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RESUMEN
Los NFTs, como sus siglas lo indican, son “non-fungible tokens” o monedas virtuales no
fungibles, que representan obras digitales. Así, suelen exhibir imágenes, videos, juegos, entre
otras formas de expresión artística digital; pero más allá de ello, encarnan un tipo de
propiedad distinta, cuya naturaleza se debe analizar a la luz del marco jurídico colombiano.
Por tanto, el presente escrito hace un acercamiento al NFT como concepto, para
posteriormente estudiar las implicaciones legales de cara a las partes, y los efectos
relacionados a su comercialización. En esta misma línea, se hace especial énfasis en los
derechos vinculados en el intercambio de estos activos, principalmente aquellos en cabeza
de los creadores y artistas de las obras digitales. Ello con el fin de discutir si las actuales
normas dispuestas por el legislador colombiano regulan con precisión, o no, el fenómeno
objeto de estudio.
ABSTRACT
NFTs, as their acronym indicates, are "non-fungible tokens" or non-fungible virtual
currencies, which represent digital artworks. Thus, they usually display images, videos,
games, among other forms of digital artistic expression; but beyond that, they embody a
different type of property, whose nature must be analyzed in the light of the Colombian legal
framework. Therefore, this paper makes an approach to the NFT as a concept, to later study
the legal implications for the parties involved, and the effects related to its commercialization.
In this sense, special emphasis is made on the rights linked to the exchange of these assets,
mainly those held by the creators and artists of the digital works represented by NFTs. The
latter in order to discuss whether the current regulations provided by the Colombian legislator
accurately regulate, or not, the phenomenon under study.
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años, la era cibernética ha supuesto incontables cambios a nivel económico,
social y cultural; ha traído enormes beneficios en términos de desarrollo, conectividad,
información, gestión, entre muchos otros. Así las cosas, el hombre moderno se ha visto en la
tarea de adaptarse a los cambios generados por el acelerado progreso tecnológico, al punto
de adquirir nuevos conocimientos y ejercer modalidades distintas de trabajo para
acondicionarse a la nueva cultura del Internet. Adicionalmente, el mercado internacional de
la especulación ha popularizado el intercambio de criptoactivos y monedas virtuales, entre
las cuales se resalta el uso de los NFTs. A través de las tecnologías como la red Blockchain,
la industria de los criptoactivos estalló, toda vez la trazabilidad de las operaciones registradas
en la red posibilitó que entre los usuarios se realice un intercambio comercial seguro, como
si se tratara de objetos tangibles. No obstante, la novedad de estos activos digitales como los
NFTs, genera incertidumbre, por el desconocimiento acerca de las particularidades del
negocio, así como ausencia de regulación jurídica en la materia.
Los NFTs, como lo indican sus siglas, son “non-fungible tokens” o monedas virtuales no
fungibles, que acuñan en su archivo, obras digitales, sean estas fotografías, imágenes, videos,
juegos, canciones; entre otras formas de expresión artística digital. Por su naturaleza, y por
el hecho de representar objetos únicos, no pueden sustituirse ni intercambiarse, aspecto que
los diferencia del resto de criptomonedas. Ahora, concretamente, las criptomonedas son “una
divisa digital o virtual en la cual se emplea técnicas de encriptación para regular la generación
o creación de unidades de la moneda y verificar la transferencia de fondos, operando de
manera independiente a un banco central” 1. Estas monedas digitales representan un
determinado valor, más su carácter fungible las hace fácilmente sustituibles por otras
monedas digitales dentro de un sistema Blockchain, sin necesariamente ser consideradas por
los Estados como una moneda de curso legal. 2 Las criptomonedas o tokens pueden
representar bienes y valores distintos; pueden acuñar bienes fungibles y otros equivalentes
como lo pueden ser las acciones en una empresa o puntos comerciales. En caso de tratarse de
objetos específicos, irremplazables, no fungibles, como lo son las obras artísticas, los
criptoactivos designados para este tipo de transacciones serán NFTs.
la transacción más alta registrada en el sector, con un costo de 69 millones de dólares. Siendo
así, los medios de comunicación se han encargado de popularizar ante los ojos del mundo, el
intercambio con NFTs y otros activos digitales, narrando eventos en los cuales inversionistas
han logrado obtener enormes beneficios económicos tras incursionar en este mercado. Otro
caso famoso es el del equipo de Houston Astros en el Mayor League Baseball, 3 o el NFT del
equipo de fútbol Manchester City cuyo volumen comercial en 24 horas se calculó en
$17,253,652 USD4 tras su lanzamiento.
En lo sucesivo, a propósito del fuerte impacto que han tenido los NFTs en el sector deportivo,
enormes corporaciones como Galaxy Digital y Candy Digital han conformado alianzas con
agencias de publicidad, como Vayner Media, para explotar el potencial económico de estos
criptoactivos5. Así las cosas, cada vez son más las personas, naturales o jurídicas, que
acuden a estas nuevas dinámicas del mercado digital, sea en el papel de inversionistas o
coleccionistas de arte. No obstante, en muchos casos se ingresa a estas transacciones con una
idea utópica o con vista única al posible lucro económico a generar, sin tener total claridad
del negocio en el cual se inmiscuye, o de los derechos, tanto propios como de terceros, que
pueden verse involucrados en este asunto. Es importante que el público interesado advierta
los riesgos incipientes que suponen las transacciones con NFTs, así como los medios idóneos
para prevenirlos, en aras de adoptar decisiones económicas racionales dentro de un modelo
de negocio fuera de lo convencional.
Si bien para algunos puede resultar confuso que se transen enormes sumas de dinero por una
imagen u obra que, en principio, puede apreciarse gratuitamente, el valor atribuido del NFT
se basa en su prueba de propiedad exclusiva, infinitamente distinta a todas los demás
existentes y fácilmente reproducibles en la red global. En pocas palabras el atractivo de un
NFT se funda en la idea de comprar una propiedad inaccesible para el resto del mundo. Por
consiguiente, la cotización de estos activos se basa precisamente en su naturaleza única y en
el sello de autenticidad de cada “token” o moneda virtual. Adicionalmente, estos activos
tienen un estándar que emplea dos elementos que los caracterizan y diferencian de otras
monedas: “El primer elemento central de un NFT es un número conocido como Token ID,
que se genera tras la creación del token; el segundo es la dirección del contrato, una dirección
de cadena de bloques que se puede apreciar en cualquier parte del mundo utilizando un
escáner. La combinación de elementos contenidos en el token lo hacen único; solo existe un
token en el mundo con esa combinación de Token ID y dirección de contrato” 6.
En línea con lo anterior, el archivo encriptado tendrá un número de identificación y metadatos
que lo convierten en el único de su tipo, irrepetible, así existan otras copias semejantes en
circulación. Así el panorama, la inmutabilidad de cada token permite que sobre el mismo se
pueda asociar un contenido digital legítimo, cuya pertenencia también se encuentra
certificada. Este atributo es de considerable importancia, ya que le garantiza al comprador
estar adquiriendo un bien único y genera confianza para futuras transacciones; a su vez,
permite que se genere una trazabilidad de cara a las operaciones realizadas mediante el
7 Ley 545 de 2000. Normatividad por la cual se adhiere al Tratado de la OMPI sobre derechos de autor.
5
8
Carles Plannas Blou. Dos tercios de NFTs son un fracaso ¿es el fin de la burbuja? El Periódico, Economía (2022)
9 Felipe Riffo, NFTs y sus roces con la Ley (Perú, 2022).
6
NFTs, se conjetura que estas provisiones cubren únicamente a quienes detenten un derecho
exclusivo de propiedad intelectual reconocido. Así las cosas, se sostiene la hipótesis que el
derecho colombiano debe incorporar en sus actuales normas, disposiciones específicas de
cara a las transacciones con NFTs de forma integral. Para ello, una de las exigencias debiera
estar encaminada a fijar claras obligaciones para las partes, las cuales deben reconocer
preliminarmente el derecho de autoría, en aras de ofrecer garantías reales a los artistas y
creadores de contenido digital.
10 Gregorio Rodríguez Gómez. Metodología de la Investigación Cualitativa, Capítulo III. (España, 1996)
7
11 Aaron Wright y Primavera De Filipi. Blockchain and the Law: The Rule of Code (Cambridge, USA 2018: Harvard
University Press)
12
Laura Olarte y Juan Manuel Pacheco, Los Non-fungible tokens (NFTs) en Colombia: perspectivas jurídicas (Bogotá,
Colombia: Universidad Pontificia Javeriana, 2022).
8
mediar consentimiento del artista y las condiciones deben ser acotados expresamente en el
“smart contract” firmado por las partes involucradas. Siendo así, es un beneficio útil para el
artista el hecho que se le faculte tomar un rol protagónico en el “smart contract” y establecer
los términos que crea convenientes; empero, esta posibilidad debe agotarse previo al traspaso
de derecho de propiedad sobre la obra en aras de adelantar una acción penal o civil en contra
de quien atente contra un derecho de autor o propiedad intelectual declarado. De esta forma,
si un artista subasta su obra como NFT, recibirá el pago directamente, teniendo en cuenta que
parte de aquel se destinará a la plataforma que propició la venta 18. Si luego el primer
comprador decide enajenar nuevamente la obra digital a otro tercero, al creador original
también se le deberá reconocer un porcentaje por esta transacción con base en sus derechos
de autor, y así sucesivamente. Basándose en lo anterior, existiría una vigilancia cierta sobre
las obras exhibidas, así como el uso que se le esté otorgando a las mismas y atendiendo que
se ajuste a lo prestablecido contractualmente.
Adicionalmente se replantea la cuestión de cara a los casos donde usuarios sustraigan una
imagen de un tercero, ya sea en formato físico o digital, y sobre ella realicen modificaciones
para una posterior enajenación convirtiendo la nueva ilustración a un NFT. Ahora bien,
remitiendo a la norma general colombiana se prevé que, en estos casos, y con base en los
derechos morales, el autor titular de ellos podrá i) reivindicar la paternidad de la obra en
cualquier momento, ii) oponerse a toda modificación o cambio que atente contra el mérito de
la obra original y hasta iii) solicitar se retire la obra del mercado, e iv) incluso suspender
cualquier forma de utilización, aunque ella hubiese sido previamente autorizada 19.
Con base en lo anterior, el artista titular de una obra, convertida a un formato NFT y exhibida
para fines comerciales, puede solicitar directamente a la plataforma el retiro de la imagen,
aun cuando esta haya sido alterada por un tercero. En observancia de lo anterior, algunas
plataformas han puesto en marcha políticas y lineamientos para que cuando exista evidencia
de un plagio, el contenido ilegítimo pueda ser eliminado 20. Internacionalmente también se
ha afirmado que el titular de los derechos de autor también tendrá bases para autorizar o
denunciar el hecho que un tercero cree una nueva versión de la ilustración original. En este
orden de ideas, ante la negativa del creador original 21, sin importar cuantos cambios
sustanciales se realicen sobre la obra, un uso comercial no autorizado de un NFT sería
sancionable bajo el marco jurídico colombiano, ya sea mediante una multa o incluso,
aplicando una pena privativa de la libertad del infractor.22
2.1 Alternativas jurídicas para los artistas y creadores originales en Colombia
En línea con lo anteriormente planteado, es importante recalcar que para que el legislador
colombiano considere una conducta como usurpatoria de un derecho de autor, esta debe:
18 Tonya Evans, Cryptokitties, Cryptography, and Copyright (American Intellectual Property Law Association Quaterly
Journal, 2019).
19 Ley 23 de 1982, art 30.
20 Obsérvese, por ejemplo, el proceso que implementan las páginas Nifty Gateway y Mintable respectivamente, encontrado
en https://niftygateway.com/termsofuse y https://d3luz8cn6n4wh0.cloudfront.net/terms_of_use_04_15_2019.pdf
21 U.S Copyright Office
22 Código Penal Colombiano, Ley 599 de 2000, art. 270. (Bogotá, Colombia: 2000).
10
23Pedro Munar Huertas. Las infracciones al Derecho de Autor en Colombia y la responsabilidad patrimonial, “Análisis
Jurisprudencial y posibles soluciones”. (Bogotá, Colombia, Universidad Católica de Colombia, 2015)
24Código Civil Colombiano, Ley 57 de 1887: Art. 670. DERECHO SOBRE LAS COSAS INCORPORALES. Sobre las
cosas incorporales hay también una especie de propiedad. Así, el usufructuario tiene la propiedad de su derecho de
usufructo. (Bogotá, Colombia, 1890)
25 Ibidem.
11
b. Normas internas
- Constitución Política de Colombia
- Decisión Andina 351 de 1991, Régimen Común sobre Derecho de Autor y Derechos
Conexos.
- Ley 23 de 1982, Sobre derechos de autor
- Ley 44 de 1993, Por la cual se modifica y adiciona la ley 23 de 1982 y se modifica la
ley 29 de 1944
- Ley 232 de 1995, Por medio de la cual se dictan normas para el funcionamiento de
los establecimientos comerciales
- Ley 599 de 2000 (Código Penal), artículos 270, 271 y 272
- Decreto 460 de 1995, Por el cual se reglamenta el Registro Nacional del Derecho de
Autor y se regula el Depósito Legal
- Decreto 1070 de 2008, Por el cual se reglamenta el artículo 26 de la Ley 98 de 1993.
- Decreto 1879 de 2008, Por el cual se reglamentan la Ley 232 de 1995, el artículo 27
de la Ley 962 de 2005, los artículos 46, 47 y 48 del Decreto Ley 2150 de 1995 y se
dictan otras disposiciones.
27
Felipe Riffo, NFTs y sus roces con la Ley (Perú, 2022).
28 Ed Mantilla, The Interplay of NFTs in Intellectual Property Law (Caldwell Intellectual Property, 2022)
13
Inclusive, sin repercusión de cara a la protección de los derechos de autor, hay países que
van más allá y exige el depósito y muestras del material impreso publicado originariamente.
En Colombia no se han adoptado estas prerrogativas de momento, aspecto que personalmente
considero convendría incluir en la Ley 23 de 1982 a futuro. En paralelo, sería oportuno que
el legislador colombiano observe lo que jurídicamente se está planteando entorno al marco
regulador de los NFTs en otras legislaciones, como lo sería la Propuesta MICA de la Unión
Europea. Lo anterior con el fin de extraer algunas de las prerrogativas e incluirlas en el
ordenamiento nacional en defensa de los artistas digitales que comercien digitalmente su arte
por medio de NFTs.
4. Conclusiones
El comercio de los NFTs en la actualidad tiene diversidad de implicaciones jurídicas que
trascienden el mundo artístico y económico, aspecto frecuentemente ignorado por los
involucrados en este tipo de negocios vía web. En este aspecto, con el objetivo de
aproximarse al concepto y contexto de estos “non-fungible tokens”, el presente artículo
académico sostiene varias perspectivas que deben estudiarse a la luz del derecho colombiano,
y que responden a las contingencias derivadas de las transacciones con NFTs que atenten
contra los derechos de autor y P.I de autores y artistas digitales.
Con base al actual marco normativo colombiano, se pudo establecer que en materia de
derechos de autor y P.I, el contenido artístico asociado a los NFTs se encuentra protegido si
existe un registro que acredite la titularidad del creador. Por tanto, el comprador de un NFT
no adquiere ningún derecho sobre el contenido protegido, con la excepción de que el artista
autorice una licencia de uso o se realice una cesión de los derechos patrimoniales asociados
a la obra.
Por otra parte, se indicaron algunos de los beneficios más importantes de los NFTs y del uso
de la red Blockain. El primero de ellos radica en la posibilidad de crear “smart contracts”
encriptados, cuyos términos pueden plantearse de forma que el artista reciba una
contraprestación por cada NFT revendido con su arte. Así, las negociaciones que se realicen
a través de los “smart contracts”, constituyen un punto a favor de los creadores, ya que los
términos del acuerdo se encuentran encriptados y no son susceptibles de ser modificados;
además, permiten que se automaticen los pagos a los creadores en cada venta de su arte
aportando en gran manera su actividad económica. La programación automática derivada de
la tecnología Blockchain trae confianza en cuanto las transacciones que por este medio se
desarrollen, ya que las obligaciones contractuales se ejecutan en automático. Asimismo, el
hecho de carecer de intermediación posibilita que los artistas y creadores difundan sus obras
de forma más orgánica y directa, determinando que valor le atribuyen a su arte y como lo
integran en el mundo de los NFTs.
A la par de los beneficios relatados, el artículo también enfatiza los riesgos principales en el
comercio de NFTs, como lo sería el plagio de una obra no registrada previamente, o la
dificultad para definir la persona contra la cual puede dirigirse una acción judicial en caso de
una infracción. Además, jurídicamente hablando no existe total certeza sobre la fuerza
vinculante que puedan significar los “smart contracts” en el marco legal colombiano, además
observando que las condiciones en este tipo de contratos se fundan en la narrativa y texto del
mercado digital.
Adicionalmente, desde este punto de vista se considera necesario establecer como una
formalidad legal, la inclusión de los términos del autor en la negociación de sus derechos,
aspecto que actualmente no es un requisito para adelantar las transacciones con NFTs. A mi
modo de ver, los autores tienen mucho que perder si no hacen uso de tal facultad, toda vez
quedarían totalmente desprotegidos en circunstancias de copia, modificación y
comercialización a partir de las imágenes que se han producido con su propio esfuerzo. Por
el contrario, los términos pactados en un “smart contract” deben quedar registrados en la
cadena de bloques, en paralelo a las transacciones que a futuro se ejecuten sobre el NFT. De
15
esta suerte, cuando no se hayan cedido los derechos patrimoniales del autor, a este se le debe
reconocer una remuneración frente cada adjudicación generada a partir del NFT que
represente su arte. De esta manera, podrían los artistas recibir una remuneración con la
reventa de su arte, en paralelo de ser reconocidos como los creadores del mismo por parte
del comprador e interponer una acción legal en contra de este si incumple con lo estipulado.
Así, basado en lo anterior, más que una mera liberalidad de las partes debería existir un
requisito formal de cara al negocio jurídico que se desarrolle atinente a verificar i) la
existencia de un “smart contract” suscrito entre artista y comprador, el cual ii) especifique,
mediante determinadas cláusulas, la naturaleza de los derechos cedidos, así como el alcance
de los mismos. En paralelo, debería requerirse la acreditación del vendedor como el
verdadero artista de la obra original, probando su titularidad o presentando el permiso de un
tercero cuya P.I esté siendo exhibida por medio del NFT. Adicionalmente, sin que deba ser
incluido como formalidad, sería recomendable verificar las condiciones de la plataforma y
que esta también haga acopio de ciertos procedimientos a seguirse en caso de existir alguna
reclamación o infracción que vulnere los derechos de las partes.
Estas propuestas plantean con el objetivo de preservar los intereses de los artistas y aminorar
los evidentes riesgos que permean este tipo de negocios; por ejemplo, cuando hay hurto de
imágenes de terceros que, aprovechando carecen de una firma de autor o estampa que acredite
su proveniencia, son acuñadas como NFTs para ser luego comercializadas en las distintas
plataformas de Internet. En estos casos, se afirma existiría una apropiación arbitraria de obras
digitales, configurándose entonces, una infracción a los derechos de autor. Como se pudo
apreciar en el escrito, bajo el marco jurídico colombiano, transgresiones de esta naturaleza
podrían sancionarse, ya sea por la vía penal (art. 271, Código Penal), Civil, o por la aplicación
de tratados suscritos por Colombia en el marco internacional30.
Finalmente, y como se ha mantenido a lo largo del presente texto, los NFTs y criptoactivos
son un fenómeno tan novedoso que plantea una variedad de discusiones jurídicas, en su
mayoría resueltas por analogía, o lo que es peor, temas aún no abordados por la ley. Así, sin
perjuicio que a este proyecto aún le falta trayectoria para ser publicado, resulta interesante
continuar observando cómo será el desarrollo de las nuevas normas para la emisión de
criptoactivos y los NFTs. Se le debe prestar especial atención a las disposiciones que puedan
sustraerse de la Propuesta MICA de la Unión Europea y ser implementadas en nuestro actual
ordenamiento jurídico colombiano. Si bien por la naturaleza del mercado de NFTs el Estado
no puede entrar a regular las particularidades del negocio de principio a fin, hay aspectos que
conviene introducir en la actual normativa con fines de otorgar una protección más garantista
de cara a los artistas. Además, sin perjuicio de que nuestro legislador proporciona una
regulación compacta y robusta en materia de Propiedad Intelectual y Derechos de autor, a mi
parecer se queda corto al definir y sancionar algunas conductas en el intercambio de NFTs
que vulneran los derechos de los creadores digitales, en especial cuando no hay un registro
30
Decisión Andina 486 de 2000 y Decisión Andina 351 de1993. Son respectivamente los regímenes comunes sobre los
derechos de propiedad intelectual y sobre los derechos de autor y conexos, cuya finalidad principal es la protección de
derechos de P.I en la región y la colaboración entre los suscritos a la norma.
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Bibliografía General
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✓ Congreso de Colombia. Ley 545 de 2000.
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