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Índice
Clase 1: La transición a la democracia en Argentina entre los años 80 y 90 ................................3

Clase 2: Memoria, verdad y justicia, pilares de la democracia .................................................. 26

Clase 3: Arte y Memoria: elaborar el pasado, reflexionar sobre el presente ............................. 48

Clase 4: Más democracia, más derechos: una historia de lucha


por la inclusión de todos y todas ............................................................................................. 86

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Módulo 3: 40 años. Pensar la democracia

Clase 1: La transición a la democracia en Argentina entre


los años 80 y 90

¡Hola colegas!

Bienvenidos y bienvenidas a la primera clase del curso “40 años: Pensar la democracia”. En este
encuentro vamos a trabajar sobre el proceso de transición democrática, es decir, sobre los
acontecimientos sociales y políticos que tuvieron lugar entre los últimos años de la dictadura y los
primeros años de gobierno democrático.

Todas las sociedades que experimentaron violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos
y dictaduras, necesitan atravesar por procesos de transición que les permitan reconstruir tanto sus
sistemas políticos como las tramas sociales y culturales. Poder pensar estos procesos implica revisar
las bases sobre las que se construyó nuestro sistema democrático, lo que nos permitirá hacer una
evaluación crítica de la transición de la dictadura y de las deudas que todavía siguen pendientes.

En nuestro país, la transición a la democracia tuvo algunas características particulares que la


diferencian de otros procesos transicionales de la región. En primer lugar, pese al creciente
descontento social acumulado durante los últimos años, el paso de mando a las autoridades elegidas
por el voto popular transcurrió de manera ordenada. En segundo lugar, el cuestionamiento a los
militares y la discusión sobre cómo encarar el juzgamiento de los delitos cometidos estuvo en el
centro del debate durante la campaña electoral de 1983. Por último, la crisis económica que dejó la
dictadura tuvo consecuencias de muy largo plazo en nuestro país.

Para que nuestro sistema democrático sea un sistema sólido e inclusivo fue (y sigue siendo) necesario
atender a algunos problemas legados de la última dictadura. Si entendemos a la democracia como
una forma de gobierno y de convivencia que permite ampliar derechos y alcanzar mayores niveles de
igualdad e inclusión social, es necesario construir un consenso alrededor de la necesidad de
consolidar un sistema democrático respetuoso y garante de los Derechos Humanos. El aula es un
espacio fundamental para abrir estos debates, para garantizar derechos y para reflexionar sobre la
democracia que queremos construir.

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El terrorismo de Estado en Argentina: un punto de partida para pensar los
40 años de democracia
El 24 de marzo de 1976 un golpe de Estado encabezado por las Fuerzas Armadas derrocó al gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón. La dictadura que se instauró en el país disolvió el
Congreso, impidió el funcionamiento de los partidos políticos, prohibió la actividad sindical, anuló la
libertad de expresión y suspendió las garantías constitucionales de todas las ciudadanas y los
ciudadanos.

Esta no era la primera dictadura que atravesaba la Argentina, pero sí la única que se caracterizó con
la expresión “terrorismo de Estado”. La violencia durante estos años, que se extendió hasta 1983, se
articuló en torno a los más de 700 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que se
instalaron en distintos lugares del país y dentro de los cuales se llevó adelante la detención ilegal de
las personas secuestradas, la tortura, los delitos sexuales, el asesinato y la posterior desaparición de
los cuerpos, y la apropiación de niñas y niños nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus madres
y/o padres. Los secuestros se llevaban a cabo en la vía pública, muchas veces a la luz del día, y uno
de los objetivos de estos operativos era generar miedo y parálisis social. El terror estatal buscaba, de
manera sistemática y constante, eliminar a los adversarios políticos del régimen, pero también
disciplinar y amedrentar a la sociedad en su conjunto para quebrar los lazos sociales. Además de la
violencia, ejercida por fuera de todo marco legal, llevada adelante en los centros clandestinos de
detención, fueron implementadas otras acciones represivas contra la población como la prisión
política en cárceles comunes, la persecución, la censura, la vigilancia y el exilio obligado.

El terrorismo de Estado buscó también deshumanizar a quienes consideraba sus enemigos políticos,
les sustrajo su dignidad personal y los identificó con alguna forma del mal. Intentó borrar el nombre,
la historia e incluso hasta la muerte de las víctimas, a través de la desaparición de sus cuerpos,
privando a sus familiares y a toda la comunidad de la posibilidad de hacer un duelo frente a la pérdida.
La apropiación de niñas y niños también es una consecuencia de esta forma extrema de negarle
dignidad humana a aquellas personas que eran consideradas enemigas políticas para impedir, de esta
forma, la transmisión de su legado.

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Para ampliar la información sobre la última dictadura argentina (1976-1983), ver
el material Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina. Preguntas,
respuestas y propuestas para su enseñanza.
https://www.educ.ar/recursos/91374/pensar-la-dictadura-terrorismo-de-estado-en-
argentina

Imagen tomada en la visita ocular de la CONADEP a “Capuchita”, el lugar en donde eran


llevados los detenidos desaparecidos dentro del Centro Clandestino de Detención ubicado
en la ESMA. Archivo Conadep. Archivo nacional de la Memoria.

La represión y el disciplinamiento social, a su vez, tuvieron el objetivo de llevar adelante una


transformación profunda de la estructura política y económica-social que el país mantuvo durante
casi 40 años. Las Fuerzas Armadas y los sectores económicos que apoyaron el golpe de Estado
consideraban que la inestabilidad política y el origen de los conflictos sociales en la Argentina
obedecían al intervencionismo estatal bajo el modelo de sustitución de importaciones implementado
desde la década del treinta en adelante y al consiguiente protagonismo y fortalecimiento del
movimiento obrero organizado. Este modelo, basado en la industria y en el fortalecimiento del

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mercado interno, debía ser reemplazado por otro sostenido por la apertura del mercado exterior, la
libre competencia, el “libre juego de la oferta y la demanda” y la valorización financiera por sobre la
actividad productiva. El terrorismo de Estado, la fuerte represión sufrida por el movimiento obrero y
la destrucción del aparato productivo buscaron, a su vez, atomizar a la población y destruir los lazos
de solidaridad que unían a la sociedad.

Cabe destacar que el accionar de la última dictadura argentina se desarrolló en


coordinación con otras dictaduras latinoamericanas, bajo el amparo de la Doctrina
de la Seguridad Nacional. Esta estrategia represiva fue implementada por el
bloque occidental bajo el poder de Estados Unidos durante la Guerra Fría, y se
organizó alrededor del concepto de “guerra interna” como respuesta al peligro de
la expansión y la “invasión” comunista en la región.
Prueba de esto fue la inscripción de estas dictaduras al denominado “Plan Cóndor''
y su coordinación transfronteriza a través de los Servicios de Inteligencia de los
países del Cono Sur: Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Dicha
operación tenía como objetivos intercambiar información sobre individuos o
grupos insurgentes, organizar operativos en común, facilitar la captura de aquellas
personas consideradas peligrosas o que constituían, bajo el prisma de los
militares, serios obstáculos para la aniquilación de los “enemigos políticos”.

En 1977, en un contexto signado por la violencia sistemática ejercida desde el Estado para disciplinar
a la sociedad por medio del terror, comenzaron a organizarse tempranamente familiares de las
víctimas de la represión para visibilizar ante la opinión pública nacional e internacional la existencia
de presos políticos y desaparecidos. A través de distintas acciones, como manifestaciones y la
presentación de habeas corpus1 a la justicia, reclamaban conocer qué había pasado con sus familiares
y su aparición con vida, exigiendo verdad y justicia. La resistencia de organismos de derechos
humanos, como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos
y Detenidos por Razones Políticas, el Centro de Estudios Legales y Sociales o la Asamblea Permanente

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El recurso de habeas corpus es el derecho de todo detenido a ser conducido ante un juez o tribunal para que éste decida
sobre la legalidad de la detención.

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por los Derechos Humanos fueron un antecedente clave para lograr justicia en Argentina, sin el cual
no hubiera sido posible reconstruir la trama del dispositivo represivo estatal. Testimonios,
fotografías, registros y listados, entre otras pruebas, fueron aportadas por estos organismos para
iniciar, frente al silencio militar y la complicidad de un sector de la sociedad civil, el camino de la
justicia.

Foto de una de las primeras rondas de las Madres de Plaza de Mayo en el contexto de la
dictadura

Las consecuencias de todo lo vivido durante esos años persisten en el presente. Los juicios contra los
responsables del terrorismo de Estado nos remiten a ese “pasado que no pasa”, que continúa
inscripto en la trama social y política contemporánea, y que se hace notablemente visible con cada
persona que sigue reclamando justicia por la desaparición de algún familiar, como con cada persona
que tiene dudas sobre su identidad e inicia la búsqueda junto a Abuelas.

Crisis de la dictadura y apertura democrática


El 10 de diciembre de 1983 asumió la presidencia Raúl Alfonsín, el candidato de la Unión Cívica
Radical, que se había impuesto en las elecciones del 30 de octubre del mismo año con más del 51 %
de los votos. Su principal contrincante, el candidato del Partido Justicialista, Ítalo Luder, apenas había
superado el 40%. Como plantea Marcos Novaro (2006), estos comicios se desarrollaron después de

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una larga transición, que había durado varios años. Para llegar a esta situación hubo tres factores
principales: la situación económica, las denuncias por las violaciones a los Derechos Humanos y la
derrota en la guerra de Malvinas. En cuanto al primer punto, la economía argentina venía
empeorando a pasos cada vez más grandes desde 1979. Pese a una breve estabilización durante los
primeros años de la dictadura, el modelo económico había mostrado signos de un rápido
agotamiento y ninguna de las medidas “correctivas” parecía tener los efectos deseados. Así, entre
1979 y 1980, el desempleo crecía mientras el PBI y los salarios reales caían, situación que empeoraba
a causa de un aumento cada vez mayor de la deuda externa, la inflación y la fuga de capitales. Los
cambios en el gabinete no lograron contener el descontento social, ni tampoco conformar a los
sectores empresarios que habían sido importantes aliados de la dictadura durante los primeros años.

Incluso la Iglesia, otro importante aliado del régimen militar, empezaba a distanciarse públicamente
de la dictadura. En julio de 1981 publicó un documento titulado “Iglesia y comunidad nacional”, en
el que criticaba la “insensibilidad social” del régimen. Ese mismo mes se formó la Multipartidaria, un
espacio de articulación entre los partidos políticos mayoritarios y algunos más chicos que
comenzaban a plantear la necesidad de negociar una salida democrática. Esto marcó una nueva señal
del inicio del agotamiento del régimen, sobre todo teniendo en cuenta el silencio que habían
mantenido los partidos políticos durante los años previos. Pocos meses después, el 7 de noviembre,
y pese a las prohibiciones imperantes y a la dura represión que los esperaba, un sector del
sindicalismo realizaba su primera gran movilización contra la dictadura, la cual terminaba de dejar
asentado el fuerte descontento social.

Frente a esta situación, al interior de las Fuerzas Armadas comenzaba a discutirse la posibilidad de
una transición democrática, si bien esta idea todavía no tenía un consenso al interior del gobierno
militar. Un sector encabezado por Roberto Viola, presidente de facto desde marzo de 1981, sostenía
esta idea, mientras que el sector de Leopoldo Galtieri era contrario a una salida del régimen.
Finalmente se impuso esta postura y Galtieri se convirtió, en diciembre del mismo año, en el nuevo
presidente de facto.

En paralelo al agravamiento de la situación económica, la cuestión de los derechos humanos


comenzaba a pesar cada vez más. El Mundial de 1978 fue un intento del gobierno militar de mostrar
una imagen pacífica ante el mundo. Sin embargo, los organismos de derechos humanos
aprovecharon la presencia de los medios de comunicación internacionales para denunciar y difundir

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en otros países los graves delitos que estaba cometiendo la dictadura. A esto se sumaba la importante
labor de militantes exiliados quienes, en coordinación con organizaciones internacionales de
solidaridad, difundían en el exterior la situación local. Todo esto ayudó a que en el año 1979 la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decidiera hacer una visita a nuestro país para
constatar estas denuncias.

Pasar acá recuadro con las imágenes del boicot al mundial si puede ser un poco más grandes

Afiche del Comité de Boicot a la Organización del Mundial de Fútbol en la Argentina

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Afiche de la Cosofam Comisión de solidaridad con los familiares de desaparecidos
en América Latina, La Haya. Archivo: Familiares de Detenidos Desaparecidos por
razones Políticas. Memoria Abierta.

Esta visita no fue indiferente para el régimen militar. Más allá de que la represión no cesó, sí
disminuyó notablemente, al punto tal de que muchos Centros Clandestinos de Detención fueron
cerrados o modificados para que no coincidieran con las descripciones que los sobrevivientes habían
hecho de estos.

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Las y los invitamos a ver el fragmento de “Historia de un país” (11:03 - 19:40), que
narra brevemente lo ocurrido entre el Mundial de 1978 y 1980.
http://encuentro.gob.ar/programas/serie/8001/27

A partir de esta situación, pese a que el clima de censura y represión no permitía que se conocieran
ni los detalles ni su magnitud, poco a poco los delitos cometidos por la dictadura comenzaban a tener
cada vez más difusión entre la población local. Los medios de comunicación, que habían mantenido
un importante silencio durante los primeros años del régimen, hacia inicios de los ochenta
comenzaban a difundir cada vez más noticias sobre el destino de las víctimas del terrorismo de
Estado.

El sindicalismo, en un estado de alerta y movilización cada vez mayor, fue uno de los primeros actores
en incorporar los reclamos de los organismos de Derechos Humanos a sus propias reivindicaciones.
La Multipartidaria, por su lado, se mostró con mayor cautela, debido a que no quería que estos
reclamos obstaculizaran las negociaciones por la salida democrática.

El 30 de marzo de 1982 tuvo lugar la mayor movilización en contra de la dictadura. Convocada bajo
la consigna “Paz, Pan y Trabajo” por la CGT-Brasil, el sector del sindicalismo más combativo y opositor
al régimen militar, esta movilización reunió a miles de personas en la Plaza de Mayo y en varias
ciudades del país. Como era esperable, la movilización fue duramente reprimida.

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Imagen del dirigente sindical Saúl Ubaldini durante la movilización. Archivo: Telam

La marcha por “Paz, Pan y Trabajo” constituyó la principal muestra de descontento ante la dictadura.
Sin embargo, el gobierno militar tomó una medida rápida para revertir este descontento. Dos días
después, el 2 de abril de 1982 y nuevamente frente a una Plaza de Mayo repleta, Leopoldo Galtieri
anunciaba la recuperación argentina de las Islas Malvinas. Este hecho generó un nivel de adhesión
importantísimo, hasta el punto de que militantes exiliados o incluso manifestantes que habían sido

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detenidos el 30 de marzo se pronunciaron a favor de la recuperación de los territorios usurpados en
1833. La gran mayoría, incluso la propia Junta, entendían que Gran Bretaña no desplegaría tropas
hasta las Islas y procedería a reanudar las negociaciones por la devolución de las Islas a Argentina,
que se encontraban empantanadas.

Sin embargo, los ingleses respondieron militarmente. Los enfrentamientos armados comenzaron a
mediados de abril, y durante el conflicto enormes sectores de la población se mostraron
comprometidos y apoyando a los combatientes: en las escuelas se escribían cartas de aliento para
enviar a las islas, se hacían colectas de comida y había una gran expectativa social en el resultado de
la guerra. Una vez más, los medios de comunicación funcionaron como aliados de la dictadura y
transmitieron noticias distorsionadas que mostraban una situación mucho más favorable a la
Argentina de la que realmente estaba teniendo lugar. Si bien esto es habitual en todo conflicto bélico,
en Argentina se enmarca en un proceso de censura y control de los medios, cuando no de apoyo
explícito al régimen, que precedió al conflicto.

Delia Giovanola, de Abuelas de Plaza de Mayo, sostiene un cartel en el que reclama por los
desaparecidos en el contexto de la Guerra de Malvinas. Archivo general de la Nación.
Amadeo Becker Casabelle

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El 14 de junio, luego de cruentos enfrentamientos, el gobernador militar de Malvinas, Mario
Benjamín Menéndez, firmó el cese de fuego ante Inglaterra. Las tropas argentinas, en su mayoría
conscriptos que estaban realizando el servicio militar obligatorio, combatieron valientemente ante
un contendiente ampliamente superior en instrucción y equipamiento. Con la vuelta de los soldados,
comenzaron a darse a conocer las deplorables condiciones que se habían vivido en las islas, y que
incluían falta de alimentos y de elementos para abrigarse y malos tratos por los superiores. La derrota
precipitó la caída de la dictadura. Amplios sectores sociales, que habían acompañado la decisión de
recuperar las islas, consideraron que las Fuerzas Armadas nacionales habían fallado en su función
específica, además de sentirse engañados por los medios de comunicación y el propio gobierno.

Sin embargo, la manera en la que la sociedad argentina procesó la guerra fue compleja: no supo
acoger a las y los veteranos que regresaron al continente, en muchos casos con importantes secuelas
que terminaron en numerosos suicidios durante la posguerra. En términos más generales, se pudo
apreciar un proceso de “desmalvinización”, por el cual en la transición democrática fue difícil
desacoplar la legitimidad de la causa Malvinas de lo ocurrido durante el terrorismo de Estado. Solo
después de varios años las y los veteranos pudieron tener ese reconocimiento y Malvinas pudo
comenzar a ser pensado como un eje central para pensar la soberanía y la democracia.

Las y los invitamos a ver el siguiente fragmento de Navegar la historia (2:05 - 8:48)

https://www.youtube.com/watch?v=uvomHmiYV2A

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Los Derechos Humanos en el centro de la transición
A medida que la dictadura llegaba a su final, el reclamo por los derechos humanos comenzaba a
hacerse cada vez más visible hasta ganar un apoyo mayoritario dentro de la sociedad argentina. Si en
un primer momento la Multipartidaria se negaba a tomar las reivindicaciones de los organismos de
Derechos Humanos a partir de la idea de que esto podía obstaculizar las negociaciones por una salida
democrática, con el correr del tiempo estos reclamos fueron permeando primero dentro del
sindicalismo y luego dentro de los partidos políticos.

Gerardo Aboy Carlés (2001) plantea que el período de la transición democrática fue la primera vez
en la que la cuestión de los derechos civiles se puso en el centro de la escena y se constituyó en eje
de la discusión pública. Esto implicaba que se pusiera el foco en los derechos individuales y
universales, una cuestión que durante años había estado lejos de las principales preocupaciones y no
era concebida como una condición necesaria para la existencia de un sistema democrático.

La noción de derechos humanos (políticos, civiles, sociales, económicos, culturales) con carácter
universal e inherentes a todos los seres humanos por el simple hecho de ser personas es una
invención moderna que terminó de sistematizarse recién a partir de 1945 con la Declaración
Universal de Derechos Humanos, sancionada en 1948, y cuyos efectos comenzaron a hacerse visibles
en las siguientes décadas. En Argentina, esta concepción sobre los derechos humanos adquirió fuerza
política, social y cultural en los años de la transición democrática a causa del impacto que tuvo la
violación a esos derechos por parte del terrorismo de Estado. El sentido de la democracia que se
inauguró en 1983 en Argentina se construyó sobre esta concepción de los derechos humanos y le
otorgó importancia a la defensa de las libertades individuales, a la participación social y al pluralismo
político.

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Para más información sobre este tema, recomendamos la lectura del capítulo 3
del libro Derechos Humanos de la colección Derechos Humanos, Género y ESI,
disponible en: https://www.educ.ar/recursos/fullscreen/show/48077

De esta manera, la defensa de los derechos humanos pasó a ocupar un lugar central en el nuevo
pacto democrático, lo cual explica en parte la victoria de Alfonsín en las elecciones. Durante la
campaña, el candidato radical propuso el juzgamiento a los militares responsables de crímenes de
lesa humanidad, mientras que su principal adversario planteaba que iba a respetar la ley de
autoamnistía promulgada por la dictadura. Por lo tanto, es posible que el candidato radical encarnara
con mucha mayor claridad las reivindicaciones por Memoria, Verdad y Justicia, y este haya sido uno
de los factores determinantes para explicar el apoyo a su candidatura. Su trayectoria también
respaldaba este perfil, ya que se había desempeñado como abogado de presos políticos y formaba
parte de un organismo de Derechos Humanos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH).

En las elecciones de octubre de 1983, la sociedad argentina debatió su futuro y


discutió el pasado reciente. La campaña electoral con sus protagonistas,

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propuestas y discusiones puede recorrerse en las fotografías del recurso La
Campaña Electoral de 1983 en imágenes de Educar.

https://www.educ.ar/recursos/118328/la-campana-electoral-de-1983-en-
imagenes

Las promesas de la democracia


La democracia se inaugura con una serie de promesas, expectativas que el presidente electo
condensó en la histórica frase "con la democracia, se come, se cura, se educa...", planteando así que
el único camino posible para resolver los problemas de la sociedad era dentro del marco democrático.

Los y las invitamos leer el ejercicio 2 del libro "Pensar la democracia: treinta
ejercicios para trabajar en las aulas.

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https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-ejercicios-
para-trabajar-en-el-aula

Luego, a ver el micro de Canal Encuentro "Las promesas de la democracia" de la


serie Pensar la democracia.

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https://www.youtube.com/watch?v=XwMjGv07lmo&ab_channel=CanalEncuentr
o

¿Qué augura la nueva democracia? ¿A qué dificultades se enfrentó?

Una vez asumida la presidencia, Alfonsín cumplió con su palabra en relación con investigar y
sancionar los crímenes de la última dictadura. Después de una serie de debates, conformó la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), encargada de la redacción del
informe Nunca Más, y ordenó al Poder Judicial investigar y juzgar los delitos cometidos por la
dictadura. Tanto la CONADEP como el Juicio a las Juntas fueron casos pioneros en el mundo, en la
medida en que era el Estado el que investigaba y juzgaba sus propios delitos. El nivel de conmoción
social generado fue muy alto, hasta el punto de que las audiencias del juicio eran transmitidas por
los medios de comunicación y seguidas por gran parte de la ciudadanía.

Los y las invitamos a mirar un fragmento (20:56 - 37:56) de la videoconferencia de


Luciana Bertoia, en el marco de los cursos de Nuestra Escuela, en el que la especialista
explica las políticas de Alfonsín en relación al juzgamientos de los responsables de las
violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura:

https://www.youtube.com/watch?v=fLljlwxkaGE&ab_channel=InstitutoNacionaldeFor
maci%C3%B3nDocente

Si bien la idea del radicalismo era proponer un juicio ejemplar a las cúpulas militares, en el Juicio a
las Juntas abrió la posibilidad de extender el enjuiciamiento a todos los responsables. Pero esta
posibilidad se vio trunca, principalmente por presiones militares, y el gobierno de Alfonsín promulgó
las que luego pasarían a conocerse como “Leyes de impunidad”. La primera fue la Ley de Punto Final,
promulgada el 24 de diciembre de 1986 y que daba un plazo de 60 días para la presentación de
nuevas denuncias por delitos de lesa humanidad. Esta Ley, que buscaba limitar la apertura de nuevas
causas, tuvo un efecto contrario al buscado, ya que generó una avalancha de nuevas denuncias. En

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respuesta a esto aumentaron las presiones militares y durante la Semana Santa de 1987 tuvo lugar
lo que se conoce como el primer “levantamiento carapintada”, que exigía lo que denominaban “el
fin de la persecución” contra las Fuerzas Armadas, que en rigor significaba el fin de los juicios. Como
respuesta al levantamiento, el gobierno de Alfonsín impulsó una nueva ley, la Ley de Obediencia
Debida, que limitaba la responsabilidad sobre la mayoría de los delitos cometidos durante la
dictadura a los altos mandos y exculpaba a quienes se encontraban siguiendo órdenes. En la próxima
clase profundizaremos sobre las consecuencias judiciales de estas leyes, pero por lo pronto nos
interesa pensar de qué modo la transición democrática quedó en cierto sentido trunca, en la medida
en que una de las grandes reivindicaciones que había venido de la mano no pudo ser completamente
concretada.

Movilización de los organismos de Derechos Humanos en contra de la Ley de Punto Final

Los límites y obstáculos del proyecto democrático

Para comenzar le proponemos leer el ejercicio 6 del libro "Pensar la democracia:


30 ejercicios para trabajar en las aulas", elaborado por el Programa Educación y
Memoria en el año 2013, denominado "Economía de Guerra", páginas 40 a 43.

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¿Qué obstáculos enfrentó la democracia en sus primeros años? ¿Qué sectores y
actores sociales aparecen mencionados? ¿Estos problemas subsisten en la
actualidad o ya no representan una dificultad para la democracia?

https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-ejercicios-
para-trabajar-en-el-aula

En 1989 se realizaron unas nuevas elecciones, marcadas por una gran crisis económica y por la
presión de sectores militares. Este escenario no solo fue determinante para la derrota del
radicalismo, sino que además obligó a Alfonsín primero a adelantar la fecha de elecciones y
posteriormente la entrega del poder. Finalmente, el 8 de julio, y después de ganar las elecciones con
más del 47% de los votos, Carlos Saúl Menem asumía la presidencia. Su primera tarea fue resolver la
crisis hiperinflacionaria que se había agudizado desde la primera mitad de 1989 y que golpearía fuerte

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durante 1990. Para esto, la salida fue la implementación desde 1991 de lo que normalmente se
conoce como Plan de Convertibilidad, aunque en rigor se trataba de una combinación de dos medidas
económicas que no se superponían entre sí: un nuevo esquema cambiario y una serie de reformas
estructurales (Basualdo, 2003).

Estas medidas fueron acompañadas por una política de “pacificación nacional” o “reconciliación
social” que suponía, en el plano ligado a los Derechos Humanos, profundizar la impunidad, y que
tuvieron como medida más visible los indultos, una serie de decretos firmados entre los años 1989 y
1990 que perdonaba de forma oficial a militares por los delitos cometidos durante la dictadura y que
también incluía a civiles ligados a la dictadura o a delitos de lesa humanidad, a militares que habían
participado de los levantamientos “carapintadas” y a miembros de organizaciones armadas.

Sin embargo, pese a este avance de la impunidad y a este silencio impulsado desde el Estado, la
constante presión de los organismos de Derechos Humanos y el apoyo de sectores de la sociedad
civil hicieron posible que este período tuviera algunos aspectos que pueden ser considerados
“contradictorios” en la medida en que implicaron avances concretos en sus reivindicaciones. En
primer lugar, se dictaron una serie decretos y leyes que constituyeron lo que pasó a conocerse como
“leyes reparatorias”, las cuales daban indemnizaciones a víctimas del terrorismo de Estado y
familiares y constituían listados oficiales de víctimas. En segundo lugar, a partir de un acuerdo con
Abuelas de Plaza de Mayo se creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), un
organismo estatal encargado de colaborar con la búsqueda de las y los niños apropiados por la
dictadura. Por último, en la reforma constitucional de 1994 se les dio rango constitucional a los
tratados internacionales de Derechos Humanos.

Las promesas de la democracia y los años noventa


Durante la década de los noventa, una serie de fórmulas económicas promovidas por el gobierno
estadounidense y las instituciones internacionales de crédito, conocidas como el Consenso de
Washington, fueron adoptadas por los países latinoamericanos. Se impuso un nuevo patrón de
desarrollo caracterizado por la racionalización económica, el “achicamiento” del Estado, la mayor
integración de las economías regionales, una nueva forma de inserción internacional, así como
también por el predominio de la inversión privada y la lógica de mercado (García Delgado, 1994)

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Este nuevo patrón de desarrollo se inició con la última dictadura, pero fue recién con el impacto de
la crisis de la deuda externa cuando la región y Argentina realizaron un verdadero giro hacia estas
reformas neoliberales.

Si bien es cierto que los cambios internacionales incidieron fuertemente, en especial en los países en
vías de desarrollo con estructuras económicas más vulnerables, es cierto que las elites políticas y
económicas fueron fundamentales para el proceso de profundización del neoliberalismo.

A pesar de que muchos de los votantes esperaban el “salariazo” y la “Revolución Productiva”, el


nuevo gobierno emprendió otro rumbo y tejió alianzas buscando el apoyo de los grandes grupos
económicos. El cambio del modelo afectó las bases sociales de las organizaciones sindicales, lo que
implicó divisiones y nuevas formas de organización sindical; fue el caso de la Central de los
Trabajadores de la Argentina (CTA) que se presentaba como alternativa al sindicalismo tradicional, el
Movimiento de Trabajadores Argentino (MTA) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Estas tenían
en común oponerse a la CGT debido al claro apoyo que esta brindaba a los procesos de reforma

También se generaron nuevas lógicas de organización en los sectores populares que, por primera vez
en mucho tiempo, no estaban ligadas a los ámbitos de trabajo, en especial hacia fines de la década
de los noventa en donde el número de desocupados se acrecentó significativamente.

¿Qué sobrevivió de la consigna “Síganme”? ¿Por qué Menem, que llevó adelante una política que
desmontó el Estado de bienestar que había nacido con el peronismo, siguió obteniendo un
importante porcentaje de votos en las siguientes elecciones entre los sectores postergados?

Como señalamos en el libro Pensar la democracia, probablemente el “Síganme” escondía una


promesa que no tenía un contenido específico sino múltiples sentidos. Pero lo que el menemismo
concretó de ella fue la ilusión, en especial para las clases medias, de que era posible acceder a las
valiosas mercancías extranjeras sosteniendo la ficción de que un peso valía un dólar.

Los y las invitamos a leer el ejercicio 11 del libro Pensar la Democracia: treinta
ejercicios para trabajar en el aula y observen especialmente las imágenes.
https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-ejercicios-
para-trabajar-en-el-aula

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¿Qué significó la profundización del neoliberalismo? ¿Cómo afectó al mundo del trabajo y a la
subjetividad de los trabajadores y trabajadoras? ¿Qué memorias tenemos de esos años? ¿podemos
hablar de memorias encontradas?

Actividad de la clase

Luego de la lectura de la clase, las y los invitamos a compartir en el foro alguna


fotografía (puede ser propia o de algún medio de comunicación) o el fragmento de
algún testimonio que ilustre la transición democrática de los años ochenta y
noventa, desde la mirada de cada una de sus ciudades, pueblos o provincias,
acompañándola de una breve justificación que retome los contenidos de la clase.

Únicamente a modo de ejemplo, pueden ser: movilizaciones, actos,


transformaciones en alguna parte del espacio público, figuras locales significativas,
entre otras posibilidades.

Bibliografía
Aboy Carlés, Gerardo (2001). Las dos fronteras de la Democracia Argentina. La reformulación de las
identidades políticas de Alfonsín a Menem. Rosario: Homo Sapiens.

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Basualdo, Eduardo (2003). “Las reformas estructurales y el Plan de Convertibilidad durante la década de los
noventa. El auge y la crisis de la valorización financiera”, Realidad Económica, N° 200, Buenos Aires, IADE,
noviembre-diciembre.

García Delgado, D (1994) Estado & Sociedad. La nueva relación a partir del cambio estructural

Novaro, Marcos (2006). Historia de la Argentina Contemporánea. De Perón a Kirchner. Buenos Aires: Edhasa.

Recursos didácticos
Ministerio de Educación de la Nación (2010). Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina.
Disponible en https://www.educ.ar/recursos/91374/pensar-la-dictadura-terrorismo-de-estado-en-argentina

Ministerio de Educación de la Nación (2013). Pensar la democracia: treinta ejercicios para trabajar en el
aula. Disponible en https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-ejercicios-para-
trabajar-en-el-aula

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2021). Derechos humanos. Disponible en
https://www.educ.ar/recursos/157645/derechos-humanos

Créditos
Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y Educación
Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo citar este texto:


Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y Educación
Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación (2023). Clase 1: La transición a la democracia en Argentina
en los años 80. 40 años: Pensar la democracia. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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Módulo 3: 40 años. Pensar la democracia

Clase 2: Memoria, verdad y justicia, pilares de la


democracia

Bienvenidos y bienvenidas a la clase 2 del curso “40 años: Pensar la democracia”. Luego de la clase
pasada, en la que nos centramos en las características de la transición democrática, en esta
oportunidad vamos a trabajar sobre un aspecto central de este proceso: la lucha por memoria,
verdad y justicia, que consideramos pilares de la democracia en nuestro país.

En particular pondremos el foco en la búsqueda de justicia por los crímenes de lesa humanidad
perpetrados durante el terrorismo de Estado.

En tal sentido, la justicia demandada primero por los organismos de derechos humanos y luego por
amplios sectores de la sociedad, con avances y retrocesos es un valor de nuestra democracia.

Recordemos que una de las características centrales de la última dictadura fue el ejercicio de forma
clandestina de distintas formas de represión y violencia contra amplios sectores de la población. Se
calcula que hubo alrededor de 30.000 detenidos desaparecidos. Estas personas fueron secuestradas
ilegalmente y llevadas a Centros Clandestinos de Detención, en donde eran sometidas a tortura y sus
cuerpos, en muchos casos, fueron posteriormente desaparecidos (a través de los vuelos de la muerte,
del uso de fosas comunes o de otros métodos) para ocultar cualquier tipo de prueba.

A partir de esto, la búsqueda de Justicia fue uno de los reclamos fundamentales de los organismos
de Derechos Humanos, y se condensó en la consigna “Juicio y Castigo”. En nuestro país, a diferencia
de lo que ocurrió en otros que también vivieron procesos de violaciones masivas y sistemáticas a los
derechos humanos, el juzgamiento de los perpetradores tuvo dos particularidades: que se realizó
inmediatamente después de terminada la dictadura, y que el proceso judicial fue llevado a cabo por
un tribunal nacional. Esto permitió que amigos/as, compañeros/as y toda la sociedad en su conjunto
pudiera conocer acerca de lo acontecido y que los hechos fueran considerados crímenes que
merecían castigo. Este juzgamiento temprano formó parte del proceso de reparación para las

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víctimas, pero también constituyó un mensaje hacia la sociedad para diferenciar el pasado dictatorial
del presente democrático.

Recordemos que el único de los candidatos en las elecciones de 1983 que incluyó el tema de los
derechos humanos en los debates fue Raúl Alfonsín, luego electo primer presidente de la democracia.

Como vimos la clase pasada, la rápida apertura del proceso judicial se encontró con una enorme
resistencia por parte de las Fuerzas Armadas, que no querían que estos juicios se realizaran y que,
por lo tanto, llevaron a cabo una serie de levantamientos militares con el objetivo de impedirlo. A
raíz de estos sucesos, se sancionaron la Ley de Punto Fina, Ley de Obediencia Debida, y los indultos,
que permitieron garantizar la impunidad durante casi dos décadas. Así, pese al enorme impulso
inicial, hubo que recorrer un largo y sinuoso camino para que los militares responsables de delitos de
lesa humanidad pudieran ser juzgados y condenados. Recién en el año 2003, dos décadas después
de la vuelta de la democracia, las leyes de impunidad fueron derogadas y los juicios pudieron ser
reabiertos. A lo largo de esta clase vamos a trabajar sobre este proceso y a analizar las
particularidades que tuvo la Justicia en cada etapa.

La obtención de justicia luego de los delitos de lesa humanidad cumple un rol


fundamental para el funcionamiento democrático de las instituciones, reconstruyendo
la trama social desgarrada por el terror estatal y constituyendo, al mismo tiempo, un rol
pedagógico para la sociedad. Por un lado, el proceso judicial permite obtener
información importante para conocer la verdad de lo ocurrido durante estos genocidios,
al mismo tiempo que transmite el mensaje de que estos delitos no quedarán impunes,
sino que serán juzgados y condenados con el objetivo de que estos hechos nunca más se
repitan. Como decíamos anteriormente contribuyen a diferenciar el pasado del presente
democrático.

El Juicio a las Juntas: entre la justicia y el poder militar


Una vez terminada la dictadura, el presidente Raúl Alfonsín se enfrentaba al desafío de impulsar los
procesos judiciales, lo cual había sido una de sus más importantes promesas de campaña. Para hacer
esto era necesario impugnar la validez de la que se conoce como ley de autoamnistía, en rigor

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llamada Ley de pacificación nacional, que había sido promulgada por la dictadura en septiembre de
1983 y que impedía juzgar toda actividad represiva que hubiera sido llevada a cabo por la dictadura
hasta el 17 de junio de 1982, lo que buscaba garantizar la impunidad de los delitos cometidos durante
el terrorismo de Estado.

Una vez derogada la ley de autoamnistía, se abría el debate sobre cuál iba a ser el mecanismo
utilizado para juzgar los delitos de la dictadura. Los organismos de Derechos Humanos proponían la
creación de una comisión bicameral encargada de investigar y condenar estos delitos, pero el
gobierno se oponía porque creía que una comisión integrada por legisladores podría promover penas
duras y “ejemplificadoras” de difícil cumplimiento, y que teniendo en cuenta el poder que aún
ostentaban las Fuerzas Armadas se pusiera en riesgo la gobernabilidad.

La alternativa que propuso Alfonsín fue la creación de una “comisión de la Verdad”, es decir, un grupo
de personas notables provenientes de la sociedad civil que se encargaría de investigar estos delitos,
pero sin poder para dictar condenas. Así fue como el 15 de diciembre de 1983 se creó la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). La mayoría de los organismos de Derechos
Humanos, en línea con su proyecto original, se opusieron a esta propuesta y se negaron a integrar
formalmente esa comisión. Sin embargo, en la medida en la que reconocían la importancia de la tarea
que se llevaba a cabo, finalmente terminaron colaborando con su labor ofreciendo documentación,
archivos personales e incluso espacios físicos en las ciudades en las que la CONADEP no contaba con
oficinas propias.

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Una de las tareas más importantes de la CONADEP fue el reconocimiento de los centros
clandestinos de detención que funcionaron en diferentes lugares del país durante la
última dictadura. En esta fotografía se observa el trabajo realizado en el mes de junio de
1984 en la Compañía de Arsenales 5 “Miguel de Azcuénaga”, provincia de Tucumán,
donde operó uno de los centros de detención ilegal de esta provincia, en este caso una
dependencia del Ejército.
Foto: Archivo Nacional de la Memoria.

La tarea de la CONADEP fue la de investigar y recibir información y denuncias acerca de los


mecanismos represivos ilegales de la última dictadura, que incluyeron, entre otros delitos,
secuestros, torturas y desaparición de personas. Todo esto se plasmó en el informe Nunca Más, el
cual fue entregado al presidente Raúl Alfonsín el 20 de septiembre de 1984 y que se constituyó
inmediatamente en un documento de importancia fundamental para conocer los delitos perpetrados
por la dictadura. Uno de sus méritos principales es que permite probar la existencia de un plan
sistemático de desaparición de personas, lo que dejaba automáticamente descartadas las hipótesis
sobre “errores” o “excesos” de sectores de las Fuerzas Armadas.

El paso siguiente a esta investigación era el correspondiente al ámbito judicial. Inicialmente, al ser
delitos cometidos por personal militar, correspondía al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
llevar a cabo el proceso judicial. Sin embargo, en el mismo mes de la entrega del informe Nunca Más,

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el Consejo se expidió y planteó que no iba a presentar ninguna sentencia, por lo que el 4 de octubre
de 1984 la Cámara Federal tomó la causa y dio inicio al hoy célebre Juicio a las Juntas.

El juicio tuvo lugar entre abril y diciembre de 1985 y en él se juzgó exclusivamente a los miembros de
las tres primeras juntas militares, que gobernaron el país entre 1976 y 1982: los generales Jorge
Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola y Leopoldo Fortunato Galtieri; los almirantes Emilio Eduardo
Massera, Armando Lambruschini y Jorge Isaac Anaya; y los brigadieres Orlando Ramón Agosti, Omar
Graffigna y Basilio Lami Dozo. Las sentencias fueron diversas: desde cadenas perpetuas para Videla y
Massera hasta absoluciones para Graffigna, Lami Dozo, Galtieri y Anaya.

De izquierda a derecha: Armando Lambruschini, Leopoldo Galtieri, Orlando Agosti, Jorge


Videla, Omar Rubens Graffigna, Jorge Anaya, Basilio Lami Dozo, Roberto Viola y Emilio
Massera, miembros de las Juntas Militares, en el histórico Juicio a las Juntas de 1985.
Fuente: Archivo Télam.
Galería de imágenes: En busca de justicia por los crímenes de lesa humanidad
https://www.educ.ar/recursos/118882/en-busca-de-justicia-por-los-crimenes-de-lesa-
humanidad

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Estas sentencias dejaron sensaciones encontradas en la sociedad y los organismos de Derechos
Humanos. Por un lado, se consideraba sumamente valioso que se hubiera podido juzgar a los
dictadores con un tribunal nacional y que Videla y Massera, las dos figuras más emblemáticas de la
dictadura, hubieran sido condenados con cadena perpetua. Por otro lado, el resto de las condenas
fueron consideradas excesivamente bajas, sobre todo las cuatro absoluciones.

Si las dos cadenas perpetuas confirmaban las expectativas iniciales que se habían depositado en el
proceso de justicia a la vuelta de la democracia, los sucesos de los años siguientes al juicio acentuaron
más las desilusiones causadas por las bajas condenas recién mencionadas. En primer lugar, en 1986
la Corte Suprema de Justicia dio lugar a las apelaciones y redujo todavía más algunas de las penas
dictadas inicialmente. Por otro lado, entre 1986 y 1987 fueron sancionadas las que se conocen como
Leyes de Impunidad: la Ley de Punto Final, que disponía un plazo de 30 días para la recepción de
nuevas denuncias por los delitos cometidos por la dictadura, y unos pocos meses después la Ley de
Obediencia Debida, que planteaba que quienes tuvieran rangos menores en la jerarquía de las
Fuerzas Armadas no eran responsables por los delitos cometidos en la medida en que se encontraban
siguiendo órdenes. Con estas dos leyes quedaba inaugurada la etapa de la impunidad en la Argentina.

Los años noventa, un contexto atravesado por la impunidad


Los últimos años del gobierno de Alfonsín estuvieron marcados por una gran debilidad institucional.
A la enorme crisis económica se sumaban las presiones militares por los avances en las condenas e
investigaciones judiciales. En 1987 tuvo lugar el primero de una serie de levantamientos carapintadas
encabezados por el Teniente Coronel Aldo Rico, el cual tuvo como resultado la sanción de la Ley de
Obediencia Debida.

El 16 de abril de 1987, el exmayor Ernesto Barreiro, acusado de cometer violaciones a los


derechos humanos durante la última dictadura militar, se negó a presentarse ante la
Justicia Federal, y se sublevó tomando un regimiento de infantería. Otras dependencias
militares apoyaron esa actitud, inclusive Campo de Mayo, al mando del teniente coronel
Aldo Rico. El temor por un nuevo golpe militar acechó al pueblo argentino. El
levantamiento carapintada culminó el domingo 19, tras la negociación con el presidente

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Raúl Alfonsín. Este hecho produjo, tiempo después, la implementación de la Ley de
Obediencia Debida. Invitamos a ver el episodio dedicado a este hecho de la serie "En la
calle, la historia".

https://www.educ.ar/recursos/112180/semana-santa

Esta situación forzó al gobierno, cada vez más débil, a una salida anticipada que tuvo lugar el 8 de
julio de 1989, cinco meses antes de lo estipulado. Si, con sus aspectos contradictorios, el gobierno de
Alfonsín se había propuesto avanzar con la justicia por los delitos cometidos por la dictadura, el nuevo
gobierno de Carlos Saúl Menem proponía una nueva política de olvido fundada en una supuesta
“pacificación nacional” y “reconciliación social”. El espíritu de su propuesta se basaba en “dejar atrás
las heridas del pasado”, lo cual implicaba garantizar la impunidad. Así, al poco tiempo de asumir dictó
los indultos, una serie de diez decretos con los que el Estado “perdonaba” a miembros de la dictadura
por los crímenes cometidos y dejaba en libertad a quienes tenían condenas. Estos indultos también
incluyeron a militares carapintadas y a unos pocos procesados por acciones guerrilleras.

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En contra del indulto, diario Sur, 8/10/1989.

Los primeros años desde la vuelta de la democracia estuvieron marcados por la tensión entre la
búsqueda de justicia y los intentos de garantizar la impunidad. Pero también es importante prestar
atención a lo que ocurría a inicios de la década de 1990. Si bien la política de olvido impulsada por el
gobierno de Menem pretendía cerrar el círculo de la impunidad abierto por las leyes de Punto Final
y Obediencia Debida, la búsqueda de “reconciliación” también dejaba lugar para ciertos avances de
importancia. Uno de ellos fueron las leyes reparatorias creadas por el decreto 70 de 1991, que
otorgaban reparaciones económicas a quienes hubieran sido detenidos y puestos a disposición del
Poder Ejecutivo Nacional. Estas reparaciones fueron ampliadas para incluir a la mayor parte de los
presos políticos con la Ley 24.043 del mismo año y a la totalidad de los detenidos desaparecidos y
asesinados por la dictadura con la ley 24.411 de 1994 (en este caso, la reparación la cobraban sus
familiares). También en 1992 se creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, organismo
estatal que colaboraba con la búsqueda de nietos apropiados realizada por Abuelas de Plaza de
Mayo. Por último, es importante mencionar que en la reforma constitucional de 1994 se incluyó a los
tratados internacionales de Derechos Humanos, los cuales pasaron a tener jerarquía constitucional.

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Si bien una lectura inicial de la Reforma constitucional de 1994 puede ser explicada por el interés del
presidente Carlos Menem de buscar su reelección, la misma es un hito relevante para nuestra
democracia. En la nueva Carta Magna se revisaron y actualizaron aspectos vinculados a:

-el sistema político, con la elección directa del Presidente y Vicepresidente e inclusión del ballottage;
la elección directa de tres senadores (de los cuales uno debería representar a la minoría); elección
directa del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; reducción del mandato
presidencial a cuatro años; única posibilidad de reelección presidencial; creación del cargo de Jefe de
Gabinete de Ministros; creación del Consejo de la Magistratura; acuerdo del Senado por mayoría
absoluta para la designación de los jueces de la Corte Suprema;

-la introducción de nuevos derechos, se incluyeron los derechos de usuarios y consumidores, el


derecho al medio ambiente sano, el amparo, el habeas corpus, el habeas data entre otros
mecanismos para garantizar y ejercer derechos;

-otorgó jerarquía constitucional a los tratados de derechos humanos. De esta manera, estos tratados
pasan a ser, junto a la Constitución Nacional, leyes supremas de mayor rango en nuestro país a partir
de las cuales se organiza el sistema institucional y normativo en la Argentina;

- la incorporación inciso 17 del artículo 75, que reconoce la preexistencia de los Pueblos Originarios,
garantiza sus derechos y asegura su participación en todos los temas de interés para sus
comunidades.

Los y las invitamos a leer el ejercicio 16 del libro Pensar la democracia: treinta
ejercicios para trabajar en las aulas y observar las imágenes páginas 80 a 83.

¿Qué otras modificaciones al régimen político y derechos contempló la


reforma constitucional? ¿Cómo se relaciona esto con el proceso de restitución
de restos a las comunidades indígenas? ¿Qué preguntas sobre el presente de
los pueblos indígenas tenemos hoy?

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https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-
ejercicios-para-trabajar-en-el-aula

El contexto de impunidad también tuvo efectos no previstos, como la confesión de Adolfo Scilingo,
un marino que admitió en un programa de televisión que había participado de los vuelos de la
muerte. El marco de impunidad parecía garantizar que una confesión como esta no tendría
consecuencias a nivel judicial. Sin embargo, produjo un quiebre en la opinión pública y generó que
los discursos vinculados al terrorismo de Estado volvieran gradualmente a adquirir un lugar de
centralidad.

Los Juicios por la Verdad y la anulación de las leyes de impunidad


El escenario abierto a partir de la declaración de Scilingo permitió a los organismos de Derechos
Humanos llevar a cabo nuevas estrategias para volver a reclamar por justicia. A esto se sumaba la
aparición de un nuevo actor en la escena, las hijas e hijos de desaparecidos que formaban parte de
Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.), una agrupación

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fundada a fines de 1995 que, además de sumarse a la lucha de los otros organismos de Derechos
Humanos, se encargó de organizar los escraches, en los que iban a los domicilios de genocidas
impunes con el objetivo de visibilizar los delitos cometidos bajo el lema “si no hay justicia hay
escrache”.

Durante esta época los organismos de Derechos Humanos empezaron a impulsar la creación de sitios
de memoria en distintas partes del país, tales como el Museo de la Memoria en Rosario o el Parque
de la Memoria en la Ciudad de Buenos Aires, tema sobre el que profundizaremos en la cuarta clase.

Nos detendremos en tres acontecimientos importantes de fines de esa década vinculados al terreno
jurídico.

1) En primer lugar, en 1996 se abrieron juicios contra los militares implicados en apropiación de
menores. Estos delitos habían quedado por fuera de las leyes de impunidad y por lo tanto
podían ser juzgados. Fue en este marco que la justicia comenzó a investigar la existencia de
un Plan sistemático de apropiación de niños y niñas, y cuya sentencia implicó el
encarcelamiento en 1998 de algunos de sus principales responsables, entre ellos Videla y
Massera.

2) En 1999 se realizaron en distintos puntos del país los Juicios por la Verdad. A pesar de que los
responsables de los delitos cometidos por la dictadura no podían ser condenados,
comenzaron a realizarse una serie de procedimientos judiciales que, si bien no tenían efectos
penales, apuntaban a un objetivo reparador vinculado a conocer el destino de las víctimas.

3) Por último, también en 1998 fueron derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Aunque en términos legales esta derogación no tenía efectos jurídicos, por lo que no
habilitaba la reapertura de causas penales, tenía efectos simbólicos importantes ya que
marcaba un compromiso del Estado con la memoria de las víctimas.

El cambio de milenio también vino de la mano de nuevos avances vinculados a la Memoria, la Verdad
y la Justicia, y sobre todo a la posibilidad de avanzar con los juicios a los militares. El más importante
de ellos ocurrió en el año 2001, cuando el juez federal Gabriel Cavallo declaró la inconstitucionalidad
de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, lo que constituía un primer paso para la reapertura
de los procesos penales. La declaración de 2002 por parte del Congreso Nacional del 24 de marzo

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como “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, daba cuenta también del creciente
compromiso por parte del Estado con los Derechos Humanos.

El cambió definitivo de etapa comenzaría en el año 2003, con la asunción de Néstor Kirchner al frente
de la presidencia. Este nuevo período de gobierno implicó un compromiso total por parte del Estado
con las políticas de Derechos Humanos y de Memoria, Verdad y Justicia. Uno de los primeros avances
en este sentido fue el apoyo ese mismo año al proyecto de Ley presentado por la diputada Patricia
Walsh que declaraba la nulidad de las leyes de impunidad. La ley 25.779 habilitaba, ahora sí, el
procesamiento de los militares que habían cometido delitos de lesa humanidad. De manera
complementaria, la ley 25.778 otorgaba rango constitucional a la Convención sobre
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad, lo que implicaba que los delitos
cometidos por la dictadura no prescribían. También en 2003 el presidente Kirchner derogó el decreto
firmado por el ex presidente Fernando De La Rúa que dictaba el principio de territorialidad que
impedía las extradiciones a militares que estaban siendo juzgados por delitos de lesa humanidad en
el extranjero.

El 24 de marzo del año 2004 ocurrió uno de los hechos más importantes en lo referente a la memoria
del terrorismo de Estado. En un nuevo aniversario del golpe militar, el presidente Néstor Kirchner
ordenó el retiro de los cuadros de Videla y Bignone del Colegio Militar y, en el marco de un acto
masivo en el mismo predio, anunció la expropiación de la ESMA a la Marina para convertirla en un
sitio de memoria de los delitos cometidos por el terrorismo de Estado, el Espacio para la Memoria y
la Promoción de los Derechos Humanos.

Por su importancia histórica, el Museo Sitio de Memoria ESMA actualmente se está

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presentando a la candidatura para ser declarado como Patrimonio de la Humanidad.

En el año 2005, con un nuevo marco legal vigente, la Cámara de Apelaciones, primero, y luego la
Corte Suprema de Justicia confirmaron la declaración de nulidad de las leyes de impunidad que había
realizado el juez federal Cavallo. Ya desde el año 2003, en consonancia con la votación en el Congreso
Nacional, se habían ordenado las primeras detenciones, pero todavía era necesario que la Corte
Suprema confirmara estas decisiones. A partir de este fallo, definitivamente había vía libre para la
reanudación de las causas por delitos de lesa humanidad y en nuestro país comenzaba a cerrarse la
etapa de impunidad.

Una mirada de "la justicia" más allá de las instituciones. Los juicios y su rol
"pedagógico" de la sociedad
Si bien estos contenidos comenzaron a aparecer en las escuelas desde algunos años antes, con la
sanción de la Ley de Educación Nacional Nº 26.206, del año 2006, el sistema educativo argentino
asumió el compromiso y el desafío de incorporar la enseñanza sobre el pasado reciente . Esta
incorporación fue de la mano, y forma parte, del renovado compromiso por parte del Estado con el
recuerdo del pasado reciente y con las políticas públicas de Derechos Humanos. Entre muchos otros,
uno de los resultados de estas políticas fue la creación del Programa Educación y Memoria del
Ministerio de Educación de la Nación y más tarde, la inclusión de los temas de memoria y derechos
humanos en los núcleos de aprendizaje priorizados.

Desde tiempos de la dictadura, los organismos de Derechos Humanos insistieron en que la única
reparación posible de los delitos cometidos era por la vía institucional y, por lo tanto, la obtención de
Justicia se convirtió automáticamente en uno de los faros que guiaron su militancia durante décadas.

En función de esto, una idea que sostenían los organismos de Derechos Humanos y que siempre fue
compartida por amplios sectores de la sociedad es que la impunidad respecto del pasado traerá
impunidad en el futuro, una idea que muchas veces se expresa a partir de la frase que dice que hay
que recordar para que estos hechos no se vuelvan a repetir. Esta idea era compartida por el
presidente Alfonsín en tiempos de la “primavera democrática”, y fue bajo esta mirada que impulsó
la creación de la CONADEP y la realización del Juicio a las Juntas.

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La realización de los distintos juicios por crímenes de lesa humanidad no sólo es importante porque
permitió asignar responsabilidad a los responsables. Frente a un contexto en el que la dictadura había
hecho todo lo posible por ocultar sus delitos, la instancia judicial permitió comprobar de manera
fehaciente que estos delitos existieron. Asimismo permitió comprender y conocer buena parte la
dinámica del funcionamiento del aparato represivo y del plan sistemático de desaparición de
personas implementado por la dictadura.

Los procesos judiciales de principios de los años 80 significaron una primera reivindicación por la
obtención de justicia. La reapertura de los juicios a partir del año 2003 permitió, en un contexto muy
distinto al de los primeros años de la recuperación de la democracia, que en las instancias judiciales
se consideraran demandas o aspectos de las denuncias por violaciones a los derechos humanos
durante el terrorismo de Estado que antes no habían sido escuchadas. Este es el caso de la
responsabilidad civil y empresarial en delitos de lesa humanidad o, más recientemente, la
sistematicidad de la violencia sexual padecida por las detenidas como violencia específica de género
en los centros clandestinos de detención.

La existencia de todas estas instancias constituye un reconocimiento formal por parte del Estado, en
el presente, de los delitos que el mismo Estado cometió en el pasado y garantizar la reparación a sus
víctimas.

Al mismo tiempo, estos juicios fortalecen la cultura democrática de nuestra sociedad, en la medida
en que afianzan los valores democráticos y consolidan un piso de verdad, que fortalece el rechazo de
las expresiones negacionistas o que buscan distorsionar los acontecimientos para justificar los
crímenes y demandar impunidad.

Los juicios por delitos de lesa humanidad tienen un valor pedagógico, fortalecen la
construcción de una sociedad democrática al permitir que la sociedad en su conjunto, a
través de las instituciones, conozca los hechos y que los mismos sean reconocidos por el
Estado como crímenes graves que atentan contra la humanidad. La asignación de
responsabilidad penal permite la reparación a las víctimas directas y contribuye a
reparar simbólicamente a la sociedad aportando a la reconstrucción del lazo social.
Posibilita que las voces de las víctimas sean escuchadas y reconocidas socialmente.

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Es importante pensar a la escuela como un actor no ajeno a estos procesos. Los juicios son públicos,
en algunos casos es posible asistir a las audiencias, en otros es posible acceder a registros de estas o
a las sentencias. El proceso de justicia llevado a cabo en nuestro país tiene características inéditas y
específicas que tienen que tener un lugar en el aula. Invitar a las y los estudiantes a reflexionar, a
investigar al respecto, a intercambiar ideas en torno al rol que tuvieron los organismos de derechos
humanos en la recuperación y construcción de la democracia en estos 40 años, la importancia de las
instituciones en la democracia y la necesidad de que estas se renueven y cumplan la función de
garantizar cada vez más derechos. Estos temas, permiten comprender el pasado reciente y consolidar
y fortalecer los valores democráticos en el presente.

El juzgamiento de los responsables del terrorismo de Estado en la


Argentina, iniciado en plena transición democrática, permitió que los
crímenes cometidos durante ese período se evidenciaran con una
singularidad de enorme trascendencia. La publicación El camino de los
Juicios: las luchas por Memoria, Verdad y Justicia en la Argentina
profundiza en la temática y brinda una serie de recursos y orientaciones
para trabajar la temática en el aula. Disponible en

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https://www.educ.ar/recursos/158666/el-camino-de-los-juicios-la-lucha-
por-memoria-verdad-y-justi

Los desafíos de la democracia: las escuelas frente al negacionismo y los


discursos de odio
Las formas de negacionismo, la distorsión y la banalización de la historia son parte del andamiaje de
los crímenes masivos. De acuerdo a Daniel Feierstein (2011), se trataría de una de las formas de la
realización simbólica de los genocidios entendido este como una práctica social que no concluye con
el aniquilamiento físico del grupo. Existe un momento posterior, la realización simbólica, una etapa
que abarca una dimensión ideológico-simbólica en donde determinadas formas de narrar,
representar e interpretar lo sucedido se consolidan y propician la reestructuración de las relaciones
sociales que el genocidio se propuso eliminar. Por eso decimos, junto a Daniel Rafecas, que el
negacionismo esconde un proyecto político por detrás.

La negación de los crímenes atroces busca desconocer, deslegitimar a las víctimas y borrar los rastros
criminales de quienes los perpetraron. En nuestro país estos discursos se caracterizaron
históricamente por negar los crímenes del último régimen dictatorial haciendo uso de la llamada
teoría de los dos demonios o cuestionando el número de personas desaparecidas.

Es importante decir que la teoría de los dos demonios no siempre fue utilizada como un intento
deliberado de deslegitimar a las víctimas visibilizando sus militancias, sino en muchos casos correr el
énfasis hacia las circunstancias de desaparición o asesinato implicaba la posibilidad de que las
denuncias fueran escuchadas. En este contexto, es impreciso simplificar la teoría de los dos
demonios como un intento de únicamente despolitizar la memoria de las víctimas, ya que durante la
década de los ochenta aparecía como una herramienta para que familiares y militantes de Derechos
Humanos pudieran hacer oír sus discursos frente a una sociedad que reclamaba justicia, pero a la vez
que necesitaba hacer un corte con un pasado reciente marcado por la violencia.

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Muy lejos de estas miradas, hoy en día asistimos a un fenómeno que el sociólogo Daniel Feierstein
(2018) ha denominado como la teoría de los dos demonios recargada. En el contexto actual, hay
sectores que buscan deslegitimar las políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia y de Derechos
Humanos. Para esto, lo que buscan es volver a pensar la violencia de la década de los años setenta
en la clave de la teoría de los dos demonios para así darle a la violencia de las organizaciones armadas
una entidad que nunca tuvo y, en la misma operación, relativizar la violencia ejercida por la dictadura.

Asimismo, la novedad radica en la articulación con otros discursos de odio (violencia de género,
transfobia) y su circulación mediante nuevas tecnologías. Su incidencia actual en las disputas por la
construcción colectiva de la memoria constituye un desafío necesario para pensar la vida en común
en el marco de los cuarenta años desde la recuperación de la democracia.

La negación de un genocidio, cualquiera sea, busca borrar la historia del mismo


intentando afirmar que éste no ocurrió y, al hacerlo, pretende legitimar las
violencias ocurridas en dicho proceso o buscan la impunidad, o socavar acuerdos
sociales construidos en las sociedades democráticas como la justicia, el
reconocimiento de las víctimas, entre otros. La distorsión puede ser más compleja
de identificar pero también busca negar los hechos, deslegitimar a las víctimas y
justificar la violencia, entre otras estrategias.

Además del exterminio físico de las víctimas y de sus proyectos políticos, la realización simbólica
implica también la eliminación en el plano simbólico, para así reorganizar relaciones sociales y
producir nuevas representaciones que generen un terreno fértil para el avance de discursos extremos
como se observa en la actualidad en varios lugares del mundo incluida América latina.

Por su parte, Daniel Feierstein llama la atención sobre la efectividad de los discursos negacionistas
en la actualidad y como están disputando el sentido y cuestionando los consensos democráticos.

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Los y las invitamos a escuchar la entrevista realizada a este reconocido sociólogo desarrollada por el
Programa Educación y Memoria y Educar, en el marco de la Colección Narrativas Negacionistas: las
escuelas frente a los discursos de odio.

https://www.youtube.com/watch?v=TxPbqizmGpk&ab_channel=EducarPortal

¿Cómo describe el fenómeno de los discursos de odio? ¿Qué estrategias propone para enfrentarlos?
¿Qué propuesta de intervención plantea para las escuelas?

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró, en mayo de 2019, que los discursos de odio
constituyen una amenaza para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz. La ONU
especifica que “en el lenguaje común, la expresión “discurso de odio” hace referencia a “un discurso
ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza,
la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social”.

Micaela Cuesta, especialista en comunicación, analiza la producción y circulación de discursos de odio


en las redes sociales y cómo estos afectan a la calidad de la democracia. Afirma que existe en estos
espacios una naturalización de la violencia que facilita los vínculos detrás de la pantalla que es
necesario identificar para proponer otras formas de vincularse que mejoren la calidad de la discusión
pública. Asimismo, sostiene que las formas de negación y discursos de odio operan en el presente no
son cosa del pasado afectando la credibilidad y la confianza en la democracia.

Las y los invitamos a ver la entrevista a esta destacada especialista que integra el Laboratorio de
Estudios sobre Democracia y Autoritarismo.

https://www.youtube.com/watch?v=gtVEY8a8N8c&ab_channel=EducarPortal

¿Cómo define los discursos del odio y qué características tienen en nuestro país? ¿Cómo afectan a la
democracia? ¿Qué lógicas operan en las redes que favorecen la producción y circulación de los
discursos de odio?

Ahora bien, muchas veces escuchamos que las personas que adhieren, producen y circulan discursos
de odio se amparan en la libertad de expresión para rechazar todo cuestionamiento. La libertad de
expresión, ¿admite y avala cualquier discurso? ¿existen límites a este derecho? la especialista en
derecho Valeria Thus, trae esta discusión y sostiene que es una discusión que debe plantearse la

43
democracia y que hay que discutir las relaciones sobre igualdad y libertad que en definitiva es discutir
el núcleo duro del liberalismo que, en la actualidad, es necesario pensar en clave de siglo XXI, pensar
los límites por lo que se afecta son las condiciones de igualdad.

Las y los invitamos a ver la entrevista a esta destacada especialista en derecho penal

https://www.youtube.com/watch?v=YKPoLBbGkpw&ab_channel=EducarPortal

¿Qué significa discutir sobre la penalización o no de los discursos de odio? ¿Cuáles son las preguntas
que debe hacerse la democracia? ¿Es deseable? ¿Qué vamos a criminalizar? ¿Qué valores importan,
en qué situaciones vamos a criminalizar?

A diferencia de lo que ocurrió algunas décadas atrás, se aprecian en la actualidad una serie de
discursos negacionistas que buscan desandar los avances que tantos años costó construir, como
cuando se cuestiona la cantidad de víctimas del terrorismo de Estado, bajo el supuesto de que una
cantidad de víctimas menor haría menos graves estos delitos. Por eso, es importante valorar el lugar
que la escuela ha construido como uno de los primeros lugares para transmitir y fortalecer la cultura
democrática de nuestra sociedad, lo que implica, entre otras cosas, un rechazo total y absoluto a
cualquier forma de violencia, discriminación y negación de la historia.

A modo de cierre los invitamos a escuchar la entrevista al especialista en derecho y en temas del
pasado reciente y Holocausto, Daniel Rafecas, que destaca el rol de la tarea educativa para
contrarrestar estos discursos:

https://www.youtube.com/watch?v=_QLqxj0AWaE&feature=youtu.be&ab_channel=EducarPortal

Actividad de la clase

44
El camino de la justicia por los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado
tuvo diferentes etapas y elementos distintivos. Las y los invitamos a participar del
siguiente Padlet y ubicar allí algún hito referido a los juicios que se realizaron a nivel
local, o algún hecho histórico vinculado a los juicios por crímenes de lesa humanidad
(manifestaciones contra las leyes de impunidad o por pedidos de justicia,
intervenciones en el espacio público, etc.) que resulte significativo para su ciudad o
provincia. Previo a esto, recorran la línea de tiempo del material educativo El camino de
los juicios, elaborada por el Programa Educación y Memoria en su versión digital y/o
interactiva elaborada junto a Educar.

No olviden indicar su nombre en el posteo.

Pueden buscar esta información en medios digitales locales o en las páginas de internet
que brindan información oficial sobre el tema:

http://www.juiciosdelesahumanidad.ar/#!/

https://www.cij.gov.ar/lesa-humanidad.html

También encontrarán bases de datos elaboradas por las propias provincias.

Link al padlet:

https://padlet.com/educacionymemoria/el-camino-de-la-justicia-en-argentina-
i1f8mdthv5sd9ich

Bibliografía

Crenzel, Emilio (2008). La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la
Argentina. Buenos Aires: Siglo XXI.

Feierstein, Daniel (2018). Los dos demonios (recargados). Buenos Aires: Marea Editorial.

45
Galante, Diego (2019): El Juicio a las Juntas: Discursos entre política y justicia en la transición
argentina. La Plata: Universidad Nacional de la Plata; Posadas: Universidad Nacional de Misiones; Los
Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento. Colección Entre los libros de la buena
memoria.

Recursos didácticos

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2021). Memorias. Disponible en
https://www.educ.ar/recursos/157645/derechos-humanos

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2022). Memoria, Verdad y Justicia. El camino de los
juicios (infografía). Disponible en https://www.educ.ar/recursos/158211/memoria-verdad-y-justicia-el-
camino-de-los-juicios-infografi

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2023). El camino de los Juicios. La lucha por Memoria,
Verdad y Justicia en la Argentina. Disponible en https://www.educ.ar/recursos/158666/el-camino-de-los-
juicios-la-lucha-por-memoria-verdad-y-justi

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2021) La justicia y la violencia sexual durante el
terrorismo de Estado. Entrevista a la investigadora Victoria Álvarez. Disponible en
https://www.educ.ar/recursos/156383/la-justicia-y-la-violencia-sexual-durante-el-terrorismo-de-e

Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral y el Programa Educación (2022/23) Colección de Entrevistas: Narrativas
negacionistas. Las escuelas frente a los discursos de odio.

Disponible en:

https://www.educ.ar/recursos/158628/narrativas-negacionistas-las-escuelas-frente-a-los-discursos

46
Créditos
Autores: Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo citar este texto:


Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y Educación
Sexual Integral. (2023). Clase N° 2: El camino de la justicia en Argentina. 40 años: Pensar la democracia. Buenos
Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons


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Módulo 3: 40 años. Pensar la democracia

Clase 3: Arte y Memoria: elaborar el pasado, reflexionar


sobre el presente

Hola colegas,

Bienvenidos y bienvenidas a nuestra clase 3 del curso “40 años: Pensar la democracia”. En esta clase
vamos a trabajar sobre la relación entre el arte y la memoria, un vínculo que nos permite pensar
distintos enfoques ligados al pasado reciente y que puede servir como una herramienta para el
trabajo en el aula. Las desapariciones, los asesinatos, la censura y otras violaciones a los derechos
humanos –ocurridas durante la última dictadura y en el contexto previo– generaron un imaginario
de la violencia y la memoria que marcaron profundamente las producciones artísticas recientes.

Hablar de arte implica considerar lenguajes muy diferentes, como música, pintura, teatro, cine, entre
otras. En este recorrido vamos a trabajar sobre todo con las artes visuales, por la importancia que
tiene la imagen en la construcción de la memoria y por la importancia que tuvo para los Organismos
de Derechos Humanos en la lucha por la búsqueda de Verdad, Memoria y Justicia.

Una de las consideraciones que resultan trascendentes tiene que ver con la dificultad de narrar el
horror, de poner en palabras lo inimaginable. En nuestra sociedad, hablar del pasado reciente y de
lo que significó el plan sistemático de exterminio y desaparición de personas no fue fácil. A muchas
de las víctimas les costó poder hablar de lo que habían vivido dentro de los Centros Clandestinos de
Detención e incluso, como vimos en la clase pasada, durante muchos años predominó el silencio.
Entonces, ante esa dificultad, el arte puede funcionar como herramienta para narrar estos
acontecimientos traumáticos, al poner en imágenes, metáforas y símbolos aquello que resulta
inenarrable. El valor distintivo del arte es la creación de miradas alternativas sobre el mundo en el
que vivimos y en el que queremos vivir.

48
En relación a esto, la historiadora del arte Florencia Battiti señala: “Al permitir que el espectador
participe en la construcción de sentido de la obra, ciertas producciones artísticas, lejos de estetizar
los discursos sobre la memoria diluyendo su conflictividad, brindan la posibilidad de reflexionar
críticamente sobre el Terrorismo de Estado y las marcas que, aún hoy, perduran y operan en nuestra
sociedad”.

Las y los invitamos a observar la escultura Pilares de la memoria, de Dante Taparelli


(2010), emplazada en el Museo de la Memoria de Rosario.
Técnica: 10 pilares de bronce con textos grabados. Museo de la memoria de Rosario, foto
de Guillermo Turín.

En esta clase vamos a trabajar con la idea de tres tiempos para analizar el contexto sociopolítico en
cada uno de ellos y profundizar en las situaciones que atravesó el campo del arte en distintos
momentos históricos. En primer lugar, repasaremos lo ocurrido en los años sesenta y setenta, antes
del terrorismo de Estado. Un segundo momento estará configurado por el terrorismo de Estado, la
censura y el control cultural, pero también con los procesos de resistencia cultural y apertura

49
democrática. Por último, el tiempo signado por el regreso de la democracia, en el que el arte en la
posdictadura permite dar cuenta de la construcción colectiva de la memoria y de las identidades
sociales.

Los vínculos entre el Arte y la Memoria

Los y las invitamos a observar la escultura Pensar es un hecho revolucionario, de Marie


Orensanz, realizada en acero, corte en dos bloques de 6 x 2 x 0,80 m cada uno.
¿Qué sentidos, ideas y reflexiones podemos pensar a partir de esta obra? ¿Qué les
parece podemos transmitir a las y los estudiantes acerca del terrorismo de Estado con
esta obra?
Foto: https://parquedelamemoria.org.ar/pensar-es-un-hecho-revolucionario/

¿Cuáles son los vínculos entre el arte y la memoria? Antes de pensar en la particularidad de ese
vínculo, es necesario repasar, por separado, qué entendemos por arte y por memoria.

El arte, constituido como un campo de conocimiento, define, analiza, interpreta y construye sentidos
a partir de la creación de imágenes ficcionales con un sentido metafórico, poético y polisémico. Estos

50
sentidos se albergan en distintos conceptos como son el tiempo, el espacio y un contexto
sociohistórico determinado, y se realizan a través de los distintos lenguajes: música, artes visuales,
teatro, danza, artes audiovisuales, diseño y multimedia, entre otros. Sus producciones, en tanto
prácticas sociales, estarán atravesadas por los contextos, sus protagonistas y, sobre todo, por las
construcciones colectivas que de esos sentidos se realicen.

La memoria o, más bien, las memorias en plural, son discursos, narrativas, representaciones y
diversas formas de referir a distintos procesos sociales y políticos del pasado. Estos discursos sobre
el pasado pueden ser diversos e, incluso, estar en conflicto en el espacio público. Al mismo tiempo,
las memorias pueden ser subjetivas y tener la forma de recuerdos de la propia experiencia vivida o
ser construcciones sociales compartidas más ampliamente, incluso por sujetos que no hayan vivido
en primera persona el pasado acerca del cual construyen esa memoria. Las memorias individuales –
los recuerdos–, a su vez, dialogan y se tensionan con las memorias sociales y/o colectivas. En todos
los casos, las memorias siempre son representaciones que refieren a un pasado que se recuerda, por
lo tanto no son neutrales, sino que suponen una elección acerca de qué y cómo recordar y transmitir
esas memorias.

Para quienes tengan interés en profundizar en la temática presentamos el material


Memorias de la Colección Derechos Humanos, Género y ESI en la escuela, elaborado por
la Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI del Ministerio de
Educación: https://www.educ.ar/recursos/157996/memorias

51
Ahora bien, ¿cuál es la forma de la memoria? ¿De qué manera se materializan esas construcciones
discursivas y narrativas sobre el pasado? La memoria se transmite a partir de los llamados “vehículos
de la memoria”, que pueden ser muy diversos: monumentos, museos, libros, actos, discursos,
políticas públicas, informes, entre muchos otros.

El arte es también un importante dinamizador de las representaciones sobre el pasado, es decir, el


arte es un vehículo de la memoria. En el caso específico de las memorias sobre acontecimientos
represivos y acerca del terrorismo de Estado en Argentina podemos encontrar variadas expresiones
en el mundo del arte: películas, obras de teatro, coreografías, novelas, cuentos, fotografías,
canciones, pinturas, esculturas o performances.

Dado que el arte es producto de su tiempo, pensar su vínculo con la memoria implica tener en cuenta
que siempre es releído y reinterpretado según el momento en que nos encontremos, habilitando
espacios para la reflexión, las preguntas y una mirada crítica desde nuestro presente.

Como se mencionó más arriba, el arte tiene una dimensión polisémica, por lo cual no tiene una
interpretación unívoca sino que existen tantas interpretaciones como espectadores y contextos de
recepción. Eso quiere decir que el arte produce una multiplicidad de sentidos y que para cada persona
será diferente y personal atravesar una experiencia artística. La historiadora del arte Andrea Giunta
(2011) lo expresa de la siguiente manera:

En las imágenes del arte, el tiempo se configura de un modo distinto. Ellas nos hablan de
circunstancias particulares, específicas (...) Al mismo tiempo no quedan atadas a ese
pasado en el que surgieron, también actúan en el presente. Las imágenes compactan el
presente con un caudal de experiencias individuales, proyectos utópicos y cruces
culturales que actúan como depósito de una máquina compleja, la de la imagen, cuyos
sentidos múltiples se actualizan cada vez que se las interroga, cada vez que se las
interpreta, cada vez que se las expone a un nuevo contacto con el público.

En este sentido, el lenguaje simbólico del arte contemporáneo ha sido una herramienta fundamental
para pensar desde el presente los pasados traumáticos, y permite a su vez indagar en la manera en
la que las propias expresividades artísticas se fueron transformando a la luz del devenir histórico
político de nuestro país y de la construcción de las memorias sociales.

52
Como veremos a continuación, el arte como forma de recordar, representar y denunciar la violencia
política estatal tuvo un momento destacado antes del terrorismo de Estado (1976-1983), tras los
acontecimientos conocidos como la Masacre de Trelew de 1972. Luego, durante la última dictadura,
se van a construir nuevas formas de denuncia y resistencia sobre lo que estaba sucediendo en el país.
Y después de 1983 hasta la actualidad, también se ensayaron múltiples formas de representación de
las violaciones a los derechos humanos cometidas por el terrorismo de Estado.

El arte durante las décadas de 1960 y 1970

Las producciones que se ubican en la primera etapa pertenecen a lo que se conoce como la
vanguardia de los años sesenta, un momento de gran experimentación y libertad artística. En esos
años, artistas visuales, cineastas, actrices, actores, escritoras y escritores acompañaron con sus
prácticas el proceso de politización y participación. Arte y artistas se involucraron en la realidad
pensando que con sus prácticas podían intervenir para transformarla. El arte se convirtió en una
forma de acción política directa y además un importante número de artistas formaron parte de las
organizaciones políticas. De este modo, el arte conceptual latinoamericano de esos años se distinguió
por su contenido ideológico y por la intención precisa de ofrecer al público una imagen directa y
eficaz para denunciar las injusticias sociales.

En los años 60´ los colectivos artísticos se constituyen como forma posible de actividad de producción
colaborativa que se encuentra por fuera de las representaciones institucionales tradicionales, con
propuestas relacionadas directamente al contexto social. Como se mencionó antes, se ponía más
énfasis en la materialización de los contenidos que en las formas. Plantearon los principios de una
nueva estética vivencial, en donde la presencia del espectador activo y constitutivo de la obra es
fundamental.

Invitamos a recorrer algunas imágenes ilustrativas del movimiento de vanguardia plástica. Algunas
muestras colectivas emblemáticas fueron el Homenaje a Viet-Nam de los artistas plásticos, en 1966;
Homenaje a Latinoamérica, en 1967 y 1968; Tucumán arde, en 1968; Villa Quinteros también es

53
América, en 1969, y Malvenido míster Rockefeller, también en 1969, todas ellas destinadas a la
denuncia del imperialismo en Latinoamérica o sus consecuencias en la Argentina. Buenos Aires,
Tucumán, Rosario fueron el centro de estas y otras acciones artísticas.

Algunos de los colectivos de referencia son Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario, el Grupo
Espartaco, el área de experimentación del Instituto Di Tella

Tucumán Arde fue una acción artística realizada en 1968 por un grupo de artistas de la Vanguardia
que denunciaba la situación social que se vivía en Tucumán y desafiaba la censura y la represión de
la dictadura de Onganía.

Foto: wikipedia

https://es.wikipedia.org/wiki/Tucum%C3%A1n_Arde#/media/Archivo:Tucuman_arde_029_0.jpg

54
Muestra colectiva Homenaje a Vietnam realizada en 1966 en Buenos Aires, el contenido y objetivo de la misma era denunciar al
imperialismo.

Foto Archivo en uso http://www.archivosenuso.org/viewer/2200

Grupo Espartaco

https://www.youtube.com/watch?v=dJuiV_wb6qM

Muestra Grupo Espartaco del Museo UNTREF (2004) Obra pictórica 1959 -- 1968. Museo de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF) Artistas: Esperilio Bute (1931- 2003), Esperilio
Bute (1930- 1997), Pascual Di Bianco (1930- 1978), Juana Elena Diz (1925-), Raúl Lara Torrez (1940-),
Mario Mollari (1930- ), Juan Manuel Sánchez (1930- ), Carlos Sessano (1935-), Franco Ventura (1937-
1976). Curador: Alberto Giudici.

55
Malvenido Rockefeller en la tierra de Guevara, León Ferrari.

Fuente: Archivo fundación Augusto y León Ferrari.

En repudio a la visita a la Argentina de Nelson Rockefeller, la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos


(SAAP) organizó la convocatoria de afiches Malvenido Mr. Rockefeller. Muchos de los artistas
participantes ya habían formado parte de exposiciones de adhesión o protesta como Homenaje a
Vietnam, en 1966, Homenaje a Latinoamérica, en 1967 y 1968, movilizados por acontecimientos
como la revolución cubana, la invasión norteamericana a Vietnam o la batalla de Argelia.

56
Villa Quinteros, también es América del Grupo Espartaco, Buenos Aires 1969

En las imágenes aparecen los artistas Sessano, Bute, Hugo Pereyra, Franco Venturi, Martínez Howard,
Carpani, Alfredo Plank, Alberto Alonso, Mario Erlich, Carlos Alonso, Juan Manuel Sánchez. Detrás el
Mural realizado en la SAAP. Foto: wikipedia

https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_Espartaco#/media/Archivo:Villa_quinteros.jpg

En el campo de la música se conformó un movimiento poético musical que representó las voces
emancipadoras latinoamericanas: el Movimiento del Nuevo Cancionero. Tuvo su nacimiento en la
provincia de Mendoza, y llegó a convertirse en una referencia para toda la música folklórica argentina
y latinoamericana.

Un informe de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA)


clarifica la mirada oficial sobre este movimiento artístico-político musical: “En nuestro país la
actividad discográfica subversiva surge en 1966 cuando el sello grabador Philips lanza al mercado
3.000 discos de larga duración de Canciones con fundamento que –interpretadas por Mercedes Sosa–
contenían temas disolventes”.

57
La serie de Canal Encuentro recupera los inicios, la trayectoria y el legado de ese
proyecto artístico que marcó la relación entre el arte popular, la política y la memoria de
los pueblos, que integraban Tito Francia, Oscar Matus, Armando Tejada Gómez,
Mercedes Sosa, Víctor Gabriel Nieto, Martín Ochoa, David Caballero, Horacio Tusoli,
Perla Barta, Chango Leal, Graciela Lucero, Clide Villegas, Emilio Crosetti y Eduardo
Aragón. Se instaló un espíritu renovador del folklore, alejado del tradicionalismo
centrado en el compromiso social y la heterogeneidad estética.
http://encuentro.gob.ar/programas/serie/8511/5927

A partir de 1966, con el golpe de estado de Juan Carlos Onganía, se empezó a acrecentar el clima de
violencia y muchos de esos artistas optaron por radicalizarse y pasar del arte a la militancia. Aun así,
entre 1972 y 1973, distintos colectivos de artistas e intelectuales realizaron intervenciones en el
espacio público para denunciar, recordar y exigir justicia por los hechos de violencia ocurridos en la
denominada Masacre de Trelew. El 22 de agosto de 1972, durante la dictadura que encabezaba el
general Alejandro Lanusse, miembros de la Marina fusilaron a 16 presas y presos políticos en la base
aeronaval Almirante Zar de Trelew. Debido a las dificultades para comprender lo ocurrido en Trelew,

58
por la novedad y la brutalidad de la violencia de la masacre, el arte y la protesta social espontánea
fueron dos formas de expresar y canalizar el repudio, la oposición a la dictadura, el recuerdo de las
personas asesinadas y el pedido de justicia. Este proceso es un ejemplo del potencial del arte para,
desde la acción intuitiva y espontánea, representar formas de violencia todavía no procesadas y
analizadas por el conjunto de la sociedad.

https://view.genial.ly/62e12c4b40fe9c00110ad077/interactive-image-recursos-
interactivos-ptrabajar-masacre-de-trelew-y-trelewazo

Con respecto al hecho histórico, recomendamos consultar el recurso interactivo para


trabajar la Masacre de Trelew elaborado por el Ministerio de Educación de Chubut.

Las intervenciones artísticas se llevaban adelante principalmente en espacios públicos para facilitar
la visibilización del tema. Una de ellas, llamada La realidad subterránea (1972), fue realizada por los
artistas Luis Pazos, Ricardo Roux, Roberto Duarte Laferrière y Eduardo Leonetti. En la pared de una
plaza, los artistas pintaron 16 cruces sobre el nombre de la muestra; a su lado se encontraba un pozo
que conducía a un sótano, al que se descendía por una escalera. Al bajar, quienes visitaban la muestra
podían ver fotos del Holocausto enmarcadas.
Ese genocidio cometido durante la Segunda Guerra Mundial se constituía así en la referencia más
cercana que la sociedad de los tempranos años setenta tenía para referenciar la brutalidad de la
violencia estatal. La instalación fue censurada y clausurada por un comunicado de la dictadura con
esta leyenda: “no ha sido expuesto lo que nosotros tenemos definidamente dado como arte”.

59
La realidad subterránea, obra realizada al aire durante la exposición Arte e ideología en
Centro de Arte y Comunicación, 1972, realizada por los artistas Roberto Laferriere,
Eduardo Leonetti, Luis Pazos y Ricardo Roux.

Otro ejemplo ilustrativo de la denuncia de la Masacre de Trelew desde el arte es la película Ni olvido
ni perdón (1972), del cineasta y militante Raymundo Gleyzer. Filmada y editada en la clandestinidad,
esta película registra la conferencia de prensa completa de las y los militantes en el aeropuerto de
Trelew antes del traslado a la base aeronaval Almirante Zar, en la que advierten que, de no mediar
protección legal, se llevaría a cabo un fusilamiento. En este caso, además del potencial del registro
como modo de memoria y denuncia de lo ocurrido, también impacta su nombre “Ni olvido ni
perdón”, que sería una consigna recuperada varios años después en otro contexto de denuncia y
rememoración, en este caso, de los crímenes del terrorismo de Estado.

En la antesala del terrorismo de Estado se produjo otro hecho que marcó un quiebre. El 19 de junio
de 1973, alrededor de dos millones de personas se dirigieron a Ezeiza con motivo del retorno
definitivo de Juan Domingo Perón. El acto festivo se transformó en una verdadera trampa cuando
civiles armados, pertenecientes a la derecha peronista, abrieron fuego sobre la multitud. La cercanía
con lo ocurrido en Trelew fue expresada en diversos espacios artísticos, como ilustraba el muro de la
obra colectiva presentada por Perla Benveniste, Juan Carlos Romero, Eduardo Leonetti, Luis Pazos y
Edgardo Vigo Proceso a nuestra realidad, y la tarjeta elaborada en la muestra que conectaba ambos
hechos.

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Proceso a nuestra realidad. Obra colectiva de Perla Benveniste, Juan Carlos Romero,
Eduardo Leonetti, Luis Pazos y Edgardo Vigo. Las imágenes forman parte del artículo
"La calle en el museo", de Ana Longoni, publicado en Revista Adynata.

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Compartimos el trabajo realizado desde el área de educación del Parque de la Memoria, que
hace un recorrido de los movimientos y acciones artísticas de 1969 a 1983, mismo período
que el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. Allí encontrarán también una guía
de sugerencias didácticas para trabajar.
https://parquedelamemoria.org.ar/multimedia/linea-de-tiempo-arte/

Arte y dictadura: censura y resistencia durante el terrorismo de estado

En el contexto del terrorismo de Estado (1976-1983), la censura se realizó de manera sistemática


contra todo aquello que fuera contrario a los valores católicos, nacionalistas y conservadores
defendidos por el gobierno de facto. Es así que obras de teatro, películas, canciones, revistas, diarios,
programas de radio y televisión fueron prohibidos, a la vez que se perseguía a realizadores, que
fueron obligados al exilio, asesinados o desaparecidos. Con el objetivo de eludir la persecución y la
censura, algunas producciones artísticas de este período aluden a la violencia ejercida por el
terrorismo de Estado de un modo metafórico, pero al observarlas detenidamente las referencias al
contexto se tornan mucho más claras. Para pensar esta etapa seleccionamos las obras de dos artistas,
Norberto Gómez y Diana Dowek, quienes trabajan tanto con pintura como con escultura.

62
Norberto Gómez realiza una serie de esculturas en resina poliéster pigmentada en las que configura
una forma de representación de la violencia. Por sus materiales, color y la representación de partes
del cuerpo reconocibles (vísceras, huesos con restos de carne, dientes), producen una sensación de
incomodidad, angustia y rechazo. Incluso pueden volverse monstruosas, remitiendo a la violencia
que se vivía, incluso con la situación de la tortura.

Parrilla II o Quemado 1981. materiales: resina poliéster, 72 x 165 x 90 cm.

Dentadura 1979, materiales: resina poliéster, 40 x 60 x 100 cm


esculturas realizadas por Norberto Gómez

Con estas obras podemos pensar también de qué modo la mirada desde el presente construye
sentidos sobre producciones del pasado. Aunque la referencia de Gómez a cuerpos violentados y el
vínculo con la tortura y la violencia dictatorial es ineludible, la información con la que contamos hoy
sobre los métodos aplicados en los Centros Clandestinos de Detención nos permite establecer
relaciones que quienes veían estas obras en el momento de su producción (e incluso el propio

63
Gómez) no podían establecer. Incluso podemos pensar de qué modo las obras, una vez producidas,
en cierto sentido dejan de pertenecer al artista, ya que el espectador con su mirada también las dota
de sentido.

Por su parte, en 1978, Diana Dowek exhibió el tríptico “Argentina 78” en el Museo Nacional de Bellas
Artes. Los tres paneles que componían la obra nos permiten pensar el vínculo entre realidad y
representación. En el primer tramo un alambrado real cubre una tela en blanco, en el segundo el
anverso de esa tela (ahora pintada, representada) muestra el mecanismo de sujeción de aquel
alambre, y en un tercer tramo se observa el alambrado real colgado del muro, ahora vacío.

El tríptico forma parte de la serie de los "Alambrados", que la artista venía realizando a través de
pinturas. A partir de la incorporación del elemento del alambre, Dowek representa la prisión y la
interrupción de la libertad, el cuadro mismo queda prisionero y la pintura es silenciada. El gesto pone
de manifiesto la censura: no solo los cuerpos eran reprimidos, también lo eran las ideas y la creación.

Diana Dowek, Argentina 78 (tríptico), 1978, acrílico, tela, alambre, 150 x 450 cm.

64
Diana Dowek, Sin salida, 1978, acrílico sobre tela, 120 x 110 cm.

Sobre la serie “Alambrados”, sugerimos el apartado “Diana Dowek y sus «Paisajes


cotidianos»”, que forma parte del material A 30 años del golpe en las aulas, elaborado
por el Programa Educación y Memoria y disponible
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL002809.pdf

65
Para profundizar en la obra de la artista, sugerimos consultar el capítulo de la serie Los
visuales, de Canal Encuentro https://www.youtube.com/watch?v=J-1Hvrm0ce8

Otra participación clave en el campo artístico del periodo es la de León Ferrari (1920 - 2013). Su obra
señala a las fuerzas armadas como el principal actor responsable del terrorismo de Estado e interpela
a ciertos sectores de la sociedad, la prensa, la Iglesia y la clase política. Con la obra Nosotros no
sabíamos, del año 1976, reconfigura un dispositivo estético-político que reúne información pública
mediante una selección a modo repetitivo, bajo el común denominador de la desaparición-muerte.
A partir de la insistencia temática pone en tensión la forma de decir lo implícito. Nosotros no
sabíamos, está elaborada a partir de la recopilación de recortes periodísticos sobre la primera etapa
represiva en el accionar de la Junta Militar. En 1976 se exilia y se instala con su familia en San Pablo,
Brasil. Durante 1977 su hijo Ariel es asesinado por integrantes de la Armada, lo que no se hace público
hasta 1978.
Buena parte de su obra puede apreciarse en la Colección del Museo de la Memoria de Rosario.

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Escuela de Mecánica de la Armada + Detalle del Juicio Final de Hans Memling, serie
Nunca más. Museo de la memoria de Rosario
La serie se compone de 45 láminas que León Ferrari realizó para ilustrar los fascículos
del libro Nunca Más de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de las Personas
(Conadep) . Son collages que dan cuenta de las conexiones entre la represión religiosa y
el Terrorismo de Estado. Imágenes del siglo XIX, el infierno de La divina comedia,
escenas del juicio final y obras de Gustave Doré, entre otros, fueron mezcladas con
fotografías de personajes de la jerarquía religiosa y militar de la última dictadura cívico
militar argentina.

El teatro tampoco escapó a la censura, pero existió un importante referente alternativo y de


resistencia bajo la consigna “Teatro Abierto en un país cerrado”, integrado por autores, directores,
actores y artistas en general. Se trataba de una iniciativa que proponía obras breves que se
presentaban diariamente y denunciaban las situaciones de violencia, desapariciones, tortura y
represión.

Teatro Abierto entra en escena el 28 de julio de 1981 en el Teatro del Picadero de la Capital Federal.
En agosto del mismo año, a solo una semana de su estreno, se produjo un incendio en la sala atribuido
a un comando de la Marina. Una ola de solidaridad ante el hecho sumó adhesiones de diversos

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artistas e intelectuales, entre los que se destacan Carlos Alonso, Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato.
Desde la Asociación Argentina de Actores se declaró día de duelo teatral y otras salas ofrecieron sus
espacios para continuar la propuesta. Las funciones siguieron en el Teatro Tabarís, lo que permitió
que Teatro Abierto cumpliera tres ediciones hasta 1983.

Fotografía: Página 12

El arte a partir de la transición democrática

La tercera etapa se corresponde con la transición y recuperación de la democracia. Uno de los hechos
fundantes de esta es el Siluetazo, que fue uno de los primeros antecedentes de acciones artísticas
vinculadas a la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia. Se realizó por primera vez el 21 de
septiembre de 1983, aún en dictadura, durante la III Marcha de la Resistencia convocada por Madres
de Plaza de Mayo. Esta acción surgió a partir de la idea de tres artistas: Rodolfo Aguerreberry, Julio
Flores y Guillermo Kexel, y contó con la participación de Organismos de Derechos Humanos,
militantes políticos y activistas.

El disparador de la actividad tuvo que ver con una pregunta que los tres artistas se formularon:
¿Cuánto espacio ocupan 30.000 cuerpos humanos? Para ello trazaron el contorno vacío de un cuerpo
a escala natural sobre papeles, que luego pegaron en los muros de la ciudad. En palabras de Ana
Longoni y Gustavo Bruzzone (2008), compiladores del libro El siluetazo, la calle se transformó en un
taller al aire libre, en donde infinidad de manifestantes pusieron el cuerpo para pintar siluetas y luego
las pegaron sobre paredes, monumentos y árboles, pese al operativo policial imperante.

68
Foto: Eduardo Gil

https://www.eduardogil.com/siluetazo.html#&gid=1&pid=10

De este modo intentaron representar “la presencia de la ausencia” de las treinta mil víctimas del
terrorismo de Estado a través de la articulación del arte con una demanda social colectiva, vigente
en ese momento, que era la aparición con vida de los detenidos - desaparecidos.

Desde que Raúl Alfonsín asumió la presidencia en diciembre de 1983, la democracia fue percibida
como un momento refundacional en el que la cultura tendría un papel fundamental para la
unificación nacional y la consolidación del nuevo régimen político. La escena del rock nacional tuvo
un gran protagonismo en el reflorecimiento de la vida pública que inauguró el nuevo clima
democrático y estuvo involucrada en las actividades oficiales que buscaban promover el uso del
espacio público con el objetivo de erradicar el miedo a la participación.

Desde 1979 se venían realizando recitales cada vez más masivos con artistas locales e internacionales
que transformaron de a poco la escena del rock en una nueva esfera pública. Estos grandes eventos
musicales tenían un carácter político contra la dictadura. Por ejemplo, en el recital de Serú Girán en
1980 en Obras se podía escuchar al público cantar “Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar”.

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Imagen: Archivo histórico digital de la Revista Pelo, desarrollado por la Universidad
Nacional de Quilmes, disponible en https://www.revistapelo.com.ar/

La reconocida revista juvenil Pelo reflexionaba sobre la historia reciente del rock en su cobertura de
uno de los multitudinarios recitales en Barrancas de Belgrano del verano de 1984, organizado por la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires “Acaso por primera vez en su larga trayectoria, el rock
nacional es avalado y respaldado oficialmente por un gobierno. Hasta el momento, las experiencias
en ese sentido habían sido nefastas. Basta con recordar lo acontecido allá por abril de 1982…” a la
vez que remarcaba que la experiencia demostraba “que el rock no es en modo alguno sinónimo de
violencia”.

70
Sugerimos ver el capítulo de la serie Quizás porque “La primavera del rock” de Canal
Encuentro https://youtu.be/XvhEG_NhyYE?t=809

En un sentido confluyente, desde las vanguardias artísticas se intentó valorar el regreso a la


democracia en términos de apertura cultural y expresiva de lo que se dio en llamar, precisamente
con tono optimista, la “Primavera Democrática”. En la Navidad de 1983, la artista Marta Minujín
construyó en Buenos Aires su Partenón de Libros Prohibidos, en la Avenida 9 de Julio, como un
símbolo de resistencia en contra de la censura y la persecución. Para ello recibió donaciones de 38
editoriales que habían acumulado colecciones enteras en los sótanos debido a las prohibiciones de
la dictadura.

Minujín eligió el Partenón griego como emblema de la democracia y decidió construirlo en el espacio
público recuperado, luego de los años de dictadura, como símbolo también de la libertad que se
volvía a vivir en la calle. La obra se hizo a gran escala, en una zona de gran visibilidad de la Capital
Federal.

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Lo interesante además es que al desarmarla la artista invitó al público a elegir un libro y llevárselo,
de este modo también se ponía en circulación cantidad de títulos prohibidos por la dictadura, que
nuevamente salían a la luz.

Entonces, esa obra monumental invitaba a participar de algún modo del festejo del fin de la dictadura
y la recuperación de la democracia, la libertad y el espacio público como lugar de pertenencia de la
sociedad.

El cine nacional

El cine nacional también va a participar de ese clima de apertura democrática a partir del amplio
alcance e impacto que van a tener, sobre todo, dos películas emblemáticas de esos años: La historia
oficial (Luis Puenzo, 1984) y La noche de los lápices (Héctor Olivera, 1986). Ambas películas van a ser
una expresión clara de la conmoción de la sociedad ante la dimensión de los crímenes cometidos
durante el terrorismo de Estado. De alguna manera, estos largometrajes van a participar de las
narrativas propuestas por los organismos de derechos humanos constituidas por la condena de los
crímenes del Estado y las demandas de justicia. De esta manera, ambas películas expresan la
memoria social sobre la dictadura que se comenzaba a construir en los años ochenta vinculada con
la visibilización y denuncia de la desaparición de personas, consolidando una narrativa humanitaria
que al mismo tiempo opaca las dimensiones políticas del hecho histórico y de las trayectorias políticas
de las propias víctimas.

“Cada época produce (admite) un cine, el cine socialmente


posible” sostiene Héctor Schmucler. Las opacidades mencionadas arriba comienzan a

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transformarse años después, especialmente con Garage Olimpo (1999) y de la mano de
realizadores de nuevas generaciones, lo que incluye a cineastas hijas e hijos de
desaparecidos. Estas nuevas narrativas son analizadas en detalle en el capítulo “Garage
Olimpo. Puertas adentro” del material Pasado argentino reciente elaborado por el
Ministerio de Educación
Disponible en: https://www.educ.ar/recursos/111192/pasado-argentino-reciente-cine-
y-memoria

La década de 1990 fue un momento difícil para los organismos de Derechos Humanos. El retroceso
de las políticas en materia de Memoria Verdad y Justicia que significaron las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final de fines de los 80 y los indultos configuraron un escenario de impunidad. Aun
bajo estas circunstancias, los organismos nunca abandonaron sus reivindicaciones, y durante esos
años tanto las siluetas como las fotografías se transformaron en símbolos centrales de su lucha.

En el marco del vigésimo aniversario del golpe de Estado, se despertó un renovado consenso social
alrededor de los Derechos Humanos. Se realizaron diversos homenajes a las víctimas, lo que incluyó
una gran cantidad de producciones artísticas directamente vinculadas con la temática. En muchos
casos, los artistas eran familiares de las víctimas, lo que los impulsó de un modo particular a expresar
su propia experiencia a través del arte.

Uno de los primeros trabajos emblemáticos fue Buena memoria de Marcelo Brodsky, que se exhibió
por primera vez en 1997. Brodsky está atravesado personalmente por nuestro pasado reciente, ya
que su hermano Fernando fue secuestrado en 1979 y continúa desaparecido, y él mismo se tuvo que
exiliar en España durante la dictadura. Luego de volver, comenzó a trabajar en este ensayo
fotográfico, que tiene varios capítulos. El primero, titulado “Los compañeros”, es un recorrido
personal y colectivo de una división de alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, signado por
las desapariciones y la violencia ocurrida durante el terrorismo de Estado. Para realizar esta
producción eligió un retrato grupal de su división de primer año, tomado en el año 1967, y partió de
allí para reconstruir cómo había seguido la vida de cada una y cada uno de ellos a partir de la
dictadura. La foto grupal está intervenida y escrita a mano, de cada uno de sus compañeros Brodsky
saca una flecha y resume lo más importante ocurrido en esos veinticinco años que transcurrieron. Se
pueden leer frases como “A Claudio lo mataron en un enfrentamiento”.

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Tapa del fotolibro Buena Memoria de Marcelo Brodsky, para ver el material completo
pueden ingresar a la web del artista

https://marcelobrodsky.com/buena-memoria/

Por otro lado, en el año 1998 se realizó en el Centro Cultural Recoleta una exposición relacionada con
la búsqueda de los nietos y nietas que se llamó “Identidad”. El CCR era un lugar al que concurrían
muchos jóvenes que, en ese entonces, podrían tener la edad de los nietos y nietas buscados por las
Abuelas de Plaza de Mayo, por lo que las autoridades del espacio decidieron convocar a las Abuelas
y a trece artistas para que juntos pudieran pensar en una exposición vinculada a la lucha por el
derecho a la identidad. La exposición consistió en armar una enorme fila de fotos de los casos en los
que se buscaba a un nieto/a intercaladas por un espejo. Una operación muy simple que dejaba al
visitante mirándose / identificándose entre dos fotos, una de una madre y una un padre. Aquellos
jóvenes que tenían entre 19 y 25 años, una edad muy similar a la de esas madres y esos padres al
desaparecer, que tuvieran dudas sobre su identidad, podían llegar a reconocer algún rasgo parecido
en esas fotos, lo que significaba un impulso para acercarse a las Abuelas. Esta misma muestra fue
reeditada luego de veintiún años en la sala de exposiciones del Parque de la Memoria.

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Imagen de la Muestra Identidad presentada en el Centro Cultural Recoleta de la Ciudad
de Buenos Aires en la Sala Cronopios en 1998
La muestra fue repuesta en el año 2021 en el Parque de la Memoria de la Ciudad de
Buenos Aires.

Un proyecto, un memorial

También por aquellos años un grupo de organismos de DDHH desarrolló un proyecto con la idea de
construir un memorial que reuniera los nombres de los desaparecidos y asesinados. Ese proyecto se
convirtió en el actual Parque de la Memoria - Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado,
emplazado en la costa del Río de la Plata. Desde sus inicios fue pensado no solamente como un
memorial sino como un espacio de arte y memoria, en donde los nombres de las víctimas están
acompañados por un grupo de esculturas que a través del arte hablan sobre los delitos cometidos
por el terrorismo de Estado. Asimismo, en el Parque se encuentra la Sala PayS (Presentes Ahora y
Siempre) en donde, desde 2011, se realizan exposiciones de arte contemporáneo que tratan distintos
temas vinculados a la Memoria, la Verdad y la Justicia desde una mirada crítica, bajo la idea de
considerar el pasado como una herramienta para pensar el presente y construir una memoria
colectiva y viva.

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Instalación Entre Nosotros de Graciela Sacco
Fotografía: Guillermo Turín. Museo de la Memoria de Rosario

De la misma época es el Museo de la Memoria de Rosario, creado en 1998 a través de una ordenanza
del Concejo Municipal de Rosario, con el objetivo de promover el acceso al conocimiento y la
investigación sobre la situación de los derechos humanos y la memoria social y política. Desde
diciembre de 2010, en su sede definitiva –edificio ocupado en el pasado por el Comando del II Cuerpo
de Ejército–, el Museo ofrece al público una sala de muestra permanente, con obras diseñadas por
destacados artistas de la ciudad de Rosario, y otra de exposiciones temporarias. También cuenta con
un centro documental, una biblioteca y un área educativa.

En el contexto de impunidad del final de esa época se consolidó otra forma de articular las
expresiones artísticas con las disputas por la memoria y la movilización callejera. La agrupación
H.I.J.O.S. impulsaba los escraches, actos públicos realizados en las puertas de las casas o trabajos de
los genocidas con el objetivo de dar a conocer los delitos que habían cometido y que habían quedado
impunes. El escrache involucraba, al igual que el Siluetazo, el hecho de poner el cuerpo en la acción,
estar ahí y resistir colectivamente. En estas acciones tenía un lugar fundamental el arte, utilizado
como herramienta de difusión y de interpelación, y en particular había dos grupos artísticos que
solían participar activamente: el Grupo de Arte Callejero (GAC) y el grupo Etcétera (ETC).

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Una de las producciones más conocidas del GAC es la realización de carteles similares a los de la
señalética urbana, en los que se mantiene el código (es decir, los colores significan lo mismo que en
los carteles viales) pero se cambia el contenido del mensaje para representar de un modo visual las
demandas de los Organismos de Derechos Humanos. Dentro de esta serie posiblemente el cartel más
emblemático sea el de “Juicio y castigo”, que de algún modo vino a reemplazar a la consigna anterior
de “Aparición con vida”.

Esta imagen pertenece a una de las acciones emprendidas por HIJOS con participación
del Grupo de Arte Callejero que se realizaron durante los años de impunidad.
Foto: Grupo de Artes Callejero
CARTELES VIALES (desde 1998) – GAC / grupo de arte callejero (wordpress.com)

Otra acción muy importante del grupo tiene que ver con la identificación de los lugares donde se
ubicaban los genocidas. Para esto trabajaron con un mapa en el que marcaban los lugares ya
escrachados y que iban actualizando a medida que se realizaban nuevas acciones. De ahí surgió el
afiche “Aquí viven genocidas” que se imprimía y se pegaba como un afiche callejero durante los años
que transcurrieron en impunidad.

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GAC (Grupo de arte callejero), Aquí viven genocidas, afiche.

El arte en el contexto de las políticas públicas de Derechos Humanos

Por último, nos encontramos con la recuperación creativa de la trama política, social y cultural
después de la crisis de 2001. Este proceso se vio profundizado a partir del año 2003 con el proceso
de institucionalización de las políticas públicas de memoria que vimos la clase pasada, lo que incluyó
la recuperación de los ex centros clandestinos de detención para convertirlos en Sitios de Memoria,
la reapertura de los juicios por delitos de Lesa Humanidad, la creación de programas estatales de
Memoria, Verdad y Justicia, entre otros hechos de gran relevancia. La creación de los Sitios de
Memoria abrió la posibilidad de que existieran espacios concretos para la representación de estas
temáticas y para la realización de conmemoraciones, actividades culturales y, asimismo, exposiciones
de arte. Uno de los más conocidos es la ex ESMA (Escuela Mecánica de la Armada), que contiene
varios edificios, entre los cuales se encuentra el Centro cultural Haroldo Conti, donde se realizan
diversas actividades de arte: teatro, cine, recitales y exposiciones artísticas.

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Dentro de la gran cantidad de trabajos artísticos que aparecieron en esta etapa nos interesa
detenernos en la obra de “Arqueología de la ausencia” de Lucila Quieto, quien trabaja con su propia
historia y su archivo familiar y los pone a dialogar con el arte. Como en otros casos que vimos, en esta
serie también hay una exploración de la identidad a través de la fotografía. El padre de Lucila Quieto,
Carlos Quieto, fue desaparecido cuando Lucila estaba aún en la panza de su mamá. Su trabajo surge
de la necesidad de construir una imagen imposible: la de ella junto a su padre. El procedimiento,
entonces, consistió en escanear las fotografías que tenía de su padre, proyectarlas sobre la pared y
meterse en el medio para tomar una nueva fotografía en la que por primera vez aparecen juntos. En
palabras de Natalia Fortuny, especialista en fotografía y memoria: “Luego de ver el resultado y la
reacción emocionada de algunos de sus compañeros, puso un cartel en la sede de H.I.J.O.S. que decía:
«Si querés tener la foto que siempre soñaste y nunca pudiste tener, ahora es tu oportunidad, no te
la pierdas. Llamame». Y así el juego con las fotos, que empezó como una búsqueda personal,
comenzó a hacerse colectivo. Fuertemente colectivo, porque además el retratado intervenía
activamente en el proceso de construcción de la nueva imagen, eligiendo con Lucila qué foto usar en
cada caso, en dónde proyectarla, en qué posición se colocaría el hijo o hija, y con qué gestos”.

Lucila Quieto, de la serie Arqueología de la ausencia, 2008-2009, de su autoría. Collages


fotográficos, dimensiones variables. Museo de Arte y Memoria
https://www.comisionporlamemoria.org/museo/project/arqueologia-de-la-ausencia/

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Fortuny también sostiene que estas fotos reconstruyen la escena familiar imposible, el encuentro
que no ha podido ser con su padre («la foto que nunca tuve»), y que a la vez constituyen un
testimonio colectivo al presentar las fotos de y para otros hijos de desaparecidos. Las fotos
reconstruidas de los hijos atraviesan la esfera doméstica de cada álbum familiar y eso afirma,
entonces, que no se trata de memorias solo privadas, sino profundamente políticas y sociales,
entrelazadas con su tiempo.

El mismo sentido de la búsqueda de las formas de representar la desaparición forzada de personas,


desde la fotografía podemos destacar Ausencias, del fotógrafo entrerriano Gustavo Germano. Aquí
el artista intenta mostrar, contraponiendo una fotografía y la reconstrucción de la escena en la
actualidad, representando la ausencia, el vacío.

Para conocer más acerca de la obra y el artista pueden ver la serie “Arte y Compromiso
de Canal Encuentro
https://www.educ.ar/recursos/122023/ausencias-gustavo-germano
Para ver la muestra completa Ausencias de Gustavo Germano, 2006 les dejamos el
siguiente link:

Ausencias Argentina (2006) – Gustavo Germano – Fotógrafo

Esto plantea una idea interesante que tiene que ver nuevamente con la posibilidad del arte de
revisitar el trauma social y transformarlo, a través de la creación de múltiples miradas sobre el
mundo.

80
Otros foto libros que abordan estos temas son: 30.000 de Fernando Gutiérrez, Desapariciones, Hellen
Zout sobre los rastros Imágenes en la memoria de Gerardo Dell Oro, o Fotos tuyas de Inés Ulanovsky.

El arte también ha sido una herramienta para narrar los procesos de justicia, un ejemplo de esto son
los dibujos urgentes que ante algunas restricciones impuestas por los tribunales al registro de
imágenes, durante los juicios por crímenes de lesa humanidad tras la reapertura de casos en el 2003,
movilizó a las organizaciones donde se planteó la necesidad de difundir los juicios y de contar con un
registro visual de los represores en los tribunales. En la Mesa por el Juicio y Castigo surgió la idea de
convocar a dibujar. Fue la agrupación Hijos que plantó “No se los puede fotografiar, se los puede
dibujar”. Es el resultado de esta iniciativa que movilizó a Eugenia Bekeris y a María Paula Doberti a
participar y reflexionar desde la práctica artística. “Los suyos son registros necesarios, subjetivos y
públicos. Constituyen un relato social de los juicios. Son expresión de los diversos trabajos de
memoria que contribuyen a reconstruir la trama de sentido rasgada por la última dictadura y por los
años de impunidad”.

81
El proyecto Dibujos urgentes se desarrolló en principio junto al entonces Instituto Universitario Nacional del
Arte (I.U.N.A., hoy U.N.A.), que invitó a "clases con modelo vivo en Comodoro Py". Imagen: Nora Strejilevich,
por Bekeris. El proyecto puede consultarse en https://dibujosurgentes.weebly.com/

A modo de cierre

A lo largo de esta clase recorrimos algunas de las producciones artísticas que vinculan el arte y la
memoria. Muchas de las obras que analizamos partían de búsquedas personales o colectivas de las y
los artistas en las que se exploraba a partir de la propia identidad para llegar así a un proceso
colectivo. En otros casos, en cambio, había una intención de denuncia y de participar activamente de
la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia.

En todos los ejemplos y reflexiones pudimos ver de qué forma el arte, como práctica social, produce
sentidos que circulan socialmente e inciden en el proceso de construcción de memoria colectiva, a la
vez que contribuyen a sostener demandas y construir consensos. La producción artística ofrece una

82
mirada, brinda herramientas simbólicas para producir conjuntamente sentidos con la mirada del
espectador. El arte es una actividad que nos permite trazar lo que Hannah Arendt denomina “parcelas
de humanidad” ante el horror, en las diversas representaciones del aparecer o hacer aparecer como
formas de resistencia. Los diferentes lenguajes artísticos (desde la fotografía a la pintura, del cine a
la poesía) pueden hacer surgir esta humanidad en un mundo caracterizado por el régimen de la
inhumanidad. En estas parcelas se hace posible activar aprendizajes genuinos para mantener y
construir memoria, entendida como un ejercicio, como una práctica ciudadana con las generaciones
presentes y futuras.

Actividad de la clase

Las y los invitamos a recuperar una obra de arte o expresión artística que permita dar
cuenta de algunas de las dimensiones que propone la clase, denunciar, visibilizar,
contextualizar o elaborar el pasado traumático. Para ello les pedimos que suban al foro
una imagen de una obra plástica (pintura, escultura, fotografía, etc.) junto a una breve
reflexión retomando las ideas de la clase. Esperamos que en sus participaciones
prioricen artistas, obras o exposiciones locales.

IMPORTANTE: En el caso de que la imagen ya haya sido subida, les pedimos que sumen
su reflexión propia que enriquezca la intervención previa y que indiquen la fuente de la
imagen.

83
Bibliografía
Battiti, Florencia (2010). “La memoria junto al río”, en Revista Gazpacho, N° 10, Defensa de los
Derechos Humanos, Revista del Centro Cultural de España en Buenos Aires, Octubre 2010.

Fores, Julio (2008). “Siluetas”, en Ana Longoni y Gustavo Bruzzone (comps.), El siluetazo, Buenos
Aires: Adriana Hidalgo Editora.

Fortuny, Natalia (2015). “El montaje de la ausencia: las fotos reconstruidas de Lucila Quieto”, en
Revista de Artes Visuales Errata#13: Derechos Humanos y Memoria, Enero - Junio 2015.

Giunta, Andrea (2011). “Imágenes en los bordes de la historia”, en Radical Shift. Transformaciones
políticas y sociales en el arte argentino a partir de los años ´60, (Catálogo de exposición). Nuremberg:
Museo Morsbroich - Editorial para el arte Moderno.

Longoni, Ana (2021). La calle en el museo, en Revista Adynata. Disponible en


https://www.revistaadynata.com/post/la-calle-en-el-museo-ana-longoni

Longoni, Ana y Bruzzone, Gustavo (comps.) (2008). El Siluetazo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo
Editora.

Ministerio de Educación de la Nación (2015). Temas de Arte 1: educación artística para jóvenes y
adultos. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación. Disponible en
https://www.educ.ar/recursos/157899/temas-de-arte-1

Ministerio de Educación de la Nación (2015). Temas de Arte 2: educación artística para jóvenes y
adultos. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación. Disponible en
https://www.educ.ar/recursos/152562/temas-de-arte-2

Créditos
Autores: Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo citar este texto:

84
Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y Educación
Sexual Integral. (2023). Clase N° 3: Denunciar, reflexionar y elaborar. Arte y memoria sobre el pasado reciente.
40 años: Pensar la democracia. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons


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85
Módulo 3: 40 años. Pensar la democracia

Clase 4: Más democracia, más derechos: una historia de


lucha por la inclusión de todos y todas

Esperamos que se encuentren muy bien, les damos la bienvenida a nuestra cuarta clase del curso "40
años: Pensar la democracia". Como venimos trabajando, los derechos humanos que, desde el regreso
a la democracia y gracias a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia, constituyen un tema de la agenda
central de la democracia desde el año 1983.

En esta clase vamos a proponerles pensar colectivamente por qué la lucha encabezada por los
Organismos de Derechos Humanos, iniciada en dictadura y sostenida en estos 40 años de
democracia ininterrumpida, ha sido fundamental para la consolidación de la vida democrática y la
ampliación de derechos.

Por un lado, porque ha permitido dar visibilidad a demandas sociales vinculadas a los diferentes
derechos; en segundo lugar, porque el movimiento ha legado a otras organizaciones y luchas sus
estrategias, símbolos e ideas para hacer más claras sus demandas y, sobre todo, porque su
trayectoria ha consolidado la idea de que los Derechos Humanos son una responsabilidad de los
Estados, quienes deben asegurar la dignidad de las personas desarrollando cada vez niveles más altos
de satisfacción de derechos.

Antes de avanzar revisemos algunos de los principios a partir de los cuales se construye el concepto
de derechos humanos en el campo del derecho internacional. Para ello remitiremos al marco
conceptual que se desarrolla en la Colección Derechos Humanos, Género y Educación Sexual en la
escuela elaborado por el Ministerio de Educación entre los años 2021 y 2022. Este material asume el
desafío de presentar los derechos humanos como una construcción colectiva, con disputas
permanentes sobre su significado y alcance e invita a pensar y enseñar sobre nuestro propio estatuto
como sujetos de derecho y nuestra historia como ciudadanas y ciudadanos en la escuela.

86
Principios sobre los que se sostienen los Derechos Humanos
Los principios ético-políticos y jurídicos fundamentales sobre los que sostienen los Derechos
Humanos son:

Universalidad. Significa que los Derechos Humanos representan un conjunto de ideas y valores
compartidos referidos a la condición humana, tanto como a su inherente dignidad. Esta universalidad
a la que se refieren es, como concepto, una construcción histórica que se va reescribiendo en la
medida en que nuevos sujetos de derecho se inscriben en su alcance.

Igualdad y no discriminación. Los Derechos Humanos son de todas y todos, y para todas y todos. No
existe sujeto que pueda ser excluido de su órbita ni motivo por el cual quede eximido de su alcance.
A su vez, los Estados son los responsables de efectivizarlos sin distinciones de ningún orden.

Integralidad e indivisibilidad. Todos los derechos están imbricados entre sí, lo cual significa que la
vulneración de uno afecta al resto. No existe una jerarquía entre ellos, es decir que no hay derechos
más importantes que otros: todos revisten la misma centralidad. En este sentido, son indivisibles: no
se los puede abordar parcialmente o considerar unos sin otros.

Existe, además de los principios enunciados, un conjunto de características de los Derechos


Humanos donde los principios anteriores abrevan. Decimos entonces que los Derechos Humanos,
son:

87
Los Derechos Humanos son el resultado histórico de luchas de intereses y, dado que los intereses
fluctúan y se modifican a lo largo del tiempo, ningún derecho está dado de una vez y para siempre.
Vimos en el apartado anterior que los Derechos Humanos son inherentes a cada ser humano. Ese es
un enunciado que funciona como una definición formal y necesaria, pero para que los derechos sean
una realidad que alcance a todos y todas fue necesario hacer preguntas que movilizan la producción
de sentido en torno a estos principios:

- ¿Quiénes son “todos y todas”?

- ¿Hay grupos/sectores en la sociedad a los que estos derechos no llegan?

88
- ¿Por qué no están materializados en la realidad, cuando los principios y las normas sí los
incluyen?

- ¿Se requiere una protección especial para su efectivo cumplimiento?

Ser sujetos de derecho no necesariamente se traduce en que éstos alcancen a todas las personas.
Por ello, existen mecanismos de protección específicos para garantizar los derechos de aquellos
grupos que se encuentran en una situación de desigualdad.

Este aspecto de los Derechos Humanos evidencia en qué medida —y con qué velocidad— los
problemas relacionados con la desigualdad y las diferentes formas de exclusión dejan de ser
interpretados como problemas privados de las personas para constituirse en la agenda pública de un
Estado.

Invitamos a visitar la colección de recursos para trabajar en el aula durante todo el año
el 40° aniversario del regreso de la democracia en Argentina, elaborada por Educ.ar. Se
trata de una recopilación para pensar los derechos humanos, su vinculación con la
educación y la ampliación de derechos.
https://www.educ.ar/40democracia

89
Los derechos de las mujeres y de las diversidades. Una conquista de la
democracia
El retorno de la democracia a partir de 1983 implicó, en principio, la progresiva recuperación de los
derechos civiles básicos que habían sido vulnerados durante el terrorismo de Estado. Para
comprender cómo a partir de ese momento se desarrolló una ampliación de derechos –que abarcan
derechos económicos, sociales y culturales– es preciso analizar en detalle las diferentes dimensiones
del mundo social en un espacio específico, sin por ello perder de vista el contexto. La ampliación de
derechos se traduce en leyes y otros instrumentos normativos a nivel nacional e internacional, en la
incorporación de nuevas problemáticas al debate social, en la visibilización de cuestiones que no
aparecían en las agendas políticas o sociales, al mismo tiempo que no está exenta de tensiones y
retrocesos en el marco de las luchas por esas conquistas.

A continuación, intentaremos reseñar cómo se desarrolló la ampliación de derechos de las mujeres


y las diversidades desde la transición democrática hasta nuestros días, ya que se puede observar
con claridad cómo esas diferentes facetas se conjugan en la ampliación de derechos.

Meses antes de la asunción del presidente democrático, el inicio de la nueva etapa supuso una fuerte
presencia en el espacio público de distintos movimientos y actores sociales, políticos y culturales,
como vimos en las clases anteriores. En ese contexto, el movimiento feminista reapareció en las
calles, creció, se fortaleció y manifestó sus demandas.

Para pensar el vínculo entre la lucha por Memoria, Verdad y Justicia y el movimiento de mujeres, les
proponemos ver la entrevista a la investigadora Catalina Trebisacce que analiza el devenir de los
movimientos feministas y su vinculación con los movimientos de derechos humanos en Argentina.

Esta entrevista forma parte de la Colección El Género de la Patria, un material desarrollado por el
Programa Educación y Memoria para abordar el pasado reciente desde una perspectiva de género.

90
https://www.educ.ar/recursos/156473/el-feminismo-y-los-derechos-humanos-
panuelos-de-la-historia-

Aun en los últimos años de la dictadura, este movimiento se había ido expandiendo a partir de la
creación de algunas agrupaciones centrales en la transición democrática, como Lugar de Mujer y
ATEM - 25 de noviembre. Durante los primeros años de la transición, el movimiento siguió creciendo
con la aparición de diversas organizaciones y publicaciones emblemáticas: la Multisectorial de la
Mujer (1984), la revista Unidas (1986), los Cuadernos de Existencia Lesbiana (1987), la revista
Feminaria (1988), la Comisión Feminista por los 20 años de la Segunda Ola Feminista (1989), entre
muchas otras.

91
Integrantes del grupo feminista ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer)
protestan en la Argentina el Día de la Mujer de 1984, después de que la fecha fue
institucionalizada. Fuente: Wikimedia commons

Además de la reivindicación por la ampliación de derechos, en los años ochenta el movimiento


feminista argentino instaló como tema prioritario en su agenda el problema de la desigualdad y la
violencia contra las mujeres. Así surgió en 1983, desde el seno del feminismo, el Tribunal de Violencia
contra la Mujer, que acuñó, tempranamente, el concepto de feminicidio para referirse a la
especificidad de estos crímenes. Asimismo, durante el primer Día Internacional de la Mujer
conmemorado en las calles, el 8 de marzo de 1984, el problema de la violencia contra las mujeres
estuvo presente en las pancartas y panfletos repartidos en la Plaza de los Dos Congresos.

Los y las invitamos a ver dos videos “Juntarse” y “Salir” de la colección de entrevistas del Archivo Oral
Insumisas. Encuentros del feminismo y el movimiento de derechos humanos, de Memoria Abierta,

92
en el que las protagonistas relatan la organización de la Multisectorial de la Mujer entre finales de
1983 y 1984 y la primera marcha del 8 de marzo de la democracia en 1984.

“Juntarse”
https://www.youtube.com/watch?v=f6aHWRJj3q4&list=PLO2MPpHCy1nwggslsS9ciKskLfC4n4
c7t&index=8

¿Cómo describen esa experiencia de organización? ¿Por qué el feminismo era una “mala palabra” en
esa época? ¿Existen actualmente prejuicios o rechazo hacia las organizaciones de mujeres? ¿Se
puede hoy en día formar parte de una organización de mujeres y no ser feminista?

93
“Salir”
https://www.youtube.com/watch?v=vI9pWEVSPoM&list=PLO2MPpHCy1nwggslsS9ciKskLfC4n
4c7t&index=9

¿Qué implicaba salir a la calle después de la dictadura y continuar la lucha? ¿Por qué eligieron hacerlo
en la plaza frente del Congreso Nacional? ¿Qué hicieron las Madres de Plaza de Mayo ese día? ¿Qué
demandas condensaron en el documento? ¿Qué se discutió? ¿Qué temas estuvieron ausentes en la
discusión?

En este contexto, el movimiento de mujeres logró que algunas de sus reivindicaciones históricas se
convirtieran en derechos a partir de una serie de avances legislativos y de políticas públicas. Entre
las conquistas más significativas es posible mencionar la patria potestad compartida (1985) y la ley
de divorcio vincular (1987).

Durante estos años también comenzó a organizarse el Encuentro Nacional de Mujeres, que continúa
realizándose en la actualidad. Estos encuentros posibilitan que las participantes puedan conocerse,
unirse, reflexionar, animarse, darse fuerzas, tomar la calle y construir agenda política. El primer
encuentro tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires en 1986 y fue impulsado por muchas de las
militantes políticas de los setenta que, después de la dictadura, volvían a la vida pública, en muchos
casos del exilio o la cárcel, abrazando el feminismo. Entendían que la apelación política ya no podía

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hacerse sólo en clave de los sujetos clásicos de pueblo o de clase, sino que era necesario incorporar
la dimensión de género.

Los encuentros son jornadas que incluyen debates, tertulias, festivales y los ya clásicos talleres,
espacios heterogéneos, plurales y horizontales, donde trabajadoras, líderes sociales, profesionales,
académicas, militantes políticas y amas de casa pueden expresarse y ser igualmente valoradas. Para
muchas mujeres es la posibilidad de hablar en público por primera vez, para otras es la oportunidad
de escuchar relatos de lucha en primera persona. Los encuentros recorrieron distintos puntos del
país y fueron los espacios embrionarios de muchos de los temas clave de la agenda de derechos
humanos en la Argentina.

Los años 90: Derechos políticos, sexuales y reproductivos


Asimismo, gracias a la lucha y persistencia en los reclamos, los derechos de las mujeres se fueron
ampliando en los años noventa a partir de la ley de cupo femenino (1991) que implicó una mayor
presencia de mujeres en el Congreso Nacional, lugar central para la toma de decisiones en la
democracia. Gracias a esta Ley, por primera vez participaron mujeres de una Convención
Constituyente en el año 1994.

En 1992 se crea el Consejo Nacional de la Mujer, que producirá información sobre diversos temas
referidos a la situación de las mujeres en la Argentina. Esa información será presentada en la
Convención Constituyente de 1994, junto a la primera encuesta sobre el tema de la interrupción
voluntaria del embarazo.

Como se mencionó en la clase 2, con la reforma constitucional de 1994 se incorporan los tratados
internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional (Art 75, inc 22), entre ellos, la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Violencia contra la Mujer (CEDAW). La
inclusión de los tratados internacionales de derechos humanos abrió la discusión sobre el comienzo
y la finalización de la vida y su introducción en la Constitución Nacional y se debatió públicamente
sobre el aborto con presencia del movimiento feminista y el Consejo Nacional de la Mujer.

También en 1994 se desarrolló en El Cairo la V Conferencia Internacional sobre Población y


Desarrollo (El Cairo), donde las cuestiones referidas a la sexualidad y la reproducción fueron

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abordadas como un tema de derechos humanos y no como una cuestión demográfica y de políticas
de la población, como venían siendo tratadas desde los años sesenta.

A fines de los años noventa, se genera un contexto social y político, que dio lugar a una de las primeras
leyes de prevención de la violencia dentro de la familia (1997). Es importante destacar que en ese
momento se hablaba de violencia familiar y no de género, lo cual da cuenta cómo se pone en juego
un concepto que señalamos al principio de esta clase, la historicidad de los derechos. Estos no se
definen de una vez y para siempre, si no que sus bordes se van moldeando en diálogo con las
demandas y transformaciones sociales. También mencionamos que los derechos son resultados de
disputas y que, así como puede haber avances, puede haber tensiones y retrocesos.

En el plano internacional, en 1995 tuvo lugar la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing. Se
reconoce el derecho a tener control y decidir responsablemente sobre los asuntos relativos a su
sexualidad, incluidas su salud sexual y reproductiva, libres de coerción, discriminación y violencia. En
este marco, obtiene media sanción en Diputados un proyecto de Ley Nacional de Salud Sexual y
reproductiva, pero en 1997 perdió estado parlamentario por la negativa de la Cámara de Senadores
de tratarla. En ese mismo año, el Comité de seguimiento de la CEDAW recomendaba a la Argentina
que revise la legislación sobre aborto. El Gobierno no respondió y al año siguiente se sancionó una
ley que establecía el “Día del niño por nacer”.

Recién en el año 2002 se sanciona la Ley Nacional de salud Sexual y Reproductiva (25.673).
Elaborada por equipos técnicos del Ministerio de Salud y asociaciones de profesionales del campo de
la salud, ONGs de mujeres e investigadoras en temas de salud, entre otras instituciones y actores
sociales. Como se mencionó párrafos atrás, esta ley no estuvo exenta de tensiones. Los puntos más
conflictivos fueron la objeción de conciencia, el alcance del derecho a la información y la prescripción
de anticonceptivos a los y las menores de edad. De la mano de esta ley se sanciona la Ley 25.584 que
garantiza la continuidad del ciclo escolar a alumnas embarazadas.

A partir del año 2003 y en el marco de una política pública de ampliación de derechos se crean: el
Programa Nacional de salud sexual y procreación responsable, la Ley de Parto Humanizado, la Ley
Nacional que protege las alumnas madres contra las expulsiones. Se crean además el Plan Nacer y
el Plan Federal de Salud.

96
En el año 2006 se sanciona la Ley de Educación Sexual Integral en el plano educativo y se creó el
Programa Nacional de Educación Sexual Integral que se encarga de la implementación de la norma
mediante la capacitación y la producción de materiales educativos. Asimismo, se avanza en
cuestiones referidas a la salud sexual y reproductiva en particular al derecho a decidir mediante la
regulación de los métodos quirúrgicos de anticoncepción y la anticoncepción de emergencia.

Las mujeres al poder


Un hecho político significativo ocurrió en nuestro país en los comicios de octubre de 2007, donde por
primera vez una mujer, Cristina Fernández, ganó las elecciones y se convirtió en la primera mujer
electa como presidenta. En 2011, fue reelegida en su cargo y actualmente ejerce el cargo de
vicepresidenta de la Nación.

Durante sus mandatos como presidenta impulsó, y el Congreso de la Nación aprobó, una cantidad
importante de leyes, protocolos y resoluciones trascendentes en términos de derechos humanos
para las mujeres, las diversidades y las infancias.

En relación al derecho a la salud se creó el Plan para la Reducción de la Mortalidad Materna e


Infantil, de la Mujer y de la Adolescente. En el plano sanitario, la vacuna contra el VPH fue
incorporada al Calendario Nacional de Inmunizaciones, y más recientemente se la incluyó como
obligatoria también para los varones.

Otras normativas de especial relevancia referidas a la temática son:

- la Ley Nacional de Identidad de género 26.743;

- la Ley 26.842 sobre el delito de trata de personas y atención de las víctimas;

- la Ley Nacional 26.485 de Protección Integral de la Mujer/ Violencia de Género;

- el Protocolo de Interrupción voluntaria del embarazo para los casos no punibles;

- el Protocolo de atención a la víctima de abuso sexual;

- la Ley de Matrimonio Igualitario;

- el Decreto 476/2021 que establece la nomenclatura no binaria para DNI y Pasaporte en virtud
de las disposiciones de la Ley de Identidad de género.

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Después de décadas de lucha, muy recientemente, en el año 2020, el Congreso de la Nación sancionó
dos leyes importantes: por un lado, la llamada popularmente Ley de los 1000 días, que garantiza
acompañamiento y asistencia durante el embarazo a las mujeres y personas con capacidad de gestar
y a niños y niñas hasta los 3 años que así lo requieran. Se aprobó además la normativa que reconoce
y garantiza el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo a las mujeres y a las personas con
capacidad de gestar hasta la semana 14, inclusive, del proceso gestacional y el derecho a la
interrupción legal del embarazo por dos causales.

¿Qué significan IVE e ILE?

La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) hace referencia al derecho al aborto con la solicitud
como único requisito hasta la semana catorce (14), inclusive, de gestación.

La interrupción legal del embarazo (ILE) hace referencia al derecho al aborto en las siguientes
situaciones:

a) Si el embarazo es producto de una violación.


b) Si está en peligro la vida o la salud de la persona gestante.

Esta ha sido una de las demandas históricas del amplio movimiento de mujeres para que la
autonomía y la libertad de decisión sean una realidad efectiva a la hora de ejercer los derechos
sexuales y reproductivos.

Es importante señalar que durante el año 2017 se sancionó la ley de paridad de género con lo cual se
dio un importante impulso a la generación de condiciones para la participación de las mujeres en los
ámbitos de decisión.

Los y las invitamos a leer y observar las imágenes del Ejercicio 9 del libro Pensar la democracia, que
aborda las leyes de Divorcio (1987) y la de Matrimonio Igualitario (2010), titulado “Bienvenida
igualdad” (página 52) y el Ejercicio 24, que recuerda el secuestro de Marita Verón (2002) y los
Encuentros nacionales de mujeres (1986 hasta el presente), “Los derechos de las mujeres” (página
112).

¿Cómo se piensan estos derechos en cada momento histórico? ¿Qué actores sociales impulsaron las
demandas que, finalmente, se transformaron en leyes? ¿Qué relación se estableció en cada contexto
con otros reclamos de la democracia?

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99
https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-democracia-treinta-ejercicios-para-trabajar-en-el-
aula

Dos problemáticas sociales para pensar la desigualdad de género:


la violencia machista y la división sexual del trabajo
«Ni una menos» es la expresión que desde 2015 se ha ido constituyendo en uno de los emblemas
más claros y populares vinculados a la violencia de género. El 3 de junio de ese año, y luego de un
femicidio que tuvo gran repercusión pública, miles de personas salieron a las plazas y a las calles de
todas las ciudades del país mostrando el repudio colectivo a la violencia de género en su expresión
más brutal.

En los últimos años, las marchas por el Día de la Mujer se realizan masivamente en diferentes
ciudades de nuestro país. Entre sus consignas se destacan las proclamas de «Nosotras paramos», «Ni
una menos» y «Vivas nos queremos», pues la violencia de género es otro de los nudos centrales que
atraviesan las experiencias de las mujeres y las personas LGTBIQ+. En la Argentina hay un femicidio
cada 18 horas y cientos de personas travesti y trans mueren por la violencia a la que son sometidas
a lo largo de su vida sin acceso a los derechos básicos.

El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) –órgano de


supervisión de la CETFDCM–, afirmó en la Recomendación General 19 que “la violencia contra la
mujer es una forma de discriminación que inhibe gravemente la capacidad de la mujer de gozar de
derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre”, de modo que los Estados deben adoptar
medidas efectivas para superar todas las formas de violencia basadas en el género. A su vez, la
Recomendación General 35 del año 2017 complementa y actualiza ese alcance, haciendo hincapié en
que la violencia está basada en el género y debe leerse conjuntamente con la «expresión "violencia
por razón de género contra la mujer" como un término más preciso, que pone de manifiesto las
causas y los efectos relacionados con el género de la violencia».

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En el ámbito de Naciones Unidas se aprobaron en 2016 los «Principios sobre la aplicación de la
legislación internacional de derechos humanos con relación a la orientación sexual y la identidad de
género» (Principios de Yogyakarta). Este documento no es un instrumento jurídicamente vinculante,
pero establece estándares legales para guiar la actuación de los Estados y otros agentes en materia
de prevención y erradicación de la violencia, abuso y discriminación sistemática que sufren las
personas LGBTIQ+.

En el ámbito nacional, fue promulgada en el año 2019 la Ley Micaela que establece la capacitación
obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función
pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Se llama así en conmemoración
de Micaela García, una joven entrerriana de 21 años, militante del Movimiento Evita, que fue víctima
de femicidio.

La violencia de género y su relación con la desigualdad


El núcleo duro de la desigualdad de género se encuentra en la problemática social de los cuidados,
provocada por la división sexual del trabajo que regula las esferas de lo público y lo privado, lo
productivo y lo reproductivo y también el imaginario de estos mundos como ámbitos escindidos. La
distribución de las tareas de cuidado es inequitativa, está generalizada y recae mayoritariamente en
las mujeres, personas travestis y trans u otras identidades feminizadas debido a que desde los
estereotipos de género imperantes son vistas como “cuidadoras naturales”, repercutiendo en las
trayectorias de vida de estas personas.

Poniendo la lupa sobre la idea de sostenibilidad de la vida, los aportes de la economía feminista y de
las teorías de la reproducción social dan cuenta de la importancia del trabajo doméstico no
remunerado para la reproducción de la vida en un sentido amplio: todas las actividades y prácticas
necesarias para la subsistencia cotidiana de las personas en nuestra sociedad.

Este trabajo, mayormente feminizado, tiene implicancias en la forma en la que las mujeres, personas
travestis, trans, gay o lesbianas se insertan finalmente en el mercado laboral, ya que se espera que
atiendan a estas tareas gratuitamente –pues es la manera preestablecida de demostrar cariño, amor
o afecto–, mientras prestan otros servicios como trabajadoras formales e informales, muchas veces

101
teniendo que, además, atravesar instancias de selección que aplican criterios discriminantes para el
ingreso al trabajo. Por ejemplo, cuando le preguntan a una potencial trabajadora sobre su voluntad
de tener hijo/as o si tiene parientes “a cargo”.

Además de la dimensión de género, esta problemática está atravesada por la dimensión económica.
Las tareas de cuidado, al no ser remuneradas, son invisibilizadas. No aparecen incorporadas a las
mediciones de la economía y esto refuerza su escasa valoración social.

Las recomendaciones internacionales advierten a los Estados la importancia de contar con


información estadística sobre el uso del tiempo. A partir de la Plataforma de Acción adoptada en la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing (1995), se insta a los países a hacer estudios
periódicos sobre el uso del tiempo para medir cuantitativamente el trabajo no remunerado y mejorar
la información sobre las contribuciones de mujeres y hombres a la economía.

Resulta urgente atender a esta problemática, reconociendo que lo público y lo privado no son
ámbitos escindidos, que las tareas de cuidado son un trabajo que ocupa a las personas más allá de
su identidad de género y que deben ser reconocidas como tal. Queda un largo camino para que se
logre liberar a las identidades feminizadas de la responsabilidad excluyente sobre estas tareas,
responsabilizando a los hombres por igual y rompiendo de este modo con algunos de los estereotipos
de género que se encuentran más arraigados culturalmente en nuestra sociedad. La educación es,
sin dudas, una vía para construir una sociedad diferente que se acerque cada vez más a la igualdad
de derechos de todas las personas.

En este último tiempo se dictaron dos decretos importantes, el Decreto 475/2021 de reconocimiento
de aportes por tareas de cuidado a mujeres en edad de jubilarse con hijos/as, cuando no cuenten
con los años de aportes; por otro lado, la ley 27.636 que promueve el acceso al empleo formal para
las personas travestis, transexuales y transgénero, conocida como “Diana Sacayán – Lohana Berkins”.

Archivos de derechos humanos: el archivo de la memoria trans


La construcción del conocimiento y la generación de las memorias requieren de los archivos.
Construir un archivo para visibilizar las diversas experiencias de vida de las identidades no
hegemónicas, los cuerpos invisibilizados, los testimonios que nadie escuchó o que nadie quiso

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guardar es un acto de resistencia frente al olvido y la negación, además de una demanda de justicia
frente a una historia de vulneración de derechos.

Los archivos, pensados en clave de trabajos de memoria, desempeñan un papel clave en los procesos
de continuidad, cohesión y reproducción social e inciden en la construcción de las identidades
individuales y colectivas. A lo largo de la historia argentina, incluso después de la transición
democrática de 1983, las personas LGBT+ fueron víctimas de distintos tipos de violencia y
discriminación. Por ejemplo, usando como herramienta los edictos policiales, se detenía a travestis
sin ningún motivo en cárceles y comisarías. “¿Dónde están?”, se pregunta el investigador Cristian
Prieto (2019), quien señala que, a diferencia de quienes desaparecieron durante la última dictadura
militar, quienes tuvieron a familiares, madres, abuelas reclamando por sus desapariciones, en las
vidas de las personas trans “(...) no hay madres, padres, hermanes, consanguíne*s y organizaciones
que hayan salido a preguntar. En nuestra pequeña historia aún no contada, hay poco de ese lazo
familiar que nos haya salvado”.

Siguiendo la definición de Ludmila Da Silva Catela, un archivo es el espacio que resguarda la


producción, organización y conservación de objetos (en la mayoría de los casos, papeles manuscritos
o impresos) que dejan constancias, documentan, ilustran las acciones de individuos, familias,
organizaciones y dependencias del Estado. Un archivo implica un conjunto de acervos o fondos
documentales, sonoros y visuales, localizados en un local o edificio, con agentes que los producen,
los clasifican y velan por su existencia y consulta (2002, p. 384).

En los archivos se encuentra documentación en distintos soportes, si bien la mayoría está en papel
existe también material sonoro y visual. Allí pueden encontrarse, por ejemplo, entrevistas, imágenes
fotográficas, leyes, diarios, discursos, cartelería de la época, canciones, pinturas, películas, etc. Esto
se debe a que los actores sociales dejaron huellas de diverso tipo. Actualmente se cuenta con la
ventaja de que varios de los catálogos y/o parte de la información disponible en los archivos se
encuentra digitalizada y permite una búsqueda y consulta en línea, lo cual contribuye a la
democratización del acceso de los fondos documentales.

El Archivo de la Memoria Trans es una colección documental que fue creada en 2012 a partir de
fotografías, cartas, postales, recortes de periódicos y videos pertenecientes a organizaciones y a
activistas trans de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El proyecto tuvo como objetivo inicial reunir
a las sobrevivientes, sus memorias y sus imágenes. Se buscó construir primero la biblioteca y luego

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un espacio virtual que busca dar cuenta de las vidas de generaciones de mujeres trans y la lucha por
el reconocimiento de su identidad y sus derechos, frente a la extorsión policial en las calles, las
detenciones indefinidas, la clausura de espacios inclusivos, la persecución y torturas en las cárceles.
En la actualidad, además de tener un equipo que se ocupa de recibir, limpiar y escanear fotografías
de todo el mundo, registran historias orales con las mujeres que comparten sus relatos y objetos
personales. Según su fundadora, María Belén Correa, el archivo “Es la recolección y protección de la
memoria trans en fotos, recortes, videos, revistas, películas y entrevistas, pero sobre todo las
historias contadas por las sobrevivientes”.

Invitamos a ver la serie documental de Canal Encuentro, Archivo de la memoria trans, para
profundizar en la importancia que tuvieron estas historias en el proceso de recuperación
democrática y la ampliación de derechos.

https://www.youtube.com/watch?v=NJDgZiQThdk

La colección de fotografías personales y familiares es especialmente significativa. La memoria posee


una dimensión icónica, es una representación del pasado; la iconografía familiar registra la propia
vida, los momentos atesorables, los encuentros, los pasos importantes, las celebraciones que son las
huellas de las historias personales, íntimas. Sin embargo, como señala Durán (2013), las imágenes
fotográficas familiares puestas en el espacio público poseen un carácter profundamente político y
hacen de puente entre lo individual y lo colectivo.

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Volviendo a las relaciones entre pasado y presente y a la idea de que los derechos se conquistan y se
visibilizan los reclamos, en determinados marcos sociales, actualmente, un grupo de personas trans,
están solicitando que el Estado reconozca y repare las "vidas de exclusión y vulneración", que padeció
el colectivo durante la última dictadura. Si bien el objetivo principal de la regresión durante esos años
era la militancia política, las personas trans también representaban una amenaza a los ideales de la
dictadura y por ello fueron reprimidas y padecieron abusos en cárceles, comisarías y en Centros
Clandestinos de Detención.

Es importante señalar que también reclaman por el reconocimiento de la violencia policial que "se
recrudeció" durante los primeros años de democracia.

En la siguiente imagen podemos ver al colectivo travesti trans participando de la movilización


realizada cada 24 de marzo por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia en la Plaza de Mayo de la
Ciudad de Buenos Aires, con la bandera con los nombres de las compañeras que ya no están y para
visibilizar el reclamo de reparación histórica por las violencias y exclusión sufrida históricamente.

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Para saber más acerca del archivo de la memoria trans pueden acceder a través del siguiente link
https://archivotrans.ar/

Los derechos humanos en las escuelas


Si bien existen antecedentes en materia de enseñanza en y para los derechos Humanos en Argentina,
fue en 2006 con la sanción de la Ley de Educación Nacional N° 26.206 que se incluyeron como
prioridad los Derechos Humanos, el pasado reciente y la construcción de la memoria colectiva. En
concordancia con lo dispuesto por la Ley N° 25.633, que establece el 24 de marzo como el Día
Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en este período se impulsaron una serie de
políticas educativas de memoria que tomaron forma en la construcción del Programa Nacional
Educación y Memoria, mediante la elaboración de materiales para la enseñanza y la creación de

106
diversos dispositivos pedagógicos que configuraron una política pública para la transmisión del
pasado reciente desde una perspectiva nacional y federal. Esta política comprende también la
formación docente y la inserción curricular de la temática a través de los Núcleos de Aprendizajes
Prioritarios (NAP) que fueron aprobados por el Consejo Federal de Educación y las autoridades
educativas de las jurisdicciones entre 2004 y 2012.

A su vez, se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral en el plano educativo y se creó el Programa
Nacional de Educación Sexual Integral en el año 2006, que se encarga de la implementación de la
norma mediante la capacitación y la producción de materiales educativos.

En diciembre de 2019, el Ministerio de Educación de la Nación creó y puso en funciones la Dirección


de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI, que depende de la Subsecretaría de
Educación Social y Cultural de la Secretaría de Educación. Su objetivo es promover una educación
integral en esta triple perspectiva y jerarquizar a cada una de las áreas y programas que la integran.
Es en el marco de la Ley de Educación Nacional N° 26.206 (artículos 3, 8 y 92) que el Ministerio de
Educación de la Nación concibe la promoción y protección de los Derechos Humanos en tanto una
política pública de educación integral en Derechos Humanos que atraviesa el desarrollo de todas las
políticas educativas llevadas adelante por el Ministerio.

De esta manera el abordaje de los Derechos Humanos se vuelve curricular y transversal, con
presencia a lo largo de todo el sistema educativo. Esto significa atender a:

1. La educación en sí misma como un Derecho Humano: el derecho a la educación,


transversalizado en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional establecido por
la Ley de Educación Nacional N° 26206.

2. La educación como posibilitadora y garante del ejercicio, el cumplimiento y la protección de


otros derechos.

3. La educación como acceso al conocimiento de los Derechos Humanos, tanto de los derechos de
niñas, niños, jóvenes y adolescentes, como de los derechos en tanto construcciones y conquistas
sociales.

4. La educación en Derechos Humanos como promotora de prácticas institucionales


democratizadoras. Desde esta concepción, la educación en Derechos Humanos tiene diferentes
dimensiones superpuestas y complementarias, y aspira a que el derecho a la educación sea una

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puerta de entrada para el ejercicio, el cumplimiento, el conocimiento y la protección de diferentes
derechos de niñas, niños y jóvenes de nuestro país.

La educación en democracia: Línea de Tiempo

Así como la educación fue uno de los lugares en los que el terrorismo de Estado más incidencia tuvo,
es posible identificar también cómo la ampliación del derecho a la educación da cuenta de una
progresiva democratización. Invitamos a recorrer la línea del tiempo elaborada por Educ.ar que da
cuenta de la manera en la que puede leerse el período histórico a partir de lo que sucedió en las aulas
argentinas y en sus instituciones relacionadas. El recurso forma parte de la colección elaborada por
el portal educativo https://www.educ.ar/40democracia

https://www.educ.ar/recursos/158713/la-educacion-en-democracia-linea-de-tiempo

¿Qué significa “educación en derechos humanos”? Se trata de una definición que excede los
contenidos específicos –es decir, tener conocimiento de los derechos consagrados– ya que tiene la
potencialidad de provocar al sistema educativo en su conjunto y postular una incidencia global e
integral de este desafío en todo el proceso formativo. Sin embargo, como advierte el investigador
Isabelino Siede, esa amplitud conlleva un enorme riesgo de dilución en otras tramas discursivas como
la ciudadanía, la formación moral o ética.

Educar en Derechos Humanos implica que cada sujeto conozca sus derechos y esté en reales
condiciones de ejercerlos y defenderlos sin desconocer un componente axiológico vinculado a la
formación de las ciudadanas y los ciudadanos en determinados valores de democracia, igualdad y
libertad.

En tal sentido, la educación en Derechos Humanos es educación política, como afirma Siede, porque
propone la reflexión sobre el propio poder y la posibilidad de organizarse colectivamente, reclamar
o demandar por el ejercicio de un derecho. Por lo tanto, abarca el trabajo desde las áreas curriculares
pero también se expande al conjunto de experiencias cotidianas de la vida social. Se trata de un pilar

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de la democratización, un proceso que lejos de encontrarse cerrado se construye día a día en las
aulas y en cada disputa por una Nación más justa.

A modo de cierre, compartimos el especial elaborado por la Dirección de Educación para los Derechos
Humanos, Género y ESI del Ministerio de Educación de la Nación, donde encontrarán diversas
propuestas y recursos para trabajar en el aula.

https://www.educ.ar/recursos/158657/40-anos-de-democracia-en-la-escuela

Actividad para el foro


En la clase se desarrolla el proceso de ampliación de derechos que puede observarse desde el
retorno de la democracia enfocado en los derechos de las mujeres y las diversidades.

Les proponemos que elijan otro derecho en el que se pueda apreciar un recorrido similar e
identifiquen al menos tres hitos que den cuenta de ese recorrido junto a una breve justificación.

Entre ellos pueden ser:

1) Leyes, normativas, protocolos.

2) Acciones de visibilización en el espacio público o en la agenda social por parte de


organismos de derechos humanos u otras organizaciones.

3) Incorporación a la currícula escolar.

4) Hechos históricos significativos que consideren relevantes.

Sugerimos retomar los ejercicios de Pensar la democracia: treinta ejercicios producidos en las aulas
argentinas.

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También recomendamos la visita del sitio elaborado por los canales públicos educativos (Encuentro,
PakaPaka y DeporTV) por los 40 años de democracia: https://40democracia.gob.ar/, donde podrán
encontrar otras líneas de trabajo complementarias para abordar la ampliación de derechos.

Materiales educativos
-Colección El género de la Patria. Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para
los Derechos Humanos, Género y ESI, Programa Educación y Memoria. 2021. Disponible en:
https://www.educ.ar/recursos/150888/el-genero-de-la-patria

-Colección de materiales educativos por el Día Internacional de las Mujeres. Ministerio de


Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI,
Programa Educación y Memoria, Programa de Educación Sexual Integral. Educar. 2021. Disponible
en: https://www.educ.ar/recursos/156645/8-de-marzo-dia-internacional-de-las-mujeres

-Derechos Humanos. Colección Derechos Humanos, Género y ESI en la escuela. Ministerio de


Educación de la Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI. 2021.
Disponible en: https://www.educ.ar/recursos/fullscreen/show/48077

-El uso pedagógico de los archivos: reflexiones y propuestas para abordar la historia, la memoria y
los Derechos Humanos. Ministerio de Educación de la Nación. Dirección de Educación para los
Derechos Humanos, Género y ESI, Programa Educación y Memoria. 2021. Disponible en:
https://www.educ.ar/recursos/158107/el-uso-pedagogico-de-los-archivos-reflexiones-y-
propuestas-p

-Pensar la Democracia: treinta ejercicios para trabajar en las aulas. Ministerio de Educación de la
Nación. Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI,

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Programa Educación y Memoria. Disponible en: https://www.educ.ar/recursos/150900/pensar-la-
democracia-treinta-ejercicios-para-trabajar-en-el-aula

Créditos
Autores: Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo citar este texto:


Programa "Educación y Memoria", Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y Educación
Sexual Integral (2023). Clase 4: Más democracia, más derechos: una historia de lucha por la inclusión de todos
y todas. 40 años. Pensar la democracia. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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