Actividad 3: Jesús Crucificado y los crucificados de hoy

Propósito: Reflexiona sobre Jesús Crucificado y los crucificados de hoy.

Reza a Jesús Crucificado agradeciendo su amor y su entrega en la cruz.

¡Misterio en el Calvario,
escándalo sangriento!:
el Señor de la tierra
esclavo en un madero.
Víctima escarnecida,
misterio y sacramento:
el Señor de la gloria
entre ladrones muerto.
No me mueve, mi Dios, para quererte No me tienes que dar
el cielo que me tienes prometido; porque te quiera,
ni me mueve el infierno tan temido pues, aunque lo que espero
para dejar por eso de ofenderte. no esperara,
lo mismo que te quiero
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte te quisiera. Amen.
clavado en esa cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Tú sabes que los hombres Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera,

ignoran lo que han hecho; que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
mas tu perdón los cubre. y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
Tu sangre derramada
floreció en el desierto.

Analiza las imágenes críticamente y desarrolla las preguntas

Fuente: https://cutt.ly/q38Fqwn

Fuente:https://cutt.ly/T38J4UB Fuente:https://cutt.ly/838ZVcE

1. ¿Las imágenes reflejan la crucifixión de Jesús en la actualidad? Explica.

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2. Explica reflexivamente relacionando la condena del obispo Rolando con una frase de la oración.
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3. Comenta la segunda imagen relacionando con una frase de la oración.
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4. ¿Qué otras situaciones y actitudes expresan las crucifixiones en la vida cotidiana? Explica 4.
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5. ¿Con qué actitudes has crucificado en tu entorno familiar, personal, amical y educativo? Explica
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Lee las dos fuentes y subraya las ideas clave
Jesús Crucificado y los crucificados de hoy
En semana santa, el Triduo Pascual abarca el jueves, viernes y sábado santo. En jueves santo se reflexiona sobre dos gestos de
Jesús: el lavado de los pies como muestra de servicio y su última cena con sus discípulos. Es el día del amor, del sacerdocio e
institución de la Eucaristía. En viernes santo se recuerda la condena, pasión y muerte de Jesús donde intervienen diversos
personajes: autoridades, soldados, traidores, mujeres, personajes fieles, delincuentes y ejecutores. Es conveniente detallar la
crucifixión de Jesús.
Jesús fue crucificado por chocar con los intereses económicos y religiosos de las autoridades judías, optar por los excluidos de la
sociedad, brindar perdón a los marginados y anunciar el Reino para la gente pobre. Los sacerdotes, escribas y fariseos - autores
intelectuales - buscaron eliminarlo y se aliaron con las autoridades romanas para darle muerte en la cruz, un instrumento de tortura
más cruel. Jesús no buscó ni quiso morir en la cruz, sino amó la vida, promovió la vida en abundancia. No vino a morir en la cruz,
sino anunciar el Reino sanando a los ciegos, cojos, paralíticos, locos y lisiados, dando perdón a los pecadores, dando esperanza a
los no amados, amando los rechazados por la sociedad y religión. Jesús generó vida en abundancia con sus palabras, acciones,
gestos y signos.
Por eso, se encontró con la cruz. Aunque sabía los impactos de sus actos y la crueldad de las crucifixiones cotidianas, no renunció a
dar la vida, afrontó las consecuencias de sus decisiones: “Padre,si es posible aparta de mí esta muerte en cruz”. Demuestra
incertidumbre, confianza y abandono de su Padre, reza mientras todos sus amigos lo abandonan con lágrimas y sudor. Sin
embargo, por amor a los pobres, darles vida y fidelidad a su proyecto aceptó morir en la cruz. Siendo Dios quiso compartir la suerte
de los últimos y peores de la sociedad, nos enseñó a dar la vida por los necesitados. Su crucifixión es la evidencia más grande del
amor inmerecido de Dios hacia los pecadores y marginados.
En la crucifixión se identifican actitudes de diversos personajes. Se encuentran los cobardes que abandonan y niegan en los
momentos más duros, los traicioneros que buscan su interés personal, las autoridades que eliminan a los justos, los soldados
sanguinarios y burlones que solo cumplen las órdenes y las personas que no asumen las consecuencias de sus actos. Asimismo,
están personas que se solidarizan con el sufrimiento de Jesús, que ayudan a llevar la cruz, que reconociendo sus errores piden
perdón, que expresan su fidelidad hasta el final. Además, está su madre con su corazón hecho pedazos que acompaña y recibe a
su hijo muerto. En suma, Jesús murió en la cruz por dar vida a los rechazos de la sociedad judía y por la nuestra salvación.
Por otro lado, Jesús Crucificado sigue vigente en los nuevos crucificados de la sociedad actual. Se refleja en el grito de los pobres,
las mujeres maltratadas, el sufrimiento de los migrantes, la muerte premeditada de las personas buenas, la vida destrozada por la
delincuencia, violaciones y trata de personas. También, los crucificados de hoy son las personas que sufren discriminación, no
acceden a la educación, no tienen seguro de salud, viven con trabajo mal remunerado, las trabajadoras del hogar maltratadas y
excluidas. Además, se evidencia en las persecuciones, encarcelamientos y silenciamiento de las personas que buscan la justicia en
el entorno social, político, familiar y educativo.
En ellos, Jesús sigue crucificado, abandonado y destrozado por causas de las decisiones de las autoridades y nuestras actitudes.
Los nuevos pilatos, autoridades destructoras y pisoteadoras de los derechos y los soldados que cumplen órdenes de crucificar a las
personas se encuentran presentes. El clamor, dolor y grito de los ciudadanos prolonga la crucifixión de Jesús hoy. Sin embargo,se
encuentran los nuevos cireneos que ayudan incondicionalmente, se solidarizan con otros, alivian el sufrimiento, limpian el rostro de
los pecadores y caminan a nuestro lado en los momentos más difíciles. En nuestra vida cotidiana, podemos ser Jesús que da su
vida por los demás, ayuda, incluye y generador de vida. Podemos ser cirineos, José de Arimatea, los soldados romanos, las
autoridades judías, Pilatos y los ladrones crucificados de estos tiempos.
Fuente: Luis Torres Chavarría

La crucifixión y muerte de Jesús

Pilato, que quería librar a Jesús- cuando gritaban: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» -por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho este
hombre? Yo no he encontrado nada que merezca la muerte; por eso, después de azotarlo, lo dejaré en libertad». Ellos insistían
gritando que fuera crucificado. Entonces Pilato pronunció la sentencia. Soltó al agitador y asesino, y entregó a Jesús como querían.
Cuando lo llevaban, encontraron a Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron con la cruz para que la llevara detrás de
Jesús. Le seguían la gente y las mujeres llorando. Jesús les dijo: «no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por sus hijos.» Junto
con Jesús llevaban a dos malhechores para ejecutarlos. Al llegar al lugar, lo crucificaron en medio de los malhechores. Jesús decía:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
Después los soldados se repartieron sus ropas echando a suerte. La gente estaba mirando; los jefes se burlaban diciendo: «si salvó
a otros, que se salve a sí mismo.» Los soldados burlándose le ofrecieron vino agridulce diciendo: «Si tú eres el rey de los judíos,
sálvate a ti mismo.» Porque había sobre la cruz un letrero que decía: «Este es el rey de los judíos.» Un malhechor crucificado con
Jesús lo insultaba: «¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros.» Pero el otro dijo: «nosotros nos merecemos por
nuestros delitos, pero éste no ha hecho nada malo.» Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.» Jesús le
respondió: « te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso».
Hacia el mediodía todo el país quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. En ese momento la cortina del Templo se rompió por la
mitad, y Jesús gritó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y expiró. El capitán, al ver lo que había sucedido, reconoció la
mano de Dios y dijo: «Realmente este hombre era un justo.» Y toda la gente comenzó a irse golpeándose el pecho. Estaban a
distancia los conocidos de Jesús, especialmente las mujeres. Intervino un hombre bueno y justo llamado José de Arimatea, miembro
del Consejo Supremo que no había estado de acuerdo con los planes ni actos de los otros. Se presentó ante Pilato y le pidió el
cuerpo de Jesús. Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro nuevo cavado en la roca.
Adaptado de Lc 23, 20-53
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★ 6 actitudes y situaciones que crucifican hoy.
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Rúbrica holística - Jesús Crucificado y los crucificados de hoy

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