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La primera vela y segunda vela ya deben de estar prendidas

El Tercer domingo de Adviento - La vela del “Gozo”

El que enciende la vela dirigiéndose a la corona dirá:

Hoy encendemos la tercera vela.

“Esta segunda vela de Adviento es la vela del gozo. Al encender esta vela recordamos a las
El Gozo es la alegría permanente que tanto el individuo que cree en Cristo, como toda la Iglesia están
llamados a experimentar. No es simplemente una emoción, sino una calidad de vida basada en la eterna y
segura relación del hijo de Dios con su Padre Celestial.
El culto del Antiguo Testamento rebosaba de gozo y este se expresaba en fiestas y tumultuosas
celebraciones. El salterio hebreo es una clara muestra del gozo centrado con frecuencia en el templo.
En el Nuevo Testamento el evangelio se proclama con gozo. Ocasiones como el nacimiento de Jesús,
su entrada triunfal a Jerusalén, y su resurrección, se destacan en un marco de gozo.
El gozo cristiano es tan inclusivo y permanente que puede sentirse al descubrir la voluntad de Dios
(Mt 2.10), al sacrificarse por causa de Cristo (Mt 13.44), al testificar por Cristo (Lc 10.17) o al tener con Él un
encuentro personal (Lc 24.52). En realidad, Jesucristo mismo en su último discurso a sus discípulos reiteró la
promesa del cumplimiento de su gozo en ellos (Jn 16.24).
En este período de adviento es necesario reiterar que nuestro gozo no es circunstancial, nos viene de
Dios quien nos rescató y nos redimió con su preciosa sangre, el cristiano vive en la “agaliasis” que nos es una
categoría momentánea, ni producto de satisfactores externos, sino más bien, es una cualidad interior, que hace
que nuestro ser reboce de gozo por la actividad del Espíritu de Dios.

Invitamos a la Iglesia a Orar en gratitud por el Gozo que Dios nos ha da en Cristo nuestro
Salvador.

Entonamos el himno no. 123

“Gozo del Mundo”

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