Novena en honor a San Francisco de Asís

Discípulo y misionero en salida

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 1
 Contenido

Presentación ..................................................................................................................................................... 3
Elementos comunes ...................................................................................................................................... 4
1. Primer Triduo: San Francisco, discípulo
Día Primero: La Oración, experiencia de Dios ............................................................................. 7
Día Segundo: El Evangelio, norma de vida ...................................................................................... 9
Día Tercero: Fidelidad al Evangelio .................................................................................................... 11

2. Segundo Triduo: San Francisco, misionero

Día Cuarto: El evangelio de la misión ................................................................................................ 14
Día Quinto: La predicación de los hermanos ................................................................................ 16
Día Sexto: Los hermanos que van en zona de misión ............................................................... 18

3. Tercer Triduo: San Francisco en salida

Día Séptimo: Los leprosos: encuentro con los marginados y vulnerables .................. 21
Día Octavo: El Sultán: encuentro con lo diverso .......................................................................... 23
Día Noveno: La creación: encuentro con la creaturalidad y la hermana muerte ... 25
4. Tránsito de nuestro Padre san Francisco.
Celebración del Tránsito de San Francisco .................................................................................... 29

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 Presentación
Cada año, con motivo de la fiesta de san
Francisco de Asís tenemos la oportunidad de
acercarnos a la espiritualidad de este santo tan
amado y admirado en la Iglesia y en el mundo.
En el año 1992, la revista Times publicó un
artículo en el que mencionaba a San Francisco
de Asís como el primero entre los diez hombres
más influyentes del segundo milenio cristiano.
Este dato que nos llena de orgullo, también nos
anima a adentrarnos más en su espiritualidad,
que es camino cierto para el seguimiento de
Cristo.
El Pobrecillo, asumiendo el Evangelio con
fidelidad llegó a ser uno de los modelos más
insignes del seguimiento de Cristo. Sin
pretender ser reconocido, san Francisco se ha
convertido en la luz que se enciende para ser
puesta en lo alto de modo que, todos quedan
iluminados (cf. Mt 5, 14).
En esta oportunidad, al celebrar su novena,
queremos resaltar una de las características
esenciales de su espiritualidad: su capacidad
para escuchar la Palabra de Dios y su
disponibilidad para seguir a Cristo; además,
retomando el lema de la próxima Asamblea
Eclesial Latinoamericana y del Caribe
queremos afirmar que Francisco fue siempre
un itinerante, por lo tanto, con toda propiedad
podemos decir: “San Francisco de Asís,
discípulo y misionero en salida”.
Uno de los temas presentes en
la novena es de la oración y
preparación para la Asamblea
Eclesial Latinoamericana y
del Caribe. Un evento al que la
iglesia nos invita a participar
con nuestra oración, para que todos los
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hermanos y hermanas que se reunirán en el
Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, del
22 al 28 de noviembre de este año 2021, sean
iluminados y guiados por el Espíritu Santo.
El otro tema que nos acompañará en esta
novena, es el Encuentro Panamericano de
Capuchinos, que se
realizará en Brasil en el
mes de mayo del año 2022.
Aunque el encuentro
presencial se realizará en
esa fecha, los capuchinos
de las américas ya estamos
participando de este
encuentro con innumerables encuentros
virtuales, celebraciones locales y la oración
fraterna de cada día.
La Novena de este año 2021 lleva como lema:
San Francisco de Asís, discípulo y misionero
en salida. Por este motivo, está compuesta por
tres triduos temáticos. El primer triduo se
resaltará la faceta de discípulo. En el segundo,
la dimensión misionera. Y en el tercer triduo se
verá como San Francisco al salir de sí mismo y
de sus seguridades, encuentra a los hermanos.
Las oraciones y las lecturas están adaptadas a
las temáticas del día. Con respecto al evangelio,
si se desea, se puede escoger el del día litúrgico.
La oración final puede variar entre una oración
común para todos los días, la oración
preparatoria para la Asamblea Eclesial o la del
Encuentro Panamericano de Capuchinos.
Que la celebración de esta novena nos ayude a
profundizar más en nuestro propio
seguimiento de Cristo, al estilo de San
Francisco de Asís.
3
 Elementos comunes
Oración para todos los días
Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios,
todo bien, sumo bien, total bien, que eres el
solo bueno, a ti te ofrezcamos toda alabanza,
toda gloria, toda gracia, todo honor, toda
bendición y todos los bienes. Hágase. Hágase.
Amén.
Oración Final
Oración de San Juan Pablo II a San
Francisco de Asís
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene necesidad de tu corazón
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificación en la penitencia.
Ayúdalos a liberarse también
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jóvenes tu lozanía de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concédeles, Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
ábreles de nuevo las puertas de la esperanza.
Amén.
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O bien
Oración por la Asamblea Eclesial LAyC
Padre de bondad, que conduces a tu Iglesia
que peregrina en América Latina y El Caribe,
inspirándola para realizar
un camino sinodal en salida
desde la experiencia
de las Conferencias Episcopales.
Te suplicamos nos asistas
con la luz de tu Espíritu Santo
en este tiempo de preparación
de nuestra Asamblea Eclesial,
que con memoria agradecida
recordará el Documento de Aparecida,
vislumbrando en el horizonte
el Jubileo Guadalupano y de la Redención.
Que, ante los desafíos presentes y futuros,
podamos reavivar nuestro compromiso
como discípulos misioneros,
para que tengamos vida en Jesucristo
encontrando en Él la alegría,
la paz y la esperanza que no defrauda.
Que, a través de la escucha,
el diálogo y el encuentro
e inspirados por la voz profética
del Papa Francisco
para el cuidado de la casa común,
de las culturas
y el empeño por la fraternidad universal,
seamos valientes para fomentar
una economía solidaria
y una educación integral, ayudando con amor
a cuantos han sido descartados y excluidos.
Que Santa María de Guadalupe
y la sangre de tantos hombres
y mujeres mártires
que fecundaron nuestra fe,
nos anime en la misión encomendada.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
4
O bien
Oración preparatoria al
Encuentro Panamericano de Capuchinos
Altísimo, Omnipotente y Buen Señor,
a Ti nuestra alabanza por la bella presencia
de los Capuchinos en las Américas:
un pasado de grandes sueños,
un presente de muchos esfuerzos
y un futuro lleno de esperanza!
Sí, Altísimo, solamente a Ti
toda alabanza y toda gloria!
Altísimo, Omnipotente y Buen Señor,
danos la gracia de reavivar
nuestro carisma en las Américas,
fieles al Espíritu de los orígenes,
abiertos a los cambios de nuestro tiempo,
atentos a las urgencias y clamores
nacidos de la vida
que late en este inmenso continente,
revisando nuestra forma de vivir el Evangelio,
reinventado nuestras estructuras,
fortaleciendo nuestra presencia,
haciendo, así, más visible y relevante
el carisma que nos diste.
O bien
Oración franciscana por la paz
¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo
esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.

Bendice por las manos de la Virgen Pobre,

Señora de Guadalupe, patrona de las
Américas,
el Encuentro Panamericano de los Capuchinos.
Ilumínanos con la ternura de Francisco
y el vigor de Clara.

Fortalécenos con el testimonio

de tantos Capuchinos
que dieron la vida en este suelo,
para que sigamos las huellas de tu amado Hijo.
¡Amén!

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 Primer Triduo: San Francisco, discípulo

En estos tres primeros días de novena vamos a celebrar la dimensión discipular de nuestro Seráfico
Padre. Es un aspecto muy importante de su vida y espiritualidad porque para él las palabras de
nuestro Señor Jesucristo son “espíritu y vida” (Jn 6, 63). San Francisco es un oyente atento y obediente;
escucha, retiene y pone en práctica como un hombre sensato (cf. Mt 7, 24). La semilla de su vocación
germina en la oración íntima, donde escucha a Dios que le habla interiormente y lo transforma desde
adentro. Del diálogo íntimo con Dios en la soledad de las grutas y montañas, San Francisco pasa a
escucharlo y reconocerlo en la lectura y escucha del evangelio y sin tardanza ni vacilaciones se
dispone a cumplirlo.

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 Primer día:
La Oración, experiencia de Dios
Motivación: La Iglesia define la oración como
el diálogo entre Dios y el hombre. Es un
encuentro en el que la actitud del hombre debe
distinguirse por la capacidad de escucha, es
decir de hacerse discípulo a los pies del
Maestro. Él enseña con autoridad, haciendo
que los oyentes se conviertan de corazón y se
reconozcan como hijos del Altísimo, y sumo
Bien. La oración de San Francisco está hecha de
silencio y escucha, porque no quiere caer en la
tentación de estar siempre hablándole a Dios y
no dejarle hablar a Él. La oración se convierte
en experiencia de Dios cuando hay un
encuentro personal y profundo con Él.
Saludo
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica_
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 6, 5-8)
Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para
ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa. Tú, en cambio, cuando ores,
retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a
tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que
ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren,
no hablen mucho, como hacen los paganos:
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ellos creen que por mucho hablar serán
escuchados. No hagan como ellos, porque el
Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo
que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Reflexión
Dios siempre se deja encontrar.
La experiencia que tuvo San Francisco de Asís
con Dios por medio de la oración, fue primero
su proceso de conversión que lo lleva a la
búsqueda de su sentido, donde él hacía oración
y tenía su encuentro íntimo con Dios.
Como dice el Evangelio de Mateo: cuando oren
no hace falta ser vistos por los demás, que es lo
que hacían los hipócritas, y no hablar en
demasía como los paganos para ser escuchado
por Dios. Aquí la invitación es orar en nuestra
habitación y hacer morada de ella. Lo que
nosotros le pedimos o deseamos a nuestro
Padre Celestial, Él ya lo sabe.
San Francisco de Asís hacía de su corazón un
templo para orar y para vivir esa experiencia
con Dios. Cuando el oraba en la selva toda la
creación se llenaba de gemidos y los suelos se
bañaban de lágrimas. Francisco en todo lugar
encontraba un santuario en el cual hablaba con
Dios. Por lo tanto, había una íntima relación
con Dios por medio de la oración, porque lo
encontró en lo íntimo de su ser.
De esta forma, en sus momentos de encuentro
con Dios, muchas veces rumiaba en su interior
sin necesidad de mover los labios, dirigiendo
todo en él a Dios, con una mirada profunda en
su interioridad y sus afectos.
Nuestra forma de orar debe ser afectiva, de
corazón a corazón a quién por amor nos creó.
Como discípulos encaminados al bien y
llevando la buena nueva a todo el mundo.
“Mírate cada día en el espejo de la pobreza y la
humildad y observa a él su rostro”
Hno. Silvio Tomalá
7
Lectura complementaria de las Fuentes Por la Santa Madre Iglesia y por el Papa, para
Franciscanas (2Cel 94-95) que como discípulos de Cristo guíen nuestro
caminar. Oremos.
Buscaba siempre lugares escondidos, donde no
sólo en el espíritu, sino en cada uno de los Por la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del
miembros, pudiera adherirse por entero a Dios. Caribe y por el Encuentro Panamericano de
Cuando, estando en público, se sentía de pronto Capuchinos, para que Dios los ilumine y den
afectado por visitas del Señor, para no estar ni aportes necesarios para la Iglesia y el mundo.
entonces fuera de la celda hacía de su manto Oremos.
una celdilla; a veces -cuando no llevaba el Por los gobernantes de todo el mundo, para
manto- cubría la cara con la manga para no que Dios les de inteligencia y sabiduría y
poner de manifiesto el maná escondido. puedan trabajar por el bien común. Oremos
Siempre encontraba manera de ocultarse a la
mirada de los presentes, para que no se dieran Por las familias que están pasando necesidades
cuenta de los toques del Esposo, hasta el punto económicas y espirituales, para que
de orar entre muchos sin que lo advirtieran en encuentren en Dios luz en sus vidas. Oremos.
la estrechez de la nave. En fin, cuando no podía Por toda la comunidad cristiana que cree en
hacer nada de esto, hacía de su corazón un Dios, para que su fe y oración crezca y madure
templo. Enajenado, desaparecía todo incansablemente. Oremos.
carraspeo, todo gemido; absorto en Dios, toda
señal de disnea, todo visaje. Esto en casa. Pero, Padre nuestro y gesto de la paz
cuando oraba en selvas y soledades, llenaba de Oración final (pg. 4)
gemidos los bosques, bañaba el suelo en
Canto de final.
lágrimas, se golpeaba el pecho con la mano, y
allí – como quien ha encontrado un santuario
más recóndito – habla muchas veces con su
Señor. Allí respondía al Juez, oraba al Padre,
conversaba con el Amigo, se deleitaba con el
Esposo. Y, en efecto, para convertir en formas
múltiples de holocausto las intimidades todas
más ricas de su corazón, reducía a suma
simplicidad lo que a los ojos se presentaba
múltiple. Rumiaba muchas veces en su interior
sin mover los labios, e, interiorizando todo lo
externo, elevaba su espíritu a los cielos. Así,
hecho todo él no ya sólo orante, sino oración,
enderezaba todo en él – mirada interior y
afectos – hacia lo único que buscaba en el
Señor.

Preces:
Presentemos nuestra súplica humilde al
Señor, diciendo: Dios de bondad, escucha
nuestra oración.

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 Segundo día:
El Evangelio, norma de vida
Motivación:
Francisco escuchó con atención las palabras
del Santo Evangelio y las acogió como un
mensaje dirigido a él personalmente. Le
parecía imposible tener otras orientaciones
que no fueran aquellas de Jesucristo. Si Dios
habla a través de su Palabra, entonces aquellas
palabras eran dirigidas a él y no podía
desecharlas o ignorarlas. El evangelio es muy
claro y elocuente, por eso es la norma suprema.
Tener otra norma es como decirle a Dios que su
palabra está incompleta.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 7, 21-29)
No son los que me dicen: «Señor, Señor», los
que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los
que cumplen la voluntad de mi Padre que está
en el cielo. Muchos me dirán en aquel día:
«Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu
Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e
hicimos muchos milagros en tu Nombre?».
Entonces yo les manifestaré: «Jamás los conocí;
apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal».
Así, todo el que escucha las palabras que acabo
de decir y las pone en práctica, puede
compararse a un hombre sensato que edificó
su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se
precipitaron los torrentes, soplaron los vientos
y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó
porque estaba construida sobre roca. Al
contrario, el que escucha mis palabras y no las
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practica, puede compararse a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre arena».
Cayeron las lluvias, se precipitaron los
torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la
casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande».
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras,
la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene
autoridad y no como sus escribas.
Reflexión
Hoy vamos a reflexionar sobre el Evangelio
como forma de nuestra vida. Al encontrarnos
con el concepto “forma” se vuelve una
necesidad comprender qué es lo que este
concepto significa. Habitualmente se ha dicho
que la forma es aquello que determina la
materia. La forma es una condición para que la
materia sea como es, para que llegue a ser lo
que será.
Con esta misma idea entendemos “Evangelio”
como una forma, que por medio de ella nuestra
vida toma un profundo sentido.
Como resonancia de la lectura bíblica
proclamada surge una pregunta fundamental:
¿quién puede entrar en el Reino de los cielos?
Jesús es muy claro y separa a aquellos que no
pueden entrar: los que dicen “Señor, Señor”, sin
comprometerse, de quienes sí pueden entrar
en su Reino: “los que escuchan las palabras de
Jesús y las practican”. Los primeros aparentan
que profetizan y hacen milagros, pero son hijos
del mal; en cambio, los últimos, son sensatos y
hacen la voluntad de Dios y sin duda, entrarán
en el Reino de los Cielos.
Por medio de la Regla de San Francisco (Rnb 1)
podemos encontrarnos con un propósito claro
de Francisco: que él y sus hermanos entraran en
el Reino de los cielos. Para ello son necesarias
dos cosas: la primera es vivir en obediencia, en
castidad y sin nada propio; la segunda es seguir
a Jesús, teniendo en cuenta que el seguimiento
implica la condición de desprenderse
voluntariamente de lo terrenal, objetos
materiales, gustos, personas… y el
desprendimiento de la propia voluntad, el
renunciar a sí mismo.
9
La Regla de San Francisco es el Evangelio, san Francisco a nuestros tiempos para que
vivido sencillamente, en fraternidad y con cada día se acreciente la justicia en el mundo.
alegría. Es una respuesta al individualismo Roguemos al Señor.
egocentrista y a las demás exigencias que se
oponen al Reino de los cielos. Por los gobernantes de todas las naciones del
Hno. Benito Cifuentes. mundo para que sean movidos por el bien
común y la equidad. Roguemos al Señor.
Lectura de las fuentes franciscanas (Rnb 1)
Por los que sufren, para que Dios inspire a
La regla y vida de estos hermanos es ésta, a muchas personas que logren sanar las heridas
saber, vivir en obediencia, en castidad y sin y consolar al sufriente. Roguemos al Señor.
propio, y seguir la doctrina y las huellas de
nuestro Señor Jesucristo, quien dice: Si quieres
Padre nuestro y gesto de la paz
ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y
dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el Oración final (pg. 4)
cielo; y ven, sígueme (Mt 19,21). Y: Si alguno Canto de final.
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo
y tome su cruz y sígame (Mt 16,24). Del mismo
modo: Si alguno quiere venir a mí y no odia
padre y madre y mujer e hijos y hermanos y
hermanas, y aun hasta su vida, no puede ser
discípulo mío (Lc 14,26). Y: Todo el que haya
dejado padre o madre, hermanos o hermanas,
mujer o hijos, casas o campos por mí, recibirá
cien veces más y poseerá la vida eterna (cf. Mt
19,29).

Preces:

Presentemos nuestras oraciones a Dios y

digámosle: Escucha, Señor, nuestra oración.

Oremos por la Iglesia, para que cada día sea

fortalecida con la fuerza de Cristo a través de
sus pastores y fieles que entregan su vida por
la unidad y la paz. Roguemos al Señor.

Por la Asamblea Latinoamericana y del Caribe,

para que el Espíritu del Señor sea quien
ilumine a quienes serán partícipes de ella y así
puedan aportar a la Iglesia desde la fidelidad.
Roguemos al Señor.

Por el Encuentro Panamericano de los

Capuchinos, para que por medio de él logren
seguir actualizando las experiencias de vida de

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 Tercer día:
Fidelidad al Evangelio
Motivación:
En el Testamento, San Francisco nos recuerda
que el Señor le dijo que debía vivir según el
santo Evangelio, y por eso nadie más podía
decirle lo que debía hacer. En este punto es
firme y tenaz, no cede con facilidad porque
para él no puede haber una norma que esté
sobre el Evangelio y menos que lo contradiga.
Por eso, ser fiel a las palabras de Cristo no es
cuestión de simple devoción, sino que lo es
todo. No se puede seguir a Cristo y mirar otras
opciones. En el seguimiento de Jesús y su
opción por el Reino de los cielos no hay “plan
B”, el seguimiento de Cristo exige radicalidad y
fidelidad.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(Lc 9, 57-62)
Mientras iban caminando, alguien le dijo a
Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». Jesús le
respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las
aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre
no tiene dónde reclinar la cabeza». Y dijo a otro:
«Sígueme». El respondió: «Permíteme que vaya
primero a enterrar a mi padre». Pero Jesús le
respondió: «Deja que los muertos entierren a
sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios».
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero
permíteme antes despedirme de los míos».
Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el
Reino de Dios».
Reflexión
Francisco de Asís fue un hombre que se
enamoró profundamente del Evangelio y por
ende de Jesús, de quien aprendió sus palabras
y gestos, llevándolos incluso a un nivel más
notorio de ternura.
Como ocurre en toda relación amorosa, es
preciso garantizar la fidelidad al ser amado,
esto implicó para el Pobrecillo desprenderse
de todas aquellas cosas que lo ataban al “siglo”
tanto material como existencialmente,
marchándose a las cuevas para escuchar en el
silencio cuál debía ser el paso a seguir; con esto
nos demuestra que son elementos
indispensables de fidelidad evangélica tanto la
oración como la escucha de la voz del “Amado”
para comprender que pide de cada uno.
¿Qué podría pedirnos Dios? Si bien, todos
tienen un llamado particular en su vida, el
Señor pone de relieve el mandamiento del
amor como el primero de la ley, tanto a Dios
como al prójimo. (Mt 22,37).
Con este punto de partida, aquel que emprende
el discipulado tiene una base fundamental para
vivir su fe, ¿es fácil?, seguro que no, pues amar
implica aceptar y configurarse con el otro o lo
otro con todas sus consecuencias, sin embargo,
se tiene la certeza de que el Señor no pide cosas
irrealizables, y para eso está la imagen de
Francisco que, a pesar de ser un ejemplo muy
elevado, lo mostró con su vida en todo
momento desde su conversión. Él supo
mantenerse fiel al proyecto de Jesús por medio
de una visión universal del concepto de
fraternidad, pues a todos llamaba hermanos
por la sola condición de ser creaturas del
Altísimo de quien se sabía hijo; razón por la que
quería anunciarles justamente a todos sus
hermanos este amor tan grande que ahora era
su propia experiencia vital.
11
En base a estas cosas, es posible que al
reflexionar con cierta atención en cuáles
pudieron ser las emociones de Jesús cuando
anunciaba el Reino de los Cielos a sus
contemporáneos, y que a pesar de las
repercusiones quiso permanecer en este ideal
con tal de que todos conocieran y amaran al
Padre, tal vez sería más fácil asumir la belleza y
el compromiso de anunciar el Evangelio sin
reservarse de nada, en cualquier momento y
lugar.
Hno. Sebastián Ospina.
Lectura de las Fuentes Franciscanas (Test
14-17)
Y después que el Señor me dio hermanos, nadie
me enseñaba qué debería hacer, sino que el
Altísimo mismo me reveló que debería vivir
según la forma del santo Evangelio. Y yo hice
que se escribiera en pocas palabras y
sencillamente, y el señor Papa me lo confirmó.
Y aquellos que venían a tomar esta vida, daban
a los pobres todo lo que podían tener (Tob 1,3);
y estaban contentos con una túnica, forrada por
dentro y por fuera, el cordón y los paños
menores. Y no queríamos tener más.
Preces:
Presentemos nuestras intenciones a Dios y
digámosle: Escucha, Señor, nuestra oración.
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Por la Iglesia en las américas, para que pueda
interpelar a los hombres de nuestro tiempo con
un testimonio de entrega, fraternidad y
respuestas sensibles a sus necesidades.
Oremos.
Por la Familia Franciscana, en especial, los
Hermanos Capuchinos, para que en el marco
del Encuentro Panamericano el Espíritu Santo
suscite aires de renovación, y fortalecimiento
carismático. Oremos.
Por nuestra casa común para que, sintiéndonos
hermanos, velemos solícitamente por su
cuidado y preservación para las futuras
generaciones. Oremos.
Por quienes son vulnerados de sus derechos,
para que el Señor inspire en nosotros la
sensibilidad y las acciones que los ayuden a
vivir dignamente. Oremos.
Por los gobernantes de los pueblos, para que
conscientes de su rol de servicio busquen
atender con prontitud el clamor de sus
ciudadanos. Oremos.
Padre nuestro y gesto de la paz
Oración final (pg. 4)
Canto de final
12
 Segundo Triduo: San Francisco, misionero

Toda vocación comporta una misión, asimismo toda misión tiene su origen en un llamado. Dios no
llama para no hacer nada. Él siempre llama para encomendar un servicio.
Tanto la vocación como la misión requieren de un discernimiento profundo. No se llega a la convicción
de haber sido llamado o de estar destinado a determinado servicio solo por casualidad. En la vida de
San Francisco este binomio vocación-misión le produjeron muchos momentos de duda, de angustia y
de confusión, y no pocas incomprensiones por parte de la familia, de los coterráneos y de los propios
hermanos. La compresión de su llamado fue procesual hasta que finalmente pudo decir: “esto es lo
que he anhelado vivir”; sin embargo, la misión le ocupó toda la vida, procurando entender de qué
manera podría vivir mejor la voluntad de Dios. Estos tres días que siguen en la novena meditaremos
y celebraremos la dimensión misionera de San Francisco y de su fraternidad.

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 Cuarto día:
El evangelio de la misión
Motivación:
En este cuarto día de la novena vamos a
meditar el evangelio del envío misionero. Jesús
encomienda a los discípulos la misión de
anunciar la cercanía del Reino de los cielos.
Para ello, van de dos en dos, vacíos de cosas,
pero llenos de esperanza y fe. San Francisco,
fiel oyente y seguidor del Evangelio, hace casi
un calco de la experiencia de Jesús con los
apóstoles. En estos días anteriores se ha dicho
que el Evangelio es la norma para San
Francisco, el día de hoy veremos su audacia y
obediencia a la Palabra de Dios.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(Lc 10, 1-12).
Después de esto, el Señor designó a otros
setenta y dos, y los envió de dos en dos para
que lo precedieran en todas las ciudades y
sitios adonde él debía ir. Y les dijo: «La cosecha
es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe
trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los
envío como a ovejas en medio de lobos. No
lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se
detengan a saludar a o nadie por el camino. Al
entrar en una casa, digan primero: «¡Que
descienda la paz sobre esta casa!». Y si hay allí
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alguien digno de recibirla, esa paz reposará
sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y
bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja
merece su salario. No vayan de casa en casa. En
las ciudades donde entren y sean recibidos,
coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos
y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca
de ustedes». Pero en todas las ciudades donde
entren y no los reciban, salgan a las plazas y
digan. ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha
adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre
ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de
Dios está cerca». Les aseguro que en aquel día,
Sodoma será tratada menos rigurosamente
que esa ciudad.
Reflexión
La obra de evangelización debe atribuirse a
todos los discípulos de Jesús, por eso la Iglesia
es misionera por naturaleza. Ser seguidores de
Jesús nos debe llevar a ser anunciadores de su
vida, a preparar su camino no solo con la
predicación de un mensaje sino dando un
testimonio de nuestro encuentro personal con
Él. Los frutos de la evangelización no son
atribuidos al enviado sino a Aquel que envía.
En lo que sí podemos gloriarnos es en las
persecuciones y sufrimientos que padecemos a
causa del evangelio, por eso Jesús dice: “Los
envío como ovejas en medio de lobos”.
Para Francisco, el Evangelio se convierte en su
estilo de vida, transformándose así en un
testigo misionero fiel al amor de Cristo Jesús,
configurándose a sus emociones,
pensamientos, actitudes y abandonando todo
por el anuncio del Reino, despojándose de las
cosas que lo distancian de Jesús, para ir en
salida en el anuncio del Evangelio, siendo
coherente con su manera de vivir,
comunicando la penitencia de una manera
sencilla desde la austeridad de hechos y
palabras.
14
Francisco no quiere vivir en un monasterio. Él
quiere salir del mundo, pero sin dejar el
mundo; queriendo estar donde nadie quiere ir,
a las afueras de la ciudad con los marginados
de la sociedad: los leprosos; contrarrestando a
un mundo hostil que excluye a los pobres. La
manera en la que Francisco respondió al
llamado de Jesús fue poniéndose en camino del
amor, transformando su vida en evangelio.
Hno. Bryan Barahona
Lectura de las fuentes franciscanas (TC 25)
Cuando el bienaventurado Francisco acabó la
obra de la iglesia de San Damián, vestía hábito
de ermitaño, llevaba bastón y calzado y se ceñía
con una correa. Habiendo escuchado un día en
la celebración de la misa lo que dice Cristo a sus
discípulos cuando los envía a predicar, es a
saber, que no lleven para el camino ni oro ni
plata, ni alforja o zurrón, ni pan ni bastón, y que
no usen calzado ni dos túnicas; y como
comprendiera esto más claro por la explicación
del sacerdote, dijo transportado de indecible
júbilo: «Esto es lo que ansío cumplir con todas
mis fuerzas».
Y, grabadas en la memoria cuantas cosas había
escuchado, se esforzó en cumplirlas con
alegría: se despojó al momento de los objetos
duplicados y no usó en adelante de bastón,
calzado, zurrón o alforja; y, haciéndose él una
túnica muy basta y rústica, abandonó la correa
y se ciñó con una cuerda. Adhiriéndose de todo
corazón a las palabras de nueva gracia y
pensando en cómo llevarlas a la práctica,
empezó, por impulso divino, a anunciar la
perfección del Evangelio y a predicar en
público con sencillez la penitencia. Sus
palabras no eran vanas ni de risa, sino llenas de
la virtud del Espíritu Santo, que penetraban
hasta lo más hondo del corazón y con
vehemencia sumían a los oyentes en estupor.
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Preces:
Confiados en la bondad de Señor digamos:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por el Papa Francisco, para que siga guiando a
la iglesia por el camino de la misión, viviendo
desde la simplicidad y fortaleciendo la fe de
cuantos confiamos en él, siendo el primer
discípulo misionero del evangelio de nuestro
Señor Jesucristo. Oremos.
Por los que guían las naciones, para que velen
por el bien común, estando dispuestos a
escuchar el clamor de los que más sufren a
causa de las crisis políticas y sociales que
atraviesa el mundo, en especial en nuestro
continente latinoamericano. Oremos.
Por la asamblea eclesial latinoamericana y del
caribe, para que sea un espacio de diálogo y
crecimiento; guiando así a una iglesia en salida
en nuestro continente, fortaleciendo nuestra
llamada a la misión y la Fe en Cristo Jesús.
Oremos.
Por el carisma franciscano-capuchino para que
el Señor incremente el servicio y la entrega en
la orden, fortaleciendo el carisma en el
evangelio, orando al señor para que traiga
jóvenes dispuestos a dar la vida por el anuncio
de la buena nueva. Oremos.
Padre nuestro y gesto de la paz
Oración final (pg. 4)
Canto de final
15
 Quinto día:
La predicación de los hermanos
Motivación:
El quinto día nos trae el tema de la predicación
de Francisco y sus hermanos. El Pobrecillo es
un vivo ejemplo de la apostolicidad itinerante
como la de Jesús y sus discípulos. Es casi
imposible callar cuando se tiene el corazón tan
lleno de gozo y alegría evangélica. Cuando
predica lo hace con sencillez y sin glosa para
dar más importancia al contenido que a la
forma, para anunciar las virtudes y denunciar
los vicios a través de una predicación
penitencial.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 10, 5-8. 12-16).
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes
instrucciones: «No vayan a regiones paganas,
ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos.
Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del
pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que
el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los
enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a
los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes
han recibido gratuitamente, den también
gratuitamente. Al entrar en la casa, salúdenla
invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo
merece, que la paz descienda sobre ella; pero si
es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no
los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al
irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día
del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas
menos rigurosamente que esa ciudad. Yo los
envío como a ovejas en medio de lobos: sean
entonces astutos como serpientes y sencillos
como palomas
Reflexión
Tanto Jesús como Francisco nos hacen la gran
invitación de anunciar el Evangelio, buscar
siempre fomentar el bien, siendo misioneros
en salida.
Estamos viviendo en una sociedad que está
marcada por el dolor, el sufrimiento, el odio, el
rencor, la falta de amor y esto se da gracias a las
injusticias que se viven día a día. Nuestro
hermano Francisco nos enseñó a predicar con
nuestras obras y a no gloriarnos, ni gozarnos
en nosotros mismos, sino más bien gloriarnos
en todos los bienes del Señor Dios Altísimo y
sumo, reconociendo que todo es suyo.
Tenemos que estar atentos a la escucha y poner
al servicio nuestros dones y talentos, “lo que
hemos recibido gratuitamente, demos
gratuitamente” salgamos de nuestra zona de
confort y afrontemos las diferentes realidades
que pasa nuestra sociedad.
Todos estamos llamados a la conversión y
responder al Señor. Él nos llama para darlo
todo y ser fieles a la misión que nos ha
encomendado dejando a un lado nuestras
propias comodidades, optando por el bien de
todos.
Somos signos del amor con el que lavamos y
curamos las heridas de nuestro pueblo y del
mundo, viviendo como Francisco de Asís,
siendo hermanos, haciendo el bien y alabando
a Dios que es bendito por los siglos; asumiendo
nuestro rol de mensajeros de la paz y las Buena
Nueva, siendo astutos como serpientes y
sencillos como palomas, sin olvidar nuestra
confianza en el Señor que nos protege y
cumpliendo nuestro verdadero y auténtico sí,
16
abrazando con dulzura y devoción a cada uno Por la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del
de nuestros hermanos. Caribe, para que siga fortaleciendo y
fomentando la justicia y la paz. Oremos.
Hno. Juan Rodríguez
Por la iglesia, para que siga suscitando en los
fieles un amor pleno a los designios del Señor.
Lectura de las Fuentes Franciscanas (1Cel Oremos.
29)
Gracias, Señor por el Encuentro Panamericano
Entonces, el bienaventurado Francisco los de los Capuchinos que ayuda y fortalece
llamó a todos a su presencia y platicó sobre nuestro carisma. Oremos.
muchas cosas: del reino de Dios, del desprecio
Por todos los que sufren, para que muy pronto
del mundo, de la negación de la propia
puedan hallar en sus corazones paz y
voluntad y del dominio de la propia carne; los
reconciliación. Oremos.
dividió en cuatro grupos de a dos y les dijo:
«Marchad, carísimos, de dos en dos por las
diversas partes de la tierra, anunciando a los Padre nuestro y gesto de la paz
hombres la paz y la penitencia para remisión
de los pecados. Y permaneced pacientes en la Oración final (pg. 4)
tribulación, seguros, porque el Señor cumplirá Canto de final.
su designio y su promesa. A los que os
pregunten, responded con humildad; bendecid
a los que os persigan; dad gracias a los que os
injurien y calumnien (cf. 2 R 10,10-12), pues
por esto se nos prepara un reino eterno». Y
ellos, inundados de gozo y alegría, se postraban
en tierra ante Francisco en actitud de súplica,
mientras recibían el mandato de la santa
obediencia. Y Francisco los abrazaba, y con
dulzura y devoción decía a cada uno: «Pon tu
confianza en el Señor, que Él te sostendrá».
Estas palabras las repetía siempre que
mandaba a algún hermano a cumplir una
obediencia.

Preces
Con la mirada puesta en Aquel que nos ha
llamado, presentemos a Él nuestras plegarias:
A cada petición respondemos: Escucha a tu
pueblo, Señor.
Señor te pedimos por nuestras diferentes
fraternidades que se dedican al apostolado,
para que siembres en los corazones de los
hermanos un espíritu de misión y
evangelización. Oremos

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 17

 Sexto día:
Los hermanos que van
en zonas de misión
Motivación:
El día de hoy, nos centraremos en celebrar y
conocer la espiritualidad misionera de San
Francisco. Su experiencia de vida le hizo
comprender que la misión no puede ser
entendida como una suplantación de la cultura,
sino como un compartir la propia fe. Al
Pobrecillo lo mueve el amor y desea que los
hermanos no vayan a misión a imponerse
sobre los demás y a obligar, sino a vivir la
fraternidad, incluso con los que son de otras
religiones. Esta visión es profundamente
evangélica: “amar a los que nos persiguen” (cf.
Lc 6, 27).
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 28, 16-20).
Los once discípulos fueron a Galilea, a la
montaña donde Jesús los había citado. Al verlo,
se postraron delante de él; sin embargo,
algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús
les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo
y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los
pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo
les he mandado. Y yo estaré siempre con
ustedes hasta el fin del mundo».
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Reflexión
Desde el bautismo se introduce en nosotros la
vocación a la vida misionera haciéndonos
discípulos de Cristo, quién nos invita a ir a
todos los pueblos y compartir esta vocación,
haciendo lo mismo que hicieron con nosotros.
Este don es un regalo de Dios para ser
anunciadores de su Reino aquí en la tierra.
Quizá en la actualidad al hablar de misión se
nos vienen a la mente lugares muy pobres,
apartados y con muchas dificultades (misión
Ad gentes), pero para ser misionero no es
necesario ir al lugar más inhóspito de la tierra,
sino que primero debemos comenzar por
nuestro hogar, siendo sal y luz con todas las
personas que nos rodean y comparten con
nosotros; siendo transmisores de la Buena
Noticia con nuestro modo de vivir, siguiendo el
ejemplo de nuestro hermano Francisco y su
invitación a predicar el Evangelio en todo
momento con la vida y si es necesario usar las
palabras. Es muy normal en este camino dudar,
tener miedo, no saber qué hacer y Jesús nos
recuerda que nos envía como ovejas en medio
de lobos. Él es sincero y sabe que en su
seguimiento no todo será fácil, pero nos
recuerda que siempre estará con nosotros
hasta el fin del mundo (Mt 28, 20); solo nos toca
tener fe y abandonarnos en sus brazos, así
como lo hizo nuestro hermano Francisco que, a
pesar de todo lo que vivió en su época, siempre
se mantuvo firme y confiado al anunciar el
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, el cual,
hizo vida.
Hno. Jeisson Lugo.
Lectura de las Fuentes Franciscanas (Rnb
16, 1-9).
Dice el Señor: Mirad, yo os envío como ovejas
en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como
serpientes y sencillos como palomas (Mt
10,16). Por eso, cualquier hermano que quiera
ir entre sarracenos y otros infieles, vaya con la
licencia de su ministro y siervo. Y el ministro
18
déles la licencia y no se oponga, si los ve
idóneos para ser enviados; pues tendrá que dar
cuenta al Señor, si en esto o en otras cosas
procediera sin discernimiento. Y los hermanos
que van, pueden conducirse espiritualmente
entre ellos de dos modos. Un modo consiste en
que no entablen litigios ni contiendas, sino que
estén sometidos a toda humana criatura por
Dios y confiesen que son cristianos. El otro
modo consiste en que, cuando vean que agrada
al Señor, anuncien la palabra de Dios, para que
crean en Dios omnipotente, Padre e Hijo y
Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en
el Hijo, redentor y salvador, y para que se
bauticen y hagan cristianos, porque el que no
vuelva a nacer del agua y del Espíritu Santo, no
puede entrar en el reino de Dios (cf. Jn 3,5).
Estas y otras cosas que agradan al Señor,
pueden decirles a ellos y a otros, porque dice el
Señor en el Evangelio: Todo aquel que me
confiese ante los hombres, también yo lo
confesaré ante mi Padre que está en los cielos
(Mt 10,32). Y: El que se avergüence de mí y de
mis palabras, también el Hijo del hombre se
avergonzará de él cuando venga en su majestad
y en la majestad del Padre y de los ángeles (cf.
Lc 9,26).
Preces
Al Señor que conoce nuestras necesidades,
presentemos nuestra vida y nuestras
intenciones. Digamos. Escucha nuestra oración.
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Te pedimos Señor por la Iglesia en América,
por sus guías y pastores, para que siempre les
acompañe tu sabiduría y sepan guiar según tu
voluntad al pueblo que les has encomendado.
Oremos.
Te encomendamos la próxima Asamblea
Eclesial Latinoamericana y del Caribe, para que
sea tu Santo Espíritu, el que actúe y se puedan
conseguir propuestas y soluciones para el
crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia
Americana. Oremos.
Te pedimos Padre bueno por todas nuestras
intenciones y necesidades por la intercesión de
nuestra Señora de Guadalupe para que se
cumplan según tu voluntad. Oremos.
Acuérdate también de todos los misioneros
expandidos por el mundo llevando tu mensaje
de amor, dales las fuerzas y fe necesarias para
continuar con la misión por Ti encomendada.
Oremos.
Te pedimos por el próximo Encuentro
Panamericano de Capuchinos, para que sea un
espacio de fraternidad, fortalecimiento y
encuentro que les permita profundizar más en
su misión y compromiso en las Américas.
Oremos.
Padre nuestro y gesto de la paz
Oración final (pg. 4)
Canto de final.
19
 Tercer Triduo: San Francisco en salida
III. SAN FRANCISCO EN SALIDA, AL ENCUENTRO CON LOS HERMANOS

Francisco de Asís comprendió que para poder vivir el Evangelio a cabalidad era necesario renunciar
a todo tipo de apropiación. La itinerancia le permitía vivir con mayor fidelidad la renuncia a las cosas
y vivir con lo esencial. Al salir de su zona segura, pudo encontrar realidades nuevas y diversas que le
ayudaron a crecer en su propósito de vivir el Evangelio. Salió de su casa, de la protección de la familia,
de la ciudad, de las seguridades y se arriesgó a ir a lo desconocido. Es este tercer triduo conoceremos
y celebraremos juntos algunos de los encuentros más significativos de san Francisco: los Leprosos, el
Sultán, la creación y la hermana muerte.

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 20

 Séptimo día:
Los leprosos: encuentro con los
marginados y vulnerables
Motivación:
En este séptimo día de novena recordamos el
encuentro de Francisco con los leprosos; una
experiencia de conversión y transformación
interior, que surge de la misericordia que él
mismo experimenta y comparte con los
enfermos de lepra. La amargura y la ceguera de
Francisco son producto de su egocentrismo, de
su incapacidad para ver más allá de los propios
intereses. Salir de sí mismo le permitió
encontrarse con la vulnerabilidad de otros y
reconocerse a sí mismo como vulnerable,
necesitado de misericordia y de perdón. En su
Testamento nos dice que fue así como comenzó
su camino de penitencia y conversión,
justamente encontrando al pobre y marginado.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mc 1, 39- 45).
Y fue predicando en las sinagogas de toda la
Galilea y expulsando demonios Entonces se le
acercó un leproso para pedirle ayuda y,
cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes
purificarme». Jesús, conmovido, extendió la
mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda
purificado». En seguida la lepra desapareció y
quedó purificado. Jesús lo despidió,
advirtiéndole severamente: «No le digas nada a
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y
entrega por tu purificación la ofrenda que
ordenó Moisés, para que les sirva de
testimonio». Sin embargo, apenas se fue,
empezó a proclamarlo a todo el mundo,
divulgando lo sucedido, de tal manera que
Jesús ya no podía entrar públicamente en
ninguna ciudad, sino que debía quedarse
afuera, en lugares desiertos, y acudían a él de
todas partes.
Reflexión
En este día de la novena a Nuestro Seráfico
Padre san Francisco, meditamos y hacemos
vida este pasaje del Evangelio de san Marcos.
Vemos cómo Jesús está en su plena misión,
anunciando la Buena Nueva, llevando el
mensaje de liberación y salvación para todos.
Entre tanto, se le acerca una persona con una
enfermedad muy grave para aquel tiempo; es
un leproso, con su cuerpo llagado, quizá con su
piel podrida y repugnante. De él no sabemos
nada, ni su nombre ni de dónde provenía. Por
lo tanto, nosotros pudiéramos decir que ese
leproso en nuestro tiempo, son todos aquellos
pobres y desdichados, los excluidos de la
sociedad del descarte, los marginados, los que
no tienen voz, los pecadores. Y todos estos
hermanos nuestros reflejados en el leproso del
Evangelio, ya no aguantan con tanta miseria y
desprecio, no soportan una carga tan pesada y
caen de rodillas ante Aquel que tiene el agua
viva (cf. Jn 4, 14), la que puede purificar y dar
vida eterna. Sin duda alguna, Jesús al ver
nuestra fragilidad no nos rechaza, al contrario,
se enternece tan profundamente que llega a tal
punto de tocar y hacer parte de sí todas
nuestras desgracias. Él quiere que quedemos
purificados y libres de cualquier atadura que
nos impide amar a Dios en los hermanos.
Nos pasa como a Francisco cuando vemos en el
otro a un hermano, porque cuando nos conduce
a practicar misericordia lo vemos como un
21
regalo. Es tan grande y maravilloso este modo
de hacer penitencia porque nuestra amargura
interior es tomada por Jesús y es convertida en
dulzura del alma y cuerpo. Por eso, no
callamos, no nos quedamos inertes ni mudos,
sino que empezamos a proclamarlo a todo el
mundo, divulgando lo sucedido: ¡Dios ha tocado
mi vida, me purificó y me hizo una nueva
persona!
Y para finalizar, es sorprendente que Jesús ya
no entra a ninguna ciudad, se queda en las
afueras, las periferias, en los lugares que nadie
quiere ir y estar, va al encuentro de hermanos
desplazados por el odio, la violencia y el
individualismo. Aprendamos de nuestro Señor
y de su siervo Francisco, que se quedan en los
últimos lugares para servir a todos.
Hno. Jhonaiker Andrade
pueda abordar los principales desafíos que
enfrenta nuestra región. Oremos al Señor.
Te pedimos Padre por los gobernantes de
nuestras naciones; para que promuevan la
justicia y la paz, de una forma especial con los
leprosos de nuestro tiempo, contribuyan con la
educación y la salud de todos. Oremos al Señor.
Te pedimos Padre por el encuentro
Panamericano de los Capuchinos, para que en
compañía de nuestra Madre, Señora de
Guadalupe, renovemos el compromiso de ser
los últimos y servir en los lugares en donde
nadie quiere ir. Oremos al Señor.
Te pedimos Padre por todos nosotros; para que
con tu ayuda y asistencia podamos ser fieles a
la invitación de tu Hijo, quien supo estar
abierto a todos sin excluir a nadie. Oremos al
Señor.

Lectura de las Fuentes Franciscanas (Test Padre nuestro y gesto de la paz

1-3)
Oración final (pg. 4)
El Señor me dio de esta manera a mí, hermano
Francisco, el comenzar a hacer penitencia: Canto de final
porque, como estaba en pecados, me parecía
extremadamente amargo ver a los leprosos. Y
el Señor mismo me condujo entre ellos, y
practiqué la misericordia con ellos. Y al
apartarme de los mismos, aquello que me
parecía amargo, se me convirtió en dulzura del
alma y del cuerpo; y después me detuve un
poco, y salí del siglo.

Preces
Confiados en la misericordia de Dios,
digámosle: Escucha nuestra oración.
Te pedimos Padre por la Iglesia; por el Papa
Francisco, para que tu santo Espíritu lo asista
en su labor de apacentar a tu pueblo. Oremos al
Señor.
Te rogamos por la Asamblea Eclesial
Latinoamericana y del Caribe, para que se

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 22

 Octavo día:
El Sultán:
encuentro con lo diverso
Motivación:
El octavo día de esta novena nos permite
reflexionar sobre el encuentro de Francisco
con el sultán Malek Al-Kamil. Una hazaña
recordada siempre como prodigiosa. Francisco
entra en el círculo más protegido y seguro de
los musulmanes y se entrevista con el Sultán;
sin armas, sin soldados y sin ningún tipo de
violencia. ¿Cómo pudo lograrlo? Las
Bienaventuranzas dicen que los pacíficos
heredarán la tierra (Mt 5, 5), Francisco, no se
apropian de las cosas, no busca dominar y por
eso no es visto como un enemigo. Aprendamos
de nuestro Seráfico Padre a vivir en fraternidad
y amistad social.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días (pg. 4)
Lectura bíblica:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 5, 38-48).
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y
diente por diente". Pero yo les digo que no
hagan frente al que les hace mal: al contrario, si
alguien te da una bofetada en la mejilla derecha,
preséntale también la otra. Al que quiere
hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale
también el manto; y si te exige que lo
acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da
al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que
quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído
que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus
enemigos, rueguen por sus perseguidores; así
serán hijos del Padre que está en el cielo,
porque él hace salir el sol sobre malos y buenos
y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si
ustedes aman solamente a quienes los aman,
¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo
mismo los publicanos? Y si saludan solamente
a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?
¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto,
sean perfectos como es perfecto el Padre que
está en el cielo.
Reflexión
Francisco es el ejemplo de aceptación del otro.
Hoy se nos presenta un Francisco arriesgado
que desea la unidad de los diferentes polos,
tomando como regla el Evangelio. Recordando
la lectura nos podríamos interrogar ¿cuánto
amamos a aquellos que no comparten nuestras
ideas, nuestro estilo de vida, nuestra forma de
relacionarnos? ¿cuantos sultanes hay en
nuestra vida? ¿Qué debemos hacer para
aceptarlos e incluirlos en nuestra historia?
Francisco se arriesga a ir a tierras de infieles,
poniendo toda su confianza en Dios, se dirige
con limpieza de corazón y como simple
mensajero, aquí tenemos una clave:
¡preocuparnos por el otro! La preocupación
hace al ser humano inquieto y no lo deja
descansar. A diario vivimos preocupados por el
alimento, los servicios, el trabajo. Una
preocupación mal vivida nos lleva a la
amargura, a la desconexión del entorno, a un
aislamiento de la propia verdad.
Recordemos el pasaje evangélico de Marta y
María (Lc 10,41) Marta se preocupa de que
Jesús y sus discípulos tengan comida, pero en
su preocupación se vuelve dura y descalifica a
su hermana María que escucha a Jesús; aunque
su servicio es bueno ella se desconecta del
Maestro. En cambio, cuando se vive la
preocupación con Dios, esta no desaparece,
pero se convierte en esperanza y confianza.
23
Francisco se arriesga a morir por el deseo y
preocupación de la unidad, pero confía en Dios
y en él deposita su vida y sus proyectos.
El encuentro con lo diverso nos permite
superar nuestra fragmentación y limitaciones.
Jesús se encuentra con el pobre, el enfermo, el
ciego, el ladrón y la prostituta. Francisco
incluye a todos, al estilo de Jesús y decide
hacerse hermano de todos sin distinción. En lo
diverso encuentra la voz de Dios. Este debe ser
nuestro propósito como seguidores de Jesús al
estilo de Francisco; debemos descubrir la voz
de nuestro creador en la diversidad, esto nos
invita también a abrirnos a los demás, a
compartir nuestra vida de hermanos, la
cultura, la forma de pensar y de ser.
Arriesguémonos a crear relaciones y vínculos
que nos permitan crecer humana y
espiritualmente.
Hno. Juan Bernal
Lectura de las Fuentes Franciscanas (LM 9,
7-8).
Pero como el ardor de su caridad lo apremiaba
insistentemente a la búsqueda del martirio,
intentó aún por tercera vez marchar a tierra de
infieles para propagar, con la efusión de su
sangre, la fe en la Trinidad. Así es que el año
decimotercero de su conversión partió a Siria,
exponiéndose a muchos y continuos peligros
en su intento de llegar hasta la presencia del
sultán de Babilonia. Se entablaba entonces
entre cristianos y sarracenos una guerra tan
implacable, que -estando enfrentados ambos
ejércitos en campos contrarios- no se podía
pasar de una parte a otra sin exponerse a
peligro de muerte, pues el sultán había hecho
promulgar un severo edicto, en cuya virtud se
recompensaba con un besante de oro al que le
presentara la cabeza de un cristiano. Pero el
intrépido caballero de Cristo Francisco, con la
esperanza de ver cumplido muy pronto su
proyecto de martirio, se decidió a emprender la
marcha sin atemorizarse por la idea de la
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
muerte, antes bien estimulado por su deseo. Y
así, después de haber hecho oración y
confortado por el Señor, cantaba
confiadamente con el profeta: Aunque camine
en medio de las sombras de la muerte, no temeré
mal alguno, porque tú estás conmigo (Sal 22,4).
Acompañado, pues, de un hermano llamado
Iluminado -hombre realmente iluminado y
virtuoso-, se puso en camino, y de pronto le
salieron al encuentro dos ovejitas, a cuya vista,
muy alborozado, dijo el Santo al compañero:
«Confía, hermano, en el Señor, porque se
cumple en nosotros el dicho evangélico: He
aquí que os envío como ovejas en medio de
lobos» (Mt 10,16). Y, avanzando un poco más,
se encontraron con los guardias sarracenos,
que se precipitaron sobre ellos como lobos
sobre ovejas y trataron con crueldad y
desprecio a los siervos de Dios salvajemente
capturados, profiriendo injurias contra ellos,
afligiéndoles con azotes y atándolos con
cadenas. Finalmente, después de haber sido
maltratados y atormentados de mil formas,
disponiéndolo así la divina Providencia, los
llevaron a la presencia del sultán, según lo
deseaba el varón de Dios.
Entonces el jefe les preguntó quién los había
enviado, cuál era su objetivo, con qué
credenciales venían y cómo habían podido
llegar hasta allí; y el siervo de Cristo Francisco
le respondió con intrepidez que había sido
enviado no por hombre alguno, sino por el
mismo Dios altísimo, para mostrar a él y a su
pueblo el camino de la salvación y anunciarles
el Evangelio de la verdad. Y predicó ante dicho
sultán sobre Dios trino y uno y sobre Jesucristo
salvador de todos los hombres con tan gran
convicción, con tanta fortaleza de ánimo y con
tal fervor de espíritu, que claramente se veía
cumplirse en él aquello del Evangelio: Yo os
daré palabras y sabiduría, a las que no podrá
hacer frente ni contradecir ningún adversario
vuestro (Lc 21,15).
De hecho, observando el sultán el admirable
fervor y virtud del hombre de Dios, lo escuchó
con gusto y le invitó insistentemente a
24
permanecer consigo. Viendo el sultán en este
santo varón un despreciador tan perfecto de
los bienes de la tierra, se admiró mucho de ello
y se sintió atraído hacia él con mayor devoción
y afecto.
Preces:
Oremos hermanos, al padre de las
misericordias de quien procede todo bien y
supliquémosle diciendo: Escúchanos, Señor.
Oremos por el papa Francisco, los obispos y la
la Asamblea Eclesial Latinoamericana, para
que el espíritu del Señor acompañe su vida y su
deseo de transformación. Oremos.
Oremos por los gobernantes para que sus
proyectos de trabajo abarquen todas las
dimensiones socio-culturales de la nación,
trabajando por el bien de todos. Oremos.
Oremos por el Encuentro Panamericano de
Capuchinos, para que el espíritu del Señor y su
santa operación ayude a la Orden Capuchina en
América a dar respuestas generosas a los
tiempos actuales. Oremos.
Oremos por los pobres, los marginados, los
trabajadores mal pagados y explotados para
que puedan encontrar en el Señor la esperanza
y la paz. Oremos.
Oremos por nosotros y nuestras familias,
pidiendo al Señor la apertura y limpieza de
corazón para aceptar al hermano y enriquecer
nuestra vida con su presencia. Oremos.
Padre nuestro y gesto de la paz
Oración final (pg. 4)
Canto de final
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Noveno día:
La creación:
encuentro con la creaturalidad
y la hermana muerte
Motivación:
En este último día de la novena celebramos el
encuentro de San Francisco con las creaturas, y
de manera particular con su creaturalidad. La
consciencia adquirida en la oración le llevó a
comprender que Dios es Padre creador, pero
no solo de los seres humanos, sino de todas las
creaturas, por eso, toda la creación es hermana,
todos los seres vivos merecen respeto y
cuidado. El último de los aprendizajes fue el de
ser consciente de su propia creaturalidad y, por
ende, de ser mortal. Celebremos con Francisco
la gracia de la fraternidad universal y
acompañémoslo en su tránsito a la patria
celestial.
Canto de entrada
Acto penitencial
Oración para todos los días
Lecturas bíblicas:
El evangelio del día.
O bien
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (Mt 11, 25-30).
En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber
ocultado estas cosas a los sabios y a los
prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me
ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al
Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al
Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar. Vengan a mí todos los que están
afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen
sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí,
25
porque soy paciente y humilde de corazón, y
así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave
y mi carga liviana.
Reflexión
El camino de Francisco estuvo lleno de
aprendizajes y de encuentros. Cada uno de esos
encuentros fueron transformantes para él. Al
salir de sí mismo, Francisco tuvo la
oportunidad de ver la vida con ojos diferentes,
con una perspectiva nueva. Su experiencia
espiritual es un dejarse conducir por el Señor,
sin oponer resistencia, porque ha llegado a la
convicción que las veces que él se resistía con
amargura a causa del pecado, el Señor mismo
le ha llenado de dulzura cuando se ha dejado
guiar por Él.
El hermano Francisco, guiado por el buen Dios
comienza ver cómo aparecen las huellas del
Creador en todas las cosas creadas, cómo todo
goza de una especial armonía porque Dios los
ha querido así. Los momentos más importantes
de la vida y conversión del Pobrecillo fueron
percibidos como don de Dios: la propia
conversión, la llegada de los hermanos, la fe
inquebrantable, el Evangelio como norma de
vida, el trabajo y finalmente la muerte.
El encuentro con la hermana muerte fue el
último aprendizaje al que el Señor lo condujo
con infinita misericordia. La sabiduría que
emerge de ese paso definitivo le hace valorar
con madurez la propia vida, su recorrido vital y
hasta pedirle perdón a su maltrecho cuerpo.
El evangelio nos dice que Dios revela su
sabiduría a los pobres y humildes de corazón
(cf. Mt 11, 25). Sin lugar a dudas, Francisco
estuvo inundado de la sabiduría de Dios,
porque al vaciarse de sí mismo y de toda
ambición se convirtió en un vaso capaz de
contener más eficazmente la presencia
reveladora del Señor. Su conciencia de ser
creatura le permitió reconocer la grandeza y
bondad del Creador y amar con mucha ternura
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a todas las hermanas creaturas, incluida la
hermana muerte.
Fr. Alfonso Mora
Lectura de las Fuentes Franciscanas.
Cántico del Hermano Sol
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor
y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno
de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado
luminosas y preciosas y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno
y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
Loado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos
con coloridas flores y hierba.
26
Loado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos
que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente
puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre
en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
Preces
Altísimo, y sumo Dios, a Ti te tributamos todo
honor y toda gloria. Escucha nuestra suplica
confiada: Escucha, Señor, nuestra oración.
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
Por la Iglesia, que reunida en Asamblea busca
descubrir la voluntad de Dios para la realidad
de nuestro continente americano, para que
guiados por Espírito Santo podamos renovar
nuestro compromiso misionero. Oremos
Por nuestro pueblo latinoamericano y
caribeño, para que encarnando el Evangelio
como norma de vida podamos construir el
Reino de justicia y paz que Dios desea. Oremos.
Por el próximo encuentro de los capuchinos en
las américas, para que fieles al mandato de
Jesús y animados por el testimonio de san
Francisco logremos ser sal y luz en esta tierra
que el señor nos ha confiado. Oremos.
Por todas las personas que nos piden oración
en medios de sus angustias y sufrimientos,
para que el bondadoso Señor les conceda
cuánto desean y a nosotros nos de la
sensibilidad para hacernos cercanos del que
sufre. Oremos.
Padre nuestro y gesto de la paz
Oración final. (pg. 4)
Canto de final.
27
 Tránsito de San Francisco
La Familia Franciscana acostumbra a celebrar el día 03 de octubre el Tránsito de San Francisco de Asís. En
él se conmemora los últimos acontecimientos de la vida del Pobrecillo. En este episodio dramático de su
vida se manifiesta la profundidad de su fe y la madurez de una persona que ha logrado encontrar el tesoro
de su vida.
En esta ocasión presentamos un modelo se celebración para aquellos que desean vivir espiritualmente estas
vísperas de la solemnidad de san Francisco de Asís.

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 28


RITOS INICIALES
Se inicia la celebración con un canto apropiado,
al que puede seguir la siguiente monición:
Lector 1: «Loado seas, mi Señor, por nuestra
hermana la muerte corporal». Caía la tarde del día
3 de octubre de 1226. Era sábado. Francisco
moribundo se esfuerza en unir su voz a la de sus
hermanos. Había entonado el salmo 141. La dulce
hermana muerte vino a su hora. Era la voz de Dios
y llamaba a la recompensa. Los franciscanos de
todas las épocas recuerdan ese momento en la
celebración del «Tránsito».
Lector 2: Vamos a recordar con gozo la «hora en
que nuestro Padre san Francisco voló al Cielo», su
tránsito. Esta celebración conserva su pleno
sentido, cualquiera que sea la hora o el momento
en que se haga, para seguir renovando en nosotros
los valores evangélicos y hasta humanos de
aquella muerte, preciosa realmente a los ojos de
Dios y de los hombres.
Canto de entrada
Después continúa el presidente:
En el nombre del Padre… Amén.
Hermanos: que el mismo Dios de la paz los
consagre totalmente, y que todo su espíritu, alma
y cuerpo sea custodiado sin reproche hasta la
venida de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Te rogamos, Señor,
que la fuerza abrasadora y dulce de tu Amor
absorba de tal modo nuestra mente,
separándola de todas las cosas,
que muramos por amor de tu Amor,
ya que por Amor de nuestro amor
te dignaste morir.
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LECTURAS
Monición:
Lector 1: La muerte de Francisco fue una
evocación casi litúrgica de la Pascua de Jesús. Al
sentir su inminencia hizo leer a uno de los
hermanos presentes el relato de la Pasión de Jesús
según san Juan. Escuchemos con atención algunos
pasajes de este conmovedor relato.
Lector 2: Cuando Francisco presintió ya próxima
su muerte reaccionó exclamando gozoso:
«Bienvenida sea mi hermana muerte». De hecho,
la muerte fue para él, no el final, sino la Pascua, el
paso o «tránsito» de este mundo al Padre. Fue al
atardecer del 3 de octubre, pero para nosotros es
siempre actual, a imitación de la muerte y
resurrección de Jesús.
Lectura de las fuentes franciscanas.
Lector 1: En una ocasión y por aquellos días, vino
para visitar al bienaventurado Francisco un
conocido y amigo, médico de Arezzo, llamado
Buen Juan. El Santo le preguntó sobre su
enfermedad: «¿Qué opinas, hermano Juan, de mi
hidropesía?» El médico le respondió: «Hermano,
con la gracia de Dios te irá bien». No quería
decirle que pronto iba a morir.
Lector 2: El bienaventurado Francisco insistió:
«Hermano, dime la verdad; yo no soy un cobarde
que teme a la muerte. El Señor, por su gracia y
misericordia, me ha unido tan estrechamente a Él,
que me siento tan feliz para vivir como para
morir».
Lector 1: Entonces, el médico le dijo claramente:
«Padre, según nuestros conocimientos médicos, tu
mal es incurable, y morirás pronto». El
bienaventurado Francisco, que yacía enfermo,
extendió los brazos y levantó sus manos hacia el
cielo con gran devoción y reverencia, y exclamó
con gozo inmenso interior y exterior: «Bienvenida
sea mi hermana la muerte».
Canto:
29
Lector 1: Habían transcurrido ya veinte años Lector 2: Entre los presentes había un hermano a
desde su conversión. Quedaba así cumplido lo que quien el Santo amaba con un afecto muy
por voluntad de Dios le había sido manifestado. distinguido; era él muy solícito de todos los
Había descansado unos pocos días en aquel lugar, hermanos; viendo este hecho y sabedor del
para él tan querido; conociendo que la muerte próximo desenlace de la vida del santo, le dijo:
estaba muy cercana, llamó a dos hermanos e hijos Lector 1: «¡Padre bondadoso, mira que los hijos
suyos preferidos, y les mandó que, espiritualmente quedan ya sin padre y se ven privados de la
gozosos, cantaran en alta voz las alabanzas del verdadera luz de sus ojos! Acuérdate de los
Señor por la muerte que se avecinaba, o más bien, huérfanos que abandonas y, perdonadas todas tus
por la Vida que era tan inminente. Y él entonó con culpas, alegra con tu santa bendición tanto a los
la fuerza que pudo aquel salmo de David: «A voz presentes cuanto a los ausentes».
en grito clamo al Señor, a voz en grito suplico al
Señor». Lector 2: «Hijo mío -respondió el santo-, Dios me
llama. A mis hermanos, tanto a los ausentes como
a los presentes, les perdono todas las ofensas y
Salmo 141 culpas y, en cuanto yo puedo, los absuelvo;
Pude recitarse a dos coros o de modo responsorial o ser cuando les comuniques estas cosas, bendícelos a
cantado por algún salmista todos en mi nombre».
Ant. A ti grito, Señor; «Tú eres mi refugio» Lector 1: Mandó luego que le trajesen el códice
de los evangelios, y pidió que se le leyera el
A voz en grito clamo al Señor,
Evangelio de san Juan desde aquellas palabras:
a voz en grito suplico al Señor;
«Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús
desahogo ante él mis afanes,
que había llegado su hora de pasar de este mundo
expongo ante él mi angustia,
al Padre...».
mientras me va faltando el aliento.
Lector 2: Ordenó luego que le pusieran un cilicio
Pero tú conoces mis senderos,
y que esparcieran ceniza sobre él, ya que dentro de
y que en el camino por donde avanzo
poco sería tierra y ceniza.
me han escondido una trampa.
Canto
Mira a la derecha, fíjate:
nadie me hace caso; Quien preside lee el evangelio.
no tengo a dónde huir,
nadie mira por mi vida. Lectura del santo evangelio según san Juan
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio 13,1-5.12-17.33-35.
y mi lote en el país de la vida». Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que
Atiende a mis clamores, había llegado su hora de pasar de este mundo al
que estoy agotado; Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en
líbrame de mis perseguidores, el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la
que son más fuertes que yo. cena, cuando ya el diablo había inspirado a Judas
Sácame de la prisión, Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo,
sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus
y daré gracias a tu nombre: manos, y que había salido de Dios y a Dios volvía,
me rodearán los justos se levantó de la mesa, se quitó el manto y,
cuando me devuelvas tu favor. tomando una toalla se la ciñó. Luego echó agua en
Gloria al Padre … una vasija y se puso a lavar los pies de los
discípulos y a secárselos con la toalla con que

Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela 30

estaba ceñido. Después que les lavó los pies y
tomó su manto, volvió a la mesa y les dijo:
¿Comprenden lo que he hecho con ustedes?
Ustedes me llaman «el Maestro» y «el Señor», y
dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el
Maestro, les he lavado los pies, también ustedes
deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado
ejemplo, para que también ustedes los hagan como
yo he hecho. En verdad, en verdad les digo: no es
más el siervo que su amo, ni el enviado más que
el que lo envía. Sabiendo esto, serán dichosos si lo
cumplen. Les doy un mandamiento nuevo:
ámense los unos a los otros. Así como yo los he
amado, ámense también ustedes los unos a los
otros. En esto todos reconocerán que ustedes son
mis discípulos: en el amor que se tengan los unos
a los otros». Palabra del Señor.
A continuación, el presidente tiene la homilía
EVOCACIÓN DE LA MUERTE DE SAN
FRANCISCO
Monición:
Lector 3: La memoria de la muerte feliz de
Francisco suscita en nosotros regocijo y esperanza
Francisco quiso proclamar también ese regocijo y
esa esperanza.
Lector 4: Ordenó luego que le pusieran un cilicio
y que esparcieran ceniza sobre él, ya que dentro de
poco sería tierra y ceniza. Estando reunidos
muchos hermanos, de los que él era padre y guía,
y aguardando todos reverentes el feliz desenlace y
la consumación dichosa de la vida del santo, se
durmió en el Señor.
Canto: Rosas de Sangre
Lector 3
Conocido esto, se congregó una gran
muchedumbre que bendecía a Dios diciendo:
«¡Loado y bendito seas tú, Señor Dios nuestro!
¡Gloria y alabanza a ti, Trinidad inefable!». En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.
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Alabanzas al Dios Altísimo
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces
maravillas
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo,
tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del
cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses,
tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres
humildad,
tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres
mansedumbre,
tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo,
tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres
justicia,
tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a
satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres
protector,
tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres
fortaleza, tú eres refugio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra,
tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura
nuestra, tú eres vida eterna nuestra:
Grande y admirable Señor, Dios omnipotente,
misericordioso Salvador. Amén.
Lectura Opcional
Lector 4: No obstante, Un gozo inexplicable
templaba esta tristeza, y lo singular del milagro los
había llenado de estupor. El luto se convirtió en
cántico, y el llanto en júbilo. No habían oído ni
jamás habían leído en las Escrituras lo que ahora
estaba patente a los ojos de todos; y difícilmente
se hubiera podido persuadir de ello a nadie de no
tener pruebas tan evidentes. Podía, en efecto,
apreciarse en él una reproducción de la cruz y
pasión del Cordero inmaculado que lavó los
31
crímenes del mundo; cual, si todavía
recientemente hubiera sido bajado de la cruz,
ostentaba las manos y pies traspasados por los
clavos, y el costado derecho como atravesado por
una lanza.
Lector 3: Además, contemplaban su carne, antes
morena, ahora resplandeciente de blancura; su
hermosura venía a ser garantía del premio de la
feliz resurrección. Su rostro era como rostro de
ángel, como de quien vive y no de quien está
muerto; los demás miembros quedaron blandos y
frescos como los de un niño inocente. No se
contrajeron los nervios, como sucede con los
cadáveres, ni se endureció la piel; no quedaron
rígidos los miembros, sino que, flexibles,
permitían cualquier movimiento.
Lector 4: A la vista de todos resplandecía tan
maravillosa belleza; su carne se había vuelto más
blanca; pero era sorprendente contemplar, en el
centro de manos y pies, no vestigios de clavos,
sino los clavos mismos, que, hechos de su propia
carne, presentaban el color oscuro del hierro, y el
costado derecho tinto en sangre. Estas señales de
martirio no causaban espanto a quienes las veían;
es más, prestaban a su carne mucha gracia y
hermosura, como las piedrecillas negras en
pavimento blanco. Llegaban presurosos los
hermanos e hijos, y, derramando lágrimas,
besaban las manos y los pies del piadoso Padre
que los había dejado, y el costado derecho, cuya
herida recordaba la de Aquel que, derramando
sangre y agua, reconcilió el mundo con el Padre.
Muy honrada se sentía la gente; no sólo aquellos a
quienes era dado el besar, sino también los que no
podían más que ver las sagradas llagas de
Jesucristo que san Francisco llevaba en su cuerpo.
Lector 3: ¿Quién, ante semejante espectáculo,
había de darse al llanto y no más bien al gozo? Y
si llorase, ¿no serían sus lágrimas de alegría más
que de dolor? ¿Quién podría tener un pecho tan de
hierro que no rompiera en gemidos? ¿O quién
podría tener un corazón tan de piedra que no se
abriese a la compunción, que no ardiese en divino
amor y que no se llenase de buena voluntad?
¿Quién sería tan rudo, tan insensible, que no
llegara a comprender con toda claridad que un
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santo que había sido honrado con don tan singular
en la tierra iba a ser ensalzado con inefable gloria
en los cielos?
Lector 4: ¡Oh don singular, señal del privilegio
del amor, que el caballero venga adornado de las
mismas armas de gloria que por su excelsa
dignidad corresponden únicamente al Rey! ¡Oh
milagro digno de eterna memoria y sacramento
que continuamente ha de ser recordado con
admirable reverencia! De modo visible representa
el misterio de la sangre del Cordero que, manando
copiosamente de las cinco aberturas, lavó los
crímenes del mundo. ¡Oh sublime belleza de la
cruz vivificante, que a los muertos da vida; tan
suavemente oprime y con tanta dulzura punza,
¡que en ella adquiere vida la carne ya muerta y el
espíritu se fortalece! ¡Mucho te amó quien por ti
fue con tanta gloria hermoseado!
Lector 3: Gloria y bendición al solo Dios sabio,
que renueva los antiguos prodigios y repite los
portentos para consolar con nuevas revelaciones
las mentes de los débiles y para que por obra de
las maravillas visibles sean sus corazones
arrebatados al amor de las invisibles! ¡Oh
maravillosa y amable disposición de Dios, que,
para evitar toda sorpresa sobre la novedad del
milagro, mostró misericordiosamente, en primer
lugar, en quien venía del cielo, lo que más tarde
había de obrarse milagrosamente en quien vivía en
la tierra! Y, ciertamente, el verdadero Padre de las
misericordias quiso indicarnos cuán gran premio
merecerá el que se empeñe en amarle de todo
corazón para verse colocado en el orden superior
de los espíritus celestiales y más próximo al
propio Dios.
Lector 4: Bien lo saben cuántos hermanos
convivieron con él: qué a diario, qué de continuo
traía en sus labios la conversación sobre Jesús; qué
dulce y suave era su diálogo; qué coloquio más
tierno y amoroso mantenía. De la abundancia del
corazón hablaba su boca, y la fuente de amor
iluminado que llenaba todas sus entrañas,
bullendo saltaba fuera. ¡Qué intimidades las suyas
con Jesús! Jesús en el corazón, Jesús en los labios,
Jesús en los oídos, Jesús en los ojos, Jesús en las
manos, Jesús presente siempre en todos sus
32
miembros. ¡Oh, cuántas veces, estando a la mesa,
olvidaba la comida corporal al oír el nombre de
Jesús, al mencionarlo o al pensar en él! Y como se
lee de un santo: «Viendo, no veía; oyendo, no
oía». Es más: si, estando de viaje, cantaba a Jesús
o meditaba en Él, muchas veces olvidaba que
estaba de camino y se ponía a invitar a todas las
criaturas a loar a Jesús. Porque con ardoroso amor
llevaba y conservaba siempre en su corazón a
Jesucristo, y éste crucificado, fue señalado
gloriosísimamente sobre todos con el sello de
Cristo; con mirada extática le contemplaba
sentado, en gloria indecible e incomprensible, a la
derecha del Padre, con el cual, Él, Hijo del
Altísimo, en la unidad del Espíritu Santo, vive y
reina, vence e impera, Dios eternamente glorioso
por todos los siglos de los siglos. Amén].
Antífona. Oh alma santísima, en cuyo tránsito
salen a tu encuentro los ciudadanos del cielo, se
regocija el coro de los ángeles y la Trinidad
gloriosa te invita diciendo: Quédate con nosotros
para siempre.
Monición:
Lector 1: A este Francisco, elevado para siempre
a la gloria del cielo, dirigimos nuestro saludo
reverente y cariñoso, y nos unimos a las
generaciones franciscanas de todos los siglos,
proclamando su misma invocación tradicional:
Todos:
¡Salve, padre santo, luz de la Patria celeste,
modelo de los Menores, espejo de virtud, camino
de la justicia, norma de vida! Condúcenos de este
destierro terrenal al Reino de los Cielos.
Lector 1: Francisco, pobre y humilde, ingresa rico
en el cielo.
Todos: Y es honrado con himnos celestiales.
PRECES
Seguros de contar en el cielo con la valiosa
intercesión del glorioso padre san Francisco,
Hermanos Menores Capuchinos – Noviciado – Colombia, Ecuador y Venezuela
elevamos al Padre, con filial confianza, nuestra
oración:
R/. Tú eres nuestra vida eterna, ¡omnipotente y
misericordioso Salvador!
1. Por cada uno de nuestros Hermanos y
Hermanas que sufren enfermedad: para que «por
todo den gracias al Creador».
2. Por todos nosotros, seguidores de Francisco:
para que sepamos «gozarnos de convivir con
gente de baja condición y despreciada».
3. Por todos los que nos causan tribulaciones y
angustias, e incluso martirio y muerte: para que, a
imitación de Jesús, los amemos de verdad.
4. Para que busquemos por encima de todo «el
Reino de Dios y su justicia» y nos renovemos en
los valores auténticamente franciscanos.
5. Para que, aceptando la muerte como hermana,
podamos contarnos un día entre los
bienaventurados que gozan de tu presencia.
Padre Nuestro
Signo de la paz.
Presidente:
Santísimo Padre nuestro, reina tú en nosotros por
la gracia, y haznos llegar a tu Reino, donde se
halla la visión manifiesta de ti, el perfecto amor a
ti, tu dichosa compañía, y la fruición de ti por
siempre. Tú que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.
Bendición solemne
El Señor os bendiga y os guarde. Amén.
Haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda
su favor. Amén.
Vuelva su mirada a vosotros y os conceda la paz.
Amén.
†Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros. Amén.
33