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Ponencia

Lomas de Poleo: autoridades como contribuyentes en la


articulación del feminicidio en México

Autora: Grecia de los Ángeles Kuuk Cobá

(Universidad Autónoma de Yucatán)


Lomas de Poleo: autoridades como contribuyentes en la
articulación del feminicidio en México

Resumen:

Durante el final de la década de los ochenta y el inicio de la década de los noventa,


México enfrentó una oleada de feminicidios, siendo Ciudad Juárez la localidad más
afectada por los crímenes ocurridos. La invisibilización por parte de los medios, el
desconocimiento de la problemática ante la sociedad en conjunto a la nulidad de un
cuerpo de autoridades deshonestas, inconsistentes y apáticas respecto a los
familiares de las víctimas dificultaron la correcta identificación de responsables y la
inmediata impartición de justicia. El dramaturgo Edeberto Pilo Galindo -siendo padre
de hijas menores- escribe Lomas de Poleo como discurso de protesta ante la
disconformidad tras los actos. Hoy en día, es lamentable afirmar que el escenario
es el mismo.

Palabras clave: Feminicidio, Lomas de Poleo, Autoridades, México, incompetencia,


revictimización, sistema de impartición de justicia.

Abstract:

During the late 1980s and early 1990s, Mexico faced a wave of femicides, with
Ciudad Juárez being the town most affected by the crimes that occurred. The
invisibility by the media, the lack of knowledge of the problem before society, together
with the nullity of a body of dishonest, inconsistent and apathetic authorities with
respect to the victims' families, made it difficult to correctly identify those responsible
and the immediate delivery of justice. The playwright Edeberto Pilo Galindo -being
the father of minor daughters- writes Lomas de Poleo as a protest speech against
the disagreement after the events. Today, it is unfortunate to state that the scenario
is the same.

Keywords: Femicide, Lomas de Poleo, Authorities, Mexico, incompetence,


revictimization, justice delivery system.
Introducción:

México, 1990, el panorama para los habitantes de ciudad Juárez es sombrío; una
oleada de feminicidios azota los predios* baldíos de la localidad y las autoridades
son incapaces de brindar respuestas a las familias desconsoladas a quienes se les
ha arrebatado injustamente la vida de alguna mujer que, tal vez, en pasados tiempos
fue madre, hija o hermana. El dramaturgo chihuahuense Edeberto Pilo Galindo
escribe para no dejar morir en el olvido a quienes el sistema de impartición de
justicia mexicano ha enterrado en su indiferencia para no ver la luz jamás.

Así es como en el año 1999 nace Lomas de Poleo bajo la autoría de Galindo;
una obra teatral escrita con la intención de gritar en letras que en México se mata y
se esconde, que las mujeres no se encuentran seguras en ninguna circunstancia y
que son principalmente las autoridades quienes dificultan la correcta solución de su
inseguridad. La puesta en escena relata la historia cuatro adolescentes que fueron
atrozmente despojadas de toda una vida aún con las alas plegadas al cuerpo y que,
en una especie de limbo indefinido, se mantienen cautivas del descanso eterno
debido a que sus violadores se mantienen victoriosos por las calles, tranquilos y
cometiendo día a día actos que suman más feminicidios.

Edeberto, siendo padre de dos hijas y esposo de una mujer, comprende que
la sola existencia de la figura femenina se ve comprometida al peligro por el
machismo abundante en el país, especialmente entre predios semidesérticos
alejados de los ambientes urbanos.

A lo largo de la historia, relata las perspectivas de cuatro agentes partícipes


diferentes en su individualidad, pero finalmente incorporadas entre sí en la
mecanización del feminicidio en México; la primera perspectiva desde el mirar de
las fallecidas, la segunda perspectiva desde el mirar de los feminicidas, la tercera
perspectiva sobre los zapatos de las familias desamparadas y finalmente la cuarta;
las autoridades, quienes tienen a su disposición la información de los casos de
primera mano, no obstante, quienes también muestran una completa indiferencia y
nulidad en la ejecución de sus obligaciones.

Morir con las alas plegadas


Diane Russel en 1976 definió el feminicidio por primera vez como:

“El extremo de un continuum de terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de
abusos verbales y físicos tales como violación, tortura, esclavitud sexual, abuso sexual
infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual, mutilación
genital, operaciones ginecológicas innecesarias, heterosexualidad forzada, esterilización
forzada, maternidad forzada. Siempre que estas formas de terrorismo resultan en muerte,
ellas se transforman en femicidio”.

Lomas de Poleo ofrece como premisa el acontecimiento de una violación que


posteriormente terminará con la vida de su protagonista Maty, quien se presenta en
la historia como una adolescente que, al salir al comprar por la noche en Lomas de
Poleo, es abusada sexualmente entre dos vecinos suyos. Una vez ocurrido el
feminicidio, Maty tiene un monólogo en donde reconoce que la muerte comienza
desde que el abuso psicológico es perpetuado y consumado en la agresión de su
cuerpo. Posteriormente, llega a una casa situada en un espacio indefinido en donde
dos adolescentes más esperan por ella.

Ésta (a pesar de no mencionarse explícitamente) es una clara representación


del limbo en el que las víctimas muertas de los crímenes contra mujeres aguardan
en lo que sus casos son concluidos y finalmente pueden descansar sus almas.
Mediante los actos, es posible observar la resolución consumada en el
descubrimiento y posterior condena de sus feminicidas. A pesar de que el guion
hace énfasis en la representación de los pensamientos de las víctimas fallecidas y
la psicología de sus agresores, existe una participación poco abarcada que no
puede pasar por desapercibida; las autoridades y el peso de su accionar en la
problemática principal de la obra.
Un sistema de nulidad

La primera representación de la actividad sistemática ejercida por las autoridades


inicia con la aparición de dos médicos, quienes sostienen un diálogo respecto a el
cuerpo de una adolescente que ha sido encontrada en uno de los terrenos baldíos
en Ciudad Juárez. A pesar de que los estudios del cadáver son realizados con
precisión y ambos médicos son conscientes de las agravantes condiciones de la
realidad, la información que posteriormente hacen llegar a los fiscales es incorrecta,
imprecisa y deshonesta, puesto que el informe final sobre el mismo caso atribuye el
cuerpo a una mujer de entre veinticinco y veintiocho años, impidiendo así la correcta
difusión de la información por parte de los medios de comunicación, lo que
imposibilita a los familiares de la víctima su identificación.

Al mismo tiempo, la sociedad en general no puede ser receptora de una


problemática que se mantiene invisibilizada y disfrazada desde el primer contacto.
“Medico 2: Muestras de violación multitudinaria. Penetración por las dos vías.
Hematomas en casi todo el cuerpo, principalmente en la cara. Esquemosis por
succión en pectoral y región media también del pecho. Aproximadamente diez horas
de fallecida. […] Entre catorce y dieciséis años, no más, no menos. […] ¡Puta
madre…! ¡Es una niña!” (Galindo, 1999). Así pues, el sistema de impartición de
justicia presenta un fallo sustancial desde sus primeros eslabones y que
indudablemente repercute en la censura y difusión en medios de comunicación.

Al final de la obra, es posible apreciar a un subprocurador de justicia


justificando su decisión de no presentar claridad en las cifras con el temor a que los
feminicidas se mantengan informados de sus movimientos. Del mismo modo, no
existen claridad ni versiones oficiales -por parte de las autoridades- respecto a la
declaración de una de las víctimas encontrada con vida.

Apatía magistral

Uno de los actos de la puesta en escena, ofrece al público el mirar desde el corpus
fiscal de las investigaciones. El escenario es precisamente la Fiscalía Especial para
la Investigación de Crímenes contra mujeres en donde, intencionadamente o no, es
una fiscal mujer quien labora de manera contraria al establecimiento de sus
funciones. La fiscal se presenta como un personaje despreocupado que se
mantiene al margen de los casos, su introducción deriva de ella misma en una
llamada con otra autoridad subordinada; los familiares de una víctima han llegado a
reconocer el cuerpo de una mujer y se encuentran desesperados por confirmar o
descartar lo que temen. No obstante, la fiscal pide que se aguanten y se esperen
porque ella no se encuentra disponible en aquel momento y su deseo es estar
presente. Sin embargo, en aquel momento la fiscal no se encontraba realizando
ninguna actividad e inclusive hace un espacio en la llamada para carcajearse y
bromear. La insensibilidad y arrogancia por su parte es evidente. Galindo se encarga
de plasmar a la perfección la manera en la que las autoridades se despersonalizan
de casos que, por su profesión, son asuntos en los que deben encontrarse
involucrados. Al llegar a la morgue, la propia fiscal se sorprende al notar que el
cuerpo de la mujer es el cuerpo de una niña y que el médico legista ha manipulado
el expediente.

Este mismo personaje puede apreciarse hundido en su egocentrismo al


declarar ante los medios que ella también sufre al ser mujer y madre, fingiendo una
empatía que, por la escena precedente, es claramente una estrategia de
persuasión. El problema no representa un verdadero problema a sus comodidades
y privilegios. En la misma escena se toma el atrevimiento de hacer juicios de valor
respecto a la vida sexual de la víctima; una escena poco distante del panorama del
México real.

Inaccesibilidad de las autoridades

Previa a la llamada de la fiscal, otra perspectiva es dada a conocer en la función; el


mismo padre de la víctima antes mencionada entra al Departamento de Homicidios
de la Judicial del Estado de Chihuahua sumido en angustia, puesto que su hija ha
desaparecido desde hace doce horas y ha llamado al departamento en múltiples
ocasiones sin recibir respuesta alguna. El padre menciona que la hija acompañó a
su hermana a la parada del camión como comúnmente acostumbraban y que no
volvió, más una vecina vio pasar a un carro verde y llevarse a la niña. Sin embargo,
el jefe del departamento lo encara ejerciendo la violencia y le niega la atención
haciendo hincapié en que debe seguir el protocolo de reporte de desaparecidos,
aunque aquello implique perder tiempo valioso para su rescate.

Revictimización de los familiares y de las propias víctimas

No bastando con la indiferencia, el jefe se atreve a cuestionar la manera en la que


el padre lleva la situación desde la revictimización, haciendo juicios de valor sin
fundamentos y sugiriéndole al público educar a la gente en este tipo de situaciones.
Lamentablemente, una escena después el padre relata que encontraron a su hija
muerta cinco días después del día de la desaparición. Acto seguido, el jefe -en un
monólogo suyo- menciona que todos los días desaparece la gente y que no por un
solo caso van a detener sus ocupaciones para salir a buscar a los desaparecidos.

Una vez más, la fiscal hace una aparición para representar la revictimización
de los padres e inclusive de las propias víctimas, justificando las agresiones
cometidas con el descuido de los tutores. Esto, pudiendo apreciarse en el diálogo
“¡No! No somos una autoridad preventiva, sino una investigadora. Nosotros no
podemos andar cuidando a todas las niñas y muchachas de la ciudad. ¡Esa es una
responsabilidad de los padres!” (Galindo, 1999) en donde existe el cargo de culpa
hacia los familiares agraviados, como si aquellos fueran responsables también del
accionar misógino de los agresores y feminicidas de sus hijas.

Conclusiones

Conforme a lo dispuesto en la presente ponencia, es evidente que las autoridades


-a pesar de no accionar directamente- poseen participación tanto en la
obstaculización de la difusión de información respecto a feminicidios para la
ciudadanía en general como en la inaccesibilidad por parte de su personal hacia
familiares y víctimas. Esto, dificulta significativamente la resolución de casos de toda
clasificación de violencia contra la mujer, siendo el feminicidio el agravante
planteado en el guion de Galindo. Si la ciudadanía no posee clarificación de datos,
de cifras con precisión y de dimensiones sociales reales, no accionará al no poder
percibir la magnitud en la gravedad de la problemática en la que, por convivir con el
sujeto violentado día a día, los involucra de primera mano. Así como también, el
cosificar y minimizar la importancia de las vidas perdidas a simples cifras impide la
empatía y solidaridad hacia los ofendidos, fomentando la revictimización y juicios de
valor sin precedentes fundamentados.

Falta de coherencia entre la información intercambiada entre autoridades,


oposiciones y contradicciones en un mismo caso como deshonestidad hacia los
familiares de las víctimas únicamente contribuyen a perpetuar el fallo en un sistema
que promete en las garantías constitucionales la protección de la integridad de las
mujeres. Corpus como los de la Subprocuraduría de Justicia, la Fiscalía Especial
para la Investigación de Crímenes contra Mujeres y operativos de la Policía
Municipal han fallado en funciones esenciales en el esclarecimiento de los
feminicidios cometidos desde la década de los noventa hasta la actualidad en el
Estado mexicano.

Referencias bibliográficas:

Galindo, E. (2016). Lomas de Poleo. Morir con las alas plegadas. Antología teatral,
1.

Olamendi, P. (2016). Feminicidio en México. Instituto Nacional de las Mujeres.

Tiscareño García, E., Vázquez Parra, J. C., & Arredondo Trapero, F. G. (2021).
Culpabilización de víctimas de feminicidio en México desde una visión
patriarcal. Academo (Asunción), 8(1), 67-76.

Salgado, M. P. C., Blancas, P. R., & Vázquez, T. P. (2013). Feminicidio y violencia


de género en México: omisiones del Estado y exigencia civil de justicia.
Iztapalapa, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, (74), 11-39.

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