Está en la página 1de 1

Las partículas alfa (α) tienen carga positiva y están compuestas por dos protones y dos

neutrones del núcleo del átomo. Las partículas alfa provienen de la desintegración de los
elementos radiactivos más pesados, como el uranio, radio y polonio

Las partículas alfa tienen mucha energía, son tan pesadas que agotan su energía en
distancias cortas y no se pueden alejar demasiado del átomo, las partículas alfa carecen de
la energía para penetrar incluso la capa externa de la piel, de manera que la exposición en
el exterior del cuerpo no es motivo de gran preocupación.

Sin embargo, en el interior del cuerpo pueden ser muy dañinas. Si los emisores de rayos
alfa se inhalan, ingieren o ingresan al cuerpo por medio de un corte, las partículas alfa
pueden dañar tejido vivo sensible.

Las partículas beta (β) son partículas pequeñas y rápidas con una carga eléctrica negativa
que son emitidas desde el núcleo de un átomo durante la desintegración radiactiva. Estas
partículas son emitidas por ciertos átomos inestables como el hidrógeno 3 (tritio), el carbono
14 y el estroncio 90.

Las partículas beta son más penetrantes que las alfa, pero menos dañinas para el tejido
vivo y el ADN porque las ionizaciones que producen son más espaciadas

Pueden ser detenidas por una capa de ropa o una capa delgada de una sustancia como el
aluminio. Algunas partículas beta son capaces de penetrar la piel y causar daños como
quemaduras de la piel

Los rayos gamma (γ) son paquetes sin peso de energía llamados fotones. A diferencia de
las partículas alfa y beta, que tienen energía y masa, los rayos gamma son pura energía.

Los rayos gamma suelen ser emitidos junto con partículas alfa o beta durante la
desintegración radiactiva.

Pueden penetrar fácilmente las barreras que detienen a las partículas alfa y beta, como la
piel y la vestimenta. Los rayos gamma tienen tanta potencia para la penetración que se
necesitan varios centímetros a metros de un material denso, como el plomo o incluso
metros de cemento, para detenerlos.

Los rayos gamma pueden atravesar completamente el cuerpo humano; al pasar pueden
provocar ionizaciones que dañan tejidos y el ADN.

También podría gustarte