ocurre sobre todo en pacientes jóvenes (menores de 30 años), sin obesidad preexistente. Se da por un proceso autoinmune de destrucción de las células beta del páncreas. En ella existe un déficit total de secreción de insulina por parte del páncreas. Existen cantidades elevadas de glucosa en sangre pero al no existir insulina, ésta no se une a receptores específicos celulares y la glucosa no puede ser utilizada por las mismas para conseguir energía.
Las células no reconocen la glucosa
circulante y solicitan mayor aporte de carbohidratos para conseguir energía, lo que se produce mediante una orden del cerebro para aumentar el apetito. -Cuando pasa el tiempo y no se puede metabolizar la glucosa las células consiguen su aporte energético de los ácidos grasos lo que justifica la acusada pérdida de peso (15-20 Kg) de los pacientes diabéticos tipo 1.
El tratamiento para la diabetes tipo 1 generalmente incluye insulina, pero la
dieta y el ejercicio son componentes clave para mantener un nivel de glucosa en sangre estable. Es importante seguir una dieta equilibrada, rica en fibra y baja en azúcares refinados. Además, el ejercicio regular ayuda a controlar los niveles de glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina. Siempre es crucial trabajar en colaboración con un profesional de la salud para adaptar el tratamiento según las necesidades individuales.