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LA FILOSOFIA DE LA MATEMATICA

STEPHAtI KORNER

Asi como la filosofia del derecho no legisla, ni


la filosofia de la ciencia propone o verifica hi-
potesis cientificas, la filosofia de la matemática
no aumenta el nOmero de los teoremas y teo-
rias matemáticas, sino que, como toda otra,
reflexiona sobre ella. Matemática y filosofia Se
han influido desde sus comienzos. La matemá-
tica es lo que los matemáticos hacen, la filoso-
fia de Ia matemática tiene sus cimientos en lo
que algunos de los mateméticos elaboran y,
tal como es expuesta por Stephan Körner, in-
forma sobre estas actividades con la mesura
debida, que no siempre los filOsofos guardan
o han guardado. Uno de los primeros proble-
mas filosoficos —y de los más controvertidos-
es Ia precisiOn y extratemporalidad de las ver-
dades matemáticas en contraste con el flujo
continuo de las impresiones de los sentidos y
su relatividad. El autor revisa, pues —desde
PIatOn y AristOteles, Leibniz, Kant hasta Frege,
Russell, Wittgenstein y la fIlosofia neopositivis-
ta—, el desarrollo del pensamiento matemético,
que noes sOlo una especializaciOn, sino que es
una actividad corriente del vivir y que se mani-
fiesta en su forma 16gica. Stephan Kbrner es
profesor de Filosofia de la Universidad de Bris-
tol, ha publicado varios libros de filosofia, entre
ellos uno sobre Kant. Desde 1961 es presiden-
te de Ia Sociedad Británica de FilOsofos de Ia
Ciencia.

siglo
vet ntiuno
editores
sa
INTRODUCCION A LA
FILOSOFIA DE
LA MATEMATICA

IL •j
por
STEPHAN KORNER

traducción de
CARLOS GERHARD

MEXICO
ARGENTINA
ES P AFA
Prirnera cdiciOn en espaflol, t967
© StGLO XXI EDITORES, S. A.
Gabriel Mancera 6 - M&ico 12. D. F.
INDICE
Prirnen edición en ingtés, ig6o
© Stephan Korner
Hutchinson & Co. (Publishers) Ltd.
Titulo original: The Philosophy of Mathematics

DERECHOS RESERVADOS Co NFORME A LA LET


PREPACZO I
Impreso y hecho en M&ico
Printed and made in Mexico
INTRODUCCIÔN 4

CAPITULO PRIMERO: ALGUNAS OPINJONES ANTERIORtS 9


1. El punto de vista de Platón 10
2. Algunos puntos de vista de Aristóteles 15
3. La filosofia de la matemátjca en Leibniz 20
4. Kant: algunas de sus ideas 26

CAPITULO SEGUNDO: LA MATEMATICA COMO LÔGICA: EX-


P0SICI6N 34
1. El programa 35
2. La logica de ]as funciones 43
3. Dc la lógica de las dases 49
4. Dc la logica de la cuantificación 54
5. De los sistemas logicistas 57

CAPITULO TERCER0: LA MATEMATICA COMa LÔGICA:


CRITICS. 61
1. La explicacion logicista de la matemática 64
2. La fusión bogicista de los conceptos empiri-
cos y no empiricos 911
3. La teorla logicista de la infinitud mate-
mática 74
4. La cxplicadón logicista de la geometri a 80

CAPITULO CUARTO: Li. MATEMATICA CoMo CIENCIA DE


LOS SISTEMAS FORMALES: EXPOSICIÔN 87
1. El programa 90
[v]
A-1 INDICE INIMCE AM
2. Métodos finitos y totalidades infinitas 94 3. Proposiciones matcmaiicas de existencia 222
3. Sistemas formales y formalizaciones 104 4. La naturaleza de la matemática aplicada 228
Términos, i io; Proposiciones clementales, i 5. Matematica y filosofia 236
Teoremas elementaics, iii; Algunos resultados
de la matcmática, 113 APtNDICE A: BE LA TEORIA CLASICA BE LOS NOMEROS
REALES 242
CAPITULO QUINTO: LA MATEMATIcA COMO CIENCIA DE
1. La reconstrucción de Dedekind 243
Los SISTEMAS FORMALES: CRITICA 122 2. La reconstrucción de los nümeros reales por
11 La explicación formalista de In matemática Cantor 246
pura 126
2. La explicaci6n formalista de la mateinática APENDICE B: ALGUNAS SUGERENCIA5 DE LECrURAS ULTE-
aplicada 133 RIORES 248
3. El concepto de la infinitud real 139
4. La concepción formalista de la logica 145

CAPITULO SEXTO: LA MA1'EMATICA COMO LA AcTIVIDAD


DE CONSTRUCCIONES INTUITIVAS: EXP0SICIÔN 151
I. El programa 154
2. La matemática intuicionista 159
3. La iOgica intuicionista 167

CAPITULO 5EPT1M0: LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD DE


LAS CONSTRUCCIONES INTUITIVAS: CR1TICA 172
I. Los teoremas matemáticos como informes de
construcciones intuitivas 172
2. El intuicionismo y la condición logica de Ia
matemática aplicada 181
3. La concepciOn intuicionista del infinito ma-
temático 187
4. Interrelaciones entre ci fornialismo y el in.
tuicionismo 192

CAPITULO OCTAVO: LA NATURALEZA BE LA MATEMATICA


PUPA Y LA APLICADA 201
1. Conceptos exactos e inexactos 205
2. La matemática pura desconectada de la per-
cepciOn 218
Del mismo modo quc todo ci inundo ha de apren-
der el lenguaje y Ia escritura antes de poder ser-
virse libremente de elios pan la exprcsión de sus
sentimientos, aqui sOlo hay una manera de eludir
ci peso de las formulas. Y ésta consiste en adqui-
Hr tal dominio del instrumento... que, sin traba
alguna de Ia técnica formal, podamos encararnos
a los verdaderos problemas...

LWRMANN WEYL, Raurn, Zeit, Ma teric, § iS


PREFACIO

Este ensayo no pretende ser urn introducciOn a Ia lOgica


matemática o a los fundamentos de la matemática, si bien
los estudios y los resultados matemáticos le interesan. Alif
donde se trata de éstos, he tratado de explicarlos breve y
claramente, pero esforzándome siempre por evitar, en 10
posible, los tecnicismos.
Dc las cuestiones que caen en el dominio de la filosofla
de la matemática he concentrado principalmente mi aten-
ción en: 1] la relación entre las tesis filosóficas y la cons-
trucciOn o la reconstrucción de las teorias matemáticas, y
2] la relacion entre la matematica pura y la aplicada. Los
capitulos x, it, iv y vi están dedicados a diversos puntos
de vista que o son historicamente importantes o amplia-
mente compartidos en la actualidad. Los capitulos in, v y
VII, pot su parte, son de critica y conducen, en ci capitu-
lo viii, a Ia proposición de una nueva posición filosófica.
Me complazco en dar las gracias a varies de mis ami-
gos y colegas de la Universidad de Bristol por sus valiosos
comentarios y criticas. Mi obligación principal es con J.
C. Sheperdson, quien leyó la redacción definitiva del tex-
to entero con gran atencion y me evitó muchas impreci-
siones, asi como, cuando menos, un grave error. El pro-
fesor H. Heilbronn leyo el ültimo capftulo desde ci punto
de vista de la matemática pun y el Dr. D. Bohm desde
el de la fisica teórica. Por supuesto, no corresponde a
estos colegas responsabilidad alguna por mis puntos de vis-
ta ni por cualesquiera errores que otros puedan encontrar.
El profesor J. W. Scott tuvo la amabilidad de leer la
copia a máquina y de sugerir muchas mejoras de estilo
Finalmente, quiero dar las gracias al profesor H. J.
Pawn, por la amabilidad y la comprensión de que me hizo
objeto durante la redacción del libro y, Jo que es mãs, por
animarme a escribirlo.

[3'
INTRODUCCION
JNTItODUCCION
5
e independientemente de cualquier preparacicin especial,
en tanto que otros sOlo surgen tardfamente, en una espe-
cie de arduo viaje, por asf decir, a través de alguna disci-
plina ajena a la fibosofia.
Entre las cuestiones filosOfico-matematucas familiaj-es a
Del mismo modo que la filosofla del derecho no legisla, todo el mundo hay algunas que surgen del reflexionar
ni la de la ciencia propone o verifica hipotesis cient1fic, sobre enunciados como los siguientes (los tres primeros
asi hemos de percatarnos tambien desde el principio de que pertenecen a la matemática pura, y los otros a la apli-
la filosofia de la matematica no aumenta en modo algu- cada)
no el nümero de los teoremas y teorIas matematicas No
es la matematica Si es reflexion sobre ésta, to que da In- 11 1 + 1 = 2;
gar a sus propias cuestiones y respuestas. Sin embargo, pese 2] Todo triángulo (euclidiano) equiángulo es at propio
a la distincion, la conexicin entre las dos materias ha de ser tiempo equilátero;
estrecha. En efecto, no cabe reflexionar con fruto sobre 3] Si un objeto pertenece a una clase de objetos, diga-
una materia en Ia que no estamos versados, y la reflexj6n mos a, y si a está. incluida en otra clase de objetos, di-
sobre to que estamos haciendo podra set provediosa vol- gamos b, entonces el objeto en cuestiOn pertenece tam-
viendo más eficaz nuestro hacer. bién a b;
A to largo de toda su historia, Ia matematica y Ia fib- -/] Una manzana y una manzana hacen dos manzanas;
sofia se ban influido reciprocamente El contraste maW- 51 Si los ángulos de un pedazo triangular de papel son
fiesto entre el flujo indefinido de las impresiones de los iguales, sus lados son también iguales;
sentidos y las verdades precisas y extratemporales de la ma- 6] Si este animal pertenece a la clase de los gatos
y Si esta
temática ha constituido una de las primeras perplejidades clase esta incluida en los vertebrados, entonces este ani-
y uno de los primeros problemas no solo de la filosofla de mal pertenece también a la clase de los vertebrados.
la matematica, sino de Ia filosoff a en general; at paso que,
por otra pane, las exposiciones filoscificas de la matemá Al examinar tales enunciados, nos planteamos naturalmen,
tica en su relacion con las ciencias empIricas y Ia IOgica te preguntas por el estilo de éstas: ,Por qué parecen ser
han sugerido problemas mantematicos y ban conducido in- necesaria, evidente o indudablemente verdad? Son ver-
clusive a nuevas ramas de la matematica misma, como son dad, de este modo peculiar, porque se afirman acerca de
las geometrias no euclidianas y las algebras abstractas de la objetos de alguna clase especial —digamos, de nümeros, for-
Idgica matematica. mas o clases?, ,!o porque se afirman acerca de objetos en
Toda vez que el pensamiento matematico no es sola- general, o "como tales objetos"?, ,o bien son verdad, de
mente una ocupacicin altamente especializada, sino que for- este modo peculiar, porque no se afirman de objeto alguno
ma pane también de Ia actividad corriente del vivh-, los en absoluto? Débese su verdad at método particular con
problemas de Ia filosofia de la matematica versaran igual- cuyo auxilio se fonnulan 0 se verifican —por ejemplo, un
mente sobre to familiar en general y sobre temas técni- acto inmediato e incorregible de intuiciOn o comprersiOn?
Cos. Esto no es en modo alguno peculiar de dicha fibs0- Cuál es la relaciOn entre cada uno de los tres enunciados
fia: una divisiOn de esta fndole se encuentra tambien pot de matemática pura y su enunciado correspondiente de
doquier etc la filosoffa. En efecto, algunos de sus proble- nuttemática aplicada?
mas, tal vez los más importantes, se nos plantean a diarlo i La reflexion pasa gradual e inevitablemente de cues-
tiones matcmáticas más familiares a otras menos familia-
[4]
res y más técnicas. Asi, pot ejemplo, cualquier intento de
6 INTRODUCC16N !NTRODUCCION '1

responder a preguntas sobre "1 + 1 = 2" nos obligara a de nuestros objetos de estudio por Piatón, AristOteles, Lei-
colocar este enunciado en el contexto del sistema de los bniz y Kant. La razón de esto no es en modo alguno la
nümeros naturales y tal vez, si es posible, de sistemas nu- de proporcionar una perspectiva histOrica, siquiera incom-
méricos más amplios todavia. Y las pruntas que hemos pleta, sino que es ci caso que estos fi!osofos expresaron
planteado acerca del enunciado aparentemente aislado se a menudo en forma precisa y simple ideas que ban cons.
extenderán inmediatamente al sistema a a los sistemas a tituido principios orientadores de las escuelas modernas de
los que pertenece. Y en forma análoga nos veremos obli- la filosofia de la matemática desde los tiempos de Boole
gados a investigar ci sistema o los sistemas puros de la y Frege, y parece natural, pues, que partamos de ellas.
geometria y del algebra de clases, asI como la estructura Los capitulos restantes se dedicarán a un examen cr1-
de la aritmética, la geometria y ci algebra de clases apli- tico de la escuela logistica, cuyas raices se remontan cuan-
cados. Jnvestigación que planteará a su vez Ia cuestión de do menos a Leibniz; de la escuela formalista, algunas de
la estructura y la .función de las teorias matemáticas pu- cuyas ideas principales se encuentran en Piatón y Kant, y
ras y aplicadas en general. de la escuela intuicionista, que deriva tarnbidn de estos
Por supuesto, las plenas consecuencias de la respuesta dos fiiósofos.
del filOsofo a esta ültima cuestión central se harán más Parecerá sin duda indicado que el autor tie un libro
claras considerando la manera en que trata problemas introductorio tenga ideas propias a propOsito del tema y
más especificos y, en particular, los controvertidos. Uno que, teniéndolas, halle espacio para su exposiciOn. Ha-
de dstos —y uno de los mds importantes— se refiere al aná- ciendolo asi, en efecto, pondrá a sus alumnos cuando me-
lisis propio de la nociOn de infinito. Este problema surge nos en condiciones de mirar en la dirección debida, al
en una etapa •temprana de la reflexión sobre las posibili. acecho de incomprensiones e interpretaciones erréneas pa-
dades al parecer ilirnitaclas de proseguir la serie de los sibles. Par consiguiente, terminaré el libro con la exposi-
nümeros naturales y de subdividir Ia distancia entre dos ción de algunos de mis puntos de vista propios.
puntos. Y vuelve a aparecer en todas las etapas ulterio- Toda vez que la filosofla de la matemática se ocupa
res y más sutiles del filosofar acerca de las cantidades no principalmente de la exposición de Ia estructura y la fun.
concretas y continuas. Si en la historia de la matemática ción de las teorias matemáticas, podrá parecer acaso que
puede destacarse una nueva época, en ocasiones, por una aquélla sea inclependiente de cualesquiera supuestos Cs.
nueva concepciOn de las cantidades y los conjuntos infi- peculativos o metafisicos. Sin embargo, cabe dudar, con
nitos, esto es más cierto tociavIa de la historia de la filo- todo, si semejailte autonomia es posible siquiera en prin-
sofia de la matemática. cipio; Si no se halla ya restringida por la mera elección
Estamos ahora en condiciones de indicar a titulo pre- de tin aparato o una terminologla especiales para tratar
liminar los objetos de nuestro presente estudio. Son és- los problemas del tema a, de hecho, por ci tipo mismo del
probiema que se considera coma importante. Y efectiva-
tos: primero, la estructura y función generales de las propo-
mcnte, todas las fiiosofias tic la matemática propuestas has-
siciones y teorlas que pertenecen a la matemática pura; en
La ci presente, y ciertamelite las que se examinarán aqu 1, a
segundo lugar, la estructura y función generales de las
se han desarroilado cii ci marco tie algCin sistema [iiosO[ico
proposiciones y teorias pertenecientes a [a matemática apli-
tnIs vasto a han estado penetradas del cspiri tu tic alguna
cada y, en tercer lugar, las cuestiones acerca del papel de
la noción de infinito en los diversos sistemas en los que IYelianschauung no formulada.
Semejantes supuestos filosóficos generaies dcstacan de
aparece.
la mancra màs clara cuando ci expositor de una filosofia
El procedimiento que habrá de adoptarse dependerá en
de la rnatemática no se limita a liamar Ia atención sobre
gran parte de las exigencias de una introducción. Empe-
las caracteristicas que algunas teorias matemáticas poseen
zaré esbozando los puntos de vista sustentados a proposito
INTRoDUccN CAPIT(JLO PIUMLRO
efectivamente .sino que sostiene pie todas las teorias ma-
temátjcas deberfan poseerlas o alit- ALGUNAS OPINIONES ANTER.JORES
ma, Jo que viene a ser
Jo mismo, que todas las "buenas" teorias o "realmente in-
teligibles" las poseen en verdad. La ihfluencja general de
las convjcj3 metafIsicas, al Prescribir;por ejemplo, más
que describjr Ia forma de un sistema numeric0, se pone
agudamente de manifiesto en controversias acerca del ca-
ráUer adnjjsibe o deseable, en sernejante sistema, de Ia
nocion de agregados realmente infinitos, en cuanto opues. Existe casi general unanimidad en que en Ia segunda mi-
tos a agregados sOlo potencialmente infinitos Conlundir tad del siglo xix se inicio una nueva era en Ia filosofia
Ia descripcion y el programa —conlundir el "es" con el de Ia matemática gracias a Ia labor de los Boole, Frege,
'tendria que set" o "deberIaer"—, esto es tan perniclo. Peirce y algunos otros filOsofos de espiritu matemático y
so en Ia filosoffa de Ia matematica como en otra materia matemáticos de espiritu filoséfico. El periodo que con ellos
cualquiera. empieza tiene como caracteristica más eminente ci reco-
nocimiento de Ia estrecha relaciOn entre los dos campos
de Ia matemática y Ia lógica, los wales, en forma asaz
curiosa, se hablan desarrollado hasta alli completarnente
par separado. La necesidad de unas relaciones más estre-
chas Ia percibieron primero los matemáticos, en conexión,
especialmente, con Ia teoria de los conjuntos. En efecto, In
existencia, en ésta, de contradicciones cuyo origen no era
claro les parecia exigir un aI)álisis lOgico, tarea, sin em-
bargo, para Ia cual Ia Iógica tradicional no era adecuada,
pues era demasiado èstrecha en su alcance e insuficiente-
mente rigurosa en sus métodos. Hahia que desarrollar
nuevos sistemas de lOgica que estuvieran libres de aqueflos
defectos: que abarcaran los tipos del razonamiento deduc-
tivo y de la manipulaciOn formal empleados en matemáti-
Ca, y que su precision fuera Ia de los sistemas del algebra
abstracta. Dc hecho, Ia nueva era está dominada por los
intentos de aclarar Ia matemática por rnedio de In Iogica,
de aclarar Ia lOgica par medio de Ia matemática, y (IC lie-
gar en esta forma a una concepción adecuada de Ia relaciOn
cnn-c las dos disciplinas, St CS que en realidad SOIl (los y
no una sola.
La abundancia de nuevas ideas, iiucvas teruninologlas
y nuevos simbolismos que acompaflO a las iluevas formas
de considerar a Ia matemática y Ia lOgica no debe ocultar-
nos los elementos de continuidad cnn-c In filosofia de Ia
matemática prefregiana y Ia posfregiana. Los cambios re-
[9'
10 ALGUNAS OPINIONES ANTERIORES ii
EL PUNTO DE VISTA DE PLATON
volucionarios afectaron los instrumentos del análisis lOgico dejarse describir con cierto grado de precisiOn, etc. Toctos
en mayor grado de lo que constitula su propOsito. Seria estos requisites, especialmente ci de la permanencia son
totalmente erroneo sostener que los probiemas filosóficos susceptibles de gradaciOn y rigen, en esta forma, ci empleo
acerca de la estructura y funciOn de los sistemas de la ma- del término relativo "más real que". PlatOn es canducido
temática Pura y la aplicada, asi coma las diversas actitudes asi a concebir la realidad absoluta y las entidades absolu-
fundamentales frente a dichos problemas, habian cambia- tamente reales coma lIrnites ideales de sus corresponden-
do al grado de no reconocerlos. cias meramente relativas. Las entidades a bsolutamente
reales —las Formas o Ideas— se conciben coma indepen-
1] EL FUNTO DR VISTA DR PLATON dientes de la percepciOn como susceptibles de una defi-
niciOn absolutamente precisa y coma absolutamente perma-
Para PlatO.n una tarea intelectual importante, tal Vez la nentes, esto es, como extratemporales o eternas.
más importante del hombre, consistia en distinguir la apa- G. C. Field, una de los autores que más penetra y con-
riencia de la realidad. Es una tarea que se requiere no genia con el sistema de Platen, insiste mucho en la natu-
solo del filOsofo o ci cientifico contemplativos, sino tam- ralidad de la transiciOn de los conceptos y criterios rela-
bién, en mayor grado todavia, del hombre de acciOn y, en tivos tie la realidad a los absolutos.1 Esta manera de ver
particular, del administracior a ci gobernante, que ban no solo brincla una exphcaciOn posible de cOma PlatOn
de orientarse en ci mundo de la apariencia y ban de saber se via conducido a hi teorla de las Formas, sino que it-
lo que ocurre, lo que puede bacerse y lo que deberia ha- presenta su punto de vista central: las Formas compren-
cersc. Para conseguir un orden, teOrico o práctico, en ci den no sOlo los modelos ideales de los objetos fisicos, sino
mundo de las apariencias, que está en cambio constante, tanibjén las situaciones ideales hacia las cuales el hombre
hcmos de conocer Ia realidad, que nunca cambia. Sola- debe esfarzarse per liegar. En el presente estudio, sin
mente en la medida en que Ia hagamos podremos corn- embargo, sOlo debemos ocuparnos de los primeros y, aun
prender y dominar ci mundo de la apariencia que nos tie éstos, sOlo en la medida en que se relacionan con la
rodea. libosofia de la matemática de PlatOn.
Descender de este elevado y basta aqui árido piano de €Qué entidades, necesitamos preguntar, son conformes
la generahdad filosOfica a la filosofia de la matemática a los criterios de Ia realidad absoluta? No, sin duda, los
Pura y aplicada de PlatOn —y de becho también a su fib- objetos que integran ci universo fisico, coma las mesas,
sofia de la ciencia y la politica—, presupone que puede las plantas, los animales a los cuerpos humanos. Sin em-
dane luz a la distinciOn entre apariencia y realidad. Al bargo, podriamos concebir Para tan alto rango aigOn otro
intentaria, PlatOn sigue ciertas sugestiones resuitantes del candidato interesante, par ejemplo. porciones indivisibles
empleo corriente por los griegos de las palabras corres- si su existen-
C indestructihles de materia o de conciencia,
pondientes a nuestras "apariencia", "realidad" y sus afi- cia se dejara dernostrar. Si las almas bumanas son de esta
nes. PlatOn no inferia de ahi que ci empleo corriente no rlase, podriamos inclusive esperar una prueba de la in-
pueda acaso conteiter tambien sugestiones diversas a que mortalidad. Coma podriamos concebir tarnbiën algunos
sea lit áltima norma de la comprensiOn fiIosfica. candidatos más bien poco interesantes. Podriarnos cansi-
OhservO (1LIC la gente distingue par Jo regular sin va- derar cuaiquier objeto cornñn —más a menos transitoria
cilar entre una mera apariencia y lo que es real. Sit juicio e indefinido—, como una mesa, y sustituir en nuestra men-
es confornic a ciertos criterios más o menos dares. Asi, per te su carácter transitorio per la prapiedad de pennanen-
ejcmplo, exigimos de un objeto real que su existencia sea cia, su carácter indefinida par el de la precisiOn y sus
más o menos independiente de nuestra percepción, que
posea cierto grado de permanencia, que sea susceptible de 1 Field, The Philosophy of Plato, Oxford, 1949.
12
ALGUNAS OPINIONFS ANTER1OR1
EL PUNTO DE VISTA DE PLATON 13
demás "imperfecciones" pot las perfecciones Corresponthen
tes. El resultado seria Ia, Fox-ma de Ia mesa, de Ia que to- independientes del razonar que Ilamamos "punto", "linea",
das las mesas materiales sOlo son copias imperfectas. Si "circulo", etc., o sea, las Formas geometricas. Al enunciar
esta clase de Fox-ma se nos presenta más bien como poco que uno y uno son dos, o que la recta es la distancia más
interesante esto se debe, creo yo, a que no puede aducirse corta entre dos puntos, describithos esta&,formas y sus rela-.
razOn alguna, en tal viz- tud no habrja tambjén una ciones. Sin duda, cada una de 6stas tierie sit multiplicidad
correspondient e Fox-ma de casos, habiCndose suscitado alguna duda y controversia
a cada clase de objetos fisicos y a cada
subclase de cada clase, hasta que finalmente la hubiera acerca de la condiciOn de tales casos. Se ha planteado la
Para cada cosa particular, esto es, no sOlo Ia Fox-ma de cuestiOn, en efecto, a propósito de qué piensa PIatO,i, por
una mesa, sino tambien de una mesa aDa o de otra baja, ejemplo, de la doble presencia de "dos". en "dos y dos son
de una mesa cubjerta y otra descubierta, etcetera cuatro", o de la doble presencia de la "recta', en "dos rec-
No cabe duda alguna de que, en un momento u otro, tas que no tienen todos sus puntos comunes tienen a lo
Piaujn hubo de considerar los nombres genéricos, como sumo un punto comm". Son tal vez todos los casos de
ci de "mesa", como nombres tambiCn de las Formas. Sh "dos", esto Cs, los máltiples doses con los que opera ci ma-
-z tematico, entidades separadas que deban distinguirse de la
embargo, hay tambien, segün creia Platon, algunas enti-
dades mucho más familiares que las sillas ideales, que se Forma de la dualidad, o debemos acaso decir que todo
conforman a los criterios rIgidos a los que debe confor. lo que se enuncia ostensiblemente acerca de los rnñltiples
max-se un objeto Para clasificarse como real o como Fox-ma. doses se enuncia en áltima instancia de la Forma ànica? Y
Tales son, pox- ejemplo, los nOmeros y los objetos de la un problema exactamente igual se plantea a propOsito de
geometria pura: sus puntos, lineas, pianos, triángulos y los casos manifiestos de la "linea". SegOn AristOteles (pero
dernás. Y no, en modo alguno, segün los comentaristas posteriores),
de hecho, puede sostenerse con fundamento que,
en las etapas finales de su evoluciOn, PlatOn sOlo admjtja PlatOn distingufa entre: a] las Formas aritméticas y geomé-
dos clases de Formas, a saber, las matematicas y las mo Incas, pox- una pane, y b] las llamadas matemáticas por la
rales. otra, cada una de las cuales es un caso de alguna Fox-ma
ünica, comprendiendo cada Fox-ma muchos casos tales.
La precision, Ia extratemporalidad y, en cierto sentido,
su independenci a La cuestiOn acerca de si AristOteles comprendiO mal o
con respecto al sex- percibidos, esto es sin si de hecho dio deliberadamente una interpretaciOn equi-
duda caracteristico, Para PlatOn, de los enunciado
s mate- vocada de su antigno maestro seguirá discutiéndose, creo yo,
máticos, y el punto de Vista segün ci cual los nümeros,
las entidades geometricas y sus relaciones reciprocas poseen mientras haya autores platOnicos y aristotélicos. Sin tomar
alguna existencia objetiva o, cuando menos, intersubjeti partido en uno u otro sentido, vale la pena observar que
va, es perfectamente plausible. En términos generales la relaciOn entre conceptos rnatemáticos como los de "nü-
pO. mero" o "punto" y sus casos manifiestos no constituye, en
demos decir que el platonism0 es una propension filosOfica
modo alguno, un problema banal. Nos la encontrarernos
natural de los matematicos, especialmente de aquellos que cuando vayamos a examinar Ia naturaleza de las proposicio-
se consideran a si mismos como descubridores de nuevas
nes existenciales matemáticas.
verdades, más bien que de nuevas maneras de formular Hay, pues, un mundo de Formas —objetos intemporales,
las anteriores, o como deductores de consecuencias lOgicas
explIcitas ya impilcitamente dadas. J independientes del razonar y definidos— distinto del mundo
de la percepciOn sensible. Se lo capta no por medio de
PlatOn creia sin lugar a duda que hay objetos eternos, los sentidos, sine, de la razOn. Y en la medida en que
definidos e independientes del razonar, que Ilamamos
: comprende las Formas aritméticas y geométricas, consti-
"uno", "dos", "tres",etc., esto es, Formas aritmeticas. tuye la materia de estudio de la matemática. Una de las
Consideraba asimismo que hay objetos eternos, definidos, cancterIsticas curiosas de la matemática, cuando menos a
14
ALC[JNAS OPINJONES ANTERIORE 15
PUNTOS DE VISTA DE ARASTOTELES
partir de Leibniz, es que, pese al carácter cierto de sus vei
dades, no se esté en modo alguno universalment ciertos aspectos durante periodos lo bastante prolongados
e
do, con toclo, acerca de en qué las proposiciones de acuei
matem come para permitirnos tratarlos como si ft)eran permanen-
ticas verdaderas tes. Asi, per ejemplo, si comparamos ci ôbjeto real inva-
son verdad, Suponido que lo Sean. SegOr
Platón, son verdad manifiestamente acerca de algo, estc riable UNO con una manzana, cabe decir apropiadamente
es, acerca de las Formas matematjcas de esta ültima que es similar hasta cierto punto o, mejor
consiguiente, formujar las respuestas Resulta Mcii, po todavia, que se aproxima a la Forma UNO. Las frases téc-
a
guntas que enumeramos en Ia Introduccion algunas de las pre- nicas de las que PlatOn se sirve habitualmente suelen ira-
en nuestro es clucirse diciendo que la manzana —en la medida en que
fuerzo per delimitar, aun a grandes rasgos, los problemas
de Ia filosofja de Ia matematica aplicamos aritmética— part icipa de la Forma UNO.
La proposicion I + 1 = 2, y todas las demas proposi Lo que hemos dicho a propOsito de la relaciOn entre
Ciones ciertas de la aritmetica y la geometria, son una manzana y la forma de la unidad se aplica asimismo
riamente necesa a la relaciOn entre un Plato redondo, pongamos per case,
ciertas porque describen relaciones invariable5
entre objetos invariable5 esto es, entre las Formas aritme. y la Forma de la circularidad. Podemos tratar el Plato
ticas y geom6trica5 (o los casos igualmente invariable come si fuera un circulo geométrico, porque su figura se
las mismas). Su necesidad es independiente de que sean 5 de acerca a Ia Forma de la circularidad. Esta Forma, lo mis-
captadas o no por los descubridores de verdades matema. me que Ia de la unidad, no es captada per los sentidos,
ticas, indepndjente de cualquier formulacion y, per con sine por Ia razOn, esto es: captándo su definiciOn mate-
siguiente, de cualesquiera ]eyes que rijan un lenguaje na- matica a, come diriamos actualmente, comprendiendo la
tural 0 ccuación del circulo.
artificial. Las verdades de la matematica son
asimismo independientes Para Platón, la matemática pura —que comprendia en
de mdc, acto preliminar de cons-
truccion. No es indispensable, per ejemplo, dibujar pun- su dia parte de la aritmética y de la geometria euclidiana-
o rectas en el pizanon o "en
en nuestn rnente", para estar describe las Formas matemáticas y sus relaciones. La ma-
en condiciones de contar o de efectuar operaciones y de- temática aplicada, en cambio, describe los objetos empiricos
mostraciones matematicas; y no es indispensable tarupoco y sus relaciones, en la medida en que se aproximan a (par.
dibujar triánguios o cuadrados ticipan de) las Formas matemáticas y sus relaciones. Po-
en un medie empirjco o driamos acaso sentirnos tentados de decir que lo contrario
no, para demostrar el teorema de Pitágoras, pongamos per
case. Segun PlatOn, Ia construccion no es más que una ne- de la aproximaciOn es la idealizaciOn, y considenr el enun-
cesidad práctica del matematico, o una gufa que se da a 51 ciado de que algunos objetos y relaciones empiricos se
mismo en vista del descubrjmiento aproximan a las relaciones y objetos matemáticos come
El punto de vista de Platon acerca de la relacion entre equivalente del enunciado en el sentido de que los objetos
"1 + 1 = 2" y "una manzana y una manzana son dos y realizaciones matemáticos son idealizaciones de los em-
manzanas", asi coma, en general, Ia relacion entre Ia ma- piricos. Sin embargo, no era tal el punto de vista de Pla-
tematica tOn. En efecto, éste no consideraba la matemática come
pura y la aplicada se deriva, lo mismo que su
explicacion de Ia matematica pura, de su distincion entre una idealizaciOn per los matemáticos de ciertos aspectos
la realidad de las Formas y Ia irrealidad relativa de los ob- del mundo empirico, sine come la descripciOn de una par-
jetos de la experiencia sensible. Estos Ultimos en efecto te de la realidad.
solo hasta cierto punto son susceptibles ,
de definicion preci-
sa o independientes de las condiciones en que los captamos 4 2] ALGtJNOS PUNTOS DE VISTA DE ARISTÔTELES
(en la percepcion). Per otra parte, tampoco son invaria.
bles, pese a que algunos de ellos no cambien mucho en La filosofia de la matemática de AristOteles se ha desarro-
llado en parte en oposición a la de PlatOn, y en parte in.
ALGUNAS OPINIONES ANTERIORES PUNTOS DE VISTA DE ARISTOTELES 17
aiente de esta. Rechaza la distinción de Platón un miembro de la clase de ]as unidades lnateinátjcas, del
ndo de lag Formas, del que se dice que es la znismo modo que es roja en ci sentido de que es un miem-
ealidad, y la experiencia sensible, concebida bro de la ciase de lag cosas rojas. Y segUn Ia otra de lag
)fflO una aproximación a aquel mundo. Segiin interpretaciones principales, la manzana empfrica es una
la fortha 0 esencia de cualquier objeto empi- porque se aproxima a Ia unidad matenthica, pie lienios
una manzana o plato, Cs parte del mismo al abstraido de éste y tal vez de otros objetos. Una aiterna-
i materia. Al decir que vemos una manzana tiva similar se presenta Si examinamos la relacOn entre
redondo no entendemps o no deberiamos pro- un plato redondo y la circularidad geom&rica.
cir que la manzana se aproxima, en su unidad Por mi pane me incline a aceptar Ia segutida de lag
una Forma invariable c independientemente interpretaciones. Si lo hacemos asi, ci término "separar"
Ia unidad, iii que ci plato se aproxima, en su de AristOteles deberia significar más bien abstracciOn idea-
empirica, a la Forma de la circularidad. lizante o idealizaciOn que simplemente abstraccion. Su cx.
es distingue con precision entre la posibilidad plicacion del objeto de Ia matemática quedarIa cii tal caso
(literaimente "separar") la unidad, la circula- mucho más cerca de la de su maestro, Platón, (IC Jo pie a
as caracteristicas matemáticas de objetos, y la primera vista pareciera. TendrIamos que dccir que, nhien-
ndependiente de estas caracterIsticas o sus ca- tras PlatOn considera que la matemática lo es de Formas
ares, esto es, lag unidades y los circulos. En o, para servirnos de un término equivalence, tie Ideas que
te con frecuencia en que la posibilidad de abs- existen independientemente de los matemáticos. AristOte.
implica en modo alguno la existencia inde- les, en cambio, cree que son matemácica de idealizaciones
Le aquello que se abstrae o puede abstraerse. La efectuadas por 6stos.
estudio de la matemática es el resultado de ]as El punto de vista tie Aristóteles acerca de Ia reLciOn
s matemáticas que AristOteles designa como "oh- entre Ia matemática punt y Ia aplicada receria. en esta
iáticos". forma, hacerse tambiën mis claro. En efecto, los enuncia-
DpOsito cabe hater cuando menos, segün el, dos dos de la matemática aplicada se aproximarian a los de Ia
s, a saber: a] cada uno de ellos está en cierto matemdtica pura: los enunciados a proposito de circulos
is cosas de lag que es abstraido, y b] hay una dibujados podrian tratarse, con un margen suficientemen-
id de ellos, esto es, hay tantas unidades ant- te pequeflo, corno enunciados a propOsito de circulos ma-
sos de dos, u-es, etc., y tantos circulos, rectas, temáticos. Sin embargo, AristOteles no puck acloptar la
se necesitan en el cálculo 0 en la discusiOn teonIa de PIatOn segün Ia cual la razOri de que los enun-
Otras caracteristicas de los objetos matemáti- ciados matemáticos sean necesarios es pie son descripcio-
tOteles son, al parecer, menos claras; por ejem- nes de Formas eternas y de existencia independiente.
:iOn entre una manaza y la unidad matemática, o Y efectivamente, ni siquiera Ic hubiera side posible ha-
lato redondo y su circularidad matexnática. Re- blar de una idealizaciOn verdadera o f-als-a, sino más bien
mciOn especial dos interpretaciones posibles del de una que seria más o menos adecuacla en relacion con
texto aristotélico. algün propósito dado. No obstante, auii si una teoria
ma de lag interpretaciones pnincipales, la man- matemática es una serie de ideal izaciones, no per esto ne-
Ica es una en el sentido de que es un caso de cesitamos quedarnos sin una explicacion (IC la necesidad.
11
universal matemática, del mismo modo que es Podriamos encontrarla, en efecto, en In cotiexión lOgica
sentido de que es un caso de la "rojez" univer- entre lag diversas proposiciones dc in teorfa. En otros tér-
ariante de esta interpretaciOri serf a la que dijera minos, la necesidad no se encontraria en ian etiunciado ca-
nzana empirica es una en el sentido de que es tegOrico particular cualquiera a propOsito de objetos ma-
ALGUNAS OI'INIONES ANTERIORES PUNTOS BE VISTA BE ARISTOTELES ig
, sino en enunciados hipotéticos, esto es, en ticas. En efecto, más importante que estos aspectos es la
los en ci sentido de que si una determinada pro- formulacion detallada que nos ha dado del problema de la
Cs cierta, entonces otra proposiciOn determinada
infinitud matemática, de la que su examen sigue revistien-
mo cierta necesariamente. Una autoridad eminente do gran interés. Fue ci primero, de hecho, en percibir las
atica griega, Sir Thomas Heath, que ha estudiado dos formas principales de analizar Ia nociOn de infinito
;amente todas las obras de AristOteles reuniendo como actual y como meramente potencial, y fue el primero,
s enunciados relativos a la matemática, continua ci también, que adoptO una decision clara en favor de la se-
e que. para AristOteles, la necesidad de la matemá- gunda de estas alternativas.
Ia misma que la de las proposiciones hipotéticas AristOteles examina la nociOn de infinito en un pasaje
conexo de su Ftsica.4 Distingue entre la posibilidad de afia-
nte necesarias. La prueba dc este punto de vista,
) lo cita Heath, se encuentra en sendos pasajes de dir una unidad más al Oltimo término de una serie cual.
La concepciOn quiera de nümeros y, en particular, a la serie natural de
t y la Metaf isica respectivamente.2
:Oteles se considera inclusive como "una especie de los nUmeros: 1, 2, 3.....y Ia posibilidad de proceder siem-
ofetica de alguna geometria basada en principios pre a otra subdivisiOn de una linea, pongamos pot caso,
s de los euclidianos".3 entre dos puntos, recta dividida ya previamente cualquier
otra parte, AristOteles presta también mucha más nümero dado de veces. Aqul, Ia posibilidad de proceder
ii de lo que hiciera PlatOn a Ia estructura de las ad infinitum es lo que puede entenderse al Ilamar infinita
conjuntas, en la matemática, en cuanto opuestas a a la serie, o a la recta "infinitamente" divisible (esto es,
posiciones aisladas. AsI, por ejemplo, distingue cia- compuesto de un nümero infinito de panes). Tal es la
noción del infinito potencial. Pero cabria también conce-
e entre: 11 los principios que son comunes a todas
cias (o bien, como dirlamos hay, los principios de la bir tanto Ia nociOn de todos los eleynentos de la serie de
[ormal implicitos en ci desarrollo deductivo de toda los námeros naturales y — lo que parece más dificil— to-
los principios especiales que ci matemático dos las partes que ya no son ulteriormente divisibles de la
), 2] lineal como siendo dados, en cierto sentido, en su totalidad
a clemostrar teoremas da por supuestos, 31 las deli-
s que no suponen la existencia de lo que definen integral. Esta es i.rna nociOn mucho mis sOlida de la infi-
emplo, la definiciOn del punto, de Euclides, como la nitud real.
ello que carece de parties) , y 41 las hipOtesis existen- Tratar de exponer y analizar los argumentos de Aristó-
que suponen que lo que se ha definido existe, inde- teles en contra de la nociOn del infinito real nos Ilevarfa
ntemente de nuestro pensamiento y nuestra percep- a las sutilezas más elaboradas de la historia y el empleo
Tal parece que las hipOtesis existenciales en este linguistico del griego. Nuestro interés; en cambio, está en
) no se requerirlan en relaciOn con la matemática la idea central que se halla detrás de dichos argumentos;
ésta parece ser que un método que siguiera ci procedi-
importancia de AristOteles en la historia de la fib- miento gradual, o sea el de efectuar el Paso siguiente una
matemática reside no sOlo en su adaptaciOn de los vez dado el precedente, no implica que haya un paso ülti.
mo, ni mentalmente ni de hecho.
s de vista dc PIatOn a una metafisica que no necesi-
Ia realidad de las Formas y la irrealidad relativa de El rechazo de Ia nociOn dc infinito real es de impor-
)jetos sensibles; ni reside tampoco en su insistencia tancia secundaria para el matemático que, segün dice Aris-
en el análisis de la estructura de las teorlas matemá- tOteles, sOlo necesita para los fines de la demostraciOn
matemática la nociOn de infinito potencial. Que Arist6te-
1051 a, 24-26.
isica, II, 9, 200, 15-9; Metafisica, 4 Libro in.
-fathematicS in Aristotle, Oxford, 1949, p. 00.
20 ALGUNAS OPINIONES ANTERIORES FILOSOFIA DE LA MATEMATICA EN LEIENIZ 21
les tenga o no razOn en este punto sigue siendo objeto tëmática modernas, Ia de Leibniz acepta Ia doctrina aristo-
de controversia. Como sigue siéndolo el punto de vista télica de Ia forma sujeto-predicado de todas las proposicio-
más radical de que Ia nociOn del infinite real no sOlo no nes. Lo que no le impide, con todo, anticipar movimientos
se necesita en Ia matemát.ica, sino que es al propio tiempo modernos y, en particular, el logicismo moderno, juntando
Ia fuente ineludible de antinomias. Esta tesis más radical lOgica y matemática. Mediante una doble innovaciOn jun-
esta expresada con menor claridad, y cabria argflir que to estas dos disciplinas, que hasta alli hablan estado com-
AristOteles admite Ia posibilidad del empleo congruente pletamente separadas. Par una pane, presenta una tesis
de series realmente infinitas en un sistema puramente ma- filosOfica acerca de Ia diferencia entre las verdades de ra-
temático, no aplicable al universe fisico. zOn y las verdades de hecho, asi como de su carácter mu-
tuamente exclusive y conjuntamente exhaustivo. Par otra
3] LA FILOSOFIA DE LA MAThMATICA EN LEIBNIZ parte, introduce Ia idea metodolOgica de servirse del cálcu-
lo mecánico como auxiliar del razonamiento deductive, no
La mismo que PlatOn ' AristOteles antes que ël, Leibniz sOlo en aquellas disciplinas que pertenecen tradicionalmen-
desarrollo una filosofia de Ia matemática porque era un te a Ia matemática, sino tambiéri más aIIá de éstas. Esto
filOsofo en el sentido más amplio de Ia palabra. Fue el significa, en particular, Ia introducciOn del cálculo en Ia
autor de on sistema metafisico de gran belleza y profun lOgica.
didad. Fue también, de hecho, un matemático, on fisico Tanto para mayor precisiOn coma en gracia a Ia bre-
teOrico y muchas otras cosas más. Más aün, todas sus acti vedad de Ia exposiciOn, lo mejor consiste en char a partir
vidades y todos sus logros estaban sistemáticamente rela- de la Monadologla, en Ia que Leibniz, en 1714, o sea dos
cionados entre si. Es el case, sin embargo, que el sistema aflos antes de su muerte, cia una sinopsis de su filosofia.
nunca fue presentado en su totalidad. En este aspecto se "Hay también dos clases de verdad —dice—, Ia del razona-
parece más a PlatOn que a Aristóteles. La mayor simili- miento y Ia de los liechos. Las verdades del razonamiento
tud con este ültimo está en su conexiOn estrecha, casi p0- son necesarias, y su contraria es imposible. Cuando una
driamos decir en el paralelismo, entre sus doctrinas lOgica verdad es necesaria, su razOn puede encontrarse mediante
y metafisica. En efecto, Ia posiciOn de AristOteles en ma- analisis, reso!viéndola en ideas y verdades más simples,
teria de lOgica, en el sentido de que toda praposiciOn es hasta Ilegar a las que poseen la primacia..... Asi, pues,
reductible a Ia forma sujeto-predicado, tiene como para- las verdades de razOn se basan, segOn Ia formulaciOn de
lelo su doctrina metafisica que afirma que el mundo consta Leibniz, en el "principio de contradicciOn", al que consi-
de sustancias con atributos. La posiciOn lOgica más radi- dera comprender los principles de identidad y de tercero
cal de Leibniz, de que el predicado de toda proposiciOn excluido. No solo las tautologlas banales, sine también
está "contenido" en el sujeto, tiene como paralelo, por todos los axiomas, pastulados, definiciones y teoremas de
su parte, Ia célebre doctrina metafisica segán la cual el Ia matemática son verdades de razOn, o sea que son
mundo consta de sujetos contenidos en si mismos, esto posiciones idénticas, cuyos opuestos implican contradicciOn
es, sustancias o mOnadas que no actüan entre si. La dispu. expresa".6
ta de sus discipulos acerca de cuál de las dos sea más fun- Leibniz, segün queda dicho, no sOlo cree con AristOte.
damental, si su lOgica a su metafisica, revela Ia unidad de les que toda proposiciOn se deja reducir en ültima instan-?
su pensamiento. Sea lo que fuera lo que pueda argüirse cia a Ia forma sujeto-predicado, sine que cree también que
en un sentido u otro, Ia opiniOn segün Ia cual considera- el sujeto "contiene" al predicado. Esto ha de set asi de
ha a uno de los dos elementos coma un apéndice sin im-
portancia del otro se presenta coma sumamente implausible. S EdiciOn de Lana, Oxford, 1898, P. 236.
A diferencia de Ia mayoria de las filosoff as de Ia ma- 6 O. cit., P. 237.
22 ALGUNAS OPINIONES ANTERJORES FILOSOFIA BE LA MATEMATICA EN LEJBNIZ 23

todas las verdades de razón, que son de la forma sujeto- embargo, esta no be ocupa solamente tie la niatematica
predicado, y pot consiguiente, segñn él, de todas las ver- pura, sino también de Ia aplicada. En efecto, una expo-
dades de razôn en general. En cuál sentido deba conside- siciOn de la matemática aplicada ha de poner tie mani-
rarse que una verdad de hecho —digamos, la verdad de fiesto la relaciOn entre las proposiciones matemáticas y
que ml pluma estilográfica es negra— tiene un sujeto que las empiricas, y podria verse perfectamente afectada pot
cojniene a su predicado, esto es mucho menos claro. En una visiOn errOnea o poco Clara de estas ültimas, o inclu-
efecto, con objeto de explicar ci significado de su aserto sive pot la ausencia total de toclo punto de vista. Esta ob-
en el sentido de que el sujeto de una verdad de hecho servaciOn se aplica no sOlo a Leibniz, slim tamhiéii it algu-
contiene a su predicado, Leibniz se ye obligado a introdu- nos de sus sucesores.
dr las nociones de Dios y de infinito. La reducción de una La concepciOn tie Leibniz del objeto de la mateniática
proposiciOn contingente, que expondrá su predicado como Pura es totalmente distinta de la platoniana o aristotélica.
contenido en su sujeto, sOlo Cs posible Para Dios. Leibniz Para él, en efecto, las proposiciones matemáticas son como
explica esto diciendo que, lo mismo que en ci caso de las las proposiciones lOgicas, en cuanto que no son ciertas de
razones de námeros irracionales, "la reducciOn imphca un objeto eterno particular o tie objeto idealizado alguno,
proceso infinito y se aproxima, sin embargo, a una medida producto tie la abstracciOn, ni de hecho, de aiguna otra
comün, de modo que se obtiene una serie definida pero clase de objetos. Son ciertas porque su negacion serIa 10-
interminable, asi requieren también las verdades contin- gicamente imposible. Pese it cualquier apariencia prima fa-
gentes un anáiisis infinito que solo Dios puede efectuar"Y cie en contrario, Ia proposiciOn mateniátiCa Cs tanto 0
Otra dificultad a propOsito de las verdades de hecho tan poco "proposiciOn de" un objeto 0 una clase tie obje-
resuita del principio de razOn suficiente, "que afirma que tos particulates, como la proposiciOn "Si algo es una plu-
nada tierie lugar sin razOn suficiente, lo que equivale a ma, es una pluma" lo es tie mi pluma particular, de la clase
decir que nada ocurre sin que sea posible, Para quien Co. de las plumas, o de la clase de los objetos fisicos o de cual-
nozca las cosas suficientemente, dar una razOn suficiente cjuier otra clase tie objetos. Podriamos decir que ambas
Para decidir que las cosas scan como son, y no de otro proposiciones son necesariamente ciertas de todos los ob-
modo".8 Esto es Para Leibniz no solamente una exhorta- jetos o de todas las situaciones posibles o, sirviéndonos de
ciOn general a buscar razones suficientes segün nuestras la célebre frase de Leibniz, en todos los tnundos posibles.
máximas posibilidades, sino que en alguna forma es tam- Todas estas formulaciones deben entenderse en ci sentido
bién, lo mismo que ci principio de contradicciOn, un prin- de que las proposiciones matemáticas son ciertas porque
cipio de inferencia y análisis. Sin embargo, la manera en su negaciOn seria lOgicamente imposible.
que éste deba aplicarse no se especifica claramente, y. en Pensemos de ello lo que queramos, es lo cierto, con todo,
muchos dasos, si no en todos, solamente Dios conoce las que es suficientemente claro, o tan claro, cuando menos,
cosas en grado suficiente Para barer posible su aplicaciOn como la nociOn de una proposiciOn cuya ncgaciOii es lOgica-
efiCaz. mente imposible 0 contradictorta en si misrna. Vearnos
Podria acaso parecer que la explicadiOn Ieibniziana de ahora la explicaciOn 4UC da Leibniz tie Ia relaciOn entre
las verdades de hecho, no reviste importancia aiguna desde '1 -I- I = 2" y ''uiia na uzana y una ma nzana son dos man-
el punto de vista de su filosofia de hi matemática. Sin zanas" o, en forma más general, de la relaciOn entre pro-
posiciones correspond ientes de la matemática pura y Ia
matemática aplicada. Sin duda, podemos eludir la cues-
Dc Scientia Universali scu Calculo Philosop/zico, Latta,
7
dón afirmando que —tal como queremos entenderlo— la
p. 6. segunda de las dos proposiciones es lOgicamente equivalente
8 Principes de ía nature et de la grdcc fondds en raison,
Latta, p. 414. (en algün sentido muy estricto) a la primera, y que nm-
24 ALGUNAS OPINIONES ANTERIORES FILOSOFIA DE LA MATEMATICA EN LEIBNIZ 25
guna de ellas trata ya sea de manzanas o de la operaciOn Por otra pane, Leibniz huho de percatarse de la imposi.
de juntarlas o, inclusive, del universo fisico en absoluto. bilidad práctica de dominar deducciones realmente corn-
No propongo, par mi pane, eludir la cuestiOn, y decido plicadas sin un sistema de simbolos adecuado. Hubo de
entender que la segunda proposiciOn lo es de matemática encontrar —en particular en sus estudios de las posibili-
aplicada o de una fisica muy simple. Y esto porque sabe- dades de una rnatemática de los "infinitesimales— que ci
mos que semejante decision Cs la que se rgquiere en toda descubrirniento de un simbolismo para Ia representaciOn
consideraciOn de las icycs de Ia fisica newtoniana, de Ia de enunciados y demostraciones, por una pane, y la com-
relatividacl o de la teoria de los cuanta, etc., a menos que prensiOn de su estructura lógica, por la otid aunque sepa-
queramos sostener que toda la fisica matemática a toda rabies mentalmente, rara vez lo eran de hecho.
la matemática aplicada son a priori y no contienen mayor La representaciOn concreta en simbolos adecuados de
informaciOn que Ia que contiene la matemática Pura. Nues. una deducciOn complicada es, segün sus propias palabras,
ira decisiOn tiene Ia ventaja, en otros términos, de excluir un "hilo de Ariadna" que gula la mente. El programa de
dificultades de carãcter no filosOfico de una cuestión que Leibniz está ante todo en crear un método de elaborar y
es ya harm dificil filosOficarnente en si misma. disponer caracteres y signos (IC tal modo que representen
La filosofia dc la matemática de Leibniz no nos es de pensamientos, es decir: que esttn relacionados unos con
mucho auxilia. Segtmn ella, en efecto, "I + I = 2" (enun- otros tal corno lo están los pensamientos correspondientcs.t
ciado de matemática pun) es cierto sobre la base de la Esta idea anticipa exactanlente una de las doctrinas ccii-
ley de contradicciOn y, en consecuencia, en todos los mun- trales del Tractatus Logico-Ph ilosoph icus di' Wittgenstein.
dos posibles, en tanto que "una manzana y una manzana Adopta en la mente de Leibniz muchas formas, una de
son dos manzanas" (enunciado dc fisica) es cierto en este las cuales impbica la aritmetizaciOn de la IOgica y nos re-
mundo que Dios estaba obligado a crear si, por el princi- cuerda uno de los famosos métodos de Gödcl, al que ha.
plo de razOn suficiente, habia de tener razOn suficiente brernos de referirnos brevemente en un capitulo ulterior.10
para crearlo, esto es, si habia dc set ci mejor dc todos los Una vez en posesiOn de una characteristica universalis,
mundos posibles. En esta forma, la reiaciOn entre la ma- que representa pensamientos en sus relaciones reciprocas
temática pun y la aplicada cstá dada (IC modo muy direc- por medio de simbolos en relaciones correspondientes, ne.
to —y no meramente en "ültimo análisis"— en términos tea. cesitamos un método de razonamiento sirnbOlico o cálcubo:
Iógicos. La expiicación de las proposiciones empiricas de necesitamos aquello que promete, aunque sin cumplirlo
Leibniz y, por consiguiente, de la reiación entre la mate- por completo, el titulo de Calculus Ratiocinator, scu at-ti-
mática pura y Ia aplicada ya no la aceptan ni quienes ficium facile et infallibiter ratiocinandi. Res hacte'nus igno.
aceptan, a grandes rasgos, su concepto de la matemática rata.J-' Lo que Leibniz tiene que decir acerca de 'la simbo.
Pura. lizaciOn del razonamiento deductivo esul Ileno de intuicio-
Si, a los ojos de los que aceptan su filosoifa, ci análisis nes proféticas, que van dcsde la percepciOn clara de tareas
de Leibniz dc la iogica y la matemática enlaza estas ma- posibles hasta indicaciones vagas. iJn historiador de la
terias, su idea metodolOgica de introducir cálculo en todos filosofia que intentara demostrar que no hay nada verda.
los temas que tratan de las relaciones deductivas conduce, deramente nuevo bajo ci sol se veria sin duda recompen.
en cambio, una vez má.s, it una aproximaciOri entre la 16- sado levendo los escritos pOstumos de Leibniz. Sin embar.
gica y la maternática, aparte inclusive, esta vet., de todo O Citado per Becker, Die Grundlagen der Mathenjatik, Fri-
punto de vista filosOfico especial. Para PiatOn, segün vi- burgo, 1954, p. 359.
mos, ci dibujo de diagramas de diversas clases y ci empleo, 10 Véase Elementa Characteristicae universalis, edición (IC
scgün podemos presumir, (IC eleinentos de notación fueron Leibniz per Couturat, Paris, igo, pp. 42 55.
medios auxiliares ocasionales. Cabia prescindir de ellos. fl Couturat, op. cit., p. 239.
26 ALGUNAS O1'INIONES ANTERIORES KANT: ALGUNAS DE SUS IDEAS 27
go, urn introducción critica a la filosofia de la matemática percepciOn sensorial. Son necesarias en el sentido de que,
como la que estamos emprendiendo ha de ocuparse en lo si cualquier proposición acerca del mundo fisico, y en par-
posible más bien de ideas plenamente desarrolladas que ticular cualquier proposición de las ciencias fisicas, ha de
de ideas en germen. set cierta, también ellas han de ser ciertas. En otros térmi-
nos: las proposiciones sintéticas a priori son condiciones
necesarias de la posibilidad de la experiencia objetiva.
4] KANT: ALGUNAS DE 51.35 IDEAS
No es éste el lugar para emprender un examen critico
El sistema filosófico de Kant se dcsarrolló bajo la influen- del argumento de Kant en apoyo de la tesis de que algu-
cia de la filosofia racionalista representada principalmente nas proposiciones son a la vez sintéticas y a priori. Ni po-
por Leibniz y de la filosofia empirista representada prin- demos considerar tampoco su pretension de haber propor-
cipalmente por flume y en oposición consciente a una y cionado las premisas para una lista sistemática y completa
otra. Tanto Hume como Leibniz dividen todas las propo- de todas aquellas proposiciones: semejante lista permane-
siciones en dos clases exciusivas y exhaustivas, esto es, en cerIa inafectada por cualesquiera cambios en las matemá-
proposiciones analiticas y factuales, y ambos filosofos con- ticas o las ciencias naturales. Kant divide luego las pro-
sideran las proposiciones matemáticas como anaiiticas.32 posiciones sintéticas a priori en dos clases, esto es, en
En cambio, flume y Leibniz difieren radicalmente acerca "intuitivas" y "discursivas". Las intuitivas se relacionan
de Las proposiciones factuales. A propósito de las de ma- ante todo con la estructura de la percepciOn y del juicio
temática pura, flume no dice en conjunto gran cosa, y lo perceptivo, y las discursivas con la funciOn ordenadora
que dice reviste además poca importancia. Por consiguiente, de las nociones generales. Un ejemplo de urn proposición
en la medida en que es polémica. la filosofia de la mate- sintética a priori discursiva es ci del principio de causali-
málica de Kant se dirige principalmente contra Leibniz. dad. Todas las proposiciones de la matemática pura per-
Con objeto de ir directamente al meollo de la cuestión tenecen a Ia clase intuitiva de las proposiciones sintéticas
y de exponer la conexiOn con ci resto de su sistema fib- a priori. De ahi que debamos empezar por centrar nuestra
sófico, lo mejor seth considerar la clasificación triple de atentiOn en ellas.
las proposiciones con la que Kant remplaza Ia dicotomia Si consideramos cualquier juicio perceptivo sobre ci
de Leibniz y flume. La primera de sus clases, la de las mundo flsico, por ejemplo, "mi pluma es negra", "mi pluma
proposiciones analiticas (esto es, proposiciones cuya nega- está entre dos ldpices", parece plausible decir que su ver-
ción es contradictoria en si), coincide con las proposicio- dad o falsedad dependen no solo de las definiciones y
nes analiticas de flume y Leibniz. En cuanto a las propo- reglas de Ia IOgica formal, sino también de su correspon-
siciones no analiticas o sintéticas, Kant distingue dos cia- dencia o falta de correspondencia con Ia situaciOn percep-
ses, a saber, las que son empiricas o a posteriori y las que tiva que describen. La reiaciOn entre 'pluma" y "negra"
son no empiricas o a priori. no se encuentra analizando estos conceptos, sino que se
Las proposiciones sintéticas a posteriori dependen de funda en Ia experiencia. Es igualmente posible distinguir
la percepción sensible, en cuanto que toda proposición con Kant dos aspectos en cualesquiera percepciOn o pro-
a posteriori, si es ciera, ha de describir una percepciOn posiciOn de objetos externos, esto es, el material empirico
posible de los sentidos (mi pluma es negra) o implicar situado en el espacio y ci tiempo, y el tiempo y ci espacio
logicamente proposiciones que describan percepciones de en que dicho material se sitüa. Si suponemos que la es-
los sentidos (todos los cuervos son negros) . Las proposi- tructura del espacio y ci tiempo sensibles permanecen in-
ciones sintéticas a priori, en cambio, no dependen de Ia afectados por los cambios en el material empirico y que
no puede haber percepciOn que no se sitüe a Ia vez en el
12 Véase flume, Treatise, libro i, pane in, sec. xiv. tiempo y el espacio, entonces podriamos considerar ci tiem-
28 ALG(JNAS OPINIONES ANTERIORES KANT: ALGUNAS DE SUS IDEAS 29
P0 y ci espacio come la forma de todas las percepciones, ciones son independicntes de las impresiones sensibics, o
y ver la materia dc la percepcion en todo aquello que no sea a priori.
pertenece a Ia forma. Kant no acepta ci puxito de vista dc Ia niatemátici pura
El estar situada en el tiempo y ci espacio es una con- que las haria objeto de definiciones y de entidades postu-
dición necesaria de la posibilidad de la percepción o, cuan- ladas comprendidas bajo éstas. Para el en efecto, Ia ma-
do menos, segñn lo subraya Kant, de la percepcion huma- temática pura no es analitica, sine sintCtica a priori, toda
na. La pregunta acerca de si espacio y tiempo son objetos vez que es del tiempo y ci espacio (los describe). Sin em-
particulares 0 nociones generales y, especialmente, reiacio- bargo, si su expiicaciOn de la matemática se hubiera de-
nes —si son más come los objetos fisicos o como propie- tenido aqul, no habria ciertamente esperado poder expli-
dades de Sos o relaciones entre dies—, Kant la responde car Ia riqueza y variedad de la matemática conocida a la
en favor de la primera aiternativa. Su principal razón para sazOn. En efecto, la descripcion del espacio —del espacio
ello consiste en la diferencia entre Ia clase de divisibilidad sensible, per supuesto— dificilrnentc podrIa haher ido mu-
que pertenece a los objetos particulares y la que con-es- cho más allá de la afirmaciOn dc sus tres dimensiones ni
ponde a las nociones generales. Dividir un objeto particu- la descripciOn del tiempo podria haber ido mucho más
lar, una man-zana per ejemplo, es cortarla en pedazos. Di- allá de afirmar que es unidimensional y dirigido. Dc he.
vidir una nocion general, en cambio, es dividirla en nocio- the, tal parece que Ia influencia de Kant sabre los pensa-
nes subordinadas. Espacio y tiempo son divisibles, tasi lo dores posteriores haya sido (en gran pane) a travCs de su
considera Kant, no tal como Ia propiedad de "çoioreado" desarrollo ulterior del punto de vista de que las proposi-
se divide en los diversos colores distintos, sino más bien ciones matemáticas son dcscripciones del espacio y ci ti em-
tal como la manzana es dividicia en pedazos. El espacio po. Para caracterizar brevemente este desarrollo ulterior,
es mds bien como una caja, y ci tiempo irnis bien come diremos que Kant no admite que la descripciOn completa
un rio. dc la cstructura del espacio y ci tiempo requiera una con-
Sin embargo, ci espacio-caja y ci tiempo-rio son objetos tcmplacion meramente pasiva, sino que presuponc, antes
particulares de una clase muy especial. Son en cierto niodo, bien, la actividad dc la construcción. "Construir un con-
en efecto, como unos recipientes invariables en los que Sc cepto" es ir más allá de proponer o consignar su definicion:
encuentra ci material de la percepcion, pero no son parte consiste en proveerlo de un objeto a priori. Lo que Kant
del material empirico cambiante de la percepcion misma. entiende con esto seth tal vcz dificil dc comprendcr, pero
En el hecho de ser elementos invariables, ci espacio ' ci no es en mode alguno oscuro o confuso. Queda perfecta-
tiempo recuerdan las Formas dc PlatOn. Sin embargo, la mcnte dare lo que implica o no implica la construccion
analogla no es muy estricta. Kant suponc que no son de un concepto. No significa, en todo case, postular obje-
absolutameiite ('trascendentalmente') realcs. Solamente tos para ci mismo,
son reales en la meclida en que son has condiciones en que Per ejcmplo, el concepto dc una esfera de quince di-
los seres capaces de percepciOn y de pensamiento general mensiones congruente per si misrna no puede construirse,
pueden tencr experiencias objetivas. pese a que podamos (y dcbamos) post ular objetos para
Podemos ver ahora cOmo son posibles juicios sintéticos ella si es que vamos a cnunciar que en un "espacio" de
a priori de la clase intuitiva. Porque: a] al describir ci cuando menos quince dimensiones 'se cumplen" cuando
espacio y ci tiempo, describimos entidades particulares, lo menos dos esferas sin ninon "punto' comün. En cambio,
que significa que formamos juicios sintéticos, en tanto que, podemos construir, y no meramente postular, una esfera
b} al describir ci espacio y ci tiempo, describimos no im- tridimensional, o un circulo (esfera bidimensional), en un
presionçs sensibles, sino las matrices permanentes e inva- espacio de tres dimensiones. Su censtruccion resulta path-
riables de las mismas, lo que significa que nuestras descrip- blc no solo per la congruencia en si del concepto dc "es-
30 ALGUNAS ONNIONES ANTERIORES KANT: ALGUNAS DE SUS IDEAS al
fera tridimensional", sino por ser el espacio perceptible lo var que no se niega la posibilidad lOgica de aritméticas
que Cs. La construcción a priori de una esfera fisica tridi- alternativas. Lo que se afirma es que estos sistcmas no
mensional no debe confundirse con la construcción de una serian descripciones del espacio y ci tiempo perceptibles.
esfera, digarnos, de madera o tie metal. Sin embargo, la Podcmos formular ahora a grandes rasgos las respues-
posibilidad de la construcción material se basa en la posi- tas de Kant a nuestras preguntas a propOsito de la natu-
bilidad de la construcción a priori —la esfera de metal en raleza de la matemática pura y aplicada. Las proposiciones
la posibilidad de una esfera en el espacio—, exactamente de la anitmética y la geometria puras son proposiciones ne-
del mismo modo que Ia imposibilidad de la construcción ccsarias. No obstante, son proposiciones sintéticas a priori,
material de una esfera de quince dimen.siones se basa en no analIticas. Son sintéticas porquc son acerca tie Ia es-
la imposibilidad de la correspondiente construcción a priori. tructura del espacio y el tiempo tal como lo rcvela lo
La distinción que efectüa Kant en la introducciOn de que en éstos puede construirse. Y son a priori, porque es-
Ia Critica de Ia razdn pura, segunda edici6n,13 y en otros pacio y tiempo son condiciones invariantes de toda percep-
lugares, entre ci pensamiento de un concepto matemático, ciOn dc objetos materiales. Las proposiciones de la mate-
que sOlo requiere congruencia interna, y su construcciOn, mática aplicada, por su pane, son a posteriori en la mcdida
que requiere que ci espacio sensible tenga una deterrninada en que son acerca del material empirico de la percepción,
estructura, es de la mayor importancia para Ia compren. y son a priori en Ia medida en que son acerca de espa-
siOn de su filosofla. Kant no niega Ia posibilidad de geo- cio y tiempo. La matemática pura tiene su objeto de es-
metrias congruentes distintas de Ia euclidiana ordinaria, y tudio en la estructura del espacio y ci tiempo, librc de
en este aspecto no ha sido refutado por ci desarroilo actual material empIrico. La matemática aplicada, en cambio,
de tales geometrias. tiene su objeto tie estudio en la estructura del espacio y
Se dice algunas veces que ci empleo de una geometria ci tiempo juntamente con ci material que la liena.
"euclidiana" de cuatro dimensiones en Ia teorla especial La idea kantiana de la construcciOn como fuente de los
de la relatividad, o de una geometria no euclidiana en la ejemplos de conceptos matemáticos, cuya congruencia in-
teorla general de la relatividad, ha demostrado que Kant terna cstá acordada, es supuesta o no se discutc, cuando
estaba en ci error al sostener que ci espacio de la percep- menos, cucnta con muchos dcsccndientes idcntificablcs en
chin era euclidiano. Por mi pane afirmaria, antes bien, la evoluclOn ulterior de la filosofia de la matemática. Y
que estaba en ci error al suponer que el espacio percepti- su análisis del concepto de infinito ha cjercido una influen-
ble está descrito por la geometria euclidiana tridimensio- cia similar. Recuerda en muchos aspectos la doctrina de
nal. Pero afirmaré al propio tiempo que ci espacio per- AristOteles, con la diferencia de que, en la distinciOn dc
ceptual no está descrito ni por La geometria euclidiana ni Kant cntre lo actual y lo potencial, ci concepto de infinito
por la no euclidiana. El argumento mismo, sin embargo, resulta más claro todavia.
ha de dejarse para después dc haber examinado otras cues- En la serie o la progresiOn matemática, una regla nos
tiones. dice cOmo debe efectuarse ci paso siguiente una vez eje-
La explicadOn de Kant de las proposiciones de la ant- cutado ci anterior. Kant no admite ci supucsto de que, una
mética pura es similar a su explicacion dc la geometria vet dada semejante rcgla,esté dada también necesariamentc
pura. La proposiciOn de que al afiadir 2 unidades a 3 uni- en alguna forma Ia totalidad de todos los pasos. Consi-
dades producimos 5 unidades describe —sintéticamente y dcremos, por ejemplo, la sucesiOn natural de los nümeros,
a priori— aigo construido en el tiempo y ci espacio, esto de los que ci primer ténnino es cero, siendo producido
Cs, la succsiOn de unidades y su reuni6n.14 Conviene obser- cada término ulterior por la adiciOn de 1 a su predccesor
13 Ed. ac., vol. 3. p. 9. 11
—en ci supucsto de que no haya otros términos en Ia serie.
14 Véasc, por cjemplo, Prolegomena, § io, ed. ac., vol. 4. La sucesiOn, en cuanto crece de acuerdo con la regia, es
39 ALGUNAS OPINIONES ANTERIORES RANT: ALGUNAS DE SUS IDEAS
totaimente dfstinta de la sucesión en cuanto terminada, y mente atiende ahora a la voz de la razOn, la cual, para
la ifirmación de que ci proceso de producir miembros ul- todas las magnitudes dadas. . . requiere totahdad. . . sin ex-
tefiores dc la serie puede proseguir indefinidamente, no cluir siquiera de este requisito al infinito, sino que, antes
impbca que pueda completarse o que la serie compieta bien, hace inevitable que nosotros consideremos este in-
pueda considerarse, en este sentido, como dada. finito... como totaimente ñado (esto es, coma dada en su
La distinciOn kantiana entre ci infinito potencial, o ci totalidad) "16
infinito qua "devehir", y ci infinito real a completo es Esta transiciOn de Ia idea del infinito potencial cons-
muy parecida a Ia distinciOn aristotélica, pero la explica- truible a Ia del infinito real no construibie es, en opiniOn
ciOn de Kant de la noción del infinito real dificre consi- de Kant, Ia raiz principal de confusiOn en metafIsica. El
derabiemente de Ia de Aristotcles. Segün éste, en efecto, que sea necesaria, deseable, objetabie a indiferente en el
no solo no se dan casos de infinito real sin experiencia seno de la materndsica, es una cuestiOn que divide a las
sensible, sino que es iOgicamentc imposible que los haya. escuelas contemporáneas de la fiiosofia de la matemática en
Y de hecho, AristOteles (lo niismo que Santo Tomás más mayor grado, tal vez, que cualquier otro problema.
aclelante) trata de demostrar Ia existencia de una Causa
Primera sostenienclo que, en otro caso, deberia haber una
succsión realmente infinita, Ia que, segün éì, seria lOgica-
mente absurdo
Kant, en cambio, no considera la idea del infinito real
como lógicamcnte imposible. Es, en efecto, lo que él llama
una Idea de razOn, esto es, una noción internamente con-
gruente, la cual, sin embargo, no es aplicable a Ia expe-
riencia sensible, toda vez que ni pueden verse ni construirse
casos de la. misma. La idea de Kant es que podemos cons-
truir ci nümero 2 y percibir dos cosas; que podemos

ioiolO, pese a que seamos incapaces


de percibir un nümero tan enorme de objetos separados,
y que, finalmente, no podemos ni percibir ni constniir un
agregado realmente infinito.
El contraste entre ci infinito real, que no puede cons-
truirse pero que se "necesita" de todos modos, y el infinito
potencial que puede construirse (o existe al construirse) ,
Kant Ia subraya con frecuencia. En la apreciaciOn mate-
mática y par consiguiente constructiva de la magnitud,
"la comprcnsión queda tan bien servida y se siente tan
satisfecha tanto si la imaginaciOn escoge como unidad una
magnitud que podamos captar con una sola mirada, por
ejemplo, un pie o una percha, coma una milila alemana
o inclusive ci diámetro de la den-a... En cada caso, la
aprcciación lOgica de la magnitud avanza ad infinitum, sin
nada que Ia detenga". Sin embargo, prosigue Kant, "la 15 Critica del juicio, § 26.
CAPITULO SEGUNDO EL PROGRAMA 35
LA MJVIEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION es o no una proposiciOn idéntica en el sentido de Leibniz.
Y en forma más grave aün, podriamos preguntar si el prin-
cipio de doble negaciOn, que Leibniz considera como una
verdad de razOn, es o no una proposiciOn idéntica, porque es
el caso que, segOn veremos en el capitulo iv, la validez lOgica
de este principio (de que p no sOlo implica, sino que está
implicado en no-no-p) es negada por algunos lOgicos.
Al postular ci cálculo como un instrumento prácticamente Estos ejemplos, especialmente el segundo, revelan cierta
indispensable para todo razonamiento deductivo, Leibniz oscuridad no sOlo en la notiOn de la proposiciOn idénti-
enunciaba un principio metoclolégico que ha sido adop- ca, sino también en la de reducciOn de referencia —esto
tado per los logicos modernos de todas las escuelas fib- es, Ia reducciOn de una proposiciOn no obviamente idén-
sóficas. Son menos, en cambio, los que se ban adherido a tica a una obviamente tal. Si no existiera duda alguna
su otra tesis de que las verdades lógicas y matemáticas Sc acerca de Ia reducciOn, cabria intentar cuando menos una
funclan per igual en el principio de contradicciOn y son composiciOn de la disputa, digamos, acerca del principio
susceptibles, per consiguiente, de ser reducidasa" proposi- de doble negaciOn, reduciéndobo a una identidad. Pero
ciones idénticas" con un nümero finito de pasos. De hecho, resulta dificil, sin embargo, ver cOmo, segón la exposiciOn
tal como se presenta, esta ültima posikión podria consicle- de Leibniz, cabria emprender semejante tarea. Se necesita
rarse como poco más que un credo, y aun tal que necesita aclaraciOn de las ideas leibnizianas tanto de la proposiciOn
tanto aclaración, si es que ha de convertirse en un progra- idéntica como de Ia reducciOn. Hay lugar, en efecto, por
ma práctico, como inucha labor ardua y abnegada si ha una pane, para una investigaciOn acerca de lo que queria
tie convertirse en una posibilidad realizada. decir y, per la otra, acerca de si sus nociones se dejan o no
Sc necesita aclaraciOn si hemos de comprender cabal- remplazar por otras similares, en cuyos términos pudiera de-
mente ya sea en qué sentido las verdades de razón se fun- mostrarse Ia unidad de la lOgica y la matemática.
dan en ci principio de contradiction, o cmii sea la clasc
de "reducciOn" que las revela ser tales. El propio Leibniz I] EL PROGRAMA
parece haber considerado toda verdad de razOn como equi-
valente de una proposición sujeto-predicado de la forma La sustituciOn fue el procedimiento escogido por Frege,
"S está incluida en So Q", en tanto que, por Ia que se Russell y SUS sucesores. Como consecuencia de ella, lo que
refiere a la naturaleza de la reducciOn, parece haber su- en Leibniz era poco más que un credo se convierte en
puesto que ésta consistia en sustituciones clirectas de los manos de aquellos en un programa practicable. Frege,
términos de la proposiciOn, salva veritate, hasta verse que en particular, remplaza la nociOn leibniziana de una pro-
la inclusiOn del sujeto en ci predicado adoptaba la forma posiciOn idéntica —aquella en que la inclusiOn del sujeto
evidente "S está incluida en S o Q". en ci predicado es obvia o puede hacerse obvia a través
La idea leibniziana de una proposiciOn idéntica —y po- de un nümero finito de pasos— per su propia nociOn de
demos afladir también Ia idea similar dc Kant de la pro- una proposiciOn analitica: una proposiciOn es analitica si
posiciOn analitica— podrá parecer a primera vista algo puede demostrarse que se sigue meramente de Ieyes ge-
demasiado restringida, si se pretende que abarque la tota- nerales de la lOgica mdi algunas definiciones formuladas
lidad de la lOgica y de la matcmática. En efecto, cabria de acuerdo con ellas.1 Y en forma análoga, Frege remplaza
dudar acerca de si el principio de contradicciOn niismo
1 Véase, per ejempbo, Die Crundlagen der Arithrnetik, Bres-
34] lau, 1884, § ; u-ad. inglesa de J. L. Austin, Oxford, 1950.
36 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION EL PROGRAMA 37
la reducción leibniziana a proposiciones idénticas por su tratamiento por Boole de la lOgica de las clases.4 La ex-
propio procedimiento de demostrar que una proposición tension consiste, por una parte, en simbolizar no sOlo las
analitica es analitica. Lo hace enumerando lo rods clara- nociones empleadas en las ramas tradicionales de la ma-
mente posible no solo todas las leyes lOgicas fundamentales temática, sino también aquellas utilizadas en todo razo-
permisibles como premisas, sino también todos los métodos namiento deductivo y, pot otra pane, en formular expll-
de inferencia de empleo legitimo.2 citamente has reglas dc inferencia permisibles. Esto significa
La explicaciOn de Frege del carácter analitico de la que todo Paso inferencial puede sen a] representado por
aritmética presupone que las leyes generales de la lOgica, la transformaciOn de una o más expresiones simbOlicas
que él enumera y emplea como premisas, son tales como en otra, y b] justificada mediante recurso a reglas clara.
se las reconoceria general e inmediatamente. mente lormuladas.
Estas leyes son proposiciones que él no hace rods que Es obvio que tocia demostraciOn en el sentido de que
enumerar. No las caracteriza por rasgo comün alguno, un determinado teorema de la aritmética es analitico, esto
como el que podri a suponerse que poseen todas las pro- es, que puede deducirse de las proposiciones enumeradas
posiciones analiticas, pese a que no siempre se perciba dc la lógica, implica un cambie de simbolos en ci camino.
inmediatamente que lo poseen. Se ha realizado cierto nit. Obviamente, las expresiones simbOlicas que seflalen has pri-
mere de intentos para proporcionar un criterio de "ana- meras etapas serán lOgicas y sOlo contendrán, por consi-
liticidad", especialmente en términos de las panes consti- guiente, simbolos légicos come los que se emplean para las
tutivas de las proposiciones analiticas. Un ejemplo de ello variables proposicionales, los signos de negaciOn o los que
lo tenemos en el intento teniprano de Russell, rechazado indican conjunciOn. (Al simbolizar ci principio de con-
más adelante por él mismo por dar una definiciOn dema- tradicciOn —de que la conjunciOn de una proposiciOn
siado amplia.3 Y en forma análoga remplaza Frege la re- cualquicra y su negaciOn es falsa, principio manifiesta.
ducciOn leibniziana a proposiciones idénticas. mente lOgico— se necesitan todos aquellos simbolos.) Pot
Cabe esperar que el camino que conduce de las proposi- otra parte, Ins expresiones simbOlicas que seflalen las etapas
nes iniciales enumeradas, per medio de pasos de infe- posteriores, asi como, ciertamente, Ia ititima proposiciOn
rencia, a los teoremas de la aritmética sea largo, especial- dc in deductiOn formal, contendrán simbolos que no son
mente si cada paso ha de estar abierto a una inspección obviamentc lOgicos, y de los que solo se percibe que lo
a fondo. Porque si se utiliza siquiera una vez un supuesto son como resultado dc la deducciOn. En aigón lugar del
que no sea ni una de las proposiciones iniciales ni una camino que conduce de las premisas a, digamos, "1+1=2",
consecuencia de alguna de ellas, la demostracion carece la transiciOn dc simbolos obviamente lOgicos a simbolos
de valor. Per consiguiente, con objeto de prevenir la in- ohviamente no lOgicos ha dc producirse.
trusiOn subrepticia de supuestos no lOgicos, Frege y sus Y aqui se plantea tin probleina inevitable acerca de la
sucesores acloptaron y extendieron la representaciOn sim- naturaleza y la justificaciOn de in transiciOn. Frege y Rus-
bOlica del razonamiento utilizado por los matemáticos. En sell In consideran como proporcionada por definiciones.
esta tarea se vieron ayudados por intentos anteriores de Pero sus explicaciones de la definiciOn son difcrcntes, y la
matematizar el razonamiento lOgico, especialmente por el diferencia es importante desde ci punto de vista de la fib-
2 Véase, pot ejemplo, ci prefacio a Grundgesetze der Arith- sofia de Ia matemática. Segitn Russell,5 en efecto, Ia dc-
inetik; trad. inglcsa de P. Geach y M. Black, Oxford, 192, finiciOn es un artificio de mera notaciOn. En teoria es
PP. 137 55. 1 \'éase The Mathematical Anaivstc of Logic, Cambridge,
Véase Principles of Ala thernatics, Londres, 1903, cap. i,
1847.
§ 1 • y, por lo que se refiere a la retractaciOn, la introduccion 5 Véase Principia Mathe;natica, 0 ed., Cambridge, 1925,
a la 0 ed., Londres, 1937.
vol. i, pp. ii 55.
58 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSJCJON EL PROGRAMA 89
superfluo: una mera comodidad tipográfica. "La defini- logica carece de objeto propio. Hay pie demostrar: a] que
don —dice— es una deciaraciOn en ci sentido de que un las frases que parecen representar eiitidadcs (los ml y
determinado simbolo o urn determinada combinaciOn de tal, la clase dc toclas las cosas que...) están entretejidas,
simbolos de nueva introducciOn ha de significar lo mismo siempre que ocurren en la deducciOn dc la aritmética a
Clue otro simbolo u otra combinaciOn de simbolos de signi- partir de la lOgica, en conlextos que no implican el su-
ficado ya conocido." Se sostiene, sin embaj-go, pie, cuando puesto dc que tales objetos mentales existan, y b] que
menos en dos casos y per muy superfluas que teóricamente estos contextos Iran (IC definirse.
sean, las definiciones trasmiten, con todo, una informacion En su teoria de las descripcioiies. Russell expone un
sumamente importante. Implican, en efecto, "que ci defi- niétodo mediante Cl cual la Erase 'el tal y tal. . .'', que pa-
niehs Eel elemento que define] es cligno de cuidadosa awn- rece referirse a urn entidad, puede absorberse en Lin con-
ciOn" y, además, que "cuando lo que se define es algo ya texto c1ue no necesita referirse a cosa alguna. El método
familiar (Como ocurrè con frecuencia), como, per ejemplo, Cs perfe:tameiitc claw, técnica y esqucmiticamente, en su
un nümero cardinal ii ordinal, Ia definiciOn contiene un proplo ejemplo. Vearnos, per ejemplo, Ia proposiciOn "ci
análisis de una idea comün y puede acaso expresar, por autor de Waverley era escocés''. Esta proposición sOlo es
consiguiente, un adelanto notable'. cierta si la conjunci011 (IC las tres proposiciones siguien-
Asi, pries, siendo rneras comodidades tipográficas (de tes lo Cs, a saber: "Cuando menos una persona escribiO
abreviaciOn) , las definiciones no crean nuevos objetos ni, IPaverley ; A lo sunio twa persona escribid) TV(1Ver1ey;
por lo regular, sugieren su existencia. Algunas véces, sin Quienquiera que escribiO JVazierley era escocés". Este me-
embargo, una palabra que contribuye al significado de todo es susceptible de diversos refinamientos y variaclo-
ciertos contextos, Pero carece de sentido fuera de ellos, ncs. Pone de manifiesto que la aplicaciOn aparente de un
parece, con todo, referirse a wi objeto, como, por ejemplo, predicado al autor de Waverley, al actual Rey de Francia,
Ia palabra "nadie" en Ia frase "nadie corre tan velozmente al primer nOmero primo, etc., puede explicarse sin nece-
como yo". Pero que esto no es asi In pone de manifiesto sidad de suponer que estas definiciones concretas describen
la equivalencia entre las dos frases "nadie corre tan veloz- entidad real alguna cualquiera.
mente como yo" y "soy el corredor más veioz", y el hecho La mancra de tratar Russell la impresiOn —cierta o
de que el término "nadie" ocurra en una de las dos frases errOnca— dc que al hablar dc clases hablamos dc entidades
equivalentes y en la otra no. En efecto, no existe entidad es semejante a su teoria de las descripciones. Una vez
alguna a Ia que se refiera el término "nadie", tal como más, "la clase dc los objetos que..., que parece nombrar
"SOa'ates", per ejemplo, se reliere a urn persona. La cues- una entidad, Cs absorbida en contextos cada u no de los
tiOn está en que la definiciOn de "naclie" es contextual, cuales es definido como un algo entero y cstá libre de
esto es, el término está definido por ciertos usos o en has implicaciottes existenciales que Russell desca evitar. La
relaciOn con determinados contextos. teoria "sin clases", como se ha designado a la manera dc
Al hablar de nürneros individuajes (Como cuando de- Iratar Russell las clases, es menos elegante que la teoria
cimos, por ejemplo, el primer nárnero primo, el ünico ná- dc las (icscripciones y esni prescittada en forma inenos con-
mero que.. .), o al habiar de clases de nümeros (Ia clase vincente. Ha siclo objeto de modificaciOn per pane de
de los enteros divisibles per dos) , parecemos estar habian- lOgicos posteriores, los cuales, sin embargo, siguen estando
do de algo inmaterial, logico o mental. Sin embargo, si la de acuerdo con Russell en que la rnatemática es lOgica
aritmética es deducible de la iógica, entonces las propo- y la lOgica no contienc asertos acerca (IC objetos particu-
siciones aritméticas deducidas dificilmente pueden ser enun- lares, scan Cstos materiales, mentalcs o lOgicos.
ciados a propOsito de objetos de cuaiquier clase que sea, En relaciOn con la funciOn dc las definiciones, Frege
y pueden serlo menos todavIa si, como Russell supone, la dificre mucho de Russell. Su concepciOn merece atención
40 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION EL PROGRAMA 41
no sólo a causa de su interés intrinseco, sino tambiën por-
- que Ia posición de que la matematica, si bien deducible ren comcntarjo. Una función de Ia forma "4 ()" está,
por asi decirlo, sin saturar: Ia letra minüscula griega indica
de Ia lOgica, contiene, con todo, enunciados a propOsi-
un lugar abierto que ha de llenarse con el nombre del
to de objetos (lógicos) sigue siendo mantenida per algunos
objeto. Frege designa "b (a) " como concepto si ci resul-
lOgicos contemporáneos, especialmente por A. Church.O La
tado de Ia operaciOn de llenado proporciona una expre-
cliferencia entre ]as dos ramas del logicismo, Ia nominalista
siOn que constituye una proposiciOn cierta o falsa. El cam-
de Russell y Ia realista de Frege, reside ante todo en sus dos
p0 de valores de un concepto, per su parte, comprende
concepcioz-zes distintas de la definicion. Y si bien Ia diferen-
todos los objetos que entran en el mismo, y sOlo éstos.
cia reviste pequefla importancia desde el punto de vista de
En otros términos: el campo de valores de un concepto
Ia manipulacion matemática, tiene en cambio gran tx-as-
es su extension.
cendencia filos6fica1 segün lo subrayan tanto Frege como
Russell. Veremos, a partir de los siguientes ejemplos, cOmo
• Scgün el primero de los dos, en efecto, los nümeros son Frege se sirve del principio en Ia ideñtificaciOn de objetos
lOgicos. Pongamos que () sea Ia funcion (el concep-
objetos lOgicos que corresponde a una filosofia de Ia ma-
to) " es una recta paralela a Ia recta a" y jJ (E) Ia fun-
temática seflalar claranente. Definirlos no equivale a
dOn (el concepto) ' es una recta paralela a Ia recta b'.
crearlos, sino a delimitar lo que existe per derecho propio.
La definicion contextual de los objetos lógicos no basta, Si ahora una determinada recta c pertenece al campo (Ia
extensiOn) de ambas (esta incluida en ambas) 0 (E) y
porque no pone de manifiesto su carácter de entidades
independientes.? Postularlos es, segün Frege, igualmente p (a), entonces aquélla tiene algo en cornün con ()
y p(). Puede definirse ahora Ia caracteristica comón
improcedente. En efecto, podemos postular Ia existencia
descubierta (seflalada), más bien que postulada. La direc-.
de objetos lógicos independientes tan porn como podemos
chin de una recta, digamos a, Cs el campo de valores de
hacc-rlo con Ia de unicornios, los cuales, si existieran, exis-
tirian independientemente dc su postulación y, si no exis- Ia funciOn " es una recta paralela a a".
Nuestro segundo ejemplo es Ia célebre definicion del
ten, ninguna postulación, por muy enérgica que sea, logrará
darles existencia. "iiümero", de Frege. En ella desempena el papel de Ia
nociOn familiar de rectas paralelas Ia nociOn menos fami-
La definicion no garantiza —no más en zoologia que en
liar de los conceptos "similares'. Dos conjuntos de objetos
logica— pie no se encontrará vacia de contenido Ia noción
son similares si puede establecerse una correspondencia
definida. Si Ia razOn de Ia definicion está en delimitar ob-
biunivoca entre sus miembros, y sOlo en este caso. En este
jetos, entonces ha de demostrarse, segün Frege, que estos
sentido, el conjunto de los dedos de mis dos manes es si-
objetos existen. Y esto se hace proporcionándonos los m&
milar al de los dedos de mis pies, pero no al conjunto
dies de identificarlos. El principio que rige Ia identifica-
formado per mis ojos. (Importa percatarse de que Ia pre-
dOn y el reconocimiento de objetos lOgicos lo formula
sencia o Ia ausencia de Ia correspondencia biunivoca puede
Frege como sigue: "Me sirvo de Ia expresiOn 'Ia funciOn
establecerse, asi se supone, sin aplicar conceptos-nñmeros.)
J () tiene el mismo campo de valores que Ia funciOn Cada concepto determina, como hemos visto, un conjunto
'f' (E) ' como equivalente dc Ia expresiOn 'las funciones 0 () de cosas, digamos, el conjunto de cosas que incluye: Ia
y p () tienen el mismo valor para el mismo argumen-
to' "8 Algunos de los términos de este enunciado requie- extensiOn del concepto. Si los conjuntos de objetos corn-
prendidos en dos conceptos, esto es, en sus extensiones,
C Véase cap. z de su son similares, diremos que los conceptos son similares ellos
Introduction to Mathematical Logic,
vol. i, Princeton, 1956. mismos; diremos, pot ejemplo, que ci concepto "dedo de
7 Véase los §§ 55 y 56 de
Cnindlagen der Arithnzetik. Ia mano perteneciente a on set humano normal" es similar
8 Grundgesetze, vol. i,
§ s. a "dedo del pie perteneciente a un ser humano normal".
42 LA MATEMATICA COMO LOGlCj: EXPOSICION LA LOGICA DE LAS FUNCIONES 43
Pongamos ahora que () es la funciOn (el concep- cos...., asi como demostrar esto con ". . . toda la seguridad
to) " es un concepto similar al concepto a", y W() la y Ia precisiOn de que las demostraciones matemáticas son
función (el concepto) " Cs un concepto similar al con- capaces".°
cepto V. Si ahora cierto concepto c, por cjemplo, está Hay que emprender ahora algOn intento para indicar
comprendido tanto en 4)(t) como en ty (), entonces de qué manera ci programa en cuestiOn ha sido realizado.
tiene algo en comün con ellos, a saber: su nümero. Ha- Al intentarlo, me esforzaré por no dctenerme en aspectos
biendo demostrado asi su existencia —no postulándoia técnicos más tiempo del Clue Cs necesario para la aciara-
simplemente—, podemos definir ci nUmero de un con- ciOn tie problemas filosOficos y, especialmente. de aquellas
cepto, cligamos a, como ci campo de vaiores (la extension) cuestiones dc Ia naturalcza y función de la inatemáti-
del concepto: " es nfl concepto similar a a". Resulta su- ca Clue son las Clue aqui nos interesan. Sc revelard como
mamente instructivo, como lo seflala Frege, comparar la importante, par doquier, distinguir la compctericia matcmá-
mancra en que ilegamos a esta c!efiniciOn de "nümero" tica y ci juicio fiiosOfico, asi como evitar que Ia adniiraciOn
con aquelia en Clue SC liega a la definiciOn de "direcciOn". por la primera oscurezca los posibles dcfcctos del segundo.
Esta comparación mostrará, en particular, que o son "cir- Las ramas de la lOgica —en el sentido amplio del tér-
culares" las dos definiciones o no lo Cs ninguna. Revelará mino que requiere el logicismo— que han de considerarse
asimismo que ci nombrc dado al principio cmpicado pafa son brevemente las siguicntcs: Ia logica (IC las lunciones
justificar las definiciones, esto es, al principio dc abstrac- de verdad, la lOgica extensional (IC las clascs y la lOgica de
ciOn, ha sido escogido acertadamente. la cuantificaciOn. La separacicil de cstas ramas, si hien es
Veremos en seguida (jUC Sc nccCsit;i para Ia ejecuciun conveniente y está histOricamcnte justificada, no es, con
de su programa ci principio de abstracción dc Frege, o aT- todo, necesaria. Dc todas las exposiciones y demostraciones
gOil otro principio similar. Sin embargo, ci hecho de adop- contemporáneas del programa general del logicismo v en
tarlo entre los principios obviameritc lógicos no implicit Ia el ámbito de éste, las rnás elegantes son prohahlcmcnte las
adopcion del punto dc vista dc que hay objetos especifica- que debemos a W. V. Quine.!°
mente iOgicos. En efecto, el método de la definiciOn con-
textual puede emplearse —y Jo ha sido por Russell— para
21 LA LÔGIcA BE LAS FUNCIONES
absorber los nombres de entidacles, reales o aparentes, que
resultan dc la aplicaciOn del principio dc abstracciOn a Una proposiciOn compuesta cierta o falsa, cuyos compo-
contextos rails amplios, en los que dejan de aparecer coma nentes sean asimismo cicrtos o falsos, es urni proposiciOn
nombres de entidacles y se convicrtcn en simbolos incom- funcional de verdad (en abreviaciOn, una funciOn dc ver-
pletos, esto Cs, en simbolos clefiniclos en reiaciOn con ai- dad) ünicamente si la verdad o el error de Ia proposiciOn
gunos contextos soiamente. compuesta dependen sOlo (son solamente una función) de
Si bieti Frege y Russell dificret i en sit concepto (le las la verdad o ci error de los componenics. Las funciones
definiciones y, por consiguiente, to su conccpciOn del de verdad son funciones en ci sentido cstricto del vocabIo,
principio de abstracciOn y en sus puntos de vista acerca y no simplemente en seritido metafOrico. Para apreciarlo
dc los objetos abstractos, en todos los demás aspectos su con toda claridad, consideraremos it t inilo de cjernpio la
programa Cs, con todo, el mismo. Sc propone, para ser- funciOn familiar x + y a bien, escrita en otra forma, surna
virnos tie las palabras tic Russell, dcmostrar "que toda la (x,y), en donde par suposiciOn podemos tomar como va-
matemática pura trata exciusivamente de conceptos ciefini-
bies cii términos dc tin nümero muy reducido de conceptos 9Principles of Alathematics, prcfacio.
lOgicos fundamentales, y que todas sus proposiciones son 10Véase en particular Mathematical Logic, edicion rcvisada,
reducibies a un nümero muy pcqueño de principios IOgi- Cambridge, Mass., 1955.
44 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION LA LOGICi\ DE LAS FUNCIONES 45
lores de los argumentos cualquier nümero natural, y en Sc ha demostrado que todas las funeiones de verdad
donde ci valor de la funciOn seth a su vez un nümero tal. (habiando cstrictamcnte, todas las funciones tie verdad hi-
Asi, por ejemplo: surna (2,3) = 5. En la funcion de ver- narias, esto es, las funciones de verdad de dos argumentos)
dad, los argumentos son o bien verdad (en abreviatura, V) pueden introducirse pot una definiciOn, Si cmpezamos ya
o fa]sedad (en abreviatura, F), y los valores de la funciOn sea: a] con la simple nociOn de negaciOn aiternativa, esto
son, a su vez, V o F. Asi, pues, si p y q son variables es, la funciOn de verdad "plq", que tiene ci valor F para
proposicionales, entonces la conjunciOn (p y q) o Y(p,q) "VV" y ci valor V en los otros tres casos, o b] con Ia sim-
poseen ci valor V, si y sOlo si p y q tienen ambos ci valor ple noción de negaciOn conjunta, esto es, la funciOn
V. Tenemos: Y (V,V) = I Y (VF) = F, Y (F,V) = F, e "p J q", que p05cc ci valor V para F J F y ci valor F en
Y (F,F) = F. En otros términos, la conjunciOn de dos pro- todos los dcmás cases. (Obsérvcse aqul que hemos escrito
posiciones se define como la funciOn de verdad de dos los sImboios de las combinaciones funcionaics de verdad
proposiciones, que tiene ci valor V si los dos argumentos y "J"- entre las proposiciones combinadas. El orden
tienen este valor y ci valor F en todo otto caso. que adoptemos no importa.)
Cuando Ia combinaciOn de dos proposiciones se dcc- Por supuesto, las definiciones "Y (p,q) ", "o (p,q)" y
tüa por medio del "o" no exciusivo —esto es, ci "y/o" de "0 (p,q) " pueden extenderse a funciones similarcs dc tres
los documentos icgales—, Sc la puede considcrar como fun- o ms argumentos. Asi, pucs, Ia funciOn de verdad de n
ciOn de verdad dc los dos argumentos y escribirse o (p,q). argumentos "Y (p.. ... .p) " sOlo tiene ci valor V si todos
Esta funciOn la definen: a (V,V) = V, o (VF) = V, a los argumentos tienen CStC valor, y "a (p1,..., p,) " tiene
(F,V) = V, y a (F,F) = F. Vemos, pues, que ci valor de ci valor V sOlo si uno dc los argumentos, y no más de uno,
esta funciOn Cs V si ci valor de uno cuando menos de los tiene este valor. Un ejemplo obvio de una funciOn de ver-
argumentos es V. La combinaciOn de dos proposiciones dad de un solo argumento es "No (p)". de la que se dice que
pot medio del 0 exciusivo —aut Citsar, aut nihil ["o Ce- tiene ci valor F si p tiene ci valor V, y V si p tiene el va-
sat o nada"]— se define como la funciOn de verdad: 0 lor F. (Con frecucncia se cmplca ci simboio por No.)
(V,V) = F, 0 (VF) = V, 0 (F,J') = V, y 0 (F,F) = F. La Convienc vet claramente cuáles caracteristicas son im-
combinación de dos proposiciones pot medio 1e "n" portantes en rclaciOn con una proposición compuesta con-
—reproducido a menudo en forma equlvoca como "Si... siderada simpicmcnte como funciOn de verdad. Per ejem-
entonces"— se define por: n (V,V) = V. fl (V,F) = F, plo, en la medida en pie 7flruto ascsinO a CCsar) y
(F,V) = V y (F,F = V. La tercera formula, en (Roma está en Italia)" es una funciOn tie verdad, lo üni-
particular, no se adapta a muchos empicos del "si. . . enton- co que importa es el hecho de que los dos argumentos dc
ces". La combinaciOn de dos proposiciones pot medio de la funciOn "Y (p,q)" y, per consiguientc, la funciOn mis-
—reproducida a menudo como "Si y sOlo Si"— se defi-- ma, tengan ci valor V. En cuanto funciOn dc verdad, la
ne por (V,V) = V. (VF) = F, (F,V) = F y proposiciOn compuesta está lotalmente representada por
(F,F) = V. En lugar de a se emplea a menudo ci sfm- "Y(V,V) " o, más expilcilamente, por IT (V,V) = V'. La
bolo v, y en iugar de Y ci simbolo Pc. proposiciOn "(Los leones son mamiferos) y (Los clefantes
Otras funciones de verdad de dos variables proposi- son mayores que los ratones) ", cuyos argumentos son am-
cionales —lo que da un total de dieciséis— pueden deli. bos proposiciones ciertas, tiene exactamcnte la misma es-
nirse en la misma forma, si bien no siempre Cs posibie tructura funcional dc verdad que nuestro primer ejemplo. Y
haflar analogias correspond ientes en ci lenguaje corriente. elcctivamente, en la medida en que las dos proposiciones
No existc razOn alguna de que no ocurran en Ste ni para son funciones, dc verdad, las dos están representadas por
una y Ia misma fOrmula "1' (V,V)" o, en forma más cx-
que no podamos introducirlas en el, si asi queremos ha-
pilcita, por IT (V,V) = V".
cerlo
46 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION LA LOGICA DE LAS FUNCIONES 47
Frege explica esta situación, más bien extrafla a pri- plo, para una presentacion satisfactoria de la mecánica dc
mera vista, extendiendo de los conceptos a las proposi- los cuanta11—; que, per razonës lOgico-filosOficas dc peso,
ciones la distincion .entre connotation y denotaciOn, o su la validez general de la Icy dc tercero 6xcluido, en la-que
propia distincion más precisa entre sentido y denotaciOn se apoya la tlicotomia de las proposiciones en las que tie-
(Sinn y Bedeutung). "Animal racional" y "bIpedo implu- nen ci valor de verdad V y las que tienen ci valor de
me", para servirnos de una ilustraciOn muy trillada, difie- verdad F, Cs inaceptable. A causa de la importancia que
-en en cuanto al sentido, pero tienen la misma denota- reviste para la Iógica y la filosofia del logicismo, vale la
tiOn. Y en forma análoga, la proposiciOn "Bruto asesinO pena suhrayar que las funciones (IC verdad son una clase
a César" difiere en cuanto al sentido de "Los leones son muy especial y abstracta de proposiciones compuestas, csto
mamiferos", pero las dos tienen, segün Frege, Ia misma es, on tipo que en algunos aspectos representa ciertas
denotaciOn: en efecto, las dos denotan lo verdadero, ci caracteristicas del inglés y de otros lenguajes naturales
valor de verdad V. En términos generales, toda proposi- (véanse los ejemplos anteriores) , pero que en otros aspec-
ciOn denota ya sea V o F, siendo F denotado, por ejem- tos consiste en idealizaciones y sixnplificaciones (pot ejem-
plo, per "2 + 2 = 5", "Los leones son peces", o per cual- plo, ci supuesto dc que hay dos vaiores dc verdad perfec-
quiera otra proposiciOn falsa. tamente clefinidos) . Como tales, se recomiendan para
El que aceptemos o no este punto de vista —de que determinados propOsitos, en tanto que no se prestan para
todas las proposiciones ciertas denotan (son nombres de) otros.
l valor de verdad V. y todas las proposiciones falsas Podemos enfrentarnos ahora al problema más impor-
denotan (son nombres de) el valor de verdad F—, no es tante desde ci punto de vista del logicismo. Esto es, cuá-
la cuestiOn. Dc lo que se trata es de que, en Ia medida en les funciones de verdad son proposiciones lOgicamentc
que consideramos una proposición como una funciOn de necesarias y pueden sen'ir, por consiguiente, de premisas
verdad de sus coinponentes, sOlo necesitamos tener en permisibles para la declucciOn dc Ia aritmética a parlir de
cuenta Ia verdad o falsedad de éstos, pudiendo ignorar la lOgica? La respuesta es clara. La funciOn de verdad,
cualquier otra informaciOn que ella misma o los compo- digamos f (p 11 p,..., p,j, es lógicamente necesaria si y
nentes trasmitan. sOlo si es idénticamente cierta, esto es, si es cierta para
No toda proposiciOn compuesta puede considerarse como toclos los vaiorcs de los argumentos p1,... , p,. En otros
una funciOn de verdad. Tomemos, per ejemplo, la pro- términos, cualquiera que sea la mancra como Ilenemos
posiciOn compuesta "Creo que no habrá guerra en los los lugares tie los argumencos con V y F, la regla de la
prOximos veinte aflos'. La verdad o falsedad de csto no
depende del valor de verdad del componente "No habrá
composiciOn, simbolizada per 1. Cs tal que ci valor de vet-
dad de la composiciOn es siempre V. Consideremos, per
guerra en los prOximos veinte aflos". Per otra pane, tam- ejemplo, el enunciado compuesto "p o no-p" o hien, pan
poco el valor de verdad de "Todos los hombres son servirnos tic otra forma familiar de escribirlo, "p v - p".
mortales y SOcrates es on hombre' implica 'Socrates es Aqul, si p es cierto, p es falso, y si p es falso, - p es
mortal') " depende de que el antecedente y el consecuente cierto. Uno de los dos enunciados componentes ha dc ser
scan ciertos o falsos. Y lo mismo se aplica a todas las cierto. El caso en que los dos scan falsos no puecic pre-
afirmaciones y negaciones de deducibilidad. sentarse. Asi, pues, uno de sus términos ha de set cierto.
Y finalmente, no es obvio en modo alguno que toda Y toda vez que urn alternativa en que uno (IC los miembros
proposiciOn sea cierta o falsa. Puede sostenerse, en efec- es cierto ha de ser cierta, todo compuesto "/ v p", en
to, que ci idioma inglds, per ejemplo, contiene proposi-
ciones indeterminadas; que las proposiciones de valor in- 11 Véase, por ejemplo, H. Reichenbach, Philosophic Founda-
determinado de verdad son deseables y ütiles —pot ejem- tions of Quantum Mechanics, Berkeley, tg48.
48 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION LA LOGICA DE LAS CLASES 49
donde p es cualquier enunciado cierto-o-falso, ha de ser más extensos y poderosos dentro de los cuaies podemos
cierto. deducir los teoremas de Ia aritmética y de otras ramas de
No todos estos enunciados idénticamente ciertos son Ia matematica pura.
tan fáciles de reconocer como éste. Sin embargo, mientras Lo que hay que tener presente, en esta etapa del exa-
ci enunciado compuesto sea una función de verdad que men, es que, por una pane, locks las proposiciones fun-
consta de un nümero finito de componentes ciertos o cionaimente ciertas (todas las tautologias funcionales de
falsos, resulta posible decidir en -forma puramente mecá- verdad) son elegibles como premisas en Ia derivacion
nica, después de on nñmero finito de pasos, si una función emprendida de Ia matemática a partir de la iógica, y
de verdad compuesta Cs 0 no cierta para todos los valores que, por otra parte, podemos mostrar mecánicamcnte, con
posibles de sus argumentos. (Los métodos de hacerlo se un nümero finito de pasos, si una proposiciOn funcional
explican e ilustran en los libros de texto elementales de de verdad determinada CS 0 no una xautologia. En ci do-
iógica simbOlica.) Por supuesto, Ia negacion de una fun- minio de Ia logica de la fynción de verdad, Ia diferencia
ción de verdad identicamente cierta Cs, por ci contrario, entre proposiciones obviamente y no obviamente analiti-
idénticamente faisa, esto es, falsa para todos los valores cas (iogicamente necesarias) ya no revisit importancia.
de sus componentes. Para éstas, en efecto, el problema leibniziano de reducir
Fuera de la lógica formal, las funciones de verdad idén- las segundas a las primeras ha sido resuelto ya. Todas las
ticamcnte ciertas o idénticamcntc falsas revisten, natural- tautologlas de función de verdad son premisas elegibies,
mente, poco interés. Asi, por ejemplo, de poco sirve, por y algunas de ellas se necesitan como tales. Pero es ci caso
lo regular, decir que habrá o no habra guerra el año que, además de ellas, necesitamos todavia otras premisas
préximo. En Ia tarea corriente de trasmitir informaciOn más.
nos ocupamos precisamentc dc enunciados que no son ni
identicamente ciertos ni idénticamente falsos, de enuncia- 3] BE LA L6GICA BE LAS CLASES
dos, por ejemplo, como ci de que habrá guerra el aflo
próximo y no se emplearán en ella armas nucicares. Este Ernie las proposiciones que por acuerdo universal perte-
enunciado no es ni necesariamente cierto ni necesariamen- necen a Ia lógica y, por consiguiente, son premisas permi-
te [also. sibles en Ia deducciOn de Ia matemática pura a partir de
Toda vez que Ia clase de las funciones de verdad que Ia iógica, hay varios principios acerca de las relaciones
son idénticamentc ciertas es bien definida y toda vez que entre clase y clase y entre las clases y los elementos. Su
puede decidirse por medios puramente mecánicos si una presentación sistemática, en forma de un sistema deduc-
determinada funcion de verdad Cs o no Cs idénticamente tivo, debido principalmente a Boole, precedio a Ia presen-
cierta, no hay necesidad alguna de construir un sistema tación similar de Ia légica de las funciones de verdad y
dcductivo cuyos postulados y teoremas abarquen todas las seflala una de las fuentes de las que broth Ia lOgica mo-
funciones de verdad y no abarquen, en cambio, otra pro- derna.
posición alguna. Un sistema deductivo de csta clase serla Siguiendo a Lewis y Langford12, consideraremos breve-
un sedicente "calcuio proposicional". Se ban construido mente primero Ia Ilamada Iógica elemental de clases, de
muchos de tales sistemas. Su principal valor es en cierto la que se vera que en conjunto es conforme a nuestra
modo, desde nuestro punto de vista, pedagogico. Son sim- forma corriente de pensar acerca de las clases, Pero ha de
ples ejemplos que ponen de manifiesto ci rigor con que, en extenderse, con todo, si es que ha de proporcionar premisas
iógica matemática, se deducen teoremas de postulados y suficientemente poderosas para Ilevar a cabo el programa
definiciones, siguiendo las reglas de transformación. Cons- 12 Symbolic Logic, Nueva York, 1912.
tituyen, por otra parte, ci niicleo de los sistemas iOgicos
50 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION LA LOGICA DE LAS CLASES 51
Frege-Russell. De entre los numerosos sistemas de lOgica tos del conjunto— en un todo".1 Para él constituiria un
elemental de clases hemos escogido limo en que se captan
conjunto o clase 51 reunidramos, por ejemplo, en 'un
como clans las siguientes nociones: las clases, simbolizadas
por a, b, c..... el producto de dos clases, por ejemplo, todo": a] todos los nOmeros irracionales (tomados sepa-
radamente), b] ci conjunto de todos los nümeros irracio-
aflb, que contiene como miembros todos los elementos co-
males (tomados como elemento Onico) y —para buena me-
inunes a a y Ii y ningün otro; Ia clase universal, simbolj.
zada pot v, que consta de todos los elementos disponibles dida— c] Pitágoras.
Uno de los acontecimientos más importantes y fecundos
en un universo clasificado dado de discurso, y la clase
de la historia de la lOgica matemática y la filosofia de
complementaria, por ejemplo, a' de a, que contiene todos
la matemática fue ci descubrimiento de que la lOgica
aquellos elementos de V que no son también elementos de las clases de Cantor, al admitir como clase cualquiera
de a.
colecciOn, como quiera que se haya formado, conducia a
En términos de estas nociones, definimos "A" como contradicciones. Su presencia impone distinguir, como ye-
esto es, como la clase vacia o clase cero; "a Ub) remos en seguida, entre las clases acimisibies y las clases
como "(a'nb')"; y "acb" como "anb=a"."(aub)"olasuma
inadmisibles, esto es, entre las que conducen a contradic-
de a y b es la claw que tiene como elementos todo dc-
clones internas y las que no lo hacen. La regiOn del pen-
memo de a, todo elemento de b y todo elemento comün a
samiento en dondc tales distinciones son obligadas se pa-
ambos. acb, por su parte, expresa que todo elemento de
a Cs un elemento de b, esto es, que a rece en cierto modo un poco a aquel célebre pantano que
está inclui. nadie podia desaguar y por sobre del cual hubo que cons-
do en b.
ti-uk un Puente, en consecuencia, por todos los medios
De este modo, las siguientes seis fOrmulas pueden ser- artificiales disponibles. El paso de la deducciOn que con-
vir de postulados: ii ana a, ifl anb =bna, iii] afl(bn)=
duce de Ia lógica a la matemática atraviesa esta regiOn.
(anb)nc, iv anA = A, v] Si anb' = A,entoncesacb,vi] Si
Aqul es donde los seguidores de Leihniz, Frege y Russell,
acb y acb', entonces a = A. Mediante razonamiento di-
ham de pasar de la una a las otras, han de establecer su-
recto, estas fOrmulas conducen a los teoremas de la lOgica puestos que no son "obviamente lOgicos", cuando menos
elemental de clases, lo mismo que en el algebra "comün". em el semtido de lo "lOgico" que implica ci empico del
En forma perfectamente apropiada, los libros de texto de término par Leibniz, Frege o Russell.
la lOgica formal sustituyen las reglas del razonamiento in-
Veamos ahora ci célebre caso de antinomia en la (co-
formal por reglas de transformacion de formulas. da de clases, descubierto independientemente por 'Russell
Para verificar la correspondencia del formalismo con S y Zermelo.14 Si admitimos como conjuntos todas las co-
nuestros razonamientos intuitivos a propOsito de las cia. lecciones de objetos que satisfacen la definiciOn de Cantor,
ses, podriamos interpretar a, b, c,. . . como otras tantas esto es, todas las colecciones cualesquiera que scan, hemos
clases (estrictamente definidas) de animales, pot ejemplo, de admitir ipso facto conjuntos que se contienen coma
tomando V como la clase de todos los animales, y A como elementos a si mismos. Por ejemplo, el conjunto que cons-
la clase vacia. Las dificuitades empiezan cuando conside. ta de todos los conjuntos es un conjunto él mismo y, en
ramos clases artificiales (conjuntos), cuyos elementos, fi- cuanto tal, un elemento del conjunto de todos los conjun-
nitos o infinitos en námero, se ret'inen sin referenda a tos; o bien, el conjunto de todos los conjuntos de más de
similitudes o a los propésitos más familiares de Ia clasi.
ficaciOn. Cantor, fundador de la teoria general de las
13 "Bciträgc zur Begründung der transfiniten Mengenlehre
clases o .conjuntos, definiO el conjunto (Menge) como "la I', en Mathe;hatische Annalen, 1 895.
14 Véase t'raenkel, Einteitung in die Mengentehre, reimpre-
reuniOn de objetos definidos, perfectamente distinguidos, sa por Dover Publications, Nueva York, t16, o Fracnkcl y
de nuestra percepciOn o nuestro pensamiento —los elemen- Bar-Hillel, Foudations of Set Theory, Amsterdam, 1958.
52 LA MAflMATICA COl'40 LOGICA: EXPOSICION
cliez elementos comprende más de diez elementos y, en LA LOGICA DE LAS CLASES 53
estas condidones, se contiene también a si mismo. Estos aritinética y algo más a partir de un conjunto muy reducido
conjuntos nos parecerán acaso un tanto anormales Si los de postulados mediante reglas formalizadas de inferencia;
comparamos con las clases o los conjuntos normales que pero, a menos que el conjunto reducido en cuestiOn cons-
no se Contienen como elementos a Si mismos; como, por te de postulados ya sea obviamente lOgicos o susceptibles
ejemplo, el conjunto de todos los hombres, que contiene de clemostrarse como tales, no demuestra la verdad del
a cada hombre individual, pero no se contiene a si mis- logicismo.
mo, en cambio, como elemento. Russell sostiene que la antinomia que hemos exami-
Pongamos que n Cs el conjunto de todos los conjuntos nado, asi como algunas otras que cabe construir en ci
not-males, esto es, de todos los conjuntos que no se con- marco de la teoria de los conjuntos de Cantor, resultan
tienen como elementos a si mismos. Si in es un conjunto de cierta clase de circulo vicioso. El principio que muestra
normal particular cualquiera, per ejemplo, el conjunto de lo que debe evitarse y cOmo puede evitarse se formula en
todos los hombres, entonces in es un elemento de n o, Principia Mathematica coma sigue1 :"'AqueIlo que contie-
expresado per medio de simbolos: men.' Y seth asimismo ne la totalidad de una colccciOn no ha de formar parte
correcto afirmar de cualquier conjunto anormal a (pot-- de ella', o inversamente, 'Si, visto que una colecciOn deter-
ejemplo, el conjunto de todos los conjuntos) que —en) minada Liene un total, sOlo tuviera miembros definibles
Si men (Si in es un conjunto normal), entonces, y solo en térmitios de este total, Ia colecciOn en cuestiOn no ten-
entonces, - (niEm) (in no es un elemento de si mismo). dna total alguno' ". El principio sugiere una jerarquia de
Preguntamos ahora si ii —el conjunto de todos los conjun- tipos y de restricciones relatnos a la fonmaciOn dc cla-
tos normales— es normal. Si 'zEn (Si n es un conjunto ses en sus propios términos. Poclemos distinguir las clases
normal) , entonces, y sOlo entonces, - (nn) (n no es un unas dc otras, segOn el tipo, como sigue: tipo 0, individuos;
Clemento de si mismo) . Si - (nEn), entonces, y solo en- tipo I, clases de individuos; tipo 2, clases de clases de
tonces, (ncn) . En otros términos, la afirmaciOn de que individuos, etc. Aparte de estas clases de tino puro, cabe
n es normal implica la afirmacion de que ii no es normal concebir también clases de tipo mixto.
y es implicada por ella. La antinomia puede deducirse en Si defillimos como conjunto normal al que no se con-
la lOgica ordinaria de clases si definimos en ella la clase tiene comb elemento a si mismo, hay siempre una ma-
n de todos los conjuntos normales y su clase complemen- nena dc eluclir el molesto "nEn, si y sOlo si (it n) " (sien-
taria 7%' =a, como la clase de todos los conjuntos anor- do ii el conjunto de todos los conjuntos normales).
males. efecto, podemos prescribir simplemente que una clase n
Lo que se necesita para la deduccion de la matemática ha de contenerse nunca a si misma como miembro. Esta
a partir de la lOgica es una lOgica de clases que pueda prescripciOn podria refonzarse prescribiendo que toda clase
proporcionar principios adecuados para este fin, pero sin sOlo deha coritener como miembros a clases de tipo infe-
que scan susceptibles de conducir elks mismos a antino- rior, o que toda clase solo deha contener miembros que
mias. Sc necesita asimismo una justificaciOn de tales prin- scan del tipo inmediatamcntc inferior. Y esta regla, de
cipios per motivos mejores que los meramente pragmáti- (IUC Si una clase es del tipo n-ésimo sus miembros deben
cos. En efecto, el programa del logicismo consiste en ser todos del tipo (n - l)-ésimo, ha sido efectivamente
deducir la matemática a partir de principios lOgicos, y adoptada per Russell.
110 a partir de principios, algunos de los cuales scan lOgicoS Si bien el principio del circulo vicioso elude las anti-
y otros no. A menos de poder demostrar que las premi- nomias, conduce, con todo, a dificultades que requieren
sas son lOgicas, nada se ha logrado. Sin duda, es forzoso ad- nuevos postulados para su eliminaciOn. En efecto, el prin-
mirar una técnica deductiva capaz de deducir el todo de la
tO 0 cd., vol. i, p. 37.
54 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICII5N LA LOGICA DE LA CUANTIFICACION 55
cipio del circulo vicioso estratifica las clases en tipos, y la ciados en los que es afirmada de un nümero en realidad
estratificacion se extiende a todas has funciones proposi-
infinito.
cionales, siendo Ia funcion proposicional 95 (x) la clase de Consideremos, por ejemplo, el enunciado "SOcrates es
todos los objetos de los que 1' (x) puede afirmarse con
mortal'. Aqul podemos distinguir con Frege (véase su-
verdad; asi, pues, se extiende a todas las proposiciones,
pra, p. 37) : I] la funciOn no saturada "x es mortal" y
puesto que enunciar una proposiciOn equivale a aplicar
21 "Socrates" como el nombre de uno de sus valores. Toda
una funciOn proposicional o, pan servirnos de la expre- vez que la saturaciOn de la funciOn por ci nombre de
siOn de Frege, un concepto a un objeto. (En sentido es- un objeto conduce a una proposiciOn cierta-o-falsa, la
tricto hubjéramos debido examinar también, por supuesto, funciOn no saturada es designada por Russell como "fun'
Ia funciOn: 56 (x 1, x 21 ..., x,j, en la que n >1.)
ciOn proposicional", y por Frege como "concepto". Supo-
Russell se da perfecta cuenta de ello. "Importa —dice niendo, como tenemos libertad de hacerlo, que el nñmero
en Principia Mat/zernatical 6_. [observar] que toda vez que
de hombres es finito y que todos ellos se distinguen in-
hay varios tipos de proposiciones y funciones . . . todas las equivocamente por medio de nombres, afirmar que "todos
frases que se refieren a 'todas las proposiciones' o a 'todas los hombres son mortales" equivale, desde nuestro punto
las funciones' o a 'alguna ØroposiciOn (indeterminada) de vista, a afirmar "Socrates es mortal y Platen es mortal
carecen a primera vista de sentido.....Insiste en este punto. en donde los puntos sugieren el complemento de
"Si la matemática ha de ser posible —dice-- es absolu- una conjunciOn muy larga de proposiciones, pero finitas,
tamente necesario... que encontremos algün método de sin embargo, en cuanto al nümero y derivadas todas ellas
formular enunciados que scan per lo regular equivalentes de una misma funciOn proposicional en forma muy sen-
a lo que pensamos cuando hablamos (inadvertidamente) cilIa y directa. Esta conjunciOn Cs una combinaciOn fun-
de 'todas las propiedades de x'." No necesitamos examinar cional de verdad de elementos, que tiene el valor V solo
aqui el método propuesto por Russell ni los demás pos- si todos los componentes tienen el valor V. En otro caso
tulados que lo encarnan. Como tampoco necesitamos decir tiene ci valor F. Podemos abreviar la conjunción muy
nada acerca de los diversos esfuerzos de los sucesores de Rus- larga escribiendo: "(x) (x es mortal)" o, en forma más
sell por reducir los epiciclos, por asI decir, de los que esquematica, "(x) 1(x) ". (Por motivos de comodidad, su-
Russell encontrO que habian de estar impuestos al prin- ponemos que nuestro universo de discurso consta sola-
cipio del circulo vicioso, epiciclo él mismo de la teoria mente de hombres.)
de los conjuntos de Cantor. Afirmar que existe, por ejemplo, un hombre equivale
a afirmar "SOcrates es un hombre o PlatOn es un hombre
41 DL LA LÔCICA DL LA CUANTIFICACI6N o..., en donde los puntos sugieren el complemento de
una alternancia rnuy larga derivada de una misma funciOn
El ültimo grupo de postulados necesitado para Ilevar a proposicional en forma obvia. Esta alternancia es a so vez
cabo el programa Frege-Russell se refiere al empleo de una funciOn de verdad que tiene ci valor F sOlo si todos
los términos "todos" y "algunos" en matemática. Estos los componentcs tienen el valor F. Podemos escribirla
fueron Ia ültima parte que se formalizO del aparato. Su en la forma "(ax) (x es on hombre)" o, en forma más es-
necesidad salta a Ia vista si consideramos Ia transiciOn de quemática, como "(ax) 0 (x) ". En otros términos, nuestras
enunciados en los que una propiedad se afirma de on proposiciones universales y existenciales pueden incorpo-
solo objeto individual a otros en que la misma propiedad rarse perfectamente a la lOgica de las funciones de verdad, a
se afirma de un nümero finito de objetos y, de ahi, a enun- condiciOn de que la extensiOn de nuestras funciones propo-
FO sicionales sea finita.
Vol. i, p. 166.
Es el caso, empero, que algunas de las funciones propo-
56 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION DE LOS SISTEMAS LOGICISTAS 57
sicionales más importantes de la matemática pura, como muestra cuán fuerte ha de ser nuestra 'ilOgica" para que
"x es un entero" o "x es un nümero irradonal", son de pueda la matemática deducirse de ella.
una extensiOn que no es finita. Han de considerarse como Los postulados que proporcionan las extensiones infi-
infinitas, cuando menos en potencia. Los fiiOsofos mate- nitas abarcadas pot los equivaientes logicistas de las frases
máticos que adoptan ci programa de Russell consideran "para todo entero. ....o "para todo nümero real. ....son
las extensiones tanto de "X CS un entero" como de "x es susceptibles de diversas interpretaciones. Se los puede con-
un nümero irracional" como efectivamente infinitas, y con- siderar, pot ejemplo, coma artificios meramente técnicos,
sideran la segunda de las funciones como mayor, en un admisibies mientras se pueda demostrar que no conducen
sentido claramente definible, que la primera. Pot consi- a contradicciones. Este es esencialmente ci puma de vista
guiente, si ban de formularse regias para ci empleo de de Hubert y su escuela. Se los puede considerar, par otra
"para todos los x" y "hay un x tal que....., no se las pane, como inadmisibies, porque dan una idea errOnea de
puede considerar como reglas para aqueHas combinaciones la naturaleza de la matemática. Este es esencialmente el
funcionales de verdad que implican los conexivos "y" y punto de vista de Brouwer y sus discipulos. V se los puede
"o" (en slmbolos, "&" y "i"). De hecho, sin embargo, las considerar, finalmente, coma supuestos empiricos a propO-
conjunciones funcionales de verdad y las alternancias se sito del mundo. As! Russell, par ejempio, considera coma
han empleado como analogias heuristicas de enunciados hipOtesis empirica la afirrnaciOn de que hay en ci universo
universales y existenciales. una clase infinita de individuos. Decir que hay menos
As!, pues, en un universo de discurso compuesto de de diez individuos en ci mundo equivaldria a enunciar
dos objetos, digamos a y b, una proposiciOn como "1(a) y una falsa proposiciOn empirica, en tanto que decir que
f(b)" puede escribirse "(x) 1(x) ". Ahora bien, toda vez hay más de nueve equivaldria a enunciar una proposiciOn
que (f (a) 24(b) )f (a)" es una tautologia funcional de èmpirica verdadera. V decir que hay en el mundo un
verdad (véase p. 43), la fOrmula "((x) 1(x) )f (a)" es nümero infinito de individuos equivaldria, segón Russell,
también, en nuestro universo finito de dos objetos, una a formular un enunciado empirico que puede ser cierto
tautologia funcional de verdad. V Si ahora la extension a falso, pero que en los Principia Mathernatica se supone
de 11(x)' es infinita, podemos, con todo, seguir conside' set cierto.18
rando "((x)1(x))f(a)" como váiida. haciéndoia un pos-
tulado de nuestro sistema lOgico o viendo que se haga 5] DF LOS SI5TEMAS LOCICISTAS
deductible como teorema. Y en forma anáioga, tenemos
pan nuestro universo finito de dos objetos una teuto- Todo sistema logicista ha de juzgarse tanto desde ci punto
logia funcional de verdad, "f (a) (1(a) v 1(h)) ". Toda de vista matematico como del filosOfico. Con relacion a
VCZ que a y b son los objetos ünicos, esta fOrmula puede la matemática, hemos de preguntar si su simbolismo es
escribirse coma "f (a) ((Hx)1(x)) ". Si nuestro universo tan preciso y sus deducciones son tan rigurosas como pue-
es infinito y deseamos estar en condiciones de afirmar la de razonabiemente exigirse sobre la base de las técnicas
fOrmula con carácter general, necesitamos incluiria entre matemáticas existentes, 0 si ci sistema representa, efecti-
nuestros postulados o teoremas. La introducciOn heuris. vamente, un avance con respecto a éstas. FilosOficamente,
tica de los principios de cuantificaciOn, ampliándolos de hemos de enfrentar y comparar ci sistema iogicista con
extensiones finitas a extensiones "infinitas" de funciones la tesis y los programas filosoficos logisticos tales como
proposicionales,17 es sumamente instructiva, per cuanto fueron enunciados pot- Leibniz, Frege, Russell y otros.

17 Expuesto en detalle por Hubert y Bernays, IS Véase también Introduction to Mathematical Philosophy,
Grundlagen
dci- Mathematik, BerlIn, 1934 y 'gsg, vol. i, pp. 99s5. 2a ed., Londres, 1920, pp. 131 55.
58 LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICJc5N DE LOS SISTEMAS LOGICISTAS 59
Hemos de juzgar ci sistema a Ia luz de Ia tesis de que Ia construidos a la Iuz de los ideales logicistas. Trata de
matomatica Cs lOgica (en diversos sentidos de este afo- mejorar los Principia Matherhatica evitándo algunas de sus
rismo), juzgando al propio tiempo hasta qué punto esta dificultades, especialmente las que se relacionan con la
tesis resulta ilustrada par ci sistema 0 tai vez, por ci con- teoria de los tipos. Toda vez que nuestro interés está
trario, oscurecida par él. Si ci sistema es deficiente en en ci logicismo cual filosofia de la matemática y toda
cuanto a Ia matematica, su confrontacion con tesis y pro- vez que deseamos convenir en las pretensiones matemáti-
gramas filosóficos podra acaso carecer de objeto. Sin em- cas de Ia M. L. o de otros sistemas similares en Ia mayor
bargo, Ia met-a perfeccion matemática del sistema no basta, medida posible, rcsulta indicado cnunciar lo que ci pro-
con todo, para legitimar una filosofIa logicista de Ia ma- pio Quine postula para su M. L.
temátjca. Sostieric que las nociones dc la aritmética pucden de-
Toda vez que ci presente ensayo sOlo se interesa por Ia finirse en términos puramente lOgicos, y que "las nocioncs
Iogica matcmática en Ia medida en que ésta es importante de identidad, relaciOn, nümero, funciOn, suma, producto,
para Ia filosofi a de Ia matemática, no trataré de criticar potencia, Ilmite, derivada, etc., son definibles todas ellas
sistema logicista —u otro— alguno desde un punto d€ vista en términos de nuestras tres artificios de notaciOn, a sa-
matemático. Supondre siempre, antes bien, o aceptaré en ber: pertenencia, negaciOn conjunta y cuantificaciOn con
gracia a Ia discusiOn, que ci sistema formal examinado es sus variables".19 La definiciOn puede ser aqul tanto cx-
matematicamente sOlido o puede convertirse en tal sin plicita como contextual y no implica Ia existencia, en cual-
modificaciones sustanciales. Aceptar Ia matemática de quier sentido que sea, de objetos comprendidos en los
Russell, pongamos por caso, rechazando su tesis fiiosOfica conceptos definidos.
de que Ia matemática puede deducirse de Ia iOgica o No pretende haber deducido los teoremas de Ia ark-
traducirse en ésta equivale a no hacer nada más desca- mética de principios puramente lOgicos. La M. L., lo mis-
rriado que aceptar Ia matemática de Euclides, por ejem- mo que todos los sistemas que se proponen incorporar
plo, pero poniendo en tela de juicio Ia tesis filosofica (sustancialmente) el todo de Ia matemática clásica, con-
de que ci espacio es euclidiano. tiene entre sus postulados un principio que limita el libre
Todo sistema logicista extrae su lista de postulados y empleo de frases como las dc "Todas las closes tales
regias de inferencia de Ia lOgica de las funciones de ver- qua." a "Hay una close tal que..", toda vez que esta
dad, Ia lOgica de las clases y Ia Iógica de Ia cuantificaciOn.. libertad conduce a contradiccioncs. En Ia M. L., Ia libcr-
La lista de postulados y Ia lista de las regias de inferencia tad de cuantificaciOn con respecto a las clases, clases de
no son independientes. For ejemplo, una lista de postu- clases, etc., está restringida por una regia para Ia estra-
lados suficientemente grande nos pet-mite ahorrar en ma- tificaciOn del universo de discurso, que es más simple pie
teria de regias de inferencia. Algunas veces puede adop- Ia teat-ia russeHiana de los tipos. No se pretende (1UC sea
tat-se un ntmero de postulados infinito, por ejemplo esti- un principio iOgico.
pulando que todas las tautologias funcionales de verdad o Esto es lo que Quine prcteiide decir a propOsito de las
todas las formulas que satisfacen determinadas descripcio- diversas maneras de conseguir ci objetivo logicista de cvi-
nes esquemáticas deban 5cr postulados. Esta forma de tar Ia contradicciOn: "La formulaciOn menos artificial y
especificar los postulados es Ia adoptada en Ia Mathemat- aI propio tiempo Ia más convcnientc desdc el puma de
ical Logic de Quine. For otra pane, Ia M. L. —como se vista técnico parecerla dcber set- aquella que se avecina lo
designa a menudo a este sistema— sOlo necesita una regla más posible a los cánones superlibcraies del sentido co-
de inferencia, esto es, ci modus o;zens: Si (0 -ip) y 95 mün, pero sin reintroclucir las contradicciones. Sin em-
son teoremas, luego ip es también un teorema.
La M. L. es uno de los sistemas de mayor influencia 19 M. L., p. 126.
cArfTuLo TERCERO
Go LA MATEMATICA COMO LOGICA: EXPOSICION
LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA
bargo, cuanto más nos acercamos a este punto ideal de
liberalidad, tanto más riesgo corremos de reintroducir una
contradicciOn que la posteridad se encargará de descu-
brir".20 (Una version anterior de la M. L. se encontrO
set incongruente.)
Para resumir este capitulo, lie tratado de explicar en
una forma adecuada a nuestros propOsitos las considera- Entre los problemas a los que una filosofia de in mate-
clones criticas que habrán de seguir, acerca de cOma se ha mática debe enfrentarse figurari, segán se seflalO al prin-
lievado a cabo ci programa Leibniz.Frege-Russell de la cipio de este ensayo, primerp, el de la estructura y Ia
filosofia logicista de la matemática. Se traduce en Ia cons- funciOn de la matematica pura; segundo, el de la estruc-
trucciOn efectiva de sistemas macemáticos (interpretados). tuna y Ia funciOn de la matemática aplicada, y tercero,
Cada 11110 (le ellos consta, por will pane, de postulados y los problemas que versan sobre el concepto del infinito.
reglas de inferencia con cuyo auxilio pueden denivarse: La respuesta logicista a la primera de estas cuestiones
1] todas las tautologlas funcionales de verdad, 2] los teo puede ilustrarse, de acuerdo con el capitulo precedente,
remas inobjetables de la teoria de clases o conjuntos, y mediante su exphcacion de la proposiciOn "I + I = 2",
3] Ia teoria de cuantjficacjOn; asi como, par otra pane, que en grandes Ilneas es como sigue:
de postulados para evitar la contradiccion. ITemos con- Siguiendo a Frege y Russell, ci nümero I se define
cedido, en gracia a la discusiOn filosOfica, la pretension como una propiedad o, más usualmente, coma una clase,
de que los formalismos poseen (o podrIa lograrse, me- esto es, Ia clase de todas aquellas clases cada una de las
diante modificaciones purameiite técriicas, que poseyeran) cuales contiene un elemento solo. En forma más precisa,
la fuerza decluctiva y la ausencia de contradicciOn reque- una clase x sOlo contiene un elemento a, en otros térmi-
ridas, y esto iiitimo pese a que in opiniOn matemática corn- nos, x Cs un miembro de la clase de clases I, (x e I) si
petente esté todavia dividida al respecto. 11 existe una entidad, digamos it, tal que (it e x), y 21
Apoyan estos formalismos la tesis filosOfica en ci sen- para dos entidades ii y w cualesquiera, si (vex) y (we x),
tido de que in matemática pura es pane de la JOgica? Y entonces v = w. (En efecto, si dos entidades cualesquiera
cia la filosofia logicista de la matemática una explicaciOn que son elementos de x son idénticas, entonces son una
satisfactoria de la matemática aplicada? Ocuparnos de es- sola entidad y, como tal, están en x.) El nümero "2"
tas Cuestiones constituirá nuestra prOxima tarea. se define en forma análoga. Se explica que la frase "y
es un miembro de La clase de clases 2", (y € 2), es cierta
si: I] existe una entidad, digamos it, tal que (U1 Ey) y otra
entidad, it.,, tal que (11 2 €y), y 21 para una entidad cualquie-
ra, digamos v, si (v e y) entonces (v = it1) V (v =
En términos de estas definiciones de I Y 2 podemos
expresar ahora "I + I = 2", primero, en términos de la
lOgica de funciones de verdad; segundo, en términos de
la lOgica de cuantificaciOn, de la cual necesitamos la nociOn
del cuantificador universal, y tercero, par supuesto, en
términos dc la IOgica de clases, de Ia que necesitamos las
[Gi]
20 Al. L, p. i66.
62 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA
63
nociones de la clase-suma a U /3 (que es la clase de ele- metria a la mancra de Ia geometria analitica cartesiana,
mentos que son miembros de a o de /3) y de la clase- incorporando en esta forma la geometria en ci sistema
producto a flfl (la cual, segñn recordamos, Cs la clase logicista. Es obvio que la validez de este procedimiento
tie todos los elementos comunes a a y /3) . Si, en par- depende por completo de Si podemos aceptar o no la cx-
ticular, (a n /3 = A, esto CS, 51 la clase-producto Cs la plicaciOn logicista de Ia aritmética pura y la aplicada.
clase-cero, entonces a y /3 no tienen miembro alguno en Por lo que se refiere al tercero de los problemas a los
comán. que toda filosoffa de la matemática debe enfrentarse,
Para simplificar nuestra definición semiformal, supone- esto es, el concepto del infinito matemático, la explicaciOn
mos que x e y, que están presentes en ella, no son va- logicista de Ia serie natural de los nümeros implica el
dos y no tienen miembro alguno en comOn. Definimos: supuesto de infinitos reales. Sin embargo, Si bien ci logi-
"I + I = 2" por '(xy)(((xEl) & (El)) =_ ((x Uy)E2))". cismo, siguiendo a Cantor, se sirve de esta nociOn más Ii-
o en palabras: en ci supuesto de que x e y no son clases beralmente desarrollando una matemática de infinitos de
vadias sin ningãn miembro en comün, Para cualesquiera diversos tamaflos y estructuras internas divcrsas, su teoria
clases x e y —si X Cs un elemento tie 1 e y es un elemento matemática no estd respaidada, con todo, por teorfa o anal-
tie 1— entonces, y solo entonces, su suma lOgica es un lisis filosOfico alguno.
elemento de 2. Podriamos decir que, entre otras costs, Estas observaciones preliminares sugieren ci siguiente
esta definiciOn ha reducido la adiciOn de nümeros a la orden como apropiado a un intento de valorar la fiiosofia
operaciOn teOrica de clase de formar la clase-suma de dos logicista de la matemaltica. Propongo discutir ante todo
clases. que, si bien ci logicismo pretende reducir la matemaltica
Si pouemos aceptar Ia explicaciOn logicista de Ia mate- a la iOgica, no dclimita en modo alguno clararnente ci
mática pura como ilustrada por su análisis de "I + 1 = 2", campo dc Ia lOgica. A continuaciOn, tratart dc mostrar
entonces la explicaciOn logicista de Ia matemática aplicada que la explicaciOn logicista dc la matcmaltica pura y apli-
en cuanto ilustrada por su análisis de "1 manzana y 1 cada no hace justicia al hecho de que, en tanto que las
manzana son 2 manzanas" no presenta dificultad ulterior proposiciones de la matemaltica pura, por ejemplo que
alguna. Tratamos entonces simplemente con dos enuncia- "I + 1 = 2", son a priori o no empiricas, las de Ia ma-
dos de lOgica. Si a y b $01) dos clases de manzana (no tematica aplicada, en cambio, por ejemplo "I manzana y
vacIas y con ningOn elemento en comün) , entonces la I manzana son dos manzanas", son a posteriori o empi-
fOrmula anterior se coiisierte para ellas en ((a € 1) & ricas. En resumen, sostendré que la diferencia fundamen-
(b c I)) ((a U b) C 2) . En otros términos, "I + I = 2" es tal cntre conceptos y proposiciones no empiricos y empi-
un enunciado de lOgica a propOsito de clases de clases en ricos se ignora. A continuaciOn considerare ci emplco
general, en tanto que "1 manzana y I manzana son 2 man- logicista de la nociOn del infinito real, que estal implicado
zanas" es un enunciado de lOgica a propOsito de clases de en cI concepto matemaltico del nümero natural, pero no en
clases en particular —no un enunciado empirico acerca ci concepto empirico. Trataré de mostrar aqui que este
de un mundo en el que acontece haber manzanas fisicas emplco plantea preguntas que ci logicismo no contesta en
con ciertas caracteristicas. En efecto, lo que es lOgicamente forma alguna. Y finalmente, dedicaré alguna atenciOn a
cierto de clases tie clases en general es lOgicamente cierto la explicaciOn de la geometria pura y Ia aplicada por los
de clases de clases de manzanas, peras, nümeros, etc. logicistas, tanto por lo que vale en si misma como porquc
El logicismo no conoce problema separado alguno de subraya y refuerza las objeciones formuladas contra su
proposiciones geométricas puras y aplicadas ni de sus re- analhisis de la aritmética pura y Ia aplicada.
laciones mutuas. Aritmética, Para servirnos de Ia expre-
skrn de Weierstrass y Felix Klein, Ia totabdad de Ia gee-
64 LA MATEMATICA COMO LOGJCA: CRITICA EXPLICACION LOGICISTA DE LA LOGICA 65
11 LA EXPLICACI6N LOGICISTA DE LA LÔGICA concepto es a posteriori si al aplicario a un objeto enun-
ciamos una proposiciOn a posteriori.
La lógica, a la que ci logicismo sostiene que puede redu- Los filósofos que dicotomizan todos los conocimientos
cirse la matemática pura, presupone la dicotomia funda- en la forma indicada, en conocimientos a priori y apos-
mental de todos los conocimientos en empiricos y no em- teriori, parecen considerar todos ellos —con la excepciOn
piricos o, como se ha introducido la costumbre de expre- tat yea dc Mill— las proposiciones tanto de la lOgica como
sarlo desde los tiempos de Kant, en a posteriori y a priori. de la matemática pura como a priori. Lo que constituye
Esta dicotomfa es aceptada pot filOsofos pertenecientes a objeto dc controversia entre ellos es la cuestiOn de saber
una antigua y amplia corriente de tradición, incluidos si dentro de la clase de las proposiciones a priori hay que
Platón, Aristóteles, Leibniz, Hume, Kant, Frege y Russell, proceder o no a una distinciOn ulterior entre las de iOgica
pero es rechazada por Hegel, por idealistas absolutos trio- y ins de matemática pura. Los campos de la matemática
demos, como Bradley y Bosanquet, asi como por pragma- pura y de la teologia racional comparten la caracteristica
tistas de diversas tendencias. de set a priori; sin embargo, pueden distinguirse perfec-
La dicotomia se explica en formas diversas, pero todas tamente, y ninguno de ellos Cs reductible al otro. Y es
de intencion similar a la que seguimos aqul y que basta posible, en fm-ma análoga, que la matemática pura corn-
para nuestro propOsito presente. Supondremos aqul que ci parta su carácter a priori con la lOgica, y que scan irreduc-
lector comprende lo que entendemos por un enunciado que tibles una a otra.
describe una percepción o experiencia sensible posible y Vimos en el capitulo r que el logicismo de Leibniz
un enunciado que implica o tiene como consecuencia 16- se basaba en una concepciOn clara pero demasiado es-'
gica a otro. Podemos decir, pues (en forma casi kantiana), trecha de las proposiciones lOgicas o, segün se las ha llama-
que un enunciadé es a posteriori si y solo si: 1] describe do, de las verdades de razOn, asi como en una concepcion
una experienia sensible posible, o 2] es internamente con- clara de la demostraciOn formal o prueba. Esta ültima
gruente e implica tin enunciado que describe una expe- concepciOn ha sido aclarada y perfeccionada ulteriormente
riencia sensible posible. Asi, pot ejemplo, "el papel en pot sus sucesores. La concepción de las proposiciones 16-
que este libro está impreso es blanco" es a posterior1, gicas, pot e1 contrario, se ha hecho cada yea más borrosa,
porque describe una percepciOn sensible. Y "todos los con lo que là tesis entera de que la matemática pura se
libros están impresos en papel blanco" —ya sea cierto o deja deducir a partir de la lOgica ha sufrido de una oscu-
[also— es tin enunciado a posteriori, porque implica, pot ridad ineluctable.
ejemplo, que el papel de este libro es blanco. Para cerciorarnos de csto, supongamos que existe una
La proposiciOn que no es a posteriori es a priori. Son caracteristica de las proposiciones, digamos L, que algu-
ejemplos de proposiciones a priori: p v - p, o cualquier nas poseen y otras no, y que poseen asimismo todas aque-
otra tautologia funcionai de verdad; 1 + 1 = 2, o cualquier has proposiciones deducibles de premisas que la tienen.
otra proposición de matemática pura, y tat vez "el hom- Una caracteristica que cumple este requisito (el de set
bre tiene un alma inmortal" y algunos otros asertos se- "hereditaria") serla, pot ejemplo, Ia verdad, y una que no
mejantes de la teologia. (De la cuestiOn acerca de si seme- lo cumple seria, pot ejemplo, la banalidad. No necesita-
jantes conceptos teoIógicos carecen o no de sentido no mos suponer que toda proposiciOn esté caracterizada clara-
necesitamos ocuparnos, toda vez que el hecho de haber mente por Ia posesiOn o Ia falta de L. Puede haber casos
de tratarla no harla más, a lo sumo, que privarnos de situados en los Ilmites de ambas posibilidades.
unos pocos cjernplos adecuados.) Corresponde a la distin- Ahora bien, en su forma original, el logicismo supuso
ciOn entre proposiciones a posteriori y a priori una dis- que habia una caracterfstica hereditaria L de las proposi-
tinciOn similar entre conceptos a posteriori y a priori. Un ciones lOgicas, esto es, su catheter lógico, y se propuso
65 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA EXPLICACION LOGICISTA DE LA LOGICA 67
demostrar: 1] que ciertas proposiciones, digamos 11, 12, Sin embargo, la oscuridad de Ia explicaciOn logicista
I,, poseen entre otros obviamente L, y 2] que a par- de la lOgica solo en pane se debe a que no puede demos-
tir de éstas pueden deducirse forrnalmente todas las pro- trar que las premisas de cualquier sistema logistico satis-
posiciones de matematica pura, entre ellas, digamos, m1, factorio posean una caracteristica general L. Después de
m,..., m n , en un sentido que nos abstenemos de exa- todo, esta incapacidad podria explicarse, o eliminarse, di-
minar y criticar por el momento. Por consiguiente, las ciendo que L es como la calidad de amarillo (o, segün
proposiciones de matemática pura también poseen L. Como otros, como la bondad moral), en cuanto constituye una
se observará, se formulan aquf dos postulados distintos. caracteristica no susceptible dc análisis, y que su posesiOn
El postulado matcmático del logicismo consiste en haber por los axiomas de un sistema logicista dado se capta, por
deducido las proposiciones rn a partir de proposiciones 1, fortuna, inmediatamente. Esta parece, efectivamente, haber
en tanto que la pretensiOn filosOfica es la de haber de- sido la posiciOn de Frege antes del descubrimiento de las
mostrado claramente que las proposiciones 1, y por consi- antinomias de clases teóricas. Desde entonces, todo sistema
guiente Las proposiciones in, poseen la caracteristica gene- logicista ha debido incluir cuando menos un postulado
ral L. La vindicaciOn del postulado filosOfico supone que cuya aceptaciOn ha de justificarse con fundamento en ra-
puede vindicarse el postulado matemático. Es ci caso, sin zones puramente pragmáticas. Russell no sostendria, en
embargo, que el postulado matemático de la deducibilidaci favor del principio del circulo vicioso y sus supuestos corn-
de las proposiciones m a partir de las proposiciones 11, 12, plementarios, que poseen el carácter directamente obvio e
- ., !, puede vindicarse sin necesidad de demostrar que intuitivamente innegable de un principio de IOgica, ni lo
i, 1,..., I poseen una caracteristica general comün. sostendria tampoco Quine en favor de su versiOn más dc-
Si examinamos el sistema logicista de Quine, por ejem- gante. La explicaciOn logicista de la lOgica es filosOfica-
pio, no enconcramos aserto aiguno, y mucho menos de- mente inadecuada más allá de su mera oscuridad.
mostraciOn aiguna, en el sentido de que las premisas del Si suponemos que es incapaz de una mejora sustancial,
sistema lOgico-matemático posean una caracteristica gene- entonces las siguientes alternativas pueden acaso ofrecerse
ral 1., la cual, como resultado de deducciones y definicio- entre otras. Primera, Ia lOgica y la matemática podran
nes, aunque no prima facie, se observa estar poseIda por acaso no ser una sola ciencia a priori, sino dos ciencias
las proposiciones de la aritmética pura. Las premisas no a priori separadas. Resulta posibie, en otras palabras, ca-
hacen más que enumerarse. Son miembros de una lista racterizar una amplia clase de proposiciones a priori, in-
y no poseedoras obvias de Ia caracteristica general L. El cluidas las de la lOgica tradicional y muchas proposiciones
sistema de Quine intenta realizar, y podemos suponer que de los Principia Mathernatica, mediante una caracteristica
realiza, una tarea matemática, pero no apoya en absoluto hereditaria general L, y caracterizar una amplia clase de
la tesis logicista de que la matemática pura se deje redu- proposiciones a priori, incluidas las de la aritmética pura
cir a lógica, toda vez que no pretende haber explicado y muchas otras de matemdtica pura, mediante una caracte-
la noción de una proposiciOn de IOgica. Se ha sostenido ristica hereditaria general Al. Sin embargo, ningün sub-
que algunos otros sistemas logicistas son preferibies al de conjunto de los poseedores de L contiene las premisas a
Quine, pero en ninguno de ellos se complementa la lista partir de las cuales se siguen todas las proposiciones de la
de postulados con una caracterizaciOn general de los mis- matemática pura. Este es de hecho el punto de vista que
mos como lOgicos. La falta de esta caracterizaciOn la el logicismo se propuso en su origen refutar. Una de sus
reconocen Ia mayorla de los logicistas contemporáneos y variantes fue sostenida por Kant y sigue manifestando
sus allegados.1 todavia su influencia en las filosoflas matemáticas tanto
del formalismo como del intuicionismo.
1 Véase, por ejemplo, Carnap, introduction to Semantics,
En segundo lugar, podria sostenerse que la imposibi-
Harvard, 1946, cap. C.
6$ LA MATENIATICA COMO LOGICA: CRITICA FUSION LOGICISTA 69
lidad de encontrar una caracteristica general L obviamen- ricas y las proposiciones no empiricas de la logica y la
te poseida par los axiomas de un sistema logIstico y po- matematica se considera como una diferencia meramente
seida, ya sea obviamente o en forma demostrable, por sus pragmática, una diferencia en cuanto al grado de tenacidad
teoremas, revela que la lógica y la matemática pura están con que diversos pensadores sostienen las distintas propo-
enlazadas inclusive más mntimamente que esto. Desde este siciones, siendo las proposiciones de Ia lOgica y la mate-
punto de vista, la lOgica y la matemática pun serian a mática las que se abandonan con menor facilidad, y las
tal punto una sola ciencia que, inclusive, hacer entre ellas
empiricas las que se abandonan más fácilmente. El logi-
una distincion prima facie, como lo hacen Frege y Russell,
cismo original de Frege y Russell se convierte asi en un
resultaria imposible. En estas condiciones, hablar de una logicismo perfectamente pragmático. En esta forma corn-
reduccion de la matemática a la lógica seria tan absurdo puesta, el "logicismo" no expresa más que un piadoso
como hablar de una reduccion de la lógica a Ia lógica a recuerda histOrico.
de la matemática a la matemática. Si este punto de vista Demostraré más adelante que las proposiciones y las
luere acertado, habria de ser posible encontrar una carac- teorias matemáticas son exactas en un sentido en que las
teristica general, digamos A, poseida obviamente por los
proposiciones y las teorias empiricas no lo son, y que las
axiomas de un sistema lOgico-matematico y, ya sea obvia- teorias matemáticas son existenciales en un sentido en que
mente o en forma demostrable, par sus teoremas. Es el —en muchos aspectos de lo 'lOgico"— la lOgica no lo es.
casa, sin embargo, que Ia büsqueda de una caracteristica La que significa que, en conjunto, habre de sostener el
general de esta clase (de analicidad, coma se la ha llamado
punto de vista de que Ia matemática y la lOgica son dos
a despecho de terminologlas más antiguas), que abarcara ciencias a priori distintas.
tanto la lOgica como Ia matemática, ha resultado, hasta
el presente, infructuosa, lo que no Cs tal vez tan sorpren-
dente en vista de los principios pragmdticos incluidos en- 2] LA FUsIoN LOGICISTA BE LOS CONCEPTO5 EMPIRICOS Y NO
tre los postulados de los sistemas logicistas, sobre todo EMPIRICO5
principios que casi no se dejan distinguir de las hipotesis
empiricas a propósito del universo. La definiciOn de los nümeros naturales, de Frege-Russell,
y del concepto de nümero natural se considera con razOn
Un tercer punto de vista concebible afirmarfa la im-
como uno de los rasgos más impresionantes del logicismo.
posibilidad no solo de encontrar una caracteristica L, sino
de encontrar una caracteristica general A que distinguiera Hay, de hecho, una diferencia de opinion, segün vimos,
las proposiciones de Ia lOgica y la matematica, por una entre los que aceptan la explicaciOn fregeana de los nü-
meros coma entidades independientes, y los que siguen a
parte, de las proposiciones empiricas, par la otra. Segün
Russell en cuanto a considerar las palabras para los nü-
esta manera de ver, Ia unidad de Ia lógica y la matemática
se basarfa en la imposibilidad de toda distincion precisa meros-conceptos coma simbolos incompletos, esto es, sim-
inclusive entre proposiciones a priori y a posteriori. Es bolos sOlo contextualmente definidos. Sin embargo, el pun-
to principal de la explicaciOn de Frege y Russell no resulta
curioso que esto, verdadera antitesis del logicismo, lo sos-
afectado en esta forma. En efecto, la cuestiOn estaba en
tenga precisamente, entre tados los filOsofos, Quine, cuyo
haber afirmado el carácter definible de la nociOn (su de-
objetivo principal como lOgico ha sido el de perfeccionar
el sistema de los Principia Mathematica. Segñn este punto finibilidad en términos puramente IOgicos) y haber ofrecido
una definiciOn, siendo indistinto si esto tenia lugar con
de vista, el programa de deducir la matemática pura de
fundamento en principios metafisicos realistas a nomina-
Ia lOgica es remplazado par el de demostrar las muchas
listas.
proposiciones distintas que pueden deducirse de unas pocas.
El análisis logicista ha sido atacado par diversos mo-
La diferencia lógica aducida entre las proposiciones empi-
tivos. Se ha objetado, par ejemplo, que el análisis es cir-
70 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA FUSION LOGICJSTA 71
cular. Toda vez que el tener un cierto nümero, como la la lOgica rnds algunas hipótesis no lOgicas. Sin embargo, la
propiedad de una clase, se define en términos de Ia noción objeciOn no va suficientemente lejos.
de similaridad entre clases, se plantea la cuestión de cómo Consideremos un concepto como "it es un Nñmero Na-
establecemos esta similaridad. Por lo visto, en algunos tural" definido de tal modo que no implique "it tiene
casos cuando menos, necesitamos contat o, lo que es lo un sucesor inmediato ünico". En ott-os tdrminos, admiti-
mismo, necesitamos aplicar ci concepto d nümero. Frege irios la posibilidad, considerada por Russell, de que la
previO esta objeción e insistió en que su definición del serie de los nOmeros tenga un fin. Pot- otra parte, si exis-
nümero de una clase en términos de la similaridad de las te tin óltimo Nümero Natural, suponemos que es tan
clases no es ni más ni menos circular que la definición grande que naclie --ni hombre de ciencia ni tendero— ne-
usual de la direcciOn de una recta en términos del para- cesita preocuparse al propOsito. El concepto de tin Nñmero
leIimo 1e las rectas.- Sin embargo, Frege y Russell adop- Natural es aplicabic sin cluda alguna a grupos de objetos
tan unos supuestos inadmisibles. En efecto, no están obli- perceptibles. El enunciado, pot- ejemplo, de que ci grupo
gados a sostener que la similitud o la falta de similitud de manzanas sabre esta mesa tiene el Nñmcro Natural 2
entre clases, esto es, la presencia o ausencia de una co- constituye una aplicaciOn del concepto "Nümero Natu-
rrespondencia biunivoca entre sus miembros, puede esta- ral", y la verclad del enunciado es independiente de si
hiccerse en cualquier caso. Sin embargo, suponen que esto los Nümeros Naturales forman o no una set-ic infinita.
es asi de cualesquiera dos clases, ya sea que sean simi- Consideremos a continuaciOn el concepto "it es un ná-
lares o no, inclusive si no existe manera alguna de ada- mero natural" definido de tal modo que si implica "it
rarlo. El carácter de este supuesto es, cuando menos, as- tiene un sucesor inmediato ünico" y, por consiguiente,
cure, y requiere justificaci6n.2 "it tiene un nñmero infinito de sucesores". Este concepto
Otra objecion a la definiciOn russelliana del nümero, podrá acaso no set- aplicable a gt-upos de objetos percep-
objcción tal vez más general todavia, es que un concepto tibles. En efecto, la verdad del enunciado de que el gru-
puramente lógicno puede definirse mediante referenda po de manzanas de esta mesa, per ejemplo, tiene ci nü-
a una hipótesis no lógica. Segün vimos, Russell se expone mero natural 2 depende de que los nümeros naturales
abiertamente a esta objeción. No solo define todo nümero fot-men una set-ic infinita de la que 2 es, pot- definiciOn,
natural it como dotado de un sucesor ünico, n+ I, sino un miembro. Si no "acontecieran fot-mar" semejante set-ic,
que ha de suponer como hipOtesis no l6gica el axioma de, ci concepto "nümcro natural" seria empiricamente vaclo.
la infinitud, ci axioma que "nos asegura (acertada o errO- Los conceptos "NOmero Natural" y "ntimero natural" di-
neamente) que hay clases que cuentan it miembros, Ic fieren, pues, no sOlo en contenido lOgico, esto es, en sus
que nos pet-mite afirmar que n no es igual a it + 1". Sin relaciones lOgicas con cuando menos otro concepto, diga'
este axioma, prosigue, "nos encontrariamos con la posibi- mos, ci de tenet- un sucesor inmediato ñnico, sino posible-
lidad de que it y n + I fueran ambos la clase cero".3 mente también en su alcance o extensiOn.
Esta fat-ma de objeción a la definiciOn del nümero pot-- Pot- otra pat-te, la hipOtesis de la seric infinita de los
Russell —que viola ci programa logicista— está justificada nmet-os naturales, mediante la cual ci concepto de "nü-
en toda su extensiOn. En efecto, el programa consistia en mero natural" se define y se lo pt-ovee de su extensiOn
reducir la matemática a Ia lOgica, pero no, en cambio, a infinita, no admite falsificaciOn ni confirmaciOn empiri-
cas. Deja margen, en efecto, para. ott-as "hipOtcsis" simi-
lares, una de las cuales "nos asegura" que la clase de los
Véase también Waismann, Einführung in dos mathenia- nümeros naturales está totalmente dada, y otra que, ade'
tische Denken, Viena, 1947, pp. 76 ss.; traducciOn inglesa, Nue- más, está también dada la clase de sus subclases. Pero
va York, 1951.
3 Introduction to Mathematical Philosophy, p. 132. hay también hipOtesis que nos aseguran to contrario. Esta
72 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITIGA FUSION LOGICISTA 78
libertad para definir concepuos mutuamente contradicto- encuentran en un tratado clásico sobre una inatematiza-
rios y para proveerlos por definiciOn de amplitudes distin- don (relativamente) nueva de la estadistica en términos
tas muestra que ninguno de estos conceptos Cs empirico. de una toria de medici6n.5 Que Ia aplicaciOn de la
Los Nómeros Naturales, por otra parte, son conceptos em- matemática a la experiencia supone cierta correspondencia
pfricos, caracteristicas de patrones perceptibles, tales como entre conceptos empiricos y aquellas "idealizaciones" de
grupos de golpes o de experiencias temporalmente sepa- los mismos que son conceptos matemáticos, entre despla-
radas. FIbs y sus relaciones reciprocas están establecidos, zamientos o velocidades, per ejempbo, per una pane, y
no postulados. vectores par la otra, esto constituye casi un lugar comün.
Per otra pane, los Nümeros Naturales 1, 2, etc., son Lo que yo sostengo es que esto no es asi inclusive en el caso
inexactos en el sentido de que admiten casos limitrofes, esto de "Nürnero Natural" y "nümero natural".
es, patrones a los que pueden atribuirse o de los que pue- Sin embargo, las razones para separar el "Nümero Na-
den rechazarse en forma igualmente correcta. Comparten tural' de diversos conceptos de "nómero natural", asi
esta inexactitud con otros conceptos empiricos. En cam- como para separar otros conceptos empiricos de conceptos
bio, los nümeros naturales 1, 2, etc., son exactos. matemáticos "correspondientes", no se ban expresado por
Al aplicar Ia matemática pura, "interpretamos" no solo completo todavia. Al comparar conceptos con respecto a
puros námeros.conceptos en términos de Nómeros Natu- su contenido lOgico, hemos aceptado tácitamente dos su-
rales, sino también . relaciones y operaciones matemáticas puestos, a saber: primero, que resulta siempre claro 51 un
puras (como la adiciOn) en términos de relaciones y ope- concepto está o no en una determinada relaciOn lOgica
raciones empiricas. La diferencia entre los conceptos fIsi con otro, y en segundo lugar, que las relaciones lOgicas
cos y los empiricos y los conceptos matemáticos corres- posibles entre conceptos matemáticos no son esencialmen-
pondientes de contenido y amplitud de referenda lOgicos te distintas de las que pueden subsistir entre conceptos
distintos, suele reconocerse por pane de matemáticos apli- empiricos. Estes dos supuestos son erroneos uno y otro.
cados, y en particular de aquellos que andan buscando For lo que se refiere al primero, se aceptaria general.
nuevos modelos matemáticos de experiencia. For ejemplo, mente que las relaciones lOgicas que enlazan conceptos ma-
los siguientes son algunos comentarios introductorios que temáticos, especialmente en sistemas formalizados, están
anteceden a un intento de matematizar ciertas partes de definidas con mucha mayor precisiOn que las relaciones
la economia en una nueva forma.4 "En todos estos casos lOgicas entre conceptos empiricos. Una consecuencia de
en que semejante operación 'natural' recibe un nombre esto es que la cuestiOn acerca de si dos conceptos mate-
que recuerda una operación matemática —como en los Ca- máticos se relacionan a no lOgicamente admite decisiOn en
sos mencionados de 'adiciOn'— necesitamos evitar cuida- casos en que Ia cuestiOn relativa a los conceptos empi-
dosamente las interpretaciones errOneas. Esta norijencla- ricos correspondientes no la admite. El poner de mani-
tura no tiene por objeto pretender que las dos operacio- fiesta con precisiOn la nociOn intuitiva de implicaciOn y
nes de mismo nombre son idénticas, lo que manifiesta- de otras relaciones lOgicas puede lograrse y se ha logrado
mente no es el caso, sino que no hace más que expresar en cierto nümero de maneras diversas. La red lOgica en-
la opiniOn de que poseen rasgos semejantes, as! como la tre los conceptos matemáticos depende del sistema lOgico
esperanza de que se Ilegará finabmente a establecer cierta y, especialmente, del formabismo lOgico en el que acontece
correspondencia entre las mismas". Comentarios simibares estar engbobada. Los conceptos empiricos, en cambio, no
acerca de la correspondencia entre conceptos y relaciones están anclados asi en sistema similar alguno.
matemáticos y empiricos, con advertencias similares, se For lo que se refiere al segundo supuesto, habré de
4 Véase Neumann y Morgenstern, Theory of Games and 5 H. Cramer, Mathematical Methods of Statistics, Princeton,
Economic Behaviour, 24, ed., Princeton, 1947 p 21 1046 pp. 14555
74 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA TEORI A LOGICISTA 75
demostrar más adelante que las relaciones lOgicas en las sobreestimarse, porque es lo cierto que, sin ella, las teorias
que es posible que se encuentren conceptos empiricos di- menos ingenuas poco habrian tenido que analizar, criti-
fieren de modo fundamental de aquellas que pueden sub- car o reconstruir. A continuación voy a esbozar breve-
sistir entre conceptos matematicos. Se mostr3rá que esta mente algunas de las nociones centrales de esta aritmética
diferencia se relaciona con la falta de exactitud de las transfinita, su importancia para Ia comprensiOn de las for-
primeras y la exactitud de las segundas. mas y los procesos continuos, y las caracteristicas de las
Mi objeto, en esta secciOn, ha sido mostrar que la ex- mismas que parecen requerir una reconstrucci6n.6
plicación logicista de la matemática aplicada implica una Designemos una clase x como subclase propia de y 51
fusiOn ilegitima de nümeros-conceptos matemáticos y de cada mienibro de X es miembro de y, en tanto que no
los conceptos empiricos correspondientes. Al ignorar la todo miembro de y lo es de x. Es obviamente imposible
diferencia entre los conceptos correspondientes, el logicis- en ci caso de una clase finita, por ejemplo l, 2, 3,
mo nada puede decir y nada dice acerca del carácter de establecer una correspondencia biunivoca entre ella y coal-
esta correspondencia. Se trata de una tarea que habrá de quier subclase propia suya, por ejemplo 11, 2. En dcc-
llevarse a cabo algOn dia (vdase cap- viii) - to, cuando menos un miembro de la clase permaneceria
- siempre sin pareja. Esto no ocurre en el caso de clases
3] LA TEORIA LOGICISTA DE LA INFINITUD MATEMATICA uuifmnjtas Aqul, en efecto, puede establecerse una corres-
pondencia biunivoca entre Ia clase y una subclase propia
Ha sido claro desde los tiempos griegos que, Si nos per- suya. Per ejemplo, la clase infinita de todos los nümeros
mitimos pensar en términos de infinitos reales, la totalidad naturales tiene como una de sus subclases propias la clase
de puntos sin dimensiOn que se encuentran o constituyen de todos los nümeros pares. Aqul puede establecerse una
una linea-segmento y la totalidad de momentos sin dimen- correspondencia biunivoca entre la clase y su subclase
siOn que se encuentran en una extension de tiempo o la propia ateniéndose a la siguiente regla: al Pónganse los
constituyen son, en cicrto sentido, mayores que Ia totali- nümeros naturales en su orden de magnitud, 1, 2, 3
dad de todos Los enteros positivos o de todas las fraccio- y pOnganse los nOmeros pares en el orden natural suyo,
nes. En efecto, el intento de comprender configuraciones 2, 4, 6,., y b] aparéense el primer nümero de la primera
espaciales continuas y cambios temporales continuos en send con el primer nmero de la segunda, el segundo de
términos de relaciones numéricas, esto es, el intento de aquélla con el segundo de ésta, y asI sucesivamente. Asi,
aritmetizar la geometria y la cronometria, parece obligar- cada miembro de la primera senie tendrá una pareja y
nos a comparar clases infinitas con respecto a su tamaflo una sola en la segunda, y no habrá miembro alguno de una
num&ico y a su estructura ordinal. Se ha conjeturado y otra que permanezca sin ella.
que el rechazo por los griegos de infinitos reales, tal En términos de las nociones de "subclase propia" y
como lo formulO especialmente AristOteles, les impidiO uni- "similitud", la distinciOn entre las clases finitas e infini-
ficar la aritmddca y la geometria a la manera de Descartes, tas puede definirse con precisiOn. En efecto, la clase in-
Leibniz y sus sucesores. Esta unificaciOn ha conducido na- finita es aquella que puede ponerse en una correspon-
tural y casi inevitablemente a una matemática que distin- dencia biunivoca con mm de sus subclases propias. La clase
gue entre los tamaflos de dhersos infinitos reales y entre que no es iiifinita es finita. Obviamente, la definiciOn del
sus respectivas estructuras, y que calcula con los infinitos
nümeros cardinales y ordinales. C Además de los libros de Fraenkei mencionados, ci lector
La amportancn hzstOnica de la matemática transfini encontrarà una C\celcnte introducciOn, no demasiado técnica
La ingenua creada por Cantor e incorporada casi por en E V Huntington The Continuum, 2 ed.,Harvard Univer
completo en los Principia Mathematica dificilmente puede sity Press 1917 Dover Publications 1955

I
76 LA MATEMATJCA COMO LOGICA: CRITICi\ FEO1UA LOGICISTA 77
nümero de Frege-Russell, o más exactamente del nümero una fracciOn decimal, pero una que no ocurre en la serie
cardinal, cubre también los cardinales transfinitos. En esta de las fracciones, porque difiere de la primera fracciOn
forma,1 ci nümero cardinal transfinito g. se define como decimal en ci primer lugar, de la seunda en ci segundo
la clase de todas las clases similares a la clase j 1, 2, 3, * . lugar, etc. Asi, pues, no hay correspondencia biunivocâ
esto Cs, la clase de todos los nümeros naturales. La clase entre Ia clase de todos los n6meros reales y la clase de
con ci nümero cardinal a se clesigna también como "nu- todos los enteros. Puede mostrarse que las clases de los
merable". Puede mostrarse fácilmente (véanse los libros nümeros reales en todo intervalo son similares. Todas
de texto importantes) que la clase de todos los nñmeros estas clases similares y otras similares a ellas tienen ci
racionales y la clase más amplia de todos los nümeros mismo námero cardinal c, que es ci nOmero cardinal del
(complejos) algebraicos (los nümeros que son ralces de continua.
ecuaciones polinémicas con coeficientes enteros) son nu- Asi, pues, tty c son dos nümeros transfinitos distintos
merables. Y es igualmente Mcii hacer ver que las clases y g es más pequeflo que c en ci sentido preciso en que,
dc todos los nümeros racionales, y de todos los námeros en tanto que puede ponerse en correspondencia biuni-
algebraicos, situados entre cualquier par de ellos, son igual- voca con una subclase propia de c, no puede ser puesto
mente numerables. en correspondencia biunivoca, en cambio, con c mismo,
El nümero-concepto en términos del cual se ha des- Flay nümeros cardinales mayores que c? Segtn Cantor y
arrollado ci análisis matemático moderno, y especialmente Russell si los hay, y aun más que suficientes. La siguiente
ci cálculo diferencial e integral, es ci concepto de nümero consideraciOn dará alguna idea de la prueba de Cantor.
real. En conexión con este concepto, la idea del infinito Veamos la clase II, 2, 3 y formemos la clase de todas
real se ha hecho problemática no sOlo para los filOsofos sus subclases, incluidas la clase-cero y la clase misma. La
de la matematica, sine, también para los matemáticos pu- nucva clase será, pues: JA, Ili., 42, l,2-, I I. 3.
ros mismos. La clase de todos los nümeros reales ma- 12, 3F, i, 2, 3d.. La clase original tiene 3 miembros, y
yores que cero e iguales o menores, pongamos por caso, Ia clase de sus subclases tiene 2. Cantor sostiene que,
que 1 es no numerable, esto es, no es similar a una clase dada una clase finita o infinita cualquiera de nümero car-
cuaiquiera del nñmero cardinal a.. La prueba de esto ha dinal x, existe la clase de todas sus subclases con ci nü-
side proporcionada por Cantor y es, en lineas generates, mero cardinal 2' de tal modo que, en tanto que toda clase
coma sigue: todo nümero real del intervalo puede repre- de nümero cardinal 2' tiene una subclase que es similar
sentarse como fracciOn decimal de la forma 0.a1a2a3. a cualquier clase de nümero cardinal x, to inverse no es
que no termina (los nümeros racionales serán periOdicos cierto. Para cada x existe pues ci 2' mayor, y no hay
en esta representaci6n)3 Supongamos ahora que, de ser nümero cardinal transfinito mayor alguno.
posible, todas estas fracciones decimates se escriben como Vimos que los námeros cardinales transfinitos son en
sucesiOn, esto Cs, en una correspondencia biunivoca con algunos cases iguales uno a otro, y que entre los nümcros
la sucesiOn 1, 2, 3.....Sustit6yase ahora el primer nü- cardinales uno puede ser, en un sentido preciso, mayor
mero de la primera fraccion decimal, el segundo nOmero que otro. Si a y b son nOmeros fin itos, pueden subsistir
de la segunda, ci tercero de hi tercera, etc., per nümeros entre si las siguientes tres relaciones, a saber: a =
difc-rentes, por ejemplo, estipulando que cada uno de estos a> b, y a < b. Si a y b son transfinitos, no es incon-
cebible prima facie que no sean comparabies entre si.
nómeros se remplace por I si no es I él mismo o, en
otro case, per 2. El nümero asi creado es obviamente Con objeto de establecer la misma clase de comparabilidad
entre transfinitos que existe entre nümeros cardinales f i-
7 Se da una breve cxpHcación del concepto clásico de nitos, los teorizantes de conjuntos hubieron de suponer
'nümcro real' en ci apéndice A. que toda clase podia ponerse en un determinado orden
78 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA TEORIA LOGICISTA 79
normado, pese a que no se conozca metodo eficaz alguno existencia de la clase de todos los ntimeros cardinales, en-
de lograrlo. El supuesto es que toda clase puede orde- tonces este supuesto, que la teoria de Cantor no prohibe,
narse aclecuadamente, esto es, ponerse en un orden que es incompatible con su teorema de qu no cxiste ntimero
retina las siguientes condiciones:8 1] Existe una relación cardinal transfinito mayor alguno. La clase de todos los
R tal que: a] si x e y son elementos distintos de la clase, ntimeros cardinales no puede concebirse como completa-
luego (x R y) o (yR x); b] si (x R y), luego x y mente dada.
son distintos; c] si (x R y) e (y R z) , luego (x R z) La importancia de esta antinomia, tanto para la teoria
2] Toda subclase dc la serie tiene un primer miembro. de Cantor como para su versiOn logicista, Ia describe bien
(Ya que esto no es en modo alguno necesario. Por ejem- ci autor de una obra clásica sabre Ia teoria de Cantor.9
plo, la serie dc los ntimeros reales entre 0 y I, excluyen- "Lo inquietante a propOsito de esta antinomia —dice— no
do 0 y dispuesta en orden de magnitud, no tiene primer es que surja una contradicciOn, sino que no se esté pre-
miembro alguno.) El postulado de que toda clase puede parado pan ella; en efecto, la clase de todos los mime-
ordenarse adecuadamente es importante no solo para la its cardinales parece a priori tan propicia como Ia de to-
lOgica y Ia aritmética de los ntimeros transfinitos, sino tam- dos los ntimeros naturales. Surge de aqui la inseguridad
bién para la matemática "ordinaria", tal como la teoria acerca de si tal vez otras clases infinitas, o posiblemente
de la integral dc Lebesgue. todas ellas, no serán acaso asimismo seudoclases afectadas
El postulaclo de que toda clase puede ordenarse ade- de contradicciones.. . y luego la tarea de eliminar esta
cuadamente enlaza Ia aritmética transfinita de los nOmeros inseguridad.
cardinales con la aritmética transfinita de los ntimeros or- Los principios con fundamento en los cuales se evitait,
dinales, que forman ambien una jerarquia ilimitada y en los formalismos logicistas y especialmente en los P,-in-
se definen en términos de la correspondencia biunfvoca ciia Mathematica, la antinomia del cardinal mayor, jun-
entre clases en cuanto ordenadas por diversas relaciones. to con la antinomia de la clase de todas las clases que
Algunas de las nociones clefinidas en esta teoria son de no se contienen como miembros a si mismas y otras an-
gran importancia en topologia y otras ramas de la mate- tinomias, son, par desgracia, principios que ni son obvios
mática pura. No tiene mucho objeto afladit a este breve F ni demostrables lOgicamente en sentido alguno aceptado
esbozo de la aritmética cardinal transfinita un esbozo de del término. Poseen, y se conviene en general en que lo
la aritmética ordinal, que habria de ser asimismo suma- poseen, el carácter de remedios ad hoc. Los que los pro-
mente breve. Lo que puede decirse a propósito de la pri- ponen no pretenden haher diagnosticado el origen de la
mera Se aplica asimismo a la otra. enfermedad contra la cual los prescriben, sino que expre-
La matemática transfinita, de Ia naturaleza y amplitud san meramente la esperanza de que se evitarán en esta
de cuyo contenido los comentarios precedentes habrán pro- forma las contradicciones.
porcionado acaso una ligera idea, no tardO en revelarse Ahora bien, si un concepto, como el de totalidades
coma conducente a contradicciones. Segtin vimos, en efec- infinitas de ntimeros cardinales diferentes realmente da-
to, la teoria permite hacer afirmaciones acerca de todos das, solo puede hacerse inocuo mediante remedios ad hoc
los miembros de clases finitas e infinitas de cualquier y aun sOlo provisionalmente, cabe adoptar frente a seme-
mero cardinal, por ejemplo, acerca de la clase de todos jante concepto alguna de varias actitudes filosOficas. En
los nOmeros naturales, de la clase mayor de todas las sub- efecto, podemos tratar, primero, de remplazar el concepto
clases de aquella clase, de la clase mayor todavia de todas deficiente por otro que cumpla el mismo objeto Esto es
las subclases de esta tiltima, etc. Pero, si suponemos la
9 F. Hausdorff, Mengen!ehre, aa ed., p. existe también
8 Véase Huntington, op. cit. en Dover Publications.
80 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRiTICA EXPLICACJON LOGICISTA Si
lo que han inteuado Hilbert y s.0 escuela. Estos filOsofos ellas, las entidades geométricas —los puntos, lineas, pia-
matemáticos exigen, segñn veremos con mayor detalle algo nos, etc.— se ponen en correspondencia biunivoca (o se
nüs adelante, que los enunciados de la teoria matemática identifican) con nümeros o conjuntos de nümeros, y las
estén claramente enlazados (aunque no sean necesariamen- relaciones geométricas se ponen, en forma análoga, en co-
té déscriptibles de los mismos) a objetos perceptibles o rrespondencia con relaciones entre nümeros. Esta clase de
construibles y a operaciones perceptibles con estos obje- geometria analitica o aritmetizada presupone un concepto
tos. La razón dc cilo está en la tesis de que los enuncia numérico altamente desarrollado y, en particular, la no-
dos que describen percepciones reales o posibles nunca dOn de los nümeros reales. Y si éstos se conciben a la
pueden ser mutuamente tontiadictorios. Para estos I ilóso- manera de Cantor y ci logicismo, presuponen a su vez la
los y matemáticos, la tarea esta en remplazar los conceptos nociOn de infinitos reales numerables y no numerables.
"no constructivos" dc las teorias irigenua y logicista por Asi, pues, cualquier duda acerca de los infinitos reales
otros "constructivos". Esta tarea es particularmente im- afecta Ia legitimidad de absorber la geometria en los aná-
portante para la matemática de los nümeros reales, que lisis aritmético y matemático.
en la matemática clésica se definen de modo no construc- La otra manera de desarroliar una disciplina geométrica
tivo, en términos dc clases realmente infinitas (como, por consiste en considerar las entidades geométricas, ya sean
ejemplo, en tanto fracciones decimales infinitas, conside. reales o ficticias, y las relaciones entre ellas independien-
radas como algo "anotado" o disperso en otra forma). temente de toda representaciOn numérica. Las entidades
Otra actitucl posible es la de echar por la borda ya geométricas solo se definen ahora parcialmente, enuncian-
sea todos los infinitos reales o todos los que no son nu- do sus relaciones con otras entidades geometricas de la
merables y pagar el precio de ello no solo aceptando en misma u otra clase, pero no, en cambio, mediante carac-
algunas partes de la matemática, en ci análisis particular, teristicas tales que permitirfan a cualquiera construirlas
unas mayores complejidad y prolijidad, sino sacrificando o imaginarlas. Al enunciarse, por ejemplo, que por cual-
también otras partes del problema. Esta es la actitud adop- quier punto que no se encuentre en una recta dada sOlo
tada por Brouwer y otros, quienes Ic siguen, en todo o puede trazarse una recta paralela a aquella, el sistema geo-
en parte, en sus esfuerzos por eliminar de la matemática métrico que contiene este enunciado como postulado a
las totalidades infinitas reales. teorema no contiene, como pane del mismo, enunciado
En conjunto, Frege y Russell se ban servido sin sentido alguno que nos ayude a identificar puntos o Ilneas (para-
critico, en su análisis y, 51 SC nos permite Ia expresiOn, en lelas o no), ya sea exacta o aproximadamente, con signos
su logicizaciOn de la aritmética, de los infinitos reales can- en un pizarrOn o con cualesquiera otros objetos fisicos
torianos. Del mismo modo que quienes se sirven sin sen- análogos.
tido critico del concepto de un objeto fisico son más bien Por supuesto, ci logicista no encuentra inconveniente
realistas "ingenuos" que filosóficos, asf tampoco los logicis- alguno en los infinitos reales no numerables o en ci con-
tas que se sirven sin sentido critico del concepto de los cepto de nümero real que los implica, ni con la aritme-
infinitos reales pueden pretender poseer una teorl a del tizaciOn de toda la geometria conocida por medio de este
infinito. Que exista en ella esta brecha constituye un gra- concepto. Por consiguiente, puede afirmar perfectamente
ve cargo contra su filosofia de la matemática. que el sistema de los Principia Mathematica o cualquier
otro sistema similar ha "contribuido" tambien a la geo-
metria si, segOn dice Quine, "concebimos las nociones gco-
4] LA EXPLICACION LOCICISTA DE LA GEOMETRL&
métricas como identificadas con las algebraicas a través de
Toda disciplina geométrica conocida puede desarrollarse en las correlaciones de Ia geometria analItica".10
dos formas fundamentalmente distintas. Segün una de 10 Op. cit., P. 81.
82 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA EXPLICACION LOGICISTA 83
No es probable que surjan, contra la explicacion que panalelas, dc que para toda recta y todo punto qua no se
dc la geometria da el logicista, objeciones de las qua no encuentre en ella no so da más que una, y sOlo una, recta
nos hayamos ocupado ya al examinar su explicación de la paralela a ella a través del punto. Es preciso entenderla
aritmética pura y la aphcada y la aceptación poco critica, wino una de cierto nümero de proposiciones —a propOsito
pot su pane, de los infinitos reales. En efecto, objeciones dc puntos, lineas, etc., geométricos—, las cuales, todas jun-
esencialmente nuevas solo podrian hasarse en alguna su. tas, nos permiten deducir el todo de la geometria audi-
puesta imposibilidad dc aritmetizar la geometria en abso- diana independientemente de cualquier representaciOn nu-
luto, ya sea per ci método del logicismo o por cualquier inérica. Hay qua subrayar las siguientes canacteristicas de
otro. Mientras no estemos preparados para sostener esto, la proposiciOn geométnica:
nuestros argun1entos sOlo pueden referirse a los medios Es, ante todo, una proposiciOn a priori en el sentido
de la aritmetización, esto es, en este caso, a los conceptos cxpuesto anteriormente (p. 64). No existen relaciones lO-
no geomdtricos dave del logicismo. No obstante, propon- gicas cIa deducibilidad o incompatibilidad entre ella, per
go considerar la explicación logicista de Ia geometria con una pane, y los enunciados perceptuales, per la otra. Nues-
cierto detalle. Esto nos ayudará a subrayar y reforzar tra proposiciOn está desconectada lOgicamente de los enun-
algunos dc los argumentos generales ya examinados, en ciados perceptuales o, en una palabra, dc Ia percepciOn.
particular los que sostienen que ci logicismo combina En efecto, si los enunciados perceptuales descniben y rela-
enunciados y conceptos empfnitos con otros no empIricos. cionan puntos fisicos y rectas fisicas todos los cuales po-
En tanto que la distinción entre nñmeros naturales y seen longitud, amplitucl y altura, nuestro enunciado as a
Nümcros Naturales panecerá acaso a algunos simplemente propOsito dc objetos qua, cualesquiera que scan sus demás
chocante o antinatural, la distinciOn entre los tniángulos caracterIsticas, no son tridimensionales, sino qua, en el
euclidianos, per ejemplo, y los tniángulos fisicos la acepta caso cia los puntos geométnicos, carecen dc dimensiOn, y
prácticamente todo el mundo. Dificilmente identificará en el de las Ilneas geométricas sOlo tienen una.
alguien un tniangulo euclidiano —que consideramos ahora Importa observan en esta conexiOn qua la recta gao-
aparte de toda representaciOn numérica— con un trián- métrica tiene una extensiOn infinita. En cuanto distinto
gulo clibujado, o considerará cualquier triangulo dibujado dc los segmentos perceptuales de recta, el segmento dc
como un caso del concepto de "tniángulo euclidiano". La recta geométrico está compnendido en una recta infinita.
distinciOn la hizo muy claramente PlatOn, sagan el cual la Aqul, como en al caso dc los Nümeros Naturales, qua no
participación de los tniángulos fisicos en la Forma del fonman pane de una sane infinita, y de los nümeros na-
tniángulo matemático as totalmente clistinta de la identi- turales, qua si forman pane, la extrapolaciOn dc la per-
ficaciOn. La expresan ademés una y otra vez los filOsofos cepciOn al infinite as uno de los rasgos que distinguc ci
y los matemáticos, entre ellos el gran geometra sistemático concepto geométnico del concepto empmnico correspon-
Felix Klein. Este dice, per ejemplo: "Es cierto en gene- diente.
ral, q6e los eoncetos y axiomas fundamentales [dr la En segundo lugar, el enunciado admite obviamcnte al-
geometria] no son hechos directos de la percepcidn, sino ternativas incompatibles o, en una palabra, no as ünico.
idealizaciones apropiadas seleccionadas de estos Jzec/zos" Una proposiciOn p —como Ia dc nuestro postulado— no
(cursivas de Klein) •fl as ünica si dc su incompatibilidad con alguna otra pro-
A titulo de ejemplo de un enunciado geomdtrico de posiciOn, digamos q, no se sigue qua una de las dos propo-
interés particular, veamos ci postulado familiar de las siciones incompatibles es falsa. Casos dc un tipo de pro-
posiciOn qua no as ünica en este sentido son las reglas.
11 Elementary Mathematics from an Advanced Standpoint, ('i'umar inmediatamente después del desayuno" es incom-
Geometry, traducción inglesa, Dover Publications, p. 186. patible con "No him-r inmedhtmerte antes dcl ailnuen-
84 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA EXPLICACION LOGICISTA 85
ia", sin embargo, ni una ni otra de las proposiciones es La naturaleza de los enunciados "existenciales" en ma-
Ealsa). Pot otra parte, las proposiciones a posteriori y las temática la examinaremos más adelante (cap. vin). Bas-
proposiciones lógicamente necesarias son Onicas. (Véase te aqui seflalar, pues, que si un concepto se 'define'
cap. viii, más adelante). como aplicándose a objetos que no están dados en Ia per-
El que los enunciados geométricos no son ünicos ha cepciOn, podria argüirse que tales objetos o han de
side demostrado mediante la construcciOn de geometrias eucontrarse en otra pane o deben proporcionarse. Este
no euclidianas congruentes. Ni el postulado de las para- punto de vista lo sostienen vigorosamente filbert y Ber-
lelas ni su negación se yen confirmados o refutados per nays,12 quienes alit-man muy claramente que en toda teo-
enunciados perceptuales, en particular, acerca del espacio. ria axiomática —y aqul nos ocupamos de una teoria tal,
Lo que las percepciones pueden confirmar o negar —expe- i ndependientemente de su posible representaciOn numénica
rimentos y observaciones— no es una geometria 0 un con- y de su incorporaciOn a algün formalismo logicista— 'nos
junto cualquiera de enunciados a priori, sino una teoria ocupamos de un sistema fijo de cosas (o de cierto nümero
fisica que se sirva de Ia geometria. Lo que el experimento de tales sistemas) que constituye un dominio de sujetos,
Michelson-Morley revelo como falso no fue Ia geometria delimitado desde el principio para todos los predicados a
euclidiana, sino una teoria fisica que se servia de ella. Lo partir de los cuales están formados los enunciados de la
que el experimento confirma no es una geometria no teoria". A diferencia de las definiciones ordinanias, los
euclidiana particular, sino, una vez mas, una teoria fisica axiomas proporcionan los predicados, cuyo contenido lOgico
que se sirve de ella. La tesis de Kant segOn la cual la determinan, a (sujetos) particulares. (Reviste cierto inte-
geometria euclidiana es la geometria del espacio percep- rés observar que ci carácter existencial del postulado de
tual Cs exactamente tail errónea como la tesis de que la las paralelas, pot ejemplo, lo distingue de las reglas, con las
gometria del espacio perceptual no es euclidiana. que comparte la caracteristica de estar desconectado lOgi.
En tercer lugar, el postulado de las paralelas presenta camente de la percepciOn y de no ser ünico.)
una caracteristica que no comparte con otros enunciados En cuarto lugar, ci postulado de las paralelas es una
geométricos. Es existencial, en efecto, en el sentido de idealizaciOn, pues idealiza juicios perceptuales. La nociOn
que .hace más que enunciar Jo que un concepto implica, de idealizaciOn necesita mayor explicaciOn de la que suele
afirmándolo (o sosteniendo o suponiendo que no está Va- dárselc. Requiere, en particular, la caractenizaciOn de aque-
do). No sOlo determina los conceptos de un punto o una Ilo que es idealizado, de aquello que idealiza y de la re-
recta, dejando que la cuestion de su alcance la decida Ia laciOn entre ambos. Por el momento, bastará decir que
investigaciOn inclependiente, sino que determina su exten- ci postulado y otros enunciados geornétricos son proposi-
siOn directamente. Las dos preguntas, por ejemplo, acerca ciones a priori, las cuales —si bien lOgicamente desconec-
de si ser hombre" implica o no "ser mortal", asi como tadas de la percepciOn— pueden utilizarse alternativamente
acerca de Si existe o no un hombre, son totalmente mdc- con proposiciones empiricas para pro dsitos particulares.
pendientes y distintas. Si al definir ci término '5cr hom- Vale la pena subrayar que nuestra cuarta caracteristica
bre" se tomara en ci sentido de que implica "existe cuan- no es puramente lOgica. Se refiere, en efecto, a un pro-
do menos un hombre", esto seria refutado, por cuanto pósito posible para el que la proposiciOn caracterizada
hace más que determinar su contenido o su significado pueda acaso servir. Esto es como debe ser. En efecto, ci
lOgico, etc. Y esto es precisamente lo que hace ci postu- que un fisico, por ejemplo, se sirva de una idealizaciOn
lado de las paralelas. En efecto, determina la extensiOn euclidiana de la percepciOn a de una idealizaciOn no eucli-
del concepto "paralela a una recta" no sOlo indirectamente, diana, esto depende predisamente del propOsito que se
enunciando relaciones lOgicas entre conceptos distintos, sino tiene en mente.
de modo directo. 12 op. cit.; vol. i, p. 2.
86 LA MATEMATICA COMO LOGICA: CRITICA CAPITULO CUARTO
La explicaciOn logicista de la geometria consiste, segün
LA MATEMATICA COMO CIENCIA DE LOS
hemos visto, en la aritmetizaciOn de la geometria, en la
SISTEMAS FORMALES: EXPOSICION
que los conceptos geométricos están representados per
clases ordenadas de nümeros, sus casos per los elementos
de estas clases, y sus relaciones por relaciones numéricas.
Es obvio que la aritmetizaciOn de la geometria y su in-
corporación subsiguiente en los formalismos logicistas no
afecta en modo alguno la diferencia entre las proposicio-
nes geométricas y aquellas proposiciones empiricas de las
Enfocanios ahora otra linea de pensamiento con otra raIz
que las primeras son idealizaciones. El logicismo en cuan-
histOrica. Del mismo modo que Leibniz buscó la fuente
to filosofia de Ia materpática no explica las diferencias
dc la evidencia y el contenido dc la matemática en las
y las relaciones entre ellas. Por otra parte, inclusive si relaciones lOgicas entre proposiciones y conceptos, Kant
cstuviramos de acuerclo en que la filosofia no debia con- per su pane la buscO en la percepciOn. Y del mismo
s;derar a la geometria Pura aparte de su aritmetizacion,
modo que Leibniz concibiO los principios orientadores del
aun asi todas las objeciones opuestas a Ia confusiOn logi- logicismo, asi fue Kant conducido a anticipar los princi-
cista de los nUmeros naturales y los Nümeros Naturales pios gulas dc dos movirnientos modernos en Ia filosofia
podrian volver a formularse en contra de la explicaçiOn dc la matemática, esto es, el formalismo y ci intuicio-
logicista de la geometria.
nismo.
Para Kant, el papel de la lOgica en matemática es
precisamente el mismo que desempefla en cuaiquier otro
campo del conocimiento. Opina que en matemática, si
bien los teoremas se siguen de axiornas de acuerdo con los
principios de la lógica, los axiomas y los teoremas no
son principios de lOgica ellos rnistnos, ni son tampoco apli-
cacion alguna de tales principios. Los considera, antes bien,
como descriptivos y, concretamente, como descriptivos de
la estructura de dos dates perceptuales: el espacio y ci
tiempo. La estructura de éstos se rnanifiesta coino aigo
que encontramos en la percepciOn, al extraer de la misma
su contenido empirico variable. Asi, per ejemplo, al per-
cibir dos manzanas, la iteraciOn que percibimos es una
caracteristica del espacio y ci tiempo en los que las man-
zanas están colocadas. La misma estructura se manifiesta
adernás en nuestras construcciones geométricas delibera-
das, tanto en cuanto las hace posibles como en cuantb las
confina al interior de limites, pennitiendo la construcciOn,
por ejemplo, de objetos tridimensionales, pero no, en cam-
bio, de objetos cuatridimensionales.
Hilbert, que en su programa práctico adoptO la idea
1871
88 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSIC1ON LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION 89
rectora de Kant, expresa la "posición filosófica fundamen- que Hilbert debe tambien, cuando menos fundamental-
tal" de éste y Ia suya propia con las siguientes palabras: mente, a Kant.2 Porque no fue, en efecto, en la filosofia
algo que se presupone al proceder a inferencias lógi- de la matemática donde Kant empleó el principio del que
cas y en la ejecucion de operaciones lôgicas está ya dado parte la reconciliación de Hubert, sino en una pane de
en Ia representacion (tiorstellung), esto es; ciertos objetos la filosofia que era para él mucho más importante, esto
concretos extralógicos, que estan intuitivamente presentes es, en la reconciliacion de la libertad moral y la fe reli-
en forma de experiencia inmediata y se hallan en la base giosa con la necesidad natural. Argumentando en esta
de todo pensamiento. Si ci pensamiento Iógico ha de estar conexión, Kant empezO per seflalar que la noción de Ii-
seguro; estos objetos ban de 5cr susceptibles de examinar- bert-ad moral, asi como algunas otras nociones, incluida Ia
se a fondo, en sus componentes, y la exhibición, la distin- de infinito real, eran Ideas de Razon sin relaciOn alguna
ción, el order) de sus partes y Ia disposicion de éstas en con la percepcion, en el sentido de que ni se dejaban cx-
ci espacio, ban de estar dados con los objetos mismos, traer de ella ni aplicarse a ella. Sostenia a continuación
como algo que no puede reducirse a nada más ni necesita que todo sistema que contuviera nociones aplicables pri-
por lo demas en modo alguno semejante reducción." mordialmente a objetos concretos (tales como la matemática
Hubert comparte esta posición fundamental tanto con y la fisica de su época) podia amplificarse efectivamente
Brouwer y su escuela como con Kant. Si la matemática por medio de Ideas, pero solamente a condiciOn de que
ha de restringirse —por completo y sin calificacion— a pudiera demostrarse que el sistema amplificado era con-
la descripcion de objetos concretos de cierta clase y a las gruente. El demostrar Ia congruencia de un sistema que
relaciones lógicas ehtre tales descripciones, entonces nm- abarcaba tanto los hallazgos de Ia ciencia teórica, per una
guna contradiccion puede producirse en ella, ya que las pane, como las ideas de la moral y la fe, per la otra, era
descripciones precisas de objetos concretos son siempre mu- para Kant la forma, en sus propias palabras, de "crear
tuamente compatibles. En particular, no habrá en esta lugar para la fe".
clase de matemática antinomia alguna que nos moleste, Y en forma perfectamente análoga, Hilbert distingue
engendrada por la nociOn del infinito real, y esto por la entre las nociones concretas o reales de la matemática fi-
més simple de las razones, a saber, porque el concepto de nita y las nociones ideales (Ideas) de Ia matemática trans-
infinito real no describe objeto concreto alguno. finita. Con objeto de justificar el enlace de nociones idea-
Sin embargo —y aqul esta Ia raiz del desacuerdo entre les con las reales, éI tambiên requiere una prueba de que
los formalistas como Hubert y los intuicionistas como el sistema es congruente. La tarea de Hubert consiste asi
Brouwer—, Hubert no crec que su posición Ic obligue a en probar la congruencia de un sistema que comprende
abandonar la matemática transfinita de Cantor. La tarea matemática finita y transfinita. Adopta para ello las te-
que se propone es la de adaptar Ia matemática transfinita sis kantianas de que: I) la matematica comprende des-
a una matematica que se supone, a la manera de Kant, cripciones de objetos y construcciones concretos, y 2] que
dedicada a objetos concretos. "Nadie será jamás capaz de el enlace de elementos ideales con una teoria requiere
expulsarnos —dice— del paraiso que Cantor ha creado una prueba de la congruencia del sistema amplificado en
para nosotros" esta forma. En sus manes, estas tesis se ban transformado
Su manera de reconciliar la matemática concreta, if- en lo que pretende ser tin programa práctico para fundar
nita, con la teorl a abstracta transfinita de Cantor es algo la matemática en 10 que se percibe o es perceptible. Que
es lo que nos toca ahora examinar.
I Hubert, Die Grundlagen der Mathematik, sem. de la Uni-
versidad de Hamburgo, vol. 6, p. 65. Véase también Becker,
P- 371. 2 Véase, por ejeinplo, o. cit., p. 71.
go LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION EL I'ROGRAMA 91

I] EL PROGRAMA 3] en demostrar quo una inferencia en el interior del sis-


tema no conducirá más quo a descripciones exactas, Toda
Demostrar que un sistema do proposiciones —por ejem- vez que la matemática abunda en conceptos do infini-
plo, los teoremas do una teoria matemática— Cs interna- tos roalos que no so dejan identificar con objetos percep-
mente congruente equivalo a demostrar que no contiene wales, el empleo del método directo se halla restringido
dos proposiciones, una do las cuales sea la negaciOn de la a determinaclas partos pequeflas do la matemática.3
otra, iii una proposiciOn de la que se seguiria cualquier La teoria que implica infinitos reales sOlo puode yen.
otra. (La segunda formulaciOn es ciorta asimismo de siste- ficarse en cuanto a su congruencia —cuando menos prima
mas en los quo la negaciOn no existe.) Solamento en ci facie— per el método indirocto. Procedemos establecion-
caso de sistemas muy simples resulta posible compilar una do en ésto una correspondencia biunivoca entre: a] los
usia dc todas sus propieclacies y verificarla en relaciOn con postulados y los teoremas do la teoria inicial, y b] to-
la incongruencia. En general, so requerirá una investiga- dos o algunos do los postulados y teoremas dc la segunda
ciOn más compleja de la estructura del sistema como con- teoria, de la quo se supone quo Cs congruonto. En algu-
junto. nos casos, la congruencia do esta teoria puocle roducirso
Semejante invcstigaciOn supone que ci sistema está per- a otra tercera. Sin embargo, ninguna dc esus teorias pue-
fectamente delimitado y es susceptible de oxaminarse. La do toner un modelo concrete.
(lelimitaciOn, como lo vio Froge, se obtiene hasta cierto Entre las pruebas indirectas do la incongruencia do
punto rnediante axiomatizaciOn, esto Os, estableciendo la una teoria geomdtnica o fisica, has más corrientos so ha-
lista do los conceptos no definidos del sistema, sus su- san en la anitmetizaciOri, esto es, en la roprosentaciOn do
puestos admitidos y, finaimente, las reglas do inferoncia los objetos do estas teorias por nümoros roalos 0 sistemas
(esto Cs, las reglas para deducir teoremas, a partir de los do éstos. Esto nada done do sorprondcnto, ya quo, por
supuestos y do teoremas ya deducidos). Mencionamos en una parte, la ohra original do los matomáticos, cuando
ci cap. it divorsas axiomatizaciones de la lOgica de las pro- menos dosde Descartes, se ha caractorizado por la domanda
posiciones, do his clases y de la cuantificaciOn. Axiomati- de quo toda la matomática hahia do ser susceptible do
zaciones análogas so ban dado a menuclo para otros sis- dejarso traducir en aritmética y, por otra parto, la obra
temas, tales como Ia geometria (no aritmetizada) y panes original de los fisicos, cuando menos a partir do Galileo,
do la fisica teOrica. La axiomatizaciOn puede scr más o so ha caractorizado por la domanda de quo toda fisica so
menos ostricta, segün ci grado en que las reglas de la for. dejara matematizar. Sc trata en esto de poticiones y con-
macion de proposiciones y del procedimiento inferencial viccionos filosOficas, y éstas han conducido a extonsiones
estén formuladas rods 0 menos explicitamente y con mayor do la matemática quo la hicioran susceptible do adap-
o monor precisiOn. tarso a todos los formalismos fIsicos y ban conducido asi-
Para verificar la congruencia de un sistema disponc- mismo a oxtensiones tales do la aritmética, quo la hicieran
mos de dos métodos, a saber, ci directo y ci indirecto. En susceptible —medianto el ompieo do corrospondencias bi-
aigunos casos puecle clemostrarse modiante procedimientos unkyocas— do adaptarso a toda la matemática y, on par-
combinatorios que no son doducibles enunciados incon- ticular, a toda goomotria y toda algebra abstracta. En
gruentes en una teoria determinada. En otros casos, en efecto, no puode decirso a priori quo esta aritmetizaciOn
cambio, ci método directo precede exhibiendo un modelo de la cioncia no tonga limitos. Pero, la reductibilidad a
perceptual do la teoria. Y en forma más procisa, consiste: la aritmética do teorias fisicas y matemáticas quo condo-
1] en identificar los objetos de la teoria con objetos con- non nocionos idoalos y quo no puoden domostrarso como
cretos, 2] en identificar los postulados con descripciones
exactas do dichos objetos y de sus relaciones reciprocas, y Véase, por ejemplo, Hilbert-llornays, op. cit., p. 12.
92 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICJON EL PItOGRAMA
congruentes pot ci método directo, suscita la cuestion de correctas. Pero luego surge la demanda de investigar la
la congruencia de la aritmética misma. Antes de Hubert, estructura del aparato en grdo sufciente para rconocer
no se habla sugerido programa práctico álguno para ye- la verdad del aserto. Y aqut tenemo'a nuestra disposiciOn,
rificar la congruencia de Ia aritmética. (Por SUpUeStO, Si como auxiliar, aquella misma manera concreta (honkret
se encontrara que la matemática era recluctible a una lógi- inhaitliche) de contemplaciOn y actitud finita de pensar
ca obviamente congruente, este problema no se plantearia.) que se habla aplicado al desarrollo de la teoria misma de
Y la idea básica de Hubert es aqul tan ingeniosa como los nümeros para la derivaciOn de ecuaciones numCricas.
simple. El matemático se ocupa de objetos concretos o de Esta clemanda cientifica puede satisfacerse efectivamente,
sislemas de éstos. Per consiguiente, puede basarse en o sea que resulta posible conseguir en forma puramente
todos finitos"; en otros términos, puede contentarse con intuitiva y finita —To mismo que en el caso de las verdades
ci empleo de conceptos susceptibies dc adquirir realidad de la teoria de los nümeros— aquellas comprensiones que
en la percepciOn, con enunciados en los que estos concep- garantizan Ia seguridad del aparato matemático." 4
tos están completamente apiicados, y con inferencias de La congruencia de la aritmética ciásica, incluidas —p0-
enunciados de esta clase a otros enunciados tales.. Los me- demos decir— las panes principales de la teoria de Can-
todos finitos no conducen a incongruencias, especialmente tor, ha dc verificarse, y el programa para ello pareceria
en matemdticas, en donde los objetos concretos se dejan ser: I] definir con la mayor claridad posible lo que se
delimitar efectivamente. entiende en matematica por mCtodos finitos en cuanto
Per supuesto, la aritmética clásica se ocupa de objetos opuestos a los no finitos, 2] reconstruir lo más posible de
abstractos e ideales como los infinitos reales. Sin embargo, La aritmCtica clásica en tanto objeto concreto delimitado
aun si por causa de esto ban dc emplearse dcntro de la con precisión, que está dado en la percepciOn a es reali-
aritmética métodos finitos, puede acaso ser posible, con zable en ella, y 3] demostrar que este objeto p05CC una
todo, considerar o reconstruir la aritmCtica misma como un propiedad que garantiza claramente la congruencia de la
objeto concreto susceptible de tratarse pot mCtodos fini- aritmética clásica.
tos. Serf a natural esperar que este objeto concreto pose- El formalista necesita no sOlo la seguridad de que su
yera propiedades capaces de arrojar luz sobre la aritmé- formalismo formaliza una teoria congruente, sino de que
tica ciásica tal como se Ia concibe usualmente. Puede formaliza tambiCn por completo aqudflo que se supone debe
esperarse, en particular, que tenga una propiedad cuya formalizar. El formalismo es completo 51 toda formula
posesiOn garantizara la congruencia de la aritmCtica clásica. demo.strable en el formalismo —de acuerdo con su inter-
Antes de intentar una exposición más detallada de estos pretaciOn perseguida— encarna una proposiciOn verIdica y
aspectos, dificiimente cabe hater algo mejor que formular si, inversamente, toda proposiciOn veridica está encarnada
el programa para Ia verificaciOn de la congruencia de la en una fOrmula demostrable. (Este es ci significado ori-
aritmética clásica con las propias palabras de filbert: ginal del tCrmino "integridad", que P05CC tambiCn otros
"Consideremos la esencia y ci método de Ia teoria finita significados en la literatura —aunque afines—, algunos de
ordinaria de los nómeros: Csta puede ciertamente des- los cuales no tienen relaciOn alguna con una teoria ori-
arrollarse mediante construcción numérica con auxiho de ginal, no formalizada.) Para algunos de estos formalismos
consideraciones concretas, intuitiva (inlialtlicher, anschau- existen métodos mecánicos —procedimientos de decisiOn-
licher). Sin embargo, la ciencia de la matemática no se con auxilio de los cuales podemos decidir a propOsito de
agota en modo alguno en las ecuaciones numCricas y no cualquier formula si es o no demostrable y si o no, por
se deja reducir por completo a tales. Con todo, podemos consiguiente, la proposiciOn que encarna es cierta o falsa.
afirmar que constituye un aparato que, en su aplicaciOn
a nñmeros enteros, produce siempre ecuaciones numéricas 4 O. cit., p. '; Becker, p. 372.
LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION METODOS flNITOS 95
94
Lo ideal seria un formalismo congruente, completo y sus- para designar cifras no especificadas. Para las operaciones
ceptible de decisiOn mecánica para toda la matemática. realizadas con las cifras nos servimos de otros signos, conto
ci paréntesis, el signo "" (para' indicar que dos cifras
tienen la misma estructura) y el signo "<" (para inclicar
2] MftODOS FINITOS Y TOTALIDADES INFINITAS
que urn dc las cifras está contenicla obviamente y dc
La incompatibilidad es mm relaciOn entre proposiciones mock perceptible en otra) . Asi 11 < 111, esto CS, 51 cm-
o conceptos. Los objetos y los procesos perceptibles no pezanclo con "I" construimos "11" y Ill" por pasos pa-
pueden ser reciprocamente incompatibles. Ni pueden tam- ralelos, ci primero quedara terminado antes que ci Oltimo.
poco ser reciprocarnente incompatibles las proposiciones si En €1 seno de esta teoria elemental de los nOmeros,
describen con precisiOn tales objetos y procesos, porque podernos efectuar y describir la adiciOn, la sustracciOn, la
una descripciOn que implicara incompatibiliclad entre en- multiplicaciOn y la division concretas. Las lcyes asociati-
ticlades que no pueden ser incompatibles no podria ser vas, conmutativas y distributivas y el principio de induc-
precisa. Intentos corno la teoria de los clatos-perceptibles de ciOn no son más que caracteristicas obvias de dichas ope-
Russell de seflalar objetos generales susceptibles de una raciones. Asi, por ejemplo, "11 + Ill = Ill + II" es un
descripciOn precisa —o como los que hacen las teorias como caso de "a + b = b + a", ecuaciOn que afirma en forma
la dc las "proposiciones dc protocolo", de Neurath, para general que la producciOn de cifras repitiendo los trazos
seflalar proposiciones susceptibles dc semejante descrip- no depende del orcien.
don— no son en modo alguno aceptadas universalmente Por su parte, ci principio de inducciOn, el más carac-
como logradas. En matemádca la cosa parece ser distinta. teristico de todos los principios de la aritmdtica, no es,
Aqui, en efecto, parece ser relativamente fácil delimitar segün Ia expresiOn de Hubert y Bernays,° un 'principio
un campo angosto dc objetos y procesos perceptuales sus- independiente", 5mb "una consecuencia, que tomamos de
ceptibles de descripciOn precisa o, cuando menos, de una la construcciOn (Aufbau) de las cifras". En efecto, si: a]
clescripciOn libre de contradicciones. En la teoria elemen- "I" tiene cierta propiedad, y b] si, a condiciOn de que
tal de los nümeros nos ocupamos dc tales objetos y pro- toda expresiOn.trazo posea la propiedad en cuestiOn, la po-
cesos. Los métoclos de tratarlos, esto es, los métodos Ila- see tamhién la siguiente expresiOn-trazo (la expresion for-
mados finitos (o Ifinitistas) , se exponen en los escritos mada afladienclo un "I" al inicial) , entonces se vera que
mencionados de Hilbert y en la obra clásica Die Grund- esta propiedad la poseerá cualquier expresión-trazo que pue-
lagen der )Vlathentatih, de filbert y Bernays.5 Dc acuerdo da producirse. Una vez definidas las operaciones funda.
con estos textos, ci punto de vista podria exponerse como mentales concretas por medio del principio concreto de
sigue: inducciOn, podemos definir Ia nociOn de nümero primo y
La materia de estudio de la teoria elemental de los nü- construir para cualquier nümero primo un nümero pri-
meros consta dc los signos "1", "II", "Ill", etc., mdi el mo mayor. El proceso de la definiciOn recursiva puede
proceso de producir estos signos empezando con '1" y afia- también definirse y efectuarse concretamente. Por ejem-
diendo cada vez otro trazo después del ñltimo trazo del plo, la funciOn factorial 0(n) = 1.2.3 - - - it se define recur-
signo anterior. La cifra inicial "1" y la regla de produc- sivamente por: a] q(l) = I, y b] g(n + l)p(n).(n + I).
ciOn proporcionan juntas los objetos de la teoria; estos Esta definiciOn prescribe en forma obvia de qué modo,
objetos pueden abreviarse rnediante el empleo de la no- empezandlo con o(l) y no sirviéndonos mats que de la
taciOn ordinaria, escribiendo, por ejemplo, el numeral adiciOn y la multiplicaciOn concretas, podemos construir
"Ill" como "3". Las minüsculas a, b, c, etc., se utilizan 0(n) para cualquier cifra perceptual it dada.

5 Véasc tamblén Kicene, Introduction to Aletamat/te1natics,


Amsterdam, 1952. Op. cit., P. 2s.
gO LA MATEMATICA COMO CIENQA: EXPOSICION METOD0s flNITOS
97
La aritmética elemental es el paradigma de Ia teoria incompleto, a complementar por la indicacion ya sea de
matematica. Es un aparato que produce formulas y que un objeto concreto que posea la propiedad o del proceso
puede desarroilarse por completo por medio de métodos constructivo que produzca semejante objeto. En los tér-
finitos. Este enunciado, sin embargo, cuyo significado se minos de Hermann Weyl,7 la proposición existencial no
acaba de ilustrar a partir del desarrollo de la aritmética Cs más que 'un documento que indica Ia presencia de
elemental, sigue siendo innecesariamente impreciso y re- un tesoro, sin revelar su situación'. Por on-a pane, las
quiere una caracterización real y explicita de 10 que debe proposiciones que implican asertos taiito universales como
entenderse por "métodos finitos". existenciales —por ejemplo, en ci sentido de que existe
Primero, todo concepto o toda caracteristica matemá- un objeto que cstá en una relaciOn determinada con cada
tica ha de ser tal que su posesiOn o no posesiOn por un objeto— sOlo puede tolerarse, una vez más, como façons
objeto pueda decidirse mediante inspecciOn ya sea del ob- (IC parler que prometeii la exhibiciOn de relaciones suscep-

jeto efectivamente construido o del proceso constructivo ihics de percepciOn o de consu-ucciOn.


que produciria el objeto. La segunda de estas alternati- En cuarto lugar, la Icy del tercero excluido no es uni-
vas introduce cierta latitud en cuanto a determinar las versalmente válida. En efecto, en la matemática finitista
caracteristicas finitas y los métodos finitos de que consta no permitinios ni el enunciado de que sodas las expresio-
en su empleo. As!, pues, nos conformamos razonablemente nes-Lrazo poscen una propiedad P ni el enunciado de que.
con un proceso de construcciOn que sea realizable "en existe una expresiOn-trai.o que no posee dicha propidad,
principio". En efecto, en este momento —esto es, cuando a no SCI- que estos enuitciados esten respalciados por una
surge Ia elección entre hacer el programa fonnalista menos construccion real. Per consiguiente, no podemos admitir
estricto 0 sacrificarlo— cabe esperar cierta relajaciOn del como universalmente válida la disyunción incahficada de
punto de vista finito. estos dos enunciados, esto Cs, la Icy del tercero excluido.
En segundo lugar, una proposiciOn verdaderamente uni- Inclusive en aritmética elemental hay ocasiOn para em-
versal —una proposiciOn acerca de todas las expresiones- plear en forma restringida métodos transfinitos y, en par-
trazo, por ejemplo— no es finita: no puede disponerse ticular, el principio del tercero excluido. Sin embargo,
totalidad alguna de un nOmero ilimitado de objetos para mientras aqui los métodos transfinitos son fácilmente rem-
inspecciOn, ni de hecho ni "en principio". Sin embargo, plazables por métodos finitos perfectamente suficientes en
está permitido interpretar todo enunciado de esta clase relaciOn con su materia de estudio perceptible o construi-
como enunciado acerca de cada objeto construido. AsI, por ble, la cosa es muy distinta, segOn lo hemos visto ya en
ejemplo, el hecho de que todos los nümeros divisibles por diversas etapas de nuestro examen, en el análisis. Esta
cuatro scan divisibles por dos significa que, si construimos diferencia fundamental entre la aritrnética elemental y ci
un objeto divisible por cuatro, este objeto tendra la pro- análisis se debe en su forma clásica —segOn se ha seflalado
piedad de ser divisible por dos. Obviamente este aserto ya reiteradamente— al hecho de que la noción central de
no implica que la clase de todos los nümeros divisibles análisis, esto es, la de nümero real, se define en términos
por cuatro exista real y completamente. de totalidades realmente infinitas. (Véase apéndice A.)
En tercer lugar, una proposiciOn verdaderamente exis- Vimos que todo nOmero real entre 0 y I (podemos
tencial —en el sentido, por ejemplo, de que existe una prescindir de los nOmeros reales externos a este intervalo
expresiOn-trazo con una determinada propiedad— tampoco sin pérdicla de generalidad) puede ser representado por
es finita, porque no podemos recorrer todas las expresio- una fracción de la forma 0. a 1a0a3 - - - , en donde los pun-
nes-trazo (de una clase determinada) pan encontrar una
que posea la propiedad en cuestiOn. Pero podemos con- 7 Philosophy of Mathematics and Natural Science, Prin-
siderar una proposiciOn existencial como un enunciado ceton, 1949, p 51.
LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION METODOS HNITOS 99
98
tos indican que ci nUmero de lugares clecimales es gi, esto ceros y unos determina un nümero real, y sOlo uno, entre
es, un inlinito enumerable. Si los nümeros a la derecha o y I (en Ia representaciOn binaria). Hay asi, pues, una
del punto decimal no terminan, esto Cs, si a partir de correspondencia biunivoca entre la clase de todas las
cierto lugar no son todos ceros, y Si SU orden no muestra subciases de los nümeros naturales y la clase de todos
periodicidad aiguna, entonces la fracciOn decimal infinita los nOmeros reales entre 0 y 1 y, segOn puede demostrarse
representa un nümero irracional. Todo lugar de la frac- fácilmente, Ia clase de todos los nümeros reales en un
dOn puede ser ocupado por uno de los nümeros 0 a 9. intervalo cuaiquiera. Al hablar de un nOmero real, el
La totalidad dc estas posibilidades, que representa la to- analista clásico está sujeto al supuesto de que es "posible"
talidad de todos los nOmeros reales en cualquier inter- extraer una subclase de la totalidad real de todos los ná-
vale, es mayor, scgün vimos, que la totalidad de todos los meros reales. Y al hablar de todos los nümeros reales esta
enteros y mayor que la totalidad de todos los nOmeros obligado no solo a suponer Ia totalidad real de todos los
racionales. Su nümero cardinal c es mayor que a, ci nil- nümeros reales, sino también la totalidad infinita real ma-
yor de todas las subclases de esta clase (véase p. 75). El
nero cardinal tie cuaiquier conjunto enumerable.
Con objeto de apreciar el carácter de este enunciado supuesto de tales totalidades al hablar de un nilmero real
a propOsito de los nOmeros reales, convendrá considerar trasciende ci punto de vista finito y el empleo de me-
la representaciOn de los nOmeros reales por fracciones bi- todos finitos.
narias tie la forma 0-b1 b0b3.... Aqul, del mismo modo El análisis clinico trasciende el punto de vista finito
que ci primer lugar a la derecha del punto decimal indica no sOlo en cuanto admite totalidades infinitas reales, sino
décimas, ci segundo centésimas, el tercero milésimas, etc., tambiCn en cuanto se sirve de Ia Icy del tercero cxcluido
asi ci primer lugar a la derecha del punto binarlo indica sin calificación. Si no todos los miembros de una clase
mitades, el segundo cuartos, el tercero octavos, etc. Ade- poseen una propiedad determinada P. entonces cuando
más, del mismo modo que cada lugar de una fracciOn menos un miembro tiene la propicdad no-P y viceversa,
decimal puede ser ocupado por cuaiquier námero de 0 a 9 independientemente dc que la clase en cuestiOn sea finita,
inclusive, asi todo lugar de la fracciOn binaria —todo b— infinita enumerable, o mayor que Cstas. Otro principio
es ocupado por 0 o I. Por otra parte, del mismo modo no constructivo del análisis clásico y la teoria de los con-
que todos los námeros reales pueden representarse por juntos fue puesto de manifiesto por Zermelo. Sc trata del
todas las fracciones decimales, asi también todos los nil- ilamado principio o axioma dc eiecciOn (Auswahlprinzip).
meros reales pueden representarse por fracciones binarias, Hilbert y Bernays lo formulan como sigue:8 "Si para todo
siendo la elección del sistema decimal, binario o cualquicr objeto x de un g6nerog j existe cuando menos un objeto
otro, una cuestiOn puramenle externa. (lei g6neroaj 2 que esté en x en la relaciOn B(x, y), enton-
Supongamos ahora que todos los nümeros naturales es- ces existe una funciOn 0 que correlaciona con cada objeto
tan dados en su orden natural y en su totalidad de este x del gCnero j 1, un objeto ilnico del gCnero 032 tal,
modo: 1, 2, 3, 4, 5, 6, .. Formemos iuego una subclase, que este objeto está en x en Ia rclaciOn B(x, ,(x))".
finita o infinita, de la totalidad, indicando la elección de Otra mancra die expresar ci axioma de clecciOn consiste
un nilmero para la subclase escribiendo 1 en su lugar, e en decir que, dada una clase de clases cada una de las
cuales posea cuando menos un miembro, existe siempre
indicando el descarte de un nümero escribiendo en su
lugar un cero. Si escogemos 2, 4, 5, ... y descartamos I, una funciOn selectora que sciecciona un miembro de
cada una de dichas clases. (Cabria "representar" la fun-
3, 6, escribiremos, pues, 010110 ... Es obvio que toda
serie infinita de ceros y unos determina una subclase, y ciOn seiectora como un individuo con tantas manos como
solo una, de la clase de los námeros naturales en su orden
S 0/i'. cit., p. 41.
natural. Pero acabamos de ver que toda serie infinita de
100
LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICJON
clases no vacias, que cogiera un elemento de cada una de NIETODOS FINITOS 101
ellas.) Es posible, manifiestamente, concebir una funcion defihido como ci punto en que todas las rectas paralelas
de selector para una clase que conste de un nümero Li- a la recta dada se conan, asi como la introduccion, en
nito de clases finitas. Sin embargo, cuando ilega el caso todo piano, de una linea ideal conteniendo lodes los pun-
de extraer un miembro de cada una de un nümero in- tos al infinito de todas las lineas del piano. Por supuesto,
finito de clases finitas, y más todavIa de un nümero infi- no puede ser cuestion del "punto ideal comOn a dos rec-
nito de clases infinitas, la clemostracj,jn dc una funcion tas paralelas" que denote entidad alguna perceptibiemente
de selector en tanto caracteristica de objetos o procesos con- dada o construible; en efecto, las razones para pedir pun-
cebibles o construibles carece obviamente de objeto. El tos de intersecciOn de las rectas paralelas requicren que
hecho de que el axioma de eleccion está implicitamente toclo conjunto de dstas tenga tin solo punto de inter-
supuesto en una gran canticlad de anáhsis y de teorias de secciOn, y no dos, uno, en cierto modo, en cada extremo
conjuntos sOlo se puso de manifiesto para los matematicos de las rectas paraielas.10 Al afladir puntos, lineas y pianos
ciespues de que Zermelo bubo descubierto que habla consti- ideales a los "reales", creamos conceptos que, si bien se
tuido un supuesto tácito en la prueba de que toda ciase relacionan lOgicamentc con aquellos a los que se han ad-
puede ordenarse bien y que, en consecuencia, los nümeros juntado, son todavia menos caracteristicos de percepcion
cardinales de dos clases cualesquiera (finitas o infinitas) que los primeros. Inclusive si del "punto real" y de la
son comparabies (véase p. 77) Y "recta real" puede decirse cum grano salis que describen
Asi, pues, segOn lo expone Hubert, la matemática objetos perceptivos, ninguna cantidad de sal justificara, en
clásica tiene como ncieo una materia de estudio per- cambio, decir que ci "punto ideal" -y la "recta ideal" son
ceptible, o cuanclo menos perceptualmente construible, a caracteristicas perceptivas.
la que se adjuntan objetos ficticios, imperceptibies y no La introducciOn de elementos ideales en la geometria
construibles perceptualmente y, en particular, diversas to- proyectiva, en la teoria algebraica de los nOmeros y en
talidades infinitas. A esta adjuncion de materia de estu- las teorias inatemáticas en general, ha constituido, scgün
(ho "ficticia" corresponden: l} conceptos ideales que son Hilbert, una de las glorias del pensamiento matemático
caracteristicos de Ia misma —pot ejemplo, los infinitos original. Segün dl, la apariciOn de antinomias como re-
reales de Cantor y los nOmeros cardinales y ordinales trans- sultado de esta adjuncion de totalidades infinitas a la ant-
finitos—, 2] enunciados ideales que la describen u opera- mdtica elemental no requiere su abandono, sino aiguna
ciones con ella —por ejemplo, la Icy incalificada del ter- prueba de que una aritmdtica ampliada —la combinaciOn
cern excluldo o ci axioma de elecciOn—, y 3] inferencias en un solo sistema de objetos y mdtodos finitos -y transfi-
ideales que conducen ya sea de enunciados de matematica nitos— esta Iibre de contradiccion. Sugiere la mariera de
finita a enunciados ideales, o bien de enunciados ideales lograrlo, sostiene, Ia consideracion de Ia aritmdtica ele-
a otros enunciados ideales. mental.
Esta adjunciOn de conceptos, enunciados e inferencias Su punto cnitico es aquf que la aritmdtica elemental
ideales a una teoria no es, por supuesto, totalmente nueva puede concebirse de dos modes distintos: per una parte,
en matemática. Mi, por ejemplo, en Ia geometria pro- de modo perfectamente natural, como una teoria acerca
yectiva Sc ha reveiado como muy ütil la introduccion dc de la actividad regular de construir expresiones de trazos
un punto ideal en ci infinito de cada recta al que se ha y, por la otra, en forma algo artificial, como un forma-
lis,no, esto es, como la actividad reglamentada, ella mis-
En cuanto al empico del axioma en topologia, en la teo- iO Acerca de la explicacion de las razones para introducir
ria de la mcdiciOn de Lebesgue, etc., véase J. B. Rosser, Logic
for Mathematicians Nueva York, 1953, pp. 5 s. puntos, lineas y pianos ideales y para mayores detalles, vdase,
105 por ejemplo, Courant y Robbins, What is Mathematics?, Ox-
ford, 1941, y ediciones posteriores, cspecialmente cap. xv.
102 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION MET000S FINITOS 103

ma, para construir objetos perceptivos: esta vez, por 5w correspondencia entre la congruencia formal del formalis-
puesto, no expresiones de trazos, sino fOrmulas. La teoria mo y Ia congruencia lOgica de la teoria. Afirmar que la
aritmética consta de enunciados, y ci formalismo aritmético teoria Cs lOgicamente congruente equivale a afirmar que
dc manipulaciones de sImbolos y sus resuitados. Al igual no todo enunciado de la teoria es a la vez un teorema de
exactamente que la actividad regiamentada de construir la teoria. (Esta dcfiniciOn posee la ventaja, como ya se
expresiones-trazos, ci formalismo puede convertirse en ma- indicO, de evitar ci empico de la nociOn dc negaciOn.)
teria de otra teoria, liamada usualmente "metateoria". Nos Afirmar que ci formalismo es formaimente congrucnte
vemos asi conducidos a distinguir dos ciases de actividades equivale a afirmar que no toda formula enunciativa del
constructivas: construcciOn de trazos y construcciOn de formalismo es a la vez una fOrmula tcorémica. En vista
fOrmulas, y cnn-c dos ciases de teorias: la teoria original dc 'La correspondencia (resultante de su incorporaciOn en
acerca de Ia construcckn de trazos, y la nueva "metateoria" los mismos objetos fisicos) entre fOrmulas enunciativas y
acerca de la construcciOn de fOrmulas. fOrmulas teorémicas por un lado y enunciados y teoremas
Obviamente, Ia conexiOn cnnc la teoria aritmética, por ci otro, estamos autorizados a decir que demostrar la
ci formalismo aritmético y la metatcorla a propOsito de congruencia formal equivale a demostrar al propio tiempo
éste es muy Intima. En grandes lineas se funda en el la congruencia lOgica.
hecho de que los mismos objetos fisicos, por ejemplo, Veamos ahora la aritmética no elemental. La materia
<I + I = 2> 0 <1 + I = 3> (los objetos entre comillas tic estudio de esta teoria aritmética ya no es, per supucsto,
francesas), funcionan de modos distintos, aunque corres- finita. Pero puede acaso rcsultar posibic construir un for-
pondientes, en la teoria aritmetica y en ci formalismo ant- malismo aritmético, con fOrmulas enunciativas y teorémi-
mético. El formalismo puede construirse de tal modo que cas que correspondan como antes a enunciados y teoremas
resulte posible distinguir dos clases de reglas en particu- de la teoria, y estc formalismo podria ser luego la mate-
lar, a saber: aJ reglas para la producciOn de formulas ria de estudio de una metateoria. Toda vez que la materia
como las que corresponden (en nuestros dos ejemplos) a de estudio, esto Cs) Ia construcciOn de fOrmulas, serla fi-
enunciados de Ia teoria, y que designaremos como fOrmu- nita, la metateoria seria exactamente tan finita como la
las enunciativas, y bJ reglas para la producciOn de formulas aritmética elemental, de la que sOlo difcrirIa por ser acer-
como las que corresponden (en ci primer ejemplo, Pero ca de otra clase de construcciOn perceptiva. Si puede cons-
no en ci segundo) a enunciados o teoremas verdaderos de truirse un formalismo correspondientc —en la forma re-
Ia teoria, y que designaremos como fOrmulas teorémicas. querida— a la teorla de la aritniética no elemental, enton-
Al enunciar que un determinado objeto fisico es, en ces podcmos también establecer eo ipso, dcmostrando con-
el contexto del formalismo, una fOrmula enunciativa o una gruencia formal del formalismo, congruencia lógica dc la
formula teorémica, hablamos acerca de una construcciOn teoria. En efccto, podemos hacerlo por métodos estricta-
de fOrmulas y hacemos un enunciado de metateoria. Este mente finitos, toda vez que nuestra materia de estudio
enunciado es finito, por cuanto enunda, de un objeto per- —esto es, la actividad reglamentada de la construcciOn de
ceptivo o del proceso que lo produce, una caracteristica formulas— es perceptiva o, cuando menos, perceptivamente
puramente perceptiva o (jiitcralmente!) formal. La carac- construible en principio. Por consiguientc, nuestra prOxi-
teristica formal de una formula enunciativa que es una ma tarea habrá de consistir en considcrar las actividades
fOrmula teorémica corresponde a la caracteristica ldgica constructoras de fOrmulas o formalismos, tanto de los for-
dc un enunciado que es un teorema. malismos considerados en si mismos como de los que son
A esta correspondencia entre las caracteristicas forma- al propio tiempo formahzaciones de teorias.
ies del formalismo y las caracterIsticas lOgicas de la teoria
pueden afladirsc otras. Tal vez la más importante sea Ia
104 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACIONES 105
3] SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACIONES r-dcter general, la existencia de la aritmética ampliacla de
los objetos y las proposiciones ideales, come carentes
Una vez construido un sistema formal, se ha Ilevado al
de sentido o sencillamente come falsos. En tal caso pro-
mundo una nueva "entidad", esto es, un sistema de reglas pondria, con H. B. Curry,11 definir la matemática come
para la produccion de fOrmulas. Estas fOrmulas son obje-
'la ciencia de los sistemas formales". En otras palabras,
tcs perceptivos que pueden distinguirse y clasificarse per
en tanto que para filbert la matemática o, mejor dicho,
medio de caracteristicas perceptivas que son, poseidas ya
Ia metamatemática es como el 'hue de Ariadna" leibni-
ea por las fOrmulas mismas 0 por ci proceso de su pro-
ziano que Ic gula a través del laberinto de las propor-
clucciOn y, en particular pot la serie de formulas que con- clones y las teorfas matemáticas, ci formalista estricto, en
ducen sucesivamente de una fOrmula inicial a la fOrmu-
cambio, considera que la matemática tiene dicho bib —y
Ia objeto de estudio. En on examen formal berries de ig- nada más— como objeto propio de cstudio.
norar toda correspondencia entre las propiedades formales El paso del punto dc vista formalista de filbert al for-
del sistema formal y las propiedades lOgicas de cualquier malismo estricto de Curry deja intactos los rcsultados ma-
teoria preexistente, pese a que el establecimiento de seme- tcmáticos del primero. Representa, sin embargo, una tran-
jante correspondencia fuera el motivo conductor de la cons- siciOn a un punto de vista fubosOfico distinto. La mate-
trucciOn del sistema formal.
mática no tiene ahora intercambio alguno con nada, cx-
SegOn filbert, ci contenido de la matemática siguc cepto los sisternas formales y, en particular, no con end-
sienclo las proposiciones: en el caso de la aritmética ele- dades no perceptuales ideales. La posiciOn de filbert Cs
mental son proposiciones acerca de expresiones-trazos y de análoga a Ia del fenomenalista moderado que admitiera
su produccion, y en el caso de la aritmdtica ampliada (clii- conceptos de objeto fisico como conceptos auxiliares —aun-
sica) comprenden, ademas, proposiciones "acerca" de ob- que ficticios—, en términos de los cuales se ordenarfan los
jetos ideales. Los sistemas formales que aquéi construye claws sensibles o se formularian enunciados puramente
son simplemente medios con cuyo auxilio estudia, en vir- lenomenalistas, aun si los conceptos de objetos lisicos no
tud de la correspondencia entre propiedades formales y se dejaran "reducir" a dates sensibies o a conceptos pura-
IOgicas, las teorias matemáticas preexistentes. Sus forma- mente fenomenalistas. Per otra parte, el formalismo es-
lismos son formalizaciones. tricto es análogo al fenomenalismo que sOlo admiticra da-
Sin embargo, toda vez que no se permite que conoci- los de in percepciOn y enunciados puramente fenomena-
miento alguno derivado de la teoria preexistente entre en listas.
ci examen relativo al sistema 'rmal, es decir: toda vez En cuanto filosofia de la matemática, ci formalismo
que clesde el punto de vista de este examen no se necesita estricto CSL niãs cerca que ci punto de vista de filbert a
que exista teoria aiguna de la que la teoria formal sea la doctrina de Kant en la Estética trascendental. SegOn
una formalizaciOn, nos queda abierta la posibilidad de Kant, en efecto, un enunciado de matemática pura tiene
considerar esta teoria no solamente come un instrumento construcciones para su objeto de estudio, construcciones
para Ia investigaciOn de un sistema preexistente dc pro- en espacio y tiempo, restringidas por la naturabeza misma
posiciones, sino como la materia de estudio de la mate- (IC dicbas intuiciones. SegOn ci formalismo estricto, en
mática misma. Existen para esto buenas razones. En dcc- cambio, ci objeto de estudio de la matemática Cs cons-
to, por una pane no hay razOn alguna en cuya virtud la trucciones cuya posibiliclad se halla restringida per los Ii-
materia de estudio de la matemática no debiera exten- mites dentro de los cuales la percepciOn es posible, y
derse a cualquier clase de manipulaciOn de signos. Y por
otra part è, el filOsofo fenomenalista, u otro de una actitud 11 Outlines of a Formalist Philosophy of Mathematics,
Ams-
similar, bien podria negar, per razones filosOficas de ca- lcrdam, iqi.
zoG LA MATEMATICA COMO QENCIA: EXPOSICION
SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACLONES 107
nuestros enunciados a propósito de estas construcciones son "dc lo que entendemos por 'logica —la 'matcmática' Ia
demonstrationes ad oculos, leidas, en cierto modo, en la
hemos definido ya.. . Por otra parte, la lOgica es aquella
percepción. Son enunciados sintéticos verdaderos. Sin em- rama de la filosofla en la que examinamos la naturaleza
bargo, su evidencia no es ni la de las tautologias lógicas y los aiterios del razonamiento; en este sentido, Ilame-
ni, segün opinaba Kant, la que surge de los elementos mosia lógica [I]. Por otra pane, en ci estudio (IC la 16-
particulares supuestamente a priori. Es la evidencia, antes gica [I] podemos construir sistemas formales que tengan
bien, de enunciados fenomenalistas muy sencillos o de los una aplicación en aquélla; tales sistemas y algunos otros
datos de la percepción. En otros términos, los enunciados los designamos a menudo como logica'. Tenemos, pues,
a propOsito de las construcciones matemáticas son enuncia- en esta forma, 'logicas' bivalentes, trivalentes, modales,
dos empiricos que cntraflan ci menor riesgo posible de brouwerianas, etc., algunas de las cuales solo Sc relacionan
error. Esta es la razOn de que, al examinar ci proceso de la con la iOgica [1] indirectamente. El estudio de estos sis-
prueba —uno de los principales sujetos de la ciencia de temas lo designaré como lOgica [2]. El primer punto re-
los formalismos—, Curry diga, en forma muy natural, que lativo a la conexiOn de Ia matemática con la lOgica es que
"resulta dificil concebir un proceso más definido y oh- aquélla independiente de la lOgica [I]. - . Ya sea que en la
jetivo".
Iógica [I] haya o no principios a priori de razonamiento,
Para Hubert, la raison d'être de los sistemas formales cuando menos no los necesitamos para la matemática."
es la de salvar y preservar las teorias clásicas preexistentes Hubert no ha tratado nunca explicitamente y con al-
—si bien algo modificadas— y, en particular, la teoria de gun detalle el problema filosOfico de la matemática apli-
Ins conjuntos, de Cantor. Para Curry, los sistemas forma- cada. Parece favorecer el punto de vista de que se da
les son los sustitutos de Ia matemática clásica. Dc estas un isomorfismo parcial entre la matemática pura y ci reino
diferencias fundamentales entre el formalismo moderado y de la experiencia al que se aplica. 0 sea que la aritmé-
ci estricto se siguen otras. Para Hubert, que trata de es- tica elemental es o bien ella misma la materia de estudio
tablecer la congruencia (Iógica) de teorias via Ia congruen- empirica de nuestra investigaciOn —una "fIsica" de sim-
cia (formal) de sistemas formales, un sistema formal (for- bolos-trazos y operaciones con trazos—, o bien puede p0-
malmente incongruente es in&il. No asi, en cambio, para nerse en correspondencia con alguna materia de estudio
Curry. Este sostiene, en efecto, que para la aceptabilidad empirica, como por ejemplo, para servirnos de un caso
o la utilidad de un sistema formal "una prueba de con- banal, las manzanas y las operaciones con manzanas. Por
gruencia no es ni necesaria ni suficiente".12 Sostiene que otra pane, las panes no elementales de la aritmética no
sistemas formales efectivamente incongruentes se hall re- ampliada carecen de correlatos empiricos. Su objeto está
s'elado en ci pasado como dc la mayor importancia, por en completar, sistematizar y preservar ci nücleo elemental,
ejemplo, para la fIsica. el Onico que o es empirico o tiene correlatos empiricos.
Tanto Hilbert como Curry niegan la posibilidad de Segán Curry, quien es perfectamente explicito al res-
deducir la matemática de la lógica. Sin embargo, en tanto pecto, hernos de distinguir entre la verdad de una fOrmula
que Hubert considera principios de razonamiento que son dentro de un sistema formal —esto es, ci enunciado de-
suficientes para In aritmética elemental como principios rivable dentro del sistema— y la aceptabilidad del sistema
lOgicos de una lógica finita y, en cierto modo, minima, como un todo. La primera es "una materia objetiva a
Curry, en cambio, separa Ia lógica y la matemática en cuyo propOsito todos podemos ponernos de acuerdo, en
forma más categorica todavia. Todo gira airededor, dice,13 tanto que la otra puede implicar acaso consideraciones
ajenas".14 Asi, pues, considera que 'la aceptabilidad del
12 Op. cit., p. 61.
13 O. cit., p. 65. 14 Op. cit., p. 6o.
ioS SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACIONES tog
LA MATEMATcA COMo CIENCIA: EXPOSJCION
lismos. Hubert seflala una clase de ammonia preestablecida
análisis ciásico para fines de aplicación en fisica. . se
que favorecc ci progreso d la matmática y de las cien-
establece en razones pragmáticas, y que ni la cuestiOn de
cias naturales. Los resultados conséguidos en la persecii-
in evidencia intuitiva ni in tic- la prucba decongruencia la
dOn de propOsitos totaimente distintos proporcionan a
afectan en lo más minimo. El criterio primordial de acep-
menudo el instrumento tan necesitado para tin nuevo oh-
tabilidad es empIrico, y las consideraciones más importan-
jetivo cientifico. El aparato lOgico dc los Principia Maihe-
tes a! respecto son la idoneidad y Ia simplicidad".15 Cuan-
matica, que sobre la base de investigaciones anteriores con
do se ilega a Ia aplicaciOn de la matemática, Curry es
objetivos toclavia distintos fue concebido con el proposito
pragmatico. No va tan lejos, con todo, como ci iogico
tie reducir in matemática a la lOgica, proporcionO, en ci
pragmatico cuyo concepto de la matemática pura es asi-
caso propio particular de Hubert, ci insirumento casi listo
mismo pragmático y quien niega que las proposiciones
para la ejccución de su programa totalmente clistinto.
iógicas, matemáticas y empiricas puedan distinguirse per Doncle los Principia MatlzcmaUca fallan es en su formali-
criterio alguno precise. (Véase p. 68.) El dominio de
zaciOn incompleta. No son per complcto, en efecto, un
ins teorias formales y las proposiciones acerca de sus pro- sistema de reglas para manipular signos y fOrmulas, y en
piedades formales están, supone Curry, perfectamente de- particular fOrmulas teorémicas, con completa independen-
limitados.
cia del hecho de que se las pueda interpretar como pro-
Ames de describir en linens gencrales algunos sistemas posiciones de la matemática clásica. Sin embargo, los
formales, se nos permitirá nil vez una caracterizacion mc- Principia Maihematica constituyen un fundamento casi
tafórica, imprecisa, de las ideas básicas del formalismo. perfecto para la formahzaciOn rigurosa de dicha matemá-
Segun la mayoria de los filósofos, de PIatOn a Frege, las ti
verdades de la matemática existen (o "subsisten") mdc- En efecto, de los sistemas formales, aquéllos esbozados
pcndientemente de que scan o no conocidas e indepen- A cxaminar la filosofia logicista de Ia matemática son
dientemente de su materializacion en proposiciones o
tan buenos ejemplos como cualesquiema otros. Esto es asi,
fOrmulas, pese a que éstas scan kecesarias para que las en particular, per lo que se refierc al cálculo proposicional
verdades puedan captarse. Fuc ci programa ingenioso de y al sistema formal de la lOgica clasica de Boole. Aquf no
Hubert —anticipado en cierto punto per Leibniz— ci haremos más que ciescrihir la naturaleza general dc los
de plasmar las verdades de in matematjca clásica, de sistemas formales. Son máquinas para in producciOn de
tal mode, que los rasgos perceptuales de los objetos o los objetos fisicos de diversas clascs, máquinas cuyas propie-
procesos que las producen correspondaii a rasgos lágicos dades han sido objeto de extensas y detalladas investiga-
de las proposiciones matemáticas. Las fOrmulas teorémicas ciones por Hilbert, Bernays, Post, Carnap, Quine, Church,
son, en cierto modo, los cuerpos, y Ins verdades desnudas, Turing, Kicene y muchos otros. Como resultado de In
las almas, cada una de las cuales posee cuando menos un labor realizada per estos autores, los términos 'máquina"
cuerpo. Este programa, segCin se explicará con algo más y 'propiedades mecánicas" hace tiempo que ban dejado
de precisiOn más adelante, no puede lievarse a cabo. Ha de set metafOricos en contextos lOgicos. (En efecto, Ins
sido demostrado per Godel que todo vaciado de Ia mate- penetraciones más importantes en Ia naturaleza de los for-
máuca clzsica en tin formahsmo ha de ser incomplete; malismos, esto es, los teoremas mäs importantes de la ma-
en efecto, hay siempre algunas verdades matemáticas que tcmática o, como se la llama tamhién, tie la teoria de la
no encarnan en fOrmulas teorémicas. prueba, pueden formularsc dc la manera más clara y sen-
Para poder apreciar este resultado, necesitantos scm un cilIa como enunciados en ci sentido de que cicrtas máqui-
poco más especificos acerca dc la naturaleza de los forma- iias productoras de fOrmulas pueden construirse, en tanto
que otras no.)
15 Op. cit., p. 6.
110 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACJONES iii
El formalismo estricto considera a toda la matemática, el nümero y lit clase de "argumentos" para cada uno. For
segün vimos, como la ciencia de los sistemas formales, Sean ejemplo, podemos especificar como predicados piezas de
o no formalmente congruentes y tanto 51 SC proponen como
madera con n hoyos a los que pueden adaptarse canicas
no ser formalizaciones de teorias preexistentes, con Jo que tanto incluidas coma sueltas y determinar luego que nues--
ha hecho que la naturaleza de los formalismos per SC Sea tras proposiciones elementales son todas aquellas piezas
más fácil de captar. Hacer esto se ha convertido en ne- de madera cuyos hoyos hayan sido llenados debidamente
cesario para toda filosofia de la matemática, porque no con canicas incluidas o sueltas.
Cabe abrigar duda álguna de que, sea lo que fuere Jo que
la matemática pueda signifkar, ahora a en el futuro, ësta
habrá de comprender siempre la ciericia de los sistemas 31 Teorernas elementales
formales. a] Axiornas, esto es, "proposiciones" elementales, de las
Una caracterizaciôn rally clara de los sistemas formales que se afirma que son "ciertas" incondicionalmente; b]
en general es la proporcionada par Curry.16 Cada uno de reglas de proceditniento, que son de la siguiente forma:
ellos es definido par un conjunto de convenciones, lo que "Si F1 , P2. ... . P,, son teoremas elementales sujetos a
se designa como su estructura primaria. Al indicar la es- tales y cuales condiciones, y si Q es una proposiciOn dc-
tructura primaria, proporcionamos a un ingeniero lodes mental que tiene con P1, P2..... m tal y cual relaciOn,
los datos que necesita (aparte de sus conocimientos de entonces Q es cierta". Pot ejemplo, si dos piezas de ma-
ingenieria) para construir la máquina productora de fiSt-mu- dera con hoyos rellenados con canicas son teoremas ele-
las requerida. Curry distingue en toda estructura prima- mentales, entonces toda pieza de madera producida a par-
ria las siguientes caractenisticas: tir de las anteriores pegándolas con cola es "verdad" asi-
mismo.
I] Tdrminos Con objeto de poder hablar de la estructura primaria
hemos de tener nombres para los elementos, las opera.
Estos Son: a] Elementos, que se especifican estableciendo ciones y los predicados, asi como indicaciones de la ma-
una lista de objetos de tipos diversos, par ejemplo, sefla- nera en que los predicados se aplican a los términos. La
les sabre papel, piedras u otros objetos I isicos; b] opera- especificaciOn de las caracteristicas que constituyen la es-
ciones, esto es, modos de combinaciOn para format nuevos tructura pnimitiva de un sistema formal ha de ser efectiva
términos, y c] reglas de formación, que especifican cómo o definida (término empleado pot Cat-nap). Esto significa
deben construirse los nuevos términos. Por ejemplo, si que ha de set posible decidir, después de cierto nümero
figuran canicas y cajas entre nuestros términos, y Ia in- tie pasos, si un objeto posee o no esta caracteristica. En
dusiOn de canicas en las cajas entre nuestras operaciones, efecto, si un sistema formal ha de ser susceptible de ser
podriamos adoptar la regla de fat-macion que permitiera tratado pot- métodos finitos (Como Jo hace Hilbert), a si,
la inclusion de una canica en cada caja, y estipular que las en otros términos, Jo que ha de probarse a su propOsito
canicas incluidas pertenecen al mismo tipo de ténnino que puede probarse par demostraciones ad oculos, entonces
las sueltas. las propiedades para set un predicado formal, un axioma
formal o una fOrmula fot-malmente derivada de otra de
2] Profrosiciones elementales acuerdo con una regla de procedimiento ban de estar todas
ellas definidas.
Estas se especifican dando una lista de 'predicados", con La propiedad para ser una fOrmula teordmica poclrá es-
tar definida, pero no necesita estarlo. En cambio, la rela-
to op. cit., cap. vi. dOn formal entre una formula y la serie de fOrmulas que
112 LA MATEMATJCA COMO CIENCIA: EXPOSIC15N
constituyen su prueba ha de estar, por supuesto, definida. SISTEMAS FORMALES Y FORMALIZACIoNES 113
En la mavorla dc las teorias matemáticas Ia formula no mal reviste gran importancia filosOfica, y esperará an in-
Ileva en Ia frente, por asi decir, Ia seflal de que es un teo- forme de los resultados logrados per los matemáticos. A
rema, pero In prueba de ello, una vez dada, ha dc ser primera vista, ci vaciado completo de las teorias matemá-
susceptible dc comprobacion mediante un nOmero finito ticas en formalismos parecera acaso posible, y luego podrá
(IC pasos. cuando menos sostenerse que las teorias preexistentes son
Se ban construido muchos sistenlas formales por mate- meramente "intuitivas", en el sentido algo despectivo en
máticos en ci presente siglo. El motivo de la actividad que emplean ci término los matemáticos en las contadas
ha siclo por lo regular Ia necesidad de cncarnar proposi- primeras páginas de sus tratados antes de entrar en mate-
clones en fOrmulas, dc tal modo que las propiedades y las na, y que las teorias en cuestiOn son meramente prelimi-
relaciones formales de Las fern itlas garanticcn propiedades nares heuristicos para la construcción de formalismos y de
Y relacioncs IOgicas correspondientes de las proposiciones. enunciados a su propOsito.
En efecto, scgün vimos, ci propOsito ñltimo del programa Por consiguiente, hemos de intentar dar una explicaciOn
(IC Hubert, y lo que constituiria su con sumaciOn, Cs una de algunos resultados de la ciencia de los sisternas forma-
prueba de Ia cotigruendia lOgica del cuerpo principal de In les, confiando —como lo hemos hecho siempre hasta ci pre-
matemtica dásica alcanzada a través de Ia prueba de sente— en que los matematicos habrán efectuado su labor
la congruencia formal de un sistema formal adecuado. eficazmente.
Tal como ha sucedido con frecuencia anteriormente en
otras ramas de Ia matemática, ci estudio de los sistemas
41 Algunos resultados de Ia metamatemcitica
formales condujo a resultados inesperados, a nuevos pro-
hiemas, nuevas técnicas y, cuando menos, a una nueva Solo podemos dar un esbozo muy breve y general del prin-
rama de la matemática pura, esto es, la teoria de las fun- cipal resultado de Godel y de algunos desarrollos relacio-
ciones recursivas. La importancia de esta teoria la concep- nados con el mismo.18 La supresion de "tecnicismos" ha
n'ian los expertos como muy grande. Asi, por ejemplo, Ic significar aqul inevitablemente supresiOn de argumentos
E. L. Post, que no sólo ha hecho aportaciones importan- nociones esenciales. Despertar el apetito del lector sin
tes al tema sino que ha expresado también sus ideas prin- ifit-maciones crasamente erróneas es tal vez lo mejor que
cipales en una forma que las ha hecho accesibles a los no ;e pueda hacer.
expertos, expresa el punto de vista de que la formulaciOn Suponemos con Hilbert que el método y los resultados
de Ia nocion de funciones recursivas "puede desempeflar 18 El trabajo principal de Gödel es •Ulr formal unent-
tin papel en Ia historia de la matemática combinatoria tchcidbare Satze der Principia Mathematica und venvandter
sOlo inferior en importancia a Ia formulacion del nümero Systeme, I", en Monatshefte für Mathematik and Physik, iq',
natural".l? vol. 38. Véase una "exposicion libre del teorema de Godel
El lector de un libro sobre filosoffa de la matemáti- y del teorema de Church" en J. B. Rosser y, concretamente, en
ca no puecle esperar que se Ic proporcione a su través su articulo que lleva dicho titulo, en Journal of Symbolic Logic,
an conocimiento completo de las nuevas ideas y las nue- 'gag, vol. IV, nüm. 2. Una exposiciOn libre y formal de la
vas técnicas. Sin embargo, apreciard fácilmente, con todo, teoria de Gödel se encuentra en Sentences Undecidable in
Formalized Arithmetic, de Mostowski, Amsterdam, 1952, y tam-
que la cuestiOn de hasta qué punto pueda establecerse hen en Klcene, op. cit., y Hilbert-Bernays, op cit., vol. 2. La
Ia correspondencia entre Ia teoria anterior y ci sistema for- teoria de las funciones recursivas está desarrollada a partir
de los primeros principios y sin simbolismo lOgico en R. Peter,
17 BulIctin of the American Mathematical Society, 1944, vol. !lckursive Funktionen, 2q ed., Budapest, 1958. Véase un exce-
3°. \c 5 knte estudio del estado actual de Ia teorfa en John Myhill,
Philosophy in Mid-Century, Florence, 1958.
14 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION
SJSTEMAS FORMALES Y FORMALIZACIONES 115
de la aritm&ica elemental (véase p. 94) no necesitan jus- (IC modo que, per ejemplo, 1 corresponde a 1. Las pro-
tificaciOn, y consideramos un sistema formal congruente
piedades formales de los enteros se expresarán por W(.),
F, suficientemente expresivo pan permitir la formalizacion
distinguiCndose propiedades formales distintas per medio
en él de la aritmética elemental. Esto implica el requisito de subindices distintos. Si W0(.) es la contrapartida for-
de que todas las expresiones aritméticas correspondan a mal de "x es un nümero primo", entonces W0(5) es la
expresiones formales, de tal modo que ningãn teorema for- contrapartida formal de la proposiciOn artimética de que
mal de F corresponda a una falsa proposiciOn aritmética. 5 es un nómero primo. El conjunto de todas las propieda-
Si un enunciado formal, digamos f, es la formalizaciOn tie des formales de los enteros puede ordenarse de muchas
una proposición aritmética a, se dice también de a que maneras en una serie, y consideramos una de éstas, per
es una intcrpretaciOn (aritmetica) de f o ci significado ejemplo:
intuitivo de ésta.
Digamos que F formaliza por corn pleto la aritmética ele- P1 Fv1ç), jV20, W30. ...
mental, a condiciOn de que, en ci caso de todo enunciado
formal f, que es la forrnalización de un enunciado aritmé. Con objeto de construir ahora una proposicion formal au-
tico, f o -f son un teorema formal de F o, en resumen, torreferente, formulemos primero cualquier proposicion
a condición de que f sea decidible. Hilbert persegula la formal a la que hayamos llegado "saturando" alguna pro-
formalizac,ón completa de (sustancialmente) Ia totalidad piedad formal con el numeral correspondiente a su sub.
de la matemática clásica. Gödel ha demostrado que inclu- indice. Tales proposiciones formales son W1(1), W,(2),
sive un sistema formal que no formaliza más que aritmética Empezamos per entresacar, por ejemplo W5(5).
elemental no la formaliza por completo. Esta proposiciOn formal podrá ser o no un teorema formal
La incompletidad de F se establece mediante Ia cons- de F. Supongamos que no Ic Cs, o sea que
trucción real de un enunciado formal f que formaliza W6(5) no es un teorema formal de F
una proposición aritmetica, en tanto que, sin embargo, ni
f ni f son un teorema formal de F, esto es, en tanto Esta proposición no es, en vista de esto, una proposición
que f es indecidible. La interpretaciOn de f nos recuercia formal de F, pero es una proposiciOn real a propósito de
la paradoja del mentiroso: "La proposición que enuncio una proposición formal, esto es, a propósito de la propo-
ahora es falsa". Si la afirmación de la proposición es co- sición formal W5(5). Es, en el sentido de Hubert, un me-
rrecta, entonces la proposición es falsa, de donde se sigue taenunciado perteneciente al metalenguaje, en que habla-
que la afirmación es incorrecta. El enunciado es "a propó- mos de F. Y en forma análoga, la propiedad:
silo" de si mismo. Afirma su propia falsedad y no enun-
[2] W(n) no es un teorema formal de F
cia nada más. Es esta clase de autorreferencia la que p05cc
la proposición formal de Godel. Sin embargo, en tanto no es, en vista de esto, una propiedad formal pertene-
que en la paradoja del mentiroso la relaciôn entre la cx- ciente a F, sino una metapropiedad perteneciente al me-
presión lingulstica y su significado dista de ser clara, la talenguaje. No parece plausible que esta propiedad for-
proposición formal de Codel, en cambio, es tan clara como mal tenga una contrapartida entre las propiedades forma-
F y la aritmética. les de F y, en particular, entre los miembros de la se-
Veamos ahora la construcción del f indecidible (siguien- rie [I].
do Ia exposición de Mostowski). Toda vez que F forma- Pero Godel muestra que [2] ha de tener tal contra-
liza aritmética elemental, los enteros y las propiedades de partida en [1], esto es, que un miembro de la serie [1]
los enteros han de tener contrapartidas formales en F. Los formaliza Ia metapropiedad [2] o, lo que viene a ser lo
enteros formales o numerales se representan en negritas, inismo, que esta metapropiedad es la interpretación o el
SISTEMAS FORMALES V FORMALIZACIONES 117
• LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION
DCSpUéS de estos preparativos (que en Ia prueba real re-
significado intuitivo de un miembro de Ia •serie [1]. El
quieren, por supuesto, mds tiempo, espacio y esfuerzo), po-
método con el que lo muestra se conoce como Ia aritme-
demos dar Ia traducciOn de Godel de [2], esto es, de
tizacion (o Ia godelizaciOn) del metalenguaje o Ia meta-
matemática, procedimiento que es perfectamente análogo Wn) no es un teorema formal de F
a Ia aritmetizaciOn de la geometria euclidiana por Des-
cartes, esto es, Ia provision de coordenadas numéricas para
objetos no numéricos, y de relaciones numéricas para rela-
ciones no numéricas entre estos objetos. [3] (n, n) no E
A cada uno de los signos de F —por ejemplo, -, v, esto es, el valor de (n, n) es un nimero Godel que no
se Ic asigna un entero, de modo que toda serie finita es miembro de Ia clase T de los nümeros Godel de los teo-
de signos corresponde a una serie finita de enteros. Re- remas formales de F.
sulta fácil encontrar funciones que establezcan una corres- Ahora bien, [3] es una propiedad de enteros pertene-
pondencia biunivoca entre series finitas de nümeros y nü- cientes a Ia aritmética elemental. Por consiguiente, ha de
meros. (Por ejemplo, si acordamos asignar a una serie tenet una formalizaciOn en F, que ha de encontrarse ade-
p1n1.p2C
i' p 2'" ,n ci producto ... p,,j", en donde más en Ia serie [I] de los IV(.), ya que esta serie con-
las p son los nümeros primes en su orden natural, resul- tiene toda propiedad formal de los numerales. Suponga-
ta siempre posible reconstruir Ia serie a partir del nüme- mos, pues, que hemos encontrado que [3] es formalizada
i-n medjante factorizaciOn.) En esta forma, a toda sucesiOn per el miembro q -ésimo de Ia serie, esto es, per W.O.
de signos (por ejemplo, a toda proposiciOn formal) y a La propiedad formal Wç) toma numerales como ar-
toda sucesión de sucesiones de signos le es asignada su co- gumentos, entre ellos también el numeral q. Considera-
ordenada numérjca o su nümero de Gadel. Los enunciados
mos, pot consiguiente, Ia proposiciOn formal Wq (q, que
acerca de expresiones formales pueden remplazarse en esta
es Ia proposiciOn formal indecidible que desedbamos cons-
forma por enunciados a propOsito de enteros.
truir. La interpretacion de W(q) Cs: ci entero q tiene
Por otra pane, a toda clase de expresiones correspon- Ia propiedad formalizada por WQ, esto Cs, Ia propiedad
tie una clase de námeros de Godel. Las clases de nüme- aritmética: .(n, ii) no C 7' o, en forma equivalente:
i-os Godel necesitados para el teorema de incompletidad es-
IV(q) no es un teorema de F.
tan todos definidos recursivamente, esto es, cada elemento
Si W(q) fuera un teorema formal de F, formalizarl a
puede calcularse efectivamente a partir de los anteriores.
una proposiciOn aritmética falsa. Si fuera un teo-
Is mismo cabe afirmar de las relaciones requeridas entre
rema formal de F, entonces W(q) formalizaria una propo-
los nümeros de Godel y tie las funciones que toman los
siciOn aritmética verdadera. Pero, en CStC case, una pro-
nümeros de Godel como argumentos y valores. Es posible,
posicion aritmética falsa, esto es 447 q(q), estaria formali-
en particular, delimitar en esta forma una clase 7', clase
zada per un teorema formal de F. Y toda vez que, ex
de todas las proposiciones formales que son teoremas for- hypothesi, F es una formalizaciOn congruente de aritmé-
males en F. (El enunciado de que pv—p es un teorema
formal de F se expresa luego de modo equivalente por tica elemental, ninguno de los dos casos puede produci.se.
W(q) es indecidible, y F es incompleta.
ce T, en doide c es el námero Godel de pr—p en F.) Y
Se obtienen variantes del resultado de Godel cambiando
es igualmente posible indicar en esta forma una funciOn
recursiva (n,p) de dos argumentos integrantes cuyo valor los supuestos relativos a F, y los métodos de prueba, todo
Cs el nümero de Godel de Ia proposiciOn formal W(p),
lo cual, sin -embargo, per-mite Ia construcciOn de las pro.
posiciones formales deseadas.
esto es, Ia proposiciOn formal que obtenemos "saturando"
en n-ésimo nmero de Ia sucesiOn [I] con el numeral p. Las ideas y las técnicas, especialmente Ia aritmetizaciOn
118 LA MATEMATJcj. COMO CIENCIA: EXPOSICJON SISTEMAS FORMALES V FORMALIZACIONES 119
de metamatematica, que dan ci teorema de la falta de los motivos principales para el desarrollo de esta teoria
completidad y sus variantes, producen también el Segun- Inc el hecho de que abandonando la cuantificaciOn irres-
do teorema de Codel relativo a los formalismos de tipo tricta pueden evitarse las antinomias de los conjuntos teO-
F. Si F Cs congruente y si f es una formalizaciOn del enun-
ricos, toda vez que la "existencia" del conjunto se hace
ciado de que F es congruente, entonces no es un teorema
f equivalente a Ia computabilidad de sus miembros.20
formal de F. En resumen, la congruencia de F no se deja
Una de las funciones recursivas más sencillas puede
probar en F.
servir como definiciOn de afladir a tin entero no negativo
El segundo teorema implica la imposibilidad de de- a otro entero n. Consideremos
mostrar Ia congruencia de la matemática ciásica formali-
zada por métodos finitos. Porque, pese a cierta vaguedad cfr(O, a) = a
en la delimitacion de las pruebas finitistas, toda prueba
tal puede aritrnecizarse e incorporarse a F. Asi, pues, de- (n+I, a) = ,(n, a)+l
mostrar la congruencia de F por medics finitos o "finita- La primera ecuación nos indica aqui el valor de la adi-
rios" equivale a demostrar Ia congruencia de F en F, lo ción de 0 a a. La segunda nos dice cómo encontrar el
que es imposible por ci segundo teorema de GOdel. El valor de la adiciOn de n+l a a, una vez que se ha en-
programa original en vista de una prueba de congruencia contrado ci valor de la adiciOn de ii a a. Asi, pues, po-
ha de abandonarse, o ha de relajarse volviendo a definir demos encontrar los valores de la funciOn pant n=0,
la "prueba finitista". 8=1, n=2, n3, etc. Son a, a+ 1, a+2, a+3, etc. Si escri-
Podemos formular ahora algunas breves observaciones bimos 13(a) en lugar de a+l, entonces 13(a) expresa Ia ope.
a la teoria de las funciones recursivas, que era ci principal raciOn consistente en formar el sucesor inmedjato de un
instrumento de las pruebas de Godel. (Los comentarios entero no negative. Nuestra funciOn recursiva puede lue-
siguen, en lo principal, el tratamiento de R. Peter.) La go escribirse asI:
funcion recursiva es una funcion que adopta como argu- (0, a) = a
mentos enteros no negativos, cuyos valores son a su vez
enteros no negativos, y definida de tal modo que sus va- (f3(n),a) =
lores pueden calcu!arse "efectivamente". El significado del '1 en forma análoga podemos definir la multiplicacion de
"cáiculo efectivo" mismo, ci de la "cornputabilidad", Se nit entero positivo fijo a por un entero positivo It Si
aclara en el curso del desarrollo de la teoria. La defini- çb(fl,a) = n-a, tenemos:
dOn de Ia funciOn recursiva no depende de supuesto alguno
ya sea de que existe entre la totalidad dc los enteros uno (0, a) = 0
que sOlo esta especificado como poseedor de cierta pro-
piedad, o de que todos los tnicinbros de esta totalidad (yt+l, a) = t,(n, a)+a

poseen una determinada propiedad. Asi, pues, Ia teoria V cii la misma forma podemos definir la exponenciaciOn
de las funciones recursivas puede desarrollarse sin el cuan- y otras funciones de la aritmCtica.
tificador universal o existencial. El hecho de que una gran La forma de estas funciones recursivas es:
pane de la aritmética y la lOgica puede desarrollarse en esta
forma fue reconoddo por Skolem ya en 1923.10 Uno de (Q) = K
19 Begriindung der elementaren Arithmetik durch die re/cu- (n+l) = 13(n, .j,(n))
rrierende Denkweise ohne Anwendung sc/win barer Per/hider-
lichkeiten mit unendlic/zen Ausde/znungsbereich, Videnskapssels. 20 Véase también R. L. Goodstein, Recursive Number
kapets Skrifter 1, Math. Natunv. KI. 6, 1923. Theory, Amsterdam, 1957.
120 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: EXPOSICION SISTEMAS FORMALES V FORMALIZACIONES 121
Aqul , es una funciOn de una variable, P una funciOn de la matematica, inclusive la de "siendo un teorema formal
dos variables, y K una constante o funciOn sin ninguna de F", se hacen expresables como funciones recursivas pri-
variable. La variable n que se sustituye sucesivamente por marias y como relaciones entre nOmeros de Godel.
0, 1, 2, etc., se designa como Ia variable de recursion. Se sigue de un teorema de Turing (1987) que la corn-
Pero los valores de 0, y por consiguiente de 3, pueden putaciOn de cualquier funciOn recursiva primaria puede
depender también de otras variables, las cuales, sin em- dejarse a una máquina. En efecto, demostrO que una clase
bargo, no entran en el proceso de recursiOn, durante el más amplia de funciones, las ilamadas funciones recursivas
cual se las trata como constantes, siendo sustituidas per generates, son computables por máquinas Turing. Antes
valores diferentes ya sea antes 0 después de la recursion, de haberse demostrado esto, Church propuso que la no.
esto es, consis tiendo el cculo
ái en sustituciones sucesivas ciOn rnás bien vaga de computabilidad efectiva se anali-
de n. Be acuerdo con la terminologla usual de Ia mate- zara como resolubilidad por funciones recursivas generales.
mática, estas otras variables se Raman "parámetros". Una Esta propuesta estaba justificada por los propios resulta.
definiciOn de la forma dos de Church y por otros resultados, los cuales, pese a que
(0, a1, a2,..., a,.) cz(ai, a2, . . , a,) a primera vista no tuvieran conexiOn, se revelaron, con
.,(n+l, a1, . . ., a,.) (n, a1, a.,, .... a,., (n1, a1, a2, todo, equivalentes. Por lo que se refiere al problema de
a,)) se designa como recursiOn primaria. identificar Ia computabilidad efectiva con Ia resolubilidad
Si están dadas. dos funciones, podemos formar otra por funciones recursivas generales, la opinion enterada ya
nueva sustituyendo una variable per urn funciOn en la no sigue dividida.22 A propOsito de esta cuestiOn nada
otra, por ejemplo, de ..p(x, y, z) y 1p(u) obtenemos por susti- de provecho puede decirse en el presente contexto por
dOn: o?(lp(u), y, z), (x, y, ç(u)), p((x, y, z)), etc. Las este autor. La teorfa esta evolucionando hacia una nueva
recursiones y las sustituciones primarias dan una clase gran- rama de la matemática Pura, cuya. significaciOn en relaciOn
de e importante de funciones ilamadas funciones recursivas con los problemas planteados por Hubert no es más que
primarias, caracterizadas 21 como aquellas funciones cuyos uno de sus aspectos importantes, y tal vez ya no el más
argumentos y valores son enteros no negativos y los cua- importante.23
les, partiendo de 0 y n + 1, se definen por un nümero
finito de sustituciones y recursiones primarias.
En sus pruebas, Godel solo se sirviO de funciones re-
cursivas primarias. Para ver cOmo las propiedades forma-
les pueden aritmetizarse, consideramos la definiciOn de las
sucesiones recursivas. La sucesiOn B(a1,..., a,.) es recursi-
va primaria si existe una funciOn recursiva primaria
(a1,..., a,.) tal que sea igual a 0 si y sOlo si la sucesiOn
B esta entre a1,..., a,.. Si W(a) es una propiedad, es
recursiva primaria a condiciOn tie que exista una funciOn
recursiva primaria que Sea igual a 0 si y sOlo si a tiene W.
La sucesiOn complementaria B'(a1,..., a,), de B(a1.....
a,.), es, pues, recursiva primaria y está sOlo si Vat,..., a,.)
, 0. En esta forma, las nodiones "siendo un complemen-
to", 'siendo una conjunciOn" y nociones más complejas de
22 VCase Peter, op. cit., §§ 20-22.
21 Peter, op. cit., P. 32. 23 Véase Myhill, op. cit., p. 16.
CAPITULO QUINTO LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA 123

LA MATEMATICA COMO CIENCIA DE LOS cos, b] son sintéticos a priori en el scntido de Kant, y
SISTEMAS FORMALES: CRITICA c] son empiricos; per otra parte provienc dc su convicción
aparente dc que se ha demostrado que la primcra posibi-
lidad no podia sostcnerse y dc que la segunda debia des-
cartarse por demasiado oscura y como inapropiacia a la Va-
riedad de los divcrsos sistemas matemáticos. Con todo, per
modesta y siicnciosamente que sea, se está formulando ci
posiulado de que las proposiciones dc Ia matcmática Pura
Al examinar la filosof ía formalista de la matemática, pro- son empiricas.
seguiren-ios nuestro plan de estudiar su cxplicaciOn de la Considcrando ahora las proposiciones de Ia rnatcmática
matemática Pura, de Ia rnatcxnática aplicada y dc la nociOn aphcacia —a propOsito dc la adiciOn fisica de manzanas,
de infinite. Como en ci case del logicismo, consideraremos etc.—, obscrvamos que la posiciOn del formalista requicre
ante todo los ejempios sencilios de "1+ 1 =2" y "una man- una vez ms comentario. A primera vista, pociriamos tai
zana y una manzana son dos manzanas". vez sentirnos inclinados a dccir, al rcspccto, que se da
Los formalistas distinguen, segtn vimos, entre la suce- cfcctivamentc una corrcspondcncia biunivoca dirccta entre
sión de los sigilos < I + I = 2 > (la formula) y ci la proposiciOn (meta matcmdtica) dc que <1 + i = 2> es
una fOrmuia-tcorenia y ci enunciado dc que una manzana
enunciado propio en ci sentido dc qua esta fOrmula o ci
proceso que la produce poseen ciertas caracterIsticas lite- y una manzana son dos manzanas. Todo lo que parece
raimente formales, esto Cs, las caracteristicas, scgün se rcqucrirsc es poncr manzanas y operaciones con manza-
ha dicho, dc constituir una fOrmula-teorema. La suce- nas en lugar de los trazos y las operacioncs con trazos.
Sin embargo, la situaciOn no es en modo alguno tan
siOn <1+1 = 2> no Cs Nfl enunciado, sine un objeto
simple.
fisico, y come tal no es m verdadera ni faisa. Lo que
es cierto o false es ci enunciado de que esta sucesiOn, Rcsuita instructivo comparar ci problema dc Ia ma-
tcmática aphcada tal como se ic plantca al formalista y
<1+1= 2> es una fOrmuia-teorema. En otros términos:
rnieiitras dcsde ci punto dc vista logicista la verdad dc tal come se Ic piantca al logicista. En cfecto, ci iogicista
la proposición matemática tiene sus rakes cii la logica, ha de considerar "I + I = 2' en la transcripciOn iógica
su verdad resulta, desde ci punto de vista formalista, del [I] (x)(y)(((xe 1) S (), El)) ((x U y) E2))
caráctcr indudable de la descripción que da dc situacioncs (véase p. 62)1
fisicas experimentaics muy simples. Para ci iogicista, las
proposiciones aritméticas son proposiciones iOgicas disfra- Y ha de considcrar ademas dos versiqnes dc "una manzana
zadas. en tanto que para ci formalista son proposiciones y una manzana son dos manzanas", cste es:
cmpiricas disfrazadas. Y toda vez que nos vimos obhgados
a examinar y finalmcntc a rechazar el primer postulado, [2a] ((aEi)&(bEi))((a U b) E2)
neccsitamos ahora examinar también ci otro. en donde a y b son dos ciases especificadas dc unidad sin
El postulado formalista aparece envucito, (le huenas a clementos comuncs, y (a U b) es su suma lOgica, y
primcras, dc un airc de paradoja. Esta impresiOn parecc
provenir dc dos fucntes: csto es, per una pane, dc su apa- [2b] una Icy cmpIrica de la naturaleza acerca del com-
rente supucsto de que sOlo son posibics trcs posiciones, a portamicnto dc las manzanas.
saber: a] los enunciados dc la matcmática pura son I6gi-
[122] 1 Se suporie que x c y son distintos s' no vacios.
124 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRIT1cA
LA MATEMAT1CA COMO CIENCIA: CRITICA 125
Segün argumentainos, si [I] es logico, entonces [2a] tarn-
bién lo es. Pero, a diferencia de [2a], [2b] es empfrico; y pademos anadir, lOgicamente evidentes) de la matemática
ci logicista nos queda a deber la explicación de la relación pura y los enunciados empiricos de la matemática aplica-
entre la proposición ldgica [I] y la proposicion empirica da, asi se enfrenta el formalista, por otra pane, al pro-
[2b]. Al criticar ci logicismo sostuvimos que los conceptos blema de haber de explicar la relaci6n entre enunciados
—los conceptos numéricos y el cancepto de adición— son empiricamente evidentes de matemática pura y enunciados.
distintos en [1] y en [2b], y que, al no percibir esta due. no evidentes de matemática aplicada.
rencia y al relacionar, antes bien, conceptos empiricos y Aparte del problema general de la condiciOn y la fun-
no empiricos, el logicismo ni siquiera enuncia el problema ciOn lOgicas de las proposiciones de matemática pura y
de la relaciOn entre [1] y [2b], y no digamos ya que faila matemática aplicada que acabamos de mencianar, toda fi-
en cuanto a proponer una soluciOn. losofia de la matemática ha de adoptar también una p0-
La situación a la que se enfrenta el formalista es algo sici6n con respecto a la cuestiOn de las totalidades infini-
parecida. En electo, ha de considerar [1] como Ia propo- tas. El formalism no se permite el supuesto, segán vimas,
siciOn matematica "1 + 1 = 2" en su interpretaciOn mate- de conjuntos realmente infinitos, a el uso de métodas
mática, esto es: 'Por una parte, el poner 1 después de I, transfinitos en ci marco de la matemática. Permite, en
y por otra parte el producir la sucesiOn 11 (efectuadas cambio, ci empleo de sun bolos Para entidades realmente
ambas operaciones de acuerdo con las reglas de la yuxta- infinitas. Estos simbolos los considera como objetos per-
posiciOn), esto conduce a la misma expresión-trazo, o sea ceptivos a la manera de las expresiones-trazos, en el am-
11." Diremos que este enunciado y otros enunciados ma- bito de la actividad reglamentada de Ia manipulaciOn de
temáticos similares, susceptibles de demostraciOn ad oculos, signos, que constituyen la materia perceptiva de estudio
son empiricamente evidentes. El formalista ha de conside- de Ia matemática. Ya vimos que el programa de Hilbert
rar además dos interpretaciones de "una manzana y una de establecer una correspondencia biunivoca entre todas
manzana son dos manzanas", esto es: las propasiciones (aparentemente inocuas) de la matemá-
tica clásica par una pane, y fOrmulas que las encarnen,
[3a] un enunciado que difiere del enunciado acerca de por otra parte, se habla revelado —asi Jo habia demos-
la yuxtaposiciOn de trazos ánicamente en cuanto es trado Code!— como imposible o, cuando menos como pro-
enunciado de manzanas, y blemático. Esto piantea, entre otras, la cuestiOn de si 51
o no y en qué sentido la adjunciOn de formulas que en-
[Bb] un enunciado acerca de alguna adiciOn material de carnen enunciados a propOsito de totalidades infinitas a
manzanas (ponerlas en cajones y sacarlas después de fórmulas de aritmética elemental puede considerarse que
unos dias, etc.), que no está definido de acuerdo justifique el empleo de infinidades reales en la matemática
con las reglas que rigen la yuxtaposiciOn, tal como clásica. Se trata, una vez más, de una cuestiOn del "paralso
se la considera en metamatemática. de Cantor". La prueba de incompletidad, de GOdel, nos
El punto es éste: si los postulados de matemática pura ha expulsado de él, a ha reducido simplemente su te-
son empiricamente evidentes, entonces [1] y [Ba] son em- rnitonio?
piricamente evidentes. En cambio, [3b] y las leyes de la En conexiOn con todos estos probiemas, en sus vanian-
naturaleza formuladas matemáticamente no son —o no lo tas formalisms, está la relaciOn entre la lOgica y la mate-
matica. Los razonamientos metamatemáticos de los forma-
son en el mismo sentido de los términos— empiricamente
listas se presentan como algo perdbido inmediatamente en
evidentes. Asi, pues, del mismo modo que, par una pane,
una expeniencia perceptiva indudable, cual demonstrationes
el logicista se enfrenta al problema de haber de explicar
ad oculos, que ni necesitan justificaciOn ni son suscepti-
la relaciOn entre los enunciados presuntamente lOgicos (y,
bles de ella. Por consiguiente, hemos de considerar la pa-
126 LA MATEMATICA COMO CJENCIA: CRITICA EXPLICACION FORMALISTA 127
sici6n de los formalistas en relación con su logica intuitiva, remplazarso por on-os, sin, quo cambio el conconido de
sg- delimitacion con rospecto a la IOgica no intuitiva, la
relacion cnn-c una y 0cm y Ia relacjOn do ambas con res- aquellas. As!, puos, los trazos, las iedras, las cáscaras,
pecto a la matemática. etc., con los quo so roalizan ofoctivamento las operacionos,
son meramonte roprosontativos: muostras do lipos, para
Un plan razonable do examen scrá tal voz ci quo con- servirnos do una distincion efectuada por C. S. Peirce. Al
sidere primero La concopcion do Ia inatemática pura do los doscribir una oporaciOn particular —la adicion elemental
formalistas como la manipulacion o la construcción do se- do 1 a I, pongamos por caso, diciondo quo cia la cifra
ries do simbolos, y do la motamatomatica pura como corn- II—, lo quo importa es Ia relacion entre los dos conceptos
puostas do I] proposiciones ompiricamence evidences, y 2] do "adici6n elemental" y "cifra del tipo 11", y esta rola-
razonamientos relatives ünicamonto a tales proposiciones. chin no rosulta afectada si sustituimos por on-os signos ostos
A concinuaciOn habria que considerar la explicaciOn de los trazos particulates. Es el case, con todo, quo los conceptos
formalistas do la rolación entre estas proposiciones empfri- (prodicados, atributos, etc.) ostán oncarnados por objotos
camonto evidences do la matomácica pura y las proposicio- y oporacionos porceptivas, y es esta situacion porceptiva
nes do la matemática aplicada, quo no son susceptiblos do fácilmonte obteniblo o fácilmento construiblo Ia quo per-
clemostracion ad oculos, sine quo dopendon, para su ye- mite "captar" en ella la rolacion cnnc los conceptos. Esta
rificacion, do las técnicas experimental y do observacion situación perceptiva podomos provocarla (casi) siempro
ordinarias do las cioncias nacuralos. El problema del in- quo quoromos, y Os esta situación percoptiva la quo nos
finito podria exanhinarse a continuacion coino pane del pormito "demoscrar ad oculos" la rolacion entre los con -
probloma general del carácter do la prosunta adjuncion ceptos.
do entidades idoales a entidades teaks en la matomátjca En cambio, el concopto do los formalistas, "X es un
clásica, de Ia adjuncion correspondionte do simbolos do trazo", no describe on el sontido estricto del vocable o, lo
entidades idoales a entidades roales, y do los enunciados Clue viono a set lo mismo, no está oncarnado o ojemplifi-
motamacomáticos acerca de la manipulaciOn do las dos cIa- cado, on 01 sontido propio del vocablo, por trazo particular
sos do simbolos do una manora puramente formal, termi- alguno. Asi, puos, los formalistas no puoclon monos quo
nando nuestro estudlo con un examen del concopto for- suponor quo los trazos do los quo so ocupan posoon ciertas
malista do la lOgica.
propiodades quo no posoon, on cambio, los quo so oncuon-
tran en Ia porcopcion. Ningün trazo material o porcop-
I] LA EXPLICACI6r4 FORMALI5TA DE LA MATEMATIcA PURA tivo es permanence, pose a quo al convortirlo en objoto
do Ia matemática lo considoremos do modo perfoctamento
Segün la oxplicacion formalista, las proposiciones mota- adecuado como tal. En una forma u otra lo "abstraomos"
matemáticas o doscribon ciorcos tipos do manipulaciOn do do su impormanoncia.
simbolos o oxpresan rolacionos inductivas entre tales pro- TaI voz la cosa parozca banal. Por una parto, sin em-
posiciones descriptivas. Asi, pues, las proposiciones do la bargo, es considerada como lo suficionte podorosa, per
macemática son, per lo visto, proposiciones empiricas; los Frego,2 para servir do base principal para su ataquo contra
conceptos aplicados al formularlas son conceptos empiricos, variantos anterioros del formalismo, variances quo on esto
y las inducciones correspondientes lo son siompre do enun- aspecto no difieron mucho do sus formas mls modernas,
ciados o conceptos empiricos a enunciados o conceptos en tanto quo, por otra pant, los formalistas concemporá-
empiricos. neos y los filósofos quo so los aproximan so porcatan tam-
Escá porfeccamonto claro, pot supuesto, quo las pro-
posiciones do la matomática no son acerca do operacio- 2 Ci-undgeseize, vol. 2. §§ 86 ss.: hay también traducciones
ties con trazos detorminados. En efocto, los trazos puoden do Geacli y Black, pp. 82 55.
28 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CEITIGA EXI'.LICACJON FORMALISTA 129
bién de la necesidad de justificacion, si es que ban de los conceptos correspondientes son exactos en ci sentido
identificar trazos materiales 0 perceptivos, que son im- en que no admiten casos limite. Sucede, sin embargo,
permanentes, con los casos de "X es un trazo", en ci sentido que los dos conceptos en cuestion no solo admiten casos
en que implica "x es permanente". Resuita instructivo limite separados, sino también conjuntos. En efecto, si
citar aqul un pasaje significativo del cap. i de una impor- acercamos 1 y I cada vez más, liegamos a una cifra-trazo
tante obra reciente:3 "Digamos de una vez, para evitar de Ia que es igualmente correcto decir que es semejante
malentendidos, que ci tema de estas investigaciones no a I y también semejante a Ii. En tanto, pues, que "x
son las realizaciones individuales de las cifras. Asi, pot Cs scmejante a 1" y " X es semejante a li' admiten casos
ejemplo, si las cifras 1, 11, 111, - - - , compuestas solamente limite comunes, los conceptos metamatcmáticos correspon-
con el I, se designan como 'nümeros', esto no implica dientes, en cambio, no los admiten: son conceptos exactos.
que, cuando las realizaciones percibidas ahora pot ci lector CabrIa decir, una vez más, que los trazos cia los que se
se hayan acaso descompuesto, no siga habiendo nümeros. ocupa ci formalista pueden tratarse conio si fueran casos
En efecto, cualquiera que posea la capacidad de producir de tin concepto exacto "X CS Ufl trazo". Pero esto no sig-
tales cifras podrá hablar inteligibiemente, en cuaiquier nifica que Cl concepto "X es un trazo (perceptivo)", que
momento, de nümeros." admite casos definidos, no acimita tarnbidn casos limite.
Cabria seflalar, acaso, que las expresiones-trazos se tra- Lo que clijimos acerca de la diferencia entre ci "X Cs un
tan cotno si fueran permanentes. Pero esto significa que trazo (perceptivo) " perceptivamente ejemplificado y ci 'x
los simbolos-trazos escritos en el papel no constituyen la es un trazo (permanente) " metamatemático se aplica asi-
materiS de estudic de la matemática. Significa que "x mismo a Ia diferencia entre la inexactitud del concepto
es un simboio-trazo permanente", más Men que "X Cs un perceptivo y la exactitud del concepto mctamatemático.
simboio.trazo (impermanente) Cs un concepto metamate- PermItascme decir una vez más que la diferencia entre
mático. P0cc importa, en efecto, si en ocasión del cáiculo un concepto que estd sustanciado en percepciOn y ci co-
o del razonamiento metamatematico ignoramos Ia diferencia rresponclicnte concepto mctamatemdtico, que constituye, en
entre los dos conceptos. En cambio, Ia diferencia es im- términos muy generales, una idcalizacion suya, no es im-
portante para la filosofia de la matcmática. Imphca, en portantc para ci matemático operante, inciuido ci metama-
efecto, que es falso, hablando estrictamente, que los enun- tcmático operante. Pero que es importante para la filoso-
ciados categoriales de la metamatemática scan enunciados [ía dc la matcmática, esto lo ban reconocido no sOlo Fre-
perceptivos de certeza indudable. Podran set, acaso, de ge, sino también PlatOn, Leibniz y Kant. En efecto, PlatOn
certeza indudable, pero no son, en todo caso, percepti- clistingue estrictamente entre diagramas, por una pane, y
vos. Los trazos en ci papel son encarnaciones de "x es las Formas y sus casos, per la otra. Segün él, un diagra-
un trazo impermanente". ma, tal como un trazo sobre ci papel, no es un caso de la
Ott-a estipuiaciOn que el formalista está obligado a for- Forma del nümero 1, sino que 'trata soiamente de ase-
mular se refiere al carácter definido o exacto de aquelias mejársele" o aproximarseie. Entre ci trazo perceptivo y ci
expresiones y operaciones de trazos que constituyen la nümcro, la relaciOn no es de sustanciaciOn sino de "patti-
materia de estudio de su ciencia. Estipula, per ejemplo, cipaciOn" o méthexis (thasiç). Ni tampoco identifica
que toda expresión-trazo, esto es, todo caso de "x es seme- Leibniz las cifras de sit characterissica universalis, que en
jante a 1", o todo caso de "x es semejante a Ii" es per- la medida en que se emplean en matcmática expresan
fectamente definida o, Ic que viene a ser lo mismo, que "verdades de razOn" intemporales, con cstas verdades o las
universalcs que son sus elementos constitutivos. Y en for-
3 P. Lorenzen, EinfiThrung in die operative Logik uS Ma- ma análoga, Kant distingue cuidadosamente entre enun-
thematik, Berlin, ig. ciados a propäsito de objetos fisicos o perceptivos, como
LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA EXPLJCACION FORMALISTA 131
los signos sobre ci papel, y los enunciados a propósito de materia de estudio de la geometria euclidiana. Las dos
construcciones en ci espacio de la perccpcion o la intui- clases de signos y construcciones son diagramaticas, y los
cion pura, distinción que respaldan Brouwer y sus segui- cliagramas, por muy ütiies y prácticamente indispensables
dores intuicionistas. que scan, son "representaciones" que no son ni idénticas
Observamos asi, pues, exactamente lo mismo que vi- iii isomorficas con lo que sueien "representar". En este
mos a! examinar Ia filosofia de la matemática del iogi- aspecto, el diagrama es como un mapa, que "representa"
cista, una confluencia de dos conceptos diferentes de ml- tin pals, o como el hilo dc Ariadna, que gula a través del
mero. En ci caso del logicismo, conceptos empiricos in- laberinto. No se parece al pals o al laberinto mismos.
exactos que pueden sustanciarse en percepción confiuycn (I-Ic puesto ci "representar" entre comillas, para indicar
con conceptos que no pueden serb: "Nümero Natural" y que no me sirvo del término en su sentido [tal vez ahora]
"nümero natural" no se mantienen separados. El logicista (lominante, que implica isomorfismo entre los sistemas re-
pone el acento en los conceptos exactos y a priori, los prcsentante y representado. La inexactitud de los concep-
cuales, a su modo de ver, son traducibles en conceptos tos empiricos y la exactitud de los no empiricos excluyen
de ]ógica. En ci caso del formalismo, en cambio, ci acento ci isomorfismo entre los casos y las relaciones de los dos
Sc pone en un concepto presuhtamente empirico que se sistemas.)
considera a la vez como exacto y descriptivo de datos per- Si admitimos las distinciones precedentes entre los con-
ceptivos. El hecho de que la exactitud del concepto de ceptos y las operaciones empiricas y los conceptos y las
nñmero del formalismo se debe a una idealización se pasa operaciones no empiricas, entonces habremos de distinguir
por alto o se ignora. una ciencia de las expresiones-trazo empiricas de la ciencia
No necesitamos repetir lo que ya seflalamos anterior- (IC his expresiones y las operaciones-trazo idealizadas. So-
niente a propósito de la diferencia entre los dos tipos dc lamente estas tultimas serian —si las cuahuicaciones relati-
conceptos, sobre todo por cuanto ci tema se examinará vas a la permanencia y ci caráctcr definido de las cx-
con mayor detalie más adeiante, independientemente de la presiones-trazo se toman seriamente— metamatcmática.
cxposición y la critica tanto del logicismo como del for- La prima-a de las dos ciencias podriamos designarla pro-
malismo. En cambio, si la distinciOn está justificada en visionalmente con el nombre bárbaro de "diagramática",
reiación con los conceptos de nümero, ha de adinitirse para dar a emender que se ocupa dc los diagramas per-
iambién para ci concepto de las operaciones con nümc- ceptivos. La diagramática sirve a la metamatemática en
ros. En efecto, del mismo modo que hubimos de distinguir una forma análoga al servicio que presta Ia cartografia a
entre la operación matemática de formar la suma dc nil- la expboración geografica. (Por supuesto, la analogia cesa
meros naturales (no empiricos) y la operacion fisica de al considerar que el sujeto de la diagramática son entida-
afladir Nümeros Naturales (empiricos), asi necesitamos dis- des perceptivas y ci de la metamatemática son entidades
tinguir también entre la operación matemática de adicio- no perceptivas, en tanto que los sujetos de la cartografia
nar trazos ideahzados y la operación fisica de adicionar y de Ia cxploracion geográfica son perceptivos los dos.)
trazos materiales, manzanas, piedras u otros objetos percep- Podemos inclusive desarrollar la analogia un poco más.
tivos dados. A menos que hubicra paises, no podria haber mapas, pues.
Toda vez que los conceptos de la metamatcmática y to que los mapas, inclusive aquellos que no representan
los enunciados en que estos conceptos se aplican no son pals alguno, se definen en términos de la rclacion entre
empiricos, su materia de estudio tampoco es empirica. En un dibujo y un pals. Y en forma análoga, a menos que
efecto, los trazos en ci papel y las operaciones con ellos hubiera sistemas matcmáticos no podria haber formalismo
son tan poco la materia de estudio de la metamatematica diagramático alguno, porque inclusive aquellos que no for-
como las cifras y ins construcciones en ci papel son la inalizan teoria niatcmática alguna se dcfincn en términos
£82 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRIT1CA EXI'LICACION FORMALISTA
33
de la reiacion de algunos formalismos con algunas teorias. y ban canstruido cierto nümcro de éstos, con objcto de
Asi, pues, la diferencia entre mapas y no mapas es análoga comunjcar sus ideas matemdticas.
a la diferencia entre formalismos y no formalismos Wa- Los filOsofos formalistas de la matemática estdn per-
gramáticos, y la diferencia entre mapas que representan fectamente percatados del cardctcr idealizado, no empIrico,
y no rcprcsentan palses es análoga a la diferencia cnnc dc aigunos conceptos matemdticos y, en particular, de Ia
formalismos formalizantes y no formaiizantçs. No todo idea de los infinitos reales. Y sin embargo, no parecen
pedazo coloreado de papel Cs un mapa, y no todo mapa clarse cuenta dc que Ia clesconexion de la matemdtica con
representa un pals. No todo juego con trazos Cs un for- respecto a la percepcion —la introducciOn de conceptos
malismo dzagramatico, ni todo formalismo diagramático es no empiricos— tiene lugar no en la transiciOn de la ark-
formalizante. La dclimitación por Curry de Ia noción de mética elemental a la amphficada, sino en ci origen mismo
formalismo corresponde (aparte de toda interprctacion) a dc todo desarrolio de la primera. El concepto mismo de
la delimitacion cartogrdfIca de la noción de mapa (aparte námcro natural no Cs empirico.
de toda interpretacion).
El matemático necesita las figuras diagramaticas como 2] LA EXPLIcACION FORMALISTA DE LA MATEMATICA APLICADA
instrumentos, del mismo modo que ci expiorador geográ-
fico necesita mapas. Sin algün conocimiento de Ia diagra- Para ci logicista, ci problema de la matemática aplicada
rnática, ci matemdtico no puede reahzar su tarea dc pert- consiste en relacionar enunciados presuntamente lOgicos,.
sar en ci marco dc una teoria matemátjca o de inventar que no es posible que scan falsos, con enunciados empi-
otra. Y en forma anáioga, Sin algün conocimiento de Ia ricos que pueden serb. Para ci formalista, ci probicma
cartografia un explorador no puede explorar un pals que consiste en rclacionar enunciados perccptivos empirica-
ha siclo descubierto a que éi descubrc por vez primcra. La mente evidentes, que no pueden 5cr faisos, con enunciados
cartografia y Ia diagramdtica son, pues, ciencias auxiliares empiricos que Si pueden serb. Consideramos, lo mismo
para la cxploracion geográfica y pan la matemática res- que anteriormente, la proposicion matcmática "1 + I = 2",
pectivamente. La analogia, especialmente en este caso, de que describe Ia yuxtaposiciOn de dos trazos y su resultado,
alcance muy limitado, no puede tomar ci lugar de la ra- y la proposiciOn de una fisica muy elemental, 'una man-
zón. Sin embargo, subraya que la distincion entre los con- Lana y una manzana son dos manzanas" (o sea ci caso
ceptos de nümero empiricos y no empiricos no implica en Sb de Ia p. 124).
inodo alguno que la noracion, ci simbolisnjo y los forma- Si consideramos la proposición de las manzanas como re-
lismos diagramáticos no revistan la mayor importancia, heu- sultado de sustituir en la situación descrita per "1 + 1 =
risticamente y en - muc- hos on-os aspectos. Su gran impor- 2' cada trazo por una manzana y la yuxtaposiciOn de
tancia nunca ha sick negada, cit efecto, por los filósofos trazos por la yuxtaposición de manzanas, entonces, una de
que distiriguen cnn-c enunciados ac-crc-a de objetos pei-cc dos: o ambos enunciados serán manifiestamcntc ciertos, o
tivos y enunciados acerca de objetos matemticos.Asi, no lo scrá ninguno de elios. Sin embargo, csto es incom-
segün PIatOn, per ejemplo, ci matcmático, si bien lures- patible con ci supuesto del que hemos partido. En efecto,
tiga las relaciones cnnc Formas eternas, ha de scrvirse, con si ci enunciado de trazos es manifiestamente cierto y ci
todo, por razones prácticas, dc diagramas fisicos pie Ic enunciado de manzanas no lo es, entonces debe haber una
ayudcn en su investigacion Y los in tuicionistas modernos, diferencia entre los trazos y la yuxtaposición de trazos
que niegan que la matemática se ocupe de manipulacio- del matemático por una parte, y las manzanas y la yux-
nes regiamentadas de signos sobre ci papel o de on-os ob- taposición de manzanas por Ia otra. La diferencia está,
jetos perceptivos, están asimismo convencidos de la utili- Pet- supucsto, en que los trazos y la yuxtaposición de
clad y la ncccsiclad pt- dc-tic-a de formalismos (diagramdticos) trazos son casos de conceptos cxactos no cmpIricos. idea-
13 LA MvrEMATlCA COMO CIENCIA: CRfTlC\ EXPLICACION FORMALISTA 185
lizados, en tanto que las manzanas y Ia yuxtaposición de el concepto "x es un trazo Onico" solo admite casos po-
manzanas son casos de conceptos empiricos, inexactos. Del sitivos y negativos. Sin duda, podemos decidirnos a ope-
mismo modo que bubimos de distinguir entre la "adición" rar con "x Cs una manzana" coma si no tuviera limite
como suma légica y la "adicion" como operación fisica, asi alguno. Pero, en tal caso, deberlamos idealizar el concep-
hemos de distinguir entre la "adición" como yuxtaposición to del mismo modo que el metamatemático idealiza el
matemática y la "adicion" como operacion fisica. concepto de trazo fisico. Y luego deberfainos voiver a
La sustituciOn por ci estilo de la que acabamos de comparar trazos idealizados con manzanas idealizadas, en
describir no puede conducir del enunciado metamatemá- tanto que, por supuesto, la cuestion de introducir la no-
tico it enunciado fisico. Tal vez porque esto es muy cia- don de una correspondencia biunivoca habia de relacionar
ramente asi, los formalistas no sugieren que los enuncia- trazos ideales con manzanas reales, y enunciados fisicos acer-
dos de la matemática aplicada —y especialmente los de la ca de los segundos.
aritmética elemental aplicada— sean casos de sustituciOn de La imposibilidad de establecer la correspondencia bi-
enunciados de trains. Para preservar el carácter evidente univoca requerida, de los casos de "x es un trazo (ideal)
de los enunciados de trazos y ci carácter no evidente (con- o cualquier otro concepto exacto, con los casos de "x es
jetural, inductivo, probable, corregible, etc.) correspon. una manzana", o cualquier otro concepto inexacto, Sc hace
chente a los enunciados de manzanas, se requiere un aná- más Clara todavIa si comparamos la situaciOn con irna si-
lisis más complejo. maciOn puramente aritmética. Liamemos nümero P a un
La relaciOn se explica a menudo cit términos dp una entero (Para recordarnos que se trata de casos positivos)
correspondencia biunIvoca4 entre los trazos y las relaciones SI CS divisible por 2, pero no por 3, y nümero N (para
de trains por una parte y, por ejemplo, las manzanas y recordarnos que se trata de casos negativos) si es divisible
las relaciones de manzanas por la otra. Pero es ci caso par 3, pero no per 2, y designamos tin nümero con L
que semejante correspondencia biunivoca no puede estable- (Para recordarnos que se trata de casos limite) si Cs di-
cerse. En efecto, el concepto metamatemático "x es un Era- visible par 2 y por 3 a la vez. Asi, pues, tin conjunto
70" (ya sea ex Itypot/zesi, o por decreto de los filósofos P-AT, que constc de nümeros P y N, corresponde a tin con-
formalistas) no admite casos-limite. No Cs nunca exacto cepto exacto, y un conjunto P-N-L, compuesto de name-
decir de un objeto "esto es un trazo", a menos que sea ros P, N y L, corresponderá a un concepto inexacto. Es
inexacto decir "esto no es un trazo", sino, por ejemplo, obviamente claro que no podemos establecer una corres-
"esto son dos trazos". El caso es muy distinto, por su- pondencia biunivoca entre toda conjunto P-N-L y toda
puesto, con "x Cs una manzana". En efecto, las regias que conjunto P-AT, en Ia pie los námeros P del primero estén
rigen esta expresiOn nos permiten decir algunas veces con en correspondencia biunivoca con los nümeros P del segun-
igual exactitud, de un fruto que crece en un manzano: do, y sin que sobre nümcro alguno del primer conjunto.
esto Cs una manzana, y también esto so1 dos manzanas Hasta aqul, la comparaciOn entre los conjuntos P-N-L y
unidas. El fruto en cuestion no está en una relacion biuni- f)7,T es análoga a la comparaciOn entre conceptos inexac-
voca ni con un caso de "x es un trazo ünico" ni con ros y exactos.
un caso de "& no es un trazo ünico", sino que constituye Sin embargo, el segundo caso es más complejo, como es
tin caso limite 0 neutro de un concepto inexacto que ad- asimismo más o inenos obvio. La razOn de ello es sencilla.
mite casos positivos, negativos y neutrales, en tanto que En efecto, los casos L del conjunto P-N-L cstn estricta-
mente definidos —es perfectaincnte claro de cualquier en-
4 Zuordnungsdefinitiancn, definiciones "coordinadoras" a tao dado Si CS 0 no divisible por 2 y 3. En cambio, no
"correlativas", por ejemplo, Reichenbach, JVahrschcinlichkeits- puede establecerse delimitaciOn al-una tan Clara de los
Ic/ire, Leiden, 1935, pp. 48 SS. casos limite de "x es una manzana" 0 dc cnalauicr otro
136 LA MATEMATICA COMO CIENCJA: CRITICA EXI'LICACION FORMALIS'I,\
187
concepto inexacto. Podriamos tratar, sin duda, de reunir
conceptos exactos, y las entidades y 1n operaciones percep-
todos los casos limite entre "x Cs una manzana" y "x es
ivas, que son casos de conceptos inexactos, parece reque-
un par de manzanas", y Ilamar ci concepto bajo ci que rirse una explicaciOn totalmente disUnta de Ia matemática
cacti "x es una manzana-gemelo", por ejemplo. Pero es ci aplicada. En efecto, podemos negar, por una pane, que
caso que, a diferencia del conjunto de los námeros L, este
haya diferencia pronunciada alguna entre los eflunciados
concepto admitirla a su vez casos limite, tanto entre "x presuntamente indudables dc Ia inetamatemaiica y los enun-
Cs una manzana" x es una manzana-gemelo", como
'4
y
ciados ordinarios empiricos tie la matemática aplicada. Ca-
entre "x es una manzana-gemelo" y "x es un par de man- bria decir, antes bien, que la diferencia es meramente
zanas", y la reunion de estos casos limite conducii-fa a su pragmática y consiste en nuestra mayor resistencia en cuan-
vez a nuevos casos limite.
to a desechar los enunciados metamatemáticos del conjunto
Lo que se ha dicho a propOsito de la relaciOn entre de nuestras creencias, que en cuanto a descartar las leycs
trazos ideales y manzanas fisicas se aplica también, por matemáticamente expresadas de la naturaleza. Esta clase
razones similares, a la relaciOn entre la acliciOn matema- (IC pragmatismo formalista seria análogo al pragmatismo
tica —yuxtaposiciOn ideal de tales trazos— y las diversas logicista que examinamos en el capitulo in. Del mismo
operaciones de adiciOn fisica. El concepto "x es el re- modo que el pragmatismo logicista sOlo admite una dife-
sultado de una yuxtaposiciOn de trazos ideales" no admite rencia de grado entre los enunciados presunt1mente lOgi-
casos limite, en tanto que "X es el resuhado de una adi
cos y los enunciados empiricos, asi el pragmatismo forma-
ciOn'fisica" 51 los admite. El contraste entre la adición
lista sOlo admitiria también una diferencia de grado entre
matemática, tal como la conciben los formalistas, y todas enunciados metamatemáticos empiricamente evidentes y
las adiciones materiales es perfectamente tan fundamental Jos demás enunciados empiricos. Es el caso, sin embargo,
como ci contraste entre la adiciOn rnatemática, en su con- que esta clase de pragmatismo formalista estaria en con-
cepciOn logicista de suma lOgica, y las adiciones materiales. flicto con las tesis básicas del formalismo original, exac-
En las filosoflas formalistas de Ia matemática, espe- tamente igual que el pragmatismo de Quine, por ejemplo,
cialmente en la de Hubert y Bernays, se reconoce, segün está en conflicto con las tesis básicas de Frege y Russell. -
vimos, la importancia de distinguir entre los conceptos La razOn de esto es clara. En efecto, del mismo modo
que se materializan y los que no se materializan en la per- que ci logicismo original supone que existe una distin-
cepciOn. Pero estos filOsofos trazan la divisoria en otro don estricta entre las proposiciones lOgicas y las proposi-
lugar. Para ellos, en efecto, las totalidades infinitas de ciones empiricas, a la que debe conformarse toda ejecu-
expresiones de trazo no pueden materializarse en la per- ciOn del programa logicista, asi supuso el formalismo ori-
cepciOn, y no tendria sentido buscar, por ejemplo, una ginal una distinciOn precisa entre los enunciados meta-
infinitud de manzanas. He insistido, por mi pane, en la matemátjcos y los extramatemáticos, inclusive si ambos son
necesidad de trazar Ia divisoria mucho antes. Inclusive las empiricos. El que nos decidamos a Ilamar a los pragma-
nociones elementales de la aritmética —aparte de toda tistas logicistas "logicistas" en absoluto, o a los pragmatis-
adjunciOn a las mismas de totalidades infinitas— no se (as formalistas de la clase descrita "formalistas", esto es
materializan en la percepcion. No tiene sentido, por con- en gran pane, por supuesto, una cuestiOn verbal. Podria
siguiente, buscar una correspondencia biunivoca aun entre parecer, en conjunto, que los filOsofos que niegan todas
casos de '5c es tin trazo" (en ci sentido definido por los las diferencias excepto las de grado entre las proposi-
formalistas) y los casos de "x es una manzana". ciones lOgicas y las no lOgicas siguen llamándose, con
Una vez que hemos decidido que no puede haber co- todo, "logicistas", siendo la razOn de ello que algunos de
rrespondencia biunivoca alguna entre las entidades y las los que ban hecho contribuciones importantes a la causa
operaciones de la aritmética elemental, que son casos de logicista ban abrazado al mismo tiempo, o mas adelante,
136 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA CONCEPTO DE INFINITUD REAL 139
ci pragmatismo. En cambio, los que niegan todas las di- el análisis clásico ha sido sümamcnte fecurido. Este es el
ferencias, excepto las de grado, entre las proposiciones punto decisivo, y mientras subsista esta utilidad, ci análisis
metamatemáticas y otras proposiciones empiricas no se clásico no necesita otra justificacion de Ia clase que sea." 6
ilaman normalmente formalistas. La razOn de esto parece
Asi, pues, Curry insiste, acertadamente a mi parecer, en
ser, una vcz más, que los que han contribuido a la causa una distinciOn precisa entre Ia matemática pura y la apli-
formalista —por ejemplo, Hubert, Bernays y Curry.— no cada, Su pragmatismo solo se extiende a la matemática
han sido al propio tiempo pragmatistas en ci sentido ra- aplicada y no implica en modo alguno Ia tesis pragma-
dical en que suele emplearse ci t&mino. tista radical dc que los enunciados de la matcmática pura
Ya vimos que los intentos en ci sentido de explicar la y los de la aplicada no difieren en naturaleza sino ünica-
relación entre "I + I = 2" y "una manzana y una man-
mentc en grado, scgün la mayor o menor rcsistencia con
zana son dos manzanas" considex-ando este ültimo enun- que estamos dispuestos a abandonarlos.
ciado ya sea: aJ como un caso de sustituciOn del primero Sin embargo, su pragmatismo con respecto a la mate-
("manzana", en lugar de trazo, y "adiciOn fisica", en lugar máticamente aplicada es más bien, si se nos permite la cx-
de "yuxtaposiciOn de trazos"), o b} como isomorfo con ci presiOn, de grano grueso. La razOn de ello está en que deja
primer extremo en cuanto a ignorar la verdadera difcrencia de analizar la relacion entre los predicados formales dc Ia
entre los dos enunciados que aquéllos suponen o que, de matemática pura y las nociones empiricas de la matemática
liecho, se proponcn explicar. Un intento mucho más pro- aplicada. No dice mds, en efecto, sino que están "aso-
meteclor se debe, segün vimos, a Curry. ciadas" y, por implicacion, que no son isomorfas. Y dcc-
En efecto, Curry distingue per una pane entre la ver- tivamente, si fuéramos a emprender un análisis más preciso
dad de los enunciados (metamatematicos) a propOsito de de la forma en que las nociones formales y las empiricas
signos y series dc signos, esto es, la verdad de las propo- están asociadas, nos veriamos en el caso de haber de corn-
siciones de Ia matcmática pura, y por otra parte la acep- plementar ci análisis a fondo de Curry, de los predicados
tabilidad de una teorfa de matemática pura en vista de formales, con un anáiisis igualmente a fondo de los pre-
un objctivo dado. Segün él, la verdad de las proposicio- dicados empiricos. Y esto no lo hace. Ni sostiene tampo-
nes de matermitica pura es "una cuestiOn objetiva a cuyo co, por otra pane, que sea imposible.
propOsito podemos ponernos de acuerdo", en tanto que Ia
aplicacion de una teoria de matemática pura "podra acaso
31 EL CONCErTO DE LA INFINITUm REAL
comprender consicleraciones ajenas".5 Ilustra su distinciOn
comparando un sistema formalizado de análisis clásico con Frente al ernpleo del concepto de la infinitud real se han
su aplicabilidad en fisica. El hccho de que los fisicos "aso- adoptado tres actitudes filosOficas priricipaie, que podemos
cien" a los predicados del análisis clásico determinadas designar respectivamente como finitismo, transfinitismo y
nociones fisicas se ha revelado como sumamente fecundo. transfinitismo metodologico. Los finitistas como Aristóte-
Constituye un procedimiento pragmáticamentc justificable. les, Gauss y los antiguos y los nuevos intuicionistas nie-
Un sistema formalizado de análisis clásico, inclusive 51 C5 gan todo contenido "real" o inclusive toda inteligibilidad
demostrablemente incongruente, ha de preferirse, con todo, a las nociones maternáticas que no son caracteristicas ya
a un sistema formalizado que satisfaga los requisitos Ii- sea dc agregados finitos o, a lo sumo, de agregados poten-
nitistas de los filOsofos intuicionistas. El punto se destaca cialmente infinitos, esto es, de agregados en crecimiento,
en el siguiente pasaje: "Las teorfas intuicionistas son tan pero nunca compietados. (Aquellos de entre ellos que iii
complicadas que resultan totalmente inütiles, en tanto que siquiera admiten la idea de agregados potencialmente infi-

5 op. cit., P. 60. 6 op. cit., P. Gi.


140 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA
CONCEPTO DE INFINITUD REAL 1,11
nitos podrin designarse como "finitistas estrictos".) Los
transfinitistas como Cantor y sus discipulos, por Sn pane, sOlo conceden plena "realidad" e "inteligibilidad" a con-
ceptos empiricos; los realistas metafisicos otorgan este ho-
atribuyen Ia misma realidad e inteligibilidad a los con-
ceptos transfinitos que a los finitos. Y Ins transfinitistas nor también a algunos conceptos no empiricos, y los rea-
metodolOgicos, finalmente, en especial Hubert, adniite1 listas mctodolOgicos, finalmente, admiten algunos conceptos
en las teorias matemáticas conceptos transfinitos, Pero sin no empiricos a un titulo puramcnte auxiliar. El progra-
otorgaries condiciOn "ontoiOgica" plena. Admiten estos ma positivista, por ejemplo, lo satisfacen teorias fisicas
conceptos porque son ótiles para fines como el de Ia sim- lenomenolOgicas; ci del realismo metafisico, Ia idea de
plificacion y Ia unificaciOn de teorias matemáticas. Boltzmann relativa a Ia teoria cinética de los gases, y ci
Cada una de estas doctrinas filosOficas permanecera en del realismo mctodolOgico, teorias que sOlo admiten end-
(lades inobsei-vables y sus caracteristicas con las dcbjdas
estado de dogma sin vida de una metafisica autOnoma y
autosuficiente, a menos que funcione tambien como prin- reserva y cualificaciones. Jnütil afladir que Ia nociOn de
lo que constituye un concepto empirico no suele definirse
cipio regulacior o directivo, programa que ha de satisfacerse
en la construcciOn de teorias matemáticas. La distinciOn con precisiOn y varia, de modo confuso, de un grupo de
pensadores a otro.
entre dogma y programa es importante Para Ia compren-
siOn del carácter de las controversias a propOsito de Ia Estas distinciones nos permiten ser breves en Ia formu-
nociOn de Ia infinitud real y, de hecho, de muchas otras laciOn de Ia filosofia de Hilbert. Se Ic comprende mejor
controversias filosOficas. como tin transfinitista metodológico que es tanibién un
El dogma Cs una proposiciOn que, si tiene sentido en realista metodolOgico. En efecto, solo concede "realidad"
absoluto, es o verdadera o faisa, y de dos dogmas incom- a los conceptos empiricos, y considera que los conceptos
patibles, uno cuando menos ha de ser faiso. As!, por ejem- no-empiricos, como ci de 'infinitud real", sOlo cleberian
admitirse si puede demostrarse que Ia teoria que los em-
plo, ci finitismo y ci transfinitismo han de ser falsos Si
plea es congruente.
son enunciados acerca de Ia naturaleza de Ia realidad. Sin
embargo, resulta dificil decidir en favor de uno u otro, Ahora bien, he sostenido anteriormente que conceptos
excepto abrazándolo a mancra de fe religiosa. empiricos con las caracteristicas de los trazos fisicos y de
El programa, en cambio, es totalmente distinto. En las operaciones con trazos son inexactos y que los concep-
efecto, no es ni verdadero ni faiso. Si dos programas son tos de Ia aritmética, incluida Ia aritmética elemental, son
incompatibles, no se sigue de ahi que uno de ellos sea exactos y no-empiricos. Asi, pues, Ia linea que sepal-a a Ia
falso. Sino que el programa es susceptible a no de satis- aritméuca finita de Ia transfinita no es Ia Inisma que Ia
facciOn, y Ia persona que adopta uno lo considera (habi- que separa los conceptos empiricos y los no-empiricos. En
tualmente) como satisfactible. Pasar por alto Ia diferencia efecto, his aritméticas finita y transfinita quedan las dos
entre Ia satisfacibilidad de un programa y la verdad de del mismo lado no-empirico. Esto significa, aclemás, que
el metalisico positivism estd también equivocado al comba-
una proposiciOn de verdadero-o-falso constituye una con-
fusion. Dc dos proposiciones de vcrdadero-o-falso incom- tir Ia aritmética transfinita so pretexto de que opera con
patibles, una, cuando menos, ha de ser falsa. Pero dos conceptos no-empiricos. Dc hecho, excluir de Ia matemi-
programas incompatibles, en cambio, pueden ser satisfaci- tica los conceptos no-empiricos equivale precisamcnte a
bles los dos. excluir de Ia matemdtica los conceptos matem$ticos, o sea.
a extinguir el tema.
La division entre finitistas, transfinitistas y transfini-
tistas metodolOgicos nos recuerda una division mM general No cabe duda al-una de que his dificultades en Ia
de Ia filosofia, esto es, Ia division entre positivistas, rea- constiucciOn de una teoria matemltica congluente lumen
tan -i medida que vamos de Ia aritm6tica elemental a una
listas metafisicos y realistas metodolOgicos. Los positivistas
aritmética que implica el concepto de Ia totalidad de todos
142 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA CONCEPTO DE INFINITUD REAL 143
los enteros. Y es indudable que estas dificuitades aumen. mente reconocida por los autores mismos es obvio a partir
tan. todavia si admitimos agregados de nümeros cardinales de su prólogo al segundo volumen, uno de cuyos temas
mayores que Habrá que conceder al propio tiempo centrales es la situaciOn que hiciera necesario "arhphar-
que cada uno de estos pasos implica un grado mayor de Ia estructura de los métodos concretos (inhaitliche) de in-
idealizaciOn, un alejamiento mayor de la percepción. Sin ferencia admitidos para Ia teoria de la prueba en opo-
embargo, dstas no son, en ci contexto presente, las consi- sición a la deiimitación anterior (IC! 'punto de vista fi-
deraciones significativas. Mientras no se probo que ci pro- nito' ".7 Sc admite la inducciOn transfinita, que procedc
grama del transfinitismo metodológico era insatisfacible, no a través dc la serie de los nümeros naturales, sino a
pudo subsistir. Los argumen Los en ci sentido de que ad- través de conjuntos 'mgs amplios", bien ordenados.3
mite idealizacion en la matematica carecen de fuerza con- La cuestiOn que aqul se plantea es la de saber si la
vincente, y los argumentos en ci sentido de que admite admisión dc métodos transfinitos de razonamiento en la
idealizaciones demasiado radicales poseen muy poca. Si en metamatemática no significara acaso abandonar la posh
la realidad histOrica un programa no se ha cuinpildo pese ción del transfinitismo metodológico, o sea la vision que
a los mayores esfuerzos de los pensadores más competentes permite conceptos transfinitos en las teorias matemáticas
durante un periodo prolongado, por este hecho solo, más y en sus formalizaciones, pero no los permite en las pro-
que por cualquier otro, en polftica, en ciencia, en mate- posiciones no-formalizadas acerca de los formalismos. La
mática y en otros campos de Ia actividad humana, la situaciOn a la que se enfrenta ahora ci formalista, relativa
gente acaba por abandonar o modificar el programa. Y a la distinciOn entre métodos transfinitos admisibles y no
por esto los programas metafisicos y las tesis a las que admisibles, es perfectamente similar a la situaciOn a la
es-An asociados, aunque no hayan sido refutados, no mue- que, después del descubrimiento de antinomias en el sis-
ren dc repente, sin que más bien se van desvaneciendo. tema de Frege, se enfrentO el logicista.
Lo que ci oponente del programa formalista deberia El logicismo partia del supuesto de que los conceptos
hacer, para 5cr directamente eficaz, seria demostrar que lOgicos y las proposicioncs IOgicas podian distinguirse cIa-
un programa que admita conceptbs transfinitos en teorias ramente de las que no lo eran. En el curso del intento
matemáticas no podria, dada la naturaleza del caso, satis consistente en realizar ci programa logicista de deducir la
facerse. matcmática de la lOgica, la distinciOn original, que nunca
Aliora bien, en su forma original este programa ha- fuera demasiado clara, hubo de borrarse introducicndo en
bfa de formalizar primero la aritrnética elemental y una las premisas de las que la matemática se deducia pro
porciOn suficiente de la aritm&ica transfinita, de tal modo posiciones no-lOgicas o, cuando menos, no obviamente 16
que la .consecuencia formal del formalismo corrrespondiera gicas. Y en forma anáIoga, ci formalismo hizo ci supuesto
a iii consecuencia lOgica dc la teoria formalizada y, en inicial de que existia una distinciOn clara entre los con-
segundo lugar, habia de demostrar por métodos finitos la ceptos y las proposiciones finitos y las demostraciones Li-
consecuencia (formal) del formalismo. Este programa no nitas (ad oculos), por una pane, y las transfinitas por
se puede cumplir, scgün Cadel lo ha demostrado, toda otra. En ci curso del intento enderezado a reahzar ci pro-
vez que ningün formalismo de la clase aqul empleada pue- grama de probar Ia consecuencia lOgica de la matemática
de formalizar la aritmdtica —ni siquicra la elemental- clásica formalizada por medio de métodos finitos, se him
completamente. necesario admitir también métodos transfinitos.
Los resultacios de Godei se publicaron en ci perlodo
comprendido entre la composicion del volumen i de la 7Op cit., vol. 2, P. vii.
obra clásica de Hilbert y Bernays y Ia aparición del vo- SVéasc, por ejemplo, el cap. v de R. L. Wilder, Foundations
lumen it, y ci hecho de que su importancia fue clara- of Mathematics, Nueva York. 1952.
144 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA CONCE?CION FORMALISTA DE LA LOGICA 145
En ci caso del formalismo, ci intento de cumplir ci causa de Ia imposibilidad de demastrar la congruencia là-
programa original falla no solo en cuanto que el programa gica de una aritmética completamente formalizada, debe
no se ha cumplido (10 que constituye ci hecho historico), consjderarse el intento de afinamiento como fracasado. Sin
sino que ci fracaso consiste en que se ha demostrado que duda, Ia explicaciOn de Ia nociOn de Ia infinitud. real, de
no se podia cumphr. Sin duda, muchos resultados de Hubert, es superior a su empleo sin clarificaciOn por el
importancia variable se ban reunido en ci curso del ira- logicista, y su intento de una prueba de congruencia es tal
yecto, pero, por lo que se refiere a las tesis y los progra- vez superior al de Kant, en cuanto es susceptible de pro-
mas especificamente filosOficos del formalismo original, és- cedimientos mis definidos. Su fracaso sugiere una modifi-
tos ban debido completarse con cualificaciones ad hoc. caciOn del programa original y constituye una fuente de
En conclusiOn, hemos de preguntar qué luz Ia filosofia matemática muy fecunda. Pero Ia condicion lOgica de Ia
formalista de Ia matemática ha proyectado sobre Ia no- nociOn de una infinitud real, en cuanto opuesta a Ia vo-
ción conjunta de la infinitud real. Hilbert, segün vimos, luntad de algunos y a Ia vacilaciOn de otros de otorgarle
consideraba esta nodOn como una Idea kantiana, esto Cs, plenos honores metafisicos, permanece, con todo, en la
como una nociOn que ni se deja cxtracr de Ia percepciOn oscuridad, o se deja en Ia penumbra a Ia que Kant la
ni es aplicable a ella y que, sin embargo, puede introdu- habia llevadci desde Ia oscuridad.
cirse en teorias sin incongruencia. EmprendiO Ia tarea de
dar a Ia vez un análisis mis preciso de su Idea y una 4] LA CONCEPCIÔN FORMALISTA BE LA L6GICA
prueba rigurosa de su inocuidad en los sistemas formali-
zables del análisis ciásico. Por una pane, Ia Idea de una Tradicionalmente, Ia tarea de Ia lOgica se ha concebido
infinitud real y las proposiciones que Li implican son, se- como Ia de proporcionar criterios de correcciOn para ink-
gun Hilbert, exactamente iguales a los conceptos y propo- rencias, poniendo de manifiesto las reglas a las que se con-
siciones matemáticos finitos, y a los enunciados que las forman las inferencias correctas y son violadas par las
implican, en cuanto son susceptibles de incorporación —sin incorrectas, o bien caracterizando en forma general —por
el significado que puedan acaso tener o no tener— en un ejemplo, por media de enunciados esquemáticos— las pro-
formalismo completo y congruente. Por otra pane, Ia Idea posiciones que enuncian que una proposiciOn se sigue de
y las proposiciones que Ia implican no son susceptibles, otra, y sistematizando estas reglas y proposiciones Jo mis
a diferencia de los conceptos y proposiciones matemáti- completa y eficazmente posibIe. Mientras los descubri-
cos finitos, de interpretarse como caracterizaciones de ca- mientos de los logicistas formales no fueron puestos en
racteristicas perceptivas de datos perceptivos muy simples. tela de juicio, fue posible confiar en una intuiciOn lOgica
En el caso de los objetos del formalismo que encarnan intersubjetiva general en relaciOn con las regias fundamen-
nociones y proposiciones finitas, las reglas de manipular tales —las Ilamadas "leyes del pensamiento"— y con los
estos objetos qua objetos pueden compietarse per otras pasos inductivos mis simples, en los que pueden resoiverse
reglas que, junto con las primeras, rijan el empleo dc los argumentos complejos.
los objetos como caracteristicas perceptivas y proposicio- Fueron principalmente 1] ci intento de formular los
nes perceptivas. En el caso, en cambio, de objetos que no principios fundamentales del razonamiento matemätico,
encarnan conceptos o proposiciones finitos, esto no pue- que implicaba Ia nociOn de agregados infinitcsimaIes y
de hacerse. mis adelante infinitos, y 2] ci intento logicista mis ambi-
El intento emprcndido por Hubert de afinar Ia expli- cioso de deducir Ia matemática de Ia IOgica, los que con-
caciOn kantiana de las Ideas, y en particular de Ia infini- dujeron a una expansion de Ia lOgica por media de prin-
tud real, consiste en introducir las nociones de formali- cipios cuya verdad no podia seguir basándosc simpiemente
zaciOn completa y de prueba de Ia congruencia formal. A en un Ilamado a Ia intuitiOn lOgica, sabre todo par cuanto
146 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA CONCEPCION FORMALISTA DE LA LOGICA 147
Ia lOgica ampliada conducla por SUS propios principios a clones constructivas no puSan set también seguras con
contradicciOn. El fracaso aparente de derivar la matemá- fundamento en otras razones, tal vez puramente lOgicas.
tica de la lógica condujo a los pensadores a basarse —como Es el caso, sin embargo, que los formalistas, cuando menos
Ia habla hecho Kant— en aquellas intuiciones que estaban de acuerdo con el programa original, sOlo se basan en
respaldadas por Ia materia de estudio particular de la cons- pruebas constructivas.
trucción matemática. Desde el punto de vista de una filosofla de la mate-
Para el formalista, el problema no está en ampliar la mática, las relaciones entre una inferencia y su verifica-
lOgica hasta donde sea necesario pan deducir de ella la ciOn constructiva en relaciOn con su validez requieren cier-
matemática, sino en extraer solamente de la lOgica con- to esclarecimiento. Conviene observar, ante todo, que Ia
junta Ia que se necesita para razonar a propósito de los construcciOn mediante la cual puedan verificarse inferen-
formalismos. El formalista solo se ocupa de lo que Hubert cias podra ser acaso una construcciOn de hecho a una
llama "consideraciones en forma de exerimcntos de ten- construcciOn "solamente de principio". Una verificaciOn
samiento sobre objetos que pueden considerarse como da- constructiva que implique la construcciOn de un entero a
dos concretamente" a lo que Curry designa, segün lo 1010
hemos mencionado reiteradamente, demostraciones ad ocu- proximidad de 1010 sOlo es posible en principio. Pero,
log. En tanto que el logicista ha de ampliar la lOgica inclusive si nada nos impide una construcciOn, excepto el
tradicional para sus fines, los formalistas, en cambio, con- hecho de que no tenemos medios de llevarla efectiva-
trajeron en algunos aspectos la lOgica en la que se permi- mente a cabo, aun as! la inferencia no está respaldada
dan a si mismos razonar. En efecto, Curry no considera par la construcciOn.
que sus demostraciones ad oculos formen parte de la 10- La situaciOn epistemolOgica nos recuerda un caso simi-
gica, sino que considera la matemática como completa- lar, esto es, la distinciOn entre proposiciones verificables
menre autosuficiente. Por otra pane, la expresiOn "ex- de hecho y proposiciones solamente verificables en prin
perimento de pensamiento", tal como la emplea Hilbert, cipio. En este caso, in dificultad fue cornbatida desarro-
parece también implicar que, en matemática, xnás bien llando un punto de vista epistemolOgico acerca de la rela-
observamos el resultado de lo que estamos haciendo cuando ciOn entre una ley general y su verificaciOn en la percep-
manipulamos objetos de acuerdo con ciertas reglas, y no don, que se adaptaba a casos de verificaciOn real y se
que extraemos ineramente conclusiones de unos enunciados extendia verbalmente a otros casos, seflalando in frase "en
a otros. principio", que no se habia aclarado, más un problema
Lo que desde este punto de vista confiere seguridad a epistemolOgico, en el mejor de los casos, que su soluciOn.
urn inferencia no es un principio de lOgica —una verdad Pero inclusive all( donde una construcciOn respalda
leibniziana de razOn que fuera verdad en todo mundo pa. de hecho una inferencia, Ia relaciOn tampoco estotalmen-
sible—, sino la posibiidad de averiguar si las premisas te clara. Consideremos nuevamente la proposiciOn respal.
implican o no la conclusiOn, mostrando si al producir el dada constructivamente "cuando se yuxtaponen una cifra
estado de cosas descrito por las premisas estamos o no <I > y otra cifra <1 >, se produce la cifra <11>".
produciendo ipso facto el estado de cosas descrito por la Este enunciado se considera como evidentemente cierto.
conclusiOn. Desde este puma de vista, "I + 1 = 2" es Cuál es el carácter de esta presunta autoevidencia no
necesariamente verdad, porque, al producir la yuxtaposi- lOgica? Supongamos que alguien objeta la proposiciOn y
ciOn de <I> y <I>, producimos <11>. Nose su- sostiene que ha yuxtapuesto <I > y <I> y no ha ob-
giere con ella que las inferencias susceptibles de verifica- tenido <11 >.
La respuesta del formalista serb que el objetor no
9 Op. cit., vol. 1, P. eo. habla hecho lo que se proponla hacer; en otros términos,
148 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITIcA CONCEPCION FORMALISTA DE LA LOGICA 149
que su yuxtaposicion de trazos no se habla hecho correc- debe poseer D", en donde la cuestion acerca de si la p0-
tamente. Pero la corrección de una ejecuciOn no figura sesi6n de C por una construcción implica o no iógicamente
entre sus caracteristicas perceptivas, ni puede hacerlo, por- la posesión de D versa sabre la validez de una deducción
que Cs una relación entre una ejecuciOn y una regla adop- complicada de "x posee C" a "x posee D", empleando cier-
tada, relacion que queda más plenamente expresada pot tos principios admisibies de inferencia. (Las ilamadas prue-
el enunciado de que la ejecución es conforme a la regla bas constructivas Son en conjunto más complejas, y no
adoptada. El encontrar si una construcciOn es correcta, menos, que las no constructivas.)
o es conforme a una regla adoptada, va más allá de ob- Luego la situaciOn es Ia siguiente: Prima fade, el for-
servar lo que ha sido —lo que acontece haber sido— cons- malista no se basa en principios IOgicos, sino meramente
truido, e introduce principios lógicos y un discurrir là- en enunciados como los de "una construccjón dada de
gico, los cuales, si bien respaidados por la construcciOn, no objctos perceptivos con caracteristica perceptiva C posee
obtienen su validez de ésta. ipso facto las caracteristicas D". A esto hay que afla-
Supàngase que hemos adoptado una regla r que rige dir la cualificaciOn de que la construcción ha de ser correc-
las construcciones (]as cuales, pues, son correctas S1 son ta. Pero, Cs ci caso que la proposición de que una cons-
conformes a r e incorrectas si Ia vulneran), y que afir- trucción es correcta, esto es, de que es conforme a una
inamos de una determinada construcciàn c, que posee Ia regla adoptada, ya no Cs perceptiva, sino que contiene una
caracteristica C, que es conforme a r porque posee C. Ha- implicacion iógica o una inferenci4 cuya validez dCpende
cer esta afirmacion equivale, entre otros, a enunciar o de principios Iógicos. Y estos principios ban de adoptarse
implicar que Si cualquier construcción x poseyera C seria antes de que podamos decidir acerca de Ia coi-recciOn de
necesariamente conforme a r. Este enunciado Cs un enun- una construccion.
ciado de necesidad Iógica y podria escribirse esquemática- Al deducir enunciados acerca de construcciones a partir
mente como: "La construccion x posee C" implica lógica- de otros enunciados tales, empleamos menos principios 16-
mente "la construccion c es conforme a r". Si bien Cs gicos que en la matemática clásica. Pero es ci caso que
hipotético y general, este enunciado no Cs ciertamente per- estos principios, si bien están sugeridos por construcciones
ceptivo, con todo, y su autoevidencia, si acaso tiene alguna, —pot ejemplo, de trazos y expresiones-trazos—, no son jui-
tampoco puede ser perceptiva. No constituye un caso de cios perceptivos. Unicamente si fuéramos a suponer que
"ver Cs creer", porque las conexiones hipotéticas generales, ci medic, en que efectuamos nuestras construcciones es d
y especialmente las implicaciones lãgicas, no se perciben. una clase especial, de modo que pueden descrihirse inmc
Cabria objetar que si bien "'Ia construccion x posee diatamente mediante proposiciones generales y necesarias,
C' implica lOgicamente 'la construcción X Cs conforme a sin plantear la cuestion acerca de si una determinada cons-
no es perceptiva, Cs siempre inmediatamente evidente, trucciOn es o no correcta, podriamos prescindir de los
con todo, y que la distincion entre construcciones, simple- principios lógicos. Los intuicionistas se dan cuenta del he-
mente, y construcciones correctas, que introduce ci enun- cho de que Ia percepcion ordinaria no es ci medio para
ciado de la implicaciOn lOgica, reviste, par consiguiente, tales construcciones y pretenden, por consiguiente, que los
poca importancia. Pero es el caso que esto dista de ser principios del razonamiento no están validados en mate-
cierto. En efecto, hay implicaciones légicas banales, por mática por construcciones cii la percepciOn ordinaria, sino
ejemplo: "la construcción x posee C" implica làgicamente en una intuiciOn sni generis.
"la construcciOn X Cs conforme a r, que prescribe que x La lOgica formalista es una big/ca minima o, mejor di-
debe poseer C". Pero hay otras que no son banales, por cho, la Iogica minima que se necesita para ci razonamiento
ejemplo: "Ia construcciàn x posee C" implica lOgicamente metamatematico. No es un sisterna de proposiciones que
"la construcción x es conforme a r, que prescribe que x describe caracteristicas perceptivas de diversas construccio-
150 LA MATEMATICA COMO CIENCIA: CRITICA c:APIT(JL0 SEXTO
nes. Esta conclusiOn es independiente del punto en ci que LA MATEMATICA COMO LA ACTIVIDAD DE
insistimos anteriormente de que los conceptos matemati-
CONSTRUCCIONES INTUITIVAS: EXPOSICION
cos, por ser exactos, difieren de las caracteristicas percep-
tivas, que son inexactas o admiten casos limite.

Constituye una de las convicciones fundamentales de la


escuela intuicionista, cuya doctrina es objeto del presente
capitulo, ci que la matemática, si se la comprende y prac-
tica apropiadamente, forma una actividad totalmente au-
tOnoma y autosuficiente. Se considera que sus métodos e
intuiciones ni son susceptibles de las garantlas que los
logicistas y los formalistas profesan proporcionar cada uno
por su cuenta, ni las necesitan. Segün los intuicionistas la
impresiOn de que la matematica necesita ci apoyo de una
lOgica extendida o de una formalizaciOn rigurosa sOlo ha
surgido alli donde no se la ha tratado apropiadamente.
El logicismo y ci formalismo ban tratado las antino-
mias de la matemátjca clásica como una enfermedad sus-
ceptible de una cura que dejaria a éstas sustancialmente
intactas. Los intuicionistas, en cambio, consideran las an-
tinomias merarnente como un sintoma de que la matemá-
tica no ha sido en muchas de sus ramas fiel a si misma.
El logicismo y ci formalismo trataron de reconstruir ci
edificio o de asegurar SUS cimientos de tal modo que la
obra matemática pudiera seguir en los pisos superiores sin
mucha dificultad. Los intuicionistas, por su parte, tratan
de construjr una nueva matemática en todos los niveles,
con lo que consideran como los verdaderos métodos ma-
temáticos.
Tanto los formalistas como los intuicionistas, y en par-
ticular sus jefes modernos, Hilbert y Brouwer, reconocen,
segün vimos, Ia influencia de la filosofia de la matema-
tica de Kant y repudian la tradiciOn leibniziana, segün
la cual todas las proposiciones matemáticas son analfticas
en ci sentido de que su verdad puede demostrarse con
sOlo una aplicaciOn de los principios de la lOgica. Tanto
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152 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA MATEMATICA COMO ACTIVJDAD: EXPOSICION 153
Brouwer como Hubert consideran las teorl as matemátjcas de la metamatemátka y los datos introspectivos de la ma-
coma sintéticas, en un sentido del vocablo que se basa en temática intuicionista, estos datos tienen, con todo, mucho
una clasificacion mutuamente exciusiva y conjuntamente en comün. La caracterlstica comuin más importante Cs que
exhaustiva de las proposicionés en analiticas y sintéticas. una totalidad infinita completa no puede ni percibirse ni
Sin embargo, la concepcion de Brouwer del carácter contemplarse introspectivamente. En otros términos: ni la
sintético de la matemática Cs muy distinta de la de Hil- metamatemática ni la matemática intuicionista pueden ad-
bert y más cercana a la de Kant. Se recordara que, segn mitir proposiciones acerca de infinitudes reales, pucliendo
Kant, los axiomas y teoremas de la aritmetica y la geo- admitirlas s6lo acerca de infinitudes potenciales.
metria son sintéticos a priori, esto es, son descriptivos de En vista de una mejor comprension del intuicionismo
la pura intuición de espacio y tiempo y de las construc- vale la pena preguntar si reconducirIa o no a Ia matemá-
ciones en ella. Erouwer acepta sin reservas la doctrina de tica formalista si fuéramos a ignorar la diferencia de los
Kant de la pura intuiciOn del tiempo —aparte de todo sustratos, reales o presuntos, entre las dos actividades.
contenido perceptivo— y la considera como el sustrato de Como cabria esperarlo, los dos se servirian en conjunto de
la matemática. Lo mismo que Kant, considera esta in los mismos métodos finitos, esto Cs, métodos coma los que
tukión como independiente de la percepcion sensible, in- describimos anteriormente en nuestra exposición del for-
cluyendo en la percepción sensible en particular la per- malismo. Sin embargo, el formalista no los utilizaria más
cepcion de simbolos y operaciones con simbolos tales coma allá del punto en que, habiendo establecido la coherencia
los trazos y las operaciones de trazos de Hubert, los cuales, de un sistema formal, podria empezar a servirse de el.
junto con otros signos y operaciones, constittiyen la mate- Para el intuicionista, en cambio, toda vez que no puede
na de estudio de la matemática formalista. encontrar o esperar encontrar refugio en un sistema for-
La materia de estudio de la metamatemática son obje- mal, el incentivo de servirse de métodos finitos, a pesar
tos y construcciones perceptivas de estructura tan simple
de Ia complejidad y dificultad crecientes, es mucho mayor.
y transparente que podemos estar ciertos de la verdad de La matemática intuicionista finitista ha sido efectivamente
los juicios empiricos sintéticos que los describen. Y la desan-ollada mucho más alla que la metamatemática fini-
matei-ia de estudio de Ia matemática intuicionista, por otra tista.
pane, son objetos y construcciones no perceptivos intuidos, En el primer capitulo de Intuitionism-An Introduction,2
que son autoevidentes introspectivamente. En efecto, 'Brou- de Heyting, se encuentra una discusion en la que uno de
wer no apela ciertamente a Ia inspección de objetos cx- los disputantes, Ilamado "Tnt", se dirige a otro, Ilamado
ternos, sino a Ia '4 introspecci6n directa"l La distincion
"Form", en los siguientes términos: ". - .te sirves también
entre construcciones perceptivas C intuitivas reviste cierta del razonamiento Iogico en lo que Hilbert ha Ilamado
importancia filosófica, toda vez que podemos sostener de metamatemática, pero tu propOsito está en separar estos
modo más plausible que las uiltimas se dejan aprehender razonamientos de la matemática puramente formal, y en
como universales y necesarias sin la aplicaciOn de la nociOn confinarte a los razonamientos más simples posiblcs. Yo,
de exactitud y, pot consiguiente, sin el empleo de prin- en cambio, no me intereso por el lado formal de la mate-
cipios lógicos. (Este punto se examinó al final del capi- mática, sino exactamente per aquel tipo de razonamiento
tulo anterior.) que aparece en Ia matemática, al que trato de desarrollar
Pese a las diferencias entre los datos inspeccionables hasta sus consecuencias más lejanas. Esta preferencia pro-
viene de la convicción de que encontramos en aquél una
1 Véasc, por ejemplo, "Historical Background, Principles de las facultades más fundamentales de la mente humana."
and Methods of Intuitionism", en South African Journal of
Science, octubrc-novjemhre de 1952, p. 142 nota. 2 Amsterdam, 1956.
154 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION EL PROGRAMA 155
Para una breve exposición del intuicionismo convendrá se también como "intuiciones", término del que Brouwer se
explicar primero su concepciOn de Ia matemática Pura y sirve con frecuencia. Es preferible citar aqul verbatim e
ci programa basado en esta concepción, dando luego algu- in extenso su trabajo.4
nos ejemplos del método intuicionista en funcion y, espe- "El primer acto del intuicionismo separa por completo
cialmente, de su manera de tratar Ia noción de Ia mimi- Ia matemática del lenguaje matemático, en particular de
tud potencial. En cuanto a] problema de Ia matemática los fenómenos del lenguaje que describe Ia lOgica teórica,
aplicada, los intuicionistas ban mostrado aun menos inte- y reconoce que Ia matemática intuicionista es esencialmente
rés en ella que los logicistas y los formalistas. una actividad sin lenguaje de la mente, que tiene su rn-i-
gen en Ia percepción de un tnovimiento del tiembo, esto
1] EL PROGRAMA es, de Ia separación de un momento de Ia vida en dos
cosas distintas, una de las cuales cede el paso a la otra,
En uno dc sus trabajos ingleses más recientes,3 Brouwer pero es retenida por Ia memoria. Si Ia dualidad asi origi-
describe Ia situación de la filosofia de Ia matemática nada se despoja de toda cualidad, queda Ia forma vacia
tal como Ia han formulado los antiguos y los nuevos for- del sustrato comün de todas las dwilidades. Este sustrato
malistas y preintuicionistas, segOn llama a aquellos pen- comün, esta forma vacia, constituye la intuicidn bdsica de
sadores que en algunos aspectos se Ic anticiparon, especial- Ia matemdtica"
mente a Poincaré, Borel y L.ebesgue. La doctrina de este pasaje y de otros similares de los
Tal como se presentaba para el propio Brouwer, Ia escritos de Brouwer es, sustancialmente, Ia de La critica
siivación era ésta: Ia matemática, tal como Ia practicaban de la razdn pura, siendo Ia principal diferencia que, segOn
Ins preintuicionistas y los formalistas, constaba de dos Brouwer, Ia intuición kantiana del espacio y las construc-
panes separadas, esto es: de una matemática autãnoma y ciones (euclidianas) en ci mismo no forman parte de Ia
de una matemática que dependla para su crédito del len- intuición que sirve de base a Ia matemática (véase cap.
guaje y Ia légica. Por lo que se refiere a Ia matemätica i). La matemática presupone, segün Kant y Brouwer,
autónoma, "Ia existencia exacta, Ia seguridad absoluta y una intuición que es distinta, por una parte, de Ia per-
Ia ausencia de contradicciOn estaban universalmente reco- cepción sensible, de Ia que es Ia forma invariante, y
iiocidas, independientemente del lenguaje y sin prueba". de Ia aprehensión, por otra pane, de conexiones lOgicas
Abarcaban "Ia teoria elemental de los nümeros naturales, entre conceptos o proposiciones. Del mismo rnodo que Ia
el principio de Ia inducción completa, y panes más o experiencia de trepar a lo alto de un monte, por ejemplo,
menos considerables del algebra y de Ia teoria de los nil- no debe confundirse con su clescripciOn y su comunica-
meros". La matemática no autónoma, en cambio, compren- cion linguistica a otros, asi tampoco debe confundirse Ia
dia Ia teoria del continuo de los nümeros reales. Para experiencia de las intuiciones y las construcciones mate-
ésta faltaba y, segün se convenia en forma más o menos máticas con su descripción y comunicación linguisticas
general, se necesitaba una pnieba de existencia no contra- (pese a que esta formulacion linguistica pueda ser de mu-
dictoria. cha ayuda para el montaflista o ci matemático y para
Las tesis fundamentales de Ia filosofia intuicionista de aquellos que deseen seguir su ejemplo).
Ia rnatemática están claramente formuladas por Brouwer. Dc Ia misma manera que el trepar no depende del
Este las describe como "dos actos" mediante los cuales ci lenguaje, Ia actividad matemática, con sus penetraciones
intuicionismo "intervino" en Ia situación creada por sus y construcciones intuitivas, carece de lenguaje. Segün
predecesores y los formalistas. Estos actos podrian designar- Brouwer, los principios de Ia lógica clásica son reglas en

3 O. cit. 4 Op. cit.


156 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION EL PROGRAMA
157
cuanto que aquellos que las "siguen linguIsticamente" pa- ta en forma afirmativa (Si se tiene en cuenta ci carácter
drán acaso "set guiados pot Ia experiencia', Pero no necesi-
inevitablemente inadecuado del lenguaje cual modo de cx-
tan serb. Esto significa que las reglas de la lógica clásica se
presiôn), en Ia medida en que se trte de los principios
emplean en Ia descripciOn y Ia comunicación, Pero no en de contradiccion y silogismo; Pero en farina negativa, en
Ia actividad misma de construir, como tampoco se emplean,
cambio, en relacion con ci principio de tercero excluido
excepto en cuanto auxiliares sin importancia, en Ia activi- (excepto en casos especiales), dc modo que estc üitimo ha
dad de trepar a Jo alto de una montana. En este sentido, de descartarse, en consecuencia, como instrumento pan
Ia matemática es esencialmente independiente no sélo del dcscubrjr nuevas verdades matemátjcas."
lenguaje, sino también de Ia lOgica.
Consideraremos dentro de breves momentos algu-
Asi, pues, segán Brouwer hemos de distinguir estricta- nas construcciones matcmáticas cuyo examen condujo a
mente entre dos actividades distintas, a saber: par una Brouwer y a sus discipulos a abandonar Ia Icy del tercero
parte, Ia construcciOn matemática, y pot otra parte Ia ac- excluido y algunos otros principios del razonar Para con-
tividaci linguistica, esto es, todas las proposiciones de los juntos infinitos dc objctos. Este mismo rcchazo Ia hcmos
resultados de Ia construcciOn y toda aplicacion a estas encontrado en Ia limitacion original dc Ia matcmática
proposiciones de los principios lógicos del razonar. En concreta pot los formalistas, quienes, sin embargo, admi-
vista de Ia diferencia fundamental entre las dos, tiene sen- ' ten Ia aplicacion formal dc cstos principios dentro dc las
tido preguntar 51 Ia reprcsentación Iógico-lingflistica es teorias formaljzadas de Ia matemática clásica. Esta forma
siempre adecuada o no a Ia construccion y, en particular, de salvar Ia matemática clásica Ic está cerrada al intuicio-
si la representación va o no más aiM de Ia construcción. nista, toda vez que está en conflicto con su conccpciOn de
Ed hecho de que el lenguaje desborde en ocasiones Ia Ia matemática como una construccion sin lenguaje.
materia de estudio es un fenOmeno familiar. Per Jo re- La bimitación de Ia matemátjca a los métodos finitos
gular, el peligro de que Ia haga se ha considerado como dc la metamatcmática formalista —se apliquen éstos a oh-
muy grande en ci caso del lenguaje filosófico y como muy jews de perccpcion ordinaria a de intuicion— reprcscnta-
pequeflo en matemática. Pero, segün Brouwer, ci peligro na un golpe paralizadar contra Ia estructura de Ia mate-
es grande también en ésta. Asf, per ejemplo, en ci caso mática dásica. Sin embargo, y ésta es Ia segunda pene-
de todos los matemáticos que se sirven de Ia Icy del tercero tración del intuicionismo, hay una matemática del infinito
excluido al razonar a propOsito de sistemas infinitos de potencial que, evitando la nociOn perccptiva c intuitiva-
objetos matemáticos, ci lenguaje desborda y deforma Ia mcntc vacla de totalidadcs infinitas preexistentes actuales,
reajidad matematica. constituye Ia fundamentacicsn intuitiva firme de un nuevo
Conviene una vez más citar aqul verbatim una pane análisis y abre un nuevo campo de desarrollo que "en al-
de Ia propia clara formulacion dc Brouwer: "Suponga- gunos lugares trasdende con mucho las fronteras de Ia ma-
mos que una cotistrucciOn matemática intuicionista se ha tematica clásica..
descrito cuidadosamente par media de palabras y quc lue- Este campo de una nueva matematica autOnoma del
go, ignorando par nit momenta ci carácter introspectivo infinito potencial lo abre "el segundo acto del intuicionis-
de Ia construcción matcmática, se considera su descripcion mo, que reconoce Ia posibihdad de engendrar nuevas end-
iinguIstica por si misma y se somctc a una apiicacion un- dades matemáticas: pnimero, en forma de series de exten-
gilistica (IC un principio de Ia iógica ciásica. ResuIta sidn infinita p1, p2. .. cuyos términos se ham escogido
siempre posible, en tal caso, realizar una construcción mds o memos libremente con resecto a entidades matemd-
matemática sin lenguaje que encuentre su cxpresión en Ia ticas previamente adquiridas, de tal modo que Ia libertad
figura lógico-IinguIstica en cuestiou? de elección existente tal vez Para el primer elemento p1
"Despues de un examen atento, contestamos Ia pregun- pueda acaso estar sujeta a una rcstricciOn permanente en
158 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA MATEMATICA INTUICIONISTA ig
algün Pr siguiente, asi como, una y otra vez, a restricciones sea mediante lOgica o formalización. Porque éstas son le-
permanentes más precisas o inclusive a la abolición en a!- gitimas en si mismas, son autovalidantes.
gun otro Pr más lejano, en tanto que estas intervenciones
restrictivas, lo mismo que la elección de las Pr mismas, p0.
2] LA MATEMATICA INTUICIONISTA
drán hacerse depender en cualquier momento de experien-
cias matemáticas futuras del sujeto creador; y segundo, en Para el intuicionista, la matemática es la construcción de
forma de especies matemá.titas, esto es, de pro piedades k/ne- entidades en la pura intuiciOn, y no la promesa de seme-
sumibles en relaciOn con entidades ,natemdticas bj reviamen- jante construcción o la encuesta acerca de Si ésta Cs o no
te adquiridas, que satisfagan la condición de que, si son posible.
ciertas en relación con una determinada entidad matemá- El matemático clásico, el logicista y el formalista acep-
tica, lo scan asimismo en relación con todas las entidades tan como legltimos enunciados en el sentido de que "exis-
matemáticas que se han definido como iguales a aquélla, de- te" tin nümero revestido de determinadas propiedades, pese
biendo ser las relaciones de igualdad simétricas, reflexivas a que hasta el presente no se conozca método alguno para
y transitivas; las entidades matemáticas de adquisicion pre- construirlo. Tales enunciados —puros teoremas de existen-
via para las que la propiedad resulta cierta se designan cia— no los admite el intuicionista en sit matemática. No
como elementos de la especie". se inquieta, pot consiguiente, si a alguien le parece raro
Segón veremos con mayor detafle, la matemática intui- que un teorema matemático demostrativo de la construc-
cionista difiere grandemente de la clásica, sea que se prac- tibilidad actual de algán nümero solo se haga cierto des.
tiquen "infantilmente", estén o no soportadas por una pués de haber sido probado (por gus medics). En efecto,
estructura Jogicista o estén garantizadas pot la formaliza- no hay en esto rareza alguna pan éI, ni debiera haberla
ciOn. Su programa está formulado de modo suficientemen- para quienquiera que comprenda la posiciOn intuicionis-
te simple, inclusive si su ejecución implica procedimien- ta, para la cual "existencia matemática" significa lo mismo
tos y conceptos difIciles o, cuando menos, muy poco que "constructibilidad real". Qué sea Jo que deba consi-
familiares, y aun si el carácter de la construcciOn intuicio- derarse como constructibjlidad real, esto nunca se define
nista pueda set claro prima facie para el no intuicionis- de modo preciso en términos generales, pete se adara —asi
ta. Tiene por objeto efectuar construcciones matemáticas lo afirma el intuicionista— en la práctica.
en el medio de la intuiciOn pura y comunicarlas luego a Al explicar algunas de las ideas elementales de la ma-
otros, lo más daramente posible, de modo que puedan re- temática intuicionista —que es lo ünico que aqul puede in-
petirlas. tentarse—, seguire de cerca la exposiciOn de Heyting en su
No toda construcción matemática reviste el mismo in- Intuitionism-An Introduction. Heyting conduce a su lec-
terés y la misma importancia. Sin embargo, no existe nunca tor mucho más lejos, explicando ci tratamiento intuicionis-
rnucha duda acerca de cuáles construcciones scan impor- ta de algunos aspectos de la matemática avanzada, como
tantes, toda vez que los motivos para encontrar construc- las teorlas de los campos algebraicos y la teen a de la me-
ciones surgen, como en la matemática no intuicionista, de dida e integraciOn.
la curiosidad de los matemáticos puros y de las necesidades Asi, pues, la matemática intuicionista pane de la no-
de aquellos que emplean la matemática para otros fines. ción de una entidad abstracta y de la sucesiOn de tales
El programa del intuicionista consiste en practicar la ma. entidades. Empieza, en otras palabras, con la sucesión na-
temática intuicionista, esto es, en crear o construir objetos tural de los nümeros. No hay necesidad alguna de formu-
matemáticos, toda vez que solamente los objetos construi- Jar tin sistema deductivo de la aritmética elemental, ya
dos tienen existencia matemática. No tiene pot objeto, en que semejante formulaciOn sólo senia adecuada si formula-
cambio, mostrar la legitimidad de tales construcciones, ya ra lo que es evidente por si mismo, sin ella. En efecto, no
'Go LA MATEMATICA COMO ACTJVJDAD: EXPOSICION
LA MATEMATICA INTUICIONISTA i61
confiere iii evidencia inmediata ni seguridad. En el mejor
2/1000. Consideremos ahora otra sucesiOn definida co-
de,los casos, sOlo las refleja lingüisticarnente. Para el in- 4
me sigue: si el n-ésimo digito despues del punto decimal en la
tukionista; los axiomas de Peano (véase apéndice A) no
ampliaciOn decimal de g = 3.1415 ... es ci 9 de la primera
hacen más que fonnular resuitados directamente evidentes
del proceso de engendrar los nümeros naturales. sucesiOn 0123456789 en esta ampliaciOn, b8 = 1; en todo
otro caso, b = 2/n = a8.
La diferencia entre la matemátjca clásjca (tanto en su
Toda vez que la sucesiOn j b8 } difiere de la 4a,j en un
forma "ingenua" como en su forma logicizada o formali-
flda) y la intuicionista se pone de manifiesto muy clara- término a lo sumo, se trata de una sucesiOn de Cauchy en
mente cuando se ilega a definir los nümeros reales. En el sentido clásico. Pero, toda vez que no conocemos cons-
efecto, en matemátjca clásica la nociOn de nümero real trucciOn alguna que muestre Si el ténnino critico ocun-e
puede definirse en términos dc una Ilamada sucesiOn de o no en jb,F —si una sucesiOn 0123456789 ocurre o no en
Cauchy de nümeros racionales. La sucesiOn de Cauchy clii- st—, no tenemos ci derecho de afirmar que es una suce-
sica se define como sigue: a1, a2, a3.....o bien, breve- siOn de Cauchy en el sentido intuicionista. La sucesiOn intui-
mente 4a4 o a, en donde todo término es un nümero cionista de Cauchy, que ha de ser construible lo mismo que
racional, es una sucesion de Cauchy si para todo nümero 4 a,, ., se designa también como "generador de námero
natural k (y, por consiguiente, para toda fraccion (real) ". Es obvio que ci intuicionista no puede admitir
Ilk, por en su matemática la idea de todos los generadores numé-
pequefla que sea) existe un nümero natural n = n (k)
tal rices, inclusive si pudiera demostrarse que no conduce a
P.
que para todo nOmero natural I a8+,—a8 < Ilk.
I incoherencia alguna en un sistema formal dade.
En términos generales, esto significa que si considera.
mos cualquiera fracciOn Ilk, existe siempre un término tal, La idcntificaciOn de la existencia con la constructibili-
ci n-ésimo por ejemplo, que, al sustraerlo de cualquiera de dad real de generadores numéricos ha de conducir a una
sus sucesores, el valor absolute de la diferencia es menor modificaciOn profunda de la nociOn clásica de la igualdad
que Ilk. (El valor absoluto de un nümero no negativo es y Ia diferencia de dos nümeros reales. Heyting define dos
este nümero mismo, y ci valor absoluto de un nümero ne- relaciones de igualdad entre generadores de nümeros rea-
gativo Cs el nOmero que resulta de cambiar su signo menos les, a saber: "identidad" y (la reiacion más importante de)
"coincidencia". Dos generadores de nümeros 4 a,, y 4 b,,
por un signo más.) Asi, pues, el valor absoluto de la
son idénticos —en simbolos a
}.
diferencia de pares de nümeros racionales se hace más pe- b— si para cada n, a,, = b,,.
Coinciden, en cambio —en simbolos ab—, si para cada
quefla a medida que los escogemos de nOmeros "posterio-
its" en Ia sucesjOn. k podemos encontrar un entero nn(k) tal, que
La definicion de la nociOn de una sucesiOn de Cauchy Ia,,+ — b + <i/k para cada p.
El hecho de que no podamos encontrar Ia coincidencia
intuicionista puede forrnularse casi con las mismas pala-
requerida n = n(k) para todo It no nos autoriza a decir
bras. La ünica diferencia consiste en sustituir la frase que a y b no coinciden, porque la negaciOn intuicionista, lo
"existe" por la. frase "puede encontrarse efectivamente" o
mismo que la afirmaciOn intuicionista, ha de basarse en
"puede construirse efectivamente". Vale la pena fijarse en
una construcciOn, y no en la ausencia de ella. Unicamente
la diferencia de significado entre estas dos frases, toda vez si a = b es contradictorio, esto es, "znicainente si pode-
que conduce al meollo de Ia matemática intuicionista.
mos efectuar una construcciOn que deduzca una contradic-
Heyting la destaca per medio del siguiente ejemplo. chin del supuesto a = b", estamos autorizados a afirmar
Consideremos las siguientes definiciones de sucesiones cia- que a y & no coinciden, esto es, a b.
sicas de Cauchy. La primera sucesiOn {aj es: 2/1, 2/2,
2/3, ... o 2/n. En esta sucesiOn, cada componente puede Cabria pensar que ci probar a su vez que a & es
contradictorio (imposible) constituye ipso facto una prue-
construirse efectivamente, esto es, ci milésimo miembro es ba dc a = &. Y efectivamente, es un teorema de Ia mate-
162 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA MATEMATICA INTUICIONISTA 163
mática intuicionista que el carácter contradictorio (impo- que distingue entre no coincidencia y caráctcr aparte, en
sible) de a b equivale a a = b.5 Sin embargo —y esto
esta forma, le parecera innecesariamente complicada y pro-
constituye un rasgo muy importante de la matemática in- lija. Pero esta prolijidad podrá deberse a mera falta de
tuicionista— "la prueba de la imposibilidad de Ia imposi- familiaridad. En efecto, del mismo modo que en filosofla
bilidad de una propiedad no constituye en todo cäso una escritores aparentemente lOcidos son en ocasiones pensado-
prueba de Ia propiedad misma". En otros términos: SI CS- res confusos, asf también los matemáticos clásicos podrán
cribimos "1" por "Cs contradictorio" 0 "Cs imposible", en ser acaso, pese a su aparente lucidez, fundamentaimente
ci sentido de que esta nociOn ha de estar respaldada por poco claros. De hecho, no se ha encontrado hasta ci pre-
una prueba constructiva, y "p" por toda afirmaciOn ma- sente antinomia alguna en Ia matemática intuicionista.
temática (que no es la afirmaciOn de una imposibilidacl), Las operaciones con generadores de nOmeros reales pue-
entonces - p no implica p, como es ci caso en la lOgica den explicarse de modo perfectamente directo. Pero debe
clásica. El siguiente ejemplo, que muestra que este prin- observarse que un generador de nümero real no es un nñ-
cipio no es valido en lOgica intuicionista, ha sido dado mero real. En matemática clásica, despues de haber defi-
pot Brouwer y se encuentra también en ci libro reciente nido un cierto generador numérico, cabria proceder a
de Heyting. definir un nümero real correspondiente como "el conjunto
"Escribo la expansiOn decimal de 3t y, debajo de ella, de todos los generadores numéricos que coinciden con ci
la fracciOn decimal 0 = 0.333..., que interrumpo tan generador numérico dado" Sin embargo, la frase "el con-
pronto como ha aparecido en n una sucesiOn 0123456789 junto de todos.....no se refiere aquf a una entidad cons-
de digitos. Si el 9 de la primera sucesiOn 0123456789 en truible y se le ha de dar an nuevo contenido intuicionis-
c es ci k-ésimo digito despues del punto decimal, Q = 10k ta. En efecto, a la nociOn clásica de conjunto corresponden
- 1/3.10k. Supongamos ahora que 0 no pudiera ser racio- dos nociones intuicionistas, la de una dispersion y la de
nai; entonces Q = 10k - 1/3.10k scria imposible, y ninguna una especie —definiéndose la dispersion como un modo co-
sucesiOn podria aparecer en it; pero entonces, 0 = 1/3, lo mün de engendrar sus elementos (construibles), y la es-
que es imposible también. El supuesto de que Q no puede pecie como una propiedad caracteristica que puede atri-
set racional ha conducido a una contradiction, y sin em- buirse a entidades matemáticas que ban sido construidas, o
bargo, no tenemos derecho alguno Para afirmar que p es pudieron haberlo sido, antes de definir la especie.
rational, porque esto significarla que podriamos calcular Al definir una dispersiOn, el primer paso consiste en
concebir una nociOn verdaderamente general de una nice-
enteros p y q tales que Q = -, y esto requiere manifiesta-
q sidn infinitamente proseguida, esto es, una sucesiOn que
mente que o podemos indicar una sucesiOn 0123456789 en n, puede proseguirse ad infinitum, cualquiera que sea la ma-
o demostrar que no puede aparecer sucesiOn tal alguna." nera como los componentes de la sucesiOn se determinen,
Si dos generadores numéricos no coinciden (esto CS, 51 ya sea por ley, por elecciOn libre o en la forma que se
a , b), puede subsistir entre ellos, con todo, una relaciOn quiera. Dc tales series, ]as sucesiones de Cauchy descritas
de desiguaidad más fuerte. Esta es la relaciOn de carácter mas arriba, o generadores numéricos, son casos particulates.
aparte. El hecho de que "a se encuentre aparte de b" —en Su intuiciOn y la penetraciOn que revela su utilidad mate-
simbolos, a + b— significa que "n y It pueden encontrarse mática constituyen —coma hemos visto (secciOn 1)— uno
tales que I a+, - 1/k Para cada p". Es evidente de los 'actos" básicos del intuicicnismo.
que mientras a + b implica en general que a b, lo in- Para ci intuicionista, el continuo de nimeros reales no
verso no es cierto. Al matemático ciásico, una matemática es la totalidad completada de puntos sin dimension en una
recta, sino más bien la "posibilidad de una determinaciOn
ra Véasc la prueba de Heyting, op. cit., p. £7. gradual de puntos", esto es, puntos descriptibles en ténxii-
164 LA MATEMATICA COMO ACTVtDAD: EXI'OSICION LA MATEMATICA INTUICIONISTA 165

nos de las nociones de suciOn infinitamente proseguida de .entidades atribuidas, tales como b1 , b2, b 31 ... 1 .. se
y de dispersiOn. La dispersion M es definida par dos leyes designa como tin elernento de la dispersiOn Al —con b.
que Heyting,6 cuya definiciOn sigo casi al pie de la letra, como su comporiente n.ésimo. Dos elementos de dispersio.
designa respectivamente coma "Icy de dispersion A 1" y nes son iguales si sus componentes n-ésimos son iguales, y
"icy corn pensatoria dos dispersiones son iguales si a cada elemento de una de
Una icy de dispersiOn es una regla A que divide las se- ellas puede encontrársele on elemento igual de la otra.
ries finitas de nümeros reales en sucesiones admisibles c Si comprendemos la nociOn de dispersiOn, podemos
inadmisibles, segitn las siguientes cuatro prescripciones, a comprender la nociOn intuicionista del continuo coma una
saber: posibilidad de ciertas construcciones actuales. Considere.
1] Mediante la regla A puede decidirse para todo ná- mos —siguiendo de cerca Ia exposiciOn de Heyting, como
mero natural k si es o no una sucesiOn admisible de un anteriormen te— una enumeraciOn de n ümeros racionales:
miembro. r1 , r fl ,... (esto es, asignemos a cada nümero natural 1, 2,
(La sucesiOn de tin miembro consta de un solo nüme- 3, ... —después de su construcciOn—, un nümero racional,
ro natural y una sucesiOn de n miembros, de n nümeros en una forma que garantice que no se deja de ]ado nümero
tales. La sucesiOn a1 , a9 , a3 se designa como un descen- racional alguno).
diente inmediato de la sucesiOn a.1, a.., y ésta es un ascen- Definimos ahora la dispersion Al, que representa el
diente inmediato de a1, a.,, 173. Y la inisma tenninologla continuo intuicionista, como sigue: su icy de dispersiOn AM
general se emplea en el caso general de a1, a.,,..., a, determina que todo nümero natural forme una sucesiOn ad-
misible de un miembro, y si a1..... a,, es una sucesiOn
an+l ' a1, a,,..., as.)
2] Toda sucesiOn admisible a1, a.......a, a+1 es un admisible, entonces a1, a0,..., a,,, a,, 44 es una sucesión ad-
descendiente inmediato de una sucesiOn admisible a1, a.,, misible si y sOlo si
Ira ia I
3] Si está dada una sucesiOn admisible a1, ..., a,,, la
I "±1 I
I I 2"
regla A nos permite decidir para cada nümero natural k si
a1.....a,,, It es una sucesiOn admisible a nc (ra,, , ra+i son los nümeros racionales que ennuestra enu-
4] Para cada sucesiOn admisible a1, .... a,, puede en-
mcraciOn de nümeros racionales tienen los indices a,, y a +1
contrarse cuando menos un nOmero natural It tal que a1,
respect ivamente) . La icy coin pienzentaria Fx atribuye a
a,,, It sea una sucesiOn admisible.
toda sucesiOn admisible el nümero racional Ta
La icy corn pleinentaria FM de una dispersion M atri-
buye una entidad matemática definida a toda sucesiOn Ii- M engendra asi series infinitamente proseguidas de
nita admisible segün la Icy de dispersion de M. nümeros racionales. Toda sip tal es un elemento de Al y
Consideremos ahora una sucesiOn infinitamente prose- on generador numérico real. En efecto, para cada gene.
guida y sometámosla a la restricciOn de que para toda ii, rador numérico real c puede encontrarse un elemento in
a1, a.2. ... . a,, deba haber una sucesiOn admisible que tie M, tal que c = in. Vale Ia pena insistir una vez más
concuerde con una ley de dispersiOn AM. Esta sucesiOn en que en toda esta cadena de definiciones no hemos supues-
infinitamente proseguida —en abreviatura, sit—. ya no es to en lugar alguno una infinitud realmente dada ni hemos
una sip libre, sino una sip admisible (admisible par AM). abandonado el principio de que sOlo existen entidades
La ley complementaria atribuye a cada sucesiOn admisible cm istru i bi Cs.
a1; a1, a2; a1, a2, a; ... una entidad matemática —atribu- Del mismo modo que la nociOn de dispersiOn no nos
ye, por ejemplo, b1 a a1; b., a a1, a.j .... b,, a a1 , a2, permite suponer una totalidad infinita completa de end-
a,,. Cada una de estas sucesiones infinitamente proseguidas dades matemáticas —siendo, en cierto modo, un conjunto
i66 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA L5GICA INTUICIONISTA 167
en devenir constante pero nunca acabado—, asi la no- Essa claro que la teoria intuicionista de los nOmeros
ciOn de especie (una propiedad matemática) tampoco nos cardinales diferirá grandemente de la teoria clásica. As!,
permite suponer conjuntos realmthte infinitos. Es obvio el requisito de constructibihdad y la concepción intuicio-
que la exclusion de la matemática de la "totalidad infini- nista de la negaciOn, en cuanto requieren juntos estar
ta" implica la prohibiciOn de la propiedades de las tota- respaldados pot la construcciOn real de una contradicciOn,
lidades infinitas. conducen a la negaciOn de que una especie que no es fi-
nita es, en consecuencia, infinita. (La "especie infinita"
La especie es una propiedad de la que se puede supo-
net que las entidades matemáticas la poseen. Después de es aquella que tiene subespecies infinitas enumerables, en
haberse definido una especie S. cualquiera entidad mate- donde "enumerables" significa correspondencia biunfvoca,
mádca que fue definida 0 pudo haberlo sido antes de que construible con Ia especie de los nümeros naturales.)
10 fuera S y satisface la condiciOn de ésta Cs un miembro
de Ia especie.7 Par ejemplo, la propiedad de coincidir con 3] LA L6G1CA INTIJICIONISTA
un generador numérico real es la especie "nümero real".
Importa insistir con Heyting en que la antinomia de La lOgica intuicionista es un registro post facturn de los
circulo vicioso (del conjunto de todos los conjuntos que principios de razonamiento que se han empleado en
no se contienen a si mismos como elementos) no puede las construcciones matemáticas. En tanto que ci logicista
producirse en la matemática intuicionista, porque el intui- formula estos principios para atenerse a ellos, ci intuicio-
nista, en cambio, admite que las futuras construcciones
cionista define la "especie" de sal modo que Anicamente
las entidades definibles independientemente de la defini- matemáticas —nociOn que para él nada tiene de proble-
mática— encarnarán acaso principios no formulados ni pre-
ciOn de cualquiera especie dada pueden ser miembros
vistos hasta ci presente. En tanto que el logicista justifica
de ésta. su matemática mediante una referencia a la lOgica, el in-
La identificaciOn de la existencia intuicionista con la
tuicionista justifica su lOgica mediante un recurso a las
constructibilidad real explica también las diferencias fun-
construcciones matemáticas.
damentales entre la teoria dásica de los conjuntos 0 clases
pot una pane, y la teoria intuicionista de la especie por El intuicionista no se ocupa de la Iógica en general,
sine ünicamente de la logica de la matemática, esto es, de
la otra. As!, por ejemplo mientras "a E 5" significa que a la "lOgica matemática" en el sentido no de una lOgica ge-
es un elemento de S -Si a es definible independientemente neral matematizada, sino de una formulaciOn de los prin-
de 5—, "a 6 5" significa que es imposible que a sea miem- cipios empleados en la actividad de la construcciOn mate-
S
bro de S o, en otros términos, que el supuesto de a 6 mática. Si bien los intuicionistas han producido sistemas
conduce a una contradicciOn. Una vez más, si T es una formales que pueden hacerse y han sido hechos objeto de
subespecie de S (siendo todo miembro de T miembro de investigaciOn matemática, estos sistemas los consideran aqué-
S). 8-7' no es la especie de los miembros de S que no lbs come productos accesorios iingüisticos de la actividad
pueden ser tnienthros de T. En la teoria clásica de los "esencialmente carente de lenguaje" de la matematica, y
conjuntos "T u (5— 7')" significa la clase de todas las en- de valor principalmente pedagOgico.
tidades que son miembros de T 0 de 5— T, o de ambas, Desde un punto de vista puramente formal —esto es,
y esta clase es igual a S. En vista de la definiciOn más aparte de toda interpretación buscada de sfmbolos, fónnu-
fuerte, constructiva, de S - T, la especie T u (S - 7) puede las y regias de transformaciOn—, la lágica intuicionista se
ser igual a 5, pero no necesita serb. (En ci primer caso se presenta como mi subsistema de la lOgica clásica. Esto
dice que 7' es una especie separable de S.) resulta partiqilarmente obvio en ci caso de algunos siste-
mas formales que han sido construidos con el propOsito,
7 Heyting, op. cit., P. 37.
168 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA LOGICA INTUICIONISTA ióg
inter alia, de separar los principios y las. reglas de bile-
P A q (p y q) no puede afirmarse más que si y sOlo si
rencia intuicionista de la clase mãs amplia de principios ambos dejan afirmarse; p V q (p o q), si y sOlo si puede
y reglas que ban sido adoptados por los lógicos clásicos y afirmarse p, o q, o ambos. El significado de "—i
los no intuicionistas. p" se ha
Toda proposiciOn intuicionista p, ocurra en ella o no explicado ya. Vale Ia Pena observar aqul que inclusive la
fuerte negaciOn de la lOgica intuicionista ha sido rechaza-
la negación (intuicionista), es ci registro de una construc- da por algunos intuicionistas como demasiado débil, siendo
don. En los términos de Heyting, dice, en' electo: "He Ia razOn de ello que la prueba dc la imposibilidad de una
efectuado en mi mente una construcciOn A". La negaciOn
construcciOn no les parece equivaler a una construcciOn
intuicionista —i p es asimismo ci registro de una construc- real, la cual, segün un programa más radical, Cs Ia sola
ciOn y asi, por consiguiente, una afirmaciOn. Dice: "He matemática. El intuicionista radical requiere una matemá-
efectuado en mi mente una construcciOn B que deduce tica y una iOgica totalmente exentas de negaciOn. Parece
una contradicciOn del sppuesto de que la construcciOn A estar de acuerdo con ci Fausto, de Goethe, en que "una
fuera lievada a término". La proposiciOn "No he efectua- contradicciOn perfecta es tan misteriosa para los sabios
do una construcciOn,.." carece de interés, tanto para ci como lo es para los necios".
intuicionista como para ci matemático clásico. Pet-c, en La imphcaciOn intuicionista p - q no Cs una funciOn
tanto que ci matemático clásico admite "existe una cons- de verdad. Heyting la interpreta como sigue: P —* q puede
trucción matemática....., inclusive si nadie hasta ci presen- afirmarse si y sOlo si poseemos una construcciOn W Ia cual,
te ha sido capaz de efectuarla, semejante proposiciOnsOlo unida a una construccion que pruebe p (suponiendo que
podria constituir desde ci punto de vista intuicionista una esta ñitima esté efectuada), efectuaria automaticamente una
promesa vacia: tai t'ez un estimulo para la investigaciOn, construcciOn que probara q. 0 bien, segón lo dice de médo
pero no un elemento de la matemática. más conciso: una prueba de p, juntamente con VI, consti-
Si consideramos ci significado intuicionista de p y tuiria una prueba de q. Podemos consignar ahora algunos
podemos ver inmediatamente que, si vamos a considerar teoremas y no-teoremas intuicionistas, anteponiendo el sig-
la matemática, con ci intuicionista, como la ciencia de las no usual de afirmaciOn ,F a los primeros, y ci de 0 a los
construcciones intuitivas, entonces, tomando "—i" en su
segundos. La reflexiOn y ci significado de los simbolos
significado requerido, la proposiciOn (p o p) no es un deberlan justificar en óltima instandia la distinciOn.
principio universalmente válido de la iOgica de la mate-
mática. Por ci significado de los diversos simbolos intui- (i] tp -* -- --ip
* —I —1 -+
cionistas, y por los ejemplos de la secciOn anterior, vemos
que si adoptamos la concepciOn y el programa de Ia ma- [ii] fr(Pq)-q.-p)
tetnática intuicionista no hay absolutamente nada extraflo -
en la lOgica intuicionista. En lo que sigue, vamos a con. frip - --i--, -p
siderar brevemente el vocabulario y algunos teoremas de I- —i - — i p - —i p
la lOgica intuicionista, sin intentar, con todo, una sistema-
tizaciOn rigida de la misma, que seria, en todo caso, ajena (En otros términos: la afirmacion de la imposibilidad de
a su espiritu. p es equivaiente a Ia afirmaciOn de la imposibilidad de la
imposibilidad de la imposibilidad (IC P. Tres negaciones
8 Véase, por ejcrnplo, ci sisteina formal de Klecne en Meta-
intuicionistas pueden contract-se siemprc en una sola.)
mathematics, §§ 19-23, en donde los principios, las reglas de
inherencia y las pruebas intuicionistainente v.liidos se distin-
guen ciaramente de aquellos que solo son válidos desde ci punto
de vista clásico. Véase Heyting, Q. cit., para detailes y referencias.
170 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: EXPOSICION LA LOGICA INTUICIONISTA 171
$ivi •pv -ip nuevamente ci significado de algunos de los términos cave
V -p) intuicionistas y algunos de los teoremas y no-teoremas.
N /vq)-'pAiq Si P(x) a un predicado de una variable que se extien-
(p A q) -* —i p V —i q de sobre una determinacla especie maternática a, entonces:
En el sistema formal de Heyting, q -+ (p -> q) es un "(x) P(x)" significa que poseemos un mCtodo general
axioma, y da razones 10 del porque Jo considera come in- de construcción tal que, si se escoge un elernento cuaIquie-
tuitivamente claro. Podemos observar, en este punto, que ra a de a, da la construcciOn P(a), y
cuando menos un intuicionista o cuasi-intuicionista niega "(ax) P(x)" significa que, en relaciOn con algün dc-
claridad intuitiva a esta proposiciôn. Semejante discrepan- mento particular a dc a, se ha construido efectivamente
cia a propOsito de la naturaleza de la intuición es filosO- P(a). Con fundamento en estas definiciones, las formulas
ficamente importante, y habremos de ocuparnos de ella en siguientes se revelan como teoremas o no-teoremas respec-
ci próximo capitulo. tivamente,
Al desarrollar la teoria usual de la cuantificaciOn, cons- [vi] ,b (x) P(x) -> -, (ax) n P)
tituye una consideración heuristica til, segón vimos, ver * -i (ax) -,
P(x) - (x) P(x)
en ci cuantificador universal una especie de conjunción, [vii] f (ax) P(x) -1 (x) 1 P(x)
y en ci cuantificador existencial una especie de signo de * (x) -iP(x) - (ax) P(x)
alternación. Si los miembros de la conjunción o la alter- [viii] f (ax) -i P(x) - —i (x) P(x)
nación son finitos en nümero, los cuantificadores no son * -1 (x) P(x) -+ (ax) P(x)
más que expedientes abreviados para. Ia formulación de [ix] t (x) -, P(x) (ax) P(x)
proposiciones funcionales de verdad. Si se efectüa la tran- [x] fr (ax) -iP(x) -* (x) ,
sición a conjunciones y alternaciones infinitas, entonces
la analogia entre proposiciones universal o existencial- Estas secciones acerca de la lOgica y Ia matemática in-
mente cuantificadas, per una pane, y las conjunciones y tuicionista son esquemáticas e incompletas, por supuesto.
alternaciones por la otra, aunque resulte ütil en algunos En el mejor de los casos sOlo podrán dar una idea del
casos, podrá 5cr, con todo, muy engaflosa. Porquc es el espiritu de la matcmática intuicionista. A las personas que
case que una "conjunción infinita" o una "alternacion les interese establecer un contacto más directo con su sus-
infinita" son totalmente distintas, inclusive en la teori a tancia se les recomienda estudiar a fondo la obra de Heyt-
usual, de una conjunciOn o una alternacion finitas. (yea- ing y referirse a su (extens-a) bibliografia. Per lo que se
se p. 55.) refiere a Ia relación entre el formalismo y ci intuicionismo
Al desarrollar la teoda intuicionista de la cuantifica- desde el punto de vista de la logica y de la matemática,
ción, la derivaciOii heuristica de principios de cuantifica- los lectores encontrarán la mayoria de los resultados dis-
ción a partir del cálculo proposicional ha de emplearse ponibles en Metamathematics, de Kleene.
con mayor cuidado todavia. Ha de verificarse constante-
mente a la luz del principio de que la existencia mate-
mática es, desde ci punto de vista intuicionista, construc-
tibilidad real, asi como con referencia a las nociones
particulares de sucesiones infinitamente proseguidas y de
dispersiones, nociones, ambas, que encarnan la concepción
intuicionista de infinitud potencial. Podemos consignar
10 O. cit., P. 102.
CAPITULO SEPTIMO TEOREMAS MATEMATICOS 173
LA MATEMATICA COMO LA ACTIVIDAD DE LAS "analiticas", sino "sintéticas". Las construcciones del for-
CONSTRUCCJONES INTUITIVAS: CRITICA malista se efectüan, o pueden efeotuarse, en ci mundp
fisico, y las del intuicionista en la mente, esto es, en un
medio distinto de la percepción sensible y abierto ünica-
mente a la introspección. Las proposiciones del forma-
lista son sintéticas y empiricas, y las del intuicionista son
sintéticas y no empiricas, esto Cs, a priori.
Para ci intuicionista, toda proposición matemática ver-
Dc acuerdo con el plan de este ensayo hemos de examinar dadera se deja justificar per medio de una construccion
ahora la filosofia intuicionista de la matemática pura y que: I] es una experiencia evidente en si misma, y 21 no
aplicada, asi coma su teoria distintiva de la infinitud ma- es una percepción externa. Está ligado, pues, profunda-
temática. Es el caso, sin embargo, que los intuicionistas mente a antiguas dactrinas filosoficas, aun cuando no de-
modernos ban prestado al problema del carácter de la ma- see discutirlas. La teoria intuicionista de la verdad mate-
temática aplicada menos atención todavia que los logicos mática come validada par experiencias evidentes en si
y los formalistas. Dc hecho, su filosofia de la matemática mismas es una versiOn restringida de la teoria general
aplicada Cs alga que debemos conjeturar en gran pane, cartesiana de la verdad, teoria cuya forma más plausible
constituyendo la base para la conjetura, principalmente: y madura seth tal vez la que Ic ha sido dada por Franz
1] ciertas obsen'aciones de Brouwer y Weyl (de Brouwer Brentano.' Por supuesto, la teoria de las construcciones
acerca de la afinidad de su filosofia con la de Kant, y de intuitivas, no-perceptivas, se remonta a Kant.
Weyl acerca de la re!aciOn entre la matemática intuicio- Si una experiencia evidente en si (o un tipo de expe-
nista y las ciencias naturales), y 2] la presunción razonable riencia) ha de validar cualquier enunciado perteneciente a
de que la filosofia intuicionista de la matemática aplicada una ciencia püblica, ha de ser intersubjetiva. Ha de ser
y su filosofia de la matemática pura son congruentes una susceptible de ser experimentada per todo el mundo, cuan-
con otra. Estas teorlas se tratarán en ci orden indicado. do menos en condiciones adecuadas. Las experiencias pri-
Una sección final seflalará algunas indicaciones de nue- vadas, como aquellas de las que hablan los misticos, no
vos desarrollos derivados sobre todo del choque fecundo pueden validar una teoria cientifica, ni siquiera si son
entre los puntos de vista formalista e intuicionista. Si evidentes en si. Además, Ia evidencia inmediata de una
bien es de carácter expositivo, esta sección queda mejor, experiencia ha de ser intrinseca a esta o inseparable de
con todo, al final de nuestro examen del formalismo y del ella. La persona que experimente Ia experiencia ha de re-
conocerla eo ipso, sin el empleo de criteria alguno, como
intuicionismo cual puntos de vista separados.
inmediatamente evidente. Esto implica —segün lo vio Bren-
tano y no siempre Descartes— que postular algo por el
I] LOS ThOREMAS MATEMATICOS COMO INFORMES DE C0N5TRUC- estilo de un "critex-io" de autoevidencia es o redundante
ClONES INTUITIVAS o falaz.
En dean, si una experiencia se reconoce como eviden-
Vimos que ci metamatemático formalista y el matemático
te en si misma al vivirla, no se necesita criterio alguno, y
intuicionista pretenden lo mismo, esto es, que sus propo-
si una experiencia presuntamente autoevidente no se re-
siciones no son proposiciones de la Iógica. Son, en efecto,
conoce como tal al vivirla, entonces no es inmediatamente
acerca de una materia de estudio que primero se produce
evidente. Asi, pues, Ia "claridad y distinción" constituye
(construye) y luego se describe. Par consiguiente, no son
[172] I Véase, por ejemplo, Wahrheit und Euidenz, Leipzig, 1930.
1 74 LA MATEMATICA COMO ACTIV1DAD; CRITICA TEOREMAS MATEMATICOS 175
un elemento congénito de la "autoevidencia", y no es el psicólogos introspectivos y los matemáticos intuicionistas
nombre de tin criteria de evidencia inmediata. En todo pretenderian haber recoiocido y corregido errores pro-
caso, los intuicionistas consideran las construcciones mate- pios, y no meramente de descripcion. Una ciencia en la
máticas coma experiencias intersubjetivas, y su evidencia que no puedan comeerse errores y en la que tbdas Ins
inmediata coma intrinseca. discrepancias sean Iinguisticas podrá no set acaso incan-
Sin embargo, si bien no hay un criterio para la pre- cebibie, pero es sumamente improbable. Tendremos oca-
sencia de la autoevidencia, si lo hay, en cambio, de su sión, muy en breve, de examinar aigunas discrepancias en-
ausencia. En efecto, si dos relatos acerca de la misma ex- tre intuicionistas, y veremos que no son consideradas, ni
periencia intersubjetiva, linguIsticamente correctos ambos, pot los contraopinantes mismos, coma meramente hngUis-
son incompatibles, entonces la experiencia no puede set ticas.
autoevidente, sea lo que fuere to que la "autoevidencia" Las discrepancias en los relatos a propOsito de una y
pueda significar. Porque, toda vez que un relato linguis- la misma experiencia pueden referirse a su contenido a
ticamente correcto de urn experiencia evidente en 51 misma simplemente a su evidencia inmediata. Las dos clases de
es necesariamente cierto, segün la teorla, y toda vez que discrepancia son igualmente fatales al postulaclo en favor
dos relatos linguIsticamente correctos que sean incompati- de la experiencia misma, en el sentido de que es autoevi-
bles no pueden set verdaderos los dos, siguese que la expe- dente. Para ilustrar la primera clase, podrá acurrir acaso
riencia relatada no puede ser autoevidente. que, después de atravesar la experiencia de percibir cierta
Contra ci punto de vista de que es posibie que dos data, dos psicólagos introspectivos a "fenomenOiogos" in-
relatos correctos de Ia misma experiencia scan incompati- formen diversamente a su propósito, esto es, le atribuyan
bles cabri a formular dos objeciones: primera, que nunca caracteristicas que sean incompatibles entre si. En tal caso,
pueden dos personas vivir la misma experiencia y, en se- le falta a la experiencia inclusive un contenido claramente
gundo lugar, que un relato linguisticamente correcto de delimitado. Y par Ia que se refiere a la segunda clase de
una experiencia no puede ser materialmente falso. Las discrepancia, de dos personas que atraviesen la misma ex-
dos objeciones no carecen ciertamente de sensatez, pero periencia una podrá introspectarla acaso coma autoevi-
ninguna de elias puede fonnularse desde ci punto de vista dente, y la otra, en cambio, no. Me limitare, par mi pane,
de una teoria de Ia autoevidencia, ya sea de la verdad en a recurrir ünicamente a discrepancias de esta segunda clase,
general o de la verdad matemática en particular esto es, a discrepancias acerca de la presunta evidencia
Si nunca dos personas pueden vivir la misma experien- directa de determinadas experiencias.
cia, entonces, al no ser intersubjetiva, Ia experiencia no El edificia filosofico cartesiano consta de informes de
puede validar las proposiciones intersubjetivas de cualquier experiencias presuntamente autaevidentes, o de proposicio-
ciencia que sea. Pot ejemplo, no puede haber ciencia in- nes derivadas de las mismas pot medio de inferencias pre-
tersubjetiva alguna de la psicologia introspectiva, ni cien- suntamente autaevidentes. No cabe duda alguna de que
cia intersubjetiva alguna de la matemática en cuanto rela- las informes de Descartes a propósito de experiencias auto-
tiva a construcciones intuitivas. evidentes son incompatibles con atros informes de las
Par otra parte, si algán relato linguisticamente correcto "mismas" experiencias. En efecto, solo necesitamos vivir
de una experiencia pudiera set falso, entonces los psicó- las experiencias a las que se refiere en algunos de sus ar-
logos introspectivos y los matemáticos intuicionistas no gumentas tealOgicos y fisicos y comparar nuestras descrip:
podrian cameter más errores que los linguisticos. Y sin ciones con las suyas para percatarnos de que ni éstas ni
embargo, tanto las psicólogas introspectivos como los ma- las nuestras son evidentes en si mismas. El argumento
temáticos intuicionistas admiten la posibilidad de errores de las desctipciones contradictarias a propOsito de una
que no son Iingulsticos. Ha de haber casos en que los
misma experiencia resulta desastroso para el cartesianismo.
176 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITJCA
TEOREMAS MATEMATICOS 177
Ahora bien, puede volverse el argumento contra aque-
has experiencias autoevidentes de las que se supone que de diversos matemátjcos intuicionistas, a propOsito de esta
clase de experiencia, resulta que ninguna experiencia cx-
validan las proposiciones a priori sintéticas del intuicio-
Ilismo? Que si puede resulta dare si reflexionamos sobre presable ónicamente pot medio de una negacion intuicio-
nista puede ser autoevidente, y ningñn relato al respecto
el tratamiento intuicionista de la negacion. Heyting, segán
puede ser mi teorema, en el sentido intuicionista, esto Cs,
tuvimos ya ocasi6n de observarlo, ha descrito la situacjOn
en el sentido en que un teorema es un informe de una
con su iucidez habitual. Sin embargo, hay una dificultad
construcción autoevidente. Lo que se aplica a relatos de
que Heyting no considera: Ia grave dificultad que surge ha forma "-i p" se aplica asimismo a informes de la forma
351 Para la filosofia intuicionista de la matemática.
"-1 i p", toda vez que -,
Consideremos la proposición "un circulo cuadrado no —'/i no implica p.
El argumento de los relatos contradictorios acerca de
puede existir". Es una proposición que Brouwer y Heyt-
ing 2 admiten como teorema. Ha de ser, por consiguiente, experiencias presuntamente autoevidentes ho utilizan los
intuicionistas mismos contra ci postulado kantiano de que
una descripción linguIsticamente correcta de una experien-
los teoremas de Ia geometria euclidiana son proposiciones
cia intersubjetiva autoevidente. Brouwer ha describe como sintéticas a priori, puesto que son informes de construc-
una construccion que consiste en suponer prirnero que ciones evidentes en si mismas en el medio intuitivo del
hemos construido un cuadrado que es al propio tiemp
espacio como tal, esto es, en ci espacio vaciado de todo
un circulo, y en derivar luego una contradicciOn del su
contenido sensible. Esto, Brouwer lo rechaza. Pero acep-
puesto en cuestion. Sin embargo, una construccion su ta, en cambio, el postulado de Kant segün el cual los tea-
puesta, y a mayor abundamiento una que es irrealizable, e.
remas de ha aritmética elemental son expresión de cons-
algo totalmente distinto de una construcción real. Y s trucciones autoevidentes en el tiempo. Lo que para él
bien Brouwer describe Ia autoevidencia de la experienci2 descarta el carácter sintético a priori de ha geometria
que empieza por suponer la construccion irrealizable, nc euclidiana no es la posibilidad iógica de construir geome-
debe maravillarnos, con todo que otros describan ha expe trias no.euchidianas, posibilidad de la cual el propio Kant
riencia como no autoevidente. Y algunos intuicionistas in
se daba cuenta, sino la discutiblc autoevidencia de unas
clusive sostienen que un supuesto irrealizable no tiene pan construcciones que respaldan presuntamente la geometria
ellos "sentido claro alguno". Asi, pues, que la construccior euclidiana y ninguna otra. Es posible que el descubrimien-
no es evidente pot si misma lo prueba el argumento dc to de geometrias no-euclidiarias haya sido una de las cau-
las descripciones contradictorias; y una descripcion quc sas que condujeron a Ia negación de esta autoevidencia,
no es la descripcion de una construcciOn inmediatamentc Pero es Jo dierto, con todo, que en si mismo no ha im-
evidente no es, por definición, un teorema intuicionista plicaba.
de matemática.
El papel del argumento de los informes contradictorios
Lo propio se aplica a todos los relatos en los que ocu• a propésito de construcciones presuntamente autoevidentes
rre la negación intuicionista. Porque Cs el caso, segün es similar, -en cuanto socava la seguridad de la maternática
vimos anteriormente, que p registra, en las palabras de intuicionista, al que desempeflaron las antinomias en el
Heyting, ha experiencia "de haber efectuado en nuestra debilitamiento de ha seguridad de la teoria "ingenua" de
mente una construcción B, que deduce una contradicción los conjuntos y, por consiguiente, de ha matemática clásica.
del supuesto de que ha tonstrucción A hubiera sido Ilevada Por In que se refiere a las antinomias, ha principal difi-
a buen fin".3 Toda vez que hay relatos contradictorios, cultad está no tanto en que ocürran, sino en que nunca
podamos saber a ciencia cierta cuándo y dOnde volverán
2 0/i. cit., P. 120.
a aparecer. (Véase p. 79.) Y en forma análoga, la prin-
a op. cit., P. 19.
cipal dificultad ocasionada por el argumento de los infor-
178 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA TEOREMAS MATEMATICOS
179
meg contradictorios no es que haya sido aplicado con éxito, Semejante seguridad no podria lograrse, a menos que se
por ejemplo, en ci caso de las negaciones y las dobles dejara delimitar una clase segura de construcciones. Pero
negaciones intuicionistas, juntamente con las construcciones esto requeriri a un criterio positivo de autoevidencia, y a-i-
por ellas expresadas. Es, antes bien, que no podemos sa- terio tal no puede haberlo. En efecto, lo autoevidente es
ber nunca cuándo y cómo voiverán a golpear. Y la ana- aquello que ni necesita una prueba ulterior iii tampoco
logia adquiere un peso complementario del hecho de que Ia admite.
uno de los objetivos y postulados del intuicionismo es ci La lOgica de Ia matemática ex post facto, que no pre-
de desterrar de la matemática a la inseguridad. supusiera construcciones irrealizables, seria una sedicente
Cabria objetar que nuestro argumento contra la con- lOgica "positiva", una lOgica sin negaciOn, pot ejemplo, el
cepción intuicionista de la matcmática ha sido "puramente subsistema apropiado de Principia Mathematica. Sin em-
filoséfico", y que no es más que una variante del argu- bargo, definir como admisibles ünicamente aquellas cons-
mento bien conocido contra la teoria brentano-cartesiana trucciones que son conformes a una lOgica positiva no Ic
del conocimiento, que analiza la verdad en términos de estaria dado al intuicionista. Para él, en efecto, la lOgica
experiencias inmediatamente evidentes. Y esto es efectiva- de la matemática la validan las construcciones matemátjcas
mente asi. Pero es lo cierto que un argumento no se vuelve autoevidentes, y no son éstas las que validan a aquélla.
en nada peor por ci hecho de que se le ponga un mal V es que Para aquél Ia matemática es una acrividad no solo
nombre. "carente de lenguaje", sino también "carente de lOgica".
Cabria seflalar que podria practicarse en la posiciOn Podri a acaso parecer posible discernir dentro del in-
intuicionista un ligero cambio que la hiciera invulnerable tuicionismo un nücleo duro de construcciones que pueden
al argumento de los informes contradictorios, cambio que lievarse efectivamente a cabo sobre objetos perceptivos.
preservarla la matemática intuicionista al precio de sacri- En tal caso, los informes a propOsito de éstos sedan teo-
ficar su filosofia de la matemática. Todo lo que necesita- remas- de una matemática estrictamente finitista.4 Pero
mos hacer, podrá sugerirse, Cs concentrarnos en los for- aqul nos topamos con otra dificultad, esto es, que las cons-
malismos intuicionistas construidos hasta ci presente, des- trucciones autoevidentes tienen lugar en la intuiciOn, y no
arrollarlos más y demostrar su congruencia. El plan está en Ia percepciOn sensible.
en concentrarse en los informes y en su congruencia lOgica Una intuiciOn no-sensible. como una experiencia autc
mutua, y en olvidar que hablan de ser informes de cons- evidente, constituye una nociOn filosOfica dificil. Si bien
trucciones. autoevidentes. Esto equivaldria a considerar a se pretende que las construcciones intuitivas son autoevi-
los intuicionistas como formalistas interesados en formalis- dentes, la existencia de intuiciones no-sensibles no es, con
mos de otra clase que los de los hibertianos. Es un plan todo, incontrovertida en mode alguno. E'sto puede verse
que podria seguirse y se ha seguido. Sin embargo, para considerando la doctrina kantiana del carácter sintético a
ci intuicionista significa su conversiOn a! formalismo. El priori de la geometria euclidiana, que los intuicionistas
cambio que se le invita a practicar es fundamental. Es discuten. (Véase cap. r, secciOn 4). No nos interesa tanto
incompatible con su punto de vista de que la matemática aqui el argumento de Kant —de aquellos juicios no-diccur-
es una actividad, carente de lenguaje, de construcciones sivos sintdticos a priori que se supone que formamos habi-
autoevidentes. - tualmente, a su fundamento en una pura intuiciOn dc es-
Si restringiéramos las construcciones matemáticas a las 4 Véase tin examen dc la relacion ctitre ci
que pueden registrarse sin ci empleo de la negaciOn y la inttIiciotusmo
y algunas variantes rnás o menos cstrictas de finitisino, por
doble negaciOn intuicionistas, la matemática intuicionista
ejemplo, en G. Kreisel, "Wittgenstein's Remarks on the Founda-
se verla grandemente empobrecida, sin estar siquiera ase- tions of Mathcma:1cs", especiaimont seccitfl 6, British Journal
gurada contra la posibilidad dc informes contradictorios. for the Philosophy of Science, 1958, vol. x, no. 34-
INTUICIONISMo
180 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA
pado— como las propiedades que la pura intuiciOn en tiano de que hay una intuiciOn espacial autoevidente, ni-
cuestión ha da poseer para no ser vacua. tida y restrictiva, que es la sola que haria de la geometrfa
Que las construcciones autoevidentes deban ser pcxsibles euclidiana un cuerpo de proposiciones a priori y sintéticas
ünicas. (El propio Kant se preocupaba más de mostrar ci
en ella es Ia caracterIstica más importante que la intuición
carácter sintético y a priori de los axiomas y los teoremas
se supone poseer. Sin embargo, hay otras dos caracterIs-
ticas que la intuiciOn ha de tener, si es que ha de cumplir matemáticos que su carácter ünico, carácter, este ültimo,
su funciOn como fundamento de "la posibilidad" de la que propendia a considerar come natural.) Pero Ia intui-
geometria euclidiana, a saber: precision y carácter ñnico. dOn temporal que suponen es asimismo autoevidente, pre-
Por precisiOn quiero decir que los objetos de las cons- cisa y ánica, en ci sentido de que solamente los objetos
trucciones geométricas han de ser casos de conceptos exac- que son casos de los conceptos exactos de Ia matemática
tos, esto es, de conceptos que no tienen casos limite. Los intuicionista son construibles en Ia intuiciOn temporal,
conceptos de los objetos perceptivos son inexactos. In- siendo los objetos de otros sistemas matemáticos meros
postulados, de cuya posibilidad lOgica hay que desconfiar
clusive si un objeto es un case claro de una "elipse visual",
inclusive alli donde no se la puede negar de plane.
pongamos por caso, este concepto, a diferencia de la "elip-
se geométrica" tiene casos limite. Esta diferencia (entre La explicaciOn intuicionista de los teoremas de la ma-
conceptos matemáticos exactos y conceptos empiricos in- temática come iiiformes de construcciones autoevidentes,
exactos correspondientes) que ci logicismo y ci formalismo sean éstas las que fueren, se apoya en ültima instancia
ignoran, por cuanto juntan conceptos exactos e inexactos, en una concepciOn autoevidente de la verdad matemática.
se ha examinado ya en los capitulos en los que se hace En vista de las graves incursiones que los argumentos de
la critica de esas posiciones. Abora, en cambio, la intuiciOn informes contradictorios han efectuado en la teorla kan-
pura kantiana del espacio es la intuiciOn de cases de con- tiana de una pura intuiciOn del espacio y el tiempo y en
la teoria moderna de las construcciones intuitivas —inclui-
ceptos exactos, per ejemplo, "punto euclidiano", "lfnea
euclidiana", etc. En cierto mode, ella hace a dichos obje- das, en particular, construcciones "supuestas Pero irrealiza-
tos disponibles, puesto que no están disponibles en la per- bles"—, el intuicionismo moderno no puede considerarse
cepciOn sensible. (Vease cap. viii, en donde el tema se tra- come una filosofla satisfactoria de la matemática pun.
tará sistematicamente.) Sin embargo, el intuicionismo está libre por complete
La nitidez de la intuiciOn espacial —la provisiOn de oh- de la confluencia de conceptos perceptivos y matemáticos
Jews para los conceptos exactos de la geometria euclidia- come la que encontramos en la teed a formalista de la
na— no es suficiente para el propio propOsito de Kant, matemática pura y en la teed a logicista (rudimentaria) de
que era el de mostrar que la geometria de Euclides es la la matemática aplicada. Y tampoco esta expuesto a las
objeciones formuladas contra el postulado logicista de que
(mica geometria cuyos axiomas y teoremas son sintéticos
priori. Para este propOsito la intuiciOn espacial ha de la matemática se pueda reducir a la lOgica, postulado
ser restrictiva, tanto en cuanto es un lugar de almacena- que sOlo puede abonarse definiendo primero a la lOgica
miento en el que los objetos se reconocen, come en wan- come la que contiene aquellos conceptos, proposiciones
to es un lugar de manufactura en el que los objetos se y reglas de inferencia que se necesitan para deducir la
construyen. Ha de ser tan restrictiva que solamente sean matemática, tal como Ia conocemos.
euclidianos los objetos encontrados o construidos en ella.
Porque ünicamente asi puede aislarse la geometria eucli- 21 EL INTUICIONISMO Y LA CONDICION LOGICA DE LA MATE-
diana, de entre todas las otras geometdas posibles, como MATICA APLICADA
(a geometria real.
Los intuicionistas modernos rechazan el postulado kan- Segün las teorias del tipo Frege-Russell, la percepciOn y
182 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA INTUICIONISMO 18
la matemática están enlazadas en ültima instancia median- modar esta disciplina entre las ciencias a priori) más aIM
te su defjnjcjon del nOmero natural como una clasé de de lo que se admite como intuitivo en la primera Grltica.7
dases cuyos elementos son objetos de cualquier género y Si la aritmética y la geometrIa constan de informes de
en particular, por consiguiente, también objetos percep- construcciones autoevidentes en ci tiempo y el espacto, la
tivos. Por otra parte, segñn Hubert y sus discfpulos, hay fisica teOrica ha de constar de informes de intuiciones
una conexión inmediata entre la matemáfica y la percep- igualmente autoevidentes relativas al movimiento en el es-
dOn. En su opiniOn, la matemática es una determinada pacio y el tiempo. Afladiendo el movimiento a la estruc-
actividad regiamentada de manipular objetos perceptivos tura espacio-tiernpo, como algo en lo que también nos-
muy simples, y la rnetamatemática es la teoria de esta ma- otros podemos tener intuiciones autoevidentes, se ha ope-
nipulaciOn. He sostenido, por ml parte, que en relaciOn rado la transiciOn de la matemática pura a la aplicada, y
con cada una de ests teorlas se plantea un problema es- se trata de una transiciOn que, segñn Kant, permanece en
pecial sobre la naturaleza de la matemática aplicada. Se el campo del conocimiento a priori. (Cabria objetar que el
piantea con especial urgencia en relaciOn con ci intuicio- movimiento presupone la materia y que la "materia" es
nismo, a causa dc la estricta separaciOn que efectüan los un concepto empirico. No hay necesidad alguna, con todo,
intuicionistas entre la intuición y la percepciOn. de entrar en cuestiones de exegesis.)
La filosof ía intuicionista de la matemática pura deja En todo caso, Kant distingue entre "ciencias naturales
margen para cualquiera de las dos amplias concd'pciones puras", como la fisica teOrica, que soiamente es posible
de la matemática aplicada, a saber: por una parte, para "mediante la matemática", y un "arte sistematicd o una
la concepciOn de que In matemática aplicada debe absor- doctrina experimental", como la qulmica de sus dias, que
berse en Ia pura, toda vez que los teoremas de las dos "no contenia ley alguna que hiciera posible representar el
ciencias ban de tomarse como informes de construcciones movimiento de las partes quimicas y sus consecuencias, a
intuitivas autoevidentes; y por otra parte para la concep- priori e intuitivamente, en el espacio".8 La matemática
dOn de que la matemática aplicada es una "matemática" aplicada o, lo que para el es equivalente, las ciencias na-
"impura", empirica y falsilicable, cuyos teoremas no son turales a priori, son in aplicaciOn (o bien, segün podria
en absoluto ni informes de intuiciones autoevidentes ni decirse tambiCn, la extension) de la matemática pura —ark-
construcciones. Ambas concepciones merecen considerarse. mCtica y geometria— a la materia en cuanto capaz de mo-
La primera se remonta a Kant y está desarroilada con con- vimiento. Esta extensiOn conduce, sostiene Cl, a la fisica
siderable detalle por 0 en sus Principios metafisicos de las a priori o racional cuyas ramas son la foronomia, la dma-
ciencias naturales j5 y la segunda está expresada en breve mica, la mecánica y Ia fenomenologIaP En el sentido de
sugestiOn —casi como una reflexiOn tardla— pot Hermann estas breves observaciones ha de comprenderse la concep-
Weyl, en su Philosophy of Mathematics and Natural ciOn de Kant de la matemática aplicada como una ciencia
Science.6 natural racional; y en el mismo sentido hemos de enten-
Un esbozo de la filosoffa kantiana de Ia matemática der su enunciado a menuclo citado de que "una teorla de
pura y aplicada, tal como se la encuentra en La critica la naturaleza sOlo habrá de comprender ciencia propia
de la razdn pura, se dio en el capitulo introductorio. En en la medida en que la matemática se deja aplicar en
su obra posterior sobre in fisica teOrica, Kant parece haber ella".10
extendido ci alcance de Ia intuiciOn (con objeto de aco- Es importante subrayar que Kant no considera Ia dma-
I VCase, por ejemplo, su nota a, p• 482, op. cit.
Metaphysisclze Anfangsgrunde der Naturwissenschaft, ed.
5 S O. cit., P. 471.
acad., vol. . 9 Op. cit., P. 477.
6 Princeton, 1949, apéndice A. 0 0/). cit., P. 470.
184 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA INTUICIONISMO- 185
mica racional, por ejemplo, como una meramente de las inclusive en el sistema de Hilbert'. La alternativa Ic pa-
muchas teorias alternativas cencebibles, sino como parte rece encontrarse en Ia obra de los fisicos teOricos angina-
de aquella ciencia natural que es sintética y a priori, esto les. "iCuánto mis convincentes y vecinos de los hechos
es, que es verdad del mundo e independiente de Ia expe- son los argumentos heunisticos y las construcciones siste-
riencia de los sentidos. La experiencia sensible no es en máticas subsiguientes en Ia tear! a de Ia relatividad gene-
wodo alguno, en esta visiOn, Ia razOn de nuestro conoci- ral de Einstein, o en Ia mecánica cuántica de Heisenberg-
miento de Ia dinámica racional, sino simplemente Ia oca- Schrodingenl Una matemática verdaderamente realista
sión de adquirirlo. Del mismo modo exactamente como el deberla concebirse en concordancia con Ia fisica, coma rama
nifio aprende que una determinada respuesta a una deter- de Ia construcciOn teórica del ánico mundo real, y debenl a
minada suma es correcta en ocasiOn de experimentar con adoptar Ia misma actitud sobria y precavida hacia las am-
las cuentas de un Abaco, asi adquiriO Galileo ci conoci- pliaciones hipotéticas de sus fundamentos que se aprecia
miento de Ia ley de Ia calda libre de los cuerpos, en oca- en Ia fIsica." Ii
siOn de sus experimentos en Pisa. El pensamiento de Weyl a propOsito de Ia matematica
Semejante concepciOn de Ia matcmática aplicada po- aplicada, y en particular de Ia fisica teOrica, puede corn-
dra ser plausible en un momenta en que sOlo existe un prenderse como una modificaciOn de la concepciOn de
sistema de dinámica racional. El hecho de que no haya Kant, un informe acerca del movimiento en ci espacio y
mis que uno explica hasta elena punto Ia idea de que postulado que considera que puede seguir manteniéndose
sOlo podia haber uno. Y efectivamente, Ia convicciOn de en relaciOn con Ia matemática intuicionista. En opinion
que Ia dinámica newtoniana era Ia sola dinámica posible de Weyl, Ia dinámica de Newton no es, coma Ia creyera
estuvo muy exteridida entre los fisicos par mis de den Kant, un informe acerca del movimiento en ci espacio y
afios o, para ser exactos, par ciento y un alias despues de ci tiempo, a una descripcidn del mismo, en tanto caractenis-
Ia muerte de Kant. Toda vez que el mao reconocimiento tica invariante de nuestra experiencia del mundo, sino mis
de que Ia teorla especial de Ia relatividad podrIa ser cier- bien una reconstrucciOn racional suya.
ta, y Ia fisica de Newton falsa, hace imposible considerar Sin embargo, semejante recontrucciOn no está meramen-
las proposiciones de esta ültima como informes autoevi- te ocasionada, para Weyl, par Ia experiencia sensible en ci
dentes de construcciones en los que Ia matemática pun experimento y Ia observaciOn fisica particulates, sino que
se "aplica" a Ia materia, entendida como aquello que es ha de estar de acuerdo con aquélla. Y es siempre provisio-
capaz de movimiento. nal. Depende de Ia fisica experimental, que implica Ia
Nos volvemos ahora hacia Ia explicaciOn sugerida par posibilidad, siempre presente, de la apaniciOn de nuevo
uno de los grandes matemáticos y fisicos teOricos de nues- material empinico. Este hace que Ia reconstrucciOn racional
tro tiempo, Hermann Weyl. Pese a que fuera él mismo que parecla concordar con Ia experiencia resulte ahora en
autor de un sisema "semi-intuicionista", prefiriO el siste- discrepancia con ella.
ma pienamente intuicionista de Brouwer al suyo, par con- La fisica newtoniana, pues, pared a concordar con Ia
siderar que éste hacia mis justicia a lo que Ia matemática experiencia, pero resultO que concardaba menos con ella
pura es a deberia ser. (Que mm teorla de Ia matemáti- que Ia fisica de Ia relatividad y Ia fisica cuántica.
ca pura deberla ser intuicionista se sigue de Ia posiciOn dQué significa, necesitamas preguntar, decir que una
filosOfica general de Weyl, que es muy parecida a Ia de construcciOn racional concuerda con Ia experiencia? Weyl
Brouwer.) no lo explica, y parecerl a equivacado pedir una explica-
La matemática intuicionista es demasiado restringida, chin demasiada detallada, Si toda Ia que se expane es un
en opiniOn de Weyl, para adaptarse a Ia fisica teOrica. Le
"estorba el alto grado de arbitrariedad que implica... Ii Op. cit., p. 235.
185 LA MATEMATICA COMO ACTIVJDAD: CRITICA CONCEPCION INTUICIONISTA DEL INFJNITO 187
obiter dictum. Sin embargo, la concordancia —para servir- teristicas matemáticas (exactas), también él deja el proble-
nos de una expresiOn favorita de Weyl.— que requerimos ma filosófico de la matemática aplicada, a cuyo cuerpo
deba existir entre una reconstrucciOn racional y la expe- tanto ha contribuido, prácticamcnte en el lugar en que lo
riencia reconstruida es distinta de Ia que pedimos que encontr6.
exista entre una generalización empirica y la experiencia Cabria objetar que los fisicos teóricos resuelven ci pro.
generalizada. Una Icy empirica de Ia naturaleza —por ejem- blema de la matemática aplicada ambulando —esto Cs, cons-
plo, una proposición general acerca de la caida libre de truyendo sus teorias y haciéndoias cada vez más eficaces. Es
los cuerpos— ha de implicar ldgicatnente toda proposición el caso, sin embargo, que ningün reconocimienlo de este
particular que confirme Ia Icy general. En cambio, una hecho obvio, ni mera apreciacion alguna de la obra de los
icy de la naturaleza expresada "racional" o matemáticamen- fisicos, podrá remplazar la comprensión de Ia estructura de
te, no puede implicar lógicamente los hechos experimenta- la matemática aplicada.
les con los que concuerda. Y efectivamente, Ia Icy de la
caida libre, de Galileo, es un enunciado a propósito de
3] LA CONCEPCIÔN INTUICIONISTA DEL INFINITO MATEMATICO
particulas materiales, pero no acerca de cuerpos fisicos, y
Ia icy einsteiniana correspondiente lo es de campos mt- Al examinar Ia conccpción del infinite de Hilbert, distin-
tricos. guimos tres posiciones filosoficas, a saber: ci finitismo, el
Las reconstrucciones racionales están formuladas en tér- transfinitismo y el transfinitismo metodológico. El intuicio-
minos de conceptos exactos que no admiten casos-limite, nisrno es un finitismo moderado, el cual, si bien repudia la
en tanto que las generalizaciones empiricas a propósito del nocion de los infinitos reales, confierc "realidad c inteligi-
comportamiento de los cuerpos fisicos, tanto en el labora- bilidad", con todo, a Ia noción de sucesiones potencialmente
torio como fuera de el, están formuladas en términos de infinitas, esto es, susceptibles dc proseguirse indefinidamen-
conceptos inexactos. En efecto, los conceptos "intervalo te y siempre incomplctas. Vimos que cada una de estas
de tiempo perceptive". "intervalo de espacio perceptivo" y posiciones podia considerarse ya sea come una tesis o como
otros que caracterizan los objetos perceptivos son todos un programa; que considerándola como una tesis, se impli-
ellos inexactos; en tanto que los conceptos "intervalo de caba la falsedad de posiciones incompatibles con ella, y que,
espacio newtoniano", "intervalo dc tiempo newtoniano", considcrandola come programa, implicábamos que podia
"intervalo espacio-tiempo einsteiniano" y todos los con- ejccutarse o cumplirse sin implicar nccesariamente ci carác-
ceptos de Ia fisica teórica son exactos. De ahi que un ter insatisfactorio de los programas que fueran incompati-
análisis de Ia concordancia entre las proposiciones exactas bles con él.
de la fisica teórica (entre proposiciones que consisten en Ahora bien, Brouwer consiciera ci intuicionismo no mc-
la aplicación de conceptos exactos) y proposiciones percep- ramente como un programa, sino tamhién como una tesis,
tivas inexactas requiera una comparación preliminar entre y asi particularmentc en ci caso de la doctrina intuicionista
la lógica de los conceptos exactos y 1a de los inexactos. del infinito potencial. No deja subsistir duda aiguna, por
(Véase cap. viii.) una pane, de que las succsiones dc prosccución infinita no
Al oponer a la matemática pura, separada de la percep- son meramentc para él construccioncs que prcficrc a otras
ción sensible, una matemática aplicada realista y falsifica- o en las que esté particularmente interesado, sino que, por
ble, que sirve Para describir la percepción sensible, Weyl ci contrario, deja claramente sentado que las succsioncs de
muestra que se cia perfecta cuenta del abismo entre los prosecución infinita son los ünicos infinitos dados a los se-
conceptos empiricos y matemáticos. Pero, toda vez que res pcnsantes y perceptores, y que les están dados en la
deja de indagar la lOgica de las caracteristicas percepti- percepciOn o la intuición puras.
vas (inexactas) y de coinpararla con la lógica de las carac- Pero por otra pane no deja subsistir duda alguna de
z88 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA CONCEPCION INTUICTONISTA DEL INFINITO 189
que ci transfinitismo metodoiógico de Hubert es para él
formalismo, si toda proposidOn lOgica tiene una contra-
no sOlo incompatible con el intuicionismo, sino que es fal-
partida formal, en tanto que no toda proposiciOn formal
so. Y lo que es más todavf a, lo considera como fundado en
tiene una contrapartida lOgica. Hubert pretende que su
tin circulo vicioso, cuya repudiaciOn final no es más que
lógica no contiene el principio irrestricto del tercero ex-
una cuestiOn de tiempo. Considera que la falsedad de la cluido, pese a que ci formalismo de la matemática lo con-
posición de Hubert está revelada por la experiencia pura- tenga. Y la interpretaciOn expresa de Brouwer es que esta
mente reflexiva, una experiencia "que no contiene elemen- lOgica de Hubert contiene de hecho ci principio en cues-
to disputable alguno".12 tiön de modo implicito.
La pura reflexión nos muestra, sostiene Brouwer, que Ahora bien, la afirmaciOn de Brouwer es notable per
"la justificación lOgica (inhaitliche) de la matematica for- dos razones cuando menos. Primero, fue hecha antes de
maiista mediante una prueba de su coherencia contiene un que Godel hubiera demostrado que la IOgica, o la meta-
circulus vitiosus, porque esta propia justificadOn presupone matemática, de Ia que Hilbert se proponfa servirse para
ya la corrección iógica (inhaitliche) del enunciado de qua. demostrar la coherencia de (sustancialmente) ci formalis-
la corrección de una proposiciOn se sigue de su coherencia, mo de la matemática clásica, no es adecuada al propOsito.
esto es, presupone la correcciOn iOgica (inhaitliche) de la La estructura de los métodos metamatemáticos habla de
Icy del tercero excluido". Esta afirmación de Brouwer, si es ampliarse. Y la ampiiaciOn propuesta no equivalia, decla-
cierta, da en la médula misma de la posiciOn de Hilbert, radamente, a Ia adopciOn del principio del tercero exclui-
unto como tesis como en cuanto programa. En ci mejor do. Pero adoptar ci principio de la inducciOn transfinita
de los cases, el formalismo, en cuanto difiere del intuicio- como parte de esta lógica o de esta metamatematica débil
nismo, se reduce a una acumuiadón de la reserva de formu- equivale casi prácticamentc, desde ci punto de vista intui-
las matemáticas (des mathematischen Formeibestandes). cionista, tanto a una admisión de la circularidad como lo
Para comprender el criticismo de Brouwer, hemos de re- habria sido la adopciOn de la icy del tercero excluido. Y
cordar que Hubert distingue entre conceptos, proposiciones efectivamente, cuanto más fuerte debamos hacer la IOgica
e inferencias lOgicos (inhattliche) pot una pane, y "concep- o la metamatematica, en comparaciOn con ci formalismo
tos", "proposiciones" e "inferencias" formales —.puramente cuya congruencia debe demostrarse matemáticamente, tan-
simbOlicos— pot la otra. La Icy del tercero excluido, en to menos thU parecerá set ci programa de Hubert.
cuanto aplicada a los infinitos reales, es para él una ley Hay otto rasgo notable en ci informe de Brouwer so-
formal sin contrapartida lOgica (inhaitliche), exactamente bre su intuiciOn autoevidente. Sc reficre no sOlo a la
del mismo modo que el concepto de un agregado transfi- circularidad de los intentos de Hubert y sus disclpulos de
nito no es más que un concepto formal. Y lo mismo cabe probar, sin la Icy del tercero excluido, la coherencia de tin
decir de otros principios transfinitos —por ejemplo, del formalismo que contiene ci correspondiente principio for-
axioma de que toda sucesiOn infinita puede estar bien orde- mal, sino que afirma además la circularidad de todo in-
nada—, que son formales Pero no también lOgicos. tento de esta clase.
Es esencial para el programa de Hubert que la lOgica Hay que insistir, con todo, en que la intuición de
o Ia metamatemática empleadas en demostrar la coherencia Brouwer no se ha visto confirmada independientemente,
de un formalismo, sean más ddb lies que ci formalismo cuya ni siquiera por la prueba de Godel del carácter inadecuaclo
coherencia se demuestra. La lógica es más débil que ci de la matemática original. Es discutible que la metamate-
12 %'éase "Intuitionistische Betrachtungen fiber den Forma- mática pudiera reforzarse suficientemente introduciendo
lisinus", Sitzungsber. jireuss. Aizad. Wiss., Berlin, 1927, pp. 48-52. principios que no sean la Icy del tercero excluido. Con
Reproducido taxnbién en parte en Becker, Crundlagen der la maxima seguridad esto no es asI con respecto a toda
Ma(hematik, Friburgo, Munich. 1 954, P. 333 la metamatemática posible. Es muy probable que Ia in-
Igo LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRtTJCA CONCEPCION INTUICIONISTA DEL INFINITO 191
tuición de Brouwer sea una intuición cierta. Y los que no esto ya no es imaginar. En realidad, en efecto, podemos
la poseen no pueden hacer más que esperar a que les imaginar tan poco en principlo, coma percibir (o intuir)
venga, o bien, alternativamente, hasta que vengan más prue- en principio. En ambos casos el térmjno seflala la transi-
bas que demuestren, contrariamente a lo que se espera, ción de la aprehensiOn de elementos particulares, a là' alit-
que la diferencia de fuerza entre sistemas metamatemáticos macion lOgicamente posible, pero perceptivamente (e in-
dados, pot una parte, y los formahsmos cuya coherencia tuitivamente) vacla, de proposiciones generales.
se proponen demostrar, por la otra, es o meramente apa- El hecho de que el intuicionismo haga más que regis-
rente u omitible. trar Ia que se encuentra a es construible ya sea en la in-
No todo el mundo esta dispuesto a conceder la existen- tuiciOn o la percepciOn (aquello que está nach anschau-
cia de una facultad de intuición que, si bien distinta a Ia licher Beschaffenheit bestimint [determinado por su consti-
percepcion sensible, aprehenda abjetos particulates coma tuciOn intuitiva]), fue objetado par Hubert y Bernays en
dados. Son muchos los filósofos que consideran que la ci primer volumen —pregodeliano— de su tratado.13 Par
introspección no revela la presencia de facuitad intuitiva otra parte, si objetamos ci empleo intuicionista de la ne-
alguna del tipo kantiano o brouweriano. Negar tal facul- gaciOn y la doble negaciOn par cuanto implica que las cons-
tad equivale a negar impilcitamente el punto de vista p0- ti-ucciones no realizables son intuitivamente tan claras coma
sitivo de Brouwer de que existen potencialmente infiniths las realizables, entonces la misma objeciOn precisamente
—sucesiones de prosecución infinita—, en ci sentido de que puede oponerse razonablemente a las sucesiones dc prose-
son intuitivamente construibles. La cuestiOn no está aqul cuciOn infinita.
en decidir si existen a no, o en qué sentido, sucesiones Hay que distinguir estrictamente entre la filosofia in-
susceptibies de prosecuciOn infinita, sino en demostrar que tuicionista de la matemática y la matemática intuicionista
una afirmacion al respecto no es un informe de una expe- misma. Los argumentos aducidos aqul en contra de la pa-
riencia intersubjetiva y directamente evidente. Informes siciOn intuicionista se dirigen ünicamete contra su filoso-
contradictorios sabre la misma experiencia mntersubjetiva f ía y, en particular, contra la pretension de que la mate-
bastan siempre para demostrar que ésta no es directamente mática intuicionista no es solamente una entre muchas
evidente. Y precisamente la pretendida autoevidencia in- otras alternativas posibles, sina la ünica respaldada por
tuitiva de tales sucesiones se encuentra en la base del construcciones evidentes en si mismas. En forma análoga,
postulado de Ia concepción intuicionista del infinito, de los argumentos en pro a en contra de la filosofia de la
que aquélla es la ünica "real" a "inteligibie", y no más geometria de Kant —su singularizaciOn de la geometria de
bien una de entre un námero de alternativas matemática- Euclides coma la ünica respaldada par Ia intuiciOn y par
mente iguales, aunque tal vez diversamente adecuadas a la construcciOn intuitiva— no afectan la cuestiOn de las
propósitos diversos. ventajas a los inconvenientes de la geometria euclidiana.
El uinitista estricto negará la existencia (construibie) Es probable, en efecto, que la matemática intuicionista
de sucesiones de prosecución infinita de modo muy pare- conforme al programa de Brouwer siga prosperando, tanto
cido a coma los intuicionistas niegan la existencia de los si sus tesis se aceptan o no coma intuiciones directamente
infinitos reales. Las sucesiones de prosecucion infinita, evidentes. Son muchos los matematicos que están profun-
objetará, rebasan, a diferencia de las de prosecucion fini- damente interesados en sus problemas, sin estar por ella
&i, la capacidad humana de aprehensión de lo particular. interesados en farina evidente en su condición privilegiada
En efecto, podemos imaginar el proceso de afiadir un trazo La creencia en el carácter satisfactono del progi-ama in-
a otrg trazo hasta cierto puma, pero liega un momenta tuicionista no ha sido afectada Ya no sigue sendc posible
en que la percepciOn y Ia intuición ya no siguen. E ima-
ginar "en principic" que ci proceso se prosigue sin cesar, 1C Op. cit., vol. 1, p. 43.
192 FORMALISMO E INTUICIONISMO
LA MATEMATICA COMO ACTJVJDAD: CRITICA 193
dedudr Ia "matemática" de la "lOgica" a la manera de Al referirnos a la teoria de las funciones recursivas, vi-
Frege, ci demostrar por los métodos finitos de Hubert que mos cOmo ha conferido precisiOn a la nociOn de la prue-
La matemática clásica es coherente. Pero sigue siendo po- ba constructiva en términos de tales funciones. En este
sible, en ca.mbio, proseguir la matemática intuicionista tal contexto hemos de mencionar también la interpretaciOn
como fue originalmente concebida. de Kleene de la matemática intuicionista en términos de
lo que él llama la realizabilidad recursiva. Propone esta
4] INflRRZLACI0NES ENTRE EL FORMALISMO Y EL INTUI- nociOn como un análisis teOrico-numérico preciso de la no-
CIONISMO dOn menos precisa de ser un teorema matemático intui-
cionista.15
Los crIticos del intuicionismo le objetan cierta vagiiedad Ci-eo que es correcto decir —y esto es sobre todo un
en Ia deljmjtacjeSn de la materia de estudio y en los méto- resultado de las criticas intuicionistas de las concepciones
dos de la matemátjca. Objetan asimismo Ia conexiOn I n- anteriores y de sus resultados matemáticos—. que un escep-
dma de Ia matemátjca intuicionista con la filosoff a intui- ticismo general a proposito dc los teoremas de existencia
cionista. Sin embargo, la matemática es totalmente distin- no calificados, y no respaldados por construcciOn alguna,
ta de la filosofla, y las pruebas matemáticas intuicionistas se esta extendiendo hasta los ámbitos més remotos de la
poseen exactamente el mismo "rigor" que las no-intuicio- matemática. Sc requiere por lo regular una justificaciOn
nistas encontradas en las obras de los matemátjcos clasicos. más o menos precisa de los teoremas de existencia, o se la
Por otra parte, puede mostrarse, bajo ciertas interpretacio- considera cuando menos como deseable, siempre que estos
nes, que las codificaciones de la matemática intuicionista teoremas se refieren a nümeros reales o a propiedades de es-
son isomorfas con sistemas formales.14 La funciOn principal tos nümeros. Los Was de la aplicaciOn ilimitada y despreocu-
de la filosofla intuicionista está, segün vimos, en estable- pada de la Icy del tercero excluido, y del conjunto de todos
cer una posiciOn privilegiada para la matemática intui- los subconjuntos de un conjunto infinito, parecen haber pa-
cionista. Se la considera, en efecto, como el ünico sistema sado a la historia. En una medida menor, cabe decir In
de matemática "real", "apropiado" o "inteligible", entre mismo de la práctica de tratar las antinomias con reme-
un nümero cada vez mayor de competidores. dios ad hoc, tales como la teoria de los tipos.
Sin embargo, especialmente en su insistencia de que la Un sistema que si bien no es tan radical como el in-
existencia matemática es constructibilidad, junto con su tuicionismo muestra, con todo, su influencia en muchos
repudio de la Icy del tercero excluido y de los infinitoc aspectos, fue construido per %%teyl en 1918.18 Weyl acepta
reales, la filosoff a intuicionista ha ejercido una gran in- la Icy del tercero excluido para los nánieros naturales (y
fluencia en el desarrollo tanto de la matemática como de los nümeros racionales), pero no, en cambio, para los
la filosofla de ésta. Nos encontramos a menudo con ci nümeros reales o las propiedades dc éstos. Para él, la
deseo de combinar las intenciones intuicionistas con la pre- fundamentaciOn absoluta de todas las construcciones ma-
cisiOn formalista. Como consecuencia de esta acciOn mu- temáticas es "la succsiOn infinita de los nümeros natura-
tua, la division estricta de los matemáticos y los filOsofos les y el concepto de existencia a ellos referido".17
en logicistas, formalistas e intuicionistas, que nunca fue Los nümeros naturaics en su totahdad infinita y las
muy real, excepto para los protagonistas de estos movi- 15 Kleene, op. cit., pp. 501 ss.
mientos, es probable que pierda mucho de su valor y se 16 Véase Das Kontinuum, Götiingcn, 1918 y 1932, asi como
convierta en poco más que un artificio pedagOgico. ti-abajos posteriores, especialmente "Ober die neue Grundlagen-
krise der Mathematik', Math. Zeitschrift, 1921, vol. 25; repro-
14 La cuestiOn ha sido examinada por Gödel, Kleene y otros. ducido en Becker, Grundiagen der Mat hepnatik.
Véase Kleene, op. cit. 17 Kontinuwn, P.
37.
194 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA
FORMALISMO E INTUICIONISMO L95
proposiciones en ci sentido de que un nümero es ci su-
ponde una relaciOn € (x, x',...; X), que significa: x,
cesor inmediato de otto, o que dos smbolos representan
x',... estan una con respecto a la otra en la relaciOn X.
ci mismo nümero, constituyen la base de la construcciOn
X es aqul una relaciOn variable (unbestimmte) de cate-
matemática. En esto concuerda Weyl con ci procedimien- goria K, y las variables x, x',... se refieren a la misma
to clásico del analisis matemático. Concuerda asimismo
con ci diagnOstico de Russell de que las definiciones de categoria de objetos que las variables de las relaciones X
de Ia categoria K. Estas relaciones e se utilizan juntamente
ciertos conceptos de la teorla clasica de los conjuntos, es- con la relaciOn F de primer nivel (Ia relation que todo
pecialmente ci concepto de námero real, se basan en un
entero tiene con su sucescn- y ónicamente con él) como ma-
circulo vicioso (vease p. 53, supra). Este defecto, insiste
terial inicial (Para ci proceso constructivo) ." 19
Weyl, debe erradicarse, no por prescripciones o prohibi-
No voy a repetir las ocho reglas de Weyl Para la cons-
ciones ad hoc) sino pot la formulaciOn explicita de prin-
trucción de nuevas propiedades matemáticas a partir de
cipios Para la construcciOn efectiva de entidades matema-
la reserva de las que se dispone del primer nivel. Sin em-
ticas. La mera definiciOn de una categorfa de objetos no
bargo, dos puntos generales requieren mencion. Primero,
establece en absoluto "que tiene sentido hablar de los obje-
Ia estratificaciOn en niveles antes descrita es destruida por
tos que caen bajo ella como de una totalidad determinada e
una de sus reglas. Es ésta ci llamado principio de sustitu-
idealmente completa". No establece, en efecto, que la cate-
dOn, que gobierna la saturaciOn de funciones proposido-
gorla esté "denotativamente definida" (umfaigsdefinht).18 naies, tales como R(X,Y), en donde los lugares no satura-
El contenido positivo del carácter denotativamente de- dos (Leerstellen) se refieren a conjuntos de nivel superior
finido lo determina Weyl, pot una parte, por medio de
a I y que, bajo ciertas condiciones determinadas, permiten
una estratificaciOn provisional de propiedades y objetos en
Ia construcciOn de conjuntos de nivel inferior a partir de los
niveles, e indicando, por otra parte, las reglas para la de nivel superior. Y segundo, si R(x,y) es una proposiciOn
construcciOn de propiedades y objetos de nivel segundo o
funcional, Ia cuantificaciOn existencial —(x)R,y)— sOlo
superior, a partir de los del nivel primero. está permitida si el lugar no saturado que ha de cuantificarse
"Hay una sola categoria fundamental de objetos —dice—,
se refiere a un nümero natural o a una sucesiOn ordenada
la de los nOmeros naturales, y ademas .relaciones una- de nümeros naturales.20
rias, binarias, tcrnaria&.. entre tales nómeros. Todas és-
Al admitirse ünicamente conjuntos construidos ae una
tas las designamos como relaciones del primer nivel; la
manera determinada, restringimos también, por supuesto,
categoria a la que una de estas relaciones pertenece está
la nociOn muy general de funcion que se ha venido miii-
perfectamente determinada por ci námero de variables (Un-
zando desde Dirichlet y Cantor. Para demostrar esto, voy
bestimmten) que implica." A continuaciOn tenemos ci se-
a dat primero el concepto general de funciOn y citar dos
gundo nivel. "Las relaciones del segundo nivel son rela-
comentarios al respecto, uno de Hausdorff, que lo acepta
ciones cuyas variables son en parte nümeros naturales arbi-
sin reserva, y otro de Weyl, que lo rechaza.
trarios y, en pane, relaciones arbitrarias del primer nivel.
Podemos empezar definiendo una relaciOn como un con-
La categoria a Ia que pertenece una de estas relaciones de
junto de pares ordenados, de triadas.....de grupos de n
segundo nivel está determinada por el mimero de sus va- elementos. Supongamos que R es un conjunto de pares
riables y por las categorias de objetos a los que cada una ordenados y que (a,b) es uno de ellos. Dos pares orde-
de sus variables se refiere. Las relaciones de tercer nivel nados, digamos (a,b) y (c,d), son iguales si y sOlo si sus
son aquellas en las que ocurren relaciones variables del primeros y segundos miembros son respectivamente iguales,
segundo nivel, etc. A toda categoria K de relaciones cones-
19 Becker, op. cit., p. 341.
18 Becker, op. cit., p. 339. 20 Kontinuunz, P. 29.
196 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITICA FORMALISMO E JNTUICIONISMO 197
esto es, si a = c y b = d. Esto implica, en particular, que ral y general del análisis, sino también desde el punto de
(a,b) (b,a) excepto en ci caso especial en que a = b. El vista del papel pie ci concepto de funciOn ha de desem.
conjunto de todos los primeros miembros de los pares orde- peflar en la adquisiciOn de los conocimientos de las leyes
nados de R se designa come el "dominio", y el conjunto de que rigen los procesos materiales. Renunciar a semejan-
todos los segundos miembros como ci "ámbito" de R (fad- te construcciOn por completo, come el análisis moderno, a
lita la comprensión ci pensar en los primeros miembros juzgar por la forma verbal de sus definiciones, pretende
come en las coordenadas x, y en los segundos como en las hacer (aunque, por fortuna, también aqui el decir y ci
coordenadas y). hacer son muy distintos), significarla extraviarse per com-
En general, todo primer miembro (toda coordenada x) pleto en la niebla..." 22
puede corresponder a uno o varios segundos miembros (co- Weyl no pretende que su sistema sea la ánica funda-
ordenadas y), y todo segundo miembro puede corresponder mentaciOn posible del analisis. Pero sostiene, en cambio,
a uno o varios de los primeros. Sin embargo, si la co- que su reconstrucciOn está libre de circulos viciosos y de
rrespondencia es tal que a cada segundo miembro cones- postulados "antinaturales", y que su estructura es transpa-
den uno o más miembros primeros, Pero que a cada primer rente y Jo bastante resistente como para adaptarse, en su
miembro solo corresponda un segundo miembro, entonces formulaciOn matemática, a las leyes de la naturaleza tal
la correspondencia es una funciOn "de" (o "en") el con- como han sido descubiertas pot la fIsica contemporánea.
junto de primeros miembros "a" el conjunto de los miem- Entre el continuo de la percepciOn, per una parte, y ci
bros segundos. Y si, además, a cada segundo miembro solo continuo de los nümeros reales construidos de acuerdo
corresponde un solo miembro primero. entonces la funciOn con los principios de Weyl, por la otra, sigue subsistiendo
es biünica, o una correspondencia biunivoca. La gráfica un "profundo abismo".23 Considera que la naturaleza del
constituye un análogo visual adecuado de una funciOn, continuo de la percepciOn —o más exactamente de la per-
tanto si ésta es biOnica como si no In Cs. La definiciOn de cepciOn o la intuiciOn puras— es revelada más de cerca per
conjuntos de triadas, etc., y de funciones correspondientes la matemática de Brouwer, de Ia que se convirtiO en uno
precede en la misma forma. de ),,is exponentes más distinguidos.24
Al comentar esta nociOn de funciOn, Hausdorff insiste Otto sistema importante y altamente original, que mues-
en que no importa en absoluto por medio de cuál regla tra la influencia del formalismo, de sus criticos intuicio-
la correspondencia entre los primeros y los segundos miem- nistas y de la obra de Weyl, es Ia lOgica operativa de Lo-
bros se establezca. Es "indiferente —dice— que esta regla renzen.25
esté determinada por 'expresiones anallticas' o en cualquier La materia de estudio de la matemática operativa son
otra forma, y es indiferente que nuestros conocimientos o caiculos o sistemas formales en el sentido de Curry (véase
los medios a nuestra disposiciOn permitan o no la deter- p. 110) - Pot lo que se ref iere a los métodos de prueba y
minación efectiva de f(a) para todo a particular." 21 los métodos de la construcciOn de objetos matemáticos, Lo-
La noción general de funciOn tal como se acaba de renzen se remonta hasta cierto punto a la obra inicial de
describir ha de abandonarse en la matemática de Weyl. Weyl. Su propOsito está en proporcionar —para servirnos
He aqul su apreciaciOn de la situaciOn: "El desarrollo mo- nuevamente de las palabras de Weyl— una "construcciOn
demo de la matemática ha conducido a la inteligencia de lOgicamente natural y general del análisis" o, en sus pro-
que los principios constructivos algebraicos especiaies a 22 p M.
partir de los cuales procedla el análisis anterior son dema- 23 Kontinuum, p. 71.
siado estrechos, no solo para una construcción 16gico-natu- 24 Véase, por ejemplo, Becker, p. 844-
25 Véase Einfühnsng in die operative Logik und iviathernatik,
21 Kontinuum, p. 16. Berlin, 1955.
19.3 LA MATEMATICA COMO ACTIVIDAD: CRITJCA FORMALJSMO E INTUICIONISMO 199
pias palabras, en no servirse de "prohibicion innecesaria o
que es enumerable en un nivel podrá set no-enumerable
arbitraria alguna", de modo que la "estructura metódica
se deje lo más amplia posible".26 Dc aM, por consiguiente, en otto. (El carácter relativo de la noción de enumerabi-
lidad lo habia subrayado Skolem ya en 1922.)
pie no requiera que todas las proposiciones sean efectiva
o intuicionistamente ciertas; lo que exige es, antes bien, Si olvidamos por un momento las posiciones filosOficas
generales que, cada una a su manera, han inspirado las
que sean definidas, esto es, no denotativamente definidas,
sino "demostrativamente definidas" (bewetsdefinht). diversas reconstruccjones de la matemática clásica, y olvi-
damos también por un momento la cuestiOn de si todos
Si la cifra x es derivable en un cálculo K —pot ejem-
los sistcmas matemáticos que han sido construidos hasta ci
pio, en el cálculo proposicional o en una partida de aje-
presente ticnen o no un nikko comün o cualesquiera ras-
drez jugada pot una persona que sOlo esta interesada en
gos comuncs susceptibles de distinguirlos especuficamente
encontrar qué posiciones pueden producirse en ella—, en-
como proposiciones o teorias de matemática, podremos ver-
tonces la proposiciOn "x es derivable en K" es (demostra-
nos tentados a resumir la situaciOn más o menos come
tivamente) definida. Y as! Jo es tambien la proposiciOn sigue: cliversos autores se han encontrado descontentos con
"x no es derivable en K", porque sabemos a qué equivale
derivar x en K, esto es, a refutar Ia proposiciOn. Una it- la matemática clásica a causa de sus antinomias, a causa
gla R es "admisible" en K si, después de su adiciOn, no de su falta de rigor, o a causa de tal o cual defecto. Han
formulado diversos desiderata que consideraban deberia reu-
hay más cifras derivables en K que anteriormente. As!,
fir una teoria matemática, y han empezado a remplazar
pues, la admisibiljdad se define en ténninos de derivabili- la matemática anterior pot un sistema conforme a dichos de-
dad e inderivabilidad, y es "definida". La definiciOn de siderata, conservando debidamente de aquélla tanto como
la "definidad" es ésta: "ij Toda proposiciOn que es decidi- podia preservarse de acuerdo con éstos. En algunas oca-
ble pot operaciones esquematicas ha de ser definida. ii] Si siones ha resultado necesario aflojar los requisites inicia-
para una proposiciOn está determinado un procedimiento les, como en el caso del logicismo y el formalismo, en
definido de demostraciOn o refutacicin (ciii def miter Be- tan to que en otras ocasiones se ha hecho necesario sacri-
iveis— oder Widerlegungsbegr 1ff), entonces la propia propo- ficar In matemática anterior en mayor grade, renunciando
siciOn ha de set definida y, xnás exactamente, definida de- a pants de ella que se hablan considerado susceptibles de
mostrativa o refutatjvamente".27 ser conservadas.
No es posible resumir aqui la obra de Lorenzen. Pero Podemos suponer que los desiderata de cada matemáti-
convene observar, entre otras cosas, que logra remplazar co (en la formaciOn de conceptos y proposiciones y en la
los conjuntos de enteros de Cantor y los conjuntos de or- prueba matematica) han sido satisfechos por él, en lo po-
den superior por una nociOn demostrativamente definida, sible, o consicterados por él como susceptibles de serlo por
nociOn que utiliza en la reconstrucciOn de la aritmética de otro matemático más competente. S.' asi, si bien olvidando
los nümeros reales y de la mayor pane del análisis clásico. nuestro interés filosOf ice, bien podriamos declararnos de
El medio principal para lograrlo consiste en una estrati- acuerdo con que, come resultado final, se han concebido
ficaciOn de niveles de lenguaje que recuerda la de Weyl, si muchos nuevos sistemas de matemática y se han proporcio-
bien la estratificaciOn ya no sigue siendo aquf provisional. nado nucvos fundamentos a muchas teorias anteriores. La
Una de las consecuencias más impresionantes de su pro- perspectiva es sumamente tranquilizadora:
cedimiento es que la diferencia entre conjuntos enumera-
bles y no-enumerables se hace sOlo relativa. Un conjunto "There are nine and sixty ways of constructing tribal lays,
And—every—single--one—of--them--is—righti" *
116 Op. cit., p. 5. * "Hay nueve y sesenta maneras de componer laycs tribales,
27 Op. cit., p. 6. y—cada—tina---de--elias---es.--conectal"
200 LA MATEMATICA COMO ACTlvIr)AD: CRITICA cAPITuL0 oaAvo
La matemática, podriamos pues concluir, es aquello que
LA NATURALEZA DE LA MATEMATICA PURA Y
hacen todos los matemáticos; los cimientos de la mate-
APLICADA
mática son aquellos en que algunos de ellos trabajan, y
Ia filosoff a de la matemática consiste simplemente en in-
formar sobre estas actividades con la humild4d debida. Sin
embargo, esta humildad no siempre la ban manifestado los
filósofos, y no sera imitada aqul. En ci capitulo que falta,
trataré de esbozar una filosof ía de la matemática pura y
aplicada, examinando la relaciOn de la matemática con la En los capItulos precedentes nos hemos encontrado con res-
percepción; y terminaré con algunos breves comentarios puestas diversas y mutuamente incompatibles a la pregun-
acerca de las relacione de Ia matemática y la filosofla. ta ",Qué es la matemática pura?" Es lOgica, dice ci logis-
Hasta cierto punto, los capitulos criticos anteriores (iii, v cista puro; es ci manejo de las cifras en los cálculos, dice
y vii: han preparado el camino para ci que sigue. ci formalista; construcciones en ci niedio de la inttijción
temporal, dice ci intuicionista; proposiciones que ahando-
namos menos fácilmente que algunas proposiciones de Ia
lOgica y mucho menos fácilmente pie las proposiciones em-
piricas, dice el pragmatista lOgico. Y hay además posiciones
intermedias. El Progreso de la IOgica macemática, desde
Boole y Frege, no ha aportado gran diferencia a la pro-
secución de las disputas fiiosoficas acerca de la naturaleza
de la matemátjca.
Es posible que la cuestion no admita una respuesta
ünica y simple y que nos incluzca a error sugiriéndonos
respuestas tales. En forma análoga, Ia pregunta "Por qué
obedece la gente a la icy?" sugiere que hay una respuesta
ünica y simple, por ejemplo, "por consentimiento", "por
temor", "por costumbre", cada una de las cuales cobra dig-
nidad con fundamento en una teoria altisonante de la
obhgación politica. Se ha sugerido que Ia respuesta a esta
üItima pregunta era la de "Por toda claw de motives di-
versos", y cabria sugerir igualmente que la respuesta a Ia
pregunta "€Qué es la matemática pura?" es: "Toda clase
de cosas diversas".
Una variante más sutil de esta misma burda respuesta
ha sido dada, de hecho, por Wittgenstein, por ejemplo, en
ci siguiente pasaje que examina la semejaliza que diversos
juegos, "juegos de lenguaje" y, en particular, "juegos dc
lenguaje" matemáticos, tienen unos con otros: "1 ci resul-
tado de este examen es: vemos una red de seinejanzas que
[20!]
202 NATURALEZA DE LA MATEMATJCA NATURALEZA DE LA MATEMATICA 203
coinciden y se cruzan: en ocasiones semejanzas generales, y "La investigación de los fundamentos de la matematica
en ocasiones semejanzas de detalle. ha revelado dos cosas. Primero, que una cierta clase de
"No encuentro mejor expresion para caracterizar estas cognición puramente perceptiva (rein-ansclzaulich) ha de
semejanzas que la de 'semejanzas de familia', porque las tomarse como punto de partida para la matemática y que,
diversas semejanzas entre los miembros de una familia, es- dc hecho, no podemos desarrollar siquiera la lógica como
tatura, rasgos, color de los ojos, porte, temperamento, etc., la teoria de los juicios y las inferencias, sin rccurrir hasta
coinciden y se cruzan en la misma fm-ma. Y yo dire: los cierto punto a la cognición perceptiva. A lo que aqul se
juegos' forman una familia. alude es a la representacion perceptible de arreglos discre-
"Y las clases de nümeros, por ejemplo, forman una fa- tos (des- Diskreten), de los que extraemos nuestras repre-
milia del mismo modo. Por qué ilamamos a algo 'nOme- sentaciones combinatorias más primitivas y, en particular,
i'o'? Tal vez porque tiene una relacion —directa— con Va- la de sucesiOn. La aritmética constructiva se desarrolla de
rias cosas que hasta aqul hemos Ilamado námero, y cabe acuci-do con esta cognicion perceptiva elemental. Vemos
acaso decir que esto le confiere una relacion indirecta con luego, en segundo lugar, que Ia aritmética costructiva no
otras cosas pie designamos del mismo modo. Y extende- basta para la matemática cuantitativa (Grossenlehrc), sino
mos nuestro concepto de nümero, del mismo modo que que para este fin hcmos de afladir determinados concep-
al hilar un hilo entretejemos una fibra con otra. Y Ia fuer- tos definidos que se refieran a totalidades de objetos
za del hilo no reside en el hecho de que una fibra corre rnatematicos (die sich auf die Totalitat von Inbegriffen
a todo su largo, sino en el entretejido de muchas fibras. 'nathenzdlischer Objekte beziehen), por ejemplo, la totali-
"Sin embargo, si alguien quiere decir: 'Hay algo comün dad de los nümeros y la totalidad de los conjuntos de
en todas estas construcciones, esto es, la disyunción de to- nümeros"
das Sin propiedades comunes', yo replicaria: 'Esto no es Asi, pues, una teoria matemática consta de un nücleo
más que un juego de palabras. Lo mismo podriamos decir: duro de datos y construcciones perceptibles o, segün Ber-
algo cone a todo lo largo del bib, esto es, el entretejido nays se inclina a pensarlo, intuitivos —en el sentido kantia-
continuo de dichas fibras'." 1 no—, rodeados en algunos casos de varias idealizaciones
Aqul Wittgenstein abandona la básqueda de cualquier no-perceptivas que se refieren a totalidades ideales.
caracteristica que distinga las proposiciones de la matemá- He sostenido más arriba que una "idealizacion" de la
tica pura de cualesquiera otras proposiciones. Con todo, percepción se halla implicita en el pensamiento matemá-
podriamos estar de acuerdo con S y tratar de encontrar, tico aun antes de la introduccj6n de totalidades infinitas.
sin embargo, un nzkleo comün en todas las teorias de la (VCase especialmente pp. 71 s-s., y pp. 123 55.) - Inclusive no-
matemática pura: algün supuesco o alguna construcción que ciones tan elementales como las de unidades ,natenzdticas
pudiera discernirse en todas elks, completamente aparte de susceptibles de adicionarse mateindticantente —ya se deli-
la "red complicada de semejanzas que coinciden y se cru- nan las unidades y Ia operación segñn la manera de Frege,
zan". Este mCtodo ha sido seguido, por ejemplo, por Ber- de Hilbert o de Brouwer— han de distinguirse de las no-
nays y, segün éste seflala, por Fries antes que él, cuya fi- ciones elementales correspondientes de unidades etnpiricas
losof I a se relaciona Intimamente, por supuesto, con la de susceptibles de adicionarse empIricamente. Los conceptos
Kant. El siguiente pasaje muestra muchas semejanzas con matemáticos son exactos, esto es, no admiten casos-limite
pasajes dc las Gruncllagen der Mathematik, de Hilbert y o casos neutros, en tanto que los conceptos empiricos co.
Bernays.2
1
Philosophical Investigations, traducción de C. E. M. Ans- Schube in ihren Verhaitnis zum heutigen Stand der Wissen-
combe, Oxford, 1953, §§ 66, 67. schaft", en Abhandlungen der Fries'schen Schule, Neue Folge,
2 Está tornado de "Die Grundgedanken der Fries'schen GOttingen, igo vol v, 2
NATURALEZA DE LA MATEMATICA CONCEPTOS EXACTOS E INEXACTOS 205

rrespondientes son inexactos. El hecho de que la exactitud raciOn de las relaciones lOgicas entre conceptos exactos,
de los conceptos, las proposiciones y las teori as matemáticas entre conceptos inexactos, y entre conceptos exactos e in-
coiistituya un rasgo iinportante que distingue los conceptos exactos. Per consiguiente, empezare tratando de exponer
matemáticos de los empIricos, esto, por supuesto, ya lo vio aigunas caracterIsticas simples de la lOgica de los coiceptos
claramente Platón, y en tiempos más recientes —cuando exactos e inexactos.
menos por lo que se refiere a la geometria— Felix Klein, Por lo que se refiere a la materndtica Pura, me propongo
entre otros. El hecho de que, sea cierto de los conceptos ostener que los conceptos y las proposiciones de cualquier
empiricos lo que fuere, los conceptos matemáticos son exac- teoria matemática (existente) son, en un sentido preciso
tos, esto lo ha enunciado explicitamente Frege3 y, per lo del término, puramente exactos, que están desconectados
que yo sé, ha sido aceptado por todos los filósofos ma- de la percepción, y que, en la medida en que la teoria
lemáticos y per todos los rnatemáticos. Para no dar más matemática contiene enunciados existenciales, éstos, a clife-
que un ejemplo de una obra matemática escogida al azan rencia de los enunciados empincos y teolOgicos de conte-
"Todo lo que requerimos para que un conjunto E esté nido existencial, no son ünicos. Y per lo que se refiere a
clefiniclo —dice el autor de un monografla conocida sobre la maternática aplicada, demostraré, en términos generales,
la integral de Lehesgue— es que podamos decir de un ob- que Ia "aplicaciOn" de la matemática Pura consiste en in-
jeto cualq.uiera si forma o no parte de E." 4 tercambar proposiciones perceptibles y puramente exactas,
No creo que los filosofos matemáticos hayan apreciado al servicio de algün propósito determinado.
la importancia de la cliferencia entre conceptos exactos e Después de aclarado el sentido de estas tesis y de argu-
inexactos en relación con la cuestión de la naturaleza de mentar en su favor, terminaré con un breve examen de la
la matemática pura y la aplicada. Esto se clebe principal- relaciOn entre la matemática y la filosofIa.
mente a que 110 se ha prestado a la lógica de los conceptos
inexactos la atenciOn que merece. Esta negligencia puede I] CONCEI'TOS ExACTO5 E INEXACTOS
deberse a su vez al carácter confuso de los conceptos in-
exactos, que admiten r,'sos-limite, con expresiones ambiguas En relación con nuestro objeto no es necesario enumerar
u oscuras, cuyo significado o cuyo use no está determinado las condiciones —suponiendo que esta enumeraciOn sea pa-
claramente. Sin una vision más clara de las relaciones 16- sible— bajo las cualcs una cosa puede utilizarse como sig-
gicas cnti-e los conceptos inexactos, la tesis de que los con- no y, ms concretamente, coma concepto (atributo, predi-
ceptos matemáticos son idealizaciones de conceptos percep- cado, función proposicional, etc.) - Bastarán al respecto
ribles (inexactos) ha dc seguir siendo muy nebulosa. Idea- algunas observaciones generales 5
lizar consiste en idealizar algo en otro algo, y a menos que Una cosa sOlo se emplea como signo o, en forma más
couozcanios el punto de partida tan bien como el producto breve y menos precisa, es tin signo, si pueden distinguirse
acabado de la operaciOn, ésta no puede conlprenderse uses suyos correctos e incorrectos. Esto 'significa que ha
claramente en si misma. de ser posible en principio formular reglas Para su empleo,
El objeto del presente capitulo es el de esbozar una que sean susceptibles de seguirse o violarse por la conducta
filosof ía de la matemática Pura y aplicada hasta el punto de una persona a la que pueda imputarse la intenciOn de
de que sus tesis principales puedan captarse y compararse conformarse a dichas reglas. Los motivos de la imputaciOn
con otras posiciones filosOficas. Sus rasgos más caracteris- podrán ser acaso tales que nos permitan decir p sea que la
ticos Sc apoyan en consecuencias extraidas de la conside- persona tiene plena conciencia de su intenciOn, o que so-

5 Véase un tratamiento más completo en Conceptual Think-


3 Grttndgesctze, vol. 2, § 56.
4 The Lebesgue Integral, J. C. Burkill, Cambridge, 1951 ing, Cambridge, 'g; Dover Publications, Nueva York, igg.
206
NATURALEZA DE LA MATEMATICA CONCEPTOS EXACTOS F INEXACTOS 207

lamente se c6mporta como si Ia tuviera. Entre estos dos de U; b] el caso en que Ia negación de U a aign objeto
extremos se sitüan una gran diversidad de casos interme- seth conforme a Ia regla, en tanto que Ia atribución Ia
dios. Todas estas posibilidades quedarán incluidas diciendo violaria, en cuyo caso diremos que el objeto es un can-
que Ia persona ha adoptado las reglas y, cuando no haya didato negativo a U y, de Ia persona que hace la atribu-
necesidad de seflalar concretamente a Ia persona, que las ciOn, que es un caso negativo de U; c] ci caso en que tanto
reglas rigen el signo. Ia atribución como Ia negaciOn de U a tin objeto scan
Un signo solamente es un concepto si las reglas que to conformes a r, en cuyo caso ci objeto es tin candidato
rigen comprenden una regla de referencia, esto es, una neutral a U. En cuanto a Ia persona, Ia que atribuyc U
regla para so atribución o negaciOn a objetos en ci sen- al objeto es un caso positivo, y Ia que se lo niega, es un
tido amplio del vocablo, que coniprende datos sensibles, caso negativo de U.
cosas ffsicas, acontecimientos, colores, nümeros, dibujos geo- ii] La segunda condicion se refiere a Ia naturaleza de
métricos y, en una palabra, cualquier cosa susceptible de los candidatos neutrales al concepto inexacto U. Si def i-
que se Ic atribuyan signos. (Las reglas de Ia mayori a de los nimos un concepto, digamos V, requiriendo que los candi-
juegos, por ejemplo, ci juego de ajedrez, no son reglas que datos neutros a U scan candidatos positivos dc V. éste
rijan conceptos.) Vale Ia pena insistir en que el cmpleo tendrá a so vez candidatos positivos, negativos y neutros.
del término "objeto", y en forma correspondiente ci cm- (Ejemplo: pongamos que U es ci concepto inexacto "ver-
plco del término "concepto", es compatible —y se supone de", y V el concepto que "tiene los candidatos neutros a
que lo es— con tada clase de convicciones ontoidgicas 'verde' como candidatos positivos seguros". V es inexacto.)
acerca de cuáies objetos son "reales" y cuáles no. Semejan- Unas pequeflas observaciones acerca de esta definición Ia
tes ontologias suelen aplicarse, aunque no descubrirse, se- protcgerán contra interpretaciones erróneas. (Nada versará
gun tuvimos ocasion de observarlo al comparar ci namina- en este capitulo sobre Ia segunda condición, la cual, sin
lismo de Russell con ci realismo de Frege en relacion con embargo, parece ser importante para una comprensión más
ci numero, mediante una distincion adecuada entre simbo- profunda de las nociones que aqul se introducen.)
los completos (categoremáticos, autosemanticos) e incom- El hecho de que tin concepto sea inexacto, o para este
pletos (sincategorematicos, sinsemánticos), y lo que sigue caso exacto, es una caracteristica del concepto o de las reglas
puede conciliarse fácilmente con cualquier ontologfa y tea- que lo rigen; no depende, en efecto, del inventario del
ri a subsiguiente de los simbolos incompletos y de sus defi- mundo. La posibilidad de candidatos neutros, y no so
niciones contextuales apropiadas. Asi, pues, un sistema concurrencia real, caracteriza a un concepto conic inexac-
conceptual ha de contener reglas que rijan conceptos. Que to. Sin embargo, Ia mayorfa de las proposiciones que son
esto sea tambiën asi por Ia que se refiere al lenguaje, en importantes para nuestro propósito podrian rempiazarse
el sentido dc un "juego de lenguaje", no está clara para ml. por otras en las que Ia "inexactitud del concepto" se define
Una regla, digamos r, pan Ia atribucion o Ia negación en términos de candidatos reales neutros al mismo y no de
de un signo, digamos U, Ia designaremos aquf coma mm candidatos posibies. Por consiguiente, las controversias aI-
regla inexacta de referenda, y U lo designaremos como rededor de Ia cuestión —no siempre muy claras—, cntre
concepto inexacto, si se cumplen las dos condiciones si- los lógicos "intensionales" y "extensionales", puedcn cvi-
guientes: i] La primera se refiere a los resultados posibles tarse.
de asignar o negar U a objetos. Estos son: a] ci caso en Un concepto seria inexacto si tanto so atribuciOn como
que Ia atribucion de U a algOn objeto serf a conforme a r, su negación a algün objeto fueran conformes a la regla que
en tanto que Ia negacion Ia violarla, en cuyo caso diremos lo rige. El hecho de que no se sepa o no pueda saberse si
que el objeto es un candidato positivo a U, y de Ia perso- un concepto se atnbuye o se niega acertadamente a tin
na que hace Ia atribuciOn diremos que es tin caso positivo objeto no Ia hace inexacto En particular, tin concepto
208
NATURALEZA DE LA MATEMATICA CONCErTOS EXACTOS E INEXACT0S 209
cuya asignaciOn o negacion no pueda decidirse pot deter-
minados métodos petmisibles no es, pot esta razOn, inexac- candidatos positivos o negatives soiamente, esto es, igno-
to Ni tampoco la duda acerca de si ciertas reglas para la rando los objetos que son candidatos neutros de U o de V
avribuciOn o Ia negacion de un término deberlan o no o de ambos. Esta relaciOn la designaremos como su relaciOn
Provisional y Ia pondremos entre corchetes. El segundo
adoptarse significa que ci término en cuestiOn sea un con-
cepto inexacto. - paso consiste en considerar las relaciones que pueden dat-
SC si se tienen tarnbjén en cuenta los candidatos neutros,
Per ejemplo, podriamos dudar acerca de si ci empico
separados y cornunes, de U y V2 asi como sus posibles
de la inducciOn transfinita está o no permitido para ase-
gurar la coherencia de la teoria ciásica de los nümcros elecciones corno cases positivos o negativos de estos con-
o, en otras paiabras, Si Ufl argumento que la utihce es o ceptos. Estas relaciones las designatemos como finales y
no una "prueba" y estabiece o no un "teorema". Estos las escribiremos entre haves. (Las relaciones provisionales
dos términos están empleados como conceptos exactos, tan- se encuenu-an, en cierto modo, antes de las eiecciones, en
to per ci matemático que admite ci método de la induccion tanto que las finales se encuentran despues de éstas y it-
presen tan resultados posibles de las mismas)
transfinita como pot ci que lo niega. Y la duda se refiere
Cabe distinguir las sigixientes relaciones provisionales:
a qué conceptos exactos de "prueba" y "teorema" deben
aceptarse.°
i] [U < V], esto es, Ia inclusion provisional de U en
Un concepto exacto no puede tenet candidatos neutros.
se define pot: U y V tienen cuando menos un candi-.
En relaciOn con semejante concepto, la distincion entre
dato positivo cornün, y ningün candidato positivo de U
candidatos y cases no tiene objeto, y la clásula c de la
es un candidato negativo de V. [U> 11] es lo mismo que
primera condiciOn unto con Ia segunda condicion) no
[V < U], y [U V] es lo mismo que la conjunciOn de
tiene aplicacion. Resuita posibie definir las relaciones 16-
[U<V] y [V<U].
gicas emit conceptos y la formaciOn de conceptos corn-
ii] [U j 1"1, esto Cs, ]a exclusion provisional entire U y V
puestos pot rnedio de conexivos, para conceptos exactos e
inexactos simuitánearncnte y de tal modo que, para los se define por: cada concepto tiene cuando menos un can-
conceptos exactos, estas definiciones se reduzcan a las que didato positivo que es candidato negativo del otto, y U y
V no tienen candidatos positivos comünes,
nos son farnihares de la lOgica de los conceptos exactos.
iii] [U Q V11 esto es, ci traslape provisional de U y V
En esta forma, ilegarfarnos a una lOgica gencrahzada, de
se define por: U y V tienen cuando menos on candidato
la que la lOgica de los conceptos exactos y la de los con-
ceptos inexactos son cases especiales. Aquf sOlo se adoptan positivo comiin, y cada uno de los dos conceptos tiene un
los prirneros pasos en tal direccion. candidato positivo que lo es negativo del Otto.
iv] [U? V], esto es, la indeterminaciOn provisional en-
Los conceptos U y V. cuyas relaciones lOgicas nos inte-
tre U y V se defihe pot: ninguna de las relaciones ante-
resan, pueden set exactos o inexactos. Para simplificar ci
riores es cierta. Esta posibilidad no puede presentarse en
estudio, formularnos ci supuesto razonable de que para
la lOgica de los conceptos exactos.
cada concepto exacto hay on candidato positivo y uno
negativo, y que para cada concepto inexacto hay además Las relaciones finales posibles (inclusiOn, exclusiOn, coinci-
tanibién tin candidato neutro. Con objeto de distinguir
dencia e indetermination finales) se definen del mismo
entre las relaciones lógicas posibles que podrian subsistir
entre U y V5 conviene proceder en dos pasos. El primer modo que las relaciones provisionales correspondientes, con
sOlo rempiazar los corchetes por Haves, la palabra "provi-
Paso consiste en considerar su relaciOn con respecto a sus
sional" por "final", y la palabra "candidato" per la de
6
"caso".
Véase Kicene, op. cit., pp. 476 ss.
Indagamos ahora la farina en que las relaciones provi-
210 NATURALEZA DE LA MATEMATICA CONCEPTOS EXACTOS E INEXACTOS 211
sionales pueden cambiarse eligiendo los candidatos neutros inclusiOn, y son posibles dos relaciones finales, esto Cs, in-
separados o comunes para LI y V. si los hay, cual cases clusion y traslape. (En forma análoga para U © V.)
positives o negativos de cliches conceptos. Obviamente, tin v] U V, esto es, el traslape excluido de U y V se
trasiape provisional no puede cambiarse en una relaciOn define por: la relaciOn provisional entre U y V es de ex-
distinta. Si tenemos [UO V], hemos de tener I U V.
clusion, y son posibles dos relaciones finales, esto es, exclu-
"lampoco la inclusiOn provisional puede convertirse en ex- siOn y traslape.
clusiOn final y viceversa. Esto CS, S [U < V], entonces, in- vi] U? V, esto es, Ia indetermination entre U y V se
clependientemente de cuáles candidatos neutros haya dis-
define pot: la relaciOn provisional es de indetcrminacion.
ponibles para elecciOn como casos positivos o negativos de
Esto implica que las relaciones finales posibles son inclu-
U o V, no podemos tener jamás I I V, y Si [UI V], no
SiOn y exclusion y, en ocasiones, traslape. (Esta ültima
podemos tenet jamás I U < V. Per otra parte, una in-
posibilidad, si bien reviste poco interés para nuestros fi-
clusiOn provisional es compatible con on traslape final. nes inmediatos, metece consideraciOn)
Pot ejemplo, si [U < V] (pero no también [V < U]) —Si
CS Ufl candidato neutro comOn de U y V, y si x0 se Si U y V son exactos los dos, entonces solamente las re-
elige como caso positivo de U y caso negativo de V—,
laciones i]—iii] pueden darse entre ellos, y las relaciones
entonces I LT 0 VF. V en forma análoga, una exclusiOn
lOgicas familiares Cnn-c conceptos exactos encuentran su
provisional [U I VI es compatible con un traslape final
lugar en el esquema más amplio. Vale la pena subrayar.
U 0 VF; pot ejemplo, si X0 es un candidato neutro cornOn que iv] no es una alternancia de i] y iii] y que v] no es
de U y V y se elige como caso positivo de uno de los con- una alternancia de ii] y iii].
ceptos y también como caso positivo del otto. Una mdc-
Al definir las relaciones lOgicas antel-iores no se ha
terminaciOn provisional es compatible con una inclusiOn
Supuesto restricciOn alguna para Ia elecciOn de candidatos
y una exclusiOn finales y, en ocasiones, también con tin
neutros, y ni siquiera se ha prohibido la elecciOn del mismo
traslape parcial final.
candidato neutro para un concepto U como caso a la vez
La distinciOn entre relaciones provisiotiales y finales
positivo y negativo del mismo. Por consiguiente, la relaciOn
puede emplearse al definir las siguientes relaciones lOgi-
lOgica de un concepto inexacto consigo mismo es U © U,
cas entre dos conceptos cualesquiera —exactos o inexactos- y no U < U. Porque si un objeto es un candidato neutro
en La siguiente forma: de U, podemos elegirlo mu vez como candidato positivo y
on-a vez como candidato negativo de U.
q U < I", esto CS, la inclusiOn de U en V Sc define pot: Que la relaciOn lOgica entre un concepto inexacto y su
Ia relaciOn provisional entre U y V es dc inclusiOn, y la
complemento no sent la exclusiOn, podemos esperarlo tam-
Onica relaciOn final posible es también la de la inclusion. bién de cualquier definiciOn natural del 'complemento",
U > V y U V se definen en forma análoga. que convenga tanto al concepto exacto como al inexacto.
ii] U ] 11, esto es, la exclusion entre U y V se define
Digamos que U y U son complementos uno de otto si y
pot: la relaciOn provisional entre L y V CS la de exclu-
sión, y Ia ünica relaciOn final posible es también la de sOlo si todo candidato positivo de uno es on candidato
exclusiOn. negativo del otto, cada candidato negativo de uno es un
iii] U Q V, esto es, el traslape de U y V se define por; candidato positivo del otto y cada candidato neutro de
la relaciOii provisional entre U y V es tie traslape y la uno es candidato neutro del otto. Luego la relaciOn 10-
ünica relaciOn final posible es tambidn la de traslape. gica entre un concepto inexacto U y su complemento U es
iv] U © V. esto es, el traslape inclusivo de U y V se UUynoUJU
define pot: la relaciOn provisional entre U y V es det La libertad de escoger candidatos neutros para un con-
212 NATURALEzA DE LA MATEMATICA
CONCEPTOS EXACTOS E INEXACTOS 218
cepto, como casos positivos o negativos suyos, puede estar
restringida, y lo está en la mayoria de los sistemas concep- de conceptos inexactos ampliada por convenciones restric-
wales, por convenciones adicionales. Sin embargo, debe- tivas adecuadas. No tenemos aqul necesidad alguna de se-
mos poner cuidado en anotar dos puntos a su respecto. guir la cuestiOn más adelante.
Primero, ninguna convención restrictiva elimina de los con- Del misme modo que las relaciones lOgicas que son
ceptos inexactos los candidatos neutros, sino que no hace posibles entre conceptos resultan aumentadas en nümero
rnás que sumarse a las reglas que rigen su elecciOn y, por considerando los conceptos inexactos ademas de los exactos,
consiguiente, a las reglas que rigen los conceptos inexac- asI también, pot Ia misma razOn, el nOmero de las posi-
tos. En segundo lugar, existe una diversidad de conven- bilidades de formar nuevos conceptos a partir de conceptos
ciones restrictivas alternativas. Estos dos puntos se ilustran ya existentes pot medio de conexivos lOgicos resulta aumen-
mediante los ejemplos que siguen, si bien ünicamente el tado. Es deseable, una vez más, definir los conceptos
primero es estrictamente importante en relación con nues- compuestos de tal modo que, para los que son exactos, las
tro propOsito presente. definiciones se reduzcan a las familiares. Esto podri a ha.
Las convenciones restrictivas pueden ser generales o es- cerse de la siguiente manera:
peciales, refiriéndose las generales a todo concepto, y las La suma de dos conceptos, digamos U y V, puede def i-
especiales a ciertos conceptos solamente. Un ejemplo de nirse mediante la siguiente estipulaciOn: a] un objeto es
un candidato positivo de (U + 1') —en palabras U 0
convencion general es Ia regla en el sentido de que si un
candidato neutro ha side elegido come caso positivo (o si y sOlo si es un candidato positive de U o de 1'; h] es
un candidato negative de (U + 1') si y sOlo si es un can-
negativo) de algün concepto U, no debe elegirse también
come caso negativo (o positivo) del mismo. Una conse- didato negative de ambos, y c] es un candidato neutro de
(U + V) en todos los demás casos. La definiciOn puede
cuencia obvia de esta convención es que en lugar de
U © U, que es cierto cuando todas las elecciones son extenderse fácilmente a cualquiera suma finita de conceptos
independientes de elecciones anteriores, tenemos ahora y, segün sea nuestra actitud, a sumas infinitas. La suma
U < U. En cierto modo, pues, la convención general so- se define en términos de candidates para los conceptos.
breimpone inclusiOn al traslape inclusivo original. miembros, y no en términos de casos, y es compatible con
A titulo de ejemplo de la cenvenciOn general, consi- restricciones generales y especiales de Ia independencia de
deremos dos conceptos P y Q digamos "verde" y "awl", la elecciOn de candidatos neutros para casos positives o
negativos. Si U y V son exactos, luego (U + V) es la suma
que están en la relaciOn P Q. Si anadimos la convencion
familiar de conceptos exactos.
de que todo candidate neutro comün que se haya elegido
El producto (U. V) puede definirse come sigue: a] un
come caso positivo (o negative) de uno de ellos ha de
objeto es un candidato positive de (U . V) si y sOlo si es
elegirse como case negative (positive) del otre, el resultado
tin candidate positivo tanto de U come de V; bJ es un
es que la relaciOn PjQ está superimpuesta a la P $ Q ori-
candidate negative de (U. V) si y sOlo si es un candidate
ginal. La necesidad lOgica de ciertes enunciados modales,
tales cemo "Todo lo que es verde no es, necesariamente, negativo de uno de ellos o de ambos, y cJ es un candidato
neutro de (U.') en todos los demás cases. La definicion
azul", se debe al hecho de que su negaciOn violarla algu-
puede extenderse facilmente a productos de más de dos
na convenciOn especial adoptada, restringiendo la indepen-
términos, y se reduce, para los conceptos exactos, a la de-
dencia de las elecciones previas. Toda vez que las con-
venciones especiales son impertantes solamente en cuanto finicion habitual. Le prepio se aplica a la definicion del
a la aplicaciOn de conceptos inexactos, la logica de los complemento U que se die anteriormente.
conceptos exactos no puede tomar en cuenta tales propo- Estas definiciones generalizadas de la suma, el produc-
siciones modales. Esto sOlo puede hacerse en una lOgica to y el complemento son coherentes. Su aplicacion da tee-
remas que. on su mayor parte, son generalizaciones ebvias
24 NATIJRALEZA DE LA MATEMATICA CONCEPTOS EXAC'IOS E INEXACTOS 25
de teoremas de la lógica exacta. Las ieyes conmutativas, A Cs un concepto exacto con especies inexactas, Ilaman-
asociativas y distributivas son obviamente válidas. Y Ia son cia a U una especie de V si U < V o U © V. Anotando
asimismo las ilamadas Ieyes de Morgan, por ejemplo, en general ci carácter exacto o inexacto no sOlo de un
U- +V = U. V: porque, segün nuestras definiciones, Un concepto mismo, sino también de sus especies, resultan
objeto es un candidato positivo, negativo a neutro de posibles algunas distinciones más sutiles. En particular se
(U + 1') si y solo si es respectivarnente un candidato po- revelarzin coma ütiles las siguientes definiciones de con-
sitivo, negativo o neutro de ceptos puranienle exactos C internamente inexactos. Un
Per supuesto, podemos también introducir ci "concep- concepto es puramente exacto si y sOlo si todas sus especies
to nub", 0, del que todo objeto es un candidato negativo, son exactas. (Toda vez que un concepto es una especie tie
si mismo, un concepto puramente exacto es exacto.) Un
y su complemento absoluto, ci "concepto universal", 0,
concepto es internamente inexacto si y sOlo si cada una de
del que todo objeto e& un candidato positivo. Si A es
cuaiquier concepto exacto, luego per nuestra definiciOn —y sus especies es inexacta o tiene una subespecie inexacta.
Por ejemplo, ci concepto aritniético "siendo un mmero
Ia usual— de "+" "." y "-", (A . A) representa el con- primo" es puramente exacto; ci concepto "coloreado", si
cepto cero, y (A + A) ci concepto universal. Pew esto bien es exacto en muchos empleos, es internamente in-
no es asI en general. Porque si P es algán concepto inexac- exacto, y ci concepto "verde" es inexacto e internamente
to, etitonces (P. F) y (P + P) tienen candidatos neutros, inexacto a la VC7.
y dstos son los mismos para la suma, ci producto y para Si A es exacto, P inexacto, y (A + P) no es vacia, en-
cada uno dc sus miembros. tonces (A + F) es una especie inexacta de A (par ejemplo,
A = "siendo un nümero prima", P = "siendo adorado par
En conjunto, las definiciones propuestas son conformes
a los usos habituales de "0", "y" y "no". Es posible de- los pitagOricos"). Conceptos coma P y conceptos inexactos
en general no se dan ni se admiten en los sistemas de
finir a Ia manera usual más conexivos, y podemos construir
Cantor, Frege y sus sucesores, incluidos todos los matemá-
un cálcuio generalizado, con una interpretaciOn en términos
ticos puros. En efecto, estos teOricos insisten, segOn vimos,
de conceptos exactos e inexactos. Para nuestros propOsi-
cii palabras distintas y por razones distintas, en aquel mis-
tos presentes, las definiciones y observaciones precedentes
bastan. mo rasgo tie la matemática pura al que habré de referirme
diciendo que sus conceptos son puramente exaclos.
Los compuestos de conceptos inexactos podrán ser exac-
Las caracteristicas perceptibles, que en la hteratura Ii'
to; o inexactos. Consideremos un sistema conceptual que
losOfica se designan a menudo coma "determinables" a
contenga un concepto exacto A y conceptos inexactos P1,
"aspectos de semejanza", coma "color", "forma", etc., son
•.., P, y que sea tal que se cumplan las siguientes condi-
toclas internamente inexactas. Al afirmar que dos objetos
ciones: i] que todo candidato positivo de A sea un can-
perceptibli's se parecen bajo cierto aspecto, estamos apli-
didato positivo de aigün F, y todo candidato negativo de A
cando conceptos internamente inexactos. Y más especial-
sea un candidato negativo de todo P; ii] que todo candida- mente, si un determinado objeto perceptible ha dc parecer-
to neutro de algán P sea un candidato positivo de algün
se a otro, con respecto, par ejemplo, al determinable "cob-
otro F, y iiiJ que los candidatos positivos y negativos de los reado", entonces los objetos ban de 5cr candidatos positives
P agoten respectivaniente los candidatos positives y nega- a neutras de una a más especies del determinable, par
tivos de los A. Entonces, P1 + P., + .. + P, = A, y Ia ejemplo, de "verde", "azuI", etc. El hecho de que enun-
suma de los conceptos inexactos es exacta. (Ejemplo: "ca- ciados de semejanza con respecto a determinables supon.
boreado", del que puecle suponerse exacto, y sus especies gan el empleo de conceptos inexactos bastarla per si mismo
inexactas, tales como "verde", etc.) para demostrar que Ia distinciOn entre conceptos exactos
216 NATURALEZA DE LA MATEMATICA CONCEPTOS EXACTOS E INEXACToS 217
C inexactos no es en modo aiguno banal y fiiosóficamente voca entre dos conjuntos de objetos matemáticos (digamos
insignificante, y que la construcciOn de una lOgica genera- el conjunto de los nümeros racionales y el conjunto de los
linda de conceptos exactos e inexactos vale la pena. enteros), afirmamos que todo objeto que es un caso posi-
La conexiOn intima entre la lógica de los conceptos tivo de un concepto matemático (digamos "nümero racio-
inexactos, pot una pane, y las nociones de semejanza entre naY') puede aparearse con algOn objeto que es un caso
objetos perceptibies y de propiedades detetaninables, pot positivo de Otto concepto matemático (digamos "entero").
la otra, puede poncrse de manifiesto de dos formas. Po- Los dos conjuntos de casos positivos se designan como las
demos seflalar ante todo que hay un limite más allá del "extensiones" o los "tangos" de los dos conceptos exactos
cual no podemos trasmitir ci significado o ci uso de una (funciones proposicionales, etc.). Sin embargo, en vista de
caracteristica perceptiva definiéndoia en términos de otros sus candidatos neutros, que pueden escogerse como casos
conceptos tales. El paso de definiens a definiens se inte- positivos o negativos de un concepto inexacto, la extension
rrumpirá en algán lugar, y surgirá la necesidad de haber de éste no es determinada. Como Frege lo vio claramente,
de ejemplificar uno o más definientia. Trasmitir ci sig- las "extensiones" de dos conceptos, uno de los cuales o
nificâdo de cuaiquier caracteristica perceptiva, digamos P, ambos son inexactos, no pueden ponerse en corresponden-
equivale, entre otras cosas, a trasmitir, directa o indirecta- cia biunivoca. Frege no admite conceptos inexactos. Trata
mente, una regla en ci sentido de que todo aquello que inclusive los conceptos inexactos como si fueran exactos,
se parezca a ciertos objetos y no se parezca a otros habrá esto es, como si tuvieran extensiones claramente detet-mi-
de ser un caso de P. La formulacion de semejante regla nadas.
—a Ia que yo he designado como "regla ostensiva"— su- La distincion cnnc conceptos exactos e inexactos podrá
pone que la noción de semejanza entre objetos empiricos acaso parecer banal, como ya se indico, y sin importancia
es clara. Resuita Mcii demostrar que los conceptos regidos filosOfica. La distinciOn cnnc semejanza y correspondencia
pot reglas ostensivas son, entre on-as cosas, inexactos. biunIvoca, en cambio, no es, manifiestamente, ml. Si la
En segundo lugar, es también posibie empezar en el segunda distinciOn se relaciona intimamente con la primera,
otro extremo considerando conceptos inexactos, su diferen- la sospecha de banalidad habra de desaparecer, y la inda-
cia con respecto a los exactos, y las relaciones cnnc elks gaciOn de su importancia en relacion con una comprensiOn
como algo convenido, y proceder de aqul a la definicion de la naturaleza de la matemática pura y la aplicada difI-
de nociones diversas de determinable y semejanza. Ambos cilmente puede descartarse a li?nine.
métodos tienen sus ventajas, pero el primero es en todo La lOgica de los conceptos inexactos y Ia lOgica gene-
caso más obvio y directo.7 ralizada, de la que Ia lOgica de los conceptos exactos e
Del mismo modo que los objetos perceptibles que se inexactos son casos particulares, no se ha hecho aqul más
parecen ban de set candidatos positivos o neutros de con- que iniciarla, esto es, exhibit las relaciones lOgicas posibles
ceptos inexactos, asi los objetos matemáticos que están en entre conceptos, enunciar algunas reglas para la formaciOn
una correspondencia biunivoca ban de ser candidatos posi- de compuestos por medio de algunos conexivos, .y definir
tivos de conceptos exactos. La semejanza o similitud em- algunas nociones nuevas en términos de relaciones entre
pirica es totalmente distinta de esta correspondencia biunf- conceptos inexactos. Sin embargo, se necesitarán todavia
voca o similitud matemática, de la que se sir-s'e Frege para mucha reflexiOn y mucha habilidad técnica para desarro-
definir el numero" Al afirmar la correspondencia biuni- liar un sistema formal satisfactorio de esta iOgica, y es
posible que deban practicarse cambios aun en los simples
7 He probado el primer metodo en Conceptual Thinking, y origenes.
el segundo en Deterrnxnabjes and Resemblance, Proceedings of
the Aristotelian Society, sup! vol xxxiii, 1959
2I$ NATURALEZA DE LA MATEMATICA I)ESCONECTADA DE LA PERCEPCION

2] LA MATEMATICA PURA DESCONECTADA DE LA PERCEPCIÔN dicho de la matemática como ciencia de la cantidad, esto
sigue siendo cierto de aquellas teorias que caen ahora bajo
En áltima instancia, toda matematica puede presentarse en la definicion abandonada. Y en forma análoga, si algo
términos de dos nociones, a saber, la de un conjunto o de Jo dicho acerca de la matemática puramente exacta es
rango de un concepto exacto (función proposicional, etc.) cierto, esto seguira siendo cierto inclusive si se adopta a
y la de una funcion (gráfica, etc.) definida en téi-minos cuando Sc adopte generalmente una nociOn rnás amplia
de "conjunto". Esto es cierto tanto de la matemática cia- que incluya la "matemática inexacta". En todo caso, sea la
sica como de sus reconstrucciones posteriores, que hemos matemática inexacta lo que fuere, el campo de la matemá-
examinado en los capitulos precedences. En los sistemas rica exacta es lo bastante amplio, y seguirá siéndolo, para
reconstruidos, las nociones de conjunto y funcion no se justificar toda atenciOn que se le preste.
abandonan, sino que sóIo se las restringe mediante diversas Tampoco es fácil que alguien que considere la estruc-
caiificaciones. (Véanse, por ejemplo, las observaciones de tura IOgica de cualquier concepto susceptible de ejemplifi-
Hausdorff y Weyl citadas en la p. 196.) AsI, pues, los carse en la percepciOn, niegue la inexactitud interna de
conceptos de la matemäuca son puramente exactos, esto las caracteristicas perceptibles. Seth ütil aqui recordar que
es, elios y todas sus especies son exactos. (Segün Cantor a menudo una misma palabra, por ejemplo, <triángulo>,
"hay" 2" suhconjuntos dc todo conjunto de nümero car- <adiciOn> y, segün vimos, <nOmero natural> se utiliza
dmal ii, y todos elios son exactos. En los sistemas poste- para diversos conceptos, esto es, para conceptos matemáti-
riores, no "existen' todos estos subconjuntos, pero los que cos (puramente exactos), por una parte, y para cax-acteristi-
existen son exactos, y lo mismo cabe decir de las funciones cas perceptibles (internamente inexactas), par la otra; como
proposicion ales o de los conceptos, de los cuales esos sub- Jo Será recordar también los argumentos contra su fusion
conjuntos son los rangos a extensiones.) en las filosofias logicista y formalism de la matemática.
Por otra pane, toda caracteristica perceptiva es inter- Sin embargo, inclusive si por mor del argumento nos
namente inexacta, Ia cual significa —lo recordamos— que dispusiéramos a admitir caracteristicas perceptibles otras
cada una de sus especies 0 CS inexacta o bien, si es exacta, que las que son internamente inexactas, aun asi nos que-
tiene una subespecie inexacta. Cabria defender un enun- dana el vasto y muy interesante campo de las caracterfs-
ciado más fuerte todavia, a saber, que si P es una caracte- ticas perceptibles internamente inexactas. Hecha esta con-
ristica perceptiva, todas sus especies propias (todas sus cesiOn, me considero libre de prescindir de las calificaciones
especies con excepción de P misma) son inexactas. Sin de "internamente inexactas", al hablar en adelante de ca-
embargo, el enunciado más débil y menos controvertido racteristicas perceptibles, y de "puramente exactos", al ha-
bastará para el propósito de comparar y relacionar la ma- Mar de conceptos matemáticos.
temática y la percepción. Una precauciOn mas contra interpretaciones errOneas:
Que la matemática es puramente exacta, esto Ia han las caracteristicas perceptibles son ejemphficables en la
dicho a menudo los iógicos y los matemáticos en una forma percepciOn. Son categorias tales, o caen bajo elias, como
u otra y se aceptará, aeo yo, de modo general. Cabria "siendo una impresiOn de los sentidos", "siendo un aspecto
objetar, sin embargo, que la exactitud de todos los con- de un objeto fisico", etc. Que estas categorias estén o
ceptos matemáticos no forma parte de su esencia, que pue- no legitimadas, esto es una cuestiOn metafisica, y nuestro
de constituir acaso un accidente histórico que más tarde empleo de las • caractenisticas perceptibles no pretende
o rods temprano habrá de revelarse como tal, del mismo implicar posiciOn alguna ya sea realism, fcnomcnahsta o
modo que el interés inicial de Ia matemática por la sola metafisica
cantidad se reveló como un accidente histOrico. La obje- Si los conceptos matemáticos son puramente exactos y
don es meramente verbal. En efecto, si alp cierto se ha las caracteristicas perceptibles son internamente inexacta s,
220 NATURALEZA DL LA MATEMATICA DESCONECTADA DE LA PERCEPCION 221

entonces la siguiente proposicion, muy simple, acerca de la PlatOn Si distingue entre Formas fnatematicas exactas y
relaciOn entre conceptos exactos e inexactos, y entre con- caracteristicas empIricas inexactas, pero tampoco él se da
ceptos puramente exactos a internamente inexactos ad- cuenta de la posibilidad de sistemas matematicos alternati-
quiere significado filosOfico: vos, y es posible que èsta sea una de las razones de su
Si 21 es un concepto puramente exacto yV es un con- teoz-ia metafisica de las Forxnas. Por supuesto, no tenia
cepto internamente inexacto, entonces se sigue inmediata- manera de comparar la lOgica de los conceptos exactos e
mente de las definiciones de exactitud pura e inexactitud inexactos, en un momenta en que la primera se encontraba
interna que ni 21 <q3 ni 3<21. Dada que toda especie en sus etapas iniciales.
de T ha de ser inexacta per definiciOn o tener una sub- Resuita natural y fácil extender la tesis de la inconexiOn
especie inexacta, 21 no puede estar incluido en ¶. Y dado de los conceptos a los objetos, proposiciones y teorias.
que toda subespecie de 21, ha de set exacta per defini- Definimos el objeto perceptible como aquel que solo posee
ciOn, , que tiene especies inexactas, no puede ser una caracteristicas perceptibles, y el objeto matematico como
especie de U. aquel que sOlo posee caracteristicas matemáticas, y dos ob-
Dado que todos los conceptos matemáticos son pura- jetos coma "inconexos" si Sits caracteristicas son inco-
mente exactos y que todas las caracteristicas perceptibles nexas. Asi, pues, los objetos matemáticos y los perceptibles
son internamente inexactas, Sc sigue que ningOn concepto son inconexos. Definimos una proposiciOn coma percep-
mateniático incluye 0 CS incluido (implica lOgicamente 0 tible si y sOlo si afirmarla equivale a atribuir o negar una
es implicado, trasmite a es trasmitido, etc.) en caracteris- caracteristica perceptible a uno a más objetivos, y la defini-
tica perceptible alguna. Dirernos, pues, que los conceptos mos coma puramente exacta si y solo si los conceptos que
matemáticos y las caracteristicas perceptibles son (deduc- son atribuidos o negados al afirmar la proposiciOn son
tivarnente) inconexos. puramente exactos. Designamos los conceptos atribuidos
o negados como los "conceptos constituyentes" de la pro-
La tesis de la "inconexiOn" de las caracteristicas mate-
rnáticas y perceptibles y la caracterizaciOn de los concep- posiciOn, y definimos dos proposiciones como inconexas si
tos matemáticos coma inconexos con los perceptibles nos y sOlo si Sus conceptos constituyentes son inconexos. Asi,
recuerda la Wen conocida posición kantiana de que los pues, las proposiciones matemáticas y las perceptibles son
conceptos matemáticos son a priori. Pero Kant supone, inconexas. Finalmente, designamos una teoria como pura-
mente exacta si y sOlo si todas las proposiciones y todos
con todo, que sus conceptos a priori, en la medida en
los conceptos constituyentes de las proposiciones son pu-
que pertenecen a la matemática, están ejemplificados en
ramente exactos, y la designamos coma perceptible si una
Ia percepciOn y, más concretamente, que son caracteristicas
o más proposiciones y, por consiguiente, una a más de sus
de estructuras perceptibles presuntamente invarian tes, esto
conceptos constituyentes son perceptibles. Asi, pues, las
es, ci espacio y el tiempo. Concibe los conceptos matemá-
teorias matemáticas y las perceptibles son inconexas.
ticos coma inconexos, no con todas las caracteristicas per-
Para resumir, decimos que la matemática y la percep-
ceptibles, sino solamente con aquellas que son percepti-
ciOn son inconexas, a que la matemática pura está desco-
bles-sen.s-ibles. Nuestra tesis, en cambio, es más radical, per nectada de la percepciOn. Esta ültima expresiOn sugiere
cuanto no reconoce la distinciOn kantiana entre la percep- que, al matematizar los conceptos, las proposiciones y las
dOn sensible y la percepciOn pura o intuiciOn. La concep- teorias perceptibles, modificamos los conceptos percepti-
ciOn de Kant implica ademas una posiciOn privilegiada bles, de tal modo que dejan de ser perceptibles. La modi-
Para ciertas teorias matemáticas, CStO Cs, Para aquellas que ficaciOn a idealizaciOn equivale, en cierto mada, a una
presuntamente describen Ia pura percepciOn. Y finalmente, "desconexiOn" con respecto a la percepciOn.
Kant no considera —o no toma en serio— la distinciOn
entre conceptos exactos e inexactos.
222 NATURALEZA DE LA MATEMATICA PROI'OSIGIoNES DE EXISTENCIA 223

3}' PROPOSICIONES MATEMATICAS DE EXISTENCIA adopciOn per alguien— no es un concepto, no es ni ver-


dadera ni falsa y es susceptible, sin embargo, de estar en
£1 problema de las proposiciones matemáticas de existen- relaciones lOgicas con otras reglas, siendo considerada, cuan-
cia (proposiciones, teoremas, metateoremas, etc., Pero no, do menos per muchas personas, como una proposiciOn. Esto
en cambio, arreglos no interpretados de objetos pertene- lo reconocen implIcitaniente aquellos lOgicos que suelen
cientes a un cálculo) es tan antiguo, cuando menos, como calificar su empleo de "proposiciOn" afladiendo "declara-
la discusMn tie Jo liamado mmemátjco (véase p. 13). Las tiva" o "indicativa"
proposiciones matemáticas de existencia, por ejemplo, "Exis- Hay una caracteristica, sin embargo, que basta Para
te un punto euclidiano", o "Existe un primer nOmei-o na- distinguir las proposiciones (incluidas las reglas) de los
tural", son totalmente distintas prima fade de otras pro- conceptos, a saber, que estos ültimos son susceptibles, a
posiciones de existencia, como por ejemplo, "Existe una cliferencia tie las proposiciones, tie atribuirse a objetos
silla", o "Dios existe". Cabria esperar encontrar la diferen- (véase p. 206). Per consiguiente, caractcrizamos las pro-
cia conexa con Ia diferencia entre los conceptos puramente posiciones: i] como susceptibles tie figurar en relaciones
exattos y los demás. lOgicas, y ii] como no susceptibles de aplicarse a objetos.
Con objeto de aclarar la noción tie proposiciones mate- Si bien una proposiciOn expresara acaso la atribucion de
máticas tie existencia se hace necesario aclarar hasta cierto un concepto a un objeto, la proposición —Ia atribuciOn-
punto la nociOn tie proposiciOn. Una forma tradicional no es susceptible, con todo, de atribuirse ella misma a cosa
consistiria en caracterizar las proposiciones como: i] dota- alguna. Esto es asi, inclusive si deseáramos, como yo lo
das de significado, y ii] como verdaderas o falsas. Toda deseo, considerar las proposiciones como caracterIsticas de
vez que "significado" —sentido, contenido lOgico— Jo poseen la "realidad" o del "mundo en su conjunto".
tambien los conceptos, la segunda caracteristica sirve Para Las proposiciones, en nuestro amplio sentido del tér-
distinguir los conceptos de las proposiciones. Exporter el mino, pueden dividirse en n-es clases: a] proposiciones 16-
significado de un concepto (o una proposiciOn) equivale gicas, que expresan relaciones lOgicas entre conceptos o en-
a exponer las relaciones lOgicas que man tiene con otros tre proposiciones; b] reglas, esto es, proposiciones que son
conceptos (o proposiciones). Las relaciones lOgicas entre con- susceptibles de ser respetadas o vulneradas per la conducta
ceptos las hemos investigado hasta cierto punto. Y las que tie sus adeptos, y c] proposiciones factuales, esto es, pro-
se dan entre proposiciones dependen tie las reglas que ri- posiciones que no son ni reglas ni proposiciones 16gicas.8
gen sus conceptos constituyentes, por una parte y, por Ia Caen en esta ñltima categoria las proposiciones existencia-
on-a, de las reglas que rigen coristituyentes no-conceptuales les, que no son ni reglas ni proposiciones lOgicas. En
de las proposiciones relacionadas, como son los conexivos, efecto, la proposiciOn "Existe un objeto, digamos x, al que
los cuantificadores y otros operadores. La extensiOn de la puede atribuirse correctamente un concepto, digamos F"
lógica de los conceptos hasta incluir tanto a los exactos no expresa ni una relaciOn lOgica entre conceptos, como
come a los inexactos conducira también a una extensiOn la de inclusiOn, exclusion, etc., ni expresa una relaciOn
de la lOgica de las proposiciones analizadas y no analizadas, lOgica entre proposiciones, como la tie deductibilidad o in-
tarea que no podemos emprender aquf. compatibilitiad. Es una proposiciOn factual.
La segunda caracteristica tradicional tie las proposicio- Sin embargo, la caracterizaciOn de las proposiciones de
nes, el que scan falsas o verdaderas, es demasiado restric- existencia como factuales es, con todo, mucho más laxa.
tiva. Excluiria tie las proposiciones a las reglas, puesto que "Hay enteros que satisfacen los axiomas tie Peano" y "Hay
éstas no son ni ciertas ni falsas. La regla, por ejemplo, árboles" son dos proposiciones muy tiiferentes. Y sin em-
"No fumar nunca antes del desayuno" —considerada apar-
te del hecho empfrico tie su imposiciOn a alguien o de su 8 Véanse más detalles en Conceptual Thinking, cap. .
224 NATIJRALEZA DE LA MATEMATICA
PROPOSICIONES DE EXISTENCIA 225
bargo, las dos son factuales. Con objeto de caracterizar las
proposiciones existenciales de la matemática más de cerca, o falsa. (Lo que es cierto es que una de ellas es adoptada,
liemos tie introducir todavia otra clasificacion de las pro- seguida, violada, recomendada, etc.)
posiciones, esto es, la dicotomla, en aquello que designare Veamos ahora las proposiciones factuales, esto es, las
como proposiciones ünicas y no-ünicas. proposiciones que no son ni proposiciones lOgicas ni re-
Dire que una proposición, digamos p, Cs Unica, si y glas. Las proposiciones empiricas particulares y generales
solo si Id incompatibilidad de p con alguna otra propo- —en donde puede entenderse, con Popper, que "empIrico"
siciOn, digamos q, implica que cuando menos una de ellas significa falsificable— son manifiestamente ünicas. Asi,
es falsa. Las proposiciones lOgicas son ünicas. Considere- pues, tie las dos proposiciones particulares incompatibles,
mos, por ejemplo, las proposiciones lOgicas PQ y Pci Q "Todas las piezas de cobre conducen electricidad" y "Hay
incompatibles. Si una de ellas ostenta el significado de una pieza de cobre que no conduce electricidad", una,
P y tie Q o, más exactamente, si una de ellas es conforme cuando menos, ha de ser falsa. La proposiciOn menciona-
a las reglas que rigen P y Q entonces la otra las vulnera. da en óltimo término Cs asimismo un ejemplo de propo-
En este caso, una de ellas es cierta y la otra falsa. Por siciOn existencial ünica. Y a su vez, las proposiciones teo-
supuesto, la incompatibilidad de PIQ con Pa Q admite lOgicas "El hombre tiene on alma inmortal" y "El hombre
también la posibilidad de que ni la una ni la otra sean no tiene un alma inmortal" son ünicas, a menos que adop-
ciertas, por ejemplo, a causa de P < Q. En otros términos, temos el criterio positivista lOgico del significado.
la incompatibilidad de PQ con PQ Q implica que cuando Con objeto de demostrar que las proposiciones de exis,
tencia matemáticas son no-ünicas, voy a adoptar el siguien-
menos una de ellas es falsa. A titulo de otto ejemplo,
consideremos la proposiciOn lOgica "p implica lOgicamente te supuesto, esto es: que una proposiciOn cierta de que
existe un objeto pie tiene la propiedad P implica lOgica-
q" —que algunas veces se escribe, en forma mas precisa,
mente que P es internamente coherente; pero que Ia co-
como "p ' q", en donde el sufijo se refiere a reglas que
herencia interna de P no implica que un objeto que tenga
rigen los tipos de constituyentes conceptuales y no con- P existe. En resumen, la existencia implica la coherencia,
ceptuales de on lenguaje o un sistema conceptual dados.
Esta proposiciOn es incompatible, pot ejemplo, con " no pero no, inversamente, la coherencia la existencia. (Supon-
implica lOgicamente q". El hecho de que las dos sean üni- go asimismo que el significado de. "coherencia" y sus afi-
nes no son objeto de controversia, en el sentido de que
cas puede verse mediante on argumento que es precisamen-
cualquier análisis o definiciOn que dejara de preservar
te similar al precedente. Afirmar la coherencia interna de
una conjunciOn de conceptos o proposiciones equivale a como cierta la proposition acerca de la relaciOn entre Ia
existencia y la coherencia deberfa rechazarse como made-
afirmar relaciones lOgicas y, en consecuencia, una proposi- cuada.)
ciOn finica.
Las reglas, a diferencia de las proposiciones, no son Si comparamos "Existe una pieza de cobre" y "Existe
un alma inmortal", por una pane, con "Existe un punto
ünicas. Potpie toda vez que las reglas no son ni ciertas
euclidiano", por la otra, vemos que los fundamentos para
ni falsas, la incompatibilidad mutua de dos reglas no puede
estas proposiciones de existencia son totalmente distintos.
implicar que una de ellas, cuando menos, sea falsa. Las
En efecto, la coherencia de los conceptos constituyentes
reglas "No fumar nunca antes del desayuno" y "Fumar
es necesaria en todos los casos, pero, en tanto que podemos
antes del desayuno todos los lunes" son incompatibles, pero
hacer disponibles pot decision o postulado objetos pan
su incompatibilidad no implica que una de ellas, cuando
"punto euclidiano", no podemos hacerlo, en cambio, para
menos, sea falsa. Lo mismo serla cierto de dos reglas que "pieza de cobre" o para "alma inmortal".
utilizaran <perro> como etiqueta pan perros o que la
Es legitimo, con la sola condition de que "punto eucli-
utilizaran para gatos, ya que ni una regla ni otra es cierta
diano" sea internamente coherente, postular la existencia
226 NATURALEZA DE LA MATEMATICA PROPOSICIONES DE EXISTENCIA 227
de puntos euclidianos, independientemente de la natura- el botánico o el zoOlogo no pueden crear los cases de sus
leza del universo fisico. Pero no se sigue de aM que al conceptos autocoherentes, el matemático puro, en caxnbio,
enunciar "Existe un punto euclidiano" no enunciemos ni puede decretar la existencia de los objetos de sus conceptos
más ni menos sino que "punto eudidiano" es internamen- autocoherentes por su propio fiat. Y no sOlo puede hacerlo,
te coherente. El hecho de que esto seria falaz se sigue sino que lo está haciendo continuamente. Las proposicio-
no sOlo de la relaciOn general entre existencia y cohe- nes de existencia matemáticas de Ia forma "Hay un objeto
rencia, sino también de la estructura de la geometria eucli- tal que. ....son proposiciones factuales no-ünicas.
diana, tal como la exponen, por ejemplo, Hilbert o ye- La idea de que las proposiciones matematicas de exis-
blen: si las proposiciones de existencia de la geometria tencia son proposiciones lOgicas ünicas se basa, segün vi-
euclidiana no expresaran más que la coherencia de los con- mos, en definiciones ad hoc de lo que se entiende por
ceptos de la teoria, tal como Ia expresan sus proposiciones "principio lOgico", clasificándose como lOgicos a principios
no-existenciales, entonces deberia ser posible eliminar de tales como el axioma del infinito. Inclusive si nuestra de-
la teorl a, una vez demostrado que era coherente, todos los finiciOn de la proposiciOn lOgica en cuanto expresiOn de
postulados existenciales, sin eliminar ninguna de las con- una relaciOn lOgica entre conceptos o entre proposiciones
secuencias de la teoda original. Serla posible, pues, de- se considera como demasiado estrecha, ninguna proposi-
mostrar la dependencia de todas las proposiciones existen- ciOn del tenor de que los objetos para un concepto inter-
ciales de la teorla con respecto a sus proposiciones no- namente coherente existen Cs, con todo, una proposiciOn
existenciales; Y esto, segün se deja demostrar, es falso. lOgica. V de hecho, este requisito negativo es una de las
La libertad para postular la existencia de puntos eucli- pruebas del carácter adecuado de toda definiciOn de "pro-
dianos implica la libertad de postular su no-existencia. Esto posiciOn lOgica".
significa que, si bien las proposiciones "Existen puntos eu- La idea de que algunas proposiciones matematicas de
clidianos" y "No existen puntos euclidianos" son incompa- existencia son proposiciones fuctuales ünicas se basa, en la
tibles, esta incompatibilidad no implica, con todo, que filosofia fonnalista de la matemática, en el presunto he-
una de ellas, cuando menos, sea falsa. En efecto, las dos cho de que describen objetos perceptibles, esto es, trazos
proposiciones, si bien factuales, son con todo, al igual y operaciones de. trazos. Se debe a la confusiOn de cases
que las reglas, no-ünicas. Este simple resultado no puede de caracteristicas perceptivas inexactas con casos de con-
expresarse en términos de las habituales caracterizaciones ceptos matematicos puramente exactos. En la filosoffa in-
estrechas de proposiciones, lo que ha de oscurecerlo nece- tuicionista, por su pane, la idea del carácter ünico de las
sariamente. proposiciones de existencia se basa en el presunto hecho
Las mismas observaciones se aplican a las proposiciones de construcciones intuitivas e intersubjetivas autoevidentes.
matemáticas de existencia en general. La coherencia de También este punto de vista se ha refutado anteriormente
todo concepto puramente exacto —por ejemplo, de "en- por medio de un argumento viejo pero eficaz.
tao"— permite Ia posiciOn de objetos existentes. Los di- Hemos dicho que la posiciOn de objetos para concep-
versos conceptos de nñmero real, e inclusive de "entero", tos interñamente coherentes constituye el fundamento de
tal como lo caracterizan los finitistas estrictos, los intul- las proposiciones matemáticas de existencia. Esto no im-
cionistas y los matemáticos clasicos, son tan distintos unos plica, con todo, respuesta alguna a la pregunta acerca de
de otros como lo son los conceptos de "punto" en las si deberiamos efectivamente postular tales objetos en un
geometrias euclidiana y no-euclidiana. Hemos de distinguir caso dado. Decir que si la implica equivaldria a conside-
en la matemática pura, con el mismo cuidado que en bo- rar que el hecho de que la manufactura de un determi-
tánica o en zoologla, entre proposiciones de existencia y nado tipo de automOviles sea el fundamento de proposi-
proposiciones de cQhcrcncla. Sin embargo, en tanto que ciones en el sentido de que existen automOviles de este
228 NATURALEZA DE LA MATEMATICA NATURALEZA DE LA MATEMATICA APLICADA 229

tipo, implicaba una respuesta a la pregunta acerca de si Itesulta indicado empezar el examen con la cita de un
tos automoviles ban de fabricarse o no. Lo que hemos enunciado conciso de on fisico teórico. El enunciado es
clicho a propósito de las proposiciones de existencia en similar, en espIritu, a otros a los que hemos tenido oca-
matemática concuerda bien con las nociones de los ma- sión de referirnos, de matemáticos y cientificos practicos
tcmáticos prácticos. En efecto, su empleo del término "os- que emplean Ia matematica en su campo, y su nümero
tulado de existencia" sugiere muy claramente ci carácter podria aumentarse indefinidamente. P. A. M. Dirac9 se-
no-ünico de las proposiciones matemáticas de existencia. flala que la mecánica cuántica necesita para su formulaciôn
Podrla objetarse que no toda teorfa matemática incluye de un aparato matematico distinto del empleado en la fi-
proposiciones de existencia y que todas las proposiciones sica clásica, porque el contenido fisico de las nuevas ideas
matematicas no son más que enunciados lógicos en el sen- "requiere que los estados de un sistema dinámico y de
tido de que los postulados implican logicamente los teo- variables dinámicas se enlacen en formas totalmente extra-
remas. Una teorla matemática no serf a más, en tal caso, has, que son ininteligibles desde el punto de vista clásico".
que una exposición de significado: de una red conceptual, '1 expresa su idea general de Ia estructura de la mecánica
en cierto modo, sin consideración alguna acerca de si pue- cuántica, y por lo visto de toda teorfa fisica, como sigue:
de o no "captar objetos". Pero podemos contemplar la red "El nuevo esquema se convierte en una teorla fisica
conceptual de la zoologla (descriptiva) con resultados per- precisa cuando todos los axiomas y reglas de manipulación
fectamente paralelos. Podemos, además, plantear la cues- que rigen las cantidades matemáticas están especificados y
tión acerca de cómo se proporcionan los objetos, en su cuando, además, se consignan ciertas leyes fisicas enlazan-
caso, para los conceptos de uno y otro sistema. Por lo do los hechos fisicos con el fonnalismo matemático, de
que se refiere a la zoologia, la respuesta seth: por datos modo que de cualesquiera condiciones fisicas puedan infe-
perceptibles u objetos fisicos, y para la matemática: per rirse ecuaciones entre cantidades matematicas y viceversa.
postulado. En una aplicaciôn de la teorla, se nos dada cierta infor-
Se recomienda evitar deck que toda teorl a de mate- macion fisica que procederiamos a expresar per medio de
mática pura contiene proposiciones de existencia que son ecuaciones entre cantidades matematicas. Deducirfamos
no-ünicas, y decir, más bien, que las proposiciones de exis- luego nuevas ecuaciones, con ayuda de los axiomas y de
tencia que o están contenidas en la teorIa o mediante las las reglas de manipulaciOn, y concluirfamos interpretando
cuales ésta puede completarse poseen esta caracteristica. estas nuevas ecuaciones como condiciones fisicas. La jus-
Es esta inteligencia podemos resumir el argumento de las tificaciOn del procedimiento conjunto depende, aparte de
Oltimas dos secciones en esta forma: toda teorl a de mate- la coherencia interna, de la concordancia de los resultados
mática pura —formulada en términos de conjuntos y fun- finales con el experimento."
clones o conceptos afines— es puramente exacta y existen- Al hablar de "consignar leyes que enlacen hechos fisi-
cialmente no-ünica. cos con el formalismo matemático", Dirac pone cuidado
en no prejuzgar la naturaleza del enlace en términos de
correspondencia biunivoca entre caracteristicas u objetos
4] LA NATURALEZA DE LA MATEMATICA APLICADA
fisicos y matemáticos, o en términos de una ejemplifica-
La matemática pura está desconectada (logicamente) de ción de caracteristicas matemáticas por medio de caracte-
la percepciOn. En cambio, en la matemática aplicada, es- risticas fisicas.
pecialmente en la fisica teórica, la matemática pura y la Eddington, quien considera la estructura lOgica de la
percepción se juntan. Cuál es la naturaleza de esta rela-
chin? El terreno adecuado para la respuesta parece haber O The Principles of Quantum Mechanics, 3a ed., Oxford,
estado ampliamente preparado per el examen precedente. 1947, reimpreso en 1956, p. '.
230
NATURALEZA DE LA MATEMATICA NATIJRALEZA DE LA MATEMATICA APLICADA 231
teorla de la relatividad en su obra igualmente dásica,10 dad (filosOfica) ", en términos del ejemplo sumamente
Cs, a ml modo de vet, menos clam. Habiendo desarroflado simple que nos sirviO en nuestra critica de los puntos de
'una geometria pura que se propone set descriptiva de la vista tanto logicista come formalista de la matemática
estructura de relaciones del universo", formula lo que él aplicada. Consideremos una vez más, pero ahora a la luz
llama "principio de identificadon" como sigue: "La es- del examen más precisO y detallado de la lOgica de los
tructura de las relaciones se presenta en nilestra experien- conceptos exactos e inexactos, las proposiciones:
cia como un mundo fisico que costa de espacio, tietnpo
y cosas. La transición de la descripcion geométrica a la
1] "l+12"
fisica sOlo puede hacerse identificando los tensores que 2] "Una manzana y una manzana son dos manzanas"
miden las cantidades fisicas con tensores que ocurren en
la geometria pura, y necesitamos proceder inquiriendo pri- La proposiciOn I] es una proposiciOn de matemática
mero cuáles propiedades experimentales posee el tensor f 1- pura que puede analizarse de muchas maneras distintas, o
sico y buscando luego un tensor geométrico que posea sea que puede considerarse como proposiciOn perteneciente
estas propiedades Por virtud de identidade.c tnatemdticas." a diversas teorlas aritméticas que no necesitan ser congruen-
La dificultad estriba en el significado del ténnino "iden- tes una con otra, difiriendo, por ejemplo, en sus postula-
tificacion". Si lo que se quiere decir es que para deter- dos transfinitos. (Al decir que dos teorias tales serán acaso
minados propósitos se tratan caracteristicas fisicas como si incongruentes, quiero decir que el conjunto de postulados
fueran matemátjcas, entonces las observaciones de Edding- de las dos teorl as, tomados juntos como definiendo con-
ton serlan perfeciamente similares, en cuanto a la inten- juntamente conceptos de nümero no diferentes, sino el
dOn, a las de Dirac. Pero si lo que se quiere decir es que rnLnno concepto de nümero, es una conjunción incon-
Ia identjdad de las caracteristicas fisicas y matemátjcas se gruente.) Sin embargo, cada una de estas versiones implica
descubre, se conjetura o se postula, entonces el principio ñnicamente conceptos puramente exactos. Asi, por ejem-
de identification es falso, porque es incompatible con la plo, los conceptos de 1] y de 2] podrán considerarse, a la
desconexion de la matemática con respecto a Ia percep- manera de Frege, como conceptos exactos que caracterizan
ciOn. Las ültimas obras de Eddington, en particular las unidades y pares; a la manera de Hubert, como conceptos
explicitamente filosOficas, tienden a confirn-iar la segunda exactos que caracterizan trazos sobre el papel (los cuales,
interpretaciOn —que ignora la diferencia fundamental en- sin embargo, han de considerarse como casos positivos de
tre conceptos puramente exactos y correspondencias defi- conceptos inexactos que admiten —pero de conceptos exac-
nidas, tal como se encuentran en la matemática pura, pot tos que no admiten— candidatos neutros), o finalmente, a
una parte, y los conceptos y las semejanzas inexactas, tal la manera de Brouwer, como caracteristicas exactas de cons-
como se encuentran en las proposiciones perceptivas pot trucciones intuitivas autoevidentes. Cada una de estas ver-
Ia otra. siones deja margen para diferencias ulteriores más deta-
Con objeto de explicar la relatiOn entre caracteristicas lladas en las reglas que rigen estos conceptos exactos, de
matemáticas y perceptivas en la Elsica teOrica y en la mate-' acuerdo con variantes reales o posibles de estas doctri-
mática aplicada en general, no es necesario, afortunadamen- nas principales en la filosof ía de la matemática. Y 10
te, considerar teorla matemáticamente compleja alguna, propio se aplica al analisis de la adiciOn matemática. En
como Ia mecánica cuántica o la teorla de Ia relatividad. Se efecto, Frege considera la adiciOn matemática como üna
Ia puede considerar, antes bien, "sin pérdida de generali- relatiOn puramente exacta de la suma lOgica (de rangos
exactos de conceptos) ; Hilbert, pot su pane, la considera
10 The Mathematical Theory of Relativity, como un concepto exacto, caracteristico de la yuxtaposiciOn
2 4t ed., Cam-
bridge, 1924, P. 222. de trazos kleales, y Brouwer, finalmente, como una caracte-
232 NATURALEzA 1W LA MATEMATICA NATURALEZA DE LA MATEMATICA APLICADA 23$
ristica exacta de una contrapartida intuitiva de su opera-
don perceptiva. Se ha sostenido, en los capitulos de critica anteriores,
que considerar la relaciOn entre I] y 2] no equivale ni
Asi, pues, de cualquier modo que se la analice, la pro- siquiera a tocar el problema implicado en Ia aplicaciOn
posicion I] sOlo implica conceptos puramente exactos y
de Ia matemática pura a la experiencia. Dar una explica-
está desconectada de Ia percepciOn. Implica, sin duda, de ciOn dc la relaciOn entre I] y 2b] en términos de la que
acuerdo con Hubert y Brouwer, que los conceptos inclui- existe entre 1] y 2a] equivale a cometer ci error de con-
dos no son vadios. Es existencial y, segán lo sostuvimos, fundir conceptos pliramente exactos, sus objetos y las pro-
no-ünicamente tal.
posiciones; que los implican, con conceptos internamente
La proposiciOn 2], por su parte, puede analizarse de inexactos, sus conceptos y las proposiciones que los impli-
dos maneras distintas. Sc Ia puede considerar, primero, can. Equivale a pasar per alto la diferencia fundamental
como puramente exacta. I3sw, segün vimos, es Jo que hace entre la lOgica de los conceptos exactos e inexactos y su
el logicista a! considerar' 2] como un caso de sustituciOn desconexiOn (lOgica).
de 1], obtenida sustituyendo dases-unidades no especifi-
Toda vez que 2a1 y 2b] son de una estructura total-
cadas por ciases-unidades especificadas de manzanas en 1], mente distinta y toda vez que, por consiguiente, 2b] no
Y luego su suma lOgica por la suma lOgica no especificada es ni una ejemplificaciOn dc I] ni es isomOrfica con ella, la
en I]. La transicjón Va, para x e y distintos, no vacios, de "aplicacion" de I] que se traduce en 2b] —esto es, Ia idea-
(x)(y)(x el)& (Yel)) ((x u y)e2)) lizaciOn o matematizaciOn de 2b] por 2a]— consistc en
a ((x0Ei)&(y(,E1) ((x0 ij y0)E2). remplazar 2b] por 2aj. Esta sustitucion csta justificada per
el propOsito en vista. En particular, si 2a] sirve, junto
En ci sistema formal ista, 2] se interpreta como isomOrfica con otras proposiciones matemáticas, como prcmisa para
con 1], consjderándosc tácitamente a las manzanas y su la deduccion de otras proposiciones matemáticas, y si a!-
yuxtaposiciOn como casos dc concepto exactos. Me referiré gunas de éstas pueden considerarse como idealizaciones de
a toda transcripciOn de 2], que se transforma del modo nuevas proposiciones empiricas, la -sustituciOn original de
indicado en una proposiciOn exacta, como a 2a].
2b] por 2a] está justificada como medio auxiliar en el des-
Sin embargo, la proposiciOn 2] puede considerarse asi- cubrimiento de nuevas verdades. El procedimiento de la
mismo como enunciado empirico del resultado de aiguna fisica teOrica y tie Ia matemática aplicada en general con-
adicion fisica dc objetos fisicos. Los conceptos "unidad siste en sustituir proposiciones empiricas por proposiciones
fisica", "adiciOn fisica" y "par fiske", en los diversos sen- matemáticas, en deducir consecuencias matemáticas de pre-
tidos de estos términos, son todos ellos internamente in- misas matemátkas y en sustituir aigunas de estas conse-
exactos, y la proposiciOn de la que estos conceptos son cuencias por proposiciones empiricas. El hecho de que
constituyentes es, por consiguiente, internamente inexacta. este proccdimiento pucda set —y haya sido de hecho a me-
"Una manzana y una manzana son dos manzanas" es una nudo— sumamente eficaz, depende de que el mundo sea
ley empirica de la naturaleza, la cual a diferencia de como es. Y el hecho de que se hayan encontrado reglas
"I + 1 = 2", es susceptible dc confirmaciOn o refutacion satisfactorias que rigen —más o menos estrictamente— el
por el experimento y la obsen'aciOn. Me referire a todo intercambio de conceptos exactos e inexactos (antes y des.
análisis de una proposicion 2] que se transforma en una puS de Ia deduccuon matemática), depende de aquellas
proposiciOn general cmplrica que implica caracteristicas caracteristicas del univcrso que se conocen con ci nombre
(perceptivas) internamente inexactas como a 2b].11 de ingenio humano.
La diferencia entre la matemática aplicada de la adi-
i Véase un anilisis de las leyes empiricas de la naturaleza ciOn de manzanas, por una parte, y la mecánica cuántica
en Conceptual Thinking, cap. xi.
y la fisica de la relatividad, por Ia otra, no es más que
234 NATURALEZA DE LA MATEMATICA NATURALEZA DE LA MATEMATICA APLICADA 235
una diferencia de complejidad. En efecto, en la mecánica misma relaciOn de desconexiOn que la "adiciôn fisica' en
cuántica y en la fisica de la relatividad, dos intercambios sus diversos sentidos, por ejemplo, lo está con respecto
sucesivos de conceptos o proposiciones puramente exactos y a la "adiciOn matemática", ya se defina este concepto como
conceptos o proposiciones internamente inexactos (la sus- concepto puramente exacto a la manera del logicista, del
titución primero de conceptos y proposiciones fisicos por formalista, del intuicionista o en cualquiera otra forma.
matemáticos y luego de estos óltimos por fisicos) suelen En relacjón con esto necesitamos mencionar una distin-
estar separados por largas cadenas de razonamiento ma- dOn entre conceptos de matemática pura y aplicada debida
tematico, en tanto que en la fisica de la adición de man- a Karl Menger.13 Este define una cantidad como un par
zanas, la cadena de razonamiento matemático seth corta o ordenado, cuyo primer miembro es un objeto y cuyo segun-
inexistente. Por otra pane, en tanto que al aplicar ci es- do miembro es un nümero. Dos cantidades son congruen-
pacio de la geometria pura de Hubert a los fenomenos tes, a menos de que tengan el mismo objeto y valores numé-
fisicos de la fisica atómica, y al aplicar ci cálculo de ten- ricos distintos. Si ci objeto no es un námero, sino, pot
sores a los fenomenos fisicos de cuerpos en movimiento, ejemplo, una distancia fisica o un acto de leer una escala,
no todo concepto o proposición matemática se acopla con entonces la cantidad pertenece a la matematica aplicada, y
uno fisico; ci acoplamiento de las proposiciones y los con- no a la pura. La clase de cantidades mutuamente con-
ceptos matemáticos con los flsicos es completo, en cambio, gruentes se designa brevemente como un "fluyente". Si
en nuestro ejemplo de las manzanas. los primeros miembros de sus elementos son námeros, el
Podria objetarse que, con frecuencia, antes de que la fluyente es una funciOn de matematica pura. Y si los
matemática pura pueda aplicarse a la experiencia sensible, primeros miembros de sus elernentos no son nümeros, el
ha de extenderse primero mediante la introducción de fluyente expresa una relaciOn de matemática aplicada.
nuevos conceptos y de postulados que rijan su empleo. Asi, Los penetrantes análisis de Menger en términos de es-
por ejemplo, de acuerdo. con Russell ,12 la matemática pura tos conceptos-clave ban Ilegado a mi conocimiento dema-
se extiende a la dinamica racional mediante la introduc- siado tarde Para que yo pueda dedicarles aquf la atenciOn
ción de conceptos como los de "masa", "velocidad", etc., y que merecen. Debo limitarme a indicar, por consiguiente,
de nuevos postulados correspondientes que sus fluyentes, en particular los que pertenecen a la
Inclusive si admitimos la posibilidad dudosa de distin- matemática aplicada, son puramente exactos y, por tanto,
guir estrictamente ernie estos conceptos matemáticos y los están deductivamente desconectados de los conceptos em-
conceptos matemáticos puramente lógicos, los conceptos piricos, que son internamente inexactos.
de la dinámica racional son, con todo, puramente exac- Para resumir nuestro examen de la matematica aplica-
tos. La "masa" y la "velocidad", tal como se emplean en da: la "aplicaciOn" a la percepcion de la matemática pura
La dinámica racional, están deductivamente desconectadas desconectada IOgicamente de la percepciOn, consiste en
de los conceptos de masa y velocidad caracteristicos de la una actividad más o menos estrictamente reglamentada que
experiencia sensible, dentro y fuera de los laboratorios, implica: i] la sustituciOn de conceptos y proposiciones em-
y los cuales, lo mismo que todos los conceptos empiricth, piricos por conceptos y proposiciones matematicos; ii] la
son internamente inexactos. (La dinámica racional no corn- deducción de consecuencias a partir de las premisas pro-
prende concepto alguno que admita casos-limite.) En otros porcionadas en esta forma, y iii] la sustitución de algunas
términos: los conceptos de la dinámica racional están con de las proposiciones matemáticas deducidas por proposi-
respecto a sus contrapartidas empiricas —si las hay— en la ciones empiricas. Podriamos afladir, en iv] !ugar, la con-

12 Principles of Mathematics, 24 ed., Londres, 1937, pp. 13 Véase Calcutus - A modem approach, Boston, 1955, ' di-
465 versos trabajos all! mencionados.
236 NATURALEZA DE LA MATEMATICA MATEMATICA Y FILOSOFIA 2&7
firmaciOn experimental de estas ültimas proposiciones, lo filosóficas tienen más probabilidadès de resultar eficaces
cual, sin embargo, Cs más bien tarea de los cientificos ex-
cuando la tarea no consiste tanto en encontrar teoremas
perimentales que de los teóricos. como en encontrar teorf as. Y seráñ tarnbién más eficaces
La idea expuesta concuerda fundamentalmente con el en la construcciôn de teoflas encaminadas a proporcionar
enunciado de Dirac, con los puntos de vista de Von Neu- los "fundamentos" de la matematica, que en teorfas que
mann (véase p. 72) y con muchos otros. Y tiene también proporcionen el aparato matemático, por ejemplo, Para
afinidades, segün ya se seflaio, con las ideas de Curry a una rama de la fisica. El hecho de que cuando menos los
propOsito de la matemática aplicada. El rasgo nuevo de iniciadores de la matemática logicista, formalista e intui-
la presente explicacion esta en la puesta de manifiesto del cionista se vieron fuertemente influidos por supuestos, in.
contraste entre conceptos y proposiciones matemáticos (pu- tuiciones y prejuicios filosOficos (comoquiera que se los
ramente exactos) y conceptos y proposiciones empiricos quiera liamar), esto no puede dudarse si tomamos en serio
(internamente inexactos), contraste que se muestra de la sus propios enunciados. Con objeto de ver las relaciones
manera más clara en el simple teorema a propósito de su entre la matemática y la filosofia más claramente, bien
desconexicin. podemos considerar un poco ms de cerca la ütil y am-
La 'aplicación" de la matemática en la fisica teórica pliamente adoptada distinción entre la filosofia analitica
la entienden algunos filósofos contemporaneos en una for- y la metafisica. Bastará un tratamiento algo esqueinático
ma más bien distinta. Sostienen, en efecto, que mediante y sumamente simp1ificado.1
razonamiento matemátjco se deducen directamente conclu- La filosofia analitica propendla a considerarse en un
siones empiricas de premisas empiricas, sin ci intercambia tiempo como la exposición del 'significado" de enunciados
de conceptos y proposiciones exactos e inexactos antes y de sentido comün y de enunciados y teorias pertenecientes
después de la deducción matemática. Esto Jo sugiere, por a campos especiales de investigación, considerándose que
ejemplo, ci aforismo bien conocido de Benjamin Peirce, semejante exposiciOn no cambiaba, sino que no hacia más
de que la matemática es "la ciencia que extrae conciusiones que poner claramente de manifiesto lo que se pretendia
necesarias". Se halla impilcito asimismo en la filosofia decir. Después de la adopción generalizada del consejo de
de Ia matemática de Kant. Y está tal vez impilcito tam- Wittgenstein, en el sentido de buscar no el significado sino
bien —o cuando menos no se niega— en algunas obras mo- el uso iinguIstico de las expresiones, sus seguidores consi-
dernas, como en Ia excelente Scientific Explanation,14 de deraron su filosofia analitica como la exposición de las
R. B. Braithwaite. Sin embargo, ignorar el intercambio de reglas que regfan las expresiones linguisticas de las opi-
conceptos exactos e inexactos en los argumentos de la fi- niones y las teorlas analizadas. El requisito de que el aná-
sica teórica, equivale a extender la mezcia de los concep- lisis no debe cambiar aquello que analiza sigue respetán-
tos matemáticos y empiricos de la filosofia de la matema- dose. Wittgenstein lo formula diciendo que "la filosofia no
tica a la de la ciencia. afectara acaso en lot-ma alguna el uso real del lenguaje,
sino que a Ia larga solo puede describirlo".16 Designa esta
5] MATEMATICA Y flL0SOFIA clase de análisis como 'análisis de exposiciOn".
Sin entrar en Ia cuestión acerca de en qué medida el
La matemática se dedica a Henar dos clases de vacfos, no
siempre estrictamente discernibles, vacios que consisten en
15 Para explicaciones más detalladas véase Conceptual Think-
la ausencia de teoremas en las teorlas existentes, y vaclos ing, especialmente los caps. xxx a xxxiii, y Broad on Philoso-
que consisten en la ausencia de teorias. Las consideraciones phical Method, a punto de aparecer, en el volumen de Broad,
de la Library of Living Philosophers, ed. Schilpp.
14 Cambridge, 1953, 16 Philosophical Investigations, Oxford,
1 953, p. 49.
238 NATURALEZA DE LA MATEMATICA MATEMATICA V FILOSOFIA
an4iisis de exposicion es o no on método filosOfico fe- inmediatamente la cuesticin acerca dc cOme deba justifi-
cundo, parece obvio que no toda filosofi a, ni siquiera toda cat-se Ia eleccicin entre diversos criterios.
la: que se practica con ci nombre de filosofla anailtica, es Ni ci análisis de exposicidn ni ci de sustitucicin pueden
análisis de exposiciOn. Los filósofos anailticos y otros con- justificar la elección. Si es cot-recta, el análisis dé - cxpo
sideran a menudo necesario ir más allá de la exposiciôn sic-iOn sOlo mostrará coal eiecciOn se ha efectuado, y ci
de reglas y cambiarias, conset-vando solamente, en parti- anáIisis de sustituciOn, pot su pane, sOlo puede tener iugar
cular, algunas reglas tai coma son, y sustituyendo las otras después de que se hayan elegido los criterios o se los haya
pot- otras más adecuadas; dependiendo el carácter adecua- adoptado sin selecciOn. Al elegir on criterio de solidez de
do de diversas circunstancias y propOsitos. As!, pot ejem- una teoHa fisica o matemática, elegimos un programa pat-a
plo, podrla acaso sostenerse de modo perfectamente plau- la construcci6n de teorias. En el casa de teorias ffsicas, la
sible que las antinomias teóricas de los conjuntos habian eiecciOn está limitada par los hechos de observaciOn y
side lievadas a luz par un análisis de exposición de la experimento. Pero inclusive aqul adquieren importancia
matemática clásica (y tal vez inclusive pot las opiniones del otros requisitas, como Jo pone de manifiesto la disputa,
sentido comün), y que los problemas matemáticos y filosó. par ejemplo, entre Einstein y Bohr y sus discipulos, no
ficos que resultan de este descubrimiento incluyen ci pro- tanto acct-ca del formalismo de la Mecánica Cuántica coma
blema de una sustitución adecuada de algunas reglas que a propOsito de so "inteligibilidad" a su "valor de explica-
rigen ci tërmino "conjunto" y sus afines en la matemática ci6n".17 En el casa de las teorias matemáticas, ci control
clásica y en el lenguaje comün pot otros. Designo esta par la experiencia, si lo hay, es a lo sumo totaimente in-
clase de anáiisis coma "análisjs de sustitucicin". directo, y la dec-c-iOn la deciden más las convicciones me-
As!, pues, el análisis de sustitucicin consiste en sustituir tafisicas, presuntamente basadas en intuiciones de la natu-
on analysandum deficiente pot un analysans sàlido —un raleza de la. "realidad", a en la práctica y Ia tradiciOn sO-
conjunto deficiente de reglas pot otto scilido—, a condi- lidas. Estas se hacen eficaces coma principios regulado-
cicin, por supuesto, que el analysans y el analysandum ten- res, esto es, como reglas de conducta, siendo el area de
gan lo suficiente en comm coma para justificar que pueda la conducta la construcciOn de teorlas matemáticas.
siquiera hablarse de análisis. Si hemos de saber cuándo el Pot lo que se refiere a la estructura interna de las
análisis de sustitucion ha sido fructifero, necesitamos pa- teorias matem4ticas, hay poco margen para el análisis de
nernos de acuerdo acerca de: i] algunos criterios más a exposiciOn. Hay que decir de las reglas que rigen la for-
menos claros de solidez, y ii] una reiacion que habrá de maciOn de prapasiciones y la inferencia en la teat-ia ma-
set cierta entre el analizando y el analizante. Asi, pues, temática, que a están ya explicitamente formuladas, en
un problema presenta en ci análisis de sustitucion la si- cuyo case no hay necesidad de voiver a expanerlas, a es-
guicnte forma general: dada tin criterio de solidez de re- tan impilcitamente utilizadas por los matemáticos pt-ac-
glas que rigen conceptos y otros constituyentes propasi- tic-as, en cuyo caso Cs mu probable que acaben siendo
cionales, y dada una relacicin analizante, sustituir una Ilevadas a la lpz par éstos que par los filOsofas que estu-
conjuncicin de reglas deficientes pot- una conjuncion que dien estas teorfas más bien desde fuera que desde den-
sea scilida y que esté en la reiacicin analizante con ci con- tra. (El axiama de la elecciOn, pot ejemplo, lo hiza cx-
junto deficiente. Los criterios de solidez y la relacicin p11 cite ci matemática Zermelo, y las reglas que rigen ci
anaiizante supuestos al efectuar ci análisis de sustitucicin
podrán acaso vat-jar grandemente, y lo hacen en dec-to, 17 Véase, pot- ejemplo, ci volumen sobre Einstein, de la Li-
tame en cuanto al contenido como en cuanto al grade brary of Living Philosophers; ed. Schilpp, Chicago, y Observa-
de precisicin con que están formulados; aquf, en efecto, Ia tion and Interpretation, ed. S. lCörner y M. H. Pryce, Lon-
que para uno resulta ütii resulta fatal para otto. Se piantea circa, 1957-
240 NATURALEZA DE LA MATEMATICA MATEMA'TICA V FILOSOFIA 241
procesa de sustituciOn son objeto de exposiciOn actualmente cii informes sobre construcciones intuitivas, etc.— son to-
par parte del matemático Curry.) dos ellos diagnOsticos filosOficos, y cada uno de ellos con-
Cuando se Ilega a la caracterizacion general de los can- duce a un programa y su cjccución pot una teorl a mate-
ceptas, las propasiciones y las teorlas de la matemática mática. Si se encuentra que ci i agrama no puede satis-
Pura, y a su comparaciOn con otras clases de conceptos, facerse, se lo abandana a modifica. Sin embargo, dos o
prapasiciones y teorias, resulta posible que encuentre más mãs programas incompatibles podrán ser acaso realizables
aplicacion ci análisis filosàfico, especialmente el análisis de • todos ellos y su abandono a resurrecciOn podrán deberse a
exposición. En cierto modo, el filOsofo está profesional- argumentos filosOficos a inclusive a madas filosOficas.
mente interesado en comparar diversas disciplinas e inves- Los análisis de sustituciOn a reconstnxcciones de teorias
tigaciones y en averiguar las reladones entre ellas. El con- matemáticas en el campa de los "fundamentos de la ma-
tenido del ültimo capitulo de este ensayo esta concebido • temática" han sido, pues, una tarea conjunta de los mate-
como una pequeña contribuciOn a un análisis de exposi- máticos y los filOsafos. La defensa de programas satisfac-
ción de matemática Pura y aplicada. Porque, si bien se tiblcs o de programas de los que no cansta que no puSan
sugiere en ocasiones que la sola materia de estudio del satisfacerse procede en gran pane por medio de argumen-
análisis es el lenguaje ordinario, y su solo instrumento taciOn filosOfica o, Para servirnas de una palabra de la que
también el lenguaje, esta opinion se me antoja a ml de- se ha abusado mucho, de argumentaciOn metafisica. Par
masiado restringida. En efecto, no yea razOn alguna del otra pane, la ejecuciOn o el intento de ejecuciOn de un
porqyé la matemática, por ejemplo, no pueda ser la ma- programa es una labor de matemática. En este ensayo he
teria de estudio del análisis, a par qué, par ejemplo, la tratado de evitar en conjunto, tada adicion a los argu-
lOgica de los conceptos inexactos no pueda utilizarse, en mentos en favor' o en contra de cualquier programa en
una presentaciOn alga técnica, como instrumento de aná- vista de Ia fundamentaciOn de Ia matemática en un tipo
lisis. de teoria básica. He tratado más bien de mostrar la re-
Por Ia que se refiere al análisis de sustituciOn, me he laciOn entre los programas filosOficas y Sn ejecuciOn mate-
ocupado de él en los siete primeros capitulos de este libro. mática. En la medida en que esto se ha lograda, lo que
Cada una de las filosoflas de la matemática .que he exami- se ha dada es un análisis de exposiciOn de análisis fib-
nado dedara que el todo a parte de la matemática clásica sOfico-matemático de sustituciOn.
Cs deficiente en alguna forma, proclama la necesidad de
El objetiva principal ha sido, todo a Jo largo, exponer,
sustituir las teorias matemáticas deficientes por otras sOil- por una pane, alkunas caracteristicas generales de la re-
das y trata de satisfacer la necesidad mediante una cons- construcciOn de la matemática clásica en ejecuciOn de di-
trucciOn real. Todo el mundo está de acuerdo en que las versos programas filosOficas y, par atra, expaner algunas
antinomias de la teoria de los conjuntos son no sOlo de- caracteristicas generales de las teorias de la matemática
fectos obvios de la maternatica clásica, sino también sinto- Pura y aplicada hasta el presente construidas. Sin duda, el
ntis de defectos más profundos que cada uno diagnostica anáhsis liabrá acaso, fallado en todo o en pane, Pero si
a su manera. Los argumentos empleados en el diagnos- actüa, con todo, coma recordatorio de que la filosofia de
dcc son principalmente, segün vimos, argumentos filosOfi- la matemática no es ni matemática ni una mera populari-
cos, esto es, argumentos que no pertenecen ni a las cien- zaciOn de la matemática, entonces liabrá servido acaso
cias naturales ni a la lOgica.
a la causa no par completo olvidable de aposiciOn al apar-
Los diagnOsticos —pot ejemplo, de que una matemá-
tamiento generalizado de los filOsofos con respecto a la f i-
tica sOlida ha de ser deducible de principios "lOgicos",
lasofi a.
de que ha de ser un formalismo cuya coherencia se de.
muestra pot métodos "finitos', o de que ha de consistir
RECONSTRUCCION DE DEDEKIND 243
APENDIcZ A
consiguiente, el cuadrado de un námero impar ha de ser
DE LA TEORIA CLASICA DE LOS NUMEROS REALES impar. Por tanto, p se puede representar por 2r. Si susd-
tuimos p por 2r en p2 = 2q2, obtenemos 4r2 = 2q2, o
2r2 = q2. Esto sOlo puede ser asi Si q2 y, por tanto, q mis-
mo es par. Pero, si p y q son pares los dos, entonces tie-
nen el divisor comün 2, lo que CS contrario al supuesto de
que no tienen divisor comün alguno. Sc sigue dc ahi
que la soluciOn x2 = 2, esto es, x = V2 no puede ser un
La teoria clásica de los nümeros reales es en si una recons- nümero racional. Asi, pues, la practica de tratar '/2 y
trucciOn de una teoria preclásica implicita en la obra de otros nümeros análogos como si obedecieran a las ]eyes
Newton, Leibniz y sus sucesores. Dos versiones equivalen- a las que obedecen los nümeros racionales necesita justi-
tes dc ésta se deben a Cantor y Dedekind respectivamente, ficaciOn.
y se encuentran variantes tie la misma en muchos libros de Si ciectuamos la adiciOn, Ia sustracciOn, la multiplica-
textos ..modernos sabre la teoria de las funciones.' Al pre- dOn y la divisiOn de nümeros racionales en cualquier or-
sentar' aqul fragmentos de espis teorlas para el lector no den y cualquier nümero de veces, ci resultado es a su vez
mateihático, seguiré a dichos autores. Es conveniente in. un nümero racional. Pero, con respecto a la extracciOn de
troducir al lector general en ambas teorfas, toda vez que ralces (y a la fox-maciOn de limites de series) , ci sistema
Ia revisiOn de Heyting, por ejemplo, de la teoria clasica de los nOmeros racionales no esta igualmente 'cerrado".
toma la versiOn de Cantor como punto de partida, en tan- Per consiguiente, Dedekind y Cantor trataron de construir
to que la reconstrucciOrt de Weyl empieza don una critica una totalidad de entidades tales que: i] fueran cerradas con
de Dedekind. respecto a todas las operaciones mencionadas, y ii] que un
La teoria preclásica surgiO en tiempo de los griegos a subsistema suyo se "comporcara" de acuerdo con toclas las
partir del teorema de Pitágoras. Consideremos tin trián- leyes que rigen a los nOmeros racionales. (0 más precisa-
gulo rectángulo isOsceles, cuyos lados iguales scan - de Ion- mente, que el subsistema fuera isomOrfico con ci sistema
gitud I en algOn sistema de mediciOn. El largo de la hi- de los nümeros racionales)
potenusa x = J12 + 12 = V2 . Si x fuera racional, se 10
podria representar por una fracdOn p/q, en donde p y q I] LA. RECONSTRUCCION DE DEDEKIND
son, per supuesto, enteros positivo.;. Podemos suponer tam-
La presentaciOn de la teoria par Landau parte del supues-
bién que p y q no tienen divisor contün alguno (Si tienen
to de que la totalidad de los nümeros naturales cstá dada
un divisor comOn, siempre podemos efectuar la division, y está caracterizada per los axiomas de Peano, esco Cs: i]
haciendo asi que el numerailni- v el denominador sean "re-
I es un nñmero natural; ii] Todo nOmero natural x tiene
lativamente primos".)
un Sucesor y solo uno, x'; iii] No hay nOmero alguno del
Dc x = V2 sustituyendo x por pfq, obtenemos p/q =
que ci sucesor sea I; iv] Si x' = y', entonces x = y; v] Si
V2 y, por consiguiente p2 /q2 = 2, o p2 = 2q2, Ia que M es un conjunto de nümeros naturales tales que: a] I
significa que p2 es divisible por 2, o sea par: porque un
pertenezca a M, y b] a condiciOn de que x pertenezca a
nñmero impar rnultiplicado per un nOmero impar y, por XI pertenece asimismo a M, entonces M comprende todos
Un estudid complcto de la tccr(a de Dedekind se encuen- los nümeros naturale0 Estos axiomas se dejan formalizar
ct-a cii E. Landau, Grundlagen der Analysis, Leipzig, igo, y de y englobar fácilmente en, por ejemplo, Principia Mache-
la de Cantor, en H. A. Thurston, The Number-System, Glas-
gow, 1956. 2 El principio de inducdOn.
242
244 TEORIA CLASICA DE LOS NUMEROS REALES
RECONSTRUCcION DE DEDEKIND 245
tnatica. Puede mostrarse que las operaciones usuales para
calcular con nümeros naturales funcionan. de una recta. Si dividimos esta recta en dos panes tales,
A continuaciOn se introducen las fracciones como pares que la pane que contiene los nilmeros racionales más pe-
ordenados de nümeros naturales. La equivalencia de las queflos no comprenda máximo alguno, obtenemos una re-
fracciones se define: x1 /x0 es equivalente de y 1 /y 2 si y solo presentaciOn del corte. El corte se designa también como
Si X1-Y2 = y 1.x2. Las reglas generales que rigen ci cálculo la "clase inferior" (de Ia divisiOn), en tanto que su corn-
con fracciones se establecen por medio de definiciones y plemento se designa como la "clase superior". En forma
teoremas. Sc introducen luego nOmeros racionales o, más correspondiente, los miembros de la primera se designan
exactamente, nümeros racionales positivos. Un nümero ra- como miembros "inferiores", y los de la segunda como
cional es ci conjunto de todas las fracciones que son equi- miembros "superiores". (Los cortes se designan con letras
valentes a Irna fracciOn fija. AsI, por ejemplo, la clase minüsculas griegas.)
1/2, 2/4, 3/6, . . es un nOmero racional. Se designa a Dos cortes, por ejemplo, y i, son iguales si y sOlo si
un nümero racional como nümero entero si entre las frac- todo miembro inferior de es un nilmero inferior de 1 y vi-
ciones que comprende (de las que es la clase) ocurre x/l, ceversa; > ,q, si y sOlo si tiene un nümero inferior que
en donde x es un nümero natural. Se demuestra que los es un nümero mayor de ; y <1 si y sOlo si r >. Pue-
nómeros enteros que forman una subclase del sistema de de demostrarse que para dos cones cualesquiera y r, una
los nümeros racionales tienen las mismas propiedades y sOlo una de las tres relaciones E = n > rj y < ha
que los nümeros naturales, esto es, que ci sistema de los de ser cierta. Sc definen la adiciOn y la multiplicaciOn de
nümeros naturales es isomOrfico con ci sistema de los nil- los cortes y se demuestra que obedecen a las reglas fami-
meros racionales. "Per consiguiente, desechamos los nilme- hares. (La definiciOn de Ia adiciOn se obtiene como sigue:
ros naturales, los sustituimos por los nilmeros enteros co- fl Supongamos que y t son cones. El conjunto de todos
rrespondientes y hablamos en adelante (toda vez que los nilmeros racionales de Ia forma X + Y, con X nOmero
tambin la fracciOn se hace superflua) .. . de nümeros ra- inferior de e Y nümero inferior de 71, se demuestra ser
cionales solamente. (Los nUmeros naturales subsisten per un cone. ii] Se demuestra además que ningñn riümero ra-
pares, arriba y debajo del trazo, en la nociOn de fracciOn, cional perteneciente a este conjunto puede estar represen-
y las fracciones subsisten cual elementos del conjunto, ha- tado como Ia suma de un nümero superior de E y un nü-
mado nilmero racional.) mero superior de i. Una vez demostrados ii y ii], ci corte,
El paso decisivo en la reconstrucciOn de la teorf a ante- tal como está construido, se designa como "la suma de y
rior de los nümeros reales por Dedekind es la definiciOn
de un torte que (en la versiOn de Landau) se supone debe Puede demostrarse que para todo nilmero racional I?, ci
corresponder a la concepciOn ingenua de nilmeros reales conjunto de todos los nümeros racionales CR es un cone
positivos. Un cone es Un conjunto de nümeros racionales "racional", y que =, > y <, suma, diferencia, producto y
tal que: iJ contiene algunos de los nilmeros racionales, pero cociente (alli donde existe) de cortes racionales correspon-
no todos, ii] todo nümero racional perteneciente al grupo den a los conceptos empleados al tratar con los nümeros
Cs más pequeflo que todo nilmero racional que no perte- racionales. "Por consiguiente, desechamos los nümeros ra-
nece al mismo, y iii] que no contiene nilmero racional cionales, los sustituimos por los cortes correspondientes y,
máximo alguno. Puede obtenerse una representaciOn gra- en adelante. . ., solo hablamos de cones. (Los nilmeros
fica de esta definicion imaginando todos los nilmeros ra- racionales subsisten, con todo, cual elementos de conjuntos
cionales positivos en su orden natural, marcados a lo largo utilizados al definir ci concepto del cone.)" 4 Un corte
que —como no es racional, se designa como irracional.
Landau, op. cit., p. 41.
4 0/i. cit., p. 64.
246 TEORIA CLASICA DE LOS NOMEROS REALES RECONSTRUCCION DE CANTOR 247
La totalidad de los cones cumple todos los requisitos shire c hay un entero N tal, que k - xj <E para p > N
que ha de cumplir una reconstrucción adecuada de Ia to- y q ). N. Resulta Otil concebir x9 y x come puntos a una
talidad de los nümeros reales positivos. En este punto, distancia de x, y x unidades del origen, y jx, - Xq come
Landau introduce el 0 y los nümeros reales negatives, y de- Ia distancia entre ellos. La definiciOn de la serie de Cauchy
muestra que Ia nueva totalidad, que consta de los nümeros resulta asi más gráfica: per muy pequeflo que escojamos
reales positivos y negatives y de cero, se comporta en Ia B hay siempre un miembro XN en Ia serie tal que Ia dis-
forma debida. Los nümeros reales se escriben con mayüscu- tancia entre des cualesquiera de sus sucesores sea todavi a
las griegas, desechándose a su vez el sistema anterior de rods pequefia que c- (La operaciOn de extraer Ia raiz cua-
nümeros reales positivos. drada de 2 con uno, dos, etc., decimales, da una serie de
\ieamos ahora el teorema central de Ia reconstruccjón Cauchy de námeros racionales.)
de los nümeros reales por Dedekind. Dada una clasifica- Las series de Cauchy x e son iguales si y sOlo si
ción de todos los nümeros reales en dos clases con las si- Para cada e (positive, racional) hay un entere N tal, que
guientes propiedades: iJ hay un nümero en Ia primera clase - ypi <E para p > N. En otros térininos, lo que se re-
y hay un nümero en Ia segunda clase, ii] cada nümero de quiere para poder declarar iguales a dos series de Cauchy
Ia primera clase es más pequeño que cada nómero de Ia es que Ia distancia entre miembros correspondientes pueda
segunda clase, entonces solo existe exactamente un nümero ser tan pequefla come se quiera, a cendiciOn de que se nos
real S tal, que todo H < 5 pertenece a Ia primera clase, permita escoger para dIes un Indice suficientemente
y todo H> S a Ia segunda. La prueba y Ia formulacion grande.
del teorema presuponen que no se plantea problema algune El conjunto de todas las series de Cauchy que son igua-
al hablar de todos los nümeros reales o de una propiedad les a una serie de Cauchy dada, per ejemplo jxF, se define
no especificada poselda per una subclase de todos los nü- come el námero de Cauchy x. (Esta definiciOn es precisa-
meros reales y no per su complemento. "Para prevenir mente igual a Ia definiciOn del entero de Frege, o a Ia
objeciones —Landau ' lo subraya en su exposiciOn—, ün definiciOn de la direcciOn como el conjunto de todas las
nümero, ningün nümero, dos cases, todas las cosas de en- rectas paralelas a una recta dada.) Puede demostrarse que
tre una totalidad dada, etc., son claras formaciones de pa. los nümeros de Cauchy tienen todas las propiedades que los
labras .....Vimos que las objeciones no se hablan preveni- nümeros reales ban de tener, y pueden considerarse, per
do y que hay que tomarlas en serie. consiguiente, como reconstrucciOn de los nümeros reales de
la "teorfa preclásica". Las definiciones y pruebas impor-
21 LA RECONSTRUCCION DE LOS NMEROS REALES POR CANTOR tantes no presentan dificultad. Inclusive sin entrar en de-
talles, dos caracteristicas de la reconstrucciOn son perfecta-
Suponemos la totalidad de los nümeros racionales como mente obvias, a saber: i] el supuesto de que el conjunto
dada y las reglas para calcular con ellos come dadas y con- de todos los nOmeros racionales y todos sus subconjuntos
sideramos las series de nümeros racionales de Ia forma: están realmente dados, y ii] el carácter puramente existen-
x11 x21 ... o, brevemente jxF. Revisten especial intcrës cial —no.constructivo-- de Ia definiciOn de igualdad para
entre ellas, para nuestros fines, las Ilamadas series de Cau dos nümeros de Cauchy.
cliv, definidas come sigue: 6
Una serie de nümeros racionales x1, x3, . .. es una serie
de Cauchy si y solo si para cada nümero racional no-cero po-

5 Prefacio op cit.
13 La definictén es equivalente a Ia de Ia
p tGo
APENIMCE B LECTURAS ULTERIORES 249
ALGUNAS SUGERENCIAS DE LECTURAS El primero de estos libros presta mayor atenciOn a las
ULTERIORES cuestiones filosOficas que los otros dos: El ültimo contienr
un estudjo a fondo del estado actual de la tern-ía de los
conjuntos y pasa revista a los mOltiples formalismos em-
pleados por los lOgicos matemáticos.

xix. Libros de tendencia Principalmente logicista

Estas sugerencias se limitan a libros de fácil adquisicion y Frege, C.: Die Grundlagen der Arithinetik,
texto ale-
que cubren los diversos temas de este ensayo. Pero aun man y traduccion inglesa de J. L. Austin, Oxford,
asi, se han omitido muchos textos excelentes. La mayoria 1950.
de los que se mencionan contienen bibliografIas ütiles. Frege, G.: Translations from the Philosophical writings
of Frege, por P. Geach y M. Black, Oxford, 1952.
i. Libros de matenu-it lea Russell, B.: Introduction to mathematical philosophy,
29L ed., Londres, 1938.
Landau, E.: Grundlagen der Analysis, traducjdo comQ Quine, W. V.: From a logical point of view, Cambridge,
Foundations of analysis, par F. Steinhardt, Nueva Mass., 1953. (Contiene "New foundations for ma-
York, 1957. thematical logic")
Courant, R. y Robbins, H.: What is mathematics?, Quine, W. V.: Mathematical logic, edicion revisada,
Oxford y Nueva York, 1941, Cambridge, Mass., 1955.
Young, J. W. A. (editor): Monographs on topics of Church, A.: Introduction to mathematical logic, vol. x,
Princeton, 1956.
modern mathematics relevant to the elementary
field, Londres, 1911, nueva ediciOn, Nueva York,
1955. Los dos ültimos son tratados recientes importantes.

Los dos illtimos han sido escritos especialmente Para el lec- iv. Libros de tendencia Principalmente formalista
tor general. Dan una vision conjunta de ]as cuestiones prin-
cipales que ocupan a los matemáticos prácticos contempo- Hilbert, D. y Ackermann, W.: Grundzuge der Theoreti-
ráneos y proporcionan una idea bastante exacta de su for. schen Logik, 3 ed., traducido como Principles of
ma de razonar. mathematical logic, per L. Hammond, G. L. Leckie,
F. Steinhardt, editado por R. F. Luce, Nueva York,
1950,
xi. 0 bras generales sobre los fundamenos de la matemdtica Curry, H. B.: Outlines of formalist philosophy of ma-
thematics, Amsterdam, 1951.
Black, Iv!.: The nature of mathematics, Londres, 1933. Kleene, S. C.: Introduction to metamathematics,
Wilder, R. L.: Introduction to the foundations of ma- Ams-
terdam, 1952.
thematics, Nueva York, 1952.
Fraenkel, A. A., Bar-Hillel, Y: Foundations of set El ültimo es un importante tratado reciente. El segundo
theory, Amsterdam, 1958.
expone y defiende una filosofla formalista de la matemá-
[248) tica.
LECTURAS ULTERIORES

v. Libras de tendencia intuicionista


Heyting, A.: Intuitionism - An introduction, Amster-
dam, 1956.

Es la Unica obra introducroria extensa en inglés.

vi. Otras obras


Mostowski, A.: Sentences undecidable in formalized
arithmetic, Amsterdam, 1952.
Tarski, A.: Int'roduction to logic and the methodology
of deductive sciences, 2Q ed., Londres, 1946.

Este ültimo es una de las mejores introducciones eleinenta-


les a la lôgica moderna.

este iibro se terininO de imp


ci dfa 3o de septiembre de u
en los talleres de iitoartc, s.
ferrocarrjj de cucrnas'aca 683
mexico 17, d, f.
se impi-imnieron 5 000 ejempla
y In composición,
de grMica panamericana, s.
K hiza en tipos baskerville
se encuaderno en encuacicma
cliseflo la poi- tada: leopoldo
Iti cdicion estuvo al cuidado
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