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Marvin Harris
Antropología
cultural
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El libro de bolsillo
Antropología
Alianza Editorial
TtTULO ORIGINAL: Cultural Anthropology, 2nd edition
Para el profesor
Esta obra ha sido publicada por Harper
&Row,Inc.
TRADUCCJON: Vicente Bordoyy Francisco Revuelta
REVIStON TEcNICA: Honorio M. Velasco
los niños que varían ampliamente según las sociedades. En periencias horno o heterosexuales propias, las restricciones
muchas culturas, por ejemplo. las criaturas están constreñidas que pesan sobre el incesto, el tipo de amenaza y castigo emplea-
por vendajes que los envuelven o tablas que inmovilizan sus dos contra las prácticas sexuales prohibidas por la cultura
extremidades. En otras partes, se fomenta la libertad de movi- (Weisnery Gilmore, 1977).
miento. Asimismo, la lactancia puede ser a petición de la cria- La Figura 14.1 representa una teoría de cómo estas prác-
tura, al primer grito de hambre, o a intervalos regulares, cuan- ticas de educación infantil pueden estar relacionadas con la
do conviene a la madre. La lactancia del pecho de la madre personalidad y otros aspectos de la cultura. Las variables bási-
puede durar sólo unos meses, varios años o nada en absoluto. cas que influyen en las pautas de crianza de los niños están, a
Asimismo las criaturas pueden recibir alimentos suplementa- su vez, influidas por la naturaleza de las instituciones domésti-
rios desde las primeras semanas, que las madres les meten en cas' sociales, políticas y económicas. Por su parte, éstas se ven
la boca premasticados, con los que incluso juguetean las cria- afectadas por el ecosistema. Las prácticas de crianza de los ni-
turas; pero también se puede prescindir de ellos. ños están constreñidas por la necesidad de satisfacer algunas
El destete puede producirse bruscamente, como cuando se urgencias, pulsiones y capacidades universales bíológicamen-
untan los pezones de la madre con sustancias amargas; y pue- te determinadas que todas las criaturas humanas comparten
de estar o no asociado al nacimiento de otro niño. En algunas (por ejemplo, impulsos orales, anales y genitales). La interac-
culturas, las criaturas se mantienen en contacto con la piel de ción entre las prácticas de crianza de los niños y estas ne-
la madre y son transportadas adondequiera que ésta vaya; en cesidades, pulsiones y capacidades biológicas moldea su
otras se puede dejar a los niños al cuidado de parientes. En al- personalidad y ésta se expresa, a su vez, en instituciones «se-
gunas culturas, grandes grupos de niños y adultos miman, cundarias»; esto es, aproximadamente lo que se ha venido lla-
abrazan, besan y se deshacen en atenciones con las criaturas. mando «superestructura» a lo largo del libro.
En otros casos, se las mantiene relativamente aisladas y rara
vez se las toca.
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El adiestramiento en el aseo puede empezar bien a los seis,
bien a los veinticuatro meses; el modo de adiestramiento pue- Emk>gí. ~ SUIt.......d. """'''.im",'''O ~Campor '," MIO odullo
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de conllevar muchas técnicas diferentes, algunas basadas en E.. ",,,,",. social T d<.""'Klio
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intensas formas de castigo, vergüenza y ridículo, otras en la Ac'''idado,. _l<
Suecos: alegres, charlatanes, jactanciosos. más complejos son los criterios empleados para definir la per-
Sajones: disimuladores, hipócritas, testarudos. sonalidad básica, mayor es la probabilidad de que el tipo de
Españoles: desdeñosos, precavidos, voraces. personalidad modal se halle en relativamente pocos indivi-
Belgas: buenos jinetes. cariñosos, dóciles, delicados. duos. Anthony Wallace (1952) empleó 21 dimensiones para
definir la personalidad básica entre los iroqueses y descubrió
Las modernas versiones eruditas de la estructura de la perso- que el tipo modal sólo era compartido por e13? por ciento de
nalidad básica utilizan conceptos psicológicos más sofistica- la muestra total.
dos, la mayoría de los cuales deben algo al influjo de Sigmund
Freud y del psicoanálisis.
El concepto de personalidad básica no debe oscurecer el he- El Edipo y la personalidad
cho de la gran variedad de personalidades que existen en cada
sociedad, tanto mayor cuanto más compleja, poblada yestra- Según Preud, un conflicto traumático, universal e inevitable se
tificada sea aquélla. En todas las sociedades hay muchos indi- produce durante los años que preceden a la pubertad. Este
viduos cuyas personalidades se desvían ampliamente de la conflicto se llama el conflicto edípico y tiene su origen en ri-
moda estadística (tipo más frecuente), y la variedad de perso- validades y celos sexuales biológicamente determinados den-
nalidades individuales produce extensos solapamientos entre tro de la familia nuclear. Esta teoría sigue siendo muy contro-
distintas culturas. Por ejemplo, ciertamente no sería incorrec- vertida.
to caracterizar el tipo básico de personalidad masculina de los Según Freud, los primeros sentimientos sexuales que se
indios de las Llanuras como agresivo, independiente y valien- despiertan en los muchachos jóvenes se dirigen primero hacia
te. Sin embargo, se sabe por la institución llamada berdache su madre, pero al descubrir que su madre es el objeto sexual
que siempre había algunos jóvenes desadaptados temperal- del padre, el niño entra en competencia con él para dominar
mentalmente al rol masculino. Éstos entonces vestían atuendo sexualmente a la misma mujer. El padre, aunque proporciona
femenino y realizaban funciones domésticas y sexuales feme- protección, también impone una disciplina severa, reprimien-
ninas, combinando de este modo atributos tanto de uno como do el intento de su hijo de expresar el amor sexual a su madre.
de otro sexo, y eran aceptados como un tercero (Callender y El hijo se frustra profundamente e imagina que es 10suficien-
Kochems, 1983). temente fuerte como para matar a su padre. Estos celos y hos-
En realidad, se sabe muy poco sobre la variancia de la per- tilidad bullentes suscitan temor y culpabilidad en el niño: te-
sonalidad en diferentes sociedades. No obstante, es cierto que mor, porque el padre, de hecho o en la imaginación, amenaza
las poblaciones complejas de nivel estatal integradas por mi- con cortarle el pene y los testículos; y culpabilidad, porque el
llones de personas exhiben una enorme variedad de tipos. Ja- padre no sólo es odiado sino también amado. Para resolver
pón, por ejemplo, parece a primera vista que posee un carácter con éxito este conflicto, el niño debe volver a canalizar su se-
nacional homogéneo que lleva a los individuos a adoptar una xualidad hacia otras hembras y aprender a vencer su miedo y
subordinación incondicional ante el consenso del grupo y a expresar su hostilidad de modo constructivo.
inhibirse de cualquier enfrentamiento con la autoridad. Esto Para la niña, Freud concibió un trauma paralelo pero radi-
es un estereotipo erróneo, pues muchos japoneses son alta- calmente diferente. La sexualidad de una niña se dirige inicial-
mente individualistas y se sitúan en clara oposición a las nor- mente hacia su madre. Pero en la fase fálica, la niña hace un
mas tradicionales (Sugimoto y Mouer, 1983). Además, cuanto descubrimiento decisivo: carece de pene. Culpa a su madre de