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LA METODOLOGÍA APRECIATIVA
Aproximación a una herramienta
para la transformación creativa
de la convivencia en Centros Educativos
Salvador Auberni Serra
CONVIVIR EN PAZ:
LA METODOLOGÍA APRECIATIVA
Aproximación a una herramienta
para la transformación creativa
de la convivencia en Centros Educativos
Desclée De Brouwer
© Salvador Auberni Serra, 2007
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, dis-
tribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autoriza-
ción de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados
puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. del Código
Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respe-
to de los citados derechos.
8
A Anisa, mi esposa.
1. Syriana. Dir. Stephen Gaghan. Actores: George Clooney, Matt Damon..., EEUU, 2005.
Sinopsis: Basada en la historia real de Robert Baer, un veterano de la CIA que se pasó
toda su carrera investigando terroristas por todo el planeta.
Breve reflexión introductoria
Los valores
5. VIDAL NOGUERA, M.; Crisis de valores. Horizontes utópicos y contradicciones, Samacá 1993.
Breve reflexión introductoria
8. Id anterior
9. ORDUZ, Juan Ricardo; “El enfoque apreciativo” en Fundación Neo-Humanista. En este
interesante artículo el autor expone de manera sucinta y clara la teoría de D. Cooperrider,
sobre un modelo de intervención para la evolución positiva, creativa e integradora de las
organizaciones o grupos: “Los diálogos apreciativos”
Breve reflexión introductoria
Salvador Auberni
Marzo 2007
1.
Las ciudades y los pueblos son compuestos por sociedades cada vez
más complejas y en donde la convivencia ciudadana pasa de manera
creciente por momentos difíciles. La gran diversidad de valores y inte-
reses existentes en su seno, generan conflictos a diario de más o menos 19
envergadura.
La realidad social no es estática o fácilmente delimitable y que
conociéndola o teniendo una foto-fija de ella, sólo queda aplicar las
medidas necesarias para que se desarrolle adecuadamente y de forma
pacífica. Todo lo contrario, la sociedad es un sistema abierto, en evo-
lución continua, si la ciudadanía no es sensible a ello, puede perder el
contacto con la realidad y hacer casi inútiles o poco operantes sus
acciones planificadas. Siendo así, se experimenta el descontento, el
desencanto y la impotencia; el desinterés por las cuestiones colectivas
se va apoderando de capas importantes de la sociedad. No se ven satis-
fechos ni los deseos, ni las necesidades personales, muchas veces, ni las
colectivas, casi siempre. En estas condiciones la convivencia positiva y
pacífica se hace cada vez más difícil, por no decir imposible.
Las comunidades actuales son cada vez más complejas. El abando-
no masivo de la vida rural, el fenómeno creciente de los movimientos
Convivir en paz: la metodología apreciativa
10. AMORÓS, M.; CAMPS, F. y PASTOR X.; Mediació comunitaria i gestió alternativa de conflictes
a Catalunya. Una guia per a la governabilitat, Fundació Jaume Bofill, abril 2000.
11. “Desde el punto de vista etimológico el concepto democracia se refiere al poder o gobier-
no (kratos) del pueblo (demos). Cuando preguntamos por el significado de un orden
social justo y por los principios que deben regirlo, la palabra democracia aparece en pri-
mer lugar. De hecho hoy en día constituye la base primera para poder hablar de paz y de
justicia... ”. LÓPEZ MARTÍNEZ, M. (Director), Enciclopedia de Paz y Conflictos, Granada,
Editorial Universidad de Granada, 2004, pág. 239).
Conflictividad, agresividad y violencia
21
13. VINYAMATA, E.; Manual de prevención y resolución de conflictos, Ariel, 2002, pág. 15.
Conflictividad, agresividad y violencia
23
Agresividad y violencia
La agresividad
14. SANMARTÍN, José; Coord.: El laberinto de la violencia, Ed. Ariel, Barcelona 2004.
15. “La agresividad”. (2005) http://www.uam.es/departamentos/medicina/psiquiatría...
Conflictividad, agresividad y violencia
La violencia
18. Ambas definiciones las podemos encontrar en la monografía “La violencia”, consultable
en http://www.monografias.com/trabajos15/la-violencia/la-volencia.shtml
Conflictividad, agresividad y violencia
zaje basado en lo que uno es y en lo que uno vive. Son muchos los tra-
bajos y los autores que afirman que las conductas violentas se gestan en
el entorno social y cultural en el que uno está inmerso y más concreta-
mente en el entorno familiar en el que uno nace, se desarrolla y se
“educa”. Es aceptado que un niño que se críe en ambientes conflictivos
y desestructurados que le proporcionen vivencias de rechazo social, de
marginación, de falta de conexión afectiva con los adultos próximos, y
también experiencias como víctima directa de la violencia, puede
aprender fácilmente a ser violento, por dos razones, como reacción o
rebeldía a la situación anterior vivida o porque integra esta conducta
violenta como medio para conseguir determinadas cosas o simplemen-
te, como el medio más usual, conocido y vivido, de relación con los
demás. Otros factores individuales o ambientales pueden favorecer el
desarrollo de conductas violentas: la drogadicción, que puede dificultar
el autocontrol o estimular la agresividad del individuo, la ignorancia o
la falta de valores compartidos con los demás. Es importante constatar 27
que el denominador común, que facilita la existencia de conductas vio-
lentas, es la falta grave de conexión afectiva con los semejantes, la falta
de habilidad relacional con los demás, es decir, la falta de maduración
de una cualidad fundamental del ser humano, la sociabilidad. De modo
opuesto, la existencia de valores compartidos favorece la adaptación
social. Otros factores que pueden favorecer la erradicación de la violen-
cia, pueden ser, la seguridad y confianza en sí mismo, la autoestima, el
vivir en un entorno que te acoge, te acepta y te estimula positivamen-
te y un entorno que te eduque para el diálogo y el respeto mutuo.
Noviolencia
No queremos ser alarmistas, pero cada día son más frecuentes los con-
flictos con implicación de la violencia en el ámbito de la educación for-
mal. Los institutos y escuelas donde conviven muchas horas, niños y ado-
lescentes es un campo de entrenamiento para el comportamiento socia-
lizado y la madurez personal, pero algo debe de estar fallando cuando son
frecuentes los casos de violencia directa, insultos agresiones puras y duras,
burlas, ninguneos, etc. ¿Será porque los modelos que niños y adolescen-
tes absorben de la vida, favorece el desarrollo de tales conductas?
Hay estudios en los que se cuantifica la cantidad de episodios vio-
lentos que ven los niños diariamente a través de este potente medio
educativo que actúa de manera no formal y informal como es la TV. A
parte de las escenas violentas que puede ver y vivir, de manera casual
en su propio medio vital. También es destacable y alguna responsabi-
lidad tendrán en la génesis de conductas violentas, ciertas programa-
ciones de radio y televisión, donde se falta al respeto a la intimidad, se
juzga a las personas o a personajes sin conocerlos, donde tiene razón el
que grita más, donde, sin escucharse realmente, se pisan las palabras 29
unos a otros, donde el interés está en decir lo que se quiere decir y sin
escuchar lo que dicen los demás, donde la fama y el dinero efímeros
son posibles si uno es amoral, egocéntrico y materialista... Con estos
modelos consumidos a diario, es posible alejarnos un muy mucho del
camino de la noviolencia.
A este estado de cuentas, hay que sumarle también las actitudes de
ciertos padres y madres para con sus hijos; actitudes de sobreprotección
y de dejadez al mismo tiempo, o también actitudes de doble moral.
Haz lo que te digo pero no hagas lo que yo hago. A propósito del análisis que
se realiza entre medios y fines (el fin no justifica los medios pero sí que
los medios pueden determinar el fin) se expresa una dualidad perversa
entre comportamientos públicos o privados o en la enseñanza que se da
a los hijos, a ser respetuosos y amorosos en casa pero a ser pillos y gra-
nujillas en la calle para que el mundo no se los coma.20
20. Documento ya citado.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
La escuela
21. Término inglés que en nuestro contexto lingüístico lo traducimos por acoso escolar. Este
acoso implica violencia psicológica o física de graves consecuencias y secuelas para las
personas que lo padecen. (Nota del autor).
22. Anglicismo con el que se denomina a la persona ridícula, niñato que no ha crecido, que
adopta actitudes infantiles o inmaduras pero intentando aparecer como el que no es.
(Nota del autor).
23. Humberto Maturana. Biólogo y científico. Profesor de la Universidad de Chile. Premio
Nacional de Ciencias de Chile. Desde una visión dinámica de lo humano, Maturana pro-
pone el amor como elemento fundamental de la vida humana y de su progreso. Es autor
de la noción de autopoeisis. Fundador y docente del Instituto de Formación Matríztica.
También es autor, entre otras obras, El árbol del conocimiento, Emociones y lenguaje en educa-
ción y política, El sentido de lo humano, Transformación en la convivencia… (Fórum Barcelona
2004 – Personajes).
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Gastón se va a la escuela,
con catona y bolsón
ya ve a los otros niños
qué grande es el portón
mamá se queda afuera,
le dan un empujón
pero hay que ser valiente,
ya es grande Gastón...
comentaba: “el niño desde el ‘portón’ comienza a ser negado corporalmen-
te y en la educación formal se inserta en una manera patriarcal de relacionar-
se”. Luego, añadía: “Si entendemos lo que está pasando con ese niño, es que se
está transformando en la convivencia. Hablando de la educación formal, es la
misma cosa, es un espacio de transformación en la convivencia y eso pasa de
todos modos”.
Las personas somos y nos hacemos unas a las otras. Los niños son y
32 se hacen los unos a los otros. No somos seres aislados que nacemos con
unas potencialidades y habilidades que van viendo la luz, se manifies-
tan y se exteriorizan a medida que vamos creciendo. En la introduc-
ción decíamos, e insistimos en ello, que somos individuos distintos,
únicos y irrepetibles, pero, si consideramos también, nuestra dualidad
racional y emocional, somos también personas y en cuanto a personas,
necesitamos la relación con el otro; nos debemos y nos necesitamos con
el otro. Si tomamos en consideración la dimensión social de la perso-
na, la libertad individual, sin negarla, tiene que teñirse obligatoria-
mente de otros valores “adjuntos” que dan sentido social a la libertad,
tales valores pueden ser los que llevan de modo implícito el reconoci-
miento del otro, del semejante: la solidaridad, compartir con el otro,
implica cierta renuncia personal para beneficio de los dos. La responsa-
bilidad, hacer uso de mi libertad individual sin dañar ni la dignidad ni
la libertad de mis semejantes, y por último, el respeto, aceptar las dife-
rencias, sin que ello quiera significar una aceptación pasiva, como algo
Conflictividad, agresividad y violencia
Figura 1 28
MEDIDAS
LEGALES
CONFLICTOS
ARBITRADOS
CONFLICTOS SOLUCIONADOS
POR MEDIACIÓN
38
En la figura 1, Boqué ilustra lo que sucede en el quehacer diario de
las personas; en la base de la figura se establecen los conflictos que no
se manifiestan porque las personas, aplicando nuestra capacidad de
diálogo y respeto a las normas y costumbres sociales evitan su apari-
ción. En el segundo nivel aparecen los conflictos que, aunque mani-
fiestos, se resuelven de una manera natural dentro de los signos nor-
males de convivencia en el seno de las relaciones interpersonales y
sociales. Subiendo un tercer nivel, aparecen aquellos conflictos que por
su naturaleza y entidad los ciudadanos son incapaces, por ellos mismos
de resolverlos, necesitando de la participación de terceros, por medio
de la mediación, que más adelante nos referiremos más específicamente
a ella. Un cuarto nivel es el que, aplicando las normativas sociales, los
conflictos se intentan solucionar con la participación de un tercero,
investido de autoridad, que arbitra lo que hay que hacer para cada una
28. BOQUÉ, M. C.; Cultura de mediación y cambio social, GEDISA, Barcelona 2003.
Aproximación a la naturaleza del conflicto y a su prevención
Medidas
Legales
Convivir en paz: la metodología apreciativa
30. RAMOS, C.; Un mirar, un decir, un sentir en la mediación educativa, Librería Histórica S.R.L.
Buenos Aires 2003, pág. 75.
31. RAMOS, C.; obra ya citada, pág. 127.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
“La democracia no se puede imponer sino que tiene que nacer de la con-
vivencia y del respeto mutuo, creados a partir de los espacios de convi- 49
vencia y reflexión surgidos desde la espontaneidad”.
33. Volveremos a ello, más adelante cuando hablemos de la necesidad de identidad, de ser
singulares y reconocidas, que tenemos todas las personas.
34. Diálogos. Fórum Internacional de las Culturas – Barcelona 2004
Convivir en paz: la metodología apreciativa
37. “Se puede llegar a este punto por el fracaso o la no-realización de los anteriores tipos de
prevención” (Cecilia Ramos).
Aproximación a la naturaleza del conflicto y a su prevención
53
3.
Desmontando mitos.
La conflictividad en los jóvenes
y sus posibles causas
Mito 1
Muchas veces se ha querido asociar excesivamente la conflictividad
juvenil, a la frustración colectiva de las clases sociales más desfavoreci-
das, de zonas, preferentemente urbanas y provenientes de familias
desestructuradas, eso es verdad en parte, pero no es menos verdad, que
cada vez es más frecuente ver chicos y chicas, hijos de familias llama-
Desmontando mitos
Mito 2
El incremento de la conflictividad en los centros educativos tam-
poco es patrimonio de las escuelas públicas de barrios marginales, es
un problema mucho más generalizado y casi estandarizado. El fenó-
meno ni es privativo de ciertos países, ni hay que relacionarlo exclusi-
vamente en el menor desarrollo económico y cultural de ciertos gru-
pos sociales, se podría decir que es una realidad general, que tiene que
ver con la realidad cultural, económica y social que deriva del proceso
llamado globalización.
El camino que tienen que realizar los jóvenes en su paso por la
escuela y su posterior transición: de la escuela al trabajo, de la “segu-
ridad” de la infancia a la vida adulta, de la dependencia a la autonomía 57
y a la responsabilidad personal y social, es muy complejo. En nuestra
sociedad es un camino cada vez más largo y repleto de tropiezos de
todo tipo, ello conlleva el retraso en poderse ganar la calificación de
adultos, con todos los derechos y deberes. Es un camino lleno de con-
tradicciones. Los valores sociales y culturales van en una dirección y las
posibilidades reales para ejercerlos van en otra, con muy pocos puntos
de contacto.
38. AUBERNI, S.; “Los diferentes actos de violencia en el período formativo y las causas más
recurrentes que los motivan”, Jornadas sobre la violencia en la sociedad, Barcelona, febre-
ro de 2003.
Desmontando mitos
laboral para visitar al médico, por ejemplo, pero otra cosa es,
obtenerlo en las mismas condiciones, para entrevistarse con los
maestros de tus hijos. Es otro problema a resolver.
A modo de conclusión, podemos afirmar que es muy importante
que la sociedad se cuestione ella misma, y que cuestione con deteni-
miento la institución educativa que ha creado. De todas maneras esta-
mos convencidos que aparte de todos los problemas que se han ido des-
granando aquí y los diferentes niveles de reflexión que hemos proyec-
tado, presumiblemente la conflictividad, puede seguir existiendo,
mientras no mejore el panorama del futuro laboral de los jóvenes y la
sociedad siga ofreciéndolos sólo incertidumbres.
65
4.
La metodología apreciativa I.
Gestión alternativa de conflictos
39. BOQUÉ, M.C.; Guia de mediació escolar. Programa comprensiu d’activitats, etapes primària i
secundària, Associació de Mestres Rosa Sensat, Barcelona 2002.
La metodología apreciativa I
40. FARRÉ, S.; Gestión de conflictos: taller de mediación. Un enfoque socioafectivo, Ariel, Barcelona
2004, pág. 119.
La metodología apreciativa I
Habilidades:
• Escuchar
• Comunicar
• Resumir
• Facilitar relaciones
• Reformulación clara de las necesidades de las partes
• Resolver problemas
42. BOQUÉ, M.C.; Cultura de mediación y cambio social, GEDISA, Barcelona 2003, obra cita-
da, pág. 5.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Necesidades vitales
Necesidad de supervivencia y de seguridad. Todas las personas antes
que nada necesitamos sentir y vivir que nuestra condición de existen-
cia esté garantizada. Alimentos para subsistir y desarrollarse y techo
para cobijarnos. Necesitamos sentirnos seguros, tanto física como
emocionalmente, lejos de los peligros de desaparecer, de dejar de ser,
de ser agredidos. Necesitamos sentirnos protegidos por el grupo y por
las normas de convivencia, al tiempo que estas mismas normas socia-
les o leyes puedan contener nuestros desvaríos o excesos.
El fenómeno, que se vive en estos últimos tiempos en España, de la 75
inmigración, puede ser un ejemplo de necesidades vitales no satisfe-
chas y de lo que somos capaces de hacer para satisfacerlas. Hombres y
mujeres principalmente subsaharianos, y algunas veces adolescentes y
hasta niños, que se juegan literalmente la vida, y en el mejor de los
casos, sufren duras penalidades para poder alcanzar el sueño de una
vida mejor, alejada de las privaciones de todo tipo y de las penalidades
que viven en sus lugares de origen, y al tiempo ayudar, a sus familias
a ser partícipes de este futuro mejor.
O, en otro caso, el sentimiento de abandono o de inseguridad emo-
cional y afectiva que viven niños y niñas sudamericanas, produciéndo-
les graves trastornos psicológicos, quedando seriamente comprometi-
do el proceso de crecer y de hacerse adultos. Sus madres han emigrado
a Europa, preferentemente a España, porque hay mucha demanda de
puestos de trabajo de servicios al hogar, cuidar enfermos, o cuidar a
personas mayores, puestos tradicionalmente realizado por mujeres. Tal
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Necesidades sociales
Necesidad de sentirse miembro de un grupo, o lo que es lo mismo, tener
raíces, tener identidad asociada a un grupo, sentirse perteneciente a él.
Todos debemos estar anclados en un grupo, sea familiar o social: con
los amigos, en el barrio, en la escuela, en una institución, en nuestra
ciudad, en nuestro país. Esta pertenencia nos da unos signos de iden-
tidad que nos singulariza, nos permite ser asociados y identificados. La
identidad es para el ser humano como la columna vertebral lo es al
cuerpo. Nos hace partícipes de unas señas, de unos valores y de una
76 cultura. El grupo al cual pertenecemos representa “el nido” de donde
extraemos los nutrientes para la acción. Al mismo tiempo, necesitamos
el reconocimiento de la comunidad o grupo; necesidad de ser singulari-
zado como portador de unas características y valores que nos diferen-
cian de los demás, todo ello nos conduce a otro elemento al que se da
mucha importancia hoy día, la autoestima43. La cultura popular sabía
cuan importante es el reconocimiento de los demás para con nosotros,
por eso acuñó esta máxima o consejo: “no hay peor desprecio que no
hacer aprecio”. Somos, en la medida que somos reconocidos. No hay
peor mal social y relacional que el ser invisible para los demás, es como
dejar de existir. Las personas, las comunidades o países que no sienten
la pertenencia, que no tienen el reconocimiento necesario, ni gozan del
nivel suficiente de autoestima, pueden ir a la deriva y tener un futuro
más que comprometido.
43. Para profundizar en el concepto es interesante ver BRANDEN, N.; Cómo mejorar su autoes-
tima, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona 1991.
La metodología apreciativa I
47. BOHM, D.; Sobre el diálogo, Editorial Kairós, Barcelona 1997. Autor y obra citada por
RAMOS, C.; pág. 69.
La metodología apreciativa I
83
48. GOLEMAN, D.; La inteligencia social. La nueva ciencia de las relaciones humanas, Ed. Kairós,
Barcelona 2006, pág 66.
La metodología apreciativa I
son más o menos conscientes del clima que se respira y del nivel de
satisfacción o de desagrado que sienten al vivirlo. El clima puede ser
determinado por la cantidad y calidad de las relaciones interpersona-
les, del grado de comprensión y de aceptación mutua de sus miembros,
del nivel de coincidencia de intereses y motivaciones, por la tendencia
a compartir, proyectos, tareas y valores. Todo ello define el clima que
se puede vivir en la escuela.
Ahora bien, entender la complejidad relacional de la escuela o cen-
tro educativo es difícil. Santos Guerra49 escribe que la escuela es una
institución que se mueve entre dos realidades que configuran su pecu-
liar cultura. Estas dos realidades son:
a) Todas las escuelas son iguales. Todas participan de unos rasgos
comunes que les confieren una fisonomía particular y diferente a
las demás organizaciones. .../... toda escuela es una institución
heterónoma, con reclutamiento forzoso, de articulación débil,
88
con tecnología problemática, de fines ambiguos, con fuerte pre-
sión social...
b) Cada escuela es única. También se puede subrayar que cada
escuela es absolutamente irrepetible. Cada una lleva a la prácti-
ca de una forma peculiar las mismas leyes, soporta de manera
diferente las presiones, recibe a los alumnos con ánimo diferen-
te, coordina el trabajo con intensidad variable, desarrolla los
fines ambiguos en unos niveles de concreción particular...
Si aceptamos esta visión de la escuela entendemos su complejidad y
la de las relaciones que se tejen en su interior. Estas relaciones no sólo
se dan dentro del marco de las aulas, ni todas las relaciones tienen un
cariz positivo. Los escenarios son diversos, –pasillos, patio, laboratorio,
entorno inmediato de la escuela en las entradas y salidas...–, y la tipo-
logía de relaciones también. Ya hemos comentado el auge de las con-
49. SANTOS GUERRA, M.A.; “Entre bastidores”. El lado oculto de la organización escolar, Editorial
Aljibe, Archidona (Málaga) 1994, pág. 57.
La metodología apreciativa II
50. AUBERNI, S.; Aprender para trabajar, trabajar para aprender. Los programas de Garantía
Social. Reflexiones y Propuestas, PPU, Barcelona 1997, pág. 77-78.
51. En la década de los años sesenta del siglo pasado, en Cataluña cristalizó un movimiento
de renovación pedagógica con la creación de escuelas que, a diferencia de la red de escue-
las privadas y públicas existente, en aquellos momentos, reintrodujo la nueva pedagogía,
defendiendo una escuela nueva para una nueva sociedad. Este movimiento promovía
multitud de prácticas novedosas en sus escuelas, tales, entre otras muchas, como la aten-
ción específica al grupo-clase, como unidad educativa importante y campo de experien-
cia relacional de los alumnos. El grupo-clase era objeto de estudio, la evolución de la
sociabilidad de los alumnos era motivo de especial atención. La experimentación de los
postulados de Lobrot, con su pedagogía institucional y la práctica de la autogestión del
grupo-clase, dio pie al interés por el estudio de las dinámicas en el interno del grupo;
Kurt Lewin, Carl Rogers, Piaget, Pagès, Moreno... eran autores que circulaban con cier-
ta facilidad dentro de los círculos de la nueva escuela.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Variables Variables de
Individuales Grupo-clase entorno
La metodología apreciativa II
54. FRANCH, J. y AUBERNI, S.; Elements de reflexió en el replantejament del Lleure, Materials de
formació. IMAE. Barcelona 1981.
La metodología apreciativa II
55. GOLEMAN, D.; Inteligencia emocional, Editorial Kairós, Barcelona 1996, pág 80. Este lis-
tado forma parte de las cinco competencias principales de la inteligencia práctica, no
cognitiva que Solovey determina a partir de las inteligencias personales descritas por
Gardner.
La metodología apreciativa II
56. La auténtica educación genera un compromiso de acción. No se limita sólo a la esfera del
conocimiento y de la comprensión. Cuando uno se acepta a sí mismo, cuando se tiene
una jerarquía de valores asumida, cuando se relaciona auténticamente con los demás
desde la propia identidad, se está en condiciones de vivir un compromiso social. (Santos
Guerra, 1993).
57. SALA SCHNORKOWSKI, M.; “El encanto de Hamelín”. Secretos del liderazgo efectivo, Alienta
Editorial, Barcelona 2006.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Malas prácticas del viejo Prácticas que han sido muy visibles en
manager de empresa nuestras escuelas y familias
• Dar órdenes sin justificar su finalidad • Dar órdenes sin justificar su finalidad y
diferentes a las de otros docentes, o a las del
otro cónyuge o pareja
• Mostrar su autoridad con la amenaza cuan- • Mostrar su autoridad con la amenaza cuan-
do es necesario do es necesario. “Te echaré de clase” “Te
quedarás una semana sin salir”
• Cargar las culpas a los empleados cuando • Cargar las culpas al alumnado/hijos cuando
algo sale mal algo sale mal. “No me rinden. Tengo un
grupo muy malo”. “Mi hijo/a es malo/a.
No puedo con él/ella”.
102
• No dar golpe y, escudado en su autoridad, • (Sin comentarios)
gastar tiempo en asuntos personales
• Ponerse las medallas de los logros de su • Ponerse las medallas de los logros de su
equipo alumnado. “Soy un/a buen/a docente/padre
o madre” y olvidarse de gratificar a su
alumnado o a los hijos.
• Dividir el equipo entre favoritos y proscri- • Dividir el grupo-clase o los hermanos entre
tos favoritos y proscritos.
59. AUBERNI, S. Aprender para trabajar. Trabajar para aprender, PPU, Barcelona 1996.
60. SALA SCHNORKOWSKI, M.; obra citada, pág. 51.
La metodología apreciativa II
106
Para terminar este apartado nos atrevemos a insistir en la relevan-
cia de la figura del docente en su función de liderazgo que implica ani-
mar, motivar y facilitar la definición del proyecto de grupo e impulsar
su realización, tiene que enseñar el camino a seguir y ayudar a vislum-
brar las metas con los posibles puntos de llegada. Saber hacia dónde se
va, ayuda a perseverar en el esfuerzo.
Tradicionalmente se exigía la consecución de objetivos, con el
método del control, con la dureza, con la exigencia, a veces desmesu-
rada, con las normas disciplinarias impuestas y a veces muy arbitrarias,
todo ello sin saber a ciencia cierta hacia dónde nos dirigíamos.
Evidentemente el resultado no podía ser otro que el fracaso.
6.
La metodología apreciativa III.
Teoría y práctica de los diálogos apreciativos
61. Citado en, VARONA, F.; Teoría apreciativa y comunicación empresarial, San José de Califor-
nia 2003. http://www.sjsu.edu/faculty/fvarona
62. VARONA, F. trabajo ya citado, pág. 3.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
108
Los seres humanos tenemos un recurso muy poderoso para expresar
nuestra interpretación de la realidad: la palabra. Las palabras crean rea-
lidad, la nuestra, la que reconocemos y, a través del diálogo y la inte-
racción con los demás creamos el conocimiento colectivo, creamos una
nueva realidad. Como sabemos, esta realidad no es ni estable ni fija, la
vamos transformando colectivamente. Por la acción del hombre, de la
misma manera que se transforman los paisajes, se transforman las cre-
encias, las ideologías, los valores... Varona (2003) dice: “desde esta
perspectiva, el investigador social se concibe así mismo como un agen-
te activo, como un participante activo en la construcción colectiva del
conocimiento y cuyo trabajo puede llegar a ser una fuente poderosa de
cambio...”.
Así mismo, desde el punto de vista apreciativo, el grupo toma una dimen-
sión y protagonismo fundamental, ya lo hemos defendido anteriormente,
pero ahora toma, sí más no, pleno sentido. Es en el grupo donde las
La metodología apreciativa III
112
pre tiene algo, por pequeño que sea, que funciona bien, ¿lo sabemos?
¿Lo valoramos? A partir de este punto, si se trata de innovar o de cam-
biar, si hay que ir rumbo a lo desconocido, aceptamos mejor este reto,
si llevamos en el equipaje algunas de las partes del pasado, partes posi-
tivas, conocidas. Hemos visto, cómo los pueblos trashumantes, llevan
consigo lo valioso y desechan lo superfluo, lo accidental. Pero hacen el
viaje. Eso es el método apreciativo: “Viajar en comunidad con el equipaje
repleto de lo valioso que se tiene”.
Un buen ensayo para vislumbrar lo que puede dar de sí un proceso
de innovación y de cambio, con la aplicación de los diálogos apreciati-
vos, en un grupo de alumnos y alumnas de un centro, es introducirlos
en el pensamiento apreciativo en oposición al pensamiento deficitario
a través, por ejemplo, de una historia interactiva. Puede ser esta:
Érase que una vez, hace muchos años, existía una tribu muy nume-
rosa que vivía feliz en su territorio. Era un lugar idílico. Era un valle
rodeado de montañas con frondosos bosques y atravesado por un río de 113
aguas frescas y cristalinas. Todas sus necesidades estaban cubiertas.
Agua en abundancia, leña para el invierno, todo tipo de animales que
les proporcionaban carne para su alimentación y pieles para resguar-
darse del frío intenso de la época invernal. Su vida transcurría plácida-
mente. Todo el mundo tenía su trabajo que hacían a gusto en benefi-
cio de la comunidad. Unos cultivaban la tierra fértil del valle, otros
mantenían el poblado en condiciones para ser habitado cómodamente.
Se organizaban batidas de caza para conseguir buena carne para su ali-
mentación. Cuando se organizaba una cacería había mucho nerviosis-
mo y expectación esperando su regreso y poder contemplar, con asom-
bro y admiración las piezas cobradas.
No era nada extraño ver a los niños pescando o simplemente cha-
poteando divertidos en las limpias aguas del río. ¿Qué podían desear
más? Eran felices. Nadie podía imaginar que aquellos apacibles días
podían llegar a su fin.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
• ¿Cómo lo consiguieron?
• ¿Qué les gustaba del poblado de dónde salieron?
• ¿Cómo era el lugar donde se establecieron?
• ¿Qué crees que se llevaron de valioso e imprescindible del anti-
guo poblado?
• ¿En qué se parece el nuevo poblado al de antes?
• ¿Cómo será el nuevo poblado dentro de unos años?
• ¿Qué crees que deben hacer o qué harán para continuar siendo
felices?
• ...
67. Etimológicamente es un término derivado del Latín: salire: saltar hacia atrás, rebotar, ser
repelido, surgir... Con el prefijo re indica repetición, reanudación.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
Primeras consecuencias
Dado que ya hace tiempo que se arrastra el problema con este
grupo, la escalada conflictual podía desbordar todas las posibilidades
de una acción correctora sino se actuaba rápidamente y de manera ade-
cuada, el departamento de orientación psicopedagógica recibió el
encargo, con el consenso de todo el equipo docente, de intervenir en el
conflicto y elaborar una propuesta de acción orientada a:
a) rebajar el nivel de conflicto o por lo menos, detener su escalada,
b) proponer elementos para la gestión del conflicto con la partici-
pación de las partes implicadas,
Aplicación de los diálogos apreciativos en un conflicto
126
Los expertos nos dicen que ante un conflicto de estas características
siempre existen, entre las partes enfrentadas o divergentes, aspectos,
necesidades, intereses o simples elementos que son compartidos o
compartibles, que pueden tener vigencia o que son elementos positi-
vos vividos en el pasado que identificados y puestos en común pueden
facilitar el diálogo y la comprensión mutua. A estos elementos se los
conoce con el nombre de conector. En toda relación conflictiva es nece-
sario buscar estos conectores (intereses comunes, interés de determina-
dos alumnos a que las cosas funcionen bien y que son coincidentes con
los profesores...) porque nos pueden ayudar a fomentar la reconstruc-
ción de la relación hacia niveles más normalizados, nos pueden ayudar
también a identificar y compartir valores... y subir, uno a uno, los pel-
daños hacia el objetivo final que sería:
72. FARRÉ, S.; Gestión de conflictos: taller de mediación. Un enfoque socioafectivo, Ariel, Barcelona
2004.
Aplicación de los diálogos apreciativos en un conflicto
La práctica
A la hora de poner en práctica acciones orientadas a gestionar y
resolver el conflicto utilizamos elementos del enfoque metodológico
socioafectivo, es decir, a partir de la experiencia real o simulada pro-
curaremos que las partes puedan alcanzar el máximo nivel de com-
prensión del conflicto, haciendo posible, con la participación y la expe-
rimentación directa, que les partes puedan acercarse a la percepción de 127
las situaciones bajo los puntos de vista del otro y experimentarlo.
Información y expresión
El primer paso o como primera acción a realizar fue la de recoger
el máximo de información de les partes para poderla poner en
común y iniciar la comprensión y alcance real del conflicto, es decir, es
necesario identificar las partes visibles y invisibles o no manifiestas del
conflicto. Pero era difícil conseguirlo ya que en el grupo en cuestión,
la comunicación entre los miembros era más bien ausente o muy dis-
torsionada, pivotando sólo alrededor de los elementos más desestabili-
zadores. Era necesario reconstruir mínimamente el clima global parti-
cipativo. Para ello utilizamos la técnica de los seis sombreros73.
73. DE BONO, E.; Seis sombreros para pensar, Ediciones Granica, 1997.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
• Etapa de cierre:
En esta etapa se facilitó una vía de salida, un compromiso de llegar
a puntos comunes y construir la expresión de lo que se está dispuesto
a hacer para contribuir en la resolución del conflicto.
El punto crucial de esta etapa de cierre es el acuerdo. Los detalles del
acuerdo se ponen por escrito, ello, a parte de fortalecer el compromiso
130 de cumplimiento de lo acordado, ayuda también a poder ser revisado
en el tiempo y poder comprobar el grado de cumplimiento obtenido y
la percepción por parte de todos y todas de que se ha o se está resol-
viendo el conflicto.
Aplicación de los diálogos apreciativos en un conflicto
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Convivir en paz: la metodología apreciativa
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Aplicación de los diálogos apreciativos en un conflicto
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Convivir en paz: la metodología apreciativa
Proteger ¿QUÉ?
• “Claro, vosotros, (por los profesores) queréis que digamos “sí” a todo lo
que proponéis y...”
• “ Nos queréis vender la moto y que nosotros compremos”
• “Ahora os mostráis muy amables y comprensivos porque os interesa, pero
después...”
• “Es la primera vez que aquí en la escuela y delante de los “profes” puedo
decir lo que pienso”
• “He descubierto que a ciertos compañeros y compañeras no los conocía...”
137
¡Qué dramática desconfianza había en las palabras iniciales! ¿Qué
no habríamos hecho, todos, para llegar a esta situación?
Lo que decían al final es el punto de esperanza. Es la apreciación que
tenemos, para poder seguir soñando.
8.
74. Esta historia me la contó hace muchos años, el Dr. Ramón Canals, Profesor Emérito de
la Universidad de Girona, y Director Honorífico del Laboratori de Desenvolupament Humà.
Fue mi inmejorable compañero y maestro cuando yo empezaba a dar mis pasos en este
oficio y arte de la Orientación Psicopedagógica.
Convivir en paz: la metodología apreciativa
—Hijo, esta casa es para ti. La hemos construido para que sea tu
casa y la de tu futura familia a partir de ahora mismo. Que la disfru-
tes con salud.
Y así, con estas preguntas sin respuesta que les golpeaban una y otra
vez su mente, entraron en su casa. Sin cenar, se refugiaron en su habi-
tación. Los dos lloraban su desventura.
Al cabo de unos días, recibieron la visita de un vecino.
—Hola amigos, –les dijo– tenéis un hijo muy trabajador, hace días
que lo vengo observando. Trabaja de sol a sol arreglando la casa del
pequeño valle. Eso sí que es trabajar. ¡Estaréis orgullosos de él!
Los padres no entendían nada de lo que su vecino les decía. No con-
testaron porque no querían mostrar el enojo y disgusto que traían enci-
ma. El vecino no lo entendería.
Se dijeron, vayamos a ver qué está haciendo nuestro desagradecido
hijo. Y emprendieron el camino. Al poco tiempo llegaron a la casa.
Sabían que habían llegado porque conocían muy bien el camino, y no
por la visión de la casa, porque la que tenían ante sus ojos, no se pare-
cía en nada a la que ellos habían construido. Su hijo, al verles, les son- 141
rió, levantó su mano en señal de saludo y continuó, afanosamente su
trabajo.
Los padres, no podían salir de su asombro. No entendían nada. No
encontraban ninguna explicación medio razonable, ante lo que estaban
viendo. Estaban ante una casa, sí, pero, qué casa; donde había el reci-
bidor ahora está la cocina con salida al exterior. Donde estaba el come-
dor ahora está el estudio y el cuarto de baño. Donde estaba la sala de
estar, ahora hay un comedor más espacioso. ¿Las habitaciones? No hay
ninguna de igual a las de antes, son todas irreconocibles.
Aquellos padres ya no estaban para tantos sobresaltos. Aturdidos y
sin comprender lo que veían se retiraron. Pero a medio camino de
regreso, pararon. Se miraron mutuamente, al tiempo que sus ojos reco-
braban cierto brillo. Se dijeron:
—¿Cómo no habíamos caído antes en la cuenta? Nuestro hijo no es
un desagradecido, no, simplemente es original y de distinto gusto a
Convivir en paz: la metodología apreciativa
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Aprender a ser
Directora de la colección: Mª Rosa Buxarrais
La formación del profesorado en educación en valores. Propuesta y materiales, por Mª Rosa
Buxarrais
Educación en valores para una sociedad abierta y plural: Aproximación conceptual, por
Montserrat Payá Sánchez
Programas de educación intercultural, por Mª Auxiliadora Sales Ciges y Rafaela García
López
Jugando con videojuegos: Educación y entretenimiento, por Begoña Gros (Coordinación)
Educar para el futuro: Temas Transversales del currículum, por José Palos Rodríguez
Individuo, cultura y crisis, por Héctor Salinas
Ciudadanía sin fronteras, por Santiago Sánchez Torrado
El contrato moral del profesorado. Condiciones para una nueva escuela, por Miquel
Martínez
Crecimiento moral y filosofía para niños, por Félix García Moriyón (Ed.)
Educación en derechos humanos: Hacia una perspectiva global, por José Tuvilla Rayo
Educación para la construcción personal. Un enfoque de autorregulación en la formación de
profesores y alumnos, por Jesús de la Fuente
Diálogos sobre educación moral, por John Wilson y Barbara Cowell
Modelos y medios de comunicación de masas. Propuestas educativas en educación en valores,
por Agustí Corominas i Casals
Educación infantil y valores, por Ester Casals y Otília Defis (Coordinación)
El educador como gestor de conflictos, por Marta Burguet Arfelis
Educando en valores a través de “ciencia, tecnología y sociedad”, por Roberto Méndez
Stingl y Àlbar Álvarez Revilla
La escuela de la ciudadanía. Educación, ética y política, por Fernando Bárcena, Fernando
Gil y Gonzalo Jover
El diálogo. Procedimiento para la educación en valores, por Ginés Navarro
Inteligencia moral, por Vicent Gozálvez
Historia de la educación en valores. Volumen I, por Conrad Vilanou, Eulàlia Collell-
demont (Coords.)
La herencia de Aristóteles y Kant en la educación moral, por Ana María Salmerón Castro
La educación cívico-social en el segundo ciclo de la educación infantil. (Análisis comparado de
las propuestas administrativas y formación del profesorado), por Fernando Gil Cantero
Aprender a ser personas y a convivir: un programa para secundaria, por Mª Victoria Trianes
Torres y Carmen Fernández-Figarés Morales
Educación integral. Una educación holística para el siglo XXI. Tomo I, por Rafael Yus Ramos
Educación integral. Una educación holística para el siglo XXI. Tomo II, por Rafael Yus
Ramos
Racismo en tiempos de globalización: una propuesta desde la educación moral, por Enric
Prats
Historia de la educación en valores. Volumen II, por Conrad Vilanou, Eulàlia Collell-
demont (Coords.)
Educar en la sociedad de la información, por Manuel Area Moreira (Coord.)
Educarción para la tolerancia. Programa de prevención de conductas agresivas y violentas en
el aula, por Ángel Latorre Latorre y Encarnación Muñoz Grau
El niño y sus valores. Algunas orientaciones para padres, maestros y educadores, por
Carme Travé i Ferrer
El libro de las virtudes de siempre. Ética para profesores, por Ramiro Marques
Construir los valores. Currículum con aprendizaje cooperativo, por Mª Pilar Vinuesa
Formación ética básica para docentes de secundaria. Propuestas didácticas, por Gustavo
Schujman
La educación intercultural ante los retos del siglo XXI, por Marta Sabariego Puig
La mediación: un reto para el futuro. Actualización y prospectiva, por Juan José Sarrado
Soldevila y Marta Ferrer Ventura
La convivencia en los centros de secundaria. Estrategias para abordar el conflicto, por
Miquel Martínez Martín y Amèlia Tey Teijón (Coords.)
Mi querida educación en valores. Cartas entre docentes e investigadores, por Francisco
Esteban Bara (Coord.)
Cómo orientar hacia la costrucción del proyecto profesional. Autonomía individual, sistema
de valores e identidad laboral de los jóvenes, por María Luisa Rodríguez Moreno
Jóvenes entre culturas. La construcción de la identidad en contextos multiculturales, por Mª.
Inés Massot Lafon
Estrategias para filosofar en el aula. Relatos breves para la reflexión, por Isabel Agüera
Espejo-Saavedra
La dimensión moral en la educación, por Larry P. Nucci
Excelentes profesionales y comprometidos ciudadanos. Un cambio de mirada desde la uni-
versidad, por Francisco Esteban Bara
La familia, un valor cultural. Tradiciones y educación en valores democráticos, por María
del Pilar Zeledón Ruiz y María Rosa Buxarrais Estrada (Coords.)
Cultura de paz. Fundamentos y claves educativas, por José Tuvilla Rayo
Pantallas, juegos y educación. La alfabetización digital en la escuela, por Begoña Gros (Coord.)
Conflictos, tutoría y construcción democrática de las normas, por Mª Luz Lorenzo
Mensajes a padres. Los hijos como valor, por Isabel Agüera
Educar con “co-razón”, por José María Toro
¡Quiero chuches! Los 9 hábitos que causan la obesidad infantil, por Isaac Amigo y José
Errasti
Convivir en Paz: La metodología apreciativa. Aproximación a una herramienta para la transfor-
mación creativa de la convivencia en Centros Educativos, por Salvador Auberbi
Este libro se terminó
de imprimir
en los talleres de
RGM, S.A., en Bilbao,
el 8 de octubre de 2007.