Está en la página 1de 2

Érase una vez en un mundo de temática de fantasía medieval

con tecnología futurista -Muy específico lo sé-, donde había una


joven tecnobruja, capaz de combinar la tecnología con un poder
ancestral, era la única en todo el mundo capaz de crearla y
replicarla, pero, vivía recluida en lo más profundo de un bosque,
solo creaba tecnología mágica para ella misma.
Muchos reyes estaban interesados en buscarla y usar su poder,
como no, para armas, en ese momento, estaba creciendo el
conflicto entre varios reinos, y uno, sumido en una guerra civil,
era de los pocos donde humanos y seres mágicos aun
mantenían la paz, aunque eso se estaba empezando a
desestructurar. La líder de las hadas quería independizarse
junto con los goléms elementales, mientras que el rey de ese
momento buscaba mantenerlos en su territorio, el resto de las
criaturas mágicas se mantenían neutras.
Había una joven llamada Amara, mestiza, hija de un guerrero
hada y una humana de la nobleza, ella había nacido justo
después de que el rey prohibiese las relaciones entre seres
mágicos y humanos. La noble trato de ocultar la magia de su
hija, incluso su hija misma desconocía que tenía ese poder, su
madre lo logro ocultar muy bien, hasta que si hija cumplió los
dieciséis años.
Pero, volvamos a la tecnobruja; ella vivía en una pequeña
cabaña, en el Bosque Rocoso, llamado así por la corteza de sus
árboles, tan dura como una roca, justamente porque el bosque
estaba habitado por goléms de tierra, población del mismo
reino donde empezó el conflicto humano-mágico. Ella uso su
poder y tecnología para refugiar a seres mágicos neutrales al
conflicto y aumentar el poder mágico del bosque y esconderse
mucho más profundo en el bosque.

Regresando a Amara

También podría gustarte