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1 Corintios 13:1-3

Título: ¡Teniéndolo todo no tenéis


nada!
Si tenemos una relación constante y
profunda con la Palabra inspirada de Dios,
conocemos que dos de los atributos
comunicables de parte de Dios para con sus
criaturas desde el inicio en Génesis, son su
generosidad y bondad (vea Gen 1:31).
Ahora, a partir de esos atributos, la gracia y
el corazón amoroso de Dios es manifiesto a
tal grado que su deseo continuo es bendecir
y proveer todo bien, todo beneficio y toda
cosa buena a su creación.
No obstante, nos faltaría el tiempo para
observar más a detalle un sin fin de pasajes
a lo largo de todo el A.T y N.T que nos
muestras continuamente esa generosidad y
bondad de Dios para con el hombre. Ahora,
la caída del hombre en su desobediencia
pervirtió dicho atributo de generosidad en el
corazón de todo ser humano. Dicha
generosidad en los hombres se ha convertido
en egoísmo, envidia, celos e individualismo
que nos conduce a centrarnos en nosotros
mismos y en nuestro propio bien, y no en el
bien de otros, lamentablemente eso nos ha
llevado a ser hombres y mujeres faltos de
amor los unos por los otros y por el prójimo.
Ahora al considerar el contexto de la iglesia
en corintios, observamos a una ¡iglesia!
donde Dios había desplegado su bondad,
generosidad y gracia salvadora por medio
de Cristo, el testimonio de Cristo había sido
confirmado por Pablo y Sóstenes; a su vez
los corintios fueron hechos participes de
todo don de tal manera que nada les faltaba
(vea 1Cor 1:6-7)
I. Principio:
II. Entendimiento o aplicación:

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