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El Nombre Propio (II) - Otros Aspectos de La Oposición - Nombre Propio-Nombre Común - Clases de Nombres Propios
El Nombre Propio (II) - Otros Aspectos de La Oposición - Nombre Propio-Nombre Común - Clases de Nombres Propios
La idea de que el Sol es una estrella [..] fue adquiriendo cada vez más fuerza (Maza,
Astronomía). El mayor inconveniente de la generación eléctrica fotovoltáica estriba en que el sol hace
de día, pero consumimos mucha energía de noche (Bueno, M., Libro)
En uno y otro caso la expresión sol designa el mismo astro, por tanto un ser único, al igual
que lo es la luna en [...] mirando a la luna aulló dos, tres veces (Cano Gaviria, Abismo).
Como se ve, la convención ortográfica según la cual los nombres de galaxias, estrellas o
planetas se escriben con mayúsculas en los textos que traen de Astronomía (no
necesariamente en los demás) no implica que estos sustantivos dejen de designar seres
humanos cuando se usan en esos contextos. Recuérdese, por otro lado, que el Sol, la Luna,
o la Tierra son grupos nominales que designan de manera unívoca ciertos seres. Aun así, el
artículo que aparece en estas expresiones no está integrado léxicamente en ellas (en el
sentido explicado en el § 12.7j). A la pregunta ¿Cómo se llama este astro? podría
responderse: el Sol, pero también Sol. Estos sustantivos (con artículo o sin él) aparecen en
un paradigma del que forman parte otros planetas, satélites o galaxias: Ganímedes, Marte,
Orión, Pasiafe, Plutón, Saturno, Venus, etc., todos ellos nombres propios. Algunos términos
que podrían entrar en esta relación no son exactamente sustantivos, sino grupos nominales
de designación unívoca, como (la) Cruz del Sur, (la) Osa Mayor, (la) Vía Láctea, etc.
El camino no era fácil en la oscuridad, pues había muy poca luna y casi
siempre cubierta (Pérez-Reverte, Sol); Rechazaba tomar sol en el patio y no
acudía al salón de recreo (Chavarría, Rojo).
Se usa tomar sol en la mayor parte de los países americanos (también tomar mucho sol o
demasiado sol), pero se prefiere la variante con el artículo (Tomar el sol) en el español
europeo. En uno y otro caso, sol se emplea como nombre común. COmo los nombres no
contables se construyen también con artículo, es esperable que este aparezca en los
mismos contextos, como en la luz que despiden las velas o El sol mañanero entraba a
raudales dibujando figuras fantásticas a través del humo del fogón (Britton, Siglo).
12.8e Se utilizan como nombres comunes los sustantivos que designan marcas de
muy diversos productos: un Mercedes (en el sentido de ’un coche de la marca Mercedes’),
una Ducatti, un Rolex, una coca-cola, etc. Este proceso de conversión de nombres propios
en comunes se extiende a los que se refieren a premios (Recibió un óscar, un césar, dos
goyas), y muy especialmente a los que denotan obras de arte, sobre todo pictóricas,
identificadas por el nombre de su autor: ¿Quién viaja a Sidney, al otro lado del mundo, para
admirar un Rubens, un Rembrandt, un Velázquez o un Picasso? Nadie (Leguineche, Tierra).
Todos estos procesos se consideran formas de METONIMIA, puesto que comportan
recategorizaciones tales como ‘el nombre del autor por un ejemplar de su obra’; ‘el nombre
de una marca por uno de sus productos’, etc.
12.8f Se aplicó desde la antigüedad una variante del proceso metonímico que se
acaba de describir a los nombres propios de persona que designan ARQUETIPOS
HUMANOS. Se usan de forma general como nombres comunes los sustantivos que
aparecen en los grupos nominales siguientes:
Tanto en estos últimos casos como en los descritos en el apartado anterior suele
mantenerse en la conciencia lingüística de los hablantes el nombre propio que está en el
origen de tales expresiones. Aun así, el origen de estos sustantivos se pierde
progresivamente en la conciencia de muchos hablantes, que no reconocen a Méntor
(personaje de la Odisea, consejero de Telémaco) en Yo era su mentor principal y me sentía
orgulloso de él (Somoza, Caverna) o al noble romano Cayo Cilnio Mecenas en De poco le
sirvió dedicarse a ser madrina de poetas y artistas, inquieta mecenas de su tiempo de
miriñaques y recato (Belli, Mujer). De manera análoga, solo algunos hablantes reconocen
hoy la marca Kleenex en un clínex (‘pañuelo de papel’).
12.8g Tanto en el proceso que se acaba de describir como su contrario (por tanto,
<<nombre común > nombre propio>>) constituyen formas de ANTONOMASIA. En la
segunda variante se usa como nombre propio un grupo nominal definido que no necesita
ser restringido contextualmente para referirse a un solo individuo. Es lo que sucede cuando
se emplea el Ángel caído para designar a Satanás; la Divina por Greta Garbo; el Filósofo
por Aristóteles; el Liberador por Bolívar o San Martín (según los países); el Profeta por
Mahoma o la Voz por Frank Sinatra. Estas denominaciones son muy frecuentes en la
cultura católica, en la que el Apóstol designa con frecuencia a San Pablo (aunque también a
otros apóstoles en el culto particular de algunas regiones), el Maestro a Jesucristo, la Virgen
a María, etc.
12.8j Entre los antropónimos se suelen distinguir los NOMBRES DE PILA (Pablo,
Clara) y los APELLIDOS (García, Martínez). Muchos apellidos son a la vez NOMBRES
PATRONÍMICOS, es decir, derivados morfológicos de los nombre de pila (Fernández, de
Fernando; MArtínez de Martín: Pérez de Pero), ya que era habitual en la Edad Media que el
nombre propio de los hijos estuviera formado a partir del nombre de sus padres. Los
SOBRENOMBRES constituyen sustantivos o grupos nominales de valor identificativo, tanto
si constituyen apodos o motes (el Cojo, el Tuerto) como si se trata de SEUDÓNIMOS
(Azorín, el Brocense, Cantinflas) o de calificativos atribuidos a alguna personalidad (el
Magnánimo, el Sabio). Su posición sintáctica en las aposiciones se analizará en el §12.13.
Los seudónimos son nombres que emplean los autores para ocultar el propio: En 1970,
Perón admitió que había firmado algunos de sus artículos con el seudónimo Descartes
(Marínez, Perón). Los motes y apodos designan a los individuos a los que se refieren con
términos que revelan confianza o ironía, pero también con calificativos que pueden ser
hostiles o hirientes.
12.8k Los apodos son grupos nominales definidos constituidos muy a menudo por
un artículo determinado que inicie sobre un adjetivo calificativo (el Bizco, la Chata, el
Negro), o un sustantivo, sea en singular (la Beba, el Mono, el Rulo, el Tigre) o en plural (la
Ojos, la Pecas, el Piernas). esta última opción, con sustantivo plural, es algo más frecuente
en el español europeo que en el americano; las demás son comunes en todos los países.
Se apodaban “el Currinche”, “el Pecas”, “el Adobe” y “el Mustafá” (Luca
Tena, Renglones); [...] y aunque Ilabaca, el Guatón y Pereda, el
Incandescente, y el Negro y el Turco, y el Tigre Mundano, ya no estén para
acompañarlo a uno (Edwards, Anfitrión); Los personajes anónimos
descansan si fatiga hasta la próxima aventura. La vara de “La Cueva” (el
Zorro, el Zurdo, Pichón, el Pata ‘e Loro,el Fósforo) (Clarín 16/1/1979)
Beto por Roberto; Chabela o Chabeli por Isabel; Charo por Rosario; Chelo
por Consuelo; Chulo por Saúl; Lalo por Eduardo; Manola por Manuela;
Manolo por Manuel; Merche o Mercha por Mercedes; Nacho por Ignacio;
Suso por Jesús; Tavo por Octavio.