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6 ENSAYOS A LA FATIGA

6.1. CARGAS REPETIDAS

La mayoría de los montajes estructurales quedan sometidos a la variación de


las cargas aplicadas, causando fluctuaciones de los esfuerzos en las partes. Si los
esfuerzos fluctuantes son de magnitud suficiente, aun cuando el máximo esfuerzo
aplicado sea considerablemente menor que la resistencia estática del material, la
falla puede ocurrir cuando el esfuerzo se repite en un número suficiente de veces.
Una falla inducida de esta manera es llamada "falla por fatiga".

Dos métodos para designar la naturaleza de las variaciones de esfuerzos son


(1) una estipulación del máximo esfuerzo numérico, conjuntamente con la relación
entre los esfuerzos mínimo y máximo, llamada rango-relación, y (2) una
estipulación del valor medio del esfuerzo fluctuante, conjuntamente con el esfuerzo
alterno que debe sobreponerse al esfuerzo medio para producir la variación dada de
las condiciones de los esfuerzos. Una clasificación de los tipos de esfuerzos
"repetidos" se ofrece en la tabla 1. Además de designar el grado de variación de
esfuerzo , la clase del esfuerzo (tensivo, compresivo, o cortante), también debe
estipularse para una definición completa de la condición del esfuerzo. Los
esfuerzos pueden ser causados por cargas axiales, de corte, de torsión, de flexión o
por combinaciones de ellos. Para las determinaciones de las características de fatiga
de los metales, uno de los tipos de carga repetidas más comúnmente usado es la
flexión completamente invertida.

La cuestión de la fatiga requiere consideración solamente en ciertos


tipos de estructuras. En general, las fluctuaciones de los esfuerzos en puentes y
edificios (excepto para ciertos elementos esbeltos que puedan quedar

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sometidos a vibración) no son suficientemente grandes no ocurren con la
frecuencia adecuada para producir la falla. Se ha estimado que los esfuerzos
de los miembros de un puente ferroviario ordinario se repiten menos de dos
millones de veces en un período de 50 años.

Tabla 1. Clasificación de los tipos de esfuerzos repetidos.

En algunos casos, notoriamente en máquinas de movimiento muy rápido y


partes sometidas a vibraciones severas, pueden ocurrir fluctuaciones de
esfuerzos apreciables, llegando a miles de millones de repeticiones durante la
vida útil de la máquina o estructura. El árbol del cigüeñal de un motor de
avión del tipo de pistón es sometido aproximadamente a 20 millones de
inversiones de esfuerzos en menos de 200 hr de vuelo. Aún más, los esfuerzos

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relativamente altos, ya que el motor es constantemente operado a casi su
máxima potencia y el tamaño del árbol se mantiene tan pequeño como sea
posible para reducir su peso. Los esfuerzos en el árbol de una turbina de
vapor, si es operada continuamente por 10 años, se invertirían 16,000 millones
de veces, mientras que los esfuerzos en aletas se invertirán aproximadamente
250,000 millones de veces. La fatiga debe considerarse en el diseño de muchas
partes sometidas a ciclos de esfuerzos tales como los cigüeñales de motores,
pernos resortes, dientes de engranes, alabes de turbinas, partes para
automóviles y aviones, partes para motores a vapor Y gas, rieles ferroviarios,
cables de alambre, ejes para automóviles, y muchas partes para máquinas
sometidas a cargado cíclico.

El esfuerzo al cual un metal falla por fatiga es aquí denominado resistencia a


la fatiga. Se ha descubierto que para la mayoría de los materiales existe un esfuerzo
limitativo abajo del cual una carga puede repetidamente aplicarse un número
indefinido de veces sin causar la falla. Este esfuerzo limitativo es denominado
límite de aguante. La magnitud del límite de aguante depende de la clase de
variación de esfuerzo al cual ese material sea sometido. Para la mayoría de los
materiales de construcción, el límite de aguante en flexión completamente invertida
varía aproximadamente entre 0.2 y 0.6 de la resistencia estática, aunque para una
clase de material dada la relación de aguante, fluctuará dentro de límites menores.

La mayoría de los elementos de una estructura o máquina que son sometidos


a esfuerzos repetidos se hacen de metal principalmente acero de modo que esta
discusión abarca primariamente el ensaye de fatiga, de materiales metálicos. Las
referencias acerca de la fatiga de la madera y del concreto se ofrecen en el
Apéndice H. Los ensayos de fatiga por flexión de los plásticos (ASTM D671) Y los

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ensayos de fatiga por compresión del hule vulcanizado (ASTM D 623) están
cubiertos por las normas de la ASTM.
6.2 NATURALEZA DE LA FATIGA DE LOS METALES.

Los metales comerciales se componen de agregaciones de pequeños cristales


con orientaciones irregulares. Los cristales mismos usualmente no son isotrópicos.
Los experimentos indican que algunos cristales de una pieza de metal que ha sido
sometida a esfuerzo alcanzan su límite de acción elástica antes que otros, debido
indudablemente a su orientación no favorable, la cual permite la ocurrencia del
deslizamiento. Así también, la distribución del esfuerzo de cristal a cristal dentro de
una pieza de metal que ha sido sometida a esfuerzo, probablemente no es uniforme,
y cuando una pieza es sometida a una variación cíclica de esfuerzos, las partículas
constitutivas tienden a moverse ligeramente con respecto una de otra. Este
movimiento finalmente debilita algún minúsculo elemento, a tal grado que se
rompe. En la zona de la falla se desarrolla una concentración de esfuerzos, y con las
sucesivas. repeticiones del esfuerzo la fractura se extiende de este núcleo a toda la
sección. Por esta razón las fallas por fatiga frecuentemente son denominadas
fracturas progresivas".

El esfuerzo
localizado alto
también se
desarrolla en
cambios bruscos de
sección transversal
en la base de las
ralladuras
superficiales, en la

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raíz de una cuerda
de tornillo, en el
borde de pequeñas
inclusiones de
sustancias extrañas,
y en una sopladora
minúscula o un
defecto interno
similar. Existen
condiciones típicas
que acentúan la
susceptibilidad a la
falla por fatiga.
Debe también
consignarse que la
falla de las partes de
máquinas es
frecuentemente el
resultado una
combinación de
fatiga y desperfecto
por la deformación
excesiva ocasional.

El movimiento relativo de los elementos de los diminutos cristales de acero,


cuando están bajo esfuerzo, fue observado por primera vez por Ewing y Rosenhain
en 1899. El movimiento se evidenció como líneas paralelas, llamadas "líneas de
deslizamiento", a través de la faceta de los granos de cristal individuales como se

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les vio bajo microscopio al iluminárseles con luz oblicua. Cuatro años después,
Ewing y Humphrey observaron que las líneas de deslizamiento desarrolladas en el
acero sometiéndolo a ciclos de esfuerzo repetidos podrían desarrollar en ellas
grietas microscópicas que a su vez se extienden y causan la falla de las piezas.

Las fallas por fatiga ocurren súbitamente sin ninguna deformación


apreciable, y la fractura es burdamente cristalina como en el caso de una falla
estática de hierro fundido o acero quebradizo. La apariencia de la fractura y la
característica precipitación con que la falla ocurre dio lugar a una teoría de la
cristalización fría del metal -existen todavía quienes se refieren a metal que haya
fallado por fatiga como "cristalizado". Muchos experimentos han mostrado que esta
idea es incorrecta, aunque es fomentada por el hecho de que las fallas súbitas
muestran la estructura cristalina de un metal, la cual, tanto en el caso de la falla
gradual como en una prueba estática, es disfrazada por la distorsión de la pieza
debida a su ductilidad.

Los metales se cristalizan cuando se solidifican del estado líquido, y no hay


cambio en su cristalinidad inherente debido a la acción de los esfuerzos repetidos.
Las grandes facetas de una falla por fatiga se forman mientras el deterioro progresa
por un plano de cortadura continua que se extiende a través de dos o más cristales
adyacentes, lo cual tiende a exagerar el tamaño aparente de los cristales de la
superficie de la ruptura. Sin embargo, un exámen microscópico del metal detrás de
la fractura por fatiga no muestra ningún cambio en su estructura o aumento de
tamaño de los cristales individuales. La idea de la "cristalización" indudablemente
surgió del hecho de que muchas partes, fracturadas por cargas repetidas, mostraron
una fractura burdamente cristalina que puede haberse debido al sobrecalentamiento,
la composición química defectuosa, o algún mal trato en la fabricación. Las partes

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se rompieron en muchos casos porque estos defectos las tornaron particularmente
débiles para resistir esfuerzos repetidos.

6.3 ALCANCE Y APLlCABILlDAD DE LOS ENSAYOS A LA FATIGA.

Numerosos ensayos de varios tipos han sido exitosamente empleados para


desarrollar un acervo adecuado de datos acerca de los límites de resistencia de
muchos metales. En términos generales, los datos parecen ser razonablemente
confiables y constituir una base de diseño satisfactorio. Merece mencionarse, sin
embargo, que ningún ensayo de fatiga para los metales ha sido normalizado por la
ASTM, aunque ciertos tipos de máquinas, probetas y procedimientos son de uso
común.

Uno de los más simples y probablemente más extensamente usados tipos de


ensayo para determinar el límite de resistencia de material emplea carga
flexionante completamente invertida sobre probetas de viga rotatorias,
computándose el esfuerzo máximo mediante la fórmula de flexión simple. Cuando
se usan probetas cuidadosamente preparadas y con acabado liso sin cambios de
sección abruptos, se obtienen resultados concordantes.

Cuando se usan probetas escopladas o ranuradas, se ha descubierto que los


límites de resistencia son funciones de los máximos esfuerzos concentrados reales
desarrollados. De hecho, los ensayos de cargas repetidas han sido utilizadas para
evaluar factores de concentración de esfuerzos.

Aunque el efecto del rango en esfuerzos para el límite de resistencia no ha sido


cabalmente explorado, hay suficiente información disponible para lo que
parece constituir una estimación aproximada (aunque burda) del límite de

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resistencia de los metales bajo otros tipos de carga que los que dan una
completa inversión del esfuerzo. También existen datos disponibles que tornan
posible una estimación de las resistencias a la fatiga por cargas de torsión y
axiales. Para cada uno de un número de materiales, éstos muestran alguna
correlación con las resistencias últimas estáticas a la rotura.

Debido a la incertidumbres del análisis de esfuerzos resulta difícil aplicar los


resultados de los ensayos de fatiga en probetas pequeñas al diseño de partes y
montajes complicados. Para obtener unidades en cargas repetidas, los ensayos
de fatiga han sido realizadas sobre un número de clases de probetas de tamaño
natural, sobre todo ejes y juntas remachadas, y soldadas. Un ensayo a la fatiga
generalmente resulta inadecuado para un ensayo de inspección, o un ensayo de
control de calidad, debido al tiempo y esfuerzo requeridos para recopilar los
datos.

6.4 MÁQUINAS PARA ENSAYOS A LA FATIGA DE LOS METALES.

Las máquinas para realizar ensayos a la fatiga con ciclos de esfuerzos repetidos o
invertidos pueden clasificarse de acuerdo con el tipo de esfuerzo producido:

1. Máquinas para ciclos de esfuerzo axial ( tensión, compresión )


2. Máquinas para ciclos de esfuerzo flexionante.
3. Máquinas para ciclos de esfuerzos cortantes torsionales.
4. Máquinas universales para esfuerzo o de corte torsional o una combinación de
ellos.

Todas las máquinas de ensaye de esfuerzos repetidos deben ir provistas de un


medio para aplicar la carga a una probeta y medirla. Asimismo, debe proveerse un

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contador para registrar el número aplicado de ciclos y algún dispositivo que,
cuando la probeta se rompa, automáticamente desembrague el contador.
Frecuentemente el dispositivo desembragador también se diseña para detener la
máquina de ensaye misma.

Las máquinas para aplicar esfuerzos flexionantes son las más comunes, y se
les ha utilizado en la mayoría de las investigaciones. La popularidad de este tipo de
máquina se debe a su simplicidad de operación, la exactitud con que se le puede
calibrar, y el hecho de que produce una condición de esfuerzo común. Las
máquinas de ensaye flexionante son generalmente del tipo del tipo de viga rotatoria
un ejemplo de la cual se muestra en la figura 6.1. Para esta máquina, una probeta
(Figura 6.2) se sujeta por sus extremos con sujetadores especiales y carga a través
de dos rodamientos equidistantes del centro del claro. Se aplican cargas iguales a
estos dos rodamientos por medio de masas que producen un momento flexionante
uniforme en la probeta entre los dos rodamientos de carga. Para aplicar ciclos de
esfuerzos se hace girar la probeta por medio de un motor; como las fibras
superiores de la viga girada están siempre en compresión mientras las inferiores
están en tensión, resulta aparente que un ciclo completo de esfuerzo invertido en
todas las fibras se produce durante cada revolución.

Están en uso dos tipos de máquinas de ensaye en las cuales un probeta


volada lleva una carga en su extremo libre. En un tipo, la probeta se hace girar
mientras se aplica una carga gravitacional a su extremo libre. En otro, un
rodamiento en el extremo libre lleva la carga desde un resorte compresor que actúa
en un plano normal al eje longitudinal de la probeta; así el segundo se flexiona, y
como el resorte gira en su derredor, se producen los ciclos de esfuerzo invertido.

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Varios tipos de máquinas de ensaye a la fatiga son de aplicación universal.
Llevan un cabezal estacionario o placa fija y placa o base vibratoria, con
dispositivos para conectar varios aparatos con probetas fijadas entre ellas. La base
vibratoria ejerce un movimiento o fuerza controlada sobre la probeta; si es ejercida
axialmente, se desarrollarán esfuerzos tensivos y compresivos. Mediante el uso de
varios aditamentos se pueden desarrollar esfuerzos torsionantes y flexionantes. Se
usan cuatro métodos básicos en las máquinas universales para generar y controlar
la fuerza.

En la máquina Haigh, la cual es del tipo de magneto de corriente alterna, la


probeta es sometida a ciclos de esfuerzo axial al quedar fijada a una armadura que
se mueve rápidamente hacia adelante y hacia atrás entre dos electromagnéticos
"energizados" por medio de corriente alterna bifásica, quedando una fase conectada
a cada magneto. Así, estando axialmente cargada, la probeta es alternadamente
estirada y comprimida por la acción de los magnetos.

Otro tipo de máquina usa una manivela de carrera variable según se muestra
en la figura 6.3 para generar y controlar la fuerza que actúa sobre la probeta. Para
cualquier ensayo solo, la carrera es constante y la carga sobre la probeta se mide
por medio de deflexión de la viga de transmisión. La carga previa estática se aplica
moviendo la base o placa fija con mecanismo ya sea hidráulico o de tornillo.
Algunas máquinas tienen controles especiales que sensibilizan la carga y
automáticamente mantienen constante las cargas previa y vibratoria para
contrarrestar el creep y resbalamiento. Un tercer tipo de máquina universal de
ensaye a la fatiga utiliza un sistema hidráulico de control y potencia para mover un
pistón por medio de golpe de amplitud fija. El pistón principal de carga se controla
por medio de un pequeño pistón accionador que es operado por una manivela de
carrera ajustable.

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El cuarto tipo de máquina universal, que se muestra esquemáticamente
en la figura 6.4, utiliza una fuerza constante en vez de un movimiento de
amplitud constante. La carga sobre la probeta se produce mediante un
oscilador mecánico que es, esencialmente, una masa excéntricamente montada
que se hace girar por medio de un motor sincrónico. El desequilibrio de esta
masa puede cambiarse desde cero hasta un máximo, y su posición es calibrada
para indicar la carga dinámica en libras. Ajustando los resortes de carga
previa, cualquier relación deseada entre los esfuerzos máximo y mínimo puede
producirse.

La componente horizontal de la fuerza centrífuga es absorbida por los


miembros empotrados, dejando una fuerza sinusoidal en una dirección vertical, la
cual es transmitida a la probeta.

Figura 6.4 Arreglo de una máquina Sonntag universal de ensaye a la fatiga del tipo de inercia y
fuerza constante para un ensayo de flexión.
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6.5 PROCEDIMIENTO GENERAL.

Para determinar el límite de resistencia de un metal, es necesario preparar un


número de probetas similares que sean representativas del material. La primera
probeta se ensaya a un esfuerzo relativamente alto de modo que falla ocurra con un
corto número de aplicaciones de esfuerzo. Las probetas sucesivas se prueban luego,
cada una a un esfuerzo más bajo. El número de repeticiones requerido para
producirla falla aumenta según el esfuerzo disminuye. Las probetas que se han
sometidos a esfuerzos inferiores de límite de resistencia no fallarán.

Los resultados de los ensayos a la fatiga comúnmente se registran en


diagramas en que los valores del esfuerzo se trazan como ordenadas y los del
número de ciclos de esfuerzo hasta la fractura se trazan como abcisas. Esos
diagramas son denominados SN (S para esfuerzo, N para el número de ciclos) en
general, los diagramas SN se dibujan utilizando un trazado semilogarítmico como
se muestra en la fig. 6.5, la cual representa los resultados para varios materiales
típicos. Para todos los materiales ferrosos ensayados, y para la mayoría de los
materiales no ferrosos, los diagramas SN son los horizontales, tan
aproximadamente como puede determinarse, para los valores de N que varían de
1,000,000 hasta 50,000,000 de ciclos, indicando así un bien definido límite de
resistencia. Los diagramas SN para el duraluminio y el metal monel no indican
límites de resistencia bien definidos.

6.6 EFECTO DE LAS VARIABLES IMPORTANTES

La resistencia a la fatiga de los metales varía de acuerdo a la composición, la


estructura granular, el tratamiento térmico, y el maquinado. La fatiga límite y las

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resistencias estáticas de unos cuantos metales representativos se muestran en la
tabla 6.2.

Varios elementos de aleaciones aumentan tanto la resistencia estática como


la resistencia a la fatiga del acero. No se conoce ningún elemento aleativo que
mejore realmente la resistencia a la fatiga sin también aumentar la resistencia la
estática. Los elementos aleativos (fuera del carbono), no afectan la resistencia a la
fatiga tanto como la microestructura del acero [934].

El tratamiento térmico apropiado es benéfico tanto para la resistencia estática


como para la resistencia a la fatiga del acero, especialmente en el caso del acero
con alto contenido de carbono y las aleaciones de acero, para los cuales el
porcentaje de aumento puede ser tan alto como 200. Sin embargo, como en el caso
de la composición del acero, ningún tratamiento es realmente benéfico únicamente
para la resistencia a la fatiga. En general el tratamiento térmico y la composición
química están íntimamente relacionados, ya que el uso de ciertos elementos
aleativos es en gran parte responsable de la profundidad de penetración y del grado
de tratamiento térmico posible. Si una parte de una máquina es cargada únicamente
en flexión o torsión, entonces los tratamientos para el endurecimiento superficial
pueden mejorar la resistencia a la fatiga; entonces la uniformidad de las
propiedades en toda la sección transversal es importante, y una aleación de acero
térmicamente tratada que posea buenas propiedades de endurecimiento profundo es
superior a una que no las posea.

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TABLA 6.2 LIMITE DE DURACIÓN Y RELACIÓN DE DURACIÓN DE VARIOS METALES*

* Adaptada de H.F.Moorey J.B.Kommers, fatige of metals (fatiga de los metales) McGraw HiII, Nueva
York, 1927.

Las probetas refrigeradas antes del templado poseen una mayor resistencia a
la fatiga que las no refrigeradas, por que la refrigeración tiende a reducir la cantidad
de austenita retenida [934]. Algunos tratamientos térmicos pueden aumentar la
resistencia al sedimento estático, pero disminuyen la resistencia a la fatiga debido a
las diminutas fisuras causadas por el temple o la descarburización de la superficie.

El trabajo en frío del acero dúctil aumenta su resistencia a la fatiga


aproximadamente hasta el mismo grado que la resistencia estática. para los
metales no ferrosos, el porcentaje del aumento de la resistencia a la fatiga
debido al trabajo en frío es ocasionalmente menor que el porcentaje del
aumento de la resistencia a la tensión. Resulta difícil realizar ensayos de

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esfuerzos repetidos de probetas bajo ciclos de tensión y compresión directas y
alternas, debido a la posibilidad de que cualquier ligera excentricidad de carga
puede causar esfuerzos flexionantes serios, y los esfuerzos intensamente
localizados son susceptibles de ocurrir en las orillas de las probetas axialmente
cargadas. Estas concentraciones de esfuerzos en objetos sometidos a esfuerzos
repetidos son de importancia considerable aun para los materiales dúctiles,
aunque tienen muy poco efecto sobre la resistencia estática a al tensión. En
general, los ensayos cuidadosamente conducidos han demostrado que el límite
de duración para ciclos de tensión y compresión directas y alternas es
prácticamente el mismo que el límite de duración para ciclos de esfuerzos
flexionantes invertidos.

El límite de duración para esfuerzos cortantes usualmente se determina de


los ensayos en torsión repetida o invertida. La mayoría de estas determinaciones
han sido realizadas en aceros al carbón y aleaciones de acero. Para los ensayos de
los aceros al carbono la razón entre el límite de duración en torsión invertida y el
límite de duración en flexión invertida se ha descubierto que varía de 0.48 a 0.64,
con un promedio de 0.55. para las aleaciones de acero la razón varía de 0.44 a
0.71,con un promedio de 0.58. la razón promedio para algunos metales no ferrosos
es de 0.52 [901].

Para probetas de metal sometidas a esfuerzos repetidos que involucren a un


rango de esfuerzos menor que la inversión completa, mientras menor sea el rango
de esfuerzos, más alto será el límite de duración. El valor Iimitativo es, por
supuesto, la residencia estática. La naturaleza general de la variación de la
resistencia con el rango de esfuerzos se muestra en la fig. 9.6 se muestran tres
métodos para representar los datos de la fatiga que involucran la variable del rango
en términos de esfuerzo. La fig 6.6 a muestra el diagrama del tipo Goodman

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Johnson en el cual el esfuerzo mínimo se traza para arrojar una línea recta (la escala
horizontal carece de significación), y el límite de duración correspondiente a
cualquier esfuerzo se traza verticalmente arriba, arrojando la línea curva superior.
El rango de esfuerzos se representa por medio de la línea curva rayada. Así, para
cualquier esfuerzo mínimo AC, el límite de duración es BC, el esfuerzo medio es
OC y el rango de esfuerzos es AB.

La fig. 6.6b. el diagrama Schenck-Peterson, dibuja casi la misma manera,


excepto que la línea curva que representa los esfuerzos medios se traza con una
línea recta a un ángulo de 45° con el eje horizontal. Esto convierte en curva la línea
del esfuerzo mínimo y permite que el eje horizontal represente los esfuerzos
medios a la misma escala que sobre el eje vertical.

La fig. 6.6c, el diagrama Haigh-Soderberg, representa la mitad superior


de la fig. 6.6b, pero con la línea a 45° llevada a la posición horizontal que
representa los esfuerzos medios. En este diagrama las ordenadas de la curva
representan el máximo valor del esfuerzo alterno BO, el cual puede aplicarse
simultáneamente con un esfuerzo medio OD sin causar la falla por fatiga. Para
el propósito de estimar los valores de la resistencia a la fatiga para su uso en el
diseño, ha sido derivado un número de fórmulas, basadas en idealizaciones de
los datos, [901,912].

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ENSAYE E INSPECCIÓN DE LOS MATERIALES DE INGENIERÍA

Figura 6.6 Variación general de la resistencia con el rango de esfuerzos.

La carga repetida de los metales a esfuerzos abajo del límite de duración


parece producir un leve trabajo en frío del material, que se traduce en un ligero
aumento de su límite de duración original o normal, pero el aumento de resistencia
varía mucho para los diferentes metales; para esfuerzo cíclico progresivamente
creciente, el aumento del límite de duración puede ser considerable. Por otra parte,
muchos ciclos de esfuerzos preliminares arriba del límite de duración normal
parecen iniciar la formación de grietas microscópicas que causan una reducción del

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límite de duración; mientras más alto sea el esfuerzo y el número de ciclos de
esfuerzo preliminares, mayor será el daño causado y más bajo será el límite de
duración resultante modificado. Así mismo, la capacidad de carga estática
decrecerá debido al alto esfuerzo desarrollado en la raíz de la grieta microscópica
por fatiga. Algunos materiales parecen resultar más dañados que otros por el
sobreesforzado preliminar. Como muchas máquinas o estructuras son susceptibles
de ser sometidas a sobrecargas temporales, el posible efecto de tales sobrecargas
sobre el límite de duración debe ser considerado [909].

En el diseño de maquinaria, aunque no existe la intención de usar esfuerzos


admisibles arriba del límite de duración, la incapacidad para analizar la condición
del esfuerzo con exactitud frecuentemente resulta en esfuerzos más altos que los
calculados. Muchas repeticiones de este sobreesfuerzo puede causar que la parte
falle. Sin embargo, si durante la vida de una estructura ocurre una sobrecarga
ocasional debida a negligencia en su operación u otra circunstancia imprevista, ese
sobreesfuerzo, a menos que sea excesivo, probablemente no afecte materialmente
la capacidad de la estructura para soportar sus cargas normales de trabajo.

EI acabado superficial de una probeta arroja un efecto definido sobre la


resistencia a la fatiga; mientras más áspero sea el acabado, más bajo será el límite
de la duración. De hecho, un acabado superficial muy áspero o burdo,
particularmente si las ralladuras o marcas de maquinación están normales a la
fuerza aplicada, puede rebajar el límite de duración de un metal tanto como un 15%
a 20% en comparación con el límite de duración para una superficie pulida.

Sin embargo, una parte pulida a máquina puede fallar más rápidamente que
otra con un buen acabado con herramientas, debido a la tensión superficial
producida por calentamiento debido al pulido.

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El bombardeo con perdigones de la superficie de probetas maquinadas no
pulidas de algunas clases de acero produce un efecto benéfico sobre el límite de
duración en comparación con el resultado para probetas pulidas pero no
bombardeadas con munición, aunque la resistencia a la tensión no resulte
correspondientemente beneficiada [930]. Para probetas de alambre de 0.162 de
diámetro que no hayan sido maquinadas o pulidas, los límites de duración serán los
siguientes:

No tratadas................................................................. 74,000 Ib/plg2


Bombardeadas con munición .................................... 96,000 Ib/plg2
Bombardeadas con munición templada a .................. 400°F 101,000 lb/plg2

No parece existir ventaja alguna, en lo respectivo a los límites de duración.


en el bombardeo con munición. en el bombardeo con munición de las superficies
cuando están presentes altos esfuerzos residuales debidos al templado y laminado
insuficiente.

Los bruscos cambios de secreción transversal definitivamente disminuyen la


resistencia nominal a la fatiga debido a la alta concentración del esfuerzo en tales
transiciones. Los resultados de ensayos efectuados por Moore y Kommers.
presentados en la tabla 6.3, son típicos de los obtenidos por otros investigadores.
Ellos demuestran que una ranura en V aguda puede reducir el límite nominal de
duración de una probeta con flexión invertida aproximadamente un 65% , aun
cuando el área transversal seccional neta permanezca constante. En partes de"
máquinas reales, sometidas a ciclos de esfuerzo invertido, cualquier cambio de
sección brusco debido a agujeros, canales, ranuras, cuerdas de tornillo y rebordes
debe recibir consideración especial. Sin embargo. el efecto de esos elevadores de

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esfuerzos no es tan serio como pareciera por los resultados de los cómputos
realizados con base en la teoría de la elasticidad o el análisis foto elástico.

Algunas de las aleaciones del acero, tales como el níquel al cromo, parecen
ser más sensitivas a los efectos de la concentración de esfuerzos, una propiedad que
ha sido llamada delicadeza de un material. El hierro fundido es considerablemente
menos sensitivo a las concentraciones de esfuerzos impuestas en los ensayos de
fatiga que los aceros, y la razón aparente es que las irregularidades inherentes a la
microestructura del hierro fundido producen una considerable concentración del
esfuerzo, de modo que el efecto de una discontinuidad impuesta resulta un tanto
enmascarada.

TABLA 6.3 EL EFECTO DE LA FORMA DE UNA PROBETA DE ENSAYO


SOBRE EL LIMITE DE DURACION NOMINAL

El cromado disminuye la resistencia a la fatiga, pero el niquelado aumenta o


reduce la resistencia dependiendo del baño usado.

La influencia de la frecuencia de la inversión del esfuerzo sobre el límite de


duración ha estado en discusión por algún tiempo. Ahora parece claro que en este
rango de las velocidades de ensaye ordinarias de, digamos, 2,000 a 15,000 ciclos
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por minuto, hay si acaso, muy poca variación en los límites de duración obtenidos,
aunque parece haber inconsistencias en los resultados cuando se usan velocidades
tan altas como 30,000 ciclos por minuto [903, 904, 913, 926, 927].

6.7 CORRELACIÓN CON OTRAS PROPIEDADES.

La correlación entre el límite de duración y una de las propiedades


mecánicas más fácilmente determinables es deseable debido al costo involucrado y
el tiempo requerido para determinar el límite de duración mediante un ensayo de
larga duración. Sin embargo, no existe ninguna relación directa entre el límite de
duración y cualquiera de las otras propiedades físicas aplicables a todos los
metales. La resistencia elástica, al resistencia última y la ductilidad parecen influir
en la resistencia a la fatiga. Todavía más, la falla por fatiga es la fractura progresiva
de un metal. Esto podría significar una correlación más estrecha entre la resistencia
a la fatiga y la resistencia a la tensión que la existente entre la resistencia a la fatiga
y cualquier otra propiedad física por si sola.

Los resultados de muchos ensayos indican que el límite de duración a flexión


invertida para el acero y el hierro laminados o forjados es usualmente entre 45% Y
55% de la resistencia ala tensión, promediando aproximadamente 50%, aunque en
algunos casos puede ser tan bajo como 35% o tan alto como 60%. Para fundiciones
ferrosas y acero esta relación de duración promedia aproximadamente 40%.

Para los metales no ferrosos la relación de duración varía sobre un amplio


rango, desde menos de 25% para el cobre estirado en frío y ciertas aleaciones de
aluminio y cobre hasta 50% para el bronce recocido. Para los valores
representativos de varios ensayos individuales, véase la tabla 6.2.

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La prueba de dureza de Brinell parece proveer un buen índice del límite de
duración para acero laminado y forjado. Para esos materiales el límite de duración a
la flexión invertida es aproximadamente de 250 veces el número de dureza de
Brinell. Esta relación no prevalece cuando el número de Brinell excede 400.

6.8 FATIGA POR CORROSIÓN.

La corrosión y el esfuerzo repetido simultáneos reciben el nombre de fatiga


por corrosión. Los ciclos de esfuerzo repetidos y la corrosión simultánea por un
agente tan suave como el agua fresca puede reducir la resistencia a la fatiga de un
metal hasta un valor inferior a la mitad de su valor para ensayos de fatiga en el aire.
Los metales resistentes a la corrosión parecen ser un poco superiores en su
resistencia a la fatiga por corrosión. La verdadera corrosión superficial de una
probeta que falle por fatiga por corrosión parece consistir en la ruptura mecánica
por esfuerzo repetidos de la película más o menos protectora que se forma como
resultado de la reacción entre el metal y el agente corrosivo, y la consiguiente
propagación progresiva de centros de corrosión seguida por la formación de una
creciente grieta por fatiga. El periodo de exposición al agente corrosivo tiene un
papel importante en la fatiga por corrosión porque picaduras más profundas y
consecuentemente mayores concentraciones de esfuerzos resultan de lo más largos
periodos de exposición del metal a los agentes corrosivos mientras se le somete al
esfuerzo repetido. Ciertos inhibidores, notoriamente el cromato de sodio, han
resultado efectivos para reducir la fatiga por corrosión.

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