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LA ÉTICA CÍVICA Y LA POLÍTICA

La ética cívica

La ética cívica y la política se refieren a los valores, principios y reglas morales que se aplican a la cuidadanía y a la vida publica.
Estas dos categorías están relacionadas, ya que la ética cívica es una forma de aplicar los principios éticos a la política. La ética
cívica trata de evitar el abuso de poder, promover la igualdad, defender los derechos y promover la justicia. La política, por su
parte, es la practica y la teoría relacionadas con el gobierno y la política publica, y se rige por la ética cívica y el respeto a los
derechos fundamentales de los ciudadanos. La ética cívica y la política van de la mano, ya que ambas son necesarias para
mantener una sociedad justa y funcional.

Contenidos de la ética cívica

Sociedades pluralistas, los ciudadanos asumieron los valores, derechos y actitudes que se dan por supuestos a la hora de tomar
desiciones que afecten a todos. Quiere decir que no es necesario inventarlos, mas bien tomar conciencia de ellos y potenciarlos
de las siguientes actitudes:

• RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS de la primera, segunda y tercera generación.


• DEFENSA DE LOS VALORES DE LIBERTAD, IGUALDAD Y SOLIDARIDAD como expresión de respeto a los derechos
humanos.
• DIALOGO Y LA TOLERANCIA ACTIVA propia de quienes quieren entenderse con los demás y no imponerse de ellos.

Las tres nos manda en la dirección de considerar a la persona como valor absoluto. Del reconocimiento de ese carácter, se dice
que las personas no pueden ser tratadas como instrumentos y que poseen una dignidad que les hace sujetos de derechos.

Los valores de la ética cívica

La ética cívica se refiere, sobre todo, al apego a la justicia y al respeto a los derechos humanos, valora la libertad, la igualdad y
la solidaridad; rechaza la intolerancia y busca el diálogo como estrategia para resolver conflictos.

La libertad: Se puede entender de dos maneras:

• Como Autonomía Moral.

• Como Autonomía Política.

La igualdad: La igualdad implica lo siguiente:

• Disfrutar de una cantidad razonable de bienes.

• Acceso a material social y cultural para desarrollar una vida digna.

• Igualdad de oportunidades.

• Alcanzar nivel razonable de autoestima.

La solidaridad: Es un valor que se caracteriza por la colaboración mutua entre los individuos, lo que permite lograr la
superación de los más terribles desastres, como guerras, pestes, enfermedades, entre otros.

La tolerancia: Significa el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las
propias, así como el reconocimiento, la aceptación y el aprecio al pluralismo cultural, a las formas de expresión, a los derechos
de los demás y a la diversidad del aspecto, situación.

La actitud dialógica: El diálogo es la concreción de los valores éticos, instrumento para transformarnos en sujetos
responsables del cambio personal y comunitario. Solo hay diálogo en la relación horizontal de la consciencia transitiva, no en
la arrogancia o la autodesvalorización.

La ética, la pobreza y los derechos humanos


La gran meta de la reflexión ética es participar el logro de un mejor nivel de vida para el individuo y para la comunidad. No
obstante, existen problemas sociales que obstaculizan este objetivo, la pobreza. En nuestro país, los sectores más vulnerables
esta problemática social son:

LOS NIÑOS Y ADOLECENTES: Este sector afronta problemas que atentan con sus derechos y afectan su desarrollo: la mortalidad
infantil y materna, la desnutrición, la deserción escolar, el abandono de los padres, las enfermedades etc.

LAS MUJERES: Si bien han alcanzado una progresiva autonomía en sus actividades y una mayor participación en la vida pública,
el mercado laboral sigue siendo inequitativo para ellas. Además, en las zonas rurales tienen menor acceso a la educación que
los varones.

LOS JOVENES: Más de la mitad de ellos trabaja en empleos poco estables y sin beneficios sociales. Debido a la falta de
oportunidades y al poco control del estado, muchos jóvenes se ven expuestos a condiciones de trabajo que ponen en riesgo
su salud y su integridad física.

LAS COMUNIDADES INDIGENAS: Aun cuando este grupo ha obtenido logros en la defensa de sus derechos, las situaciones de
desigualdad que subsisten y los afectan amenazan su cultura, sus tierras y sus recursos

La ética y la paz

Una cultura de paz implica la formación de una convivencia y un sistema democrático que se caracteriza por la búsqueda de
justicia. Una exigencia ética para todas las personas y países del mundo. Immanuel Kant, en su libro "la paz perpetua" tiene
como tres condiciones básicas.

LA CONTRACCIÓN POLÍTICA DE CUALQUIER ESTADO DEBE SER DEMOCRÁTICA: Dar las condiciones necesarias para
alcanzar acuerdos y puedan expresar su opinión.

LA EXISTENCIA DE UNA FEDERACIÓN DE ESTADOS LIBRES: Encargado de vigilar el cumplimiento de acuerdos de paz y
del derecho internacional.

LAS MISMAS POSIBILIDADES DE DESARROLLO SOCIAL: Encargado de asegurar la justicia y igualdad. Estás condiciones,
no garantizan la erradicación de la violencia de los conflictos. Debemos aprender a enfrentarlos y manejarlos mediante el
diálogo y el respeto.

La ética y la conciencia social

El ser humano tiene una dimensión social que lo lleva a interesarse por el bienestar de la comunidad en la que vive. A esa
preocupación se le llama "CONCIENCIA SOCIAL".

La conciencia social:

•Es la capacidad de comprender las perspectivas, tener empatía con los demás y cooperar a través de distintos mecanismos
sociales.

•Permite relacionarnos sanamente en sociedad.

El compromiso social:

•Es la respuesta que otorga un ciudadano ante la realidad que vive.

• Es decir, tomar decisiones y acciones para hacer que lo que se tenga que vivir en comunidad, sea digno, respetuoso y sobre
todo se establezcan políticas de apoyo a los más débiles.

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