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Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío

primeramente, y también al griego. Romanos 1:16

¿Qué es la vergüenza? ¿Ha sido usted avergonzado alguna vez? ¿ha sentido como desde su cuello va subiendo esa
sensación de calor que le hace pensar que su rostro se ha inundado de sangre, se ha puesto rojo y le ha denunciado ante
los demás por un hecho o una imprudencia de esas de nunca olvidar o porque ha sido deshonrado o humillado? El
término vergüenza en las Escrituras indica: “la condición o sentimientos de sentirse inútil o inferior”. También indica
“desnudez, ignominia, afrenta pública, deshonor que resultad e algún dicho o hecho”.

Hoy se hablan de tantos evangelios. Pero en realidad ¿Qué es el Evangelio? Dice la Palabra de Dios:

Romanos 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;
al judío primeramente, y también al griego.

Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la
fe vivirá.

Es, pues, el Evangelio “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego
(gentil)”

Ciertamente, el poder para salvarnos (El Evangelio) es vital y crucial para nuestras vidas. Nosotros no sabemos el día que
podemos partir de la tierra y nuestro destino eterno está en la decisión que hoy tomemos. ¿Cuál es esta decisión? Creer
o no creer en el Evangelio.. Estoy seguro que si Dios te hablara hoy diciéndote que te da a ti la opción de tomar ahora
mismo su poder para salvarte, tu lo tomarías. ¿Quién no? ¿Quién sería tan tonto para rechazar tal oportunidad?
Sorprendente, Dios lo está haciendo ahora mismo. Dios te está ofreciendo su poder para salvarte, solo debes de tomar
la decisión correcta. Esta decisión es creer en el Evangelio. ¿Sabes que es lo mejor? El evangelio es 100% gratis, no
cuesta nada, no tienes que trabajar por alcanzarlo, no tienes que pagar a un gurú para que te ayude a conseguirlo, no
tienes que escalar una gran montaña para tenerlo, sencillamente, desde donde estas sentado leyendo esta página
puedes alcanzar este poder para salvación. Es tan simple y fácil como creer en el Evangelio.

Quizás no sepas como creer, pero a diario crees, crees en los amigos, crees en tus habilidades, crees en muchas cosas.
Dios te invita a que creas en su Evangelio, el cual es su

poder para salvarte.

Como creer en el Evangelio. Para creer en algo debes saber en que debes creer. ¿Qué es el Evangelio para que en lo
creas? El mismo Apóstol Pablo nos dice que es el Evangelio en el cual debemos creer para ser salvos.

1 Corintios 15:1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el
cual también perseveráis;

1 Corintios 15:2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

1 Corintios 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras (Isaías 53, Salmo 22);

1 Corintios 15:4 y que fue sepultado (Isaías 53:9), y que resucitó al tercer día (Salmo 16:10) , conforme a las Escrituras;

1 Corintios 15:5 y que apareció a Cefas (Juan 20), y después a los doce.
1 Corintios 15:11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

Sea vituperado, pero no avergonzado

La semana pasada me enfoqué en las primeras palabras de Romanos 1.16, “Porque no me avergüenzo del evangelio”.
Traté de dejar en claro que existe una diferencia entre sentirse avergonzado del evangelio y ser avergonzado por el
evangelio. Si usted es un cristiano fiel, será avergonzado por el evangelio. Es decir, será el blanco del oprobio. Pero hay
una buena razón por la que usted no debe avergonzarse cuando eso suceda.

Comparaba la razón de Pablo para no avergonzarse con la de Jesús cuando ambos fueron avergonzados por el
evangelio. Hebreos 12.2 dice, “por el gozo puesto delante de él [Jesús] sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”. El
oprobio desarrollado contra Jesús era tan desagradable, cruel y humillante como pudo llegar a serlo. Sin embargo, en
lugar de dejarse dominar por el oprobio, de sentirse avergonzado o de convertirse en alguien tan débil y desagradable
como sus avergonzadores, Él enfocó su corazón en el gozo puesto ante Él. En otras palabras, aseguró el triunfo de su
muerte y resurrección para salvar a los pecadores al fijar su mente en la vindicación de su rectitud y su vuelta a casa,
para que Dios le guardara de ser avergonzado o desobediente. Cuando fue tentado o avergonzado, se enfocó en el gozo
puesto ante sí. Resistió el dolor a corto plazo para garantizar la ganancia a largo plazo.

Y Pablo actuó de manera similar. Dijo, “no me avergüenzo del evangelio”, - no me avergüenzo del mensaje de la
realidad del Cristo crucificado por los pecadores, levantado con poder y que salva a todo aquel que cree en él. ¿Por qué?
Porque “[el evangelio] es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Esta es la misma manera en que Jesús se
sobrepuso a los sentimientos de vergüenza cuando fue insultado por el evangelio. Jesús miró el triunfo gozoso de su cruz
y resurrección. Pablo miró el gozoso triunfo del evangelio en salvación eterna.

No evitamos los sentimientos de vergüenza alterando el evangelio para hacerlo popular e inofensivo (vea 1ra a los
Corintios 1.18). Evitamos los sentimientos de vergüenza recordando que el evangelio será vindicado al final. Nos
recordamos a nosotros mismos que solo el evangelio trae a los pecadores a un gozo supremo y eterno. Nada en el
mundo puede hacer esto sino el evangelio de Jesucristo. El Judaísmo, el Budismo, el Hinduismo, el Islamismo –ninguno
tiene un salvador que pueda resolver el problema de la separación del Dios Santo por el pecado y traer esperanza a los
pecadores por gracia y no por obras. Solo un mensaje salva a los pecadores y los trae a salvo a la presencia de Dios: El
evangelio de Jesucristo. Solo este evangelio es poder de Dios para salvación.

Por tanto, Pablo nos diría –Jesús mismo nos diría- sufran, sí. Sean malentendidos, sí. Sean vituperados, sí. Pero no se
avergüencen. Porque el mensaje de la obra salvadora de Dios en Cristo es el único mensaje triunfante e importante en el
mundo. Un breve dolor, una eterna ganancia. Por el gozo puesto delante de ustedes, por la salvación que solo el
evangelio puede lograr, tomen su cruz, sigan a Jesús y desprecien la vergüenza.

El evangelio es poder de Dios para Salvación

Ahora, hoy quiero establecerme sobre las palabras, “porque [el evangelio] es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree”. Y voy a ocuparme de una sola pregunta: ¿Cuál es esta salvación que el evangelio tan poderosamente nos
provee? A medida que respondemos esto veremos como nuestra fe está relacionada al evangelio para traernos a
salvación.

Tenemos otras preguntas cruciales, especialmente la pregunta de cómo el evangelio se convierte en el poder para
salvar. Pero eso es un punto del verso 17 que pensamos tocar el 9 de Agosto. “El evangelio... es poder de Dios para
salvación... porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe” –Es por eso que el evangelio es poder de Dios para
salvación.
Así que la pregunta hoy es: ¿Cuál es esta salvación que el evangelio tan poderosamente nos provee? “El evangelio es
poder de Dios para salvación” ¿Significa esto que: “El evangelio es poder de Dios para ganar convertidos”? Yo creo que
sí, pero no creo que eso sea lo que esta declaración significa.

La razón por la que creo que es cierto que el evangelio convierte a las personas –los trae a la fe del arrepentimiento- es
que Romanos 10.17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Y 1ra de Pedro 1.23-25 dice:
“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios [...] Y esta es la palabra que
por el evangelio os ha sido anunciada”. Así que es cierto que somos nacidos y convertidos a Dios por escuchar la
poderosa Palabra de Dios, el evangelio.

Y es cierto que esta conversión es llamada, en el Nuevo Testamento, “salvación”. Por ejemplo, Efesios 2.8-9: “Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se
gloríe.” Por tanto la conversión a Cristo por fe es llamada “ser salvado” o “ser salvo”. Si usted es un creyente en Cristo
esta mañana, usted ha “sido salvado”. El libro de Romanos le debería ser precioso aun más allá de las palabras, porque
como ningún otro libro en la Biblia, él le descubre lo que ya ha sucedido en la salvación de Dios para usted –su elección,
su predestinación, su llamado, su justificación, su santificación y la obediencia de la fe. Estas son todas partes de una
salvación que ya es real en usted a través de la fe.

El triunfo supremo del evangelio

Pero ¿cuál es la salvación que Pablo tiene en mente en Romanos 1.16 cuando dice “porque [el evangelio] es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree”? Creo que él no piensa de primera instancia en el primer evento de la
conversión, sino en el triunfo supremo del evangelio al traer a los creyentes a la seguridad y gozo eterno en la presencia
de un Dios Santo y Glorioso. Hay cuatro razones por las que creo que esto es lo que quiere decir. Examinar estas razones
es la mejor manera de desglosar el significado del verso.

1. El poder del evangelio es lo que nos libera de sentir vergüenza del evangelio.

La primera razón, es que el poder del evangelio para traer la salvación es lo que nos libera de sentir vergüenza del
evangelio. “No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación”. Pero si esto significa solo que el
evangelio tiene el poder para ganar convertidos, ¿por qué resolvería eso el problema de la vergüenza? Muchas
religiones lo hacen. Muchas religiones y movimientos seculares diferentes ganan a las personas para su fe. Cuando Pablo
dijo que el evangelio tiene un efecto tan poderoso que elimina la vergüenza que usted siente por él, ¿quiso solo decir
que el evangelio hace lo mismo que otras religiones: ganar conversos? No lo creo.

Jesús triunfó sobre la vergüenza mirando el gozo puesto futuro puesto delante de él mientras moría. Creo que esto es lo
que Pablo, también, tiene en mente en Romanos 1.16. Usted no tiene que avergonzarse del evangelio porque éste no
solo gana convertidos sino porque literalmente los salva. El evangelio los trae a la seguridad suprema y el gozo que
siempre aumentará en la presencia de un Dios Glorioso y Santo por siempre y siempre. Esto es lo que nos hace atrevidos
con el evangelio, no solo que pueda ganar convertidos.; cualquier religión lo hace, sino que es la única verdad en el
mundo que puede realmente salvar a las personas para siempre y traerles a un gozo eterno con Dios.

2. La “Salvación” es orientada hacia el futuro en todos los escritos de Pablo y el Nuevo Testamento

La segunda razón por la que creo que la “salvación” en el verso 16 se refiere al triunfo supremo del evangelio al traer a
los creyentes a una seguridad y gozo eternos en la presencia de un Dios Santo y Glorioso, es que la frase “para salvación”
o “hacia salvación” tiene esta misma orientación al futuro en cualquier lugar de los escritos de Pablo o de otros
escritores del Nuevo Testamento.
Por ejemplo, en 2da a los Tesalonicenses 2.13 Pablo dice: “Dios os haya escogido desde el principio para salvación,
mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”. Entonces, aquí la salvación no es solo lo que sucede en la
conversión y lo que nos lleva a la santificación, sino lo que viene después “mediante la santificación”, y esto es futuro. En
otras palabras, la salvación es el triunfo futuro que trae a los santos a la presencia de Dios con gozo eterno.

O en 2da a los Corintios 7.10, Pablo habla a los cristianos que ya han sido convertidos y salvados, pero necesitan
arrepentimiento fresco por sus pecados: “la tristeza que es según Dios produce arrepentimientopara salvación, de que
no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”. De nuevo, la frase “para salvación” aquí no se
refiere a la conversión, sino al estado supremo y futuro de seguridad y gozo en la presencia de Dios (vea también 2da a
Timoteo 3.15).

De manera similar, Hebreos 9.28 dice, “Cristo [...] aparecerá por segunda vez [...] para salvar a los que le esperan”. Esta
salvación suprema y completa sucede en la segunda venida. 1ra de Pedro 1.5 dice que los creyentes son “guardados por
el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo
postrero.” Esta salvación esta “preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”. No es conversión, es la última
gran obra de Dios para rescatarnos y traernos a la seguridad y el gozo en su presencia por siempre.

En Romanos 5.9-10, Pablo habla acerca de esta salvación futura como rescatados de la ira final de Dios: “Pues mucho
más, estando ya justificados en su sangre [¡esa es la realidad presente de la salvación!], por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo [¡de nuevo vemos aquí la realidad
presente de la salvación!], mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” En otras palabras, la
experiencia completa de la salvación en el pensamiento de Pablo, es todavía futura. Romanos 13.11: “ahora está más
cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”

Así que cuando Pablo dice en Romanos 1.16 que “[el evangelio] es poder de Dios para salvación” pienso que quiere
decir que el evangelio es el único mensaje en el mundo que poderosamente puede traer a una persona no solo hacia la
conversión, sino al gozo y seguridad eterna en la presencia de un Dios Santo y Glorioso.

3. La fe continua es la condición para esta salvación.

La tercera razón por la que creo que “salvación” en Romanos 1.16 es el supremo triunfo del evangelio al traer a los
creyentes a la seguridad y gozo eternos en la presencia de un Dios Santo y Glorioso, es que la fe continua es la condición
para esta salvación. Note que el vero 16 no dice, “El evangelio... es poder de Dios para traer la fe y la salvación.” Dice, “el
evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree [tiempo presente en el griego, que significa una acción
continua]”. En otras palabras, el punto de Pablo aquí no es que el poder del evangelio produce fe, sino que para aquellos
que tienen fe, el evangelio trae la salvación. Así que el punto no es que el evangelio es poder para conversión a la fe; el
punto es que el evangelio es poder para traer la salvación futura a través de una vida de fe.

El tiempo del verbo “cree” es crucial. Denota una acción continua, no solo el primer acto de fe cuando usted se
convirtió.: “el evangelio... es poder de Dios para salvación a todo aquel queestá creyendo” –quien continúa creyendo. Lo
mismo pasa en 1ra a los Corintios 15.1-2 donde Pablo dice: “el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual asimismo,si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos,
si no creísteis en vano.” La fe que no persevera es una fe vana y vacía- la que Santiago llama ‘fe muerta’ (Santiago 2.17,
26).

Entonces el punto en Romanos 1.16 es que usted no tiene que sentir vergüenza del evangelio, porque es la única verdad
en el mundo en que, si usted se mantiene confiando día a día, triunfará sobre cada obstáculo y le llevará a la seguridad y
gozo eternos en la presencia de un Dios Glorioso y Santo.
4. Pablo dice que el evangelio es para creyentes, no solo para incrédulos.

La última razón por la que creo que esto es lo que “salvación” significa en el verso 16 es que el verso es dado como la
razón por la que Pablo quiere predicar el evangelio a creyentes (no solo a incrédulos). Hemos visto esto, pero veámoslo
de nuevo. En el verso 15 Pablo dice, “pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma”. Él
está pronto a predicar el evangelio a ‘vosotros’ –creyentes- no solo a incrédulos. Entonces explica porqué: “Porque no
me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y
también al griego.”

Así que concluyo que la razón por la que Pablo no se avergüenza del evangelio es que esta es la única verdad en todo el
mundo que no le decepcionará cuando le entregue su vida por la fe. Ésa le llevará por todo el viaje a través de la
tentación, persecución, muerte y juicio hacia la seguridad eterna y el gozo inmensurable en la presencia de un Dios
Santo y Glorioso. Los otros ‘evangelios’ en el mundo que ganan tantos convertidos a la larga le fallarán. Solo uno salva
de la ira de Dios y guía hacia la plenitud de gozo en su presencia y delicias a su diestra para siempre. Por tanto, no hay
necesidad de avergonzarse de él, no importa lo que otros digan o hagan. ¡Con cuánta prontitud deberíamos hablar de
este evangelio a creyentes y no creyentes!

¿Cómo alimentar el evangelio día a día?

Cierro con una inmensa implicación de lo que he dicho. ¿Alimenta usted su fe día a día con las promesas de este
evangelio triunfante? ¿Va usted, como creyente, al evangelio día a día y se deleita en su poder en versos como Romanos
8.32, “el que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas? El evangelio es la buena noticia de que Dios nos dio a su Hijo, de manera que obtuviera para nosotros
todo lo que fuera bueno. Por tanto el evangelio es el poder que nos da victoria sobre la tentación, la desesperanza, el
orgullo, la avaricia y la lujuria. Solo el evangelio puede triunfar sobre cada obstáculo y traernos el gozo eterno. No
importa cuanto cueste, manténgalo, créalo, aliméntelo, deléitese en él, téngalo como más precioso que la plata y el oro.

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree… Porque en el evangelio
la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. – Romanos 1:16-17.

¿Usted a veces se avergüenza del Evangelio? ¡Yo también! Y pienso que esto sucede porque aún no nos hemos dejado
llenar suficientemente del poder de Dios que actúa en el Evangelio.

Todavía nos fijamos demasiado en lo que la gente piensa de nosotros, porque su opinión aún nos interesa mucho. Pero,
¿acaso no hemos descubierto lo que hace el Evangelio? ¿Acaso no hemos visto que el Evangelio significa la salvación de
las personas perdidas? ¿Acaso no lo hemos creído?

Quizás hayamos intentado ganar la salvación viviendo de la mejor manera posible o haciendo muchos sacrificios,
muchas obras. Pero al final tenemos que reconocer que el hombre no tiene poder para salvarse.

El Evangelio muestra que cuando Dios salva al hombre por medio de la fe, lo hace de una manera justa. Hemos llegado a
ser salvos por el poder y la justicia de Dios. Nuestra salvación no depende de lo que tratamos de hacer.

Por nuestra parte, la fe es la única condición para recibir la salvación. La fe es la confianza firme en Dios, quien ha hecho
todo para salvarnos y quien hará todo para llevarnos con seguridad por esta vida, hasta que estemos con Él. “El justo por
la fe vivirá”. Este texto de Habacuc 2:4 se encuentra tres veces en el Nuevo Testamento: (Ro. 1:17; Gá. 3:11; He. 10:38).

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