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“La preocupación por el hombre y su seguridad siempre debe ser el interés principal de todos
los esfuerzos”
La Inseguridad Ciudadana es un fenómeno que afecta a la población desde tiempos de
antaño y que ha ido evolucionando atreves del tiempo adaptándose a los cambios
económicos, políticos, sociales e inclusive tecnológicos.
Por ejemplo en el Perú existe un alto índice de inseguridad ciudadana se puede
evidenciar múltiples actos delictivos en la sociedad , cerca del 80% de la población siente
inseguridad frente a la posibilidad de algún hecho delictivo o evento en contra de su
integridad física o moral esto según una encuesta realizada por el Instituto de Estudios
Peruanos, pero también se estima que solo del 25% de los delitos que se realizan en el Perú
son denunciados ,esto nos lleva a interpretar 2 cosas que la población no confía en la
efectividad de los organismos de defensa publica o que sencillamente la sociedad se
encuentra sumida en un alto grado de informalidad hasta el punto de no reclamar por las
injusticias que afectan a otras personas o hasta sí mismas, el enfoque que tratará de darle mi
equipo a esta investigación es tratar de comprender como nos afecta la inseguridad ciudadana
cuales son los distintas consecuencias que pueden traer al desarrollo de la población , que es
lo que genera la inseguridad cuales es su origen o los principales motivos que llevan a que se
den los delitos o incidencias en las distintas comunidades , como se evidencia en nuestra
realidad nacional cuales son los tipos de inseguridad que suelen darse en el Perú , encontrar
datos estadísticos que ayuden a fundamentar nuestras postulaciones y una conclusión que
resuma toda nuestra investigación y aporte con conocimientos generados por todo lo
explorado.
Según la última encuesta nacional de El Comercio hecha por Ipsos Perú, el 42% de los
peruanos cree que la principal causa de inseguridad es la ineficiencia y la corrupción del
sistema judicial. La falta de valores y principios está a la par (42%). Les siguen la carencia de
leyes adecuadas (39%) y la ineficiencia y la corrupción policial (37%).
La inseguridad ciudadana es un problema complejo que puede tener diversas causas en el
contexto específico de cada país, incluido el Perú. Algunas de las posibles causas de la
inseguridad ciudadana en el Perú pueden ser:
Desigualdad económica y Desempleo:
La falta de oportunidades económicas y la pobreza pueden empujar a algunas personas hacia
actividades delictivas como una forma de supervivencia.
No podemos negar que el crecimiento económico de los últimos años ha beneficiado a todos
los peruanos. Sin embargo, dicho crecimiento también ha incrementado la desigualdad, como
lo podemos constatar con el índice GINI, en el cual Perú tiene 44.7 versus, por ejemplo,
Suecia, que tiene 27.3. Esta desigualdad ha venido acompañada de un cambio paralelo.
Estamos pasando de ser una sociedad basada en valores familiares, a una sociedad donde el
principal valor es el éxito económico. Experimentados crecimientos importantes de su
economía, como por ejemplo la India y China.
Una sociedad donde prima la desigualdad y donde el valor primordial es el éxito económico
es el perfecto caldo de cultivo para el crecimiento de la violencia. Muchas personas prefieren
el camino fácil de la delincuencia como un vehículo para lograr el tan ansiado “éxito”. Un
caso emblemático es el de Gerald Oropeza, un auténtico antihéroe. Sorprende comprobar
cómo esta violencia no está únicamente orientada a las personas más acomodadas de la
sociedad: a diario vemos cómo empresarios y emprendedores de barrios populares son
asaltados, extorsionados o asesinados.
Corrupción y Problemas en el sistema judicial:
La corrupción en las instituciones gubernamentales y en las fuerzas de seguridad debilita la
capacidad del Estado para combatir la delincuencia y genera una gran desconfianza de la
población hacia las instituciones.
Así también la lentitud en el sistema actual judicial puede llevar a la impunidad de
delincuentes a la hora de enfrentar cargos, desmotivando a las personas para que respeten la
ley y contribuyendo a un ciclo continuo de delincuencia.
¿Por qué los peruanos no confían en sus autoridades? Para el ex ministro del Interior y actual
presidente de Pro Ética, Walter Albán. Según Albán, el control interno que tienen el Poder
Judicial, el Ministerio Público y la policía no es eficiente al momento de evaluar el trabajo de
los funcionarios.
La corrupción facilita el crecimiento de organizaciones criminales al permitir que operen sin
restricciones. La complicidad de funcionarios corruptos puede proporcionar cobertura y
protección a estas organizaciones, permitiéndoles expandir sus actividades delictivas.
También la corrupción puede resultar en una aplicación selectiva de la ley, donde ciertos
individuos o grupos reciben trato preferencial mientras otros son perseguidos de manera más
rigurosa. Esto contribuye a la percepción de injusticia y puede impulsar a algunas personas
hacia la delincuencia.
La falta de transparencia en el sistema judicial puede contribuir a la percepción de que las
decisiones judiciales son arbitrarias. La falta de claridad en los procesos judiciales puede
aumentar la desconfianza en la capacidad del sistema para administrar justicia de manera
justa y equitativa.
Falta de acceso a la educación y Cultura de la Violencia:
La falta de acceso a una educación de calidad puede limitar las oportunidades de empleo y
contribuir a la marginalización social, lo que puede alimentar la criminalidad.
La educación es una herramienta clave para la prevención del crimen al proporcionar a las
personas alternativas constructivas y una comprensión de las consecuencias de sus acciones.
Una población educada es menos propensa a participar en comportamientos delictivos.
La falta de acceso a la educación a menudo conduce a la falta de oportunidades laborales y,
por ende, a la pobreza, las comunidades empobrecidas son más propensas a la inseguridad
debido a la competencia por recursos limitados.
La educación no solo proporciona conocimientos académicos, sino que también contribuye al
desarrollo de habilidades sociales, como la resolución de conflictos y la empatía, la educación
es un factor clave para prevenir la violencia y promover una cultura de paz. A través de la
educación, se pueden transmitir valores de respeto, tolerancia, igualdad y solución pacífica de
conflictos. Cuando las personas no tienen acceso a una educación que promueva estos
valores, se dificulta la construcción de una sociedad segura y pacífica, entornos donde la
violencia está arraigada en la cultura, la educación puede ser vista como menos prioritaria, y
la resolución de conflictos a menudo se busca a través de medios violentos, además la
exposición constante a la violencia puede desensibilizar a las personas, normalizando
comportamientos agresivos.
La exposición a la violencia política en la infancia puede tener efectos duraderos,
contribuyendo a un ciclo de violencia generacional, con esto las generaciones afectadas
pueden adoptar actitudes más propensas a la violencia como una respuesta a los traumas
pasados.
Violencia política pasada y migración:
Después de períodos de violencia política, las sociedades a menudo quedan con cicatrices
emocionales y físicas, la falta de reconciliación y justicia puede alimentar resentimientos y
tensiones, contribuyendo a la inseguridad ciudadana.
En algunos casos, después de la violencia política, pueden persistir grupos armados que
operan fuera del control del Estado, estos grupos contribuyen a la inseguridad ciudadana al
participar en actividades criminales y desafiar la autoridad del gobierno.
La migración forzada puede tener un impacto económico significativo tanto en los lugares de
origen como en los destinos. las comunidades empobrecidas pueden volverse más propensas
a la inseguridad debido a la falta de recursos y oportunidades.
Los flujos migratorios pueden plantear desafíos para la integración de nuevas poblaciones en
las comunidades receptoras, la falta de integración puede contribuir a la formación de guetos
y tensiones interculturales que alimentan la inseguridad.
La migración masiva puede ejercer presión sobre los recursos locales, como empleo, vivienda
y servicios públicos, Esta competencia por recursos limitados puede dar lugar a tensiones y
conflictos, contribuyendo a la inseguridad.
Comisión económica para América latina y el caribe, articulo llamado "La inseguridad
Ciudadana en el Perú" publicado en 2005.
Causas:
Desempleo y pobreza.
La falta de oportunidades económicas empuja a algunas personas a sobrevivir del
robo, allanamiento, saqueos, entre otras actividades delictivas.
Desigualdad socioeconómica.
La brecha entre ricos y pobres puede generar tensión y descontento, contribuyendo a
la delincuencia.
EFECTOS:
Desarrollo económico:
Según Smith (2015) dice: “La falta de seguridad afecta directamente al desarrollo
económico de una comunidad […]”. Estoy de acuerdo con el autor, al darnos a
conocer que la inseguridad se encuentra relacionada con el desarrollo económico, no
solo por el mayor gasto que puede realizar los ciudadanos para protegerse de la
delincuencia, sino por cambios en el comportamiento de consumo y la reducción de
inversión y productividad de nuestra nación.
Salud Mental:
Según García (2018) dice: “La exposición continua a situaciones de inseguridad
puede tener consecuencias significativas para la salud mental de los ciudadanos,
generando estrés, ansiedad y trastornos”. Estoy totalmente de acuerdo con él autor, al
recalcar que la inseguridad ciudadana hace que tengamos mala calidad sueño,
mayores estados de ansiedad, irritabilidad, pérdida de confianza en el entorno ante la
posibilidad de convertirnos en las nuevas víctimas, viviendo en total incertidumbre.
Desconfianza Social:
Según Martínez (2016) dio a conocer: “La inseguridad contribuye a la desconfianza
social, debilitando los lazos comunitarios y generando una sociedad más fragmentada
[…]”. Concuerdo con el autor y nos podemos dar cuenta al conocer los altos niveles
de inseguridad que hay en el país, de esta manera generando aislamiento entre las
personas, dejando de realizar sus actividades cotidianas, e incluso presentar casos de
ansiedad y depresión en los ciudadanos.
Desmotivación Ciudadana:
Según Sánchez (2017) dice: “La percepción constante de inseguridad puede
desmotivar a los ciudadanos para participar activamente en la vida pública,
reduciendo su participación en actividades comunitarias y cívicas”. Concuerdo con la
opinión del autor, y esto lo podemos apreciar, ya que, la población deja de participar
en las elecciones, dado a que piensan y se da cuenta que las autoridades no toman
ninguna acción para bajar los índices de inseguridad, de esta manera la población la
sociedad pierde confianza y optaría por protegerse por sí misma.
DATOS ESTADÍSTICOS:
Para referirnos a inseguridad ciudadana, la mayoría de gente piensa que solo se trata
de robos y hurtos, cosa que no es así.
Las estadísticas de la criminalidad revelan que el país mantiene como una
problemática importante la inseguridad ciudadana, la cual afecta el derecho que todo
individuo tiene a la vida, a la libertad y a la seguridad. La criminalidad está constituida por
los delitos denunciados ante las autoridades policiales y se expresa en diversas modalidades.
Por ello, es importante analizar los diferentes aspectos circundantes de la delincuencia y
criminalidad, con la finalidad de conocer la incidencia, características y las zonas geográficas
donde se genera esta situación de violencia.
De acuerdo con el último informe técnico del Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI), en el período noviembre 2022-abril 2023, la tasa de criminalidad a nivel
nacional alcanzó a un 25% de la población a nivel nacional, lo que reflejó un aumento de 3.9
puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior (21.1%). En
relación con los actos criminales, destaca el robo de dinero, carteras o teléfonos móviles, que
afectó a aproximadamente 12 de cada 100 ciudadanos durante el período de análisis.
Asimismo, se encuentran otros delitos como el intento de robo de pertenencias (5.4%), la
estafa (4.4%), las amenazas e intimidaciones (2%) y el robo de vehículos (1.7%)
Ahora centrados más en otro plano, en el último informe sobre estadísticas de
seguridad ciudadana para el periodo setiembre 2022-febrero 2023, la proporción de la
población urbana de 15 años o más víctima de algún hecho delictivo fue del 23.2%, 0.7
puntos porcentuales (pp) mayor al periodo julio 2022-diciembre 2022 y 3.3 pp por encima del
mismo periodo de 2021. Cabe mencionar que dicho resultado se encuentra 6.4 pp por encima
del resultado más bajo registrado durante el periodo de pandemia, en el periodo marzo 2021-
agosto 2021.
Es importante resaltar que, para la población nacional urbana, los jóvenes entre 15 a
29 años son el grupo etario más afectado por la delincuencia, con un 26.9% de ellos que
reportaron haber sido víctimas durante 2022. Luego se sitúan los adultos entre 30 y 49 años,
con una incidencia del 25.4%, mientras que en los adultos entre 50 y 59 años fue del 22.1%.
Los adultos mayores, de 60 años a más, fueron los menos afectados, con el 11.9%.
De acuerdo con el INEI, la gran mayoría de denuncias corresponde a delitos contra el
patrimonio (es decir, robos, estafas, entre otras modalidades), las cuales representaron el
66.4% del total durante los últimos meses del 2022. Entre los departamentos más afectados
figuraron Ucayali, con el 76.7% de los delitos concentrados en este rubro, seguido por Lima
Metropolitana y Piura, ambos con 74.1%.
CONCLUSIÓN:
- Los delitos más comunes que afectan a los ciudadanos son el robo de dinero, carteras
o teléfonos móviles, que afectó a aproximadamente 12 de cada 100 ciudadanos
durante el período de análisis. Asimismo, se encuentran otros delitos como el intento
de robo de pertenencias (5.4%), la estafa (4.4%), las amenazas e intimidaciones (2%)
y el robo de vehículos (1.7%).
- La población deja de participar en las elecciones, dado a que piensan y se dan cuenta
de que las autoridades no toman ninguna acción para bajar los índices de inseguridad,
de esta manera la población pierde confianza y optaría por protegerse por sí misma.
- Las soluciones efectivas deben ser integrales y abordar tanto los factores inmediatos
que contribuyen a la inseguridad como las condiciones ocultas que la propagan.
Además, tratar este problema requiere enfoques integrales que consideren no solo
medidas de seguridad, sino también iniciativas que fortalezcan la comunidad,
fomentando la participación ciudadana y promoviendo un entorno ideal para el
desarrollo sostenible y equilibrado.