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UNIDAD 6. DISTINTAS CLASES DE OBLIGACIONES SEGÚN LOS SUJETOS: SUJETO ÚNICO Y PLURAL.

MANCOMUNACIÓN, SOLIDARIDAD Y CONCURRENCIA. OBLIGACIONES DISYUNTIVAS.


OBLIGACIONES DE SUJETO ÚNICO Y DE SUJETO PLURAL: CONCEPTO, CLASIFICACIÓN, CARACTERES, Y MÉTODO DEL
CÓDIGO CIVIL.

A) OBLIGACIONES DE SUJETO ÚNICO Y DE SUJETO PLURAL

§ 1. Concepto

Las obligaciones son de sujeto único o de sujeto plural. Las primeras tienen un solo acreedor y un solo deudor, las
segundas presentan más de un sujeto en alguno de los polos de la relación jurídica, o en ambos. Se denominan
mancomunadas.

§2. Clasificación

La pluralidad puede ser conjunta o disyunta. En la primera los sujetos se vinculan por intermedio de la conjunción
"y", de manera "que son concurrentes los unos con los otros, en relación con sus deudas (si se trata de deudores) o
con sus créditos (si se trata de acreedores)" (Ameal).

En la llamada pluralidad disyuntiva o alternativa existe una diversidad originaria de acreedores o deudores
excluyente entre sí, de suerte que la elección de cualquiera de ellos deja sin efecto el crédito o la deuda de los otros.
En este tipo de obligaciones la pluralidad de sujetos es aparente pues, en realidad, se trata de obligaciones de sujeto
único indeterminado dentro de una multiplicidad de sujetos posibles. La elección de cualquiera de ellos provoca que
cese la indeterminación provisoria del sujeto activo o pasivo y que sólo quien resulta elegido sea considerado
acreedor o deudor, según los casos (Llambías, Busso, Cazeaux, Borda, López Mesa).

Lo expresado lleva a la conclusión de que la única forma de comunicación posible es la conjunta.

§3. Diferentes especies de mancomunación conjunta

Las obligaciones conjuntamente mancomunadas se clasifican en simplemente mancomunadas (art. 825) y solidarias
(art. 827).

En las primeras existe una pluralidad de vínculos disociados entre cada uno de los acreedores y deudores que
integran la relación obligatoria. Ello determina que, como regla, opere el fraccionamiento del crédito o de la deuda
entre los acreedores y deudores, siempre que la prestación sea divisible, y que "el crédito o la deuda se fracciona en
tantas relaciones particulares e independientes entre sí como acreedores o deudores haya" (art. 825). De tal modo,
las cuotas respectivas se consideran deudas o créditos distintos los unos de los otros.

En las obligaciones solidarias, en cambio, se advierte la existencia de una pluralidad de vínculos coligados entre sí en
un verdadero haz, que derivan de la única causa generadora de la obligación. Cada uno de los obligados "tiene por sí
solo e individualmente el deber de cumplir íntegramente la prestación objeto de la relación obligatoria" (Diez-
Picazo). Los efectos son sensiblemente más intensos, destacándose el derecho de cualquiera de los acreedores a
exigirle a cualquiera de los deudores el cumplimiento íntegro de la prestación, con prescindencia de la naturaleza
divisible o indivisible de la prestación.

Tanto las obligaciones simplemente mancomunadas como las solidarias pueden tener objeto divisible o indivisible.
Ambas categorías no deben ser confundidas pues responden a distintos parámetros de clasificación. La
mancomunación, en cualquiera de sus manifestaciones, guarda relación con el número de sujetos que intervienen
en los polos de la relación obligatoria y con la estructura del vínculo jurídico (según sea simple o solidaria); la
divisibilidad o indivisibilidad, en cambio, se relaciona con la aptitud de la prestación para ser cumplida
fraccionadamente.

El razonamiento antes señalado permite clasificar a las obligaciones de mancomunación conjunta de la siguiente
forma:

a) Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible (Juan y Pedro adeudan a Marcelo mil pesos).
b) Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto indivisible (Juan y Pedro adeudan a Marcelo un caballo
determinado).

c) Obligaciones solidarias de objeto divisible (Juan y Pedro adeudan en forma solidaria a Marcelo mil pesos).

d) Obligaciones solidarias de objeto indivisible (Juan y Pedro adeudan en forma solidaria a Marcelo un caballo
determinado).

§4. Caracteres

Las obligaciones conjuntamente mancomunadas presentan los siguientes caracteres:

a) Pluralidad de sujetos en cualquiera de los polos de la

obligación o en ambos (pluralidad activa, pasiva o mixta). Puede ser originaria (la obligación se gesta con
multiplicidad de sujetos) o sobrevenida (la obligación nace con sólo un acreedor y un deudor, pero por fallecimiento
de este último lo suceden varios herederos).

b) Unidad de objeto. La prestación es debida por todos los deudores a todos los acreedores (Llambías, Ossola).
c) Causa fuente única. La causa generadora de la obligación es única y es la misma para todos los acreedores y
deudores. Justamente, es la diversidad de título en el cual se apoya la prerrogativa de los acreedores y del que surge
el deber de los deudores la que marca una de las grandes diferencias que existe entre la obligación solidaria y las
obligaciones concurrentes, conexas o convergentes. Esto último, sin embargo, debe ser tomado con reservas pues el
legislador puede disponer lo contrario.

d) Pluralidad de vínculos. Se trata de una relación obligacional única con pluralidad de vínculos disociados (en la
mancomunación simple) o coligados en un verdadero haz (en la solidaridad).

OBLIGACIONES SIMPLEMENTE MANCOMUNADAS: CONCEPTO. DE OBJETO DIVISIBLE E INDIVISIBLE, EL PRINCIPIO DE


FRACCIONAMIENTO, CUOTA APARTE.
B) OBLIGACIONES SIMPLEMENTE MANCOMUNADAS

§ 5. Concepto

Dispone el artículo 825: "Concepto. La obligación simplemente mancomunada es aquella en la que el crédito o la
deuda se fracciona en tantas relaciones particulares independientes entre sí como acreedores o deudores haya. Las
cuotas respectivas se consideran deudas o créditos distintos los unos de los otros".

Bajo una conformación conceptualmente unitaria opera la agrupación funcionalmente disociada de un número de
obligaciones que se juzgan como si fueran diferentes entre sí, igual al número de acreedores y deudores que
participan en dicha vinculación. Como consecuencia directa de la descomposición antes señalada se produce el
fraccionamiento del vínculo jurídico. Lo verdaderamente característico de estas obligaciones es la presencia de
pluralidad de vínculos jurídicos disociados entre sí. que determinan la existencia de una multiplicidad de relaciones
jurídicas funcionalmente independientes (Cazeaux, Borda, Llambías).
§6. Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible

a) Caracterización

Cuando la obligación simplemente mancomunada tiene objeto divisible, el fraccionamiento opera en toda su
plenitud. El crédito y la deuda se dividen en tantas partes como acreedores o deudores haya. No se trata de
relaciones nacidas de causas fuentes diversas sino de obligaciones provenientes de una misma y única causa
generadora. Es por esa circunstancia que alcanza a varios sujetos al tiempo de descomponerse en una pluralidad de
relaciones singularizadas.

No estamos en presencia de compartimentos separados sino de piezas de un todo, por más que ellas presenten una
autonomía funcional considerable.
b) Régimen legal

El régimen legal de las obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible coincide de manera total con el
previsto por nuestro código para las obligaciones divisibles (art. 826).

§7. Obligación simplemente mancomunada de objeto indivisible

a) Caracterización

Lo expresado cobra mayor relieve cuando el objeto de la obligación simplemente mancomunada es indivisible,
ámbito en el cual el aludido fraccionamiento asume alcances más reducidos, ya que sólo se manifiesta en el
elemento vínculo jurídico pero no en la prestación.

La circunstancia de que el objeto debido sea indivisible no obsta a la existencia de una pluralidad de vínculos
disociados entre los distintos acreedores y deudores. Sin embargo, determina una manera particular de actuar de los
primeros que no alcanza a desnaturalizar a la obligación que nos ocupa como mancomunada, pues en ningún caso
cabe considerar que cualquier acreedor tenga derecho por entero al crédito ni que cualquier deudor esté obligado
de manera íntegra a la satisfacción de la deuda. El derecho de cualquier acreedor a reclamar la totalidad de la
prestación a cualquier deudor obedece a la imposibilidad de cumplimiento fraccionado por la ya mentada índole
compacta del objeto debido. Debe reclamar (o pagar) todo porque no puede reclamar (o pagar) una parte.

b) Régimen legal

El régimen legal de las obligaciones simplemente mancomunadas de objeto indivisible coincide con el previsto en
nuestro código para las obligaciones indivisibles (art. 826).

§ 8. El principio general del fraccionamiento

Cuando existe una relación jurídica obligatoria con pluralidad de sujetos la ley presume la existencia de
mancomunación simple, operando el fraccionamiento del crédito y deuda en tantas partes como acreedores o
deudores haya. Esta regla se quiebra cuando la prestación es indivisible. Allí no opera el fraccionamiento de la
prestación, aunque sí la disociación de vínculos jurídicos. Consecuentemente, deben aplicarse las reglas de la
indivisibilidad.

OBLIGACIONES SOLIDARIAS. CONCEPTO. SOLIDARIDAD PERFECTA E IMPERFECTA O INSOLIDUM.

C) OBLIGACIONES SOLIDARIAS

§10. Caracterización'

Obligación solidaria es aquella emanada de una causa única en virtud de la cual cualquier acreedor puede exigir a
cualquier codeudor el cumplimiento íntegro de la prestación, como consecuencia del título constitutivo o de una
disposición legal, con prescindencia de la naturaleza divisible o indivisible de la prestación. El código civil y comercial
las conceptúa normativamente en su artículo 827.

La nota distintiva de este tipo de obligaciones anida en la particular estructura que asume el vínculo jurídico, que
hace surgir un frente común de acreedores y de deudores. Cada uno de los acreedores está legitimado para exigir
íntegramente el cobro y para realizar cualquiera de los actos de conservación y ejecución del crédito de la misma
forma en que lo haría cualquier acreedor único y sin otra incidencia que las que deriven en el plano de las relaciones
internas; inversamente, cada deudor responde por la totalidad de la deuda como si fuera un deudor único, sin
perjuicio de las acciones recursorias o de regreso que pudieren corresponderle contra los demás codeudores.
§ 11. Clases de solidaridad. Función económica y jurídica de cada una de ellas
a) Solidaridad activa

Es activa cuando existe una pluralidad de acreedores y un solo deudor. Cada uno de aquéllos puede reclamar la
totalidad de la prestación al deudor (arts. 844 a 849). Poco frecuente en la práctica, constituye un instrumento de
cierta utilidad para facilitar el cobro del crédito por los acreedores dado que legitima a cualquiera de ellos a reclamar
y percibir la totalidad de éste. Facilita también la liberación del deudor, permitiéndole pagar cómodamente a
cualquiera de sus acreedores. Sin embargo, encierra riesgos muy serios para los demás acreedores ante el peligro
que representa la posible insolvencia de quien perciba la totalidad del crédito. Ello conspira contra su aplicación
práctica, que se reduce a supuestos en los cuales media una especial relación de confianza entre los acreedores; y
determina que suele acudirse a otras figuras menos comprometedoras, que permiten alcanzar similares objetivos,
como el mandato.

b) Solidaridad pasiva

La solidaridad pasiva (arts. 833 a 843) es aquella "en la cual existe una pluralidad de deudores y un solo acreedor y
permite al acreedor reclamar de cualquiera de los deudores el pago íntegro de la deuda" (Busso). Tiene una enorme
importancia por cuanto actúa directamente en el ámbito de las garantías personales, al vincular en el mismo plano a
varios deudores frente al acreedor. potenciando su valor como instrumento de crédito. La solidaridad pasiva permite
al acreedor reclamar el cumplimiento íntegro de la prestación a cualquiera de los deudores, quienes aparecen
puestos en pie de igualdad frente a aquél. Es, precisamente, esa idea de extensión de responsabilidad por
incumplimiento la que mejor revela la función económica de la figura.
c) Solidaridad mixta

La solidaridad mixta es aquella que presenta pluralidad de acreedores y deudores. No reviste mayores
particularidades que las que surgen de la complejidad cuantitativa de la situación, su aplicación práctica es todavía
más excepcional que la solidaridad activa.

§ 12. Fuentes de solidaridad

a) La enumeración legal

El código civil y comercial reconoce como fuentes de solidaridad a la ley y a la voluntad; esta última debe estar
plasmada de manera inequívoca en el título constitutivo de la obligación (art. 828): "La solidaridad no se presume y
debe surgir inequívocamente de la ley o del título constitutivo de la obligación".

b) La voluntad como fuente de solidaridad

La voluntad es la fuente más importante y antigua de solidaridad (De Gásperi). La mención que el artículo 828 realiza
al "título constitutivo" es comprensiva de la solidaridad establecida en un contrato y de la dispuesta unilateralmente
por voluntad del testador, a cargo de sus herederos o a favor de los legatarios (arts. 2462, 2463, 2465, 2470, 2494 y
concs.).

Por no tratarse de una cuestión en la que se encuentra comprometido el orden público, la solidaridad creada por la
voluntad puede ser ampliada o limitada en sus efectos por quien la genera, haciendo más ventajosa o gravosa la
situación de acreedores y deudores (Llambías, Busso, Lafaille).

c) La solidaridad legal

La ley constituye la otra gran fuente de solidaridad. En nuestro sistema no existe otra solidaridad legal que la pasiva.
No hay. pues, solidaridad activa de origen legal.

Entre los principales supuestos de solidaridad pasiva legal, mencionamos los dispuestos en los artículos 1751, 1287,
1448 y 1449, 1477, 1500, 1536, último párrafo, 1754, 1760, 1762, etcétera.
d) Quid de sentencia como fuente de solidaridad

La sentencia no es fuente de solidaridad. Es una consecuencia lógica del carácter declarativo que tienen los
decisorios judiciales en esta materia, que impide crear solidaridad donde no la hay por disposición de la ley o por
voluntad de las partes (Llambías, Busso, Borda, Boffi Boggero).

§ 13. Caracteres de la obligación solidaria

a) Caracteres genéricos

La obligación solidaria presenta los caracteres genéricos propios de toda obligación mancomunada:

1) Pluralidad de sujetos

La solidaridad requiere multiplicidad de acreedores (solidaridad activa), o de deudores (solidaridad pasiva) o de


acreedores y deudores (solidaridad mixta).

2) Unidad de objeto

El objeto de la obligación debe ser único e idéntico para todos los codeudores y acreedores. "Si todos deben el todo -
dice Hernández Gil- todos deben lo mismo". Si los codeudores debiesen prestaciones diferentes, estaríamos en
presencia de varias obligaciones y no de una obligación mancomunada (solidaria o no).
3) Unidad de causa fuente

Los diferentes vínculos coligados que unen a acreedores y deudores solidarios tienen, en principio, su origen en una
causa fuente común (Llamblas, Borda, Cazcaux, Trigo Represas). Sin embargo, conviene no exagerar en este punto,
pues nada impide que habiendo obligaciones nacidas de fuentes distintas, el legislador que todo lo puede-
determine la existencia de solidaridad (no de concurrencia). Tal lo que sucede en el artículo 551 del código civil y
comercial. O que a la inversa, que pueda establecer qué obligaciones que nacen de una misma causa sean
alcanzadas por un régimen de concurrencia. Es lo que ocurre en la equivocada regulación de la responsabilidad del
dueño y del guardián por el hecho de las cosas y de los distintos legitimados pasivos en materia de responsabilidad
por actividades riesgosas previstas en los artículos 1757 y 1758.

En defecto de previsión legal en contrario que establezca la solidaridad, la pluralidad de causas generadoras es
incompatible con la idea de solidaridad y conduce a la existencia de varias obligaciones distintas de carácter
concurrente.

4) Pluralidad de vínculos

Ver infra b, 3.

b) Caracteres específicos

La obligación solidaria presenta dos caracteres específicos.

1) Exigibilidad total de la prestación

El acreedor o cada acreedor pueden exigir a cualquier deudor el cumplimiento íntegro de la prestación, con
prescindencia de su naturaleza divisible o indivisible.
El pago efectuado por un codeudor a cualquiera de los acreedores extingue totalmente la obligación.

2) Carácter expreso de la solidaridad. El principio general de la mancomunación simple en el código civil y comercial

En nuestro sistema la solidaridad constituye una excepción a los principios ordinarios del derecho común, por lo que
debe surgir expresa e inequívocamente de la voluntad o de la ley Así lo dispone el artículo 828. Va de suyo que no
existe solidaridad tácita, implícita o analógica.
El carácter inequívoco de la solidaridad no impone la utilización de fórmulas sacramentales. No es indispensable la
utilización de la palabra "solidaridad" o in solidum; lo verdaderamente trascendente es que resulte indiscutible que
los deudores se obligan cada uno por el todo, el uno por los otros, o que de cualquier otro modo traducen la
voluntad de obligarse de manera solidaria. La misma conclusión es predicable cuando se trata de solidaridad legal.

Los fundamentos de esta concepción deben buscarse en torno al principio del favor debitoris, cuya aplicación en
este supuesto se orienta a no agravar en demasía la situación de los obligados mancomunadamente.

3) Pluralidad de vínculos coligados

En la solidaridad encontramos una obligación única con pluralidad de vínculos singulares coligados concentrados o
enlazados, que convergen en un haz que infunde a la obligación una estructura unitaria" (Llambías). Lo expresado
permite inferir la existencia de un frente de acreedores y deudores, que se encuentran vinculados por un interés
comunitario. Cada uno de los integrantes de éste actúa representando recíprocamente a los demás con miras a la
efectiva realización de ese interés común, que varía según se trate de solidaridad activa o pasiva (art. 829).

La pluralidad de vínculos en la obligación solidaria produce importantísimas consecuencias:

1. La obligación puede ser pura y simple para alguno de los acreedores o deudores y condicional para otros, o estar
sometida a modalidades distintas (art. 830). En tal supuesto, el acreedor estará facultado para reclamar el
cumplimiento sólo a los primeros, debiendo aguardar hasta el vencimiento del plazo o el cumplimiento de la
condición suspensiva para accionar contra los codeudores alcanzados por tales modalidades.

II. Nulidad parcial. La nulidad del vínculo del acreedor con alguno de los deudores por padecer este último un vicio
de la voluntad (error, dolo, violencia) no afecta la eficacia de la obligación solidaria respecto a los demás sujetos.

III. La invalidez del vínculo derivada de la incapacidad o de la capacidad restringida de cualquier coacreedor o
codeudor no afecta la validez de la obligación de los demás coacreedores y codeudores (art. 830).

IV. La defensa basada en la incapacidad, en la capacidad restringida o en la existencia de un vicio de la voluntad


siempre tiene carácter personal y sólo puede ser articulada por el acreedor o deudor incapaz o que ha padecido el
vicio de la voluntad que provoca la invalidez del acto.

V. Cada uno de los acreedores solidarios puede disponer de su crédito por separado, sin que ello afecte a los demás.

VI. La renuncia parcial a la solidaridad efectuada por el acreedor en provecho de uno de los codeudores no afecta el
carácter solidario de la obligación para con los otros (art. 837).
VII. Los obligados disponen de diferentes defensas para oponer ante la pretensión del acreedor (personales,
personales con efectos expansivos y comunes).

§ 14. Prueba de la solidaridad

La solidaridad voluntaria no se presume y debe ser probada por quien alega su existencia (art. 828). Ante la duda, la
obligación se considera simplemente mancomunada. Su acreditación de la solidaridad no está sujeta a formalidades.
Se aplican los principios generales que rigen la actividad probatoria, admitiendose cualquier medio de prueba
(Cazeaux, Borda).

La solidaridad legal no debe probarse porque el derecho se presume conocido por todos (art. 8°).

§ 15. Fundamento

El fundamento de la solidaridad radica en la idea de representación recíproca que existe entre quienes integran el
frente de acreedores y deudores, que deriva del interés comunitario existente entre ellos. Esta orientación tiene
expresó respaldo en el artículo 829 del código civil y comercial.

§ 16. Extinción de la solidaridad


La solidaridad cesa por renuncia que de ella haga el acreedor. en caso de solidaridad pasiva, o por acuerdo celebrado
por el deudor con alguno de los coacreedores solidarios, en la solidaridad activa.

a) Extinción de la solidaridad pasiva. La renuncia a la solidaridad

La solidaridad pasiva se extingue por la renuncia de ésta efectuada por el acreedor en favor de alguno de los
deudores (renuncia relativa o parcial, art. 837) o de todos ellos (renuncia absoluta o total, art. 836).
b) Renuncia absoluta a la solidaridad

Se produce cuando el acreedor, sin renunciar de su crédito, abdica "expresamente a la solidaridad en beneficio de
todos los deudores solidarios, consintiendo la división de la deuda", que se transforma en simplemente
mancomunada (art. 836).

La renuncia absoluta a la solidaridad proyecta sus efectos sobre los distintos vínculos coligados, que dejan de ser
solidarios, y se convierten en obligación simplemente mancomunada. En tal caso se aplica el régimen legal previsto
para estas últimas. según tengan objeto divisible o indivisible.

De ordinario la renuncia absoluta a la solidaridad pasiva es expresa y se manifiesta en términos positivos,


verbalmente, por escrito o por otros signos inequívocos (art. 262). No es menester la utilización de fórmulas
sacramentales: basta que la voluntad abdicativa sea manifestada en forma inequívoca. Nada impide, sin embargo,
que ella pueda ser tácita, tal lo que sucede cuando el acreedor se limita a demandar a cada codeudor la parte que le
corresponde en la deuda o consiente en realizar la aludida mutación de los vínculos jurídicos de cualquier otra
forma.

La renuncia a la solidaridad nunca se presume y debe ser probada por quien la invoca.

c) Renuncia relativa a la solidaridad

La renuncia relativa a la solidaridad difiere de la absoluta solamente en lo cuantitativo, pues sólo proyecta sus
efectos sobre alguno de los deudores pero manteniendo la solidaridad respecto de los restantes (art. 837). El deudor
beneficiado con la renuncia a la solidaridad continúa obligado pero en forma simplemente mancomunada, sin que
esta situación afecte el carácter solidario de la obli- gación de los demás deudores que siguen obligados por el todo,
con deducción de la parte del deudor libertado de la solidaridad. La renuncia relativa a la solidaridad puede ser
realizada en forma expresa o tácita. Es expresa cuando el acreedor declara liberar a alguno de los codeudores de los
efectos de la solidaridad mediante una declaración de voluntad suficiente. Es tácita cuando el acreedor solamente
reclama a un codeudor la parte de la deuda que le corresponde (en el supuesto de obligaciones de objeto divisible) o
de cualquier otro modo consciente en dividir la deuda respecto de aquél. También puede importar renuncia tácita a
la solidaridad la aceptación de un pago parcial realizado por un codeudor solidario sin formular reservas, o la
documentación de la deuda mediante la suscripción de distintos pagarés librados individualmente por cada
codeudor por la parte que a ellos les correspondía en la deuda.

d) Efectos de la renuncia parcial a la solidaridad

Sólo se proyectan a las relaciones entre el acreedor y los co- deudores solidarios sin producir ningún efecto en el
ámbito de las relaciones internas. Esto explica que el deudor favorecido con la renuncia parcial a la solidaridad no se
vea eximido de afrontar las acciones recursorias o de regreso.

La renuncia parcial a la solidaridad provoca una disociación de los vínculos obligatorios coligados. La obligación que
pesa sobre el beneficiado por la renuncia a la solidaridad pasa a ser mancomunada simple. Los restantes
codeudores, no favorecidos con la renuncia parcial a la solidaridad, continúan obligados de manera solidaria por el
todo con deducción de la cuota correspondiente al deudor dispensado de la solidaridad (art. 837).

e) Retractación de la renuncia a la solidaridad. Efectos

La renuncia a la solidaridad puede ser retractada por el acreedor mientras no haya sido aceptada por el deudor. Es
una solución lógica, que guarda estricta coherencia con lo dispuesto por los artículos 946 y 947.
§ 17. Extinción de la solidaridad activa
Se admite pacíficamente que no es suficiente la mera renuncia de algún coacreedor a la solidaridad activa para que
opere la mutación (absoluta o relativa) de la obligación solidaria en simplemente mancomunada. En todos los casos
es necesario alcanzar un acuerdo con el deudor de exclusión de la solidaridad activa (Busso, Llambías, Ameal). Si el
mismo se realiza con la intervención de todos los acreedores, opera la modificación de la obligación por cambio de
naturaleza (o de vínculo). Si, en cambio, se efectúa sólo con alguno de los acreedores, la deuda se divide únicamente
con relación a ese acreedor permaneciendo solidaria con relación a los demás.

DIFERENCIAS CON LAS OBLIGACIONES INDIVISIBLES. RELACIONES OBLIGATORIAS.


. Solidaridad e indivisibilidad

a) Semejanzas

No debe confundirse solidaridad con indivisibilidad. Ambas categorías responden a criterios de clasificación y a
fundamentos diferentes, aun cuando puedan existir entre ellas notables semejanzas funcionales.

Entre las principales semejanzas señalamos las siguientes:

1) Debe haber pluralidad de sujetos, unidad de objeto debido, unidad de causa y pluralidad de vínculos.

2) Los efectos relativos a la exigibilidad y al pago son coincidentes: cualquier acreedor puede exigir a cualquier
deudor el cumplimiento íntegro de la prestación e, inversamente, cualquier deudor puede pagar la totalidad de la
obligación. El pago íntegro de la deuda extingue la obligación entre acreedores y deudores, quedando por deducir las
posibles acciones de regreso.

3) El objeto debido es insusceptible de fraccionamiento.

4) La interrupción y la suspensión de la prescripción propagan sus efectos.


5) La novación convenida entre el acreedor común con alguno de los deudores extingue la obligación de los demás.

6) El régimen de los efectos de la cosa juzgada es similar. En uno y otro caso rige lo dispuesto por el artículo 832 (arg.
art. 823).

7) El régimen de defensas previsto en materia de solidaridad (art. 831) se aplica subsidiariamente en las obligaciones
indivisibles (arg. art. 823).

b) Diferencias

Las diferencias entre ambas tipologías son notables:

1) En la solidaridad el fundamento de la propagación de efectos anida en la particular estructura del vínculo jurídico,
con prescindencia de la naturaleza divisible o indivisible de la obligación. En la indivisibilidad los efectos derivan del
carácter compacto de la prestación, que la torna in- susceptible de fraccionamiento.

2) En la obligación solidaria cualquier codeudor está obligado a pagar la totalidad de la prestación a cualquier
coacreedor porque recíprocamente cada uno de ellos es acreedor o deudor por el todo. En la obligación indivisible,
en cambio, debe pagar el todo, no porque lo deba, sino porque no puede pagar una parte: la naturaleza de la
prestación se lo impide.

3) La novación, la dación en pago y la remisión de deuda efectuada entre un coacreedor y el deudor extingue la
obligación solidaria; en cambio no propaga sus efectos en las obligaciones indivisibles (art. 818).

4) La compensación propaga sus efectos en las obligaciones solidarias. En las indivisibles tiene menor aplicación. No
obstante ello, cuando se den los recaudos pertinentes para su procedencia, extiende también sus efectos.
5) La mora y los factores de atribución propagan sus efectos en las obligaciones solidarias (art. 838), no así en las
indivisibles (art. 819).
6) La indemnización por incumplimiento obligacional es debida por todos los codeudores solidarios; en cambio,
tratándose de obligaciones indivisibles, recae proporcionalmente sólo sobre quienes son responsables del
incumplimiento.

7) A partir del momento de la partición, la muerte de un acreedor o codeudor solidario extingue la solidaridad
respecto de los herederos, que sólo responden por su cuota parte. No tiene, en cambio, efectos en materia de
indivisibilidad.

PRUEBA. EXTINCIÓN. EFECTO DE LA SOLIDARIDAD ACTIVA Y PASIVA: EXIGIBILIDAD, PAGO, NOVACIÓN,


COMPENSACIÓN, REMISIÓN, DACIÓN DE PAGO, CONFUSIÓN, TRANSACCIÓN. PÉRDIDA DE LA COSA. MORA DEL
DEUDOR Y DEL ACREEDOR. PRESCRIPCIÓN. INSOLVENCIA.
D) EFECTOS DE LA SOLIDARIDAD ACTIVA

Están regulados en el Parágrafo 4º, Sección 7, Capítulo 3 del Libro Tercero (arts. 844 a 849).

§18. Distintos efectos que producen las obligaciones solidarias

Los efectos de las obligaciones solidarias pueden clasificarse de distinta manera:

a) Atendiendo a la clase de solidaridad (activa y pasiva).

b) En cada una de estas tipologías, distinguiendo entre:

c) Efectos que se producen entre la parte acreedora y la parte deudora, también denominados efectos verticales.
Cabe aquí diferenciar dos clases de efectos: esenciales y accidentales.

1. Son efectos esenciales, necesarios o primordiales aquellos que, como su nombre lo indica, hacen a su propia
naturaleza. Cuando ellos son modificados por las partes, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, la obligación
experimenta una alteración tan profunda en su estructura que pierde las notas distintivas que hacen a su especie
(Llambías). Así, por ejemplo, los relativos a la exigibilidad, al pago y a otros modos extintivos.

II. Los efectos accidentales (o secundarios) de la solidaridad no hacen directamente a la esencia de la obligación
solidaria, aunque sí a su normalidad, por lo que toda mutación que al respecto opere por voluntad de las partes no
altera su naturaleza. Son los vinculados con la pérdida de la cosa debida, imputable o no imputable al deudor, con el
incumplimiento, la mora, las indemnizaciones por daños y perjuicios, insolvencia y la prescripción liberatoria.

2) Efectos que se producen dentro de cada grupo, una vez que ha operado la extinción de la obligación entre
acreedores y deudores (efectos internos u horizontales).
§ 19. Efectos entre partes. Efectos esenciales

a) Exigibilidad. Derecho al cobro total del crédito

En la solidaridad activa cualquier acreedor puede exigir al deudor el cumplimiento íntegro de la prestación (art. 844).
El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los acreedores y dispone de amplias facultades para elegir a cuál de
ellos hacerlo (art. 834). Ese derecho, sin embargo, cesa cuando el cobro es demandado judicialmente por alguno de
los acreedores y notificada la demanda. En tal caso, el pago sólo puede ser hecho al demandante (art. 845). Es lo que
se denomina derecho o principio de prevención (ver supra Capítulo VIII, § 11, c).

El pago realizado por el deudor propaga sus efectos y extingue la relación obligatoria entre acreedores y deudores
(art. 835, inc. a). Una vez cancelada la obligación, sólo queda por dilucidar lo atinente a las acciones de regreso,
internas o recursorias, entre el codeudor que efectuó el pago con los demás integrantes del frente deudor.
c) Pago

El deudor está facultado para pagar la deuda a cualquiera de los acreedores salvo que hubiere operado a su respecto
el derecho de prevención. Es la solución que expresamente surge de los artículos 834, 844 y 845.
El pago realizado por el deudor extingue la obligación y propaga sus efectos a los restantes coacreedores y
codeudores. Es una clara derivación del principio de unidad de objeto debido a que presentan estas obligaciones.

d) Pago parcial

El artículo 847, inciso a, contempla el supuesto de que uno de los acreedores reciba un pago parcial, equivalente o
no a su cuota parte en la relación interna con los demás acreedores. En tal caso, también debe efectuar la
distribución proporcional que por derecho corresponda con los demás coacreedores, ya que el pago recibido debe
imputarse a cuenta de lo adeudado. En otras palabras: todo pago parcial, aunque sea percibido por los
coacreedores, se imputa a favor de todos los interesados.

e) novación

La novación realizada entre cualquier coacreedor con el deudor extingue la obligación solidaria respecto de los
restantes coacreedores (art. 846, inc. b). La solución normativa encuentra sustento en la unidad de objeto debido y
en la particular estructura que asumen los vínculos jurídicos en materia de solidaridad.
D Compensación

La compensación total o parcial efectuada entre cualquier coacreedor con el deudor propaga sus efectos a los otros
coacreedores (art. 846, inc. b). Si uno de los acreedores satisface su interés por vía de compensación, tal
circunstancia libera a los restantes deudores.

g) Renuncia

La renuncia al crédito efectuada por cualquier coacreedor a favor del deudor también tiene efectos expansivos, sea
absoluta (comprensiva de la totalidad del crédito) o relativa (abarcativa solamente de la parte correspondiente al
deudor). En tal caso, el acreedor responde frente a los demás coacreedores de la misma manera en que si hubiese
recibido el pago y en la medida de las respectivas acciones internas o de regreso (art. 847, inc. b).

h) Dación en pago

Similar efecto produce la dación en pago operada entre uno de los coacreedores y el deudor. Si uno de los
coacreedores recibe en pago de la deuda una prestación distinta a la debida, extingue la obligación con respecto a
los restantes coacreedores y libera al deudor.

i) Transacción

Dispone el artículo 846, inciso d, que "la transacción hecha por uno de los coacreedores solidarios con el deudor no
es oponible a los otros acreedores, excepto que éstos quieran aprovechar de ella".

Como regla, la transacción realizada por uno de los acreedores solidarios con el deudor es inoponible a los demás
coacreedores. Es aplicación del principio res inter alios acta. Sin embargo, la ley admite una excepción: cuando los
demás acreedores, ajenos a la transacción, opten por aprovechar sus efectos, en cuyo caso la transacción los alcanza
en toda su plenitud (art. 846. inc. d).

Nosotros creemos que el deudor también puede oponer la transacción a los acreedores que no han sido parte, aun
en el caso de que éstos no quieran aprovechar de ella, pero únicamente por la parte que corresponda al acreedor
que transigió.

i) Confusión

La confusión operada entre uno de los coacreedores solidarios y el deudor tiene efectos personales y sólo extingue
la cuota del crédito que corresponde a aquél (art. 846, inc. c).

$20. Efectos entre partes (continuación). Efectos accidentales o secundarios de la solidaridad activa

a) Pérdida no imputable al deudor de la cosa debida


Si la cosa debida se pierde por causas no imputables al deudor, la obligación queda extinguida para todos los
coacreedores (art. 955).

b) Mora del deudor

La constitución en mora del deudor efectuada por parte de coacreedor propaga sus efectos a los demás
coacreedores, a quienes favorece (art. 838).

c) Mora del acreedor

Corresponde aplicar los mismos principios enunciados para la mora del deudor (art. 838). Por lo tanto la mora
creditoris de cualquiera de los acreedores se propaga también a los res tantes,

d) Indemnización de daños y perjuicios

La indemnización de los daños y perjuicios derivados de la pérdida de la cosa por causas imputables a cualquiera de
los deudores puede ser reclamada por cualquiera de los acreedores del mismo modo que el cumplimiento de la
obligación principal.

e) Demanda de intereses. Anatocismo

La demanda de intereses articulada por cualquier coacreedor contra cualquiera de los codeudores solidarios permite
la capitalización de intereses en los términos del artículo 770, inciso b, no sólo para quien acciona sino también para
los demás coacreedores.

f) Prescripción liberatoria

1) Interrupción de la prescripción

Los efectos de la interrupción de la prescripción efectuada por cualquiera de los coacreedores respecto de cualquier
codeudor se propagan beneficiando a todos los demás integrantes del polo activo (arts. 839, 2549 y concs.). Es una
consecuencia lógica de la particular estructura que asume el vínculo jurídico en estas obligaciones.

La cuestión no presenta dificultad tratándose de interrupción de la prescripción por petición judicial (art. 2546) o por
solicitud de arbitraje (art. 2548). En cambio, se han generado algunas dudas cuando ella proviene del
reconocimiento de deuda practicado por cualquiera de los deudores (art. 2545) ante el riesgo evidente de una
confabulación para perjudicar a los demás.
Creemos que la amplitud de la solución contenida en el artículo 2549 incluye también este supuesto. Sin embargo,
por aplicación de los principios generales, es menester que dicho acto de reconocimiento tenga fecha cierta para
que sea oponible a los demás codeudores (arg. arts. 317 y concs.).

2) Suspensión de la prescripción

También la suspensión de la prescripción operada entre un coacreedor y el deudor expande sus efectos con relación
a los demás acreedores (art. 2540).

3) Dispensa de los efectos de la prescripción cumplida

La dispensa de los efectos de una prescripción ya cumplida tiene efectos personales y sólo favorece a aquel
coacreedor que se ha encontrado impedido temporalmente en el ejercicio de una acción por dificultades de hecho o
por maniobras dolosas del deudor (art. 2550). Es una consecuencia lógica del carácter eminentemente personal y
excepcional que asume esta facultad. Sin embargo los demás coacreedores indirectamente pueden verse
beneficiados por cuanto, de proceder el pedido de dispensa y de cobrar aquél su crédito, podrán participar de lo
percibido en la medida de la acción interna o de regreso.

g) Muerte de un acreedor solidario


La muerte de uno de los acreedores solidarios determina estos efectos (arts. 849 y concs.):

1) Si queda más de un heredero y la prestación es divisible cada uno de ellos participa en la acreencia del causante
en proporción a su cuota hereditaria.

2) Hasta tanto no opere la partición de la herencia los herederos de manera conjunta pueden reclamar la 3) Después
de producida la partición de la herencia (art. 2363), que pone fin al estado de indivisión hereditaria, los herederos
sólo pueden reclamar en función de la cuota que le corresponde en el haber hereditario (art. 849).

Vale tener en cuenta que la partición tiene efecto declarativo y no traslativo de derechos (art. 2403), razón por la
cual se juzga que cada heredero sucede sólo e inmediatamente al causante en los bienes comprendidos en su hijuela
y en los que se le atribuyen por licitación; y que no tuvo derecho alguno en los que corresponden a los otros
coherederos.

§ 21. Relaciones internas de los coacreedores

Corresponde analizar seguidamente cómo se resuelven las relaciones internas de los coacreedores después que uno
de los acreedores ha cobrado o de otro modo se ha extinguido con su participación el crédito solidario.

a) Principio de participación

El código civil y comercial consagra el principio de participación en sus artículos 847 y 848. La normativa prevé el
supuesto de extinción del vínculo obligatorio por pago, compensación, novación, dación en pago, renuncia o
transacción efectuada por uno de los acreedores con el deudor. En tal caso, cobra relieve el derecho de participación
de los restantes acreedores sobre el crédito solidario.

b) Régimen legal

Es el siguiente:

1) La ley presume, de manera iuris tantum, que los acreedores solidarios tienen derecho a la participación con los
alcances previstos en el artículo 847.

2) La distribución debe ser realizada entre los coacreedores de acuerdo con la parte que cada uno de ellos tenga en
el crédito. Es aplicable lo dispuesto en los artículos 841 y 848 3) En defecto de determinación de la cuota de
participación por alguno de los parámetros que establece el artículo 841, se presume que ella es por partes iguales.

c) Distintas situaciones que pueden presentarse

Analizaremos seguidamente los diferentes supuestos reglados en el artículo 847.

1) Cobro del crédito solidario

Si uno de los acreedores solidarios recibe la totalidad del crédito, o una parte de este superior a su cuota, los demás
tienen derecho a que les pague el valor de lo que a cada uno de ellos les corresponde, conforme la cuota de
participación de cada uno (art. 847, inc. a). La medida de esta última se determina en función de los parámetros
establecidos en los artículos 841 y 848.

Si uno de los acreedores recibe un pago parcial, equivalente o no a su parte, debe distribuirlo en forma proporcional
con los demás atendiendo a la participación que éstos tengan en la relación interna. Es una solución lógica, pues el
pago recibido se imputa siempre a cuenta de lo adeudado.

2) Renuncia al crédito solidario


Si el acreedor renuncia al crédito solidario en su totalidad, se produce la extinción del vínculo obligatorio (art. 846,
inc. b). Esa extinción no impide, lógicamente, que los demás coacreedores tengan derecho de participación contra el
renunciante, por la parte que en la relación interna le corresponda a cada uno

(arts. 841, 846, inc. b, y 847, inc. b). Si la renuncia al crédito solidario es solamente parcial, hay que ponderar si ella
supera o no la cuota parte que en la relación interna tiene el renunciante. En el primer caso, los demás coacreedores
tienen derecho a reclamar contra aquél por la parte que exceda su crédito en la relación interna; o bien pueden
accionar contra el deudor y reclamar el saldo todavía impago. En cambio, si el valor redimido fuese equivalente o
inferior a su cuota de interés en la relación interna, nada podrán reclamar.

3) Compensación legal

auténtica solución se produce cuando opera la extinción del crédito por compensación legal entre uno de los
coacreedores y el deudor o alguno de los codeudores (arts. 841, 846, inc. b, y 847, inc. b).

4) Otros modos extintivos

En caso de que la extinción de la obligación solidaria se produzca por novación, dación en pago, transacción, o
compensación convencional o facultativa con uno de los acreedores, los restantes coacreedores también tienen
derecho de participación, a su elección, por la parte que tienen en el crédito según las previsiones del artículo 841 o
por lo que le correspondería a cada uno conforme lo resultante de los actos extintivos.

5) Reembolso de gastos

Con buen criterio, el código civil y comercial reconoce el derecho del acreedor solidario que realiza gastos razonables
en interés común a reclamar a los demás la participación en el reembolso de su valor (art. 847, inc. c). Así, por
ejemplo, el recupero de erogaciones incurridas para realizar un acta notarial de intimación al deudor para que
cumpla, para constituirlo en mora o para lograr el efecto suspensivo del curso de la prescripción

por interpelación fehaciente que regula el artículo 2541. Los gastos deben ser cualitativa y cuantitativamente
razonables.
E) EFECTOS DE LA SOLIDARIDAD PASIVA

Analizamos a continuación los efectos de la solidaridad pasiva, siguiendo el mismo método utilizado para la
solidaridad activa. Están reglados entre los artículos 833 a 843.

§ 22. Efectos entre partes. Efectos esenciales

a) Exigibilidad

1) Derecho del acreedor de exigir el pago a cualquier codeudor

El acreedor está facultado para exigir a cualquier codeudor solidario, o a varios, o a todos conjuntamente, de manera
simultánea o sucesiva, el cumplimiento íntegro de la prestación, con prescindencia de la naturaleza divisible o
indivisible de la obligación (art. 833).

El acreedor es quien tiene la facultad de elegir a quién reclamar el cumplimiento, con la más amplia libertad.

Puede demandar a todos los deudores solidarios en forma conjunta, o a varios de ellos, dando lugar a un
litisconsorcio pasivo facultativo (Márquez). Este procedimiento brinda al acreedor la ventaja de lograr una sentencia
con efecto de cosa juzgada contra todos los demandados.

Puede dirigir su acción solamente contra alguno de los co- deudores, sin necesidad de demandar a los demás. Esto
tiene especial importancia desde el punto de vista de la mayor simplicidad y celeridad del proceso entablado contra
un demandado singular, particularmente cuando el deudor demandado es suficientemente solvente como para no
justificar la citación a juicio de otros obligados.
Si opta por demandar solamente a alguno (o a algunos) de los codeudores, pueden darse tres situaciones posibles:
1. Que perciba la totalidad del crédito, en cuyo caso se agota la relación entre el grupo acreedor y el grupo deudor,
quedando por dilucidar la cuestión relativa a las acciones internas o de regreso. Son asimilables al pago los demás
modos extintivos que propagan sus efectos (v. gr., compensación, novación, remisión de deuda, dación en pago)

conforme lo establece el artículo 835. II. Que renuncie en forma parcial (relativa) a la solidaridad y perciba solamente
la parte que a ese deudor le corresponde en la deuda. En tal supuesto, tiene acción contra los restantes por la
totalidad de la deuda con deducción de la cuota del deudor a cuyo favor operó la renuncia relativa a la solidaridad
(art. 837).

III. Que no pueda percibir el crédito porque el demandado es insolvente. En tal caso puede accionar contra los
demás reclamando la totalidad de la deuda.

b) Pago

El pago efectuado por un codeudor a cualquiera de los acreedores extingue totalmente la obligación.

c) Novación

La novación efectuada entre un codeudor y el acreedor produce propagación de efectos y extingue la obligación de
los restantes codeudores (art. 835, inc. b). Si el acreedor es satisfecho en su interés mediante la estipulación de una
nueva obligación, la primitiva se aniquila para todos los deudores. Es consecuencia de la estructura que asumen los
vínculos jurídicos en la solidaridad y de la unidad del objeto debido.

El sistema reconoce una excepción: la novación legal que se produce como consecuencia de la homologación del
acuerdo preventivo en un proceso concursal no propaga sus efectos, ni al- era la situación de los restantes
coobligados (arts, 55, ley 24.522. 941. C&d. Civ.Com.),

d) Compensación

La compensación operada entre el acreedor o cualquiera de los acreedores con cualquiera de los deudores solidarios
propaga sus efectos y extingue la obligación solidaria, Los deu- dores pueden oponer la compensación del crédito
que cualquiera de ellos tenga contra el acreedor demandante o contra cualquiera de los restantes coacreedores.
Cuando uno de los codeudores ha sido declarado en quiebra, la compensación sólo produce efectos respecto suyo
cuando se haya operado antes de la sentencia que lo declare en dicho estado (art. 130, ley 24.522).

e) Remisión de deuda

La remisión de deuda realizada por el acreedor a favor de alguno de los codeudores propaga sus efectos a los
restantes coobligados y extingue la obligación solidaria (art. 835, inc. b). Es una consecuencia del ya mentado
principio de unidad del objeto debido y de la naturaleza coligada de los vínculos.

f) Dación en pago

También la dación en pago tiene efectos expansivos y extingue la relación obligatoria (art. 835, inc. b).

g) Confusión

La confusión operada entre un codeudor solidario y el acreedor produce efectos personales expansivos y sólo
extingue la cuota de la deuda que corresponde a éste. La obligación subsistente por el saldo no extinguido por
confusión continúa siendo solidaria (art. 835, inc. c).

h) Transacción

Dispone el artículo 835, inciso d: "la transacción hecha con uno de los codeudores solidarios, aprovecha a los otros,
pero no puede serles opuesta". Por lo tanto, si la transacción celebrada por un codeudor con el acreedor beneficia a
los demás codeudores, éstos pueden invocar totalmente y hacerla valer frente al acreedor.
§ 23. Efectos entre partes (continuación).

Efectos accidentales

a) Responsabilidad. Incumplimiento y mora

La mora y el incumplimiento imputable propagan plenamente sus efectos y obligan a todos los codeudores -aun a los
que no pueda imputarse culpabilidad u otro factor objetivo de atribución- a responder por el valor de "la prestación
y a indemnizar los daños causados" (art. 838).

b) Dolo en el incumplimiento de la obligación solidaria

Los deudores solidarios responden por los daños que son consecuencia inmediata y mediata previsible del
incumplimiento obligacional o contractual (arts. 1726, 1727 y concs.).

Tratándose de obligaciones de fuente contractual todos responden por las consecuencias que las partes previeron o
pudieron haber previsto al momento de su celebración (art. 1728) Si el incumplimiento contractual se produce por
dolo de uno de los codeudores, éste responde también por el daño suplementario que sea consecuencia inmediata o
mediata previsible ponderada al momento de operancia incumplimiento contractual. En otras palabras: las
consecuencias agravadas propias del incumplimiras to doloso de uno de los codeudores no son soportadas prins
otros.

c) Insolvencia de un codeudor

1) Principio general

La insolvencia de uno de los codeudores no afecta al acreedor, quien tiene derecho de accionar por el todo contra
los demás Ella es soportada por los restantes obligados a prorrata del interés que cada uno tenga en la deuda
(Cazeaux, Lafaille, Borda). Así, por ejemplo, tres personas deben solidariamente $ 90.000 y las cuotas que cada uno
de ellos deben pagar, en la relación interna, son de $ 40.000, $ 30.000 y$ 20.000. Si el primero de dichos codeudores
paga la deuda y el segundo resulta insolvente, la parte de éste será soportada en $ 20.000 por el primero y en $
10.000 por el restante codeudor solvente.

2) Insolvencia y dispensa de la solidaridad

La dispensa de la solidaridad efectuada por el acreedor a favor de un codeudor solidario no obsta a que éste deba
contribuir a soportar la insolvencia de los otros coobligados. Es una lógica aplicación del principio res inter alios acta,
que impide proyectar los efectos de una convención a terceros (Borda).

3) Insolvencia y remisión parcial de la deuda

En caso de mediar remisión parcial de la deuda en favor de un codeudor solidario y de resultar otro codeudor
insolvente, el solvens puede ejercitar la acción recursoria contra el beneficiado exigiéndole la parte pertinente
conforme a las reglas antes señaladas. La acción puede dirigirse también contra el propio acreedor reclamando lo
que tuvo que abonar al solvens como contribución por la parte del codeudor insolvente" (Ameal).

d) Prescripción

1) Interrupción de la prescripción

La interrupción de la prescripción propaga sus efectos beneficiando a todos los acreedores y perjudicando a todos
los co- deudores (arts. 2544 y 2549).

La interrupción de la prescripción por petición judicial (art. 2546) o por solicitud de arbitraje (art. 2548) no genera
mayores dificultades. En cambio, la propagación de efectos de la interrupción de la prescripción por reconocimiento
de deuda (art. 2545) efectuado por algún codeudor provoca mayores reparos ante el riesgo de que el mismo pueda
insertarse en un instrumento privado con fecha antedatada, en abierto perjuicio a los restantes codeudores.
Compartimos la doctrina dominante que requiere que el aludido reconocimiento se practique en un instrumento
público o privado con fecha cierta (Borda, Ameal, Lafaille, Sal- vat, Galli). Es una solución razonable que protege en
forma equilibrada los distintos intereses comprometidos.

En materia cambiaria los actos interruptivos de la prescripción tienen efecto personal contra el deudor con respecto
al cual se han cumplido los mismos, sin propagación alguna de efectos hacia los demás (arts. 96 y 103 del decreto
5965/63 y 61, ley 24.452).

2) Suspensión de la prescripción

La suspensión de la prescripción (art. 2539) operada entre el acreedor y cualquier codeudor solidario propaga sus
efectos con relación a los demás, sea el objeto de la obligación divisible o indivisible (art. 2540).
e) Muerte de un codeudor solidario

Dispone el artículo 843; "Muerte de un deudor. Si muere uno de los deudores solidarios y deja varios herederos, la
deuda ingresa en la masa indivisa y cualquiera de los acreedores puede oponerse a que los bienes se entreguen a los
herederos o legede sin haber sido previamente pagado. Después de la partición, cada heredero está obligado a
pagar según la cuota que le corresponde en el haber hereditario".

La solución normativa debe ser concordada con lo dispuesto en los artículos 2323, 2335, 2359, 2363 y 2376.

El régimen estatuido se sintetiza de la siguiente manera:

1) Producida la muerte del codeudor solidario, toda la deuda ingresa en la masa indivisa de la sucesión.

2) Cualquier acreedor puede oponerse a que antes de haber sido pagado se le entreguen los bienes de la sucesión a
los herederos o legatarios (art. 2359). Ese derecho puede ser ejercitado hasta el momento en que opere la partición
de la herencia.

3) Una vez producida la partición de la herencia, si ha quedado dado más de un heredero y la prestación es divisible,
cada uno de ellos concurre en la obligación del causante en proporción a su cuota hereditaria. En otras palabras:
todos los herederos continúan obligados al pago de la deuda del causante, pero en forma simplemente
mancomunada

Si la prestación además de solidaria es de objeto indivisible, el acreedor puede exigir a cualquiera de los herederos la
totalidad de lo adeudado por el causante, sin posibilidad de que aquél pueda invocar fraccionamiento alguno en
función de su proporción hereditaria. Es razonable consecuencia de la indivisibilidad prestacional, a la cual le resulta
irrelevante los efectos que pueda producir la muerte del obligado.
4) Lógicamente no cesa la solidaridad con respecto a los restantes obligados solidarios supérstites, cuya situación no
varía por el hecho de la muerte del otro
5) La interrupción de la prescripción operada con relación a cualquier codeudor originario o con relación a cualquiera
de los herederos del deudor fallecido, hasta el momento de la partición de la herencia, propaga sus efectos,

6) La interrupción de la prescripción operada después de la partición de la herencia, con respecto a uno de los
herederos, no propaga sus efectos con relación a los demás coherederos (por haber mancomunación simple entre
ellos), salvo que la obligación tenga objeto indivisible; en lo que respecta a los demás codeudores solidarios
originarios, el efecto se produce en proporción a la parte que a dicho heredero le correspondía en el total de la
deuda solidaria.

§24. Relaciones internas

a) Acción de contribución, recursoria o de regreso

Es aquella que el ordenamiento jurídico reconoce al codeudor que ha pagado la totalidad de la deuda solidaria -o
extinguido la misma por novación, compensación o dación en pago (art. 835, incs. a, y b) para reclamar a los
restantes la parte que les corresponde en dicho pasivo. Resulta consecuencia lógica del principio de contribución,
que consagra el artículo 840.

Dicho reintegro puede canalizarse por dos vías diferentes:

1) Con sustento en la relación jurídica particular que liga a los codeudores entre sí (arg. arts. 841 y concs.). Así, por
ejemplo, si existe entre ellos una sociedad u otra relación contractual de carácter paralelo, consecuencia de la cual
se ha contraído la obligación solidaria. Quien paga una deuda en tales circunstancias puede razonablemente invocar
la existencia de un mandato del otro para liquidar la deuda común.

2) Por aplicación de las reglas que rigen el pago por subrogación (arts. 915, inc. a; 919, inc. b).

El accionante es quien dispone de la facultad de elegir la acción de regreso que más le conviene articular, si la que
nace de la relación interna que lo vincula con los restantes codeudores o la que emerge del pago con subrogación. La
elección dependerá, por lo general, de cuestiones de hecho y de derecho valorables de manera particular en cada
caso.

b) Medida de la cuota de contribución

La ley establece los parámetros que deben ser ponderados en forma sucesiva para calibrar la medida de la cuota de
contribución (art. 841):

1) En primer lugar, debe estarse a lo pactado por las partes. por aplicación del principio de la autonomía de la
voluntad (arts. 957 y 958).

2) En defecto de convención, corresponde atender a la fuente y finalidad de la obligación o, en su caso, a la causa de


la responsabilidad. Así, por ejemplo, si en un contrato de mutuo dinerario se especifica que Luis y Marcelo reciben
un préstamo de seiscientos mil pesos, en la proporción de 2/ y / respectivamente, en caso de pagar Marcelo la
totalidad de la deuda al acreedor, tendrá una acción de regreso contra Luis por cuatrocientos mil pesos.

3) Si tampoco nada surge de los títulos, deben tenerse en cuenta las relaciones de los interesados entre sí. Por
ejemplo, si los únicos socios de una sociedad anónima se constituyen en codeudores solidarios de una deuda de esta
úl- tima, y uno de ellos debe pagarla en su totalidad, la medida de la acción contra el otro estará dada por la
participación de cada uno de ellos en el capital social.

4) De no darse ninguno de los supuestos anteriores, habrá que ponderar "demás circunstancias" de cada caso,
expresión muy amplia, que otorga un margen flexible para valorar las particularidades del supuesto concreto. )
Finalmente, en caso de no poder determinarse la medida de

5 la acción de regreso por ninguna de las pautas antes indicadas, se entenderá residualmente que "participan en
partes iguales". Las mismas reglas se aplican para la distribución entre los acreedores solidarios (art. 848), y en las
obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible (cuando uno de los acreedores recibe de más) (art.
811) e indivisible (arts. 820 y 821).

c) Insolvencia de un codeudor

Puede suceder que el codeudor solidario que paga la totalidad de la deuda vea afectada su pretensión de reintegro
debido a la insolvencia de alguno de los restantes coobligados. En tal caso la cuota correspondiente al codeudor
insolvente es cubierta por todos los obligados a prorrata de su interés en la deuda (art. 842).

d) Insolvencia y dispensa de la solidaridad

La dispensa de la solidaridad realizada por el acreedor a favor de un codeudor solidario no altera en lo más mínimo
su obli- gación de enjugar la insolvencia de alguno de los otros codeudores (Llambías, Boffi Boggero, Salvat, Galli).

e) La acción de regreso en los hechos ilícitos


Dispone el artículo 1751 que si varias personas participan en la producción del daño que tiene una causa única, se
aplican las reglas de las obligaciones solidarias. Si, en cambio, tiene causas distintas, se aplica el régimen previsto
para las obligaciones concurrentes.
Si alguno de los obligados indemniza al damnificado, tiene acción de contribución contra los restantes obligados.
Rigen los principios generales antes desarrollados.

En el código anterior, cuando se trataba de delitos civiles y el daño era indemnizado por alguno de los autores,
consejeros o cómplices, se negaba la acción recursoria contra los otros (art. 1082, Cód. Civ.). Era una consecuencia
razonable de aplicar el principio: nadie puede alegar su propia torpeza (nemo auditur propriam turpitudinem
allegans). En cambio, ningún obstáculo existía para la procedencia de la acción recursoria en materia de ilícitos
culposos (art. 1109, último párrafo, Cód. Civ. anterior).

El código civil y comercial no contiene una disposición semejante al artículo 1082. Sin embargo, se llega a la misma
solución por aplicación de lo dispuesto en la última parte del artículo 838, que reza: "Las consecuencias propias del
incumplimiento doloso no son soportadas por los otros". Esa norma, rectamente interpretada, debe ser aplicada no
sólo al incumplimiento obligacional doloso (en las relaciones entre acreedores y deudores y también en las
relaciones internas), sino también a los coautores de hechos ilícitos dolosos extracontractuales, pues no hay razón
alguna para sentar en ellos una regla distinta, antes bien, todo lo contrario (Ossola). Legitimar una acción de regreso
entre ellos sería, por lo demás, escandaloso y estaría en pugna con un principio básico del sistema: nadie puede
alegar su propia torpeza; menos aún, quien ha obrado con dolo.
F) EFECTOS COMUNES A LA SOLIDARIDAD PASIVA Y ACTIVA

$26. La solidaridad y las defensas que pueden oponerse

a) Marco normativo

Dispone el artículo 831: "Defensas. Cada uno de los deudores puede oponer al acreedor las defensas comunes a
todos ellos. Las defensas personales pueden oponerse exclusivamente por el deudor o acreedor a quien
correspondan, y sólo tienen valor frente al coacreedor a quien se refiere. Sin embargo, pueden expandir
limitadamente su efectos hacia los demás codeudores, y posibilitar una reducción del monto total de la deuda que
se les reclama, hasta la concurrencia de la parte perteneciente en la deuda al codeudor que las puede invocar".

b) Distintas clases de defensas

Existen tres clases de defensas que pueden ser opuestas en las obligaciones solidarias frente a la pretensión de
cobro del acreedor: comunes, estrictamente personales y personales con efecto expansivo.

1) Defensas comunes

Se vinculan con la obligación en sí misma y gravitan sobre todos los sujetos alcanzados por los diferentes vínculos
jurídicos. Tienen carácter objetivo, aprovechan a todos los integrantes del frente común de deudores y pueden ser
opuestas a cualquiera de los acreedores (Busso, Llambías, Borda, Ameal). Entre ellas mencionamos las causas que
determinan la extinción total de la obligación (pago, novación, compensación, remisión, dación en pago, etc.), la
prescripción cumplida, las causas de nulidad que afectan a toda la obligación (v. gr., omisión de respetar formas
solemnes), la existencia de un plazo suspensivo o de una condición suspensiva no cumplidos, que afecten a la
totalidad de los vínculos obligatorios.
2) defensas estrictamente personales:
Son aquellas de carácter eminentemente subjetivo que sólo pueden ser invocadas por alguno de los deudores, o
contra alguno de los acreedores. También denominadas subjetivas o específicas, afectan al vínculo singular de
alguno de los sujetos de la obligación sin proyectar sus efectos hacia los restantes vínculos co- ligados que la
conforman. Entre las defensas personales pueden mencionarse la condición suspensiva o plazo suspensivo que
afecta solamente al vínculo de algún codeudor o coacreedor, las causales de nulidad que sólo se relacionan con el
vínculo jurídico de alguno de los deudores o acreedores (v. gr., nulidad por inca- pacidad o por mediar un vicio de la
voluntad de alguno de los sujetos obligados), las que surgen como resultado de la novación legal que prevé el
artículo 55 de la ley 24.522 en materia de concurso preventivo cuando opera la homologación del acuerdo.

3) Defensas personales con efecto expansivo


Dentro de las defensas personales, cabe distinguir aquellas que sólo son aprovechables por su titular -y que en
ningún supuesto pueden ser invocadas (directa o indirectamente) por los demás integrantes del frente de
acreedores o deudores- de las que, sin perder el carácter personal, pueden expandir limitadamente sus efectos hacia
los demás codeudores y posibilitar una reducción del monto total de la deuda, que se les reclama, hasta la
concurrencia de la parte perteneciente en la deuda al codeudor que las puede invocar (Llambías, Borda, Cazeaux,
Boffi Bogge- ro). El código las regula expresamente en el artículo 831, segundo párrafo: "Las defensas personales
pueden oponerse exclusivamente por el deudor o acreedor a quien correspondan, y sólo tienen valor frente al
coacreedor a quien se refieran. Sin embargo. pueden expandir limitadamente sus efectos hacia los demás co-
deudores, y posibilitar una reducción del monto total de la deuda que se les reclama, hasta la concurrencia de la
parte perteneciente en la deuda al codeudor que las puede invocar". Entreciente citamos la remisión parcial de la
deuda efectuada por el acreedor a favor de uno de los codeudores solidarios, la renuncia acreedor de la solidaridad,
la confusión entre un coacreedor y un codeudor solidario, que únicamente extingue la cuota de la deuda
correspondiente a éste (art. 835, inc. c).

§ 27. La cosa juzgada

Dispone el artículo 832: "Cosa juzgada. La sentencia dictada contra uno de los codeudores no es oponible a los
demás, pero éstos pueden invocar cuando no se fundamenta en circunstancias personales del codeudor
demandado.

El deudor no puede oponer a los demás coacreedores la sentencia obtenida contra uno de ellos; pero los
coacreedores pueden oponer al deudor, sin perjuicio de las excepciones personales que éste tenga frente a cada uno
de ellos".

En materia de solidaridad pasiva, el primer párrafo del artículo 832 determina que la cosa juzgada dictada contra uno
de los codeudores no es oponible a los demás que no fueron parte en el juicio. Sin embargo, éstos pueden invocar
contra el co- acreedor que sí fue parte en la causa, siempre que no se funde en defensas estrictamente personales
del codeudor demandado. Es consecuencia lógica de la pluralidad de vínculos coligados que caracteriza la obligación
solidaria y del carácter personal que tiene la defensa articulada (Borda, Llambías, Cazeaux). Los efectos de la cosa
juzgada se expanden a los codeudores en la medida del beneficio (esto es, cuando la cosa juzgada los favo- rece)
contra el acreedor que intervino en el litigio. Va de suyo que el acreedor triunfante no puede ejecutar la sentencia
sino contra el codeudor que fue parte en el juicio y nunca contra quienes no lo fueron.

RELACIONES INTERNAS: RECURSORIAS, DE REGRESO. DEFENSAS Y LIMITACIONES: PERSONALES, COSA JUZGADA,


FALLECIMIENTO, SUBROGACIÓN.

OBLIGACIONES CONCURRENTES. CONCEPTOS Y DIFERENCIAS.


H) OBLIGACIONES CONCURRENTES

§ 31. Concepto

Son aquellas "en las que varios deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes" (art. 850). También
se las denomina in solidum, conexas o convergentes.

Presentan estos caracteres:

a) Identidad de acreedor.

b) Identidad de objeto debido.

c) Pluralidad de deudores.

d) Diversidad de causa fuente para cada uno de los obligados. Se afirma:


1) Que este último elemento "es la esencia de la figura, y es el que realmente las distingue de las obligaciones
solidarias y justifica algunos de sus efectos particulares" (Silvestre).

2) Que a diferencia de lo que sucede en la obligación soli- daria, que es por naturaleza una relación jurídica única, en
las obligaciones concurrentes encontramos una plura- lidad de obligaciones autónomas, que emanan de causas
distintas.
Nosotros creemos que ello es así en tanto el legislador no determine la existencia de solidaridad en supuestos en los
cuales hay pluralidad de obligaciones nacidas de causas distintas. Si procede de tal modo, no podrá negarse que hay
solidaridad, ni menos aún afirmarse que por el hecho de haberse establecido dicha solidaridad las obligaciones en
cuestión ahora emanen de una causa común. Tal lo que sucede en los supuestos previstos por el artículo 40 de la ley
24.240 y en el artículo 551 del Cód.Civ.Com. se Cuando se habla de unidad o pluralidad de causas diversas, hace
referencia "a las causas de las respectivas obligaciones, pero no a la causa del daño" (Tale). Se pone como ejemplo la
responsabilidad del principal por el hecho del dependiente, en donde la causa del daño es una sola (el menoscabo
provocado por este último), pero las causas por las que deben responder el dependiente y el principal son distintas,
una basada en la autoría del hecho dañoso y otra por la garantía o el riesgo creado por actos de personas bajo su
incumbencia. Nosotros creemos que el tema requiere de una valoración más flexible. En la gran mayoría de los casos
que se mencionan de obligaciones concurrentes la causa es, en verdad, única, sólo que está compuesta por "varios
sucesos de la fenomenología que son captados por el derecho y considerados en conjunto, de manera inescindible"
(Ossola). Ello descarta disecciones causales que conducen a una pretendida multiplicidad de causas -y a la
concurrencia-, allí donde en verdad, dinámica y funcionalmente, aquélla es una sola y debería llevar naturalmente al
terreno de la solidaridad
§ 33. Diferencias con las obligaciones solidarias

Son las siguientes:

a) En las obligaciones solidarias existe una sola obligación de sujeto plural con multiplicidad de vínculos coligados; en
las obligaciones concurrentes hay varias obligaciones diferentes, a cargo de sujetos diversos, en virtud de causas
distintas.

b) En las obligaciones solidarias hay pluralidad de vínculos coligados; en las concurrentes, encontramos pluralidad de
vínculos autónomos funcionalmente.

c) Corolario de lo anterior es que en las obligaciones solidarias existe propagación de efectos secundarios (v. gr.,
interrupción de la prescripción, mora, culpa); no ocurre lo mismo en las obligaciones concurrentes (art. 851, incs. e y
f).

d) La renuncia al crédito a favor de uno de los deudores no extingue la deuda de los otros obligados concurrentes
(art. 851, inc. d).

e) Según una calificada doctrina, en las obligaciones solidarias hay relaciones internas entre los coacreedores y co-
deudores, que se rigen por los principios de participación y contribución. En las obligaciones concurrentes, en
cambio, habría ausencia de contribución, "de manera tal que si quien paga la deuda ha sido el verdadero autor,
deberá soportar el peso de la misma. Si por el contrario el pago fue hecho por el responsable civil, éste podrá repetir
del verdadero autor la totalidad de lo desembolsado" (Silvestre),

Nosotros creemos que no existe tal diferencia, sin perjuicio de que puedan admitirse algunos matices distintivos en
uno y otro supuesto.

Por lo pronto, es falso que el principio de contribución sólo rija en materia de solidaridad (pasiva) y no en las
obligaciones concurrentes. El propio artículo 851, inciso h, hace expresa referencia a "la acción de contribución" del
deudor que paga la deuda contra los otros obligados concurrentes. Ello prueba que también aquí hay contribución,
igual que en las obligaciones solidarias. Nada agrega o quita a esa conclusión el hecho de que en la concurrencia la
acción de contribución se rija por las relaciones causales que originan la concurrencia. En verdad, esto tampoco
difiere en mucho de lo que sucede en las obligaciones solidarias, donde la acción de regreso termina modelando, en
esencia, en base a las relaciones igualmente causales que dieron lugar a la solidaridad pasiva, legal o convencional.
Con ligeros matices, la solución es similar. La tesis que propiciamos, por lo demás, es coherente con lo dispuesto por
el artículo 851, inciso h, en clara armonía con lo establecido en el artículo 852, que dispone: "Las normas relativas a
las obligaciones solidarias son subsidiariamente aplicables a las obligaciones concurrentes".

OBLIGACIONES DISYUNTIVAS. CONCEPTO E IMPORTANCIA. CARACTERES Y DIFERENCIAS CON LAS SOLIDARIAS.


I) OBLIGACIONES DISYUNTIVAS

§34. Concepto e importancia

Son aquellas que están establecidas a favor de un acreedor que se encuentra indeterminado entre varios sujetos o
que pesan sobre un deudor indeterminado entre varios sujetos determinados (Llambías, Busso, Cazeaux). Así, por
ejemplo, Juan o Pedro deben a Marcelo $ 1.000 (disyunción pasiva): Marcos debe a Luis o a Roberto $ 1.000
(disyunción activa).

En estas obligaciones, también denominadas de sujeto alter- nativo, advertimos la presencia de una pluralidad de
sujetos aparente y provisional, cuyos derechos no se acumulan sino que, recíprocamente, se descartan. De tal modo,
quienes integran el polo activo y pasivo no son coacreedores y codeudores que comparten el beneficio del crédito o
el peso de la deuda. Sólo uno de ellos llegará a ser, en definitiva, acreedor o deudor y cuando esto ocurra, ninguno
de los otros investirá ese carácter" (Busso). Lo expresado nos lleva a la convicción de que en este supuesto sólo
estamos frente a una aparente pluralidad de sujetos. En realidad, el sujeto siempre es único pero indeterminado
entre varios.

El código las regula en la Sección 9, Capítulo 3. Título 1 del Libro Tercero.

La alternatividad o disyunción puede ser pasiva (art. 853) o activa (art. 854).

En materia de letra de cambio se admite que ésta pueda contener la indicación de varios tomadores en forma
alternativa, en cuyo caso los derechos cambiarios sólo pueden ser ejercitados por cada beneficiario de la letra
excluyendo a los demás (arg. art. 1°, inc. 6º, decreto-ley 5965/63). También el pagaré puede contener la indicación
alternativa de distintos tomadores, supuesto en el que opera la solución antes indicada (arg. art. 103, decreto-ley
5965/63; v. gr., pagaré a Juan o a Pedro $ 1.000). Es igualmente frecuente la designación de beneficiarios en forma
alternativa en ciertos contratos de seguro. También en el contrato de depósito bancario, cuando el mismo está a
nombre de dos o más personas. En tal caso cualquiera de ellas puede disponerlo, en caso de muerte de una, excepto
convención en contrario (art. 1391).
§35. Caracteres

a) Pluralidad originaria de vínculos

Encontramos varios sujetos activos o pasivos emplazados originariamente en forma alternativa. Dicha pluralidad no
puede ser sobrevenida pues ello importaría una novación subjetiva de la obligación primitiva.

b) Indeterminación provisoria de los sujetos

Los sujetos activo y pasivo definitivos se encuentran provisoriamente indeterminados como consecuencia de la
mencionada alternatividad (López Mesa). Su determinación ulterior se produce con la elección.

c) Unidad de objeto debido

El pago hecho a un acreedor o a un deudor (elegidos) extingue totalmente la relación obligacional para todos.

d) Condicionalidad

La obligación asumida alternativamente por dos o más sujetos está condicionada en forma resolutoria a que pague
el objeto debido a otro deudor. Del mismo modo, tratándose de acreedores alternativos, el crédito de cada uno está
resolutivamente sujeto a la condición de que otro acreedor reciba el pago.

§ 36. Diferencias con las obligaciones solidarias


Las diferencias entre las obligaciones solidarias y las de sujeto disjunto son claras y perceptibles:

a) En las obligaciones solidarias acreedores y deudores son concurrentes, dado que sus créditos y deudas coexisten;
en las disyuntivas, en cambio, se excluyen entre sí.
b) En las obligaciones solidarias existe un interés común y grupal entre los sujetos que en ella intervienen que no se
da en las obligaciones de sujeto disjunto.

c) Como consecuencia de ello, en las obligaciones solidarias rige el principio de distribución y participación en la
solidaridad activa y pasiva, respectivamente, cosa que no sucede en las obligaciones disyuntivas, donde los sujetos
emplazados en el polo activo y pasivo son extraños entre sí. El pago realizado o recibido por alguno de ellos no
legitima, en principio, a los otros a pretender reembolso o participación alguna pues al cumplirse la condición
resolutoria han quedado fuera del vínculo obligatorio.

d) Quien pretenda algún tipo de derecho a reintegro o participación deberá acreditar una causa paralela a su
acreencia (v. gr., la existencia de un contrato de sociedad, de un negocio participativo o de un mandato). La mera
existencia de una obligación disyuntiva no le alcanza para ello, dado que esa figura es puramente instrumental y
carece por sí sola de dicha virtualidad.

e) En la solidaridad activa cualquiera de los acreedores tiene derecho a demandar el cumplimiento de la prestación
ya que todos ellos son titulares del crédito. En las obligaciones activamente disyuntivas ningún acreedor puede
aisladamente demandar el cobro total de la deuda hasta tanto no sea elegido. Inversamente, en la solidaridad pasiva
los deudores pueden ser demandados en forma separada o conjunta, acumulativa o subsidiariamente por el
acreedor. En cambio, en las de sujeto disyunto pasivo solamente puede ser demandado aquel deudor elegido para
cumplir. El acto de elección veda la posibilidad de accionar ulteriormente contra cualquiera de los no elegidos.

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