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MEMORIA
Haremos memoria agradecida de ese gran acontecimiento eclesial.
CONTEMPLACIÓN
Miraremos contemplativamente la realidad de nuestros pueblos.
DESAFÍOS
Profundizaremos en los desafíos actuales en contexto de la pandemia.
COMPROMISO
Reavivaremos nuestro compromiso pastoral con los fieles.
PLENITUD
Buscaremos responder en y por los nuevos caminos para que todos tengamos vida plena.
HORIZONTE
Tendremos como horizonte común el 2031-2033,
celebrando los 500 años del Acontecimiento Guadalupano.
ITINERARIO ESPIRITUAL
Todo inicio de camino, toda meta, toda construcción comunitaria y sinodal, requiere
estar acompañada de un itinerario espiritual que anime los pasos al viento del
Espíritu, el cual sopla donde quiere y cuando quiere, inspirando el andar.
Para que nuestra casa común sea un continente de la esperanza, del amor, de la vida y de la
paz (DA 536).
Cada una de las vocaciones tiene un modo concreto y distintivo de vivir la espiritualidad, que da
profundidad y entusiasmo al ejercicio concreto de las tareas concretas que tenemos entre manos.
Así, la vida en el Espíritu no nos cierra en una intimidad cómoda, autoreferencial, sino que nos
convierte en personas generosas y creativas, felices en el anuncio y el servicio misionero.
Aprovechando esta oportunidad de dejarnos mover y provocar por un renovado impulso y ardor
misionero, las/os invitamos a través de los subsidios de oración que presentaremos, a aprender a
expresar en el trabajo, en el diálogo, en el servicio, en la misión cotidiana, en la familia y en las
comunidades de pertenencia, la vida de cuanto oramos.
PROCESO DE ESCUCHA
Queremos tener una plena y amplia participación de todo el Pueblo de Dios peregrino
en América Latina y en el Caribe, de modo que esta Asamblea sea una verdadera
celebración de nuestra identidad eclesial al servicio de la vida.
Este acontecimiento quiere ser una expresión genuina de una presencia que abraza las
esperanzas y los anhelos de todos los mujeres y hombres que hacen la Iglesia, sobre todo en un
momento de profunda crisis, y donde la coherencia con el Evangelio de Jesús será el gesto vivo
que dará relevancia a nuestro ser y estar en medio de los gritos de los empobrecidos y de la
hermana madre tierra en este tiempo de Pandemia.
Es esencial que todos los mujeres y hombres que constituyen la Iglesia de Cristo en América
Latina y el Caribe, participen en el amplio proceso de Escucha que necesariamente debe llegar a
ustedes a través de sus Obispos, Parroquias, Cáritas, sus organizaciones eclesiales, las
congregaciones, movimientos laicales, y otras instituciones.
Este proceso de escucha, en perspectiva sinodal, será la base de nuestro discernimiento, y nos
iluminará para orientar los pasos futuros que como CELAM, y como Iglesia en la región,
debemos dar en seguimiento del Jesús encarnado hoy en medio del pueblo, en su “sensus fidei”
que es su sentir en la fe.
Este proceso de escucha se desarrollará en el segundo trimestre de este año, por lo que les
pedimos estén atentos y soliciten a sus instancias eclesiales de referencia el poder participar.
El Papa Francisco en Evangelii Gaudium, nos invita a retomar la eclesiología del Pueblo de
Dios peregrino en la historia, que acompaña a las comunidades a partir de una cultura del
encuentro. El Pueblo de Dios es el sujeto histórico de la Evangelización. Cada bautizado es
convocado a ser protagonista en la misión.
El Documento de Aparecida nos recuerda que todos somos discípulos misioneros. Su llamado
no es solo a quienes tienen cargos y responsabilidades formales en la Iglesia, a los agentes
pastorales especializados o a los peritos en teología pastoral, sino a todo fiel cristiano. Es una
propuesta sinodal que va abriendo nuevos caminos.
Asimismo, nos ha mostrado los nuevos rostros del Cristo sufriente en Misericoridiae Vultus, y
los nuevos caminos de la santidad social en Gaudete et Exultate.
Sueño Cultural: “Sueño con un continente que preserve esa riqueza cultural que lo destaca
donde brille de modos diversos la belleza humana”.
Sueño Eclesial: “Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse, hasta el punto de
entregar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos latinamericanos”.
La Asamblea Eclesial será una verdadera celebración de nuestra identidad eclesial al servicio
de la vida, una expresión genuina de una presencia, que abrace las esperanzas de todos los
hombres, mujeres y de los jóvenes que conforman la Iglesia, especialmente en un momento de
profunda crísis, y donde la coherencia con el Evangelio de Jesús será el gesto vivo que dará
relevancia a nuestro ser y estar en medio de los gritos de los empobrecidos y de la hermana
madre tierra en este tiempo de pandemia.
Estamos iniciando este camino con alegría hacia la Primera Asamblea Eclesial. Haremos juntos,
a lo largo de este año, un camino, una reflexión, un encuentro, que nos permita discernir los
nuevos desafíos a la luz de la riqueza que nos aporta el Documento de Aparecida en la Quinta
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Un camino que haremos juntas las
diversas vocaciones del Pueblo de Dios, en distintas instancias. En este camino que hacemos
nos hemos propuesto un lema: “Todos somos discípulos misioneros en salida”. Un lema que
nos recuerda que desde el momento del Bautismo formamos parte de la vida de la comunidad
cristiana. El logotipo de la Asamblea recoge el mundo, un mundo que está en movimiento y que
en nuestro continente tiene una riqueza muy grande en su biodiversidad. Un mundo en el cual
va navegando la barca de Pedro, donde estamos todos, atravesando los océanos, y con la
compañía y la presencia de la Virgen María, simbolizada en la estrella.
Estamos muy ilusionados con la próxima Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que
se verificará en México, rememorando la Quinta Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano en Aparecida, en el año 2007. La pandemia ha detonado la creatividad de la
Iglesia. Por tal motivo, nuestra Asamblea Eclesial marcará un hito en la forma de llevar a cabo
nuestras reuniones latinoamericanas y del Caribe. Con mucha alegría, con mucha ilusión, con
mucho entusiasmo lo llevaremos a cabo, los invitamos a participar.
Esta Asamblea se llevará a cabo de manera híbrida o mixta. Algunas personas estarán
presencialmente en la ciudad de México, y tendremos, con el favor de Dios, Sedes Alternas en
cada uno de los países que conforman el CELAM (América Latina y el Caribe). Deseamos
involucrar a toda la Iglesia de nuestro continente, para que pueda participar de manera virtual
desde las Conferencias que se llevarán a cabo en México, así como los Programas que tendrán
lugar en cada una de las Sedes Alternas a esta Asamblea.
ESPIRITUAL:
Sabemos que en el centro de nuestra vida está Jesús, que nos enseña el mandamiento nuevo de
amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
ESCUCHA:
El Espíritu Santo habla en los corazones de todos los miembros de su familia, de todos los
creyentes.
ENCUENTRO:
Tiempo para encontrarnos, para dialogar y discernir juntos cuáles son estos nuevos desafíos, a
los cuales el Señor nos invita a asumirlos con alegría.
Contamos con ustedes para recorrer este itinerario sinodal. Estemos muy pendientes de las
informaciones que iremos dando a través del CELAM para comenzar y caminar juntos. Fue el
Papa Francisco el que nos invitó a celebrar una Asamblea Eclesial como la que estamos
preparando, y no podemos negar que Aparecida está en el corazón del Papa Francisco, el cual
tomó nuevas dimensiones con ese magisterio ahora de alcance universal y actual.
Dos criterios que nos pueden acompañar en este tiempo, tiempo que nos abre unos nuevos
horizontes de esperanza:
Segundo – La oración.
En medio de nosotros está el Señor. Que el Señor se haga sentir. Desde ahí nuestro pedido,
para que esté con nosotros.
Iniciamos un nuevo sueño pastoral. Queremos comprometernos hoy a seguir teniendo el gusto
espiritual de ser pueblo, como nos dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium, y a orar
juntos en esta nueva experiencia pastoral.
El Papa Francisco tiene toda la razón al haber indicado al CELAM, que en lugar de convocar a
una Sexta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se celebrara en Noviembre
próximo en México la Primera Asamblea Eclesial de Latinoamérica y del Caribe, con la
finalidad de retomar el Documento de Aparecida para impulsar el proceso de su aplicación en
nuestras diócesis.
ORACIÓN PREPARATORIA
para la Celebración de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe
Padre de bondad,
que has conducido a tu Iglesia
que peregrina en América Latina y El Caribe,
inspirándola para realizar un camino sinodal en salida
desde la experiencia de las Conferencias Episcopales.