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I.E.

”Mater Admirabilis”

EL RELOJ DE LA VIDA

En la penumbra de la ciudad, un relojero solitario reparaba


relojes rotos. Un día, un cliente le entregó un antiguo reloj de
bolsillo heredado de su abuelo. Mientras lo reparaba, el
relojero notó una diminuta puerta en su interior. Con
curiosidad, la abrió y se encontró a sí mismo, también
reparando un reloj. Intrigado, decidió explorar. A medida que
atravesaba puertas dentro de puertas, descubrió que cada
reloj que arreglaba abría una puerta a un momento específico
de su vida. Al final del laberinto, encontró su propia puerta, la
última. Temeroso, la abrió y se encontró de nuevo en su
taller, rodeado de relojes rotos. Desde entonces, cada
reparación era un viaje a un instante irrepetible, un
recordatorio de que el tiempo se entreteje en cada tic-tac.

(Royser Fernandez santa cruz )


4TO F

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