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“La historia de TODAS las religiones está llena de muchos momentos de gloria y de muchísimos
otros de tormento, aunque esos momentos de oscuridad no hayan sido responsabilidad de
religión alguna, sino más bien de hombres o mujeres, fals@s religios@s, que se presentaron
como «guardian@s de la verdad» cuando lo que EN REALIDAD PRETENDÍAN era ser «dueñ@s
y creador@s de la verdad», obviamente para acomodarla y distorsionarla a su gusto y
conveniencia.
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Existe un antiguo relato, de la sabiduría Sufí, en el que se cuenta que, cierta vez, Buda llegó a
un pueblo cercano a un monasterio y que mucha gente le preguntó por qué no le gustaban
l@s monj@s ni las religiones. Dicen que Buda contestó que no entendía el trabajo de aquéll@s
ni el sentido de éstas.
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Un día unos monjes fueron a visitarlo; llevaban una cesta llena de fruta, una guirnalda de
flores y los respetos del gran sacerdote del monasterio.
- Escuchamos tus palabras —dijeron— y venimos a aclararte que nosotros somos apenas
intermediarios entre Dios y el hombre... y lo sabemos.
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Ante ese comentario, Buda preguntó:
- ¿DIOS NECESITA INTERMEDIARIOS? ¿Acaso no está presente en todos los seres y en todos los
lugares?
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Uno de los monjes le explicó:
- No, no los necesita, pero las personas deben descubrirlo… Dice nuestro maestro que lo que
hacemos es VENDER AGUA A LA ORILLA DEL RÍO con la esperanza de que un día las personas
se den cuenta de que pueden recoger el agua por sí sol@s.
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Buda rió a carcajadas... Los monjes le preguntaron cuál era la parte graciosa del
planteamiento.
- Según me decís, contestó Buda, ponéis mucho empeño en esa tarea transitoria, esperando el
momento en que ya no sea necesaria, pero NO QUERÉIS ACEPTAR que si no estuvierais allí
para vender el agua, ell@s tardarían mucho menos en darse cuenta de que pueden hacerlo sin
vosotros.
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La esencia de la espiritualidad sostiene precisamente que cada persona ha de recorrer su
propio camino, marcar sus objetivos, determinar su ritmo y fijar sus reglas. Que decida de
quién se acompaña, quiénes son sus guías y cuáles sus compañer@s de ruta, religios@s o no,
sean de nuestro culto, de cualquier otro o de ninguno.
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El camino espiritual, pues, puede recorrerse en un entorno religioso o no, y aunque se admita
que quizá una fe determinada puede facilitar algo nuestro avance en los tramos más costosos
y difíciles, esto no significa que pueda ofrecernos ningún atajo.
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SALVACIÓN INSTANTÁNEA, REVELACIÓN DE LO SUPREMO Y ENCUENTRO CON DIOS son hoy
ofrecidos en grandes marquesinas y enormes escaparates como atractivas propuestas para
quienes verdaderamente han perdido el camino. Sin embargo, difícilmente serán esgrimidas
por auténtic@s guías espirituales ni animadas por los mejores valores religiosos. Al ver o
escuchar esos insidiosos argumentos, ojalá y nos demos cuenta de que se parecen más a una
oferta de descuento de temporada que a otra cosa, quizá porque lo que sus creador@s
PRETENDEN es, justamente, vender algo que posiblemente no tienen.”
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Sabiduría Sufí. Fuente: Internet
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Saludos y bendiciones… Juan E. (selección y adecuación del texto)