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La iconografía del cristianismo primitivo se caracteriza por la falta de representación visual en

sus primeros días, en gran medida debido a la influencia de la tradición judía y la prohibición
de la idolatría. Esto se debió a la estricta interpretación del Segundo Mandamiento, que
prohíbe hacer imágenes o ídolos para adorar. Los primeros cristianos, en su mayoría judíos
convertidos, heredaron esta aversión a las representaciones visuales.

Eva - ¿Andrés, Entonces no había ningún tipo de representación ?

Si, a medida que el cristianismo se difundió y evolucionó, comenzaron a surgir formas


incipientes de arte cristiano en lugares como catacumbas y sarcófagos. Estas representaciones
eran indirectas y simbólicas, y se centraban en símbolos que transmitían la fe cristiana de
manera discreta.

Las catacumbas de Roma desempeñaron un papel crucial en la iconografía cristiana primitiva.


Estos túneles eran utilizados como lugares de enterramiento y refugio por los primeros
cristianos. En las catacumbas, se pueden encontrar ejemplos de pinturas murales y relieves
que representan historias bíblicas y escenas religiosas. Algunas de estas representaciones
incluyen las parábolas de Jesús, como la del buen pastor, que simboliza el cuidado de Jesús por
su rebaño, y la Última Cena, que representa el momento en que Jesús compartió el pan y el
vino con sus discípulos.

La imagen de la Virgen más antigua del mundo.


Catacumba de santa Priscila.
Foto: catacumba de santa Inés.

Estas representaciones visuales en las catacumbas no eran retratos realistas de figuras


religiosas, sino más bien símbolos y escenas alegóricas que transmitían el mensaje cristiano de
amor, salvación y esperanza de una manera que evitaba la prohibición de la idolatría. A
medida que el cristianismo creció y se estableció como una religión legítima en el Imperio
Romano, la iconografía cristiana se desarrolló aún más, y las representaciones visuales de
Jesús, los santos y eventos bíblicos se volvieron más comunes en la historia del arte cristiano.

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