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TEMA: LA VOCACIÓN
1. Monición
Hermanos, Dios a través de la historia se manifiesta de una y de otra forma,
llamado a hombres y mujeres a seguirlo para que lo anuncien, para ser testigos
de su amor y misericordia, por eso la experiencia vivida originalmente por
Francisco y sus primeros hermanos y hermanas dio origen casi
inmediatamente a una Orden religiosa masculina (la Orden de los Hermanos
Menores), a una Orden monástica femenina (Clara y sus hermanas que,
después de su muerte, se llamarían Clarisas) y a una Orden formada por laicos
que, viviendo en sus propias familias, en su trabajo, en sus compromisos
sociales, políticos y religiosos, dieron testimonio de un compromiso cristiano
franciscano (Orden Franciscana Seglar), elevemos un acción de gracias para
que siga enviando obreros a su mies, para que sigan a Cristo a la manera de
Francisco.
Canto
11
Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien,
total bien, que eres el solo bueno (cf. Lc 18,19), a ti te ofrezcamos toda alabanza,
toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición y todos los bienes. Hágase.
Hágase. Amén.
«No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen,
y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde
no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque
donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. «La lámpara del cuerpo es el
ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo,
todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué
oscuridad habrá! Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y
amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a
Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué
comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni
cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros más que ellas?
Palabra del Señor.
Canto
Silencio
5. Lectura de la carta de San Francisco a toda la Orden
Silencio
Canto
6. Preces