Está en la página 1de 2

El conejo fugitivo

Ahora entonces.

Una vez había un conejito que quería escaparse.


Así le dijo a su madre, “Me voy a escapar.”

“Si te escapas,” dijo su madre, “Yo correré detrás de ti.


Pues eres mí conejito.”

“Si corres detrás de mí,” dijo el conejito, “Me convertiré


en un pescado en un arroyo trucha y nadaré lejos de ti.”

“Si te conviertes en un pescado en un arroyo trucha,” dijo su madre,


“Yo me haré una pescadora y pescaré por ti.”

(Pensando en voz alta) Mira a eso. Una alegoría pequeña del alma.
No importa dónde se esconde, Dios lo hallará. Miras, Vivian?

VIVIAN. (Gimiendo)
Uhhhhhh

E.M.

“Si te conviertes en un pescador,” dijo el conejito, “Yo me haré un


pájaro y volaré lejos de ti.”

“Si te conviertes un pájaro y vuelas lejos de mí,” dijo su madre, “Yo me haré un árbol que
puedas llamar tú casa.”

(A sí misma) Muy inteligente.

“¡Cáscaras!” dijo el conejito, “Podría de igual manera quedarme dónde estoy y ser tú
conejito”

Y así lo hizo.

“Ten una zanahoria,” dijo la madre coneja.

(A sí misma) Maravilloso. (Vivian está profundamente dormida E.M. lentamente se


baja y reúne las cosas de Vivian. Ella se inclina y la besa.)

Es tiempo de partir. Y los vuelos de ángeles te cantan a tú descanso.

También podría gustarte