circunstancia entorno. La
desolación final muestra que el abismo que separa el ámbito del
querer del ámbito del desear en el que lo que puede o no suceder
tiene poder para destruir todo lo que uno construye con su libre
voluntad. El mensaje de la última escena nos dice que la persona
es un ser contingente. La tragedia, como dijimos, lleva consigo la
adquisición de un saber: la conciencia de la contingencia. El
conocimiento de la contingencia puede ser la llave a la sabiduría.
Sentir y reconocer la contingencia con franqueza no es
necesariamente trágico, pero es un antídoto contra la tragedia y
reconocer la limitación humana es un paso a la grandeza.

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