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EBA Manuel Belgrano

Bachillerato en Artes con Orientación en Artes Visuales


Materia: Culturas estéticas contemporáneas
Año: 5°1° mañana

Guía de lectura: BOURDIEU, Pierre “Sociología de la


percepción estética”
*
1. ¿Qué tipos de percepción se pueden tener sobre la obra de arte (OdA)?
¿De qué depende esa distinción?

Bourdieu explica que se pueden tener dos tipos de percepción sobre la


OdA: La primera es aquella que se encuentra dentro del código social del
arte, e involucra poseer cierto entendimiento de las reglas que a este lo
rigen y son producto de un determinado proceso histórico, social y cultural
de una determinada sociedad.
La segunda involucra aquella visión desentendida de la nombrada
anteriormente, y ante el vacío conceptual que esto genera, quienes poseen
esta percepción primitiva se abalanzan por relacionar la calificación “obra
de arte” con la propia comprensión intrínseca de la realidad. Ocurre de
forma inconsciente, al suponer que repetir lo visto en lo cotidiano es una
tarea que requiere de una avanzada técnica y conocimiento (al ser este
arbitrario y construido por reglas físicas, no como un mundo imaginario
creado por el artista), por lo tanto “debe ser” arte (y no le da muchas
vueltas al asunto). Por supuesto que estos conceptos abstractos se ven
atravesados por la realidad: El poseer una visión o la otra puede depender
de varias cosas, pero una lamentable conocida que nos puede llevar a esto
es que muchas veces las personas no tienen suficiente acercamiento a la
cultura (no se les es permitido, ni hay esfuerzos por hacérsela llegar) y por
lo tanto una total falta de conocimiento, ni siquiera a grandes rasgos, de
cómo funciona el código del arte o cómo intervenir y participar en este. El
espectador se siente ajeno a la obra. No la entiende y siente que no vale la
pena intentarlo, o que no podría entenderla nunca. Algunos de estos grupos
de reglas de los que habla Bourdieu, más que códigos sociales parecen
códigos crípticos.

2. ¿Qué conceptos de Erwin Panofsky retoma Bourdieu?


Bourdieu retoma el concepto de obra de arte de Panofsky, ya que según él,
la obra de arte se diferencia del objeto cotidiano creado por el hombre
debido a que esta siempre busca ser reconocida por su forma, más que por
su función. Esta clasificación es equívoca en su totalidad, porque es
imposible definir en qué etapa de la creación de un objeto se le comienza a
prestar más atención a su forma que a su ejercicio. Supone que el túnel por
el que tienen que pasar las cosas para llegar del primer punto al otro es el
de la intención, la voluntad del propio creador de imponer a la forma por
sobre el objetivo, y diseñar su objeto de arte a partir de esto, y también de
la intención del propio espectador de ver la obra a través del conjunto de
reglas sociales atribuidas al arte. Estas dos visiones se definen por el gusto,
que es la preferencia concebida como óptima de una sociedad respecto a
un tema, resultado de ciertos eventos históricos. Bourdieu difiere con
Panofsky en cuanto a estos términos, y plantea que la obra de arte
comienza a ser un objeto de arte y no un objeto cotidiano con la llegada de
un espectador que le nazca interpretarla como tal.

“...toda obra es construida, de alguna manera, dos veces,


por el productor y por el consumidor, o mejor aún, por la sociedad a la cual
pertenece el consumidor.”

Bourdieu, a diferencia de Panofsky, afirma que la calificación de obra, y por


lo tanto la existencia de la misma como tal, se construye a través de la
visión del espectador y no por las características del objeto en sí.

3. ¿Qué rol cumple la pedagogía (familia, escuela) en la historia del gusto?

La familia y la escuela son aquellas instituciones que perpetúan y


reafirman a través de la instrucción de las personas las concepciones
previamente concebidas como correctas y únicas. Mediante la enseñanza
masiva de las normas de este modelo (y aún más importante: durante la
infancia, que es una etapa donde abunda el aprendizaje por inmersión) es
que se puede ver, como a través de un velo, la historia que encierran esos
cánones, y por lo que una sociedad ha tenido que pasar. Ya pensando
dentro de las propias reglas, Bourdieu habla de el esfuerzo de las
instituciones por ocultar la arbitrariedad de estos conceptos, y también de
las formas de transmitirlos. En sus palabras:

“En la medida en que produce una cultura (en el sentido de competencia), que
es la interiorización del arbitrario cultural, la educación familiar o escolar
tiene por efecto ocultar cada vez más completamente, por inculcación de lo
arbitrario, lo arbitrario de la inculcación, es decir, de las cosas inculcadas y de
las condiciones de su inculcación.”

Bourdieu expresa que estas enseñanzas son arbitrarias, a saber: “Que


depende solamente de la voluntad o el capricho de una persona y no
obedece a principios dictados por la razón, la lógica o las leyes.” Por lo que
estas pautas del habitus (o cómo se propagan, y a quién) pueden estar
direccionadas a favor de determinados grupos, marcando así la distinción
de clase. Esto también nos puede llevar a tener una visión etnocéntrica y
muy limitada de la percepción y comprensión de la estética, debido a que
estos conceptos son completamente internalizados y, como es de
esperarse, falsamente universalizados dentro de la propia mente.

4. ¿Qué recorrido plantea Bourdieu acerca de la “autonomía” de la


percepción? Y:
5. ¿Para quienes la OdA es autónoma?¿Qué tipo de percepción poseen?
Respuestas 4 y 5:

Bourdieu dice que:


“Comenzando en el momento en que la obra de arte se despoja de sus
funciones mágicas o religiosas, ese proceso de autonomización se lleva a cabo
paralelamente a la constitución de una categoría relativamente autónoma de
profesionales de la producción artística, cada vez más inclinados a no conocer
otras reglas que las de la tradición propiamente artística recibida de sus
predecesores, que les proporciona un punto de partida o un punto de ruptura y
los coloca cada vez en condiciones de
liberar su producción y sus productos de toda servidumbre social (...)”

La autonomía se da cuando el arte deja de ser realizado en base a una


función particular como es la religión al tener la tarea de ser vista como
imaginería a la cual rezar o una forma de transmitir la propia creencia a
generaciones futuras. No es sorpresa que muchas de las obras del siglo XV
de Europa no poseen nombre ni apellido: nadie merecía el crédito por
pintar imágenes religiosas, ya que dentro del contexto de la época, sólo se
podía pensar que el pintor era un herramienta más de Dios. La expresión
“Yo soy aquel que pintó a Dios” no tendría en sí sentido ya que se supone
que Dios es quien lo ha pintado a él en realidad, en términos de existencia
y habilidades. Algo parecido al concepto que propuso Picasso, al decir que
fueron los militares de la guerra civil quienes “pintaron” El Guernica y no él
mismo.
Dios (Espíritu Santo) es el Creador y Dueño de estos dones, 1 de Corintios
versículo 12:4-6 dice:

“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay


diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de
operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos”

Tras la ruptura de paradigma en la baja Edad Media, entrando en la


modernidad (y luego entraría en esto el arte abstracto), es que se genera
esta autonomía. Los artistas comienzan a llamarse por sus nombres
completos y la herencia más importante para ellos es su técnica y
enseñanzas heredadas, haciendo de este un habitus mucho más consciente
en cuanto al contenido de la OdA, herramienta muy importante para ir
ganando cada vez más autonomía dentro del campo artístico y no
depender de una obligación moral o social de lo que es correcto hacer con
la propia obra o cómo realizarla. Tras esto se comenzaría a indagar en la
relación Artista-Público. La autonomía prevalece a la par de la forma que
prevalece sobre el contenido, y quien conoce estos conceptos, tiene una
percepción pura de la OdA. Se llama “Percepción pura” a la capacidad del
agente conocedor de los códigos artísticos propios del habitus pero
además del manejo del Código de los códigos. Ambas se complementan y
retroalimentan todo el tiempo, y allí se conforma la visión PURA. Sin una
previa educación de los códigos estéticos, uno cae en la percepción
ingenua de que lo artístico tiene que ver con lo cotidiano, y no puede ir
más allá de ese pensamiento. Es por eso que estas se tienen que estudiar en
orden: primero tener una visión amplia del habitus del campo del arte,
luego entender el código de códigos, ya que sin claridad en e l primer tema
mucho menos se podría comprender el segundo.

6. ¿Cómo define Bourdieu la “legibilidad”?

En sus palabras:

“La legibilidad de una obra de arte es función, para una sociedad dada, de
la distancia entre el código que exige obviamente la obra considerada y el
código artístico disponible (...) la legibilidad de una obra de arte para un
individuo particular es, pues, función de la distancia entre el nivel de
emisión, definido como el grado de complejidad intrínseco del código
exigido por la obra, y el nivel de recepción, definido como el grado en el
cual este individuo domina el código social, el mismo más o menos
adecuado al código exigido por la obra. “

Tomando de base el juicio de que el objeto “obra de arte” comienza a


existir tras la visión afirmativa dada por los agentes del habitus para ser
llamado tal, es de obvia deducción que el proceso de creación se basa
puramente en la decodificación. Ni en el emisor en sí, ni en la obra en sí, ni
el receptor en sí, sino en la acción misma de descifrar el código (esquema
de comunicación, abajo) y que la respuesta sea positiva: “¡Esto es arte!”.
Pero como dice el texto, y ya expliqué antes, estas capacidades de
decodificación requieren cierto nivel de asociación entre el las reglas del
habitus y su codificación (y por lo tanto, consciencia profunda de ambas
cosas), para llevar a cabo la interpretación. Para leer un libro en cierto
idioma y definir si es bueno o no, primero se tiene que entender el idioma,
y segundo tener una buena comprensión lectora. Allí entra la estructura
del habitus, ya que si hablamos una lengua determinada, no podemos
pensar otra interpretación sino la misma que nos está indicando. Las
palabras significados concretos que les han sido atribuídos. Podemos
interpretar cosas nuevas, pero respetando el sentido gramatical. Lo mismo
pasa con el habitus, podemos interpretar de varias formas una OdA, pero
siempre dentro de esta estructura heredada.

7. ¿Por qué Bourdieu afirma que tanto los espectadores cultivados como los
carentes de códigos específicos tienen una “comprensión ilusoria” de la
OdA?
Bourdieu explica que así como las personas carentes de ciertos
conocimientos sobre los códigos suelen interpretar la obras desde una
visión inmediata e inconsciente relacionándolas a lo cotidiano, los propios
conocedores de las reglas del habitus pueden equivocarse a la hora aplicar
este código, ya que este va colgado de la historia como en una relación
simbiótica entre un hipopótamo y las aves, que se realiza de forma
instintiva. De esta manera el habitus se construye como una pulsión
inconsciente (los agentes creen que saben pero no saben) que busca calmar
el estado de tensión que provoca la falta de identidad y/o organización
social, entre otras cosas pesadillescas para el ser humano dentro de su
consciencia del yo (las cuales a pesar de ser inconscientes son necesidades
espirituales/culturales, es decir del habitus, la segunda naturaleza, no
necesidades animales, como el ejemplo, que es meramente comparativo
estructuralmente).

8. ¿Qué sería el dominio práctico del Código de los Códigos?

El dominio práctico del código de los códigos es entender cómo funcionan


los mismos, habilidad la cual requiere práctica y atención, como si se
tratara de un safari de investigación pero dentro de la propia vida
cotidiana: es necesario pensarlo siempre desde afuera abstraerse del
mismo y pensarse a uno mismo como objeto de estudio. Como un
psicoanalista que se piensa a sí mismo y con el tiempo comienza a
presentar una consciencia cada vez más profunda de sí, y deja de tener
sueños profundos sumergidos en represiones (la represión se vuelve
mínima, hasta profundamente inconsciente), impulsos descarrilados,
enojos infantiles, entre otras cosas, porque las mismas se han desnudado
por completo frente a él y no puede evitar pegarse con una batuta mental
cada vez que realiza una de estas. Entiende por completo qué fue lo que lo
hizo ser como es, qué retazos del pasado lo persiguen hasta sus días, y
que las cosas que lo conforman son siempre cambiantes. Entendemos que
un código es un conjunto de normas que rigen los campos. ¿Cuál será el
código de los códigos entonces? La comprensión del funcionamiento y
naturaleza de los códigos en sí. De esta manera uno puede ver el mundo a
través del pensamiento de Bourdieu de la manera más objetiva posible. La
teoría del habitus no comenzó a existir a partir de sus palabras, la realidad
siempre está y estuvo, nosotros la intentamos describir y desentrañar,
como una ecuación que busca un resultado, para poder cambiarla. Se hace
consciente lo que siempre estuvo ahí.

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