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Introducción
Una de las premisas de las que debemos partir a la hora de continuar con el resto del hilo
teórico, es el reconocimiento del mundo como étnica y culturalmente diverso. Si
centramos nuestro foco en el fenómeno globalizador a finales del siglo XX, podemos
observar una aceleración creciente del proceso urbanizador y económico mundial,
acelerando también los flujos migratorios que se concentran en estos contextos urbanos,
y con ello, la diversidad étnica y cultural que las ciudades cobijan. Este efecto
globalizador tiene como consecuencia el desplazamiento humano forzoso por cese de
centro de actividad menos productivos, así como el crecimiento de manera desigualitaria
en la propia estructura social urbana (Borja et al., 2000).
Este crecimiento tan acelerado del proceso de urbanización encuentra un factor de gran
importancia en las migraciones rurales-urbanas, debido al fenómeno de la Revolución
Verde a través del cual los agricultores fueron expulsados por la modernización de la
agricultura en pos del desarrollo tecnológico y económico, encadenándolos a una
precariedad laboral continua en el contexto urbano. Respecto a esta situación, fenómenos
como el cambio climático pueden acrecentar la situación del descenso en la productividad
rural debido a sucesos climatológicos extremos, en los que se aceleraría esta movilidad
(Foresight, 2011; Piguet et al., 2011, como se citó en Castles, 2014). Esta migración a la
ciudad desde el mundo rural también parte de la esperanza por unas oportunidades
laborales expansivas, sin embargo, solo es una pequeña proporción los que consiguen
estos objetivos, estando la otra gran parte restante en un ciclo de precariedad e
inestabilidad continua (Castles, 2014).
Tal y como afirma Sassen (2020) estas personas que conforman estos flujos son los
denominados “refugiados del desarrollo económico” (p.136). En el caso de Europa,
donde la mayoría de flujos migratorios vienen de África, es necesario tener en cuenta los
actores en juego aparte de los propios inmigrantes, tales como las grandes organizaciones
de desarrollo internacionales como el FMI y el Banco Mundial, o los intereses
económicos de Europa y Estados Unidos en el desarrollo de estas políticas. Otro
componente de suma importancia en este tema radica en la opinión pública acerca de
estos flujos migratorios, sin embargo, revisando las cifras, no parecen tan alarmantes
como se dibujan en los medios de comunicación. Según Jiménez (2000) desde la
globalización en la década de los 50 hasta los 90, observamos que la tendencia en Europa
en materia de población extranjera no alcanza cifras significativas, situándose en una
media europea de un 4,5% de población extranjera, además de que las regiones de origen
se ubicaban principalmente en el este europeo. Sin embargo, la verdadera fuente de
tensión social radica en otro aspecto, en concreto en la transformación étnica de las
sociedades europeas, causadas por la ola migratoria de los años 60 en un periodo de auge
económico. Entonces, por meras razones demográficas, las tasas de fertilidad son
mayores que las de la población autóctona, provocando una creciente preocupación en la
población autóctona debido a la resistencia a esta diversidad. Además, al tratarse de
migraciones de hace varias generaciones, esta población se puede definir como nacional,
pero con orígenes étnicos no europeos.
Aplicando esta teoría crítica de la globalización y los flujos migratorios hacia la opinión
pública, podemos observar en el documental cómo nuestro protagonista, Mou, tuvo que
emprender un viaje desde Gambia a la temprana edad de 13 años en solitario, hasta llegar
a España hace 10 años, demostrando así el flujo migratorio desde los países menos
desarrollados con economías más inestables hacia países de entrada a Europa, como en
este caso España.
La identidad migrante
Tras revisar el carácter multicultural de los espacios urbanos occidentales, en este caso
europeos, se considera pertinente y de especial atención el papel de la identidad migrante
en este proceso de integración a la sociedad de destino. Tal y como expone Delgado
(2004) “todas las adscripciones étnicas que concurren en una sociedad urbano-industrial
compleja, sean “tradicionales” o bien de nuevo cuño, adoptan estrategias de
visibilización” (p.98). Esta característica nace de la necesidad humana de diferenciación
y del desarrollo de la conciencia individual en el lugar de destino.
En el caso que nos acaece, la identidad inmigrante, se expresa más bien por negación u
oposición que por afirmación, establecimiento distancias respecto a los otros grupos o al
grupo cultural dominante, siendo más relevante profundizar en este aspecto. Tal y como
afirma Simmel (1977, como se citó en Veredas, 1999) “la situación social del inmigrante
y su propia identidad vienen marcadas por su condición de sujeto fronterizo entre dos
mundos, dos sociedades: «el intruso que con sus diferentes funciones sociales habita en
esa tensión del afuera y enfrente pero dentro»”. A la hora de aproximarnos a este elemento
de carácter teórico nos podrán servir tanto la teoría individualista como la teoría sistémica
o social, ya que, si bien la identidad tiene un carácter subjetivo marcado por cómo afectan
al sujeto los eventos o situaciones de su historia de vida, también existen patrones o guías
conceptuales en los colectivos que se adscriben a una identidad semejante.
Las polladas del Abasto son una práctica alimenticia que codifica una forma específica
de cocinar los alimentos, distribuirlos y consumirlos por parte de una colectividad que es
definida en términos étnicos. La reproducción de la pollada en Buenos Aires atestigua así
una fuerte relación entre la identidad étnica y un modo diferenciado de comer en el
contexto migratorio, que por otro lado ya ha sido señalado por numerosos autores
(Bermúdez, Falcón, and Tucker 2000; Laroche, Kim, and Tomiuk 1998; Verbeke and
Poquiviqui 2005). (p.6)
Hall (1991) arroja bastante luz acerca de este vínculo estrecho entre la identidad y la
etnicidad migrante, poniendo el foco en el papel que tiene la otredad en este proceso:
La identidad es siempre una representación estructurada que sólo alcanza su sentido
positivo a través del ojo –estrecho– de la negatividad. Es decir, que tiene que operar
mediante el ojo de la aguja del Otro para – sólo luego– poder construirse a sí misma. (p.3)
Tras haber revisado el concepto de súper diversidad de Vertovec, Contini (2016) expone
otro término que establece un nexo bastante estrecho con lo manifestado: la convivialidad.
Recogiendo las aportaciones de Gilroy, explicaría la convivialidad como “una
manifestación de las interacciones entre grupos culturales y étnicos diferentes que supera
la convivencia de tipo festivo y popular (p.32).” Esta definición parte también de la crítica
a la aplicación de las políticas multiculturales en todas las ciudades coloniales del mundo.
Padilla (2015) expone y aplica su teoría en el caso de la convivialidad intercultural-
religiosa y conflictividad en un barrio de Lisboa, en el cual el énfasis de la investigación
se pone en las relaciones cotidianas y los procesos de interacción. También encontramos
conceptos que se encuentran entre la convivialidad y la super diversidad a la hora de
analizar las relaciones de vecinos en territorio definido, tales como la segregación urbana
y la gentrificación:
A nivel europeo las ciudades conocen cada vez más una segregación de los extremos
sociales, donde existe una dualidad entre las áreas ocupadas por las poblaciones más
abastadas (auto-segregación) y áreas donde se concentran las poblaciones con salarios
más bajos, que surgen frecuentemente bajo la forma de barrios sociales (segregación
impuesta). (Gaspar, 2003, como se citó en Padilla, 2015:323-324)
Debido a este contexto, desde la entrada del siglo XXI se ha iniciado a través del
Ayuntamiento de Barcelona un plan de política intercultural local diseñado por un equipo
multidisciplinar del ámbito de la diversidad cultural. Este programa se basa en las
experiencias del asimilacionismo francés y la multiculturalidad anglosajona, optando por
una tercera vía basada en la interculturalidad (Álvarez, 2013). Respecto al caso
anglosajón, es necesario hacer un paréntesis en lo que refiere a su gestión de la
multiculturalidad, debido a la presencia que ha tenido a lo largo de la asignatura. Por
ejemplo, Grillo (2007) expone la sociedad británica, en concreto en el territorio de
Londres, otra ciudad cosmopolita poscolonial en la que la multiculturalidad también se
ha convertido en un elemento cotidiano. Sin embargo, existen problemáticas a la hora de
entender una sociedad tan diversa, y es que el término de multiculturalismo comienza a
difuminarse, dependiendo del estrato sociocultural al que pertenezca cada discurso. Por
último, esta diversidad de interpretaciones del término desemboca en una segregación
cultural y racial, debido a la limitación del concepto de otredad, la visión patriarcal, y, en
definitiva, la división que se obtiene de vidas paralelas de culturas cohabitantes.
1
Datos extraídos del artículo Álvarez, L., (2013). Interculturalidad: inclusión y exclusión en la política de
gestión de la diversidad en Barcelona. Revista del CLAD Reforma y Democracia, (57), 123-156
Volviendo al caso de la ciudad de Barcelona, este plan, conocido como el Plan Barcelona
Interculturalidad, basa su eje en el principio de interacción positiva, entendiéndose como
los diferentes factores que se ven envueltos en la existencia de derechos y obligaciones
para todos, la movilidad social y la comunicación entre personas que hablen diferentes
lenguas con su representatividad en los espacios públicos. Tal y como plantea Álvarez
(2013):
Sin embargo, veremos si en la puesta en práctica los puntos del Plan de Interculturalidad
de Barcelona se cumplen. En el caso de Mou, sí podemos observar que existen ciertos
servicios a los que puede acceder por su posición de inmigrante, tales como una vivienda,
atención psico-sanitaria y espacios compartidos, siendo el Espacio del Inmigrante el más
estable. Por otro lado, se observa aún la precariedad de su vida derivada en problemas de
salud mental y la falta de involucración por parte de las instituciones responsables de la
migración en el municipio para proveerle de ayudas o acreditación como ciudadano
extranjero.
Asociacionismo migrante
Es evidente que una parte esencial de la vida social reside en el asociacionismo, sobre
todo a raíz del fenómeno multicultural y la heterogeneidad cultural de los espacios
urbanos. Algunas de sus funciones pueden radicar en el establecimiento y contención en
el tiempo de las redes sociales, la obtención de prestigio, así como un instrumento de
control social por parte del poder social y político. Desde una visión más sociológica
también se puede observar la asociación como un mecanismo de cambio social que surge
a raíz de los nuevos intereses y necesidades de la población (Gadea y Albert, 2011).
2
Información extraída de: https://espaciodelinmigrante.wordpress.com/
comparten por su condición de inmigrante. Respecto a la identidad, como se ha
comentado anteriormente, el caso de la identidad en el contexto migratorio cobra gran
relevancia debido a los diferentes aproximamientos de abordaje teórico, especialmente en
la construcción de la misma a través de la interacción. En este caso, Mou adquiere un
sentido y una identidad de migrante que, a través de su relación con los propios migrantes
y con la población autóctona, construye un sentido de su posición sociocultural,
sintiéndose discriminado, racializado y segregado por la cultura dominante y perseguido
por las fuerzas de seguridad.
Respecto al caso práctico que nos atañe, podríamos afirmar que el asociacionismo
migrante en el contexto sociocultural de Mou está bastante presente, sin embargo, eso no
significa que sea suficiente para alcanzar un estándar de calidad de vida y de
oportunidades de desarrollo vital. A lo largo de la asignatura, también se ha profundizado
en el caso del asociacionismo de la población migrante peruana en el barrio de Abasto de
Buenos Aires, mediante el cual, a través de la pollada, una práctica cultural de origen
peruano, se realizan eventos con comida y bebida para recaudar dinero en momentos
puntuales cuando la comunidad migrante lo considere pertinente. Si bien existen
diferentes razones, más allá de la mera continuidad de una costumbre cultural en el país
de destino, en el caso de la pollada peruana podríamos hablar de una respuesta a las
deficiencias que no puede satisfacer el sistema socioeconómico, pudiendo aplicar la
función de cada práctica asociativa de los migrantes con el contexto económico del país
de destino. (Cuberos, 2020) Desde un origen también étnico, Espinosa (2017) muestra
que, en Barcelona, en este caso, entre los manteros senegaleses, existen redes de apoyo
recíprocas:
3
Para más información, visitar: https://manteros.org/
4
Para conocer más acerca del proyecto, visitar: https://topmanta.store/pages/sobre-nosotros
más bien, en las asociaciones de mujeres migrantes. Resulta de especial atención debido
a que, que este colectivo manifieste sus propias reivindicaciones representa una sorpresa
para la sociedad de acogida, debido a las construcciones sociales discriminatorias que
posicionan a la mujer inmigrante como sumisa e ignorante, dificultando la aceptación por
parte de la cultura dominante, pero no por ello impidiendo su proliferación. En los
colectivos formados en Barcelona, estas mujeres defienden, entre otros puntos:
El derecho a que las mujeres inmigrantes que se desplacen por reagrupación familiar,
tengan su propia documentación; la revisión del racismo y etnocentrismo de los libros de
texto escolares para que los niños inmigrantes y de otras minorias étnicas no se
avergüencen de sus orígenes; la superación del trato criminalista de los medios de
comunicación sobre los inmigrantes… (Sipi, 2000:261)
Las personas que han migrado a Barcelona podrán encontrar en el programa SAIER
acogida e información general sobre la ciudad de Barcelona, tramitación de
documentación relacionada con extranjería, atención social a inmigrantes e información
sobre vivienda, asesoramiento y orientación formativa, laboral y jurídica y
homologaciones y convalidaciones de estudios y del carné de conducir6.
5
Información extraída de: https://ajuntament.barcelona.cat/novaciutadania/es/servicio-de-atencion-
inmigrantes-emigrantes-y-refugiados-saier
6
Para escuchar algunos testimonios de inmigrantes tras conocer el programa:
https://www.youtube.com/watch?v=bhlCk_x940A&t=1s
pretende dotar a los inmigrantes de los recursos sociales necesarios para que estos se
puedan desarrollar de manera independiente y con las mismas oportunidades que el resto
de individuos de la sociedad de destino. Algunas de las funciones básicas radican en
recibir y orientar para facilitar acerca de los circuitos y protocolos de acogida en el
territorio, así como los derechos y deberes de los que gozan, la orientación acerca de
servicios básicos como el empadronamiento, asesoramiento jurídico y laboral, sistema
sanitario, vivienda, etc., formación en la lengua castellana y catalán y acciones para
promover la integración y la participación social, entre otras.7
Tras realizar un recorrido teórico acerca de las nociones en las que se ha profundizado a
lo largo de la asignatura, tales como la globalización, las fuerzas globales de la migración,
el multiculturalismo, la super diversidad, la convivialidad, la interculturalidad, la
identidad migrante, el asociacionismo migrante y el papel de las instituciones en el
territorio donde vive nuestro protagonista, Mou, una de las nociones clave sería enlazar
toda esta serie de términos y de análisis para determinar hasta qué grado Mou está
integrado en la sociedad de acogida, así como los mecanismos que pueden ayudarlo o
frenarlo en esta integración.
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Para más información, visitar: https://ajuntament.barcelona.cat/novaciutadania/es/acogida-y-
acompanamiento#:~:text=El%20Ayuntamiento%20de%20Barcelona%2C%20mediante,los%20distritos%
20de%20la%20ciudad.
a una “verdadera” igualdad de oportunidades con el resto de la sociedad de acogida. Otro
síntoma de la integración del inmigrante también podría radicar en la mantención del
equilibrio existente entre las tradiciones étnicas propias y los valores comunes de la
sociedad de acogida.
Bibliografía
-Borja, J., Castells, M., Belil, M., & Benner, C. (2000). La ciudad
multicultural. Laberintos urbanos en América Latina, 35.
-Castles, S. (2014). Las fuerzas tras la migración global. Revista mexicana de ciencias
políticas y sociales, 59(220), 235-260.