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TEORÌA ASIATICA

TEORÌA OCEÀNICA

TEORÌA AUSTRALIANA
ASIA
AUSTRALIA
AMERICA
AMERICA
RESUMEN CORTO DE LA TEORÍA OCEÁNICA DE PAUL RÍVET

La teoría Oceánica del Poblamiento de América fue planteada por el


antropólogo francés Paul Rívet. Sin rechazar la inmigración asiática
por el estrecho de Béring, postuló y argumento la llegada de
inmigrantes melanésicos y polinésicos a través del océano Pacífico.

Resumen corto de la teoría Oceánica de Paul Rívet

Paul Rivet planteó una teoría polirracial del poblamiento de


América. Es decir, aparte de los asiáticos, habrían llegado
inmigrantes de otras razas, como los melanésicos y polinésicos. Y
no descartaba una inmigración australiana.

Rivet se ocupó de demostrar la teoría Oceánica que plantea que los


melanésicos y polinésicos también poblaron América antigua.

La procedencia melanésica
Los melanésicos son navegantes de raza negra de las islas de
Nueva Guinea (Melanesia). Ellos habrían cruzaron el océano
Pacífico en canoas y llegado a Centroamérica unos 10000 a.C. De
ahí se habrían dispersado y mezclado con otros grupos inmigrantes.

Rivet encontró semejanzas óseas entre los melanésicos y los


hombres de Lagoa Santa de Brasil. Además, muchas costumbres e
instrumentos comunes entre Melanesia y América. Por ejemplo: la
cacería de cabezas trofeo, el uso de hamacas y las porras
estrelladas.

La procedencia polinésica
Desde los 1000 a.C., los maoríes, grandes navegantes de la
Polinesia, habrían cruzado el Pacífico y llegado a la costa oeste de
Sudamérica. Rívet encontró semejanzas entre las lenguas maorí de
Polinesia y quechua del Perú. Por ejemplo: kumara (camote), uno
(agua) y pucara (fortaleza). Además, en ambas regiones hay
cultivos, instrumentos y leyendas semejantes.
TEORÌA OCEANICA

El antropólogo francés Paul Rivet, propuso una Teoría Oceánica, de origen


múltiple del hombre americano, según la cual la población americana se llevó a
cabo por cuatro oleadas migratorias denominadas de acuerdo a sus lugares de
procedencia:

 mongoloide
 australianos
 melanesio-malayo-polinesio
 esquimales

Las oleadas estuvieron separadas por distintos espacios de tiempo, aportando


caracteres asiáticos, australianos y melanesio-polinesios.

Elaboró su teoría con múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura,


color de piel, etc.), datos culturales y datos lingüísticos, tanto de los asiáticos,
como de los americanos y polinesios con el objetivo de encontrar
correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas migratorias que
habrían seguido los primeros hombres americanos. Sus críticos sostienen que
fueron insuficientes los datos arqueológicos considerados.

Mongoloide

Los primeros en ingresar a América serían los asiáticos, a través del Estrecho de
Bering; separados en el tiempo, los diversos grupos aportarían elementos pre-
mongólicos y mongólicos propiamente dichos, evolucionando física y
culturalmente en forma diferente.

Australianos

En segundo lugar, hicieron su arribo los elementos australianos, demostrado,


según Rivet, por grandes similitudes físicas entre los cráneos de los patagones y
de los australianos, del predominio del grupo sanguíneo 0 en ambos grupos y del
común uso de producciones culturales como la cerámica, los mantos de pieles
animales, las chozas circulares de ramas, el uso de troncos ahuecados como
canoas, parecidas ceremonias religiosas, etc.

Pero es en el aspecto lingüístico donde Rivet pone mayor énfasis, demostrando


que existen analogías entre las lenguas patagónico-fueguinas y las australianas,
mencionando vocablos similares para los mismos objetos.

Las latitudes de Australia y la Patagonia difieren notablemente y por lo tanto, la


inmigración australiana no pudo arribar directamente, sino que debió hacerlo por
el norte o por el sur. Por el norte es poco probable, puesto que no hay huellas de
su paso más allá del sur argentino, por lo que sólo resta la vía del sur, es decir la
región magallánica. A esta conclusión arribó el portugués Mendes Correia,
formulando la hipótesis de que los australianos llegaron a América sorteando el
camino antártico.

La distancia entre Australia y el extremo sur de América se acorta si en lugar de


navegar el océano en línea recta, se aprovecha un puente formado por las islas de
Tasmania, Auckland, Campbell y otras para arribar a la Península Antártica y de
ahí a las islas del Cabo de Hornos. Mendes Correia afirmaba que hace unos 8.000
años las condiciones climáticas favorables pudieron haber hecho posible tal
recorrido y que la excepcional adaptación de los pueblos magallánicos a aquellas
heladas regiones sería testimonio de una prolongada experiencia subantártica.

Melanesio-Malayo-Polinesio

La tercera oleada que arribó a América, según Rivet, aportó el elemento


melanesio-malayo-polinesio, extendido en el Nuevo Mundo y que presenta
mayores analogías antropológicas, culturales y lingüísticas.

Vale mencionar el tipo dolicocéfalo, común a algunos grupos indígenas


americanos y melanesios; el predominio del grupo sanguíneo 0; el uso de armas
comunes como el atlatl o propulsor, cerbatanas, mazos, arcos y hondas; la
utilización de morteros de madera, redes, mosquiteros; la ejecución de
instrumentos musicales como la trompeta de concha, la flauta de caña, el tambor
de madera y membrana de cuero; idénticas técnicas de navegación con piraguas
dobles, balsas de cañas; la preparación de bebidas alcohólicas con semillas, el
cultivo de tubérculos como la batata; la amputación de los dedos en señal de luto,
etc.

La posibilidad de contactos entre el mundo americano y el transpacífico se


reforzaría con las piezas de cerámica halladas en Valdivia, Ecuador que tienen su
similar en las elaboradas por la cultura Jomon (Japón). Además, las fuentes
indígenas de Colombia, Ecuador y Perú hablan del arribo de extranjeros a sus
costas. Incluso las crónicas incas mencionan la expedición del Inca Tupac
Yupanqui a las islas occidentales que llevó al Tahuantinsuyo prisioneros de piel
negra, oro y otros objetos que se conservaron en el Cuzco.

Thor Heyerdahl, afirmaba la teoría que los polinesios eran originarios del Nuevo
Mundo. Para probar su teoría, se enfrascó en un exitoso viaje de América a la
Polinesia en una nave, la Kon-Tiki, construida con materiales propios de los
pueblos prehispánicos. Sus conclusiones se basaban en las diferencias notables
entre los pueblos polinesios y sus vecinos melanesios, micronésicos, malayos y
mongoles, diferencias que eran insignificantes con respecto a los grupos
amerindios. Con estos elementos concluyó que los polinesios, diferentes de sus
vecinos y culturalmente más afines a los pueblos americanos, necesariamente
debieron salir del Nuevo Continente.
Esquimales

Penetrando por Beringia, representando la última oleada migratoria.

El antropólogo español, que estudió en Alemania, y se nacionalizó argentino


Salvador Canals Frau, propone también una teoría de carácter múltiple con cuatro
oleadas migratorias, clasificándola en cuatro tipos culturales:

 Bajas Culturas: Primera invasión paleolítica que entró por Beringia, y se


extendió por América.
 Culturas Medias: Segunda oleada migratoria, procedente también de la
Mongolia, a través de un grupo de canoeros mesolíticos que entró por las
Islas Aleutianas.
 Altas Culturas Maya y Azteca: de nivel neolítico, procedía de la
Melanesia y se asentó en Centroamérica
 Alta Cultura Inca: La cuarta corriente de nivel neolítico procedente del
sureste asiático, que tomó el camino de las islas situadas entre Australia y
Sudamérica, incluyendo la Isla de Pascua.

El resultado fue la gran diversidad racial y antropológica del aborigen americano.


Los rasgos mongoloides, de pómulos salientes y ojos oblicuos, están presentes a
lo largo de todo el continente. Sin embargo, las tallas varían ampliamente, desde
los altos patagones que llegan a superar 1,90 m. de estatura hasta los diminutos
changos del Perú cuya talla puede ser tan baja como 1.45 m. También hay
variaciones en las características del cráneo y conformación de la nariz, así como
en el color de la piel y los cabellos. Desde el punto de vista lingüístico la
diversidad es aun mayor, lo que hace muy difícil la clasificación por familias
lingüísticas.

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