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Juan Antonio Rosado Zacarías

De pozos, subsuelos, tumbas


ytúneles: Onetti ysu
contextLialidad literaria

n la obra de |uan Carlos Onetti (1909-1994), la obsesión tanática


y la voluntad —a veces razonada— de sus personajes de transgredir las
normas sociales o morales (como ocurre con Juntacadáveres o Eladio
Línacero) se conjugan con el lado irracional, imaginativo, onírico. La postura
interpretativa más evidente se dirige por el camino del existencialismo y el
psicoanálisis, o por el descubrimiento de intertextos, sin tomar en cuenta
la vía más ancha y tal vez más ambiciosa, en tanto que ya no interesa si el
autor posee o no influencias directas. Me refiero a la contexaialidadliteraria
que una crítica como Luce López-Baralt, por ejemplo, analiza en San Juan de
la Cruz. ¿Qué importa si este poeta conoció o no a los autores sufíes o a los
místicos hindúes de la antigüedad? La gran cantidad de elementos similares
e incluso idénticos produce una asociación, una comparación que los hacen
pertenecer a la misma contextualidad literaria.
Lo mismo ocurre con los personajes del autor uruguayo, la mayoría
de los cuales es susceptible de participar de una contextualidad literaria
mucho más amplia que la meramente reducida a la obra, época y geografía
de Onetti —independientemente de que Santa María sea una traducción de
Montevideo—: por lo tanto, al asociar una serie de elementosque constituyen la
estructura básica de estos personajes con otros, es posible realizaruna reducción

Depozos, sitíelos, Uanbasj túneles: Onelli... Juan Antonio Rosado Zacarías


^
del "hombre del subsudo".
reencamación o manifestación

concepto: "Hombre del subsuelo"


o "Personaje del subsuelo" o "literatura
del subsuelo" no sólo como un homenaje al
escritor ruso y a su realismo sicológico, sino más
fenomenológica bien como expresión que encierra una reducción
partiendo de la fenomenológica y una contextualidad literaria. En
mencionada contextualídad. Para una ocasión, Sabato afirmó: "Los personajes del
ello, es necesario recurrir al método subsuelo me atormentaban, se me aparecían como
deductivo y empezar por los contextos protagonistas diversos y opuestos, difícilmente
socio-políticos e históricos, ya que separablesenficcionescon una estructura unitaria".
de éstos no puede independizarse Con estas palabras, el ensayista argentino confiesa
la obra. En Onetti se hiperboliza el su dificultad, su incapacidad para unir a estos seres
sentimiento de crisis y escisión del contradictorios en una estructura coherente, pero
hombre inmerso en la gran ciudad al mismo tiempo les aplica una etiqueta. Es como
deshumanizada e individualista, cuando Heniy Miller admite que Dostoievsky es
producto de la masificación generada una suma de contradicciones.
por la sociedad industrial. Se da en las Lo que comparte el personaje de El pozo y de
ciudades modernas la "yuxtaposición otras muchas narraciones de Juan Carlos Onetti con
de soledades" de la que hablará la novela picaresca y con gran cantidad de novelas
Ernesto Sabato. Las grandes urbes urbanas del siglo XX es justamente su condición
dejan de ser un simple telón de fondo citadina, pero mientras que en la picaresca el
e influyen sicológicamente en un personaje posee un proyecto, un objetivo claro:
personaje que ha dejado de ser héroe la movilidad social, ascender en la escala social e
o antihéroe. La novela urbana se integrarse finalmente a la comunidad, el "Hombre
convierte entonces en "novela de la del subsuelo", por el contrario, es un autoexiliado.
crisis", para utilizar otra expresión de un automarginado, un hombre o mujer que ha
Sabato. consolidado su Individualismo romántico y sufrido
En el ámbito de la contextualídad su soledad, de la que es consciente y de la que, a
literaria es posible detectar herencias, menudo, no quiere o no puede escapar. Se trata de
influencias o coincidencias sin afectar un ser contradictorio, lúcido, sensible, conflictivo,
la Interpretación de las estructuras neurótico. Oswald Spengler contrasta al hombre
básicas. El protagonista de El pozo rural que crece con la tierra con el engendro de las
(1939) (Eladio Linacero) —como ciudades afectadas por la Revolución Industrial.
antes ¡o fue Silvio Astier en El Caracteriza así al habitante de la gran urbe como "un
Juguete rabioso, de Roberto Arlt, o nuevo nómada, un parásito [,,,]. hombre puramente
muchos personajes del díptico de este atenido a los hechos, hombre sin tradición [...], sin
mismo autor— es un avatar, una religión, inteligente, improductivo". ¿Qué importa si

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habita en Santa María. Montevideo. Buenos Aires, cierto que no sé escribir, pero escribo
La Habana. Madrid. Nueva York. París. Londres o de mí mismo". Posteriormente, en
San Petersburgo? Vive su presente con mentalidad El túnel. Sabato hará decir a Juan
crítica, aferrado a su propia lógica y sin abandonar Pablo Castel: "Por otra parte, el que
del todo su tumba, su túnel, su pozo o su subsuelo. quiera dejar de leer esta narración en
Es casi un solipsista heredero del romanticismo y este punto no tiene más que hacerlo;
se detecta en él lo que Eduardo Subirats llama "la de una vez por todas le hago saber
subjetividad como totalidad encerrada". Es natural, que cuenca con mi permiso más
por lo tanto, que haya un choque contra la realidad absoluto".
que lo rodea, a la que siente como algo hostil. Este Este personaje está en constante
choque, en el fondo, es parce de un impulso tanático cftóputa. se ubica en la tf/vergencia
dirigido contra ios demás o contra sí mismo. Harry y en la rfwyuntiva. El prefijo "di" o
Haiier. Meursauit (cuyo apellido posee la raíz "dis" implica separación, escisión.
"muerte"), juan Pablo Castel. Silvio Astier, Eladio Tras un razonamiento a menudo
Linacero, Juntacadáveres. Antoine de Roquentin y mezclado con elementos irracionales
un largo etcétera, habitan en un pozo, emergen de —como pueden ser los impulsos
una tumba, salen del subsuelo o de su túnel. En destructivos— este personaje se
apariencia, dejan de ser extranjeros cuando buscan lanza a la acción, de la que resulta
la acción o cometen un acto de transgresión para escindido, herido, separado. En la
violar alguna norma moral, retar a la sociedad, primera novela de Onetti. Linacero
probar su propia libertad u obtener algún beneficio es un rffvorciado que comparte un
personal. A veces aparece la apropiación narcisista cuarto sórdido de pensión con Lázaro
del otro, su simple utilización o su casi nulificación —nombre sintomático en la

como otro. Chocan contra el exterior; suelen intentar mitología cristiana, pues nos
escapar de la soledad, como el protagonista de remite a quien ha salido de
Memorias del subsuelo, cuya característica, según la tumba. Muy distinto de
Marshali Berman. es el deseo de un "choque frontal, Linacero. tiene conciencia de la
un encuentro explosivo, aun si resulta la víctima". lucha de clasesycr^í en algo. En
Pero, como quiera que sea. casi siempre todos ellos la habitación donde viven hay
se reintegran a su túnel, a su pozo, a su tumba, a su dos catres, sillas despatarradas
condición de extraños; vuelven a la estepa de donde y sin asiento, diarios tostados
salieron. Para ellos es imposible escapar por el sol. Éste es
del subjetivismo, aunque
no puedan renunciar a
su condición de entes

En Memorias del
subsuelo el protagonista
se pregunta: "para un
J
hombre que se estime, ¿qué
tema de conversación más agradable?
Respuesta-, él mismo. Bueno; pues de mí
mismo voy a hablar", y Eladio Linacero, en la
primera novela de juan Carlos Onetti. afirma: "Es

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No hay causas colectivas ni ideales, sino desencanto
e incomprensión. 1939 —cuando se publica El
pozo— es también el año en que —tras la Guerra
Civil española— se desata la Segunda Guerra
Mundial. Poco antes, Jean-Paul Sartre
había publicado¿a náusea, y diez años
antes, Roberto Arlt daba a la luz
HE jy Los lanzallamas. En estas obras es
claro el fracaso sentimental y, con
sus muchos matices, una postura
ligada —por lo menos en parte— al
nihilismo.
Personaje romántico al fin y al cabo, que se
complace en su autonomía, en su independencia y
libertad de ser sufriente e incomprendido, que se
opone al mundo que lo rodea, que suele necesitar al
literalmente hablando, pero hay un prójimo sólo para autoafirmarse como sujeto frente
pozo simbólico: la tenebrosa soledad a un objeto, que detesta los conglomerados y se cree
de Linacero. En ese pozo, el sueño superior al resto de los mortales, suj'o se encuentra
permea todas las confesiones. ¿A arraigado y representa el único centro de gravedad.
quién salva Linacero? A los poetas, Eladio Linacero, quien tuvo la sensación de soledad
a las prostitutas y a las muchachas desde los 15 o 16 años, afirma: "Esto que escribo
jóvenes, antes de que se conviertan son mis memorias. Porque un hombre debe escribir
en mujeres. Este "hombre solitario la historia de su vida al llegar a los 40 años, sobre
que fuma en un sitio cualquiera de todo si le sucedieron cosas interesantes. Lo leí no
la ciudad" nada tiene que ver con el sé dónde". Onetti, con una prosa dura, directa, sin
eros ni con la comunicación ni con retórica: una prosa en que la palabra no devora
el acceso al otro ni con los ideales el mensaje, crea también un personaje que posee
colectivos o las luchas sociales. Su conciencia de la escritura e incluso reflexiona en
épica es interior o, como diría Antonio torno al léxico que empleará, como cuando entra
Machado, "está en guerra" con sus en la disyuntiva de utilizar la palabra "choza" o
entrañas. La humanidad le parece "cabaña".
repugnante: "Tengo asco por todo Pero Linacero también relata sus sueños: por
[...] por la gente, la vida, los versos ejemplo, cuando soñó durante muchas noches
con cuello almidonado", y también que un caballo blanco saltaba encima de la cama.
afirma: "Todo en la vida es mierda Y sobre la verdad afirma: "Se dice que hay varias
y ahora estamos ciegos en la noche, maneras de mentir, pero la más repugnante es
atentos y sin comprender". decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma
Ciertamente, hay una función de los hechos". En la parte final de Para una
crítica en El pozo —que no se perderá tumba sin nombre (1959). Onetti pone en boca
en el resto de las narraciones de de uno de sus personajes: "Hubo una mujer que
Onetti—, pero está marcada por murió y enterramos, hubo un cabrón que murió
una visión parcial, profundamente y enterré". Todo lo demás es mentira, una simple
subjetiva, misantrópica, pesimista... representación surgida de la imaginación. En esta

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obra, se oculta esa "alma de los hechos" al final. Tal persona y de modo retrospectivo
vez por un hecho similar Linacero le otorgaba más intensifica y fortalece el relato, por
importancia a los sentimientos que a las personas. más intrascendentes que puedan
El desprecio de este personaje por algunos resultar algunos sucesos. El lector lee
acontecimientos, por la misma existencia, para introducirse en los "sótanos",
por personas como Ana María —a quien pues, como ya lo he destacado, el
inexplicablemente viola sin deseo— es justamente subjetivismoes un rasgo fundamental
el alma del relato, más que las anécdotas o los de la "literatura del subsuelo", e
sucesos en sí mismos. Se cumple, nueve años Incluye la soledad urbana. De hecho,
antes de la publicación de El túnel, lo que Sabato la posición de Sartre tnElseryla nada
califica como el "descenso al Yo", a los terrenos es subjetivista: cada quien hace surgir
más sombríos y contradictorios del Yo, y que el mundo desde sí mismo. La obsesión
Dostoievsky llevó al paroxismo al bautizarlos como sartreana por el otro, por la mirada, es
"subsuelo". Pozo, túnel, subsuelo, náusea, lobo también recurrente en esta literatura.
estepario, extranjero, hombre absurdo... son todos Incluso el llamado tiempo objetivo se
términos que se refieren a una realidad sicológica "subjetlvlza" y así se rompe el orden
semejante e inmersa en la soledad de la gran urbe y lógico de los acontecimientos. Es más
de la sociedad industrial. trascendente el tiempo interno, el
Sin duda, la postura de estos personajes que no se mide en minutos, sino en
—y en alguna medida puede ser que también de angustias o alegrías, esperanzas o
sus autores— es la del irracionalismo creador éxtasis.
posromántico. Ante la reflexión y la racionalidad Pero este subjetivismo
destaca el mundo tenebroso de la irracionalidad, suele ir acompañado de un
lo que Miguel Ángel Asturias —al referirse al narcisismo y un sentimiento
inconsciente— califica como "sótano". El sótano de de superioridad que rechaza
una edificaciónes la parte oculta que surge a través la exterioridad y anula toda
de nuestra faceta irracional: los sueños, instintos, comunión sana con el otro.
impulsos e incluso —otra expresión de Sabato— el Roquentin. en La
culto irracional a la Razón.
Porque la soledad urbana, nacida
delamodernidad,

incluye un profundo
subjetivismo y por la irracionalidad
creadora antes mencionada, en las reflexiones de
los personajes y en la estructura del texto se suele nausea,

renunciar al narrador omnisciente. Esto ocurre en afirma: "La gente que vive en sociedad
El pozo. La narración de un protagonista en primera ha aprendido a verse en los espejos

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tal como la ven sus amigos. Yo no
tengo amigos: ¿por eso mi carne es
tan desnuda?", mientras que Clamence
en La caída, de Camus, sostiene: "En
mí no admitía sino superioridades,
lo cual explicaba mi benevolencia
y serenidad", y también: "Siempre
me estimé más inteligente que todo

el mundo
[...], pero también más sensible y más se da "a través de un extremado individualismo, del
hábil". Eladio Linacero, en El pozo. aislamiento y la rebeldía contra el orden exterior
comenta: "No hay nadie que tenga del mundo"; este individuo "desarrolla un amor
el alma limpia, nadie ante quien sea por sí mismo enfermizo, que lo lleva a descubrir las
posible desnudarse sin vergüenza", y regiones subterráneas de su ser".
luego: "La poca gente que conozco es Sin ser tipos inalterables —ya que se trata de per
indigna de que el sol le toque la cara". sonajes con profundas dimensiones sicológicas—,
En Sobre héroes y tumbas (1963), Linacero y el resto de los seres pertenecientes a
de Sabato, Vidal Olmos declara: "No la misma contextualidad literaria son individuos
tengo ni nunca he tenido amigos. He urbanos e inteligentes, productos de la modernidad
sentido pasiones, naturalmente; pero y de la industrialización, con una conciencia de
jamás he sentido afecto por nadie, soledad y un amor enfermizo por sí mismos que
ni creo que nadie lo haya sentido conlleva un profundo subjetivismo heredero del
por mí". Por último, Malabre, en movimiento romántico. Esto los introduce a veces
Memorias del subdesarrollo (1965), de en el solipsismo. Desean rebelarse contra el mundo,
Edmundo Desnoes, asevera; "Lagente al que consideran absurdo, y contra la sociedad
me parece cada día más estúpida", y que les rodea. Por último, apelan al rescate del yo
"prefiero los objetos a las personas". y de todo lo vinculado a la parte irracional del ser
La liberación de este hombre, dice humano, a pesar de que no puedan escapar de su
Berdlaev tx\El espíritu deDostoicvsky. propia lógica ni de su visión de mundo.

Juan Antonio Rosado Zacarías Depozos, suííiielos, iiimhs v¡úneles: Oiieüi..,

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