Está en la página 1de 14

Soros ya ganó las elecciones en Colombia: Petro

e Iván Duque están bajo sus garras


05/31/18, 09:30

(Redacción Bles) El debilitado ejercicio democrático de algunas naciones ha sido herido de muerte por
la ambición desmedida de quienes amasando fortunas que superan muchas veces los presupuestos
gubernamentales, pasan a apoderarse de las riquezas de los países.
Colombia se prepara para la elección de su próximo presidente y el botín del rico país bañado por los
dos océanos al parecer ya tiene “dueño”: se trata de George Soros, el magnate que financia desde hace
años al izquierdista Gustavo Petro y cuyos tentáculos aprisionan las instituciones del país a través de
varias organizaciones. Sin embargo, lo más increíble es que el multimillonario de origen húngaro
también se vincula con Iván Duque, el supuesto “refugio” de quienes ya conocen las andanzas de Petro
y su sangriento pasado.
¿Quién es George Soros?
George Soros, especulador judío húngaro-estadounidense, ha financiado a grupos de izquierda en todo
el mundo. En países americanos, y en Colombia en particular, ha creado una pantalla compuesta por
muchas ONG para alimentar sus ambiciones totalitaristas.
Con su fundación, Open Society Fundations, apoya y financia la legalización de las drogas, el aborto y
la ideología de género, entre otras polémicas iniciativas (la reciente legalización de la droga en
Uruguay se considera uno de sus últimos triunfos regionales). Sin ir más lejos, siguiendo el plan de la
élite internacional, hace aportes a la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia.
Dando voz a sus subvencionadas Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la oficina de
Washington para América, desacreditó al ejército colombiano y desvinculó a los guerrilleros del
narcotráfico.
Sus oscuras intenciones fueron apoyadas por Myles Frechette, embajador de Estados Unidos en
Colombia entre 1994 y 1997 (en representación del gobierno del demócrata Bill Clinton). Frechette, a
su vez, fue empleado de una de las organizaciones de Soros.
Cabe destacar que todo este plan fue orquestado hábilmente por los medios bajo el control del
especulador financiero, como el influyente The Washington Post.

José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch, organización financiada por Soros.
Investigaciones descritas por María Fernanda Cabal en su artículo “La influencia de Soros en
Colombia” incluyen bajo la órbita de la Fundación de Soros a las ONG´s Corporación Nuevo Arco Iris
y Paz y Reconciliación (ambas de León Valencia, exguerrillero del ELN), y a los portales Verdad
Abierta, La Silla Vacía y Colombia Check.
Alejandro Santos Rubino, director de la revista Semana, un influyente medio colombiano, es sobrino
del presidente Santos y fundador del portal “Verdad Abierta”, financiado por la Open Society de Soros,
tal como lo reseña el medio El Nodo en sus publicaciones.
También está involucrada DeJusticia, organización de Rodrigo Uprimny, quien diseñara el sistema de
justicia que garantizó la impunidad a los delitos de lesa humanidad perpetrados por las Farc.
George Soros y Juan Manuel Santos
A la lista se suman Cesed de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes y el Centro de
Estudios sobre Seguridad, de la misma universidad, que siguen la artera estrategia del magnate de
permear la intelectualidad del país con la fingida filantropía con que encubre sus intenciones de lucro
que tantos desastres han causado a otros países.
Como dijera Hilaire Belloc, “el control de la riqueza es el control de la vida humana misma” y esta
pareciera ser la máxima de Soros. El investigador William Engdahl dice que el multimillonario “ha sido
incorporado como ‘hombre de paja’ al conglomerado bancario anglo-francés de los Rothschild”, y estos
a su vez son parte de la sinarquía o grupo de personas dueñas del capital financiero que perversamente
controla la economía mundial.
Engahl delata a Soros exponiendo que “ha creado una personalidad con máscara de filántropo cuando
en realidad es responsable por el caos que provocó la terapia de shock en Europa oriental a partir de
1989”.
“Él ha forzado a los débiles gobiernos de esos países a adoptar medidas económicas tanto
descabelladas como draconianas, las que le han permitido comprar los recursos de extensas zonas de
Europa oriental a precio de huevo”, afirma.
Soros, Petro y las FARC
Es conocida la financiación que Gustavo Petro, candidato a la presidencia que salió en segundo lugar
en las elecciones presidenciales del pasado 27 de mayo, recibe desde hace mucho tiempo del grupo
económico Gilinski.
Jaime Gilinski, propietario del influyente conglomerado empresarial, compró el banco más grande de
Colombia para lo cual Soros le aportó 50 millones de dólares (además participaron otros banqueros
como Rothschild), lo que le permitió, a su vez, llegar a ser uno de los hombres más ricos del mundo,
según la revista Forbes. Posteriormente, en 1994, Soros compró el 9% de las acciones del mismo
banco.
Además de mantener cercanía con gobiernos polémicos de izquierda, como los de Ecuador y
Venezuela, la trayectoria de Petro incluye sucesos violentos y oscuros como guerrillero integrante del
grupo M-19, organizado por disidencias de las FARC, entre cuyos tristes recuerdos se hallan asesinatos
(como el del líder sindicalista José Raquel Mercado), el robo de más de 5.000 armas del ejército (que
luego fueron recuperadas) y la toma de la embajada de Republica Dominicana (de la cual salieron con
mucho dinero hacia Cuba, fruto de la negociación de las vidas de los embajadores allí secuestrados).

Gustavo Petro y Hugo Chávez en Boyacá, Colombia, 1994. Foto Colprensa.


Al movimiento M-19 también se le acusa de haber formado una alianza con el reconocido
narcotraficante Pablo Escobar, quien se libró de la extradición a Estados Unidos por el asalto de la
organización al Palacio de Justicia, el cual fue incendiado, perdiéndose todos los archivos sobre ese
proceso, y con gran pérdida de vidas humanas entre magistrados y otros civiles.
Algunos de los crímenes atroces de las FARC
Gustavo Petro reunido con la cúpula de las Farc en La Habana, Cuba, Enero de 2016.
La vida de Petro como guerrillero le une a las FARC, también favorecidas por el gobierno colombiano
ante la enorme presión e influencia de las organizaciones patrocinadas por Soros.
La siguiente es tan solo una minúscula muestra de los horrendos crímenes de las FARC, un desalmado
grupo guerrillero que generó terror en el pueblo colombiano por más de medio siglo y que se vinculó
tanto con Petro como con Soros.
En 1998, en un ataque en Caquetá, sesenta y cuatro soldados murieron (algunos rematados a machete),
diecinueve resultaron heridos y cuarenta y tres fueron secuestrados.
Toma de Mitú en 1998: Al final del cruento asalto, habían muerto cuarenta uniformados y once civiles,
además de decenas de heridos. Las FARC se llevaron secuestrados a treinta y ocho policías.
En Puerto Rico, Caquetá, en plenas negociaciones para buscar una salida política a la guerra, las FARC
asesinaron al senador Diego Turbay -presidente de la Comisión de Paz-, a su madre y a cinco
acompañantes más. La guerrilla le había asegurado que podía hacer campaña política sin peligro, por
eso viajaba tranquilo en un todoterreno por zona guerrillera.
Secuestro masivo en Neiva en 2001: 15 ciudadanos secuestrados, entre los que había tres adolescentes.
Diferentes escenas de los campos de secuestrados de las FARC.
Masacre de Bojayá (Chocó), 2 de mayo de 2002: Ciento diecinueve personas de todas las edades
perdieron la vida.
Coche-bomba en el Club El Nogal de Bogotá, 7 de febrero de 2003: El atentado dejó treinta y seis
personas muertas y más de doscientas heridas, algunas de gravedad.
Masacre de los diputados del Valle del Cauca, 18 de junio de 2007: 12 diputados regionales
acribillados.
Chiva-bomba en Toribio (Cauca), 9 de julio de 2011: mataron a cuatro personas, hirieron a un centenar,
dejaron en ruinas ochenta casas y otras trescientas sufrieron daños.
Viven en Venezuela, matan en Colombia: En Maicao (La Guajira), el 21 de mayo de 2012, un
contingente guerrillero atacó a una patrulla, mató a doce soldados e hirió a cuatro. Consumado el
crimen, cruzaron la frontera.
Toma de poblaciones. Las FARC tienen una larga historia de asaltos a pueblos con bombardeos
indiscriminados y ataques de fusil. El resultado (aparte de víctimas fatales): campesinos sin hogar,
desplazamientos, miseria y desesperanza. La lista es interminable: Granada, Florida, Caicedo,
Sabanalarga, Miraflores, Puerto Rico, El Mango, Paujil, Argelia, Toribío, Cartagena del Chairá,
Algeciras, Vegalarga, Colombia, Miranda, Jambaló.
Despúes del ataque de las FARC a la étnia atwa en Nariño. Foto El Colombiano.
Desplazamiento: es incalculable (millones y millones) el número de colombianos de toda condición
social que debieron abandonar sus hogares, sus tierras, sus negocios y sus ciudades, amenazados por las
FARC.
Reclutamiento de menores de edad: las FARC han reclutado, y siguen haciéndolo, miles de menores de
edad. Son las niñas las que llevan la peor parte porque las utilizan, como a los varones, de carne de
cañón, pero, además, como esclavas sexuales de comandantes y tropa. Si se quedan embarazadas, están
obligadas a abortar.
En resumen: asesinatos de rehenes, secuestros innumerables, narcotráfico y cuantioso saqueo de los
recursos naturales, durante los cerca de 70 infernales años de inhumana destrucción.
Bomba de las FARC en Granada, diciembre de 2000, 11 muertos y 14 heridos.
Soros y su relación con las FARC
Desde los años noventa George Soros ha promovido la legitimación de los grupos narcoterroristas
como las FARC, financiando una red de ONG que, actuando como instrumentos suyos, han debilitado
el Estado, bloqueado la erradicación de cultivos ilícitos e incentivado la legalización de las drogas, al
decir de Lía Fowler, periodista estadounidense y ex agente especial de la CIA en su artículo “Tras
décadas de apoyo encubierto al terrorismo, Soros se quita la máscara en Colombia”, publicado en
Periodismo sin fronteras.
Entre las organizaciones internacionales involucradas en este macabro plan están Human Rights Watch,
el Consejo Asesor para las Américas, Amnistía Internacional, la Oficina de Washington para la América
Latina y las brigadas Internacionales de Paz, todas ellas subvencionadas con sus millones de dólares
además de una pléyade de organismos similares de orden nacional relacionados más adelante.
Esta inverosímil gesta fue debidamente promovida en el ámbito internacional por The Washington Post,
siendo crucial la intervención de Len Downie, editor ejecutivo del mismo entre 1991 y 2008,
posteriormente vicepresidente y miembro del Centro de Información Investigativa, quien recibió más
de un millón de dólares de la Open Society de Soros.
El Expresidente Barack Obama y George Soros.
Por su parte Ana Carrigan, escritora de Open Democracy, financiada por Open Society, ha cubierto con
orientación pro-terrorista el conflicto en Colombia durante años, siendo Rex A. Hudson quien ha
desenmascarado las falacias de Carrigan.
Bernand Aronson, ex funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, también promovió
falacias que ratificaran los propósitos de Soros, llegando incluso a proponer a las FARC y al ELN, en
1998, como ayudas para la erradicación de los cultivos de coca a cambio de apoyo norteamericano y
una cuota de poder en Colombia.
Aronson es miembro del Think Tank Diálogo Interamericano, financiado por Soros a través de la
Fundación Avina, y vio concretada su propuesta de 1998 en el año 2015, cuando fue enviado especial
del presidente Obama.
En 1998 Soros influyó ante el Departamento de Estado para que nombraran a Harold Koh como
Secretario de Estado adjunto para la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo, habiendo sido
miembro del consejo de administración de Human Rights Watch. Los informes emitidos por el
Departamento de Estado fueron en esa época “el principal mecanismo de la campaña de difamación
contra los militares colombianos“, destaca Fowler.
Es por esto por lo que ahora, en la etapa posconflicto, muchos analistas -entre ellos Ricardo Puentes
Melo– creen que Soros hará negocios multimillonarios con las FARC, como beneficio por haber sido el
principal promotor de los Acuerdos de La Habana.
‘Pepe’ Mujica y George Soros lograron la legalización de la marihuana en Uruguay.
¿Cuál es el plan de Soros para Colombia?
Destruir los Estados- Nación apoyando movimientos independentistas y de izquierda ocupa uno de los
primeros lugares en la agenda de este maquiavélico personaje. De hecho, ha ejercido todo su poder para
desestabilizar al actual gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, entre otras oscuras
acciones propinadas a varios países. En este marco, también patrocina la campaña independentista de
Cataluña en España.
Obviamente Soros no actúa solo, es apenas uno de ‘los hombres de paja’ de la élite internacional
liderada por los grandes banqueros -como los Rockefeller y los Rothschild-. De esta forma contribuye a
la plasmación del pernicioso plan totalitario de dominación mundial que se reservan para sí en el
laboriosamente urdido Nuevo Orden Mundial que tanto preocupa.
Fowler, en su mencionado artículo, abunda en detalles sobre las estratagemas del especulador, que
desde los años 90 busca con ansia apoderarse del país sudamericano, y no al estilo de los antiguos
señores feudales, sino utilizando sus refinadas y exitosas técnicas financieras, para la ruina de sus
víctimas.
George Soros, promotor de la legalización de las drogas.
George Soros, promotor de la legalización de las drogas
Desde hace décadas el objetivo de Soros es propiciar las actividades de las FARC y el ELN,
reconocidas como el principal cartel de cocaína del mundo, desacreditando al ejército a través de la
Human Rights Watch (organización fundada por él) y cabildeando ante el gobierno estadounidense para
lograr el nombramiento de los personajes a su servicio, quienes tienen la misión de potenciar los
mismos objetivos desde esas esferas de influencia.
A través de sus maquinaciones en Washington logró destruir la Brigada XX de Inteligencia, con base en
informaciones infundadas, aparentemente proporcionadas por la Comisión Colombiana de Juristas
(CCJ), la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP), el Centro de Investigación y Educación
Popular (CINEP) y la Corporación Colectiva de Abogados José Alvear Restrepo (CCAJAR), todas
financiadas por Soros, con resultados aterradores según la Universidad Militar Nueva Granada, que
estima que los terroristas se incrementaron sustancialmente tras la desaparición de la unidad central de
inteligencia.
Fowler destaca que Soros intrigó hasta que logró la renuncia del General Harold Bedoya, y luego lo
desacreditó aplicando el poderío de su maquinaria organizacional, dentro y fuera del país, siendo de la
misma una pieza efectiva Iván Duque, quien publicó en El Tiempo un artículo en su contra.
Soros impulsó denodamente los “acuerdos de paz” gracias a los vínculos con Santos, a la intensa
campaña propagandística tanto en el interior de Colombia como en el exterior y al cabildeo con Obama
(quien nombró a personajes claves para apoyar las negociaciones). Todo este culebrón fue finalmente
adornado con las tristes fotos de los verificadores de la Naciones Unidas bailando con las niñas de las
FARC, cuya sola presencia ya era un crimen de guerra.
Los verificadores de la ONU, con chalecos azules, bailando con las guerrilleras en La Guajira en
diciembre de 2017.
Como no podía ser de otra forma, la cobertura periodística de estas negociaciones fue liderada por The
Washington Post, con abundancia de artículos del parcial Nick Miroff, yerno de Manuel Piñero, oficial
de la inteligencia cubana, encargado de organizar y apoyar a las guerrillas de América (su esposa
Camila Piñero trabaja para el Estado cubano en La Habana).
¿El ideario de Iván Duque es opuesto al del uribismo?
Como quiera que sea, el uribismo, frente a la ideología de Iván Duque, se encuentra en el más absoluto
limbo. No solo ha tenido que luchar con todas sus fuerzas para mantener su ideario con vida a lo largo
de los 8 penosos años que le deparó la separación de Juan Manuel Santos, sino que ahora su estandarte,
enarbolado por Iván Duque, se tambalea ante los compromisos con Soros, que se barruntan desde hace
muchos años.
Iván Duque está claramente vinculado con el magnate desde que obtuvo una beca del National
Democratic Institute, organismo financiado por el especulador. Posteriormente exaltó públicamente los
postulados de Soros y su modelo de sociedad. Luego, junto a Felipe Buitrago, publicó “Economía
Naranja”, escrito con conceptos económicos que el consultor promovió en un seminario en Salzburgo
patrocinado por el financista.
Para no ir más lejos, se rumorea que su candidata a la vicepresidencia, Martha Lucía Ramírez, también
se ha beneficiado de jugosos contratos con las ONG de Soros.
Por otra parte, los adalides del Centro Democrático- partido del expresidente Álvaro Uribe-, Oscar Iván
Zuluaga, Luis Alfredo Ramos y Fernando Londoño Hoyos, que no apoyan a Iván Duque, María
Fernanda Cabal y Rafael Nieto Loaiza, han sido contrarios a la legalización de la unión homosexual, la
adopción por parte de parejas del mismo sexo, el aborto y la ideología de género, en tanto que Iván
Duque en 2012 felicitaba a Obama por apoyar el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Iván
Duque promoviendo legalización de uniones homosexuales.
¿Más de lo mismo?
A poco más de dos semanas, todo parece indicar que estamos a punto de atestiguar la tragedia que el
próximo 17 de junio hará de Colombia otra satrapía más del avezado instrumento de la sinarquía,
puesto que –a juzgar por los hechos- los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta tienen
deudas económicas e ideológicas que cumplir con Soros.
En este sentido, el periodista Eduardo Mackenzie en su artículo “¿El uribismo es compatible con la
doctrina Soros?” anota la marcada inclinación de Iván Duque hacia el santismo, y su redefinición de la
orientación del Centro Democrático como un “partido de centro” que “puede atraer a otros ciudadanos
a respaldar el liderazgo que ejerce el candidato”.
En el caso de Duque, los cambios de pensamiento también son parte del ejercicio de la libertad
individual, no obstante tampoco se puede afirmar que se haya apartado de la influencia de Soros porque
hasta el momento el senador ha brillado por su ausencia al ser requerido para despejar la incertidumbre,
puesto que –por ejemplo- Lía Fowler le escribió a él y al jefe del Centro Democrático, su partido,
dándole la oportunidad de expresarse al respecto, pero no obtuvo respuesta.
Los senadores Álvaro Uribe, Iván Duque y José Obdulio Gaviria, entre otros, apologistas de la Ley
Naranja, teoría económica de Soros. Foto de www.ivanduque.com.
Más lejos aún va el periodista Ricardo Puentes Melo al decir que “el candidato ideal de Santos y las
FARC se llama Iván Duque, discípulo de Santos, marxista, alfil de George Soros, propagandista de la
ideología de género y la legalización de la droga, y furibundo publicista de la Tercera Vía, la ideología
del socialismo del Siglo XXI”.
Entre tanto es claro que el único ganador a ciencia cierta es el implacable George Soros, que
astutamente ha invertido durante décadas en la pródiga Colombia, para desgracia de esta, y que se
alzará con su gran porción de torta bien sea que gane como presidente de la república el izquierdista
Gustavo Petro o el derechista Iván Duque, para presentarla como trofeo a sus insaciables amos de la
Élite como un pequeño aporte a su desastroso Nuevo Orden Mundial.
¿Estará al tanto “el patriarca” del rumbo que siguen sus “huevitos”? ¿Será que todo su capital pasará a
manos de Soros? ¿Será que hay una insospechada sociedad entre los dos? ¿Será él también el típico
‘hombre de paja’ de los Rothschild? Amanecerá y veremos.

También podría gustarte