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COMUNIDAD FRANCISCANA

NOVICIADO SAN LUIS OBISPO


ESQUEMA DE ADORACION AL SANTISIMO

TEMA: LA VOCACIÓN

1. Monición
Hermanos, Dios a través de la historia se manifiesta de una y de otra forma,
llamado a hombres y mujeres a seguirlo para que lo anuncien, para ser testigos
de su amor y misericordia, por eso la experiencia vivida originalmente por
Francisco y sus primeros hermanos y hermanas dio origen casi
inmediatamente a una Orden religiosa masculina (la Orden de los Hermanos
Menores), a una Orden monástica femenina (Clara y sus hermanas que,
después de su muerte, se llamarían Clarisas) y a una Orden formada por laicos
que, viviendo en sus propias familias, en su trabajo, en sus compromisos
sociales, políticos y religiosos, dieron testimonio de un compromiso cristiano
franciscano (Orden Franciscana Seglar), elevemos un acción de gracias para
que siga enviando obreros a su mies, para que sigan a Cristo a la manera de
Francisco.

2. Exposición del Santísimo Sacramento

Canto

3. Oración Franciscana: Alabanzas que se han de decir en todas las


Horas [AlHor]
1
Santo, santo, santo Señor Dios omnipotente, el que es y el que era y el que ha de
venir (cf. Ap 4,8):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
2
Digno eres, Señor Dios nuestro, de recibir la alabanza, la gloria y el honor y la
bendición (cf. Ap 4,11):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
3
Digno es el cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la divinidad y la
sabiduría y la fortaleza y el honor y la gloria y la bendición (Ap 5,12):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
4
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
5
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor (Dan 3,57):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
6
Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que teméis a Dios, pequeños y
grandes (cf. Ap 19,5):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
7
Los cielos y la tierra alábenlo a él que es glorioso (cf. Sal 68,35; Sal Rom):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
8
Y toda criatura que hay en el cielo y sobre la tierra, y las que hay debajo de la
tierra y del mar, y las que hay en él (cf. Ap 5,13):
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
9
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo:
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.
10
Como era en el principio y ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos.

11
Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien,
total bien, que eres el solo bueno (cf. Lc 18,19), a ti te ofrezcamos toda alabanza,
toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición y todos los bienes. Hágase.
Hágase. Amén.

4. Lectura del santo Evangelio según san Juan

«No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen,
y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde
no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque
donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. «La lámpara del cuerpo es el
ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo,
todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué
oscuridad habrá! Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y
amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a
Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué
comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni
cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros más que ellas?
Palabra del Señor.
Canto
Silencio
5. Lectura de la carta de San Francisco a toda la Orden

En el nombre de la suma Trinidad y de la santa Unidad, Padre e Hijo y Espíritu


Santo. Amén. 2A todos los reverendos y muy amados hermanos, a fray A., ministro
general de la religión de los Hermanos Menores, su señor, y a los demás ministros
generales que lo serán después de él, y a todos los ministros y custodios y
sacerdotes de la misma fraternidad, humildes en Cristo, y a todos los hermanos
sencillos y obedientes, primeros y últimos, 3el hermano Francisco, hombre vil y
caduco, vuestro pequeñuelo siervo, os desea salud en aquel que nos redimió
y nos lavó en su preciosísima sangre (cf. Ap 1,5); 4al oír su nombre, adoradlo con
temor y reverencia, rostro en tierra (cf. 2 Esd 8,6); su nombre es Señor
Jesucristo, Hijo del Altísimo (cf. Lc 1,32), que es bendito por los siglos (Rom 1,25).
5
Oíd, señores hijos y hermanos míos, y prestad oídos a mis palabras (Hch
2,14). 6Inclinad el oído (Is 55,3) de vuestro corazón y obedeced a la voz del Hijo de
Dios. 7Guardad en todo vuestro corazón sus mandamientos y cumplid
perfectamente sus consejos. 8Confesadlo, porque es bueno (Sal 135,1),
y ensalzadlo en vuestras obras (Tob 13,6); 9porque por esa razón os ha enviado al
mundo entero, para que de palabra y de obra deis testimonio de su voz y hagáis
saber a todos que no hay omnipotente sino él (cf. Tob 13,4). 10Perseverad en la
disciplina (Heb 12,7) y en la santa obediencia, y lo que le prometisteis con bueno y
firme propósito cumplidlo. 11Como a hijos se nos ofrece el Señor Dios (Heb 12,7).
12
Así pues, os ruego a todos vosotros, hermanos, besándoos los pies y con la
caridad que puedo, que manifestéis toda reverencia y todo honor, tanto cuanto
podáis, al santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, 13en el cual las
cosas que hay en los cielos y en la tierra han sido pacificadas y reconciliadas con
el Dios omnipotente (cf. Col 1,20).

Oídme, hermanos míos: Si la bienaventurada Virgen es de tal suerte honrada,


como es digno, porque lo llevó en su santísimo seno; si el Bautista bienaventurado
se estremeció y no se atreve a tocar la cabeza santa de Dios; si el sepulcro, en el
que yació por algún tiempo, es venerado, 22¡cuán santo, justo y digno debe ser
quien toca con sus manos, toma en su corazón y en su boca y da a los demás
para que lo tomen, al que ya no ha de morir, sino que ha de vivir eternamente y ha
sido glorificado, a quien los ángeles desean contemplar! (1 Pe 1,12).
23
Ved vuestra dignidad, hermanos sacerdotes (cf. 1 Cor 1,26), y sed santos,
porque él es santo (cf. Lev 19,2). 24Y así como el Señor Dios os ha honrado a
vosotros sobre todos por causa de este ministerio, así también vosotros, sobre
todos, amadlo, reverenciadlo y honradlo. 25Gran miseria y miserable debilidad, que
cuando lo tenéis tan presente a él en persona, vosotros os preocupéis de
cualquier otra cosa en todo el mundo. 26¡Tiemble el hombre entero, que se
estremezca el mundo entero, y que el cielo exulte, cuando sobre el altar, en las
manos del sacerdote, está Cristo, el Hijo del Dios vivo (Jn 11,27)! 27¡Oh admirable
celsitud y asombrosa condescendencia! ¡Oh humildad sublime! ¡Oh sublimidad
humilde, pues el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, de tal manera se humilla,
que por nuestra salvación se esconde bajo una pequeña forma de pan! 28Ved,
hermanos, la humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones (Sal 61,9);
humillaos también vosotros para que seáis ensalzados por él (cf. 1 Pe 5,6; Sant
4,10). 29Por consiguiente, nada de vosotros retengáis para vosotros, a fin de que
os reciba todo enteros el que se os ofrece todo entero . En alabanza de Cristo y
su siervo Francisco. Amén

Silencio

Canto

6. Preces

MONICIÓN: En este gozoso día que estamos en el marco de la novena y a portas


del día en que el Señor exaltó a su humilde siervo Francisco, presentemos con
confianza nuestras súplicas y plegarias a Dios Padre todopoderoso que escucha
las oraciones de los humildes. Diciendo.
R/ Por Intercesión de todos los santos Franciscanos, escuchemos buen Dios.
 Padre de Nuestro Señor Jesucristo que, sobre la roca de Pedro, edificaste a
tu Iglesia, concédenos amarla y servirla siempre con toda nuestra vida y
empeño pastoral.

 Bendice, Señor, a aquellos hermanos menores que sufren el dolor, la


enfermedad u otras dificultades, que tu gracia nunca no les falte y que tu
Espíritu los alivie y conforte.

 Señor, tú que fortaleces el carisma franciscano con la vida contemplativa de


nuestras hermanas clarisas, concepcionistas y terciarias franciscanas,
bendice a sus fraternidades con abundantes vocaciones.

 Padre de las misericordias, que alimentas con tu Cuerpo y tu Palabra a los


seglares franciscanos, - que sean testimonio de tu amor y luz para las
gentes en medio de nuestra sociedad.
 Que la familia francisca encuentre en tu Palabra y en tu Eucaristía, la luz
que les ilumine para que descubran su propia vocación.

 Te bendecimos a ti, Señor, que por tu santa cruz redimiste al mundo y te


pedimos que ella nos libre de todo mal y nos restituya a tu amistad.

 Aumenta en los jóvenes la fe y la voluntad para que sean prontos y


generosos en la respuesta vocacional, y fortalece a los que están en el
camino de formación franciscana, para que se consagren al servicio de
Dios y a los hermanos.

Presidente: Altísimo, omnipotente, buen Señor, escucha la voz suplicante de tus


hijos, y, pues prestos oídos a los gritos de los humildes, que podamos obtener de
tu bondad los beneficios que hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Tantum ergo
Bendición final

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