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1.

2 PERSONAJES REDONDOS Y
PLANOS

Y lo que es más perjudicial, sonarás como un fanático. Como escritor,


deberías aspirar a comprender las distintas experiencias humanas, y el
fanatismo simplemente significa excluir e insultar a un segmento de la
población (y sus experiencias) reduciéndolo a tipos planos.

¿Pero se puede tener un personaje sin tipos? ¿Qué sería de la literatura


sin los jugadores o los avaros? La respuesta, creo, es sencilla: Dibuja
retratos de avaros, pero no como avaros, sino como personas que
resultan ser avaros. Y si mientras dibujas a los avaros como personas
sientes que no logras hacer personajes pero sí personas, tanto mejor.

Ernest Hemingway dijo: "Al escribir una novela, un escritor debe crear
personas vivas; personas, no personajes. Un personaje es una
caricatura''. Así que, danos gente. (''Dame a mí'') Deja que el avaro que
hay en mí cobre vida -y se sonroje- al leer tu historia.

Toma uno de los estereotipos mencionados o utiliza uno propio.


Escribe una breve escena en la que representes a ese personaje de forma
compleja, yendo en contra de las expectativas habituales. Ejemplos:

El director bravucón con un lado sentimental tierno;


El director meticuloso que vive en una casa desordenada
La tímida bibliotecaria que le gusta el peligro;
El coqueto habitual que evita las relaciones.

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