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~ ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO ~

FIESTA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

«Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has


revelado todo esto a los pequeños y lo has ocultado a los sabios y
a los astutos».
San Francisco Tlalcilalcalpan

Pastoral Litúrgica

Nomenclatura:

1. G.: Guía
2. M.: Monitor/a
3. A.: Asamblea
4. C.: Coro
5. L.: Lector/a
6. S.: Salmista

Ambientación: Entre otras cosas, se puede adornar el espacio con símbolos relativos a la
creación, así como con otros que sean referentes a la figura de san Francisco.

1. Exposición del Santísimo con canto

2. G.: Dios nos llama no a vivir para nosotros mismos, sino a vivir en su Amor
mediante el servicio al prójimo. Éste es el testimonio de Jesús Eucaristía que se
hace presente cada vez que nos reunimos como comunidad para celebrar nuestra
vocación a la comunión. Éste es también el testimonio de san Francisco de Asís, que
lo dejó todo para hacer de la humildad en la pobreza su estilo de vida. Para tener el
valor de vivir según este testimonio, traigamos a la memoria, a través de un canto, el
Espíritu Santo que recibimos en nuestro bautismo y que nos habita e inspira a
diario.

3. Canto de invocación al Espíritu Santo

4. [Introducción a la palabra] M.: En la humildad, Dios nos invita a ser instrumentos


de su paz, tal como lo fue san Francisco de Asís. Escuchemos, pues, con atención
las palabras que nos dirige Jesús en el Evangelio para poder acercarnos a Dios con
un corazón sencillo. Nos ponemos de pie.

5. L2. Del santo Evangelio según san Mateo: 11,25-30

En aquel instante, Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque has revelado todo esto a los pequeños y lo has ocultado a los sabios
y a los astutos. ¡Sí, Padre, tú lo has querido así! Mi Padre me entregó todas las
cosas, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los cansados y abrumados por cargas, y yo los haré
descansar. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y
humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus vidas, pues mi yugo es
suave y mi carga, ligera».

6. Canto sobre san Francisco (Durante el canto, alguien entra en procesión con la
imagen de san Francisco de Asís).
San Francisco Tlalcilalcalpan

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7. G. Jesús, el Hijo de Dios, quiso revelarse en la humildad de la Casa de Nazaret,


pero también a los humildes, es decir, a aquellas personas que eran capaces de
acogerlo en su pobreza sin escandalizarse. Porque solo quienes no tienen en quien
poner su esperanza pueden abandonarse totalmente en las manos de Jesús. Así,
pues, en el pasaje de Mateo que hemos escuchado, luego de alabar a Dios, su Padre,
y de declarar que al Hijo le ha sido entregado todo, Jesús invita: «Vengan a mí
todos los cansados y abrumados por cargas, y yo los haré descansar». Ésta es
precisamente la invitación que recibió y aceptó en su momento san Francisco de
Asís, el cual, dándose cuenta de lo vanas que son las cosas del mundo, eligió la
pobreza del Reino de Dios y vivió enteramente el resto de sus años consagrado a
Dios y dedicado a la evangelización. Consciente él de su propia pobreza, se dejó
guiar por el Espíritu Santo, maravillado siempre de las obras asombrosas de Dios en
la creación. Tomemos un momento de silencio y oración personal para preguntarnos
si estamos viviendo o deseamos vivir esta espiritualidad.

8. Silencio (2-3 minutos)

9. Canto

10. M. ¡Loado seas, mi Señor! Éste el himno de san Francisco. Éste es el himno en el
que unimos nuestras voces para cantar al nombre de Dios por sus maravillas. Éste es
el himno que oramos para crecer en la responsabilidad sobre el cuidado de la
creación. Nos ponemos de pie.

11. Laudato si’. (Nota: El salmo es proclamado por un/a solista, mientras que la
asamblea participa a través del estribillo.)

C1. Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,


tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición
y nunca es digno el ser humano de hacer de ti mención.

C2. Loado seas por toda criatura, mi Señor,


y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

C1. Y por la hermana luna, de blanca luz menor,


y las estrellas claras que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

C2. Y por la hermana agua, preciosa en su candor,


que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
San Francisco Tlalcilalcalpan

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Por el hermano fuego, que alumbra al irse al sol


y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!

C1. Y por la hermana tierra, que es toda bendición,


la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

C2. Y por los que perdonan y aguantan por tu amor


los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

C1. Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!


Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

C2. ¡No probarán la muerte de la condenación!


Sírvanle con ternura y humilde corazón.
Agradezcan sus dones, canten su creación.
Las criaturas todas, alaben a mi Señor.
Amén.

12. Canto sobre la creación o de alabanza

13. Meditación I sobre san Francisco de Asís (Papa Benedicto XVI)


L3. Volvamos a la vida de san Francisco. Puesto que su padre Bernardone le
reprochaba su excesiva generosidad con los pobres, Francisco, ante el obispo de
Asís, con un gesto simbólico se despojó de sus vestidos, indicando así que
renunciaba a la herencia paterna: como en el momento de la creación, Francisco no
tiene nada más que la vida que Dios le ha dado, a cuyas manos se entrega. [Vale la
pena preguntarse si queremos que nuestra vida sea una ofrenda agradable a Dios.]

14. Canto vocacional

15. Meditación II sobre san Francisco de Asís (Papa Benedicto XVI)


Del amor a Cristo nace el amor hacia las personas y también hacia todas las
criaturas de Dios. Éste es otro rasgo característico de la espiritualidad de Francisco:
el sentido de la fraternidad universal y el amor a la creación, que le inspiró el
célebre Cántico de las creaturas. Es un mensaje muy actual. […], sólo es sostenible
un desarrollo que respete la creación y que no perjudique el medio ambiente, […]
también la construcción de una paz sólida está vinculada al respeto de la creación.
Francisco nos recuerda que en la creación se despliega la sabiduría y la
benevolencia del Creador. Él entiende la naturaleza como un lenguaje en el que
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Dios habla con nosotros, en el que la realidad se vuelve transparente y podemos


hablar de Dios y con Dios. [Agreguemos, entonces, en nuestra oración, la intención
de ser guardianes responsables de la creación de Dios.]

16. Canto de adoración

17. Oración. Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: donde haya odio, ponga yo
amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo
armonía; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde
haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde
haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que no busque: ser consolado, sino consolar; ser comprendido,
sino comprender; ser amado, sino amar. Pues; dando…, se recibe; olvidando…, se
encuentra; perdonando…, se es perdonado; muriendo…, se resucita a la Vida
Eterna.

18. Silencio (2-3 minutos)

19. Canto

20. Oración universal


G. Glorifiquemos a Cristo, que, por su muerte y resurrección, edificó su Iglesia y
nos ha llamado a su seguimiento por medio de Francisco, y supliquemos
humildemente diciendo:

A. Consérvanos, Señor, en tu santo servicio.

L. Tú que viniste a evangelizar a los pobres, enséñanos a propagar tu reino de


palabra y obra, y a instaurarlo con valentía entre los pueblos. Oremos. A.

L. Tú, que eres luz de los pueblos y maestro de santidad, haz que permanezcamos
firmes en la fe verdadera, para que proclamemos tu nombre en todo el mundo.
Oremos. A.

L. Tú, que diste el mandamiento nuevo de que nos amáramos unos a otros,
concédenos trabajar por el bien de todas las personas. Oremos. A.

L. Tú, que elegiste a tu siervo Francisco para que te siguiera por el camino de la
humildad y la pobreza, danos un corazón humilde y solidario con los pobres y
excluidos de la sociedad. Oremos. A.

L. Tú que hiciste de Francisco hermano de toda la creación, haz que nuestra vida
sea un canto de alabanza a ti por las obras de tus manos. Oremos. A.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.


San Francisco Tlalcilalcalpan

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G. Ahora, como hijas e hijos del mismo Dios, oramos con un corazón sencillo
mediante las palabras que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…

21. Canto de bendición

22. Bendición

23. Letanías de adoración


G. Bendito sea Dios. A.
G. Bendito sea su Santo Nombre. A.
G. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. A.
G. Bendito sea el Nombre de Jesús. A.
G. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. A.
G. Bendita sea su Preciosísima sangre. A.
G. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. A.
G. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. A.
G. Bendita sea la Incomparable Madre de Dios, María Santísima. A.
G. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. A.
G. Bendita sea su gloriosa Asunción. A.
G. Bendito sea San José su casto esposo. A.
G. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. A.

24. Oración: [G.] Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial
de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de
tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto
de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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