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Brenda Kristal Saldaña Aguirre Gpo. 903 Mat.

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MULTICULTURALISMO

El mundo se compone de sociedades multiculturales. Esta palabra aparece en


Estados Unidos para dar nombre al fenómeno de la diversidad cultural, que
ilumina las diferencias culturales y resalta la importancia de la afirmación de las
creencias particulares y diferencias.

El multiculturalismo es la coexistencia de muchas culturales dentro de una


misma sociedad o país. A nivel mundial, este fenómeno implica tomar
conciencia sobre la diversidad de culturas que conviven constantemente en
relación con el intercambio de bienes materiales y culturales. Esta mutua
relación ha llevado a la humanidad a plantearse qué es el mundo como morada
en donde habita.

El multiculturalismo surge como reacción frente a la uniformidad que busca la


globalización, pues cada pueblo tiene derecho al desarrollo libre de su propia
cultura. Sin embargo, ante los crecientes problemas sociopolíticos a nivel
internacional, se ha generado la tensión entre el ideal de una cultura universal y
el reconocimiento de la pluralidad de culturas.

Esta coexistencia es esencialmente fruto de la creciente inmigración hacia


nuestras sociedades y no es aplicable ni a las antiguas colonias como estados
unidos (era aplicable en el momento de la llegada de nuevas culturas pero no
hoy en día) ya que en estos lugares se han ido homogenizando para crear una
cultura común, ni a los países formados por muchas comunidades con
diferente lenguaje, normas, culturas, como puede ser la india o Sudáfrica
puesto que ya se ha dado en estos lugares la aparición de una cultura global y
común. Por lo que al hablar de multiculturalismo como realidad hacemos
referencia a una cultura nacional que recibe individuos que no comparten la
misma cultura, sino que traen con ellos la de su propio país y provocan una
“coexistencia forzada” entre esas nuevas culturas extranjeras y la cultura del
país acogedor.
Por otro lado, siempre que ha habido el encuentro con el “otro” ha existido el
conflicto y ello se traduce en problemas de adaptación, en hechos de violencia,
y también en actitudes xenofóbicas y racistas hacia los migrantes.

Por eso, culpar al multiculturalismo de los conflictos que surgen en zonas


pobladas por las minorías étnicas es ignorar que todo proceso de integración
implica siempre un doble proceso de aceptación y rechazo.

De esta realidad en la que podemos observar que diferentes culturas


comparten un mismo espacio geofísico se deriva un problema a la orden del
día en la mayoría de los países europeos: la confrontación cultural. (Ésta última
no es un hecho nuevo, recordemos el ya clásico ejemplo de la colonización
española de las Américas y sus consecuentes sometimientos culturales que no
permitían la coexistencia de diferentes culturas, sino que pretendían que todos
tuvieran y se adaptaran a la cultura castellana.)

De ahí que el multiculturalismo en un momento dado surja como una propuesta


para atenuar esos conflictos. Depende de cada Estado el adoptar políticas a
favor de una integración positiva de las minorías a través de políticas
educativas multiculturales y de programas para la preservación de sus lenguas
y el respeto a sus prácticas religiosas.

La tolerancia implica el respeto y la defensa de la libre expresión de las ideas y


modos de vida, independientemente de que no sean compartidos por todos,
pues profundiza en la acogida de otro que es diferente. Es un valor
fundamental para garantizar la convivencia entre las personas, pues para
convivir con la diversidad es necesario ser tolerante.

La integración cultural debe plantearse como el enriquecimiento mutuo de


culturas mayoritarias y minoritarias como principio básico de la interculturalidad.
Para ello es necesaria una verdadera educación intercultural capaz de acoger
la diversidad, que modifique estereotipos y prejuicios, favorezca el
conocimiento de las culturas minoritarias y promueva actitudes, conductas y
cambios sociales que eviten la discriminación y favorezcan las relaciones
positivas.

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