Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
del éxito
¿Con qué ilusión se vive una vida falsa?
LUCRUM CAPITAL
@lunesdeconquista
www.lunesdeconquista.com
Editado en México
El contenido del presente libro es responsabilidad del autor y de ninguna manera sustituye
la opinión de un profesional. El proceso que aquí se propone se puede realizar de manera
personal, sin embargo, no es una fórmula ni solución mágica. Ponerse de acuerdo con uno
mismo puede ser tan sencillo para algunos, no obstante, cada ser humano tiene procesos
diferentes. La mayoría de los mortales podríamos solo necesitar ayuda de los buenos amigos
(como fue mi caso), pero también es muy recomendable recibir apoyo de un profesional, un
terapeuta, un psicólogo o alguien que te acompañe en este autodescubrimiento.
Bastaron unos minutos para que esa pasión que lleva guardada en el pecho saliera a
relucir y me diera un ensayo completo sobre la urgencia que tenemos como país de lib-
erarnos de la indiferencia, la sumisión y la esclavitud mental en la que hemos vivido por
tanto tiempo. Fuertes palabras para llevar 15 minutos de conocerlo. Muchas interrogantes
despertaron en mí durante esa conversación: ¿Quién era este hombre? ¿Por qué piensa
como piensa? y quizá la más importante: ¿Por qué no tiene miedo de expresarlo?
El Gran Fraude del Éxito es el reflejo perfecto de la filosofía de vida de Javier González
Jiménez. En lo que llevo de conocerlo lo he visto subir las montañas más altas de México,
competir y coronarse como campeón en el motociclismo, fundar y navegar grandes em-
prendimientos a través de retos, obstáculos y amenazas, pero aún y con la ocupada rutina
que lleva, nunca lo he visto perder de vista el proyecto más grande que ha construido en
su vida: Su hermosa familia.
Si estás buscando una excusa para creer en ti, para lanzarte a conquistar un proyecto
ambicioso o para realizar un cambio radical en tu vida, espero que este libro marque el
inicio de un largo camino de felicidad y éxito personal; Nunca es tarde para empezar a
caminar. Ánimo, ya casi es lunes. #LunesDeConquista.
Jorge Lozano H.
Conferencista, Autor y Conductor de Radio y Televisión.
Introducción 11
CAPÍTULO 1 13
¿Por qué abandonamos los emprendimientos?
No es tu culpa, pero es tu responsabilidad 14
A su imagen y semejanza 15
CAPÍTULO 2 19
El gran fraude del éxito
La fórmula de siempre 22
El fracaso no es como lo pintan 22
Equivócate rápido 23
Éxito y fracaso, dos caras de la misma moneda 24
CAPÍTULO 3 26
Punto de partida equivocado
¿En qué punto del camino estás empezando? 27
Amor por la vida 29
Pasión 29
Habilidades 30
Visión 30
Motivación 30
Disciplina 30
¿Meta? Check points 31
¿Cómo lo hago yo? 31
Epílogo 34
Agradecimientos 35
¿Cómo sería tu vida ahora si hubieras sabido que para tener éxito como emprendedor,
el punto de partida no era ese detallado plan de negocio que armaste y seguiste al pie de
la letra? ¿En dónde estarías si en lugar de eso, hubieras comenzado por definir tu filosofía
de vida? Saber quién eres, de dónde vienes, por qué y para qué vives. Considero imposible
tener una respuesta absoluta a estas preguntas, pienso que debemos encontrar las re-
spuestas a través de cada etapa de nuestra vida.
Nadie nace dotado de conocimiento. Parece que en las escuelas tradicionales solo
nos enseñan a memorizar y a obedecer. Pero ¿nos enseñan a pensar? ¿a cuestionar? ¿a
planear? ¿a amarnos? No, nos enseñan a meternos al carril, pero nunca a salirnos de él. Y
vamos por un camino que no nos gusta, pero lo seguimos con obediencia. Pasan los días
y vas acumulando años en un empleo que no te satisface, en una afición que tú no eleg-
iste, y continuas reuniéndote con amigos que ya ni recuerdas por qué lo son.
Si has empezado un negocio y lo has dejado a la mitad, este libro es para ti. Si tienes
un proyecto dándote vueltas en la cabeza, estás en el lugar acertado. Si crees que la so-
ciedad, tu colonia, el barrio o tu municipio pudieran ser distintos, y tú, tienes las ideas para
lograrlo, estás en el camino correcto. Si sientes represión de algún tipo, estás en la página
indicada. Si sueñas con ser una madre o un padre distinto al modelo con el que creciste,
bien, hiciste muy bien en descargar este libro. Si quieres cambiar al mundo y pasar a la
historia, quiero decirte: ¡Hola, mucho gusto!
Pero te has preguntado ¿por qué no has empezado? ¿por qué lo dejas a la mitad? No
hace falta que le des tantas vueltas. No, no hace falta perfeccionar el plan, has contempla-
do la idea una y otra vez y aunque considero que somos perfeccionables, estoy consciente
de que es imposible alcanzar la perfección. Bien, la idea no es castigarnos, no es mi estilo.
Mi intención es preguntar para reflexionar juntos y aprender desde el respeto a la diversi-
dad de las ideas y el conocimiento de los demás.
Los jóvenes dicen que estoy viejo, los mayores me ven muy chavo, lo único que sé, es
que la edad es relativa y no nos determina. Más bien es cómo manejamos el tiempo, habe-
mos quienes no dejamos nuestros sueños para mañana, para cuando sea grande o para
cuando tenga tiempo, ya que estos existen cada que nos despertamos. Tampoco espero
a nadie para actuar, ni una señal divina, la señal la doy yo.
En mi perspectiva, la vida no es tal como la visualizas el día que terminas la prepa. No. Y
por fortuna, tu felicidad no depende de eso. Porque si has estado esperando años para ser
feliz, esperando mudarte a otro país, a ganar un campeonato, a que tu empresa al fin no
dependa de ti, o a que tus hijos se casen, lamento decir que has suspendido tu bienestar
en espera de lo incierto. Los planes no suceden en el tiempo y forma que imaginamos.
Con esto en mente ¿seguirás esperando hitos como estos para al fin sentirte pleno?
¡Claro! Mira, para emprender tenemos que comenzar por encontrar la pasión, y sentir
emoción por vivir, e incluso antes, conocer al amor de tu vida. Bueno, realmente ya lo con-
oces, pero no sabes quién es, no te has detenido a escucharlo y conquistarlo. Tal vez no
te has dado cuenta que tú eres el amor de tu vida. Porque una vez te descubras, podrán
inspirarte los sueños de los demás, pero te aseguro que a partir de ahora te enfocarás en
cumplir los tuyos.
Con pasión:
Javier.
Naturalmente nos comparamos y percibimos que otros están más motivados para ir al
gimnasio, estudiar, comer saludable, formar un negocio, y, por tanto, asumimos que ellos son
especiales, seres con estrella, o que seguramente recibieron más que nosotros. Sentimos
que no somos dignos, nos colocamos en el asiento del espectador entre los que nacieron
para conformarse, para seguir las reglas de otros, sobrevivir, y con suerte, un día ser libres.
Analicemos tres razones por las que pasa esto, generalmente solo se trata del síntoma de
un problema mayor.
1. Tal vez ese “sueño” no es tuyo. Aunque lo parezca, muchas ideas, conductas y
gustos han sido implantados en tu mente o subconsciente. Puede que tus seres queridos,
desde pequeño te hayan convencido de que eres muy bueno para el fútbol, aunque en el
fondo tú siempre hayas querido bailar. Esto se vuelve una batalla constante entre tu pasión
por el baile y tu necesidad de hacer feliz a papá o a mamá. Yo le llamo sueños impropios.
3. O, lo que considero más grave, has pasado tanto tiempo condicionado por fa-
milia, sociedad y medios, que has olvidado tu propia esencia y tus sueños. Yo le llamo
indefensión aprendida.
Habiendo establecido estas premisas quiero recordarte que no soy psicólogo, y quizá, si
uno de ellos me leyera, pudiera disentir de mis pensamientos. Pero ¡ey! la vida es muy corta
para dejar de hacer y decir lo que uno siente por lo que opinan los demás. Si algo me ha
¿Seguimos? Si tu respuesta es sí, quiero que estés dispuesto a sacrificar lo que eres hoy,
por lo que puedes ser mañana. Tu potencial se desarrollará a través de la pasión por tus pro-
pias ideas.
No eres culpable del temperamento que heredaste, pero sí eres responsable de aprender
a manejarlo e incluso hasta moldearlo con la práctica.
Tampoco eres culpable por caer en la postergación, ya que es posible que el sueño por el
que estás trabajando, naturalmente ni siquiera sea tuyo. Sin embargo, sí eres responsable de
buscar aquello por lo que no te detendrás, aquello que te mueve.
De igual manera, la educación que recibiste pudo no haber sido la indicada para ti, pero
ahora es tiempo de tomar lo que tienes y hacer lo que puedas con ello. Es tiempo de reedu-
carte, desaprender, de replantear lo establecido, o, incluso, de hackear el sistema educativo
para enfocarte en lo que realmente te importa. Comenzar a pensar y a razonar, en lugar de
aprender y machetear “la verdad” de otros. O bien, puedes decidir ser ortodoxo y quedarte
así, respetando la educación que te dieron, pero si estás leyendo este libro no creo que ésta
sea tu opción.
Cuando hagas consciencia de tus circunstancias y del poder que tienes sobre ellas es
cuando te corresponde cambiarlas. Cuestiónate ¿qué está en mi control? ¿qué depende de
mí? Y actúa.
Ya que no puedes tenerlo todo, ¿cómo saber qué te conviene? En economía, existe el
concepto llamado costo de oportunidad que representa los beneficios que alguien pierde al
elegir una alternativa en lugar de otra. Pregúntate ¿qué voy a perder? ¿qué voy a ganar?
A su imagen y semejanza
Hace años se crearon sistemas educativos con el fin de formar futuros soldados, los niños
no tenían permitido cuestionar, proponer o imaginar. Cada uno aprendía su misión: obedecer.
Así también, durante la Revolución Industrial se establecieron en la educación, normas y pa-
trones con tendencia obrera, como la disciplina, el orden, lo que se consideraba una postura
correcta y se estableció un profundo énfasis en el silencio y la sumisión, hasta el punto de
trastocar la esencia y llevarlo a la indefensión aprendida, convencerlo de que ése es el com-
portamiento adecuado, aún y cuando nadie lo está observando.
Para domesticar y preparar a los trabajadores del mañana tenían que disciplinarlos y mor-
alizarlos a través de la alfabetización.
Un siglo después, éstas entre otras técnicas formativas con las que la mayoría de nosotros
fuimos educados permanecen. Esto nubla toda visión humanista y secuestra la libertad y la
dignidad del ser humano.
¿Has visto tus fotos de cuando eras bebé? ¿Escuchas las historias que cuentan tus papás
de las “ocurrencias” que hacías? No sé si lo hayas sentido, pero a veces parece que hablan
de otra persona. Te preguntas, ¿qué me pasó? ¿me caí y lo olvidé todo?
Unos años después en el salón de clases estás distraído viendo por la ventana, imaginan-
do. La maestra te sorprende, te hace una pregunta y no sabes la respuesta. Te reprende, te
sientes ridículo ante tus compañeros y, además, te ocasiona baja calificación en conducta.
Así terminas por aprender que es más importante su verdad que la tuya, su dictado que tus
pensamientos; que es preferible memorizar sin cuestionar, mejor aprender que razonar.
El sistema empieza a dar sus frutos: dudas al tomar tus decisiones. Por supuesto, tú po-
sees valores, sabes bien lo que deseas, el asunto es que se contrapone a lo que esperan de
ti. ¿Hago lo que debo o lo que quiero? El sistema ha cumplido su misión: generar una persona
que no se rebele, que sea productivo, un ciudadano que no dé problemas. Tu potencial y la
posible genialidad han quedado en el olvido.
En el trayecto se suman aquellas relaciones y amistades que dictan cómo vestir, cómo
hablar, te contagian su forma de vivir, incluso, influyen en tu decisión de qué carrera estudiar.
Su influjo no es directo, es a través de la complicidad y de la compañía. A cambio tú
demuestras lealtad al elegir lo mismo que ellas o ellos. Sin duda, el parecernos a los amigos
nos da protección, un sentido de pertenencia. Pero ¿no deberían ser amigos aquellos que te
acogen siendo tú mismo? ¿Para qué ser amigo de aquellos con los que tienes que callar tus
opiniones y cambiar tu esencia?
Asimismo, en algunos salones de clase hay poco lugar para la discusión y diversidad de
ideas. Algunos temas son impuestos como dogmas, suelen ser tan robustos y pesados que
no dejan espacio para el pensamiento crítico, para contraponer ideas o construir tu propio
juicio. Lo cierto es que para evitar el conflicto, renuncias a tu libertad de expresión, y atravie-
sas por un caos mental que frustra indefinidamente la oportunidad de hacer crecer tu espíritu
y encontrar la paz contigo y con todo.
Así es, con frecuencia escucho a chavos angustiados entre elegir la carrera que les
guste, o bien, elegir la que alguien mas le sugirió con consejos cómo: “Elige algo en serio”,
“Luego que trabajes y tengas tu dinero haces eso”, “Si te dedicas a eso morirás de ham-
bre”. Es natural que los padres teman que sus hijos batallen o se sientan defraudados al
elegir un camino, así como también, están los padres a quienes les atemoriza que sus hi-
jos los superen en lo profesional, intelectual o económico. Ya que pone en juego el control
que tienen sobre ellos o algo de su propia identidad. Esto te lo digo, no para juzgarlos, sino
para que estés atento y tomes tus decisiones.
Por último, hemos llegado al gran educador: las redes sociales. Les das toda atención
y tiempo para evadir la rutina, para no pensar en el futuro o en las múltiples crisis; como
pueden ser la global, climática, económica, sanitaria, y una de las que más duele, la exis-
tencial. Tal vez pienses que te tocó nacer en el peor tiempo de la humanidad, y eso no es
lo triste, lo lamentable es que buscas paz y respuestas en ese mundo ficticio de las redes
que fue creado, nutrido y rectificado por uno de nuestros peores enemigos: el algoritmo.
Estos factores te forman a imagen y semejanza de la masa, por eso que no te extrañe
despertar cada mañana desanimado, porque ¿con qué entusiasmo se vive una vida presta-
da? si son sueños de algún Influencer o el estilo de vida de tu personaje favorito, creencias
de un sistema escolar, sueños frustrados de tus seres queridos, influencias de los amigos,
etc.
Tu yo ideal, o la mejor versión de ti, podría llegar a vivir en una realidad alterna, oculta
en tu mente, pero puede llegar a estar tan lejos de quien eres hoy que ya no verás manera
de acercarte, y es entonces, cuando esta comienza a desdibujarse lentamente. ¿Has es-
cuchado a alguien mayor que tú decir «yo alguna vez fui muy bueno para “x” actividad, pero
la verdad es que lo tuve que dejar por “y” motivo»? Es muy común escucharlo, muchas vec-
es con un rastro de dolorosa nostalgia. Después, cuando menos nace un desazón porque
en otras ocasiones incluso aparece la ansiedad.
Vale la pena que te tomes el tiempo para distinguir de dónde viene cada deseo, pens-
amiento, idea y creencia que tienes. Aquello que afirmas con fervor, aquello que aseguras
temer, aquello por lo que te sientes inseguro y aquello que se supone deberías ambicionar,
pero en realidad no te mueve ni un poco ¿de dónde viene? ¿de algún maestro? ¿tu entorno
familiar? ¿amigos? ¿las redes? o ¿será de la publicidad que consumes? Entonces, nace la
siguiente pregunta ¿Qué es originalmente tuyo y qué se adhirió a ti?
Todo es jijijí-jajajá hasta que llegas a la preparatoria. Los rostros sombríos de los adultos
te advierten que algo agobiante hay en la madurez y, por tanto, no conviene apresurarse a
llegar. Igual piensas que a ti no te va a pasar o como mínimo derrochas el tiempo imaginan-
do que es tu última oportunidad para ser libre y feliz. Sin embargo, no escapas al adoctrin-
amiento, el mensaje de casa se repite como eco en la escuela: tienes que trabajar muy duro,
porque si no alcanzas el éxito, no alcanzarás la felicidad.
El éxito y la felicidad están relacionados porque existe la creencia de que una es resultado
del otro. Es decir, una vez alcanzado el éxito, de forma automática la felicidad se presen-
tará en tu vida, pero solo en ese orden y dirección: “Cuando tenga mucho dinero seré feliz”,
“Cuando baje de peso seré…” “Cuando encuentre pareja…”. Casualmente la ecuación solo
resulta en ese orden: primero éxito, luego felicidad. Si esto fuera cierto significaría que al
“alcanzar el éxito” al fin te sentirías libre de ser tú mismo y gozarías de plenitud.
Me gustaría comenzar por describir un par de perfiles que buscan el éxito con fervor.
Primero, aquellos que tienen la ambición de trabajar cada día en su persona, para desarrol-
larse y alcanzar su máximo potencial a como dé lugar, siempre humildes ante la idea de que
nunca seremos perfectos pero sí perfectibles. Segundo, los que tienen aspiración de con-
vertirse en algo que no son y quieren hacerlo de la noche a la mañana. Sin embargo, si crecer
y desarrollarse siendo uno mismo es complejo, ahora imagínate pretendiendo ser alguien
que no eres. Este último, cabe mencionar es un perfil muy rentable para los marketeros ya
que su anhelo los impulsa a consumir de manera acelerada para alcanzar aquello a lo que
aspiran en periodos muy cortos. Por ende, se han convertido en un soporte para el modelo
social capitalista.
En resumen, el sistema está hecho para hacernos sentir que el éxito es inalcanzable y
que siempre habrá que estirarse más para llegar a la cima más alta, es como una zanahoria
delante de ti, das dos pasos y ella también. Por lo tanto, esta ecuación te asegura un crec-
imiento, pero no tu serenidad.
¿A cuántas personas conoces que alcanzaron el puesto más alto en su empresa pero
llevan dos riesgos de infarto? ¿O qué decir de aquella persona de apariencia atlética que
lleva tres divorcios? ¿O aquel CEO al que sus hijos no le dirigen la palabra? Alcanzaron un
tipo de éxito, pero ¿y la felicidad llegó como consecuencia? No es que critique la ambición,
Esto me recuerda a los viajes en motocicleta, donde algunos viajeros andan con tanta
prisa por llegar al destino final que no disfrutan la belleza de los asombrosos paisajes, los
innumerables y diversos aromas, el estremecedor sonido de los motores. Ese breve, pero
reconfortante descanso que viene acompañado de un bocado en cada gasolinera en la que
nos detenemos para reabastecer el tanque, pero en especial, el viento que se cuela en tu ropa
regalándonos la adorable sensación de volar por hermosos paisajes que muy pronto llegarán
a su fin. Hay quienes se concentran tanto en llegar al final, que se pierden del esplendor que
encuentras al enriquecer tus sentidos, con las pequeñas, pero a la vez magníficas experien-
cias que existen en lo cotidiano.
Para la publicidad y las redes sociales la felicidad es una fotografía de ti sonriendo el día
de tu graduación o de tu boda, el día que estrenaste una compra o disfrutando de tus vaca-
ciones. Se trata de un momento de alegría eternizado. Pero, ¿cuánto duró esa emoción? ¿No
sería mejor una sensación de plenitud permanente, sin condicionarla?
La felicidad, como la tristeza y la ira, es una emoción. Y como tal, no es positiva o nega-
tiva, es una reacción corporal que tiene el fin de aumentar la supervivencia y garantizarnos
bienestar. Las emociones tienen tres funciones: la adaptativa, la motivacional y la social.
Expresamos felicidad en estados de alegría, emoción que llega con un estímulo exterior y se
va cuando el efecto de éste termina.
Ahora, ¿qué es el éxito? Proviene del latín exitus que significa ‘salida’. El éxito es la salida,
el fin, el resultado de un proyecto, y éste, por lo general, se asocia con obtener reconocimien-
to, y, por tanto, su relación con la fama o la riqueza. La definición más común es que el éxito
es el resultado satisfactorio de una acción que nos da una sensación de felicidad. Repito:
sensación.
Creo que nuestro fin no debe ser buscar la felicidad como una emoción perpetua, sino
encontrar la serenidad para el manejo de nuestras emociones. Imagina que hoy ya la has
adoptado y puedes enfrentar con calma lo que sucede en tu entorno, sea bueno o malo, algo
sublime o trágico, y emprender acciones que te generen mejores consecuencias o resulta-
dos, de esta forma estarás más cerca de eso que comúnmente llamamos “felicidad”.
Porque ¿qué tal si nunca llegas a la meta? ¿Qué tal si tu empresa es derribada por una
crisis económica, un desastre natural o una pandemia? O sucede una desgracia, se muere
algún ser querido y resulta que nada de lo que has alcanzado, ninguno de tus logros te puede
consolar, te quiebras y pierdes el sentido de todo lo que has logrado.
Debe haber una forma de vivir la vida tal como viene, tropezar sin dejarnos caer. A mis
hijos les repito constantemente que si se caen, lo vean como un tropiezo y aprovechen el
impulso para hacer la maroma del tigre o alguna otra estrategia para salir bien librados de
esa caída. Pero caerse y quedarse tirados, nunca será opción. La vida entonces se convierte
en una aventura increíble y memorable. Cuando tú eres quien cuida de ti, no hay nada que te
pueda derribar.
La cuestión es que hemos comprobado también, que el éxito que te brinda el cumplimien-
to de cualquier meta no nos da la felicidad. ¿Qué te parece si hackeamos nuestras creencias?
Recupera a la niña o niño incómodo que fuiste y vuelve a cuestionar sin piedad. Duda de to-
das las aseveraciones que ahora viven instaladas en tu mente.
¿Si no estás enfermo, asumes que estás saludable? Según la OMS, la salud es un estado
de bienestar físico, mental y social completo, y no simplemente la ausencia de enfermedad.
Por lo que, ¿si no te va mal, te va cómo te gustaría? Por último ¿el no tener problemas, te hace
sentir pleno? Aunque, tengo que decir que si no tienes problemas, serías un caso de estudio,
ya que la vida misma se trata de resolver lo que se nos presenta a cada momento.
Pero ¿qué me hace cambiar así de la noche a la mañana? No es magia. Viene de tu interior,
de conectar contigo, de ser auténtico.
Si te sientes temeroso por vivir y tomar tus decisiones o el camino no recomendado, tal
vez estás siendo víctima del gran fraude del éxito, pero creeme cuando te digo que tú tienes
el poder de mover las fichas a tu favor.
La historia de la mujer que come el fruto prohibido y es expulsada del paraíso la escucha-
mos tantas veces que se volvió inevitable que nuestro cerebro no lo haya registrado como un
“Ni se te ocurra salirte del carril”.
El miedo al fracaso es uno de los más comunes para abandonar o nunca iniciar. Por suerte
existen valientes que con su ejemplo de vida dejan claro que no hay un camino marcado, a
veces esos valientes fracasan, pero amigas y amigos, el fracaso es cosa de todos los días y
todos los emprendimientos están repletos de esto. La clave está en aceptar el fracaso y no
mirar atrás.
¿Por qué nos sorprende tanto cuando escuchamos estos cambios de vida? Porque salirse
del camino pavimentado es tan atemorizante que preferimos seguir por ahí, aún y cuando
esto nos convierte en un robot o un zombie.
Equivócate rápido
¿Te imaginas trabajar en un lugar donde te felicitan cada vez que te equivocas? Google X,
la empresa dedicada a la búsqueda de soluciones para los problemas más grandes de la hu-
manidad aplaude al empleado que se haya equivocado en un moonshot, como llaman a sus
emprendimientos. Dan bonos a quien elimine una idea rápidamente, es decir, la proponga y
ejecute de inmediato para comprobar si es factible o no. ¿Qué ha sucedido? Se ha convertido
en la empresa más innovadora del mundo.
Aún el éxito es un riesgo. Los cineastas, los escritores y los artistas en general saben bien
de esto. Su público está a la expectativa de su siguiente obra con la seguridad de que les va
a gustar. Si el artista se arriesga a hacer algo distinto a su éxito anterior, puede ser que de-
cepcione a sus seguidores. Su decisión se ubica entre elegir el camino seguro o arriesgarse
a hacer algo nuevo, aunque eso implique fallar.
Y no hablemos de las veces que tuvieron que fracasar previamente para llegar a un éxito.
Las veredas inexploradas que transitaron para descubrir un lugar que al fin conectó con sus
habilidades y el gusto de la gente.
Tanto el fracaso como el éxito provocan emociones intensas, la primera suele hacer sen-
tir decepción, frustración, reflexión o desánimo; la otra, alegría o euforia. Bien, para ambos
casos, ya sea perder o ganar, necesitarás de la serenidad para salir adelante, de la mejor
manera posible.
El éxito puede estancarte por miedo a fracasar en tu próximo emprendimiento, porque po-
drías aún depender del reconocimiento de los demás, y no del amor a ti mismo. Asimismo, el
fracaso sin la templanza, dificultará intentar algo nuevo. ¿Pero cómo Javier? Es obvio que si
triunfas te sientes poderoso para seguir. Qué bueno que te proyectes así, pero también con-
templa la naturaleza humana. Después de triunfar puede llegar el miedo a fracasar o tal vez
podrías dormirte en tus laureles, ya gané una vez, eso me basta para probar que soy bueno. El
éxito cuando no es tomado como un peldaño más, como un aprendizaje, paraliza. Sobrepon-
te a ese triunfo e intenta algo más retador, arriesga tu reputación de ganador.
Por otra parte, la incomodidad propia del fracaso puede hacerte creer que no eres bueno y
llevarte a abandonarlo todo. Pero yo te tengo una buena noticia, si eres de los que piensa que
no eres bueno para nada, quiero compartirte que no se puede ser malo para todo. La cuestión
es recibir el éxito o el fracaso de la misma manera: como un aprendizaje.
Cuando entiendas que ese “fracaso” es un peldaño para subir a tu sueño, cuando no te
juzgues por ello, cuando el amor por ti mismo no lo condiciones, cuando aceptes que los
caminos están compuestos de días de tormenta y días soleados, cuando te encuentres haci-
endo lo que a ti te mueve, vencerás el temor.
Tienes que estar dispuesto a llevar a cabo tu plan, amar tu esencia, tu autenticidad, con
o sin triunfos, saber que este triunfo o fracaso es independiente a tu valor, y que eso no te
define. Una vez que conectes con la autenticidad, te vas a divertir en los días buenos y los
complicados, con la certeza de que llegarás, pero lo mejor: que aún sin haber llegado a una
meta, ya eres tú, ya eres alguien.
Vaya, lo que trato de decirte es que la vida no se trata de victorias o derrotas, de positivo o
negativo, de bueno o malo. Se trata de vivirla plenamente, con serenidad ante las emociones
que pasan por nuestro ser, encontrando el sentido de bienestar, sin que este se vea frustrado
por lo bueno o malo a lo que nos enfrentamos en nuestro camino.
La vida no es una escuela en la que presentamos exámenes y luego recibimos una cali-
Se trata de vivir.
Hasta hoy nos han enseñado que conseguir lo que nos proponemos nos dará la felicidad
y tenemos que seguir este orden, más o menos:
Meta > Disciplina > Motivación > Visión > Pasión = Logro de meta = Libre de ser tú mismo.
Continuemos cuestionando: ¿Por qué tienes que luchar y esperar tanto para ser tú mismo
y al fin estar en paz?, ¿Qué tal si empiezas por la recompensa? ¿Qué tal si el punto de partida
no es establecer una meta, perseguir un sueño, una visión ni esforzarte en ser disciplinado ni
en estar súper motivado, sino que el punto de partida seas tú? ¿Qué tal si inicias sintiéndote
pleno y satisfecho con quien eres, aún antes de trabajar en tus mejores versiones? Recuer-
da que nosotros estamos en constante cambio, ya que en este juego de la vida el que se
estaciona pierde. ¿Qué pasaría si antes de ver hacia dónde vas, miras dónde estás? ¿Qué tal
si antes de ambicionar ser alguien “exitoso”, te ves y analizas cuáles ideas has heredado y
cuáles creencias de la cultura se han adherido a ti? Pasas todo por un filtro de autenticidad y
como un gran rey o reina, decides qué sí y qué no pertenece a tu territorio. Explora el máximo
potencial de tu mente, trabaja tu cuerpo y entiende tus emociones. ¿Qué tal si empiezas por
ser el amor de tu vida, y lo más importante, por conquistarte? Comienza con lo que tienes
ahora y haz lo que puedas con eso.
Javier, ¿por qué es tan importante empezar en mí, si yo estoy seguro de lo que quiero? Mira,
se dice que apenas abarcamos un diez por ciento de nuestra capacidad, entonces ¿qué pasa
si la meta que persigues es más pequeña que tus aptitudes? Esto, porque no te has dado
chance de explorar tu máximo potencial en todos tus intereses.
Yo solía ser un chico inseguro, de esos que están callados en las fiestas y en el salón de
clases pero observaba mi entorno, los comportamientos de los otros y lo que nos enseñaban,
y todo lo analizaba. Otros tenían una personalidad más extrovertida que yo. Pero decidí volt-
ear a verme, descubrí quién era, qué me gustaba, fui valiente y me acepté. Me prometí que
solo iba a hacer lo que yo quisiera. De ahí en adelante ha sido una gran aventura. La aventura
de conquistarme cada día dando el máximo. Ey, yo tengo que trabajar mucho, no solo por
mantener el enamoramiento conmigo mismo, sino porque creo en mí y me interesa mi biene-
star.
En el camino vas a tener caídas y tropiezos, sin duda. Es parte de la aventura, pero si tú
estás de tu lado, no te dejarás tirado, te levantarás, te sacudirás, o si es necesario estarás
contigo durante la rehabilitación.
Necesitas conquistarte, saber realmente quién eres para enamorarte, porque te vas a
necesitar en las buenas y en las malas. ¿En las buenas? Porque te motivarás a ir más alto,
no boicotearás tu ascenso, y una vez arriba te felicitarás y te dirás que ya sabías que lo ibas
a lograr. Si no estás de tu lado, puede que en plena cima te sientas insatisfecho y asome una
depresión inexplicable. Porque esa cima tampoco te hace feliz, y es cuando viene el desen-
gaño: el éxito no viene acompañado de la felicidad. Ésta viene en forma de paz y plenitud
desde el momento en que te aventuras a conocerte.
Empecemos así:
» Es el deber
» Es que me gusta que los demás estén bien
» Así son las cosas
» Así me enseñaron
» No quiero que se enojen o sufran
» Así soy yo
» Porque me van a dejar de hablar
El amor produce amor. El amor por ti mismo te llevará a amar todo, esto no significa que
vas a ver la vida color de rosa, sino tal cual es, cruda, real, la apreciarás tal cual es. Te sientes
parte de la naturaleza y gracias a esto estás capacitado para vivirla en tu máximo potencial.
Ahora reconoces que los otros también son seres únicos en diferentes fases de consciencia.
Quieres saber qué te rodea, con qué cuentas, quieres adentrarte en la realidad y mientras más
conoces, más amas.
La empatía viene con este amor. Te conviertes en los otros, porque ya sabes qué sientes tú
y puedes intuir cómo se siente el otro. Reconoces las líneas invisibles que delimitan tu paso y
se convierten en una armonía con tu exterior. Sabes que esto te es devuelto de igual manera
en respeto y amor. Te sientes libre y con voluntad.
Con este anhelo de amar, viene el anhelo de crear, de contribuir a esa naturaleza. De saber
cuál es tu papel. Ves la vida como el escenario para experimentar, probar y desarrollarte.
Contigo de tu lado, el amor por la vida surge de manera espontánea. No hay que forzar
nada, no es un sacrificio, no hay que buscar el sentido de la vida a través de nada.
Pasión
El amor por la vida es una acción que se transforma en una energía: pasión. La vida se
experimenta con todos los sentidos, tus pies están plantados en el lugar y tiempo correcto,
vives consciente de tu propia realidad y alcanzas una plenitud interior que te permitirá desar-
rollar tu potencial.
Con autenticidad, la pasión no es artificial, no tienes que fingir entusiasmo. Éste nace de
manera natural, por lo que el despertador sobra en tu vida, el miedo se vuelve un pequeño
amigo que le gusta hacer ruido, pero nunca tendrá la razón. Con pasión quieres explorar todo
lo que te interesa.
Tienes más de un gusto y más de una habilidad. Cuando desempeñas una actividad más
del tiempo que planeabas y más del que le has dedicado a otras, es entonces que empiezas
a sentirte como pez en el agua.
Quieres volverte un especialista, un experto, quieres llegar a las profundidades de ese gus-
to, de ese hobbie. Quieres ver hasta dónde eres capaz de llegar y hasta donde esa habilidad
es la tuya. De pronto entras en un estado de plenitud ejecutando esa actividad, sientes que
naciste para ello.
Tu capacidad y la facilidad de realizar esa actividad se interceptan. Ahora tienes una per-
spectiva diferente de tu vida, todo el camino recorrido hasta ahí toma un sentido. Ahora crees
que eres capaz. Y esto enciende una lámpara y alumbra todas las posibilidades de tu futuro.
Visión
Bienvenido a bordo. A la nave de los que sueñan en grande. Aquí tu sueño nunca será
menor a tu capacidad. Empieza lo bueno. Se dibuja la tierra prometida y te crees capaz de
llegar a ella. Ya no sigues los modelos implantados, ya no aceptas que hay un destino, ya no
crees en nadie más que en ti. Tienes tu sueño en mente y si te dieran un papel y un lápiz po-
drías dibujarlo. Ya no temes platicarlo, anunciarlo, pedir ayuda, pedir asesoría a los grandes,
a que te compartan su sabiduría.
Motivación
Una vez que visualizas tu montaña te sientes motivado a escalarla. No la subirás en uno
o tres días, sin embargo, te emociona saber que recorrerás sus hermosas veredas y aprecia-
rás el paisaje desde distintas perspectivas. La montaña no se conquista, te conquistas a ti
mismo. Ser una persona auténtica implica atreverse a tomar riesgos y persistir pese a las
adversidades, ya que el fracaso solo existe cuando claudicas. La motivación hace que veas
los obstáculos como aventuras.
Disciplina
Es más común de lo que creemos que las cosas no salgan como esperamos, y está bien.
La serenidad te permitirá recibir con apertura mental tanto el fracaso como el éxito. El fraca-
so puede ser paralizante y el éxito abrumador. Pero si tu enfoque está en tu autenticidad, en
verte a ti, podrás enfrentar lo que venga con apertura mental.
Si el éxito te abruma tómalo con calma y planea qué hacer con él. Delega, multiplica, dona,
comparte, pero nunca te acuestes en tus laureles. Si sientes que necesitas un cambio, busca
cómo convertir lo que lograste en otro emprendimiento que te emocione.
La serenidad y plenitud van a tu lado todo el camino, tu paz está basada en tu bienestar, en
ti, no en el logro de tus metas. Tú ya te sentías bien antes de llegar ahí, ya te sentías pleno, ya
te sentías apasionado por la vida.
Una vez que tengas éxito y quieras ampliar tus emprendimientos busca otros que se com-
plementen, que vayan acorde a tu filosofía de vida. Así en lugar de abarcar mucho, estarás
entrelazando distintos hilos para formar una gran cuerda.
Además del constante cuestionamiento de las fórmulas de vida establecidas para alcanzar
la autenticidad, yo he encontrado una forma de vivir que le llamo Bienestar Total y consiste
en cuidar tres aspectos fundamentales de mi vida: mi mente, mi cuerpo y mis emociones.
Cada uno es un pilar que me sostiene, si uno me falta me desequilibro porque los tres están
interconectados y por esto, juntos me mantienen en un estado de serenidad. De hecho cada
aspecto de mi vida, mi familia, mis empresas y mis proyectos están relacionados a esos tres
pilares. El proceso de alcanzar el Bienestar Total, es decir, aprender a cuidar tus tres pilares
no es sencillo y podría tomar tiempo pero esto te lo explicaré con gusto en otra ocasión.
Cuando realmente encuentres quién eres, vas a rechazar todo aquello que no tiene que
ver contigo y quedará espacio solo para ser tú mismo. La autenticidad es como una roca
que avientas en un lago y provoca una onda tras otra cada vez más grande. Que no te ex-
trañe sentir un profundo amor por la vida y un deseo tremendo por explorarla. Una vez que
te enamores de la vida y de ti se originará la pasión pero no una pasión por una actividad
particular, sino una pasión por vivir, con la que vas a desarrollar habilidades de las que nunca
ADVERTENCIA FINAL
Cada emprendimiento ha partido de mis pasiones. Cada uno lo he hecho consciente del
tiempo y dedicación que le tengo que invertir. He emprendido todo lo que me he propuesto y
no me he quedado con ganas de nada. Hay proyectos que están más avanzados que otros,
hay algunos pendientes, pero en ninguno me he rendido. Incluso aquellos que parecen le-
janos están documentados en mi libreta de notas.
Me siento agradecido con la vida por cada oportunidad y experiencia al compartir con
quienes amo y con quienes me rodean.
Primero quiero agradecer a mis padres por darme la oportunidad de ser y existir, por su
apoyo constante y su ejemplo de liderazgo. Gracias por todo el tiempo y esfuerzo que dedic-
aron en mi desarrollo. Pero quiero dar un agradecimiento especial a mamá, porque sin querer,
queriendo, me diste la oportunidad de ser quien soy hoy, de ser AUTÉNTICO.
Gracias a mi hermano, Jorge González, fuiste el primero en creer en este proyecto, sin ti, tal
vez esto todavía sería una más de mis metas guardada en el cajón, te amo y admiro porque
en ti encuentro la humildad del reconocimiento y la lealtad de la hermandad. ¡Vamos por
mucho más!
Andrea Gómez, esa creatividad con la que de pronto lanzaste la espectacular idea de
la portada, mientras los demás pensamos en la típica foto. Gracias por eso y, gracias por
ayudarme a ponerle diseño a este sueño. Sin ti no hubiera logrado tenerlo a tiempo.
A quien hace que mis días funcionen, María Delgado, muchas gracias por tu increíble par-
ticipación en el cierre de este proyecto. Gracias también, por tu ayuda para hacerlo mío en
su registro y, sobre todo, gracias porque te rifaste con tu compañía y motivación fregona, en
los ensayos para la presentación del mismo, durante el evento de TEDx. Que por cierto, hoy
logramos entrar de nuevo a los 18 minutos, ja,ja. Ahora sí que... ¡Gracias Totales!