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La revolución de los NFT y el criptoarte

ALBERTO PRECIADO

Socio Preciado Abogados

PALOMA PUERTA

Consultora internacional

NFT es la abreviación de Non-Fungible Token o Token No-Fungible, monedas criptográficas que


representan algo único. Lo que hace a los NFT diferentes de cualquier otro tipo de criptomoneda,
como el bitcóin, es que mientras las demás son fungibles, los NFT son únicos, indivisibles,
transferibles y, gracias al blockchain, se puede comprobar su valor y exigüidad.

¿Cómo se relaciona esto con el arte digital que está revolucionando el mundo artístico y los
mercados?

Los GIF (fotogramas con movimiento), JPG (compresión de imágenes digitales) e imágenes
editadas, entre otras piezas visuales, se están vendiendo en internet por cientos, miles y millones
de dólares. Cuentan con NFT que los hacen especiales, únicos y altamente valorados con potencial
de incrementar su precio exponencialmente. Los NFT permiten que, aunque la imagen digital
pueda ser publicada, replicada, reenviada, etc., el token asociado no pueda copiarse o robarse. El
NFT asociado a la imagen tiene un propietario que puede vender, comprar y formar con sus
adquisiciones una colección, como con el arte clásico. Aunque es un concepto diferente a lo que
conocíamos del arte tradicional, es claro que los NFT llegaron para quedarse y que el mundo del
arte no volverá a ser el mismo con este mercado particular y virtual.

Un cuadro de Monet, Rembrandt o Picasso, más allá de la belleza, es especial por el artista que lo
concibió, por quien lo creó. Son obras únicas, solo tienen un original y sus dueños están
identificados. Este mismo concepto aplica al mundo de los NFT y al criptoarte, que está
revolucionando y cambiando el mundo del arte, monetizándolo, como esperábamos que podría
suceder, pero que, por el efecto de la pandemia, se concretó.

El nuevo mercado

Pero, ¿qué es el criptoarte, los blockchains y cómo está impactando al mundo actual, para
entender qué oportunidades existen y qué efecto tiene este nuevo mercado en el “mundo real”?

Los NFT asociados a este nuevo criptoarte son únicos y aseguran que la pieza asociada es la
original, que tiene un valor y un dueño. Todos estos elementos certificados y protegidos por el
blockchain convierten a los NFT y al criptoarte en un mercado atractivo y seguro, pues registra las
transacciones digitales encriptadas y seguras.
Al enviar el dinero de un destinatario a otro al momento de adquirir un NFT o criptoarte, se genera
un registro llamado block, que agrupado con otros generan una combinación única. Lo que hace
esta cadena de transacciones segura es que, cada vez que se hace un negocio nuevo, es verificado
por múltiples computadoras y distintos sistemas, impidiendo que un solo servidor, jáquer o
persona pueda invalidar, modificar o interferir las transacciones o propiedades. A través del
sistema blockchain, el propietario de cualquier pieza puede venderla, transferirla y hasta otorgar
las licencias de los derechos de exhibición a un museo y controlar las condiciones legales para
precisar la manera como la obra será expuesta, segura, directa, comprobable y eficientemente.

Piezas digitales

¿Cómo puede una persona crear una pieza de arte digital y transformarla en un valor monetizable
a través de los tokens, convirtiéndola en un activo comparable con una obra de arte tradicional y
coleccionable?

Uno de los atractivos de los NFT y del criptoarte es que cualquier individuo o artista, si se quiere,
puede crear una pieza digital y transformarla en un elemento de valor. A través de diferentes
páginas web, por ejemplo, Open Sea o Rareable, una persona puede “subir” su arte, asociarla al
cripto, agregarla al blockchain, y venderla en estas plataformas. Existen diferentes tipos de páginas
web con diversos criterios para “subir” arte: en algunas, cualquier individuo puede “subir” su
trabajo, mientras que otras son exclusivas y exhiben únicamente galerías virtuales curadas, en las
que solo artistas reconocidos pueden vender su trabajo por altas sumas de dinero, como Super
Rare y Nifty Gateway.

Este sistema de comercializar no solo aplica a páginas web. Por ejemplo, este año la tradicional
casa de subastas Christie’s expuso un JPG, una compresión de 5.000 imágenes digitales, titulado
“Everydays –The First 5000 Days” de Mark Winkelmann, mejor conocido como Beeple, un artista
cuyo trabajo más valioso hasta finales del año pasado se había vendido por cien dólares(1).
Rompiendo récords y haciendo historia, la venta del criptoarte de Beeple cerró en 69 millones de
dólares, convirtiéndolo en el autor de la tercera subasta artística más valiosa de un artista vivo y
posicionando su arte digital con trabajos como los de Jeff Koons y David Hockney. La subasta abrió
en cien dólares y cerró en 69 millones de dólares en cuestión de días, lo que evidencia claramente
el deseo de coleccionistas tradicionales y amantes del arte en entrar en este mundo misterioso. De
la misma manera, recientemente Sotheby’s vendió, a través de Nifty Gateway, una de las páginas
web que funciona como galería virtual para artistas reconocidos, la colección de arte digital “The
Fungible”, hecha por Pak(2) por alrededor de 17 millones de dólares.

Es difícil conceptualizar que, por ejemplo, el trabajo de Beeple, que en realidad es un collage de la
colección de 14 años de imágenes publicadas gratuitamente en internet por el mismo artista, se
venda por 69 millones de dólares. Pero es tiempo de entender que, gracias a este movimiento,
artistas digitales tienen la posibilidad de exponer su trabajo, que se valorice y convertirse en
magnates con sus obras de arte.
Las criptomonedas

¿Qué se necesita para empezar? Lo primero es adquirir algún tipo de criptomoneda, generalmente
el criptoarte funciona a través de la moneda ethereum o ether, elemento que cualquier persona
con una billetera digital puede adquirir. Al conectar una billetera virtual con estas páginas web, el
artista puede “subir” su trabajo, especificando si es una publicación única o si producirá cierto
número de “copias auténticas”, como con las esculturas de los artistas tradicionales, que pueden
existir como piezas únicas o varios originales de un mismo molde. Uno de los aspectos más
interesantes y contrastantes con el arte tradicional es que el criptoartista original puede vender su
arte digital y recibir comisiones o royalties, por el resto de su vida si sus obras son revendidas o
traspasadas a través del blockchain.

El criptoarte y su comercialización combina temas complejos tanto de arte, como de mercado,


suministro, oferta y demanda, etc. Para poder vender arte digital, se debe pagar una tasa de
procesamiento para adquirir el token que le dará su valor. Esta tasa se llama “gas” y fluctúa todos
los días, dependiendo de la cantidad disponible, de la oferta y la demanda. Actualmente, la
demanda de criptomonedas es alta, lo que se refleja en el precio del gas para adquirir un token. Ya
existen páginas especializadas que estudian los movimientos del valor de las criptomonedas y
sugieren ciertas horas y días para adquirirlos, como temprano en las mañanas o durante los fines
de semana.

Impacto ambiental

El criptoarte es innovador y fascinante, pero tiene un impacto ambiental importante. Crear


criptomonedas, así como asegurar la propiedad y las transacciones a través de los blockchains
requiere múltiples computadores y programas potentes que utilizan energía proveniente, en su
gran mayoría, de combustibles fósiles. El crecimiento exponencial de demanda por criptomonedas
ya ha tenido un impacto significativo en el aumento de la huella de carbono de toda la industria y,
a medida que siga creciendo, se incrementará el impacto ambiental. Las consecuencias pueden
llegar a ser tan graves que The Economist asegura que, sin regulaciones, la minería de bitcóin,
solamente en China, consumirá tanta energía como Italia en el 2024(3).

En conclusión, por muy simple que parezca entender que un GIF, un JPG o cualquier tipo de
formato de arte digital ya es considerado arte, el reto está en entender el proceso detrás de este.
Su valor y funcionamiento, la manera que compite con el arte tradicional, las posibilidades de ser
exitoso y las consecuencias ambientales son temas complejos, pero esenciales de comprender.
Aunque es un mercado prometedor, no es una mina de oro fácil y puramente virtual como muchos
medios de comunicación lo presentan.
Teniendo en cuenta el precio de las criptomonedas, el impacto ambiental y el hecho de que
cualquier persona con una billetera digital activa puede publicar su arte, las posibilidades de ser
exitoso y capitalizar el arte digital dependen del nombre del artista y de su base de seguidores.
Hace algunos años, era imposible imaginar que el arte se iba a digitalizar, y ahora que lo hizo, no
hay reversa, llegó para quedarse, como tantas cosas digitales. Los NFT cambiaron y continúan
cambiando el mundo y la industria del arte, crearon una manera legítima de coleccionar arte
digital y de hacerlo segura y verificable, gracias a los blockchains.

El criptoarte, los NFT y la industria que abrieron también demuestran que las facultades humanas,
y los llamados middle-men serán cada vez menos necesarios, ya que todo este proceso y formato
elimina el personal que conectaba al artista con los clientes o coleccionistas, las galerías físicas,
etc. Gracias a esta revolución, un artista puede vender directamente sus trabajos a un cliente o un
colector sin necesidad de ningún tipo de formalidad más allá de la transacción verificada por los
blockchains.

La pandemia aceleró muchos de los cambios tecnológicos que inevitablemente sucederían con el
tiempo. Por esto, es importante mantenernos informados y entender qué impacto tienen estos
cambios en nuestro mundo no virtual.

NOTAS:

Kastrenakes, Jacob. “Beeple Sold an NFT for $69 Million”. The Verge, 2021.
www.theverge.com/2021/3/11/22325054/beeple-christies-nft-sale-cost-everydays-69-million.

Pak es un artista o artistas (varios medios suponen que se trata de un grupo) que está(n)
superando los límites del criptoarte. Pak es controversial y misterioso, nadie sabe quién es.
Algunas personas de la comunidad criptográfica se refieren a Pak como el “Satoshi del arte
criptográfico”, debido a su identidad oculta. Satoshi Nakamoto es el creador desconocido de
bitcóin.

“Totting up Bitcoin’s Environmental Costs”.The Economist, The Economist Newspaper (2021).


www.economist.com/finance-and-economics/2021/04/10/totting-up-bitcoins-environmental-
costs.

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