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EL ADVIENTO, PREPARACIÓN PARA LA NAVIDAD

SIGNIFICADO DEL ADVIENTO

La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de


Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden
a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento
para la llegada del Señor.

1. El Adviento, con el que empieza el año litúrgico, es el periodo de tiempo comprendido entre
el cuarto domingo antes de Navidad y el día de Nochebuena. Sus colores litúrgicos son el morado
y el rosa.

En el calendario litúrgico de la Iglesia católica, el primer día del año no es el 1 de enero, sino el
primer domingo de Adviento. El Adviento es el primer tiempo litúrgico del año que comienza
cuatro domingos antes de Navidad y termina en Nochebuena. Según el día de la semana en que
cae el día de Navidad, el tiempo de Adviento puede modificarse ligeramente.

El morado y el rosa son los dos colores litúrgicos designados para representar el tiempo de
Adviento. Aparecen en las vestiduras de los sacerdotes, en los velos del tabernáculo, en la parte
frontal del altar y en la corona de Adviento. El morado se usa como símbolo de penitencia y
preparación, pero el tercer domingo de Adviento, conocido como "Domingo Gaudete1", se usa
el rosa, que representa la alegría por la venida de Jesús.

El día en que Cristo se hizo hombre para redimir al mundo fue preparado por Dios durante siglos.
La Iglesia participa y actualiza esta larga preparación en este tiempo específico de preparación
a la Navidad.

1
Es el tercer domingo de Adviento, denominado también ´domingo Gaudete´, domingo de la alegría. En
la liturgia resuena en repetidas ocasiones la invitación a la alegría, a alegrarse, porque el Señor está cerca.
¡La Navidad está cerca! El mensaje cristiano se llama "evangelio", es decir "buena noticia", un anuncio de
alegría para todo el pueblo; ¡la Iglesia no es un refugio para personas tristes, la Iglesia es la casa de la
alegría! Y aquellos que están tristes, encuentran en ella la alegría. Encuentran en ella la verdadera alegría.
Pero la del Evangelio no es una alegría cualquiera. Encuentra su razón en el saberse acogidos y amados
por Dios. Como nos recuerda hoy, el profeta Isaías (cf. 35,1-6ª. 8a.10), Dios es el que viene a salvarnos y
presta socorro especialmente a los descorazonados. Su venida entre nosotros nos fortalece, nos da
firmeza, nos dona coraje, hace exultar y florecer el desierto y la estepa, es decir, nuestra vida cuando se
vuelve árida.
Por el contrario, se nos invita a fortalecer nuestras manos, a hacer firmes nuestras rodillas, a tener coraje
y a no temer, porque nuestro Dios muestra siempre la grandeza de su misericordia. Él nos da la fuerza
para ir adelante.
Y esta alegría verdadera permanece siempre también en la prueba, incluso en el sufrimiento, porque no
es superficial, sino que llega a lo más profundo de la persona que se encomienda a Dios y confía en Él.
La alegría cristiana, como la esperanza, tiene su fundamento en la fidelidad de Dios, en la certeza de que
Él mantiene siempre sus promesas.
¡Nuestra alegría es Cristo, su amor fiel e inagotable! Por lo tanto, cuando un cristiano se vuelve triste,
quiere decir que se ha alejado de Jesús. ¡Pero entonces no hay que dejarlo solo! Tenemos que rezar por
él y hacerle sentir la calidez de la comunidad.
Que la Virgen María nos ayude a acelerar nuestros pasos hacia Belén para encontrar al Niño que ha nacido
para nosotros, para la salvación y la alegría de todos los hombres. A Ella el Ángel le dijo: "Alégrate, llena
de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28 ).
La Navidad -el día en el que Cristo nació para la redención del mundo- es el día en el que cambió
el curso de la historia de la salvación. Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia, lo explica de
esta manera: "Es evidente que el Hijo de Dios tomó nuestra condición y vino a nosotros no por
un motivo insignificante sino por nuestro bien. Él se vinculó a nosotros, por decirlo de esta
manera, tomando un cuerpo y un alma humana y naciendo de una Virgen, para poder darnos su
Divinidad. De esta manera, Él se hizo Hombre para que el hombre se haga Dios" (Santo Tomás
de Aquino, Las tres grandes oraciones, comentarios sobre la oración del Señor, el Ave María y el
Credo de los Apóstoles).

En el Catecismo podemos leer: "La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan
inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos. Ritos y sacrificios, figuras y símbolos de la
"Primera Alianza"(Hb9,15), todo lo hace converger hacia Cristo; anuncia esta venida por boca de
los profetas que se suceden en Israel" (Catecismo 522). En el Antiguo Testamento aparecen
varias proclamaciones de este tipo: "Espere Israel al Señor, porque en él se encuentra la
misericordia y la redención en abundancia: él redimirá a Israel de todos sus pecados." (Sal 130,
7-8).

Este tiempo de espera y de preparación no se da sólo antes de la Navidad, sino que se da en


cada año litúrgico y también en la actualidad. El Catecismo afirma: "Al celebrar anualmente la
liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga
preparación de la primera venida del Salvador" (Catecismo, 524).

2. El Adviento es también un tiempo de preparación para la segunda venida de Cristo.

Como católicos, creemos que Cristo vendrá de nuevo al final de los tiempos y así lo profesamos
en el Credo cada domingo: "Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a vivos y muertos; Y su reino
no tendrá fin" (Credo Niceno-constantinopolitano). Durante el Adviento nos preparamos para
la venida de Cristo en Navidad, pero también recordamos que Cristo prometió volver. El
Catecismo nos dice: "Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo
de éste: "Es preciso que él crezca y yo disminuya" (Jn 3, 30)." (Catecismo 524).

El Adviento es un tiempo de espera para la segunda venida, así como un reconocimiento de que
seremos juzgados por Cristo por nuestras acciones y decisiones. Por esta razón el Adviento es
un tiempo de arrepentimiento; esperamos con alegría la venida de Cristo, pero también
buscamos el perdón por nuestros pecados para poder estar preparados. El Evangelio de Marcos
proclama: "Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al
atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y
los encuentre dormidos." (Mc 13, 35-36).

Durante un Ángelus, el Papa Benedecito XVI enseñó sobre esta llamada a la vigilancia: "¡Vigilad!
Esta es la llamada de Jesús en el Evangelio de hoy. No se dirige sólo a sus discípulos sino a todos.
¡Vigilad! (Mc 13, 37). Es una exhortación saludable que nos recuerda que la vida no tiene sólo la
dimensión terrena, sino que está proyectada hacia un "más allá", como una plantita que germina
de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotada de libertad y
responsabilidad, por lo que cada uno de nosotros será llamado a rendir cuentas de cómo ha
vivido, de cómo ha utilizado sus propias capacidades: si las ha conservado para sí o las ha hecho
fructificar también para el bien de los hermanos." (Papa Benedicto, Mensaje del Angelus, 27 de
noviembre de 2011).
3. Hay muchas maneras prácticas de entrar en el Adviento.

Los tiempos litúrgicos no existen sólo para la misa de los domingos, sino también para nuestro
beneficio espiritual diario. Aqui un conjunto de cosas que podemos hacer para entrar en este
espíritu del Adviento, un espíritu de expectación, vigilancia, arrepentimiento y alegría.

- Reza: "Rezar el Rosario todos los días centrándonos en los Misterios Gozosos" o "hacer una
vigilia ante una clínica abortista con algunos amigos. Puedes salvar la vida de algún bebé y tal
vez cambiar la mentalidad de alguno de los "Herodes" que dirigen las instalaciones".

- Ayuna: "Hacer un programa de ayuno para Adviento y ser moderado con la comida y la bebida
en las fiestas de Navidad", o "ver menos la televisión durante este tiempo o, por lo menos, ver
algunos clásicos de Navidad con la familia o los amigos", o "bajar el ritmo de compras".

- Dónate: "Recupera las obras corporales y espirituales de misericordia y realízalas una a una
cada semana hasta que llegue la Navidad. Hay mucha gente herida que necesita sentir y recibir
nuestro amor", o "háblales del sacramento de la Penitencia a tus amigos y familia y llévalos a un
buen sacerdote para que se puedan confesar. ¿Cómo puede superar a eso un simple regalo de
Navidad?"

- Actúa: "Compra y lee el libro del Papa Benedicto XVI sobre la infancia de Jesús", o "no tires el
árbol de Navidad o quites el Belén justo después del 25 de diciembre, el tiempo de Navidad no
ha hecho más que empezar", o "cumple los propósitos de Año Nuevo".
Estas sugerencias son sólo unas pocas de las muchas maneras que podemos seguir para entrar
en este tiempo de Adviento. La Iglesia nos ofrece este momento de espera para que nos
podamos preparar más plenamente para la alegría y la gracia que recibimos en Navidad.

ESTA ES SU TRIPLE FINALIDAD:

- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y


nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de
nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de


Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por
los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en


la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y
premiará con el Cielo a los que han creído en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos
buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna
sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día
ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos
para este momento a través de la revisión y la proyección:
Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que
vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para
reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos
los días podemos y debemos ser mejores.

En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre.
Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en
lo mismo.

EN EL TIEMPO DE ADVIENTO

El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:

- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-
súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;

- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los
profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt
3,2);

- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades
de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se
convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos
tal cual es" (1 Jn 3,2)

ALGO QUE NO DEBES OLVIDAR

El adviento comprende las cuatro semanas antes de la Navidad.


El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la
llegada del Señor.
En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando
volverá como Rey de todo el Universo.
Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en
relación con Dios y convertirnos de nuevo.
Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

CUIDA TU FE

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para
comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a
hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento. Esforcémonos por vivir este
tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.

De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.
EL PESEBRE, BELÉN O NACIMIENTO

El pesebre, belén o nacimiento, es una tradición introducida por San Francisco de Asís, quien
tuvo la inspiración de reproducir el nacimiento de Jesús a través de un belén con personas.

Esta idea se extendió con gran rapidez por todo el mundo cristiano, primero por Europa y luego
por el resto del mundo. Con el paso del tiempo pasó de ser un belén viviente a la utilización de
figuras de barro.

El belén se ha convertido en una tradición esencial en todos los hogares católicos, pues
representa el misterio del nacimiento de Cristo, podemos decir que es el símbolo de la Navidad.

FIGURAS DEL NACIMIENTO Y SU SIGNIFICADO

Las figuras esenciales en el belén son la Virgen, San José y El Niño Jesús y junto a ellos la vaca y
el buey (animales del pesebre), Este conjunto se conoce como "el Santo Misterio". Según el
tamaño del belén, iremos introduciendo otras figuras como: los Reyes Magos, los pastores, la
casa de Herodes, animales, puentes, ríos, etc. Algunos belenes están tan bien hechos y
elaborados que llegan a ser auténticas obras de arte, premiandose en numerosas ciudades.

Portal
Representa sencillez y humildad

José
Hombre que inspira obediencia y fortaleza

María
Representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa

El niño Jesús
Rey de Reyes, guía espiritual, que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al
mundo.

Buey
Su misión era mantener caliente con su aliento, la cuna del niño Jesús. Sirve como ejemplo a los
hombres, para que mantengan en sus hogares un ambiente cálido y amoroso.

Burro
Animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue el elegido para acompañar a María y
estar en el pesebre.

El ángel
Simboliza la bondad, el amor y la misericordia.

Reyes Magos
A través de sus obsequios (oro, incienso y mirra), le muestran a Jesús su naturaleza real, divina,
asi como su sufrimiento y muerte.
Melchor: Es el más mayor de los tres. Se le representa como un anciano de pelo largo y barba
blanca, lleva un cofre de oro que ofreció a Jesús como señal de su realeza.

Gaspar: Es el más joven de ellos, moreno y con barba oscura. Le regaló incienso que simboliza
la naturaleza divina de Jesús.

Baltasar: De raza negra. Normalmente aparece sin barba, aunque también podemos encontrarlo
con ella. Su regalo fue mirra como muestra de que Jesús era un hombre que sufriría y moriría.

Diablo
Representa los siete pecados capitales

Ermitaño
Es la oración en un encuentro con Dios en solitario en este tiempo de Navidad.

Pastores
Representan la humildad, sencillez, servicio, ayuda y alegría de los humanos que cuidan con
amor a su rebaño.

Ovejas
Significan obediencia y docilidad, inspiran confianza.

Musgo
Hierba que deja pisarse por todos los pies, sin importar su clase o posición.

Estrella
Renovación. Representa la luz inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos
esperanza

El árbol de Navidad
El árbol de Navidad tiene un origen germano que data del siglo XVII. Normalmente, se decora
un abeto o un pino porque simbolizan la vida eterna al tratarse de árboles de hoja perenne. El
árbol de Navidad es el centro de la mayoría de las celebraciones de estas fiestas, en casi todas
las casas, ciudades o grandes establecimientos encontramos un adornado árbol de Navidad. Se
decora con elementos navideños como bolas, luces, estrellas, campanas y lazos. Al pie del árbol
suele colocarse regalos, en recuerdo de los regalos que los Reyes Magos llevaron a Jesús cuando
nació.

El muérdago
Es muy habitual en algunos países poner ramas de muérdago en las puertas y ventanas, esta
tradición viene del siglo XIX, por aquel entonces, en Francia e Inglaterra, los mendigos pedían
limosna por Pascua con hojas de muérdago en la mano. Esta planta se considera símbolo de
buena suerte.
LA CORONA DE ADVIENTO

La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad.

ORIGEN:
La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos
(Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y
encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de
adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la
cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino
para hacer todas las cosas nuevas.

NUEVA REALIDAD:
Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el
que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que
prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros,
unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede
ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el
adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía
expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá
con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas
son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada
domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa
corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace
una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las
misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de
la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante
es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz
del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

LA CORONA DE ADVIENTO ENCIERRA VARIOS SIMBOLISMOS:

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno,
sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia,
el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante
en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y
lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una
esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las
tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada
vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la
corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración
en familia.

significado de la vela morada

La vela morada es la primera en encenderse, es decir, es la que encenderías el primer domingo


de diciembre. Con esta vela morada estaríamos mostrando nuestro arrepentimiento y
solicitando el perdón.

Significado de la vela amarilla (vela sustituta)


La vela amarilla también se encendería el primer domingo y se suele hacer en sustitución de la
vela morada.
Con esta vela amarilla estaríamos confirmando nuestra fe en Cristo Nuestro Señor.

significado de las velas verdes


La vela verde se encendería el segundo domingo de Adviento y significa la esperanza y al igual
que las ramas que se utilizan para crear la corona representan la vida eterna.
La vela verde puede ser sustituida por una vela de color azul celeste, con la que estaríamos
aceptando la justicia de Dios.

significado de las velas rosa


La vela rosa será encendida el tercer domingo del mes y con ella estaríamos simbolizando la
alegría que sentimos por la llegada de Cristo.

Significado de la vela roja


La vela roja sería encendida en último lugar y con ella representamos y confirmamos nuestro
amor incondicional a Dios Nuestro Señor y él a nosotros.

Significado de la vela blanca

La vela blanca se enciende el día 25 de diciembre y como hemos comentado se colocaría en el


centro de la corona.
Con esta vela, que simboliza la pureza, estaríamos representando la llegada y presencia de
Jesucristo, al que estaríamos dando la bienvenida.

Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén con
Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo, pero recibieron también la promesa del Salvador
Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

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