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Introducción
La imagen que el ser humano moderno suele tener del hombre prehistórico es
el de un ser torpe incapaz de cualquier manifestación artística. Sin embargo, las
primeras creaciones artísticas de las que tenemos noticia, fueron realizadas por
un ser tan hábil y refinado como el de cualquier otra época histórica. Sólo así
pueden entenderse obras de arte tan hermosas como las pinturas de la cueva de
Altamira o el Bisonte de la Magdeleine.
Paleolítico
La pintura Franco-cantábrica
Los descubridores
Problemas de conservación
Los autores
Neolítico
La pintura neolítica
Los recursos plásticos suelen utilizar todo tipo de fórmulas estereotipadas. Así
sobre todo la sensación de movimiento que se transmite a base de efectos muy
expresionistas: se estilizan las figuras, se abren exageradamente las piernas de
los corredores, se remarcan los músculos, e incluso en un recurso
verdaderamente avanzado se disponen composiciones en diagonal, para acentuar
esa sensación de movimiento.
El resto de manifestaciones sacrifican el realismo en beneficio de un
esquematismo casi geométrico, pero que potencia el expresionismo, objetivo
central de este tipo de representaciones, más orientadas a la narración
documental, que a la visión realista y totémica del arte paleolítico.
Arquitectura megalítica
Introducción
Ciudades e imperios
Desde el punto de vista artístico, hay una nota común que relaciona todas
estas civilizaciones diferentes y originarias de distintos territorios, y es la
importancia que se le da a la expresión artística, precisamente como elemento de
afirmación de ideas y formas de poder político y religioso. Considerando además
que el desarrollo urbano también proporcionará los medios para desarrollar un
arte diverso, rico y grandilocuente, no es de extrañar la enorme importancia que
llega a alcanzar el arte que llamamos mesopotámico.
Localización
Los sumerios
Periodo Babilónico
Tampoco iba a durar demasiado esta reinstauración del viejo orden: son ahora
las ciudades del oeste en latitudes algo más al norte que las anteriores, las que
van ahora a imponer progresivamente su dominio, hasta cohesionarse todo el
territorio bajo el mando de una de estas ciudades, que empieza ahora a alcanzar
una importancia que la convertirá en un referente universal a lo largo de la
Historia: Babilonia, cuyos restos se encuentran actualmente a 60 Km., al sur de
Bagdad. Este periodo que tendrá su momento culminante en el reinado del
famoso rey babilonio, Hammurabi, lo conocemos como periodo Babilónico, y
dura aproximadamente entre el 2000 y el 1600 a. C.
Imperio Asirio
Pero como todos los imperios también éste llegará a su fin, concretamente a
finales del siglo VII a. C., cuya decadencia será aprovechada curiosamente por los
caldeos de la ciudad de Babilonia, que de nuevo va a vivir un momento de
esplendor. Será de la mano de su rey más conocido, Nabucodonosor II, con el
que el periodo Neobabilónico alcanza su hegemonía en la región, que se
prolonga a lo largo de todo el siglo VI a. C., hasta que definitivamente sucumba
ante una nueva relación de fuerzas, protagonizada a hora por gentes
indoeuropeas, fundamentalmente medos y aqueménides, provenientes de las
regiones más extremas del NE de la región, en los Montes Zagros. Su fuerza se
irá haciendo creciente en la zona, hasta que Ciaxares, destruyó definitivamente el
poder de Babilonia y algo más adelante Ciro II el Grande, cohesionó y extendió
definitivamente el Imperio persa, sin duda el más grande y poderoso de cuantos
habían dominado hasta entonces Mesopotamia. Y lo seguirá haciendo, al menos
hasta que surja mucho tiempo después, a finales del siglo IV a. C., la figura
legendaria de Alejandro Magno, que acabará a su vez con aquel poderío
indiscutible de los persas.
Arquitectura
Características generales
Los Zigurats
Templos
Palacios
Escultura
El relieve, mucho más utilizado como forma de expresión plástica en todos los
periodos de la historia mesopotámica, desarrolla una mayor variedad de temas y
de soluciones técnicas. La mayoría tienen un carácter narrativo, haciendo así
relato de múltiples actividades, desde las más trascendentes como la guerra o las
hazañas de sus reyes, hasta las más cotidianas, como trabajos domésticos o
labores de campaña militar. En todos se aprecia la utilización de numerosos
convencionalismos, tanto para la solución plástica de sus formas de expresión
como para desarrollar su narrativa, y que son más numerosos entre los más
antiguos. Cabría citar entre otros, la perspectiva torcida, al modo egipcio, sobre
todo en las figuras, representadas con la cabeza y piernas de perfil y el cuerpo de
frente; la utilización de registros para ordenar la sucesión narrativa; o la ausencia
de perspectiva.
Otras artes
La glíptica
Los frisos solían decorar muros externos, puertas o salones, utilizando una
técnica largamente experimentada en la zona: la cerámica vidriada. Ésta consiste
en la aplicación, sobre la cara externa de un ladrillo, de óxidos que, una vez
cristalizados en el horno, proporcionan intensos colores de transparencia vítrea;
de este modo, a su impactante efecto estético, unían la impermeabilización del
muro y su protección frente a los agentes climáticos. Numerosos edificios
utilizaron este sistema decorativo, como las Puertas de Ishtar de Babilonia (siglo
VI a. C.), que poseían su frente ornamentado con animales en relieve, realizados
con ladrillos salientes; estos animales, rítmicamente repetidos poseían un
simbolismo religioso: el toro era el dios Adad y el grifo, Marduk.
Introducción
Un arte de ultratumba
Pero el arte de Egipto no se limita a la construcción extraordinaria de sus
pirámides, a la obra de sus templos, y a las tumbas fabulosas que de vez en vez
descubren los arqueólogos, Egipto desarrolló también en el campo de las artes
plásticas una obra excepcional por su enorme variedad y su calidad técnica. No
era un arte para la belleza. Ni los artistas ni sus mecenas buscaban en el arte
egipcio encontrar la magia de la belleza, como les ocurrirá siglos después a los
griegos. El arte de Egipto es un arte práctico y utilitario al estar íntimamente
ligado a su función funeraria y al interés de la monarquía. Por ello es un arte de
carácter simbólico que además cambia muy poco a lo largo de los siglos, porque a
la tradición secular que definía todas las manifestaciones de la cultura egipcia,
había que añadir las propias tradiciones asumidas por artistas y talleres que eran
muy difíciles de alterar, y a su vez la función de este arte, que le obliga también a
ejercitar siempre unas mismas formas de expresión, que de otra manera no se
habrían entendido. En Egipto, la imagen es su expresión, y también por ello
apenas varía con el tiempo su forma de ejercitarla.
Estereotipos y convencionalismos
Localización
De no ser por el Nilo, Egipto sería un inmenso desierto. Sin embargo, las
aguas del río, procedentes de las montañas del corazón de África, no sólo
recorren el país de sur a norte, sino que todas las primaveras se desbordan,
fertilizando una estrecha banda de tierra. En ella surgió la agricultura y,
posteriormente, la cultura egipcia. Las principales ciudades, desde Tebas a Tanis,
pasando por Amarna o Menfis, también se localizan junto al Nilo.
Arquitectura
Arquitectura y vida en el más allá
Modelos de tumbas
Mastaba: La primera forma arquitectónica con fines mortuorios, estaba
constituida por un tronco de pirámide o cuadrado con muros en talud. Las primeras
se realizaron en ladrillo, sustituido posteriormente por sillares de piedra
perfectamente escuadrados.
El templo
El peso enorme de la religión egipcia en todos los ámbitos de la vida, no se
limita exclusivamente al mundo funerario y de ultratumba, también se construyen
templos con una finalidad meramente devocional, especialmente a partir del
Imperio Nuevo. El inicio de este periodo coincide con la derrota y expulsión de los
hicsos, que entre otras cosas cambiará el sentido del poder monárquico de los
faraones, ahora más próximos a lo humano que a lo divino. Tal vez por ello se
potencia el culto a los dioses y en especial al dios Amón, que tenía en Tebas,
capital del Imperio Nuevo, su principal centro de devoción. Allí destacan
principalmente los grandes templos de Luxor y Karnak. También se construyen
en esta época templos de carácter funerario, hipogeos en su mayoría,
localizados en lugares distantes para evitar su localización y su saqueo, es el caso
de los que se construyen en el valle de los Reyes y de las Reinas, cercanos a
Tebas, o los mucho más alejados de Abú Simbel.
Columnas y capiteles
Entre los elementos de soporte se utilizan preferentemente columnas que
presentan el fuste liso o estriado. Sus capiteles también son variados, y en
muchos casos hacen alusión a la naturaleza del entorno. Entre los modelos
habituales más utilizados se hallarían: los capiteles lotiformes, que reproducen
la flor de loto, una planta acuática de hojas muy grandes, peciolo delgado y forma
cerrada a modo de campana invertida, que es muy abundante en el Nilo;
capiteles palmiformes, en forma de hoja de palmera; o capiteles
papiriformes, que reproducen en este caso la forma del papiro, otra planta
característica del Nilo, formada en este caso por una caña lisa y cilíndrica que
acaba en un penacho de forma acampanada.
Escultura
El canon en escultura
Los egipcios, pueblo, como se sabe, eminentemente agricultor, debido a la
fertilidad de sus tierras abonadas anualmente con el limo del Nilo, habían
desarrollado desde muy antiguo las técnicas de agrimensura. Ello les familiarizó
con la geometría y el cálculo aritmético. Estos conocimientos técnicos los
aplicaron a la totalidad de su arquitectura, caracterizada, entre otras
peculiaridades, por unas proporciones de acuerdo a determinados módulos.
Como no podía ser menos, la escultura, el relieve y la pintura los acomodaron
asimismo a determinadas medidas, tomadas a escala humana (dedo, puño,
codo), produciéndose con ellas ejemplares de todo tipo de tamaños, desde las
figuras más colosales -ningún pueblo superó al egipcio en monumentalidad- hasta
las más diminutas.
Para los egipcios, cada cosa debía ser representada en su aspecto más
característico. En la figura de la izquierda se aprecian los efectos que produjo esta
idea en la representación del cuerpo humano. La cabeza se veía mucho más
fácilmente de perfil; así pues, la dibujaron de lado. Pero si pensamos en los ojos,
nos los imaginamos como si estuvieran vistos de frente. De acuerdo con ello, ojos
enteramente frontales fueron puestos en rostros vistos de lado. La mitad superior
del cuerpo, los hombros y el tórax, son observados mucho mejor de frente,
puesto que así podemos ver como cuelgan los brazos del tronco. Pero los brazos y
los pies en movimiento son observados con mucha mayor claridad lateralmente. A
esta razón obedece el que los egipcios, en estas representaciones, aparezcan tan
extrañamente planos y contorsionados. Además, los artistas egipcios encontraban
difícil presentar el pie desde afuera; preferían perfilarlo claramente con el dedo
gordo en primer término. Así, ambos son pies vistos de lado y la figura aparece
como si hubiera tenido dos pies izquierdos.
Pintura
Convencionalismos pictóricos
Procesos y técnicas
En las tumbas en las que la decoración pintada no se ha terminado es posible
observar las distintas fases de trabajo que llevaban a cabo los pintores
organizados en cuadrillas. Primero se dibujaban los contornos de las figuras que
componían la decoración. Ese dibujo era preciso y se atenía a unas pautas de
representación fijadas y a unos cánones y proporciones que afectaban al tamaño
y la disposición de las figuras y de los textos. Una vez trazadas las imágenes se
procedía a colorearlas. Para ello los “escribas de los contornos” actuaban en
cadena. Uno de ellos comenzaba por cubrir todos los tonos de un mismo color
por ejemplo los colores rosados de la piel de las mujeres o el marrón rojizo de los
hombres. A continuación otro “escriba de los contornos” se ocupaba de colorear
los blancos de los faldellines masculinos, de los vestidos femeninos, de las
cuencas de los ojos. Después otro miembro de la misma cuadrilla coloreaba los
verdes de los tallos. Finalmente, otro pintor cubría los colores negros…
GRECIA
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Clasicismo
¿Qué es el Clasicismo?
Cuando hablamos de arte clásico estamos haciendo referencia principalmente
a las obras artísticas realizadas por los artistas griegos de la Antigüedad y
posteriormente por los romanos. Son por tanto los griegos los verdaderos artífices
de este nuevo fenómeno que denominamos arte clásico, ya que realmente los
romanos actuaron como continuadores de esa forma de entender el arte iniciada
por los griegos. Fueron ellos, los romanos, los que por ello mismo lo denominaron
clasicus, que quiere decir, digno de imitar.
Orígenes
Localización
Arte Cicládico
En pleno Mar Egeo un grupo de pequeñas islas como Naxos, Delos, Paros o
Milo constituyen las llamadas Islas Cícladas. Es allí donde se producen las
primeras manifestaciones artísticas conocidas de la cultura helénica. Datan del III
milenio a. C., y sorprenden por su extraordinaria belleza y simplicidad. Se trata
de pequeñas estatuillas o ídolos que posiblemente tendrían una función religiosa a
modo de ofrenda, o lo que es lo mismo de exvoto. Su sencillez reduce sus formas
y detalles a la mínima expresión, pero es este esquematismo, esta capacidad de
abstracción, lo que las hace tan bellas y expresivas, y también lo que atrajo sobre
ellas la atención de los artistas contemporáneos.
Arte Minoico
Si bien el arte de las Islas Cícladas no llegará a tener una influencia
determinante en el arte griego posterior, si la tendrá el arte que se desarrolla en la
isla de Creta y que denominamos arte Minoico.
Se desarrolla éste a lo largo de un amplio periodo en plena Edad del Bronce,
entre el 3000 y el 1100 a. C. También se trata de un arte peculiar y sorprendente,
enriquecido gracias al intercambio cultural que proporciona una civilización
marítima y comercial como era la cretense.
Arte Micénico
A finales del II milenio, la civilización minoica se verá progresivamente
sustituida en su hegemonía sobre el territorio por otra civilización, impulsada en
este caso por gentes procedentes de la Grecia continental. Se trata de los aqueos,
que dan lugar a la cultura Micénica, que de hecho se desarrolla ya en la Península
helénica. Aunque en algunos aspectos más tosca y menos brillante que la
minoica, la civilización micénica se aproxima mucho más a los aspectos que
vendrán a definir el arte griego propiamente dicho.
Sus restos se encuentran en las ciudadelas de Micenas, Argos o Tirinto, y si el
descubrimiento de la civilización minoica se debe a Arthur Evans, el hallazgo de
Micenas y de la cultura micénica está ligada para siempre a la figura del
arqueólogo alemán, H. Schliemann que la descubre en 1876, dos años después
de haber encontrado la mítica ciudad de Troya.
Entre sus manifestaciones artísticas más singulares destacaríamos la
existencia de fortificaciones amuralladas en lo alto de las ciudadelas (acrópolis);
la existencia de tumbas muy características en forma circular (imagen), con un
corredor de acceso y cubiertas bajo tierra y vegetación; o la aparición del
Megaron, edificio con finalidad política y religiosa, precedente inmediato de los
primeros templos griegos.
Ejemplos de esto serían la Puerta de los Leones, entrada a la Acrópolis de
Micenas; el Tesoro de Atreo, un tholos o tumba circular, o la llamada Máscara de
Agamenón, en realidad un máscara funeraria de las que era habitual utilizar en
los enterramientos de la época, pero que Schliemann confundió con la del mítico
rey de Micenas, protagonista de la guerra de Troya.
Arquitectura
Principios constructivos: sencillez y racionalidad
Los órdenes
El templo griego
La Acrópolis es una colina natural que por su fácil acceso fue desde época
neolítica un lógico asentamiento de población. En época micénica se fortificó
convenientemente y alojó el palacio de los reyes, y ya en el siglo VI a. C.,
gobernando Solón, se trasladó a este lugar el ágora y con ello los principales
templos de la ciudad, convirtiéndose a partir de entonces en un lugar sagrado por
su carácter religioso.
No obstante, será a finales de ese mismo siglo VI a. C., cuando con el
gobierno del tirano Pisístrato comience el verdadero embellecimiento de la
Acrópolis ateniense: se construyó un primer propíleo o entrada monumental a la
ciudad, se amplió el viejo templo de Atenea, se impulsaron los rituales de las
fiestas y procesiones panateneas, precisamente hacia la Acrópolis y poco a poco
se fue multiplicando en la explanada la construcción de edificios y templos.
Arquitectura helenística
La etapa histórica que denominamos Helenismo constituye un largo periodo
artístico cuyo inicio coincide con la muerte de Alejandro Magno, en el año 323 a.
C. Justo en ese momento el inmenso imperio que había sido capaz de conquistar,
desde Grecia hasta la India, se divide en numerosos reinos independientes. No
obstante todos tienen algo en común, la herencia griega que Alejandro había
dejado en todos los territorios conquistados. Herencia griega que se aprecia en la
lengua, la religión, la cultura y por supuesto en el arte.
Aun con todo, el arte helenístico no será exactamente igual al arte griego del
pleno clasicismo. También hay influencias propias de los lugares que se habían
conquistado y por ello se dice que hay una mezcla en el arte helenístico de
elementos griegos y de elementos orientales, propios de los territorios asiáticos
que Alejandro había conquistado. En el apartado de la arquitectura esa influencia
oriental se nota sobre todo en que se pierde buena parte de la obsesión griega
por la proporción y la sencillez, y que, por el contrario, hay una mayor tendencia
por la grandiosidad, la monumentalidad y el colosalismo.
Urbanismo: el ágora
El ágora, en el centro de la ciudad, concentra la parte más importante de la
misma: en realidad se trata de una amplia plaza adornada con estatuas y
fuentes, donde se desarrollaba toda la actividad comercial y política de la ciudad,
y donde se realizaban también las manifestaciones festivas. Entre sus
construcciones más importantes destacaba el Bouleuterion, edificio destinado a
la Boulé o Consejo de los Quinientos; el Pritaneo, lugar de reunión de los
magistrados y donde se guardaba el fuego sagrado de Hestia, diosa del Hogar; y
la Stoa, amplia galería porticada que servía para el intercambio comercial, a
veces podía tener función judicial y era siempre un marco de paseo ciudadano.
Escultura
Principios básicos
Las primeras manifestaciones escultóricas del arte griego tienen una clara
función religiosa, y al parecer eran pequeñas estatuillas de madera llamadas
xoanas.
Posteriormente, la decoración de los templos ya obliga a la realización de
esculturas en piedra pues en piedra eran los templos. Se esculpen entonces los
relieves de metopas, frisos, frontones, etc. El paso siguiente consistirá en hacer
esculturas a partir de un bloque de piedra independiente.
Al principio, esas primeras esculturas suponen grandes retos para sus autores.
Esas dificultades se manifiestan por ejemplo en que son muy rígidas, porque
aún mantienen la forma del bloque de piedra del que se han tallado, y por lo
mismo no manifiestan ninguna sensación de movimiento. Estas primeras piezas
realizadas alrededor del siglo VI a. C. se llaman Kurós, los varones y Korés, las
mujeres.
Plenitud Clásica
El paso siguiente coincide con la llegada del siglo V a. C. que, como ya hemos
visto, supone tantos cambios importantes en el arte griego. También en la
escultura, que progresivamente va mejorando su nivel técnico y consigue que sus
figuras rompan con la rigidez y la sensación de bloque de kurós y korés. Es el
periodo que se denomina Severo, y que ya está iniciando claramente las
características de la escultura plenamente clásica del arte griego. Ese momento
de plenitud clásica se consigue, al igual que había ocurrido con la arquitectura,
en esa fase de esplendor que alcanza Atenas a mediados del siglo V a. C.
Coinciden en ese momento y en ese lugar los mejores escultores del momento:
Mirón, Fidias y Policleto, que otorgan a sus obras todas las características que por
fin llegan a definir al Hombre perfecto.
Clasicismo tardío
Pero Atenas también tendrá su decadencia. La segunda mitad del siglo V a. C.,
se tambalea su autoridad sobre las demás polis, y además su entrada en guerra
con su rival Esparta le acarreará la derrota y con ella, la crisis. El optimismo de la
etapa anterior se trastoca en una fase más pesimista que se refleja en la
producción artística. El clasicismo pleno había impuesto una norma, un canon,
que resulta un ideal de perfección y belleza y que por ello mismo parecía
inmutable. Pero ahora todo se pone en duda, y el canon también: las figuras se
estilizan y alargan sus medidas, rayando en la desproporción, se acentúa el
movimiento y se buscan sensaciones de desequilibrio que rompen la armonía.
Sólo el idealismo de las expresiones se mantiene. Esta es la época llamada del
Clasicismo tardío. Sus principales protagonistas son Praxíteles, Scopas y Lisipo.
Helenismo
El cambio definitivo se producirá cuando las polis pierdan su libertad bajo la
autoridad de Alejandro Magno. Como ya vimos en el capítulo dedicado a la
arquitectura, coincide esta nueva etapa con el periodo artístico del Helenismo. El
cambio que se produce en la escultura es también muy profundo: no sólo se
rompen definitivamente los principios clásicos de armonía proporción y equilibrio,
sino que también cambian los temas, ahora muy variados y sencillos, y lo que
resulta más novedoso, la expresión gestual. Se abandona por fin el idealismo tan
característico de la escultura griega y se sustituye ahora por una postura más
exagerada y gesticulante. Se dice por ello que es una escultura mucho más
expresionista.
Cerámica
Cerámica: periodo geométrico
Más adelante, a partir del siglo VIII a. C. se inicia una nueva etapa
denominada de Figuras Negras. Aumentan las formas de las piezas, se multiplican
los elementos decorativos en los que ya aparece la figura humana y sobre todo se
perfecciona la técnica, cuya mayor novedad es la representación de las figuras en
siluetas negras destacadas sobre el fondo claro del barro. Su difusión es enorme y
su éxito se prolonga durante siglos
No obstante, a partir del siglo VI a. C. empieza a introducirse una técnica
inversa a la anterior, en la que el fondo se cubre de negro y se destaca a las
figuras por su color rojizo del barro. Es por eso que se denomina a esta etapa de
Figuras rojas. También adquiere una mayor delicadeza en los detalles y más
complejidad en la distribución y composición de figuras y motivos.
ROMA
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Introducción
La continuidad clásica
Un primer paso en este proceso de asimilación cultural lo dan los romanos con
la conquista de Etruria. Ya en este entorno existe una clara influencia del arte
griego, difundido desde las colonias griegas de la Magna Grecia al sur de Italia.
Pero además, el arte etrusco también tiene un sello propio, muchos de cuyos
aspectos esenciales también serán asimilados por la civilización romana.
La expansión de Roma por todo el Mediterráneo hará de Roma una unidad
política y administrativa, de un poder como no había habido otro igual en la
Antigüedad. Ese poderío servirá para adoptar con una gran capacidad de síntesis
las formas culturales del mundo clásico y posteriormente a través de su
exportación a todo lo largo y ancho del Imperio, convertir el arte clásico en una
propuesta universal cuyos valores se repiten cíclicamente a lo largo de toda la
Historia y hasta nuestros días.
Sería un error pensar en el arte romano como una simple imitación del arte
griego. Es cierto que en lo referente al ámbito de las artes plásticas, el arte
romano copia con bastante descaro fórmulas artísticas, cánones e iconografías del
arte griego, entre otras cosas porque era habitual, una verdadera rapiña de obras
y artistas que eran llevados a Roma a continuar el mismo trabajo que hacían en
Grecia. Pero también es igualmente cierto que la personalidad romana terminó
imponiéndose en un estilo con identidad, no ya sólo en el terreno del retrato, el
relieve o el mosaico romanos, obras extraordinarias que señalan ya un rasgo
singular e inconfundible, sino sobre todo en el campo referido a la arquitectura y
las obras de ingeniería (acueducto de Tarragona en la imagen), donde los
romanos alcanzaron cotas de monumentalidad y perfección técnica, que tardarían
siglos en repetirse.
Grandes periodos históricos
- Época Imperial:
- Primera fase (propiamente imperial). 31 a. C.- 193 d. C.
- Segunda fase (Bajo Imperial). 193- 395.
Orígenes
Principales fuentes del Arte Romano
Aunque las influencias que enriquecieron el arte romano fueron tantas como
tendencias artísticas encontraron en sus territorios conquistados, dos son las
aportaciones que marcarán a lo largo de toda su historia la impronta del arte
romano: por un lado el legado irresistible del arte griego y por otro, el del arte
etrusco, menos relevante si se quiere, pero mucho más próximo en el espacio y
anterior en el tiempo.
Los romanos heredan del arte etrusco su inclinación al realismo, que se
manifestará sobre todo en los retratos y los relieves romanos; su devoción por el
tema funerario, que dará lugar al retrato funerario, tan característico; un modelo
primitivo de templo religioso, que servirá de sustrato al modelo romano; y en
general una tendencia al arte popular y sencillo, tan acorde con la mentalidad
romana.
Del arte griego, los romanos heredan la esencia misma del clasicismo, tanto
desde el punto de vista iconográfico, como desde el punto de vista formal: no
sólo en lo relativo a concepciones plásticas y cánones escultóricos, sino en la
asimilación de los órdenes clásicos y de modelos ornamentales característicos, en
el ámbito de la arquitectura.
La influencia etrusca
Las tumbas etruscas alcanzan una importancia para este pueblo equivalente a
la devoción que como ya se ha explicado rendían los etruscos a sus antepasados.
Por ello y porque además se trata de espacios reservados a las clases
aristocráticas, no debe extrañar que se conviertan en lugares donde abundan los
objetos preciosos y las decoraciones abundantes. Es una forma de recrear un
entorno acorde con la categoría social del difunto, para que lo viva igualmente en
su otra vida de ultratumba, y para ambientar también los festejos que se
celebraban con motivo del fallecimiento de un ser querido.
Escultura etrusca
Arquitectura
Características generales
El retrato y el relieve
El retrato inmortalizará la imagen de muchos de los magistrados y patricios
de época republicana y por supuesto de los emperadores en época imperial, sin
olvidar otros personajes no menos influyentes como emperatrices, lugartenientes,
herederos, amantes y también personajes anónimos que igualmente han llegado
hasta nosotros. El relieve por su parte, graba en la piedra para siempre hechos
de armas, conquistas y campañas que fueron ampliando las fronteras del Imperio.
Pintura
Las artes del color
La importancia de las artes del color en el arte romano fue muy notable,
porque fue muy abundante la decoración de muros y pavimentos a base de
mosaicos y pintura mural, y porque sabemos también de la existencia de la
pintura de caballete. Como ocurriera en caso de la escultura, la pintura en general
y también el mosaico, vivieron fundamentalmente de la influencia griega y más
concretamente de su último periodo, el helenístico, si bien el arte romano,
también en este ámbito, tuvo su aportación particular hasta darle un carácter
propio, se advierte en el caso del mosaico, utilizado como pavimento, y en el
ámbito de la pintura con el desarrollo de técnicas propias y por el auge de una
serie de estilos, los famosos cuatro estilos pompeyanos, que marcan la evolución
plástica de la pintura romana conocida.
La escasez de obras
No obstante, ocurre en las artes del color del arte romano lo mismo que pasara
en las del arte griego, que su estudio se halla enormemente restringido por la
escasez de obras conservadas. Apenas ha llegado a nosotros pintura que no sea
mural y de ésta, restos muy fragmentados y limitados a los encontrados en Roma
y sobre todo a los que la fortuna permitió conservar primero y descubrir después,
en Herculano y Pompeya, como consecuencia de la famosa erupción del Vesubio
del siglo I a. C.
Pintura mural
El mosaico
El estudio del mosaico en Roma trata preferentemente de los suelos decorados en
opus tessellatum, es decir, a base de teselas, unos cubos de forma más o menos
regular, de medio centímetro a un centímetro y medio, aproximadamente, cortados
a partir de materiales diversos. Estos materiales consistían por lo general en
mármoles blancos, negros o de colores, y otras piedras y azulejos, pero a veces
también se recurría al vidrio transparente y coloreado o bien al smalto (vidrio
opaco), o a la cerámica. Para los detalles se cortaban teselas más pequeñas y de
otras formas. Éstas se colocaban lo más juntas posible en un lecho de mortero fino,
húmedo, sobre una base sólida. Cuando la capa de mortero se había secado, se
rellenaban los intersticios entre las teselas con mortero fino líquido, y, cuando éste
se había secado, se procedía a limpiar y pulir el mosaico.