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Reporte de lectura: República, Platón

El principal concepto que se toca a lo largo de esta lectura es el de la imitación y sus


implicaciones en el arte (a pesar de que, como tal, no lo nombran “arte”), aunque no
es el único tópico que se trata a lo largo de los diálogos. Sobre la idea de la imitación,
comienza con un ejemplo muy simple: una cama. Se entiende que existe la idea
perfecta de la cama como algo hecho por el productor de la naturaleza (Dios), la cama
creada por un artesano, y la cama realizada por un pintor. Ellas ilustran los tres
planos: el arte de quien la usa, el arte de quien la crea, y el arte de quien la imita.
Respecto a este último, se dice que el creador del “arte mimético” (referido a él como
imitador) es aquél que no tiene conocimiento ni opinión recta de aquello que imita
en tanto a bondad y maldad. De forma general, los interlocutores en el texto tratan
tanto al poeta como al pintor (aunque principalmente al poeta) como alguien capaz
de corromper y pervertir la parte más irascible e imperfecta de nuestra alma. La
poesía es aquello que “alimenta y riega las cosas en el alma que deberían secarse”, en
palabras de Sócrates según Platón.

Esta idea se sustenta con argumentos que giran en torno a diferentes aspectos. Como
tal, la mayoría de los conceptos utilizados no son definidos explícitamente, pero se
puede intuir el significado de forma muy clara por el uso que le dan a las palabras.
Por ejemplo, se emplean los de imitación, artesanía, poesía, justicia, Estado, alma, y
belleza. Ellos permanecen sólidos a lo largo del texto, en el sentido de que no
distinguí modificaciones sustanciales en la forma en que los usaron; aunque, al
tratarse de un diálogo, es inevitable que varíe la comprensión de cada uno en función
de quién lo use, y qué punto esté tratando de señalar. Se utiliza una variedad de
ejemplos que permiten entender en primera instancia el concepto de imitación, entre
ellos el de la cama, la silla, y el del espejo. Se usa también como ejemplo a Homero
en cuanto a la poesía, para enunciar los peligros que tiene ella sobre el alma de los
hombres. Otras ideas son desarrolladas posteriormente, como la vida después de la
muerte para ilustrar la perpetuidad de las almas. Todas ellas iban a propósito de
sustentar la idea de que la poesía funge como una imitación de una idea, que irrumpe

Platón. «Libro X». En Diálogos IV: República, 457-497. Madrid: Editorial Gredos,
1988.
en las partes más irracionales de los seres humanos, y no tiene cabida en el Estado
ni en la justicia.

El texto, al pertenecer a los diálogos de Platón, está estructurado como una


conversación entre Glaucón y Sócrates, a lo largo de la cual se tratan los temas ya
mencionados, pasando primero por la idea de imitación, luego por la poesía, la
justicia y el Estado, y la vida después de la muerte. Las ideas en el texto se desarrollan
de forma progresiva, ya que una idea conlleva o implica otra, y permite que la
coherencia funcione de forma similar: progresiva, ya que el entendimiento de una
parte depende de la anterior. En torno al final de la lectura, me pareció
particularmente interesante el inicio del pasaje de la narración de Er, en el que éste
describe el paso de las almas hacia una vida más allá de la muerte; un camino en el
que ellas se dirigen a cuatro posibles puertas. Dos de las puertas están en el cielo y
dos en la tierra; una del cielo acepta a las almas justas y otra las libera a la tierra, una
de la tierra acepta a los injustos y los lleva al inframundo, mientras que la otra las
libera de su castigo. Me pareció una bella ilustración de qué implica el fundamento
de que el alma es inmortal pues, según Sócrates, solo lo que es corruptible puede ser
destruido, pero el alma no puede ser destruida por ningún mal.

Personalmente la lectura me pareció, aunque un tanto difícil de seguir en partes,


bastante rica en contenido teórico sobre arte. Por momentos las ideas se morfaban
en otras por los conceptos a los que se transformaban; por ejemplo, las partes en las
que extrapolaban la mímesis en la poética a la moral del hombre, y partes como estas
dificultaban seguir el hilo de la idea principal. De forma similar, se dificultó mi
comprensión durante el segmento final del texto, en donde el personaje Er describe
su experiencia tras haber regresado de la muerte; ya que me pareció muy abstracto
y difícil de seguir en diferentes enunciados. Si pudiera conversar con Platón, le
preguntaría sobre qué piensa él acerca de lo que afirma este personaje, y si cree que
sus aseveraciones son veraces.

Alumna: Úrsula Valentina Cervantes Morales

Historia del Arte


Platón. «Libro X». En Diálogos IV: República, 457-497. Madrid: Editorial Gredos,
1988.

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