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EL ARTE PREHISTÓRICO

Desde sus orígenes el hombre ha sentido la necesidad de comunicarse con sus semejantes y en el afán de
expresar sus ideas se da cuenta de sus limitaciones para emitir y compartir sus pensamientos. Esto obligo al
hombre primitivo a intentar representar la realidad que lo rodeaba: animales, astros, naturaleza, el mismo ser
humano con sus sensaciones y emociones (el amor, el odio, la alegría), sus actividades (como la danza y la
caza) sus experiencias (las guerras y sus historias) quizá fueron muchos los aciertos y los fracasos; sin
embargo, el paso del tiempo creo una singular forma de comunicación. Utilizar el dibujo para satisfacer algunas
de sus necesidades de comunicación, permitió que este se desarrolla y diera lugar posteriormente al
surgimiento del dibujo artístico y el dibujo técnico. El hombre primitivo utilizaba como lienzo o papel las paredes
rocosas de las cuevas, donde plasmaba sus pinturas, hoy conocidas como pinturas rupestres. Otros factores
que han incidido en la evolución del dibujo técnico han sido la arquitectura y el desarrollo alcanzado por la
industria moderna.

Una pintura rupestre es todo dibujo o boceto prehistórico existente en algunas rocas y cavernas. El término
«rupestre» deriva del latín rupestris, y éste de rupes (roca), aunque también es sinónimo de primitivo.

EL ARTE PREHISTÓRICO es un fenómeno artístico de alcance geográfico global y una amplitud temporal
suficiente como para afectar a las épocas más diversas. El concepto es mucho más extenso que el fenómeno
rupestre cuaternario, principalmente circunscrito a Europa occidental, y comprende además las manifestaciones
del llamado arte paleolítico.1

Aunque cronológicamente, Europa debería ocupar el primer lugar, y a pesar de que muchas de las expresiones
artísticas prehistóricas son relativamente recientes en algunas zonas del globo, donde han sobrevivido pueblos
primitivos, la exposición se realizará siguiendo el orden alfabético. Aunque ello derive en un problema adicional:
¿es lícito comparar manifestaciones tan lejanas en el espacio y en el tiempo? En este sentido, la confrontación
de equivalencias culturales, obviando los particularismos empíricos, permite obtener generalizaciones.

En base a ello, se puede apreciar que, en las artes plásticas y visuales de los pueblos primitivos, el realismo es
algo excepcional, frente al simbolismo, la abstracción, la estilización y el esquematismo, que parecen una
constante mundial.

Otra posible generalización es que casi todo el arte rupestre holoceno se desarrolla en el exterior, a lo sumo, en
abrigos rocosos, desfiladeros y covachas poco profundas.

En tercer lugar, el megalitismo y la construcción de túmulos, en relación al culto a los muertos, o la necesidad
de desarrollar una arquitectura defensiva, a menudo con construcciones ciclópeas (cuya motivación, excede,
con mucho, a las necesidades militares), también son constantes del arte prehistórico mundial.

Por último, está el hecho de que, a pesar del innegable significado religioso del arte prehistórico, éste no sólo se
asocia al mundo funerario o mitológico, sino que los temas abarcan todas las facetas de la vida social de los
humanos (caza, guerra, trabajos, ceremonias, jerarquías, sexo, familia, incluso, diversión...) y, sobre todo, a
medida que las sociedades humanas evolucionan, la glorificación del poder y de los poderosos.

EL ARTE PALEOLÍTICO
EL PALEOLÍTICO es la etapa más larga en la historia del ser humano. Durante este periodo, nuestros
ancestros vivían de la caza y de la recolección de vegetales, se asociaban en tribus y sus herramientas eran de
piedra tallada, madera y hueso.1

El arte propiamente dicho nace en el Paleolítico Superior, poco después del año 40 000 a.C.,cuando los seres
humanos modernos poblaban prácticamente todo el globo terráqueo. Sin embargo, sus manifestaciones
fundamentales, por no decir casi las únicas, parecen reducirse a Europa, al sur del límite que marcarían los
hielos durante la Glaciación de Würm.

Es más, el arte mural de las cuevas (llamado Arte Parietal) se concentra muy intensamente en ciertas regiones
francesas (Dordoña, Pirineos franceses, Corrèze, Charente, Loira, Hérault, Lot y Garona...) y españolas
(Cornisa Cantábrica, Pirineos, Costa Mediterránea y algunos puntos de la Meseta Central como Maltravieso,
Siega Verde o Los Casares), aunque ocasionalmente puede aparecer en Portugal, Italia, Europa Oriental y poco
más. No se ha averiguado el motivo que explique por qué no se han hallado restos de arte paleolítico parietal en
el resto del mundo.

El Arte Mobiliar (definido en el artículo como objetos decorados que pueden ser transportados) es más
abundante, extendiéndose no sólo por Francia y España, sino también por los valles del Danubio, del Don y la
cuenca del Baikal, ya en Asia. Hay restos esporádicos en el resto del mundo, como se indica al final.
Desde los primeros descubrimientos de objetos artísticos paleolíticos, en el siglo XIX,2 siempre se ha suscitado
el enigma de su motivación y su significado, aunque parece haber consenso en que se trata de un arte de
función religiosa y que su temática está íntimamente relacionada con el medio natural y su numen. Queda
pendiente el hecho innegable de su alto valor estético y artístico: los hombres prehistóricos demostraron, en
algunos casos, un ansia de perfección y un sentido de la belleza totalmente comparable a los artistas de otras
épocas históricas.

No obstante, el lector debe estar avisado que este artículo sólo toca, forzosamente, aquellos elementos
artísticos que se han conservado a lo largo de los siglos, lo que constituye, sin duda, una parte ínfima de todo el
corpus artístico paleolítico. Hemos perdido, como mínimo, aspectos tan fundamentales como la tradición oral, la
danza, la música, el adorno corporal, etc.

HISTORIA DE LA PINTURA EN LA PREHISTORIA


Sobre las paredes o el techo de las cuevas, los hombres prehistóricos dibujaban o pintaban los distintos
animales que cazaban. También pintaban escenas de significado ritual o mágico como, por ejemplo, el rito de la
fertilidad etc. Los materiales que se usaban eran el Carbón vegetal y diferentes tierras de colores aglutinados
con agua o grasas de animales.

Los hombres prehistóricos atribuían un significado o una función mágica a las representaciones de sus pinturas.
Creían que la representación de un bisonte era una forma de propiciar su caza o que la representación de una
mujer con unos senos enormes aseguraba la fertilidad.

Las pinturas prehistóricas más conocidas son las de la cueva de Altamira en Santillana del Mar (Cantabria),
donde se hallan los famosos bisontes así como las de la cueva de Lascaux en Francia.

En España, se hallan pinturas prehistóricas tanto en el área del Cantábrico y los Pirineos como en el área del
Levante (Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía).

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