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VIOLENCIA POR LAS DROGAS Y SU

CONSUMO

ALEJANDRO ROMERO

¿QUÉ SON LAS DROGAS Y QUÉ TIPOS HAY?

Las drogas son sustancias químicas que, cuando se introducen en el cuerpo,


pueden alterar su funcionamiento. Pueden tener diversos efectos, tanto a
nivel físico como mental, y su uso puede tener consecuencias negativas para
la salud. Las drogas se pueden clasificar en diferentes categorías según sus
efectos y propiedades. Estas son algunas categorías principales:

1. Drogas legales:

Alcohol: Aunque es legal en muchos lugares, el consumo excesivo


puede tener efectos perjudiciales para la salud.
Tabaco: La nicotina presente en el tabaco es una droga adictiva.

2. Drogas ilegales:

Marihuana: Aunque su legalidad varía según la ubicación, en algunos


lugares se ha legalizado o despenalizado su uso.

Cocaína: Estimulante del sistema nervioso central.

Heroína: Opiáceo altamente adictivo.

Metanfetaminas: Estimulantes que afectan el sistema nervioso central.

Éxtasis (MDMA): Sintético, con propiedades estimulantes y


alucinógenas.

3. Drogas de prescripción:

Analgésicos opioides: Como la oxicodona y la morfina, que se utilizan


para aliviar el dolor.
Ansiolíticos y sedantes: Como el alprazolam y el diazepam, que se
recetan para tratar la ansiedad y trastornos del sueño.

Estimulantes: Como el metilfenidato, utilizado para tratar el trastorno


por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

¿PORQUE HAY RELACIÓN ENTRE LA VIOLENCIA Y LAS DROGAS?

La relación entre el consumo de drogas y la violencia es un fenómeno


complejo y multifacético que involucra diversos factores. No todos los
individuos que consumen drogas exhiben comportamientos violentos, y la
conexión entre el uso de sustancias y la violencia puede variar según la
sustancia, las circunstancias individuales y el entorno social. Aquí se
presentan algunas razones por las cuales algunas personas asociadas con el
consumo de drogas pueden exhibir comportamientos violentos:

Efectos psicofarmacológicos: Algunas drogas tienen efectos psicológicos y


fisiológicos que pueden alterar el estado de ánimo, la percepción y la
capacidad de juicio. Estos cambios pueden contribuir a comportamientos
impulsivos y agresivos en algunas personas.

Competencia por recursos: En ciertos contextos, la violencia puede surgir


debido a la competencia por acceder a drogas o los recursos necesarios para
obtenerlas. Esto puede dar lugar a conflictos entre individuos o grupos que
buscan controlar el suministro o el mercado de drogas.

Tráfico de drogas: La violencia a menudo está asociada con el comercio


ilegal de drogas. Los traficantes pueden enfrentarse por el control de
territorios, rutas de distribución, clientes o suministros, lo que puede llevar a
situaciones violentas.

Efectos socioeconómicos: El consumo problemático de drogas a veces


está vinculado con condiciones socioeconómicas desfavorables, como la
pobreza, la falta de empleo y la educación limitada. Estos factores pueden
contribuir a un entorno propenso a la violencia.

Desorganización social: En áreas donde el consumo de drogas es


prevalente y la comunidad carece de servicios sociales y estructuras
efectivas, puede producirse una mayor desorganización social. Esto puede
contribuir a la violencia debido a la falta de apoyo y recursos para abordar los
problemas subyacentes.

Es importante destacar que estas conexiones no se aplican universalmente, y


hay personas que consumen drogas sin manifestar comportamientos
violentos. Además, otros factores, como la salud mental, las experiencias
traumáticas previas y la predisposición genética, también desempeñan un
papel en la relación entre drogas y violencia.

La prevención y el tratamiento del abuso de sustancias, así como la


implementación de políticas de salud pública y medidas sociales para abordar
las causas fundamentales, son enfoques esenciales para reducir la violencia
asociada con el consumo de drogas.

¿HAY EJEMPLOS O CASOS QUE PODRÍAMOS VER?

El abuso de ciertas sustancias ha sido comprobado como un factor que


provoca la disminución de la inhibición moral en el individuo, aumentando así
la probabilidad de que cometa actos violentos. En comparación con la
violencia doméstica, las drogas desempeñan un papel significativo en los
ataques sexuales, incluso cuando la víctima y el agresor no tienen relación
previa o no se conocen.

De acuerdo con la Asociación Española de Centros de Día de


Drogodependencias (ASECEDI), hasta el 80% de los casos de violencia de
género en España están vinculados al consumo de alcohol, drogas o
psicofármacos. Investigaciones recientes a nivel internacional sugieren que
aproximadamente 3 de cada 10 casos de violencia en todo el mundo están
relacionados con el abuso de drogas, tanto legales como ilegales, destacando
la cocaína y el éxtasis por los daños neuronales que pueden causar, y su
conexión con respuestas agresivas.

El problema del consumo excesivo de estas sustancias no es local, sino


global, como evidencia el hecho de que el 47% de los homicidios en Australia
durante un periodo de seis años estuvieron relacionados con el consumo de
alcohol.

Adicionalmente, entre el 25% y el 40% de los incidentes de violencia en


parejas ocurren bajo la influencia del alcohol, y en un 10-30% de los casos,
tanto la pareja agresora como la agredida habían consumido alcohol. Entre el
40% y el 80% de las personas atendidas en servicios de drogodependencias
experimentan violencia en relaciones de pareja, siendo el abuso de alcohol un
factor desencadenante de reacciones violentas en ciertos individuos
vulnerables.

Aunque el alcohol ha sido la sustancia más estudiada en relación con la


violencia, otras drogas como la cocaína, el crack y la anfetamina también
pueden estar asociadas con comportamientos agresivos debido a su
estimulación del sistema amigdalino, responsable de gestionar las emociones
de rabia y los comportamientos agresivos.

Finalmente, los expedientes policiales en Estados Unidos revelan que el


alcohol está presente en porcentajes significativos de casos de ofensas con
daños corporales. Estudios en Estados Unidos y Australia indican que cerca
del 50% de los homicidios involucran el uso de alcohol por parte del
delincuente, la víctima o ambos.

¿HAY UNA GUERRA GLOBAL CONTRA LAS DROGAS? ¿DESDE


CUANDO LOS ESTADOS LUCHAN ESTA GUERRA?

A lo largo de la historia, el consumo de drogas ha transitado por diversas


etapas, inicialmente vinculado a propósitos mágico-religiosos o médicos. Sin
embargo, este fenómeno siempre fue observado con precaución, ya que se
consideraba que su uso inadecuado o con propósitos diferentes podría
generar problemas.

En civilizaciones antiguas, como la egipcia, el consumo de alcohol fue


regulado, y se encontró un papiro que databa del 2000 a.C. que prohibía la
asistencia a tabernas, asociando este hábito con la degradación. La Edad
Media en Europa también trajo consigo percepciones negativas hacia el uso
de sustancias curativas, considerándolo una afrenta a los poderes divinos
debido al subdesarrollo de la medicina de la época.

En Oriente Próximo, la prohibición del consumo de alcohol en el siglo VIII por


parte de Mahoma marcó el comienzo de la represión del alcohol en el mundo
islámico. En paralelo, el Rey Jacobo I de Inglaterra prohibió el tabaco en
1604, y el Papa Inocencio VIII prohibió el cannabis en 1484, asociándolo con
rituales satánicos.
A finales del siglo XVIII, en Europa, la percepción del consumo de alcohol
cambió debido a los cambios en las pautas de comportamiento asociadas a la
industrialización. Las tabernas, antes lugares de encuentro social, se
convirtieron en escenarios de vicio y corrupción, generando preocupaciones
sobre el impacto negativo en la salud y la sociedad.

El siglo XIX presenció la consideración del opio, la morfina, la heroína y la


cocaína como problemas de salud pública. Las primeras críticas y
prohibiciones, principalmente de carácter religioso o moral, se intensificaron
con el tiempo, dando paso a normas punitivas basadas en criterios médicos.

A principios del siglo XX, Estados Unidos lideró esfuerzos internacionales


para controlar el comercio de opio. Entre 1911 y 1914, varias conferencias
internacionales llevaron a acuerdos para controlar el tráfico interno de heroína
y cocaína. En 1925, la Segunda Convención Internacional sobre opio en
Viena incluyó al cannabis como sustancia ilícita.

La Convención Única sobre estupefacientes de 1961 marcó un hito al


reconocer la necesidad de utilizar drogas con fines médicos, pero también la
necesidad de controlar su uso debido a los riesgos para la salud y la
sociedad. En 1971, la Conferencia sobre sustancias psicotrópicas en Viena
estableció normas para controlar la producción y distribución de fármacos.

En 1988, la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de


estupefacientes y sustancias psicotrópicas introdujo reglas más estrictas con
respecto al tráfico de drogas y al blanqueo de capitales. La década de 1990
vio iniciativas internacionales, como la Asamblea General Extraordinaria de la
ONU de 1998, centradas en la reducción de la demanda y la cooperación
judicial en la lucha contra las drogas.

Estas iniciativas internacionales llevaron a la actualización de legislaciones


internas en muchos países, modernizando sistemas legales para alinearse
con las nuevas directrices y abordar los desafíos planteados por el consumo
de drogas a nivel global.

RIESGOS FÍSICOS Y MENTALES QUE TRAE EL CONSUMO

El abuso de drogas provoca efectos a corto y largo plazo en la salud. Las


drogas no solo afectan al cuerpo, también pueden afectar a la salud mental
de la persona, a sus relaciones laborales, familiares, de pareja, a su vida
social y, por supuesto, a su economía.

Cuando hablamos de los efectos de las drogas en el organismo hay que tener
en cuenta que estos, dependiendo del tipo de droga, serán diferentes. Hay
una clasificación de drogas según su efecto. Mientras unas generan energía y
hacen que la persona se sienta más despierta, otras dan una sensación de
relajación y calma. Las hay que causan alucinaciones y otras que entumecen
el cuerpo.

El consumo prolongado y la cantidad de dosis también influyen en los efectos


físicos y psicológicos que causan las drogas. Más allá de las consecuencias
en uno mismo, también hay que considerar en caso de padres drogadictos las
consecuencias en sus hijos.

EFECTOS DE LAS DROGAS EN EL SISTEMA NERVIOSO

Los efectos negativos de las drogas en el sistema nervioso son diversos. Sus
principales víctimas son los neurotransmisores, las sustancias que permiten
que nuestro sistema cerebral funcione correctamente como la endorfina, la
serotonina y la dopamina.

El consumo de cocaína, por ejemplo, altera el córtex prefrontal, la zona que


controla el comportamiento y la capacidad de decisión, hasta el punto de
provocar convulsiones y sufrimientos comparables a los de la esquizofrenia
paranoide. El efecto de las drogas sobre el sistema nervioso es muy
insidioso, ya que ese breve placer inicial cuesta lapsos de memoria en el
cerebro comparables a los de los ancianos, lo que conduce a la demencia
temprana y al Alzheimer.

Entre los efectos negativos de las drogas en el sistema nervioso destacan:

● Alteración del funcionamiento cerebral que cambia la producción, la


liberación o la degradación de los neurotransmisores cerebrales.
Provoca la modificación del proceso natural de intercomunicación
neuronal.
● La disminución de la capacidad de aprendizaje, de memorización, la
capacidad afectiva y el juicio crítico. Se ha observado que también
afecta a los circuitos cerebrales involucrados en la motivación y la toma
de decisiones.
● Entre los efectos del consumo de drogas en personas jóvenes hay un
menor control de los impulsos, dificultades para coordinar bien sus
movimientos y tendencia a la agresividad. En personas muy jóvenes los
efectos psicológicos de las drogas pueden ser graves, por ejemplo: el
consumo de marihuana y similares, hace que exista un mayor peligro
de sufrir trastornos psicológicos y psiquiátricos que pueden
desembocar en la esquizofrenia.

EL EFECTO DE LAS DROGAS EN EL CEREBRO


Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias
para las siguientes funciones vitales:

● Los ganglios basales: cumplen una función importante en las formas


positivas de motivación.
● La amígdala extendida: cumple una función en las sensaciones
estresantes como la ansiedad, la irritabilidad y la inquietud.
● La corteza prefrontal: dirige la capacidad de pensar, planificar, resolver
problemas, tomar decisiones y controlar los propios impulsos.

El abuso de drogas puede alterar la estructura y el funcionamiento del


cerebro de una persona, lo que provoca efectos psicológicos a largo plazo
como:

● depresión;
● ansiedad;
● trastorno de pánico;
● aumento de la agresividad;
● paranoia;
● disociación (despersonalización/desrealización);
● alucinaciones.

Además, el consumo de drogas genera cambios de humor, episodios de


psicosis (pérdida de contacto con la realidad) y, como ya se ha mencionado
antes, a largo plazo también afecta a la memoria, al aprendizaje y a la
concentración.

Bajo los efectos de la droga también se crea una memoria distorsionada de


las percepciones y sensaciones. Otro daño que causa la droga es el
alejamiento de los seres queridos y amigos.
EFECTOS FÍSICOS DE LAS DROGAS

Hay otros efectos de las drogas a corto y largo plazo, que pueden llevar a
consecuencias físicas:

● Las drogas pueden conducir a comportamientos de riesgo como la


conducción temeraria. Las drogas afectan gravemente a la capacidad
de atención, impidiendo la destreza, el estado de alerta y los reflejos,
normalmente necesarios para una conducción adecuada y segura.

● Mayor probabilidad de cometer agresiones u otros actos violentos..

● Experimentar dificultades para dormir (puede ser una de las causas de


insomnio), para pensar, razonar, recordar y resolver problemas.

● Daños en el sistema nervioso y en órganos: garganta, estómago,


pulmones, hígado, páncreas, corazón y cerebro.

● Enfermedades infecciosas por inyecciones compartidas.

● Acné o lesiones cutáneas. Los efectos de las drogas en la cara pueden


ser los primeros signos identificables del abuso de estas sustancias y
de las enfermedades sistémicas relacionadas.

● Marcas de agujas y venas quemadas. Son los efectos más visibles del
consumo de droga en la piel, como líneas de pequeños puntos oscuros
(pinchazos) rodeados de una zona de piel oscurecida o aclarada.

● Calvicie.

● Crecimiento de vello facial (en el caso de las mujeres).

● Problemas en la mandíbula y en los dientes por apretar y rechinar los


dientes. Las caries, la pérdida de dientes, la inflamación de las encías y
la halitosis son algunos de los efectos más comunes de las drogas en
la dentadura.

¿CUALES SON LOS EFECTOS DE LA DROGA EN LA SOCIEDAD?


Sobre los efectos sociales del consumo de drogas, la psicóloga Ambra Lupetti
- miembro del equipo clínico de Buencoco - nos hace la siguiente reflexión: “
Las drogas no solo perjudican directamente a las personas que las consumen
y hacen que las relaciones con sus seres queridos sean muy difíciles y a
veces dolorosas, sino que también tienen efectos considerables desde el
punto de vista de la sociedad. A menudo, quienes están bajo los efectos de
las drogas pueden causar un aumento de incidentes de violencia tanto en el
hogar como en público.

El consumo de sustancias psicotrópicas también está relacionado con un


mayor número de accidentes de tráfico y de víctimas mortales debido a una
conducción alterada. Y si hablamos de más consecuencias del consumo de
droga, también hay que incluir mayores costes desde el punto de vista de la
salud pública y en términos de reducción de la productividad en el trabajo.”

LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS

La historia de la guerra contra las drogas y su conexión con la cocaína en


Colombia es compleja y ha evolucionado a lo largo de varias décadas. La
guerra comenzó a tomar forma en la década de 1970, cuando el presidente
estadounidense Richard Nixon encargó a la Comisión Shafer evaluar la
política de drogas de Estados Unidos. La Comisión concluyó que no había
conexión entre el cannabis y la criminalidad, abogó por la descriminalización
de la marihuana y destacó que el alcohol era más peligroso. Sin embargo, las
recomendaciones fueron ignoradas, y la lucha contra las drogas se
intensificó.

La guerra contra las drogas se entrelaza con la guerra contra la cocaína en


Colombia, especialmente en los años 90 y principios de los 2000. El Plan
Colombia, negociado por Bill Clinton y el presidente colombiano Andrés
Pastrana en 1998, inicialmente separó la lucha contra las guerrillas de la
lucha contra las drogas. Sin embargo, la percepción cambió, y la
narco-terciarización del conflicto colombiano se convirtió en un enfoque
predominante, especialmente después del 11 de septiembre de 2001, cuando
las guerrillas fueron etiquetadas como organizaciones terroristas.

El presidente colombiano Álvaro Uribe, quien asumió el poder en 2002,


aprovechó la guerra contra el terrorismo como una oportunidad para obtener
apoyo militar y financiero de Estados Unidos. El Plan Colombia se convirtió en
un marco para combatir tanto a las guerrillas como al narcotráfico. Aunque
tuvo ciertos éxitos, como debilitar a las FARC y desmovilizar a algunos
paramilitares, la industria de la cocaína persistió.

La guerra contra las drogas se internacionalizó, y eventos como el


bombardeo de un campamento guerrillero en Ecuador en 2008 generaron
tensiones diplomáticas. Colombia se volvió un foco de atención en la región,
afectando las relaciones con países vecinos como Venezuela y Ecuador. La
paranoia política y la percepción de amenazas llevaron a una escalada militar.

La estrategia de Uribe, centrada en combatir las drogas para obtener apoyo


contra las guerrillas, tuvo consecuencias significativas. Aunque logró debilitar
a las FARC, la producción y el tráfico de cocaína no disminuyeron
sustancialmente. La política antidrogas se volvió esencial para mantener el
respaldo estadounidense y evitar conflictos regionales.

El cambio de enfoque llegó con el presidente Juan Manuel Santos, quien


buscó soluciones políticas al conflicto colombiano. Las negociaciones de paz
con las FARC y un nuevo enfoque en la problemática de las drogas,
considerando aspectos sociales e integrales, ofrecieron una perspectiva
diferente.

En los últimos años, la producción de cocaína en Colombia ha disminuido, y


un acuerdo de paz podría cambiar la dinámica interna y regional. Sin
embargo, el impacto global sigue siendo incierto, ya que la producción se ha
desplazado a otros países y el consumo ha variado en diferentes regiones del
mundo. La historia de la guerra contra las drogas y la cocaína en Colombia es
un relato en evolución con un desenlace aún incierto.

ENTREVISTA A UN DROGADICTO

¿Cuántos años tienes?

46.

¿A qué edad empezaste con las drogas y como?

A los 19, fumando porros.


¿Por qué lo hiciste?

Porque en mi grupo de amigos lo hacía todo el mundo y yo para no


desentonar pues también lo hacía.

¿Cuántos porros te fumabas al día?

De 15 a 20 porros diarios.

¿Cómo era tu vida cuando consumían?

Muy feliz, porque no tenía ninguna preocupación solo pensaba en fumar


porros, pero eso al principio luego se convirtió en un infierno.

¿Eres consciente de que lo que hacías estaba mal?

Si, pero me daba igual.

¿El consumo de porros te llevó a consumir otra droga?

Si.

¿Cuál?

La cocaína y todo tipo de pastillas, éxtasis, anfetaminas…

¿Cómo fue tu consumo desde los porros hasta la cocaína?

Empecé fumando porros los fines de semana, luego diariamente como he


dicho antes con 15 a 20 porros diarios, alternándose con pastillas, hasta que
empecé con la cocaína sin abandonar todo lo anterior.

¿Cuándo ya empezaste con la cocaína como cambio tu consumo? ¿Notaste


algún cambio?

Si, ya que la cocaína era mas cara y necesitaba mas dinero, y es mas
adictiva y mi cuerpo me lo pedía, necesitaba consumir diariamente y cada vez
en mas cantidades.

¿Cómo te sentías cuando no tenías para comprar cocaína?


Me volvía agresivo, no tenía ganas de hacer nada, me sentía cansado, me
llevaba todo el día pensando cómo conseguirla.

¿Qué llegaste a hacer por la droga?

Robar, mentir y manipular a familiares y amigos

¿Qué perdiste con las drogas?

Mi juventud, familia, hijos, que luego recuperé pero a base de mucho


esfuerzo.

¿Cómo afectó esto a tu familia?

Mi familia se fue alejando de mí, me encontré solo, sin familia y sin amigos,
nadie se fiaba de mí.

¿Lo llegaste a pasar mal por culpa de la droga?

Si, te sientes un esclavo de la droga.

¿Alguna anécdota que te haya sucedido en tu época de consumidor?

Dormir en el coche, quedarme al lado de un cajero para ver si iba alguien y


“darle un palo”, entrar en un supermercado y quedarme al lado de la caja
registradora por si podía pillar algo.

¿Cuándo decidiste cambiar tu vida? ¿Y por qué?

Decidí cambiar mi vida en el 2005 porque estaba muy mal y mi familia no


quería saber nada de mí.

¿Dónde te rehabilitaste?

En Proyecto hombre y en A.R.O.

¿Algo que te ayudo a ello?

El apoyo de mi familia y amigos, y mi fuerza de voluntad.


¿Cuántos años estuviste ingresado en los dos centros de rehabilitación?

Dos años en Proyecto Hombre y 3 años en ARO.

¿Fueron duros esos años?

Si, porque hay que cambiar muchas actitudes y comportamientos, y superar


los tirones.

Dejar de consumir es fácil, lo difícil es cambiar.

¿Cómo es tu vida ahora?

Mejor, más calidad de vida, una persona libre sin ataduras, no estoy todo el
día pensando en cómo conseguir droga, no soy esclavo de ella.

¿Sientes que estás totalmente recuperado?

Estoy rehabilitado pero no curado, por el que es adicto es adicto para toda la
vida, en el momento que consuma de nuevo vuelve recaer.

¿Has notado algún efecto a largo plazo sobre tu consumo?

Si, menos memoria, perforación del tabique de la nariz, falta de


concentración, lagunas de memoria, sentimientos de inferioridad y poca cosa
más, alguna que otra neurona perdida.

¿Qué has aprendido sobre las drogas y cual es tu opinión sobre ellas ahora?

Con las drogas no se debe jugar, son muy adictivas, y a lo mejor por
probarlas por curiosidad acabas enganchado, mejor no probarlas y ahorrarte
un infierno.

Es muy fácil entrar pero difícil de salir.

¿Qué opinas sobre el tabaco y el alcohol?


Que son otras drogas legales y son igual de adictivas que otra droga
cualquiera e igual de perjudiciales o más porque puedes estar toda la vida
consumiéndose.

Ya que son muy asequibles y baratas.

¿Qué consejo darías a la juventud de hoy en día acerca de las drogas?

Que no las prueben porque son sustancias muy adictivas y así se ahorran
muchos problemas.

Y que la famosa frase de “Yo controlo” es mentira, la droga te controla a ti.

EL INCREMENTO DE VIOLENCIA POR EL CONSUMO DE DROGAS


ENTRE JÓVENES

Una vez más, los estudios y las estadísticas reafirman la clara conexión entre
violencia, delincuencia y el consumo de estupefacientes, especialmente entre
la población juvenil, en todos los países europeos, incluida España.

Los informes anuales de la Comisión de la Unión Europea continúan


señalando un aumento de los delitos relacionados con las drogas,
especialmente la cocaína. Las encuestas de juventud indican una estabilidad
en los hábitos de consumo de drogas en la última década, con alrededor del
75% de los jóvenes considerando normal el consumo de hachís o marihuana,
y un 65% admitiendo haberlos probado o ser consumidores habituales o
esporádicos.

Las cifras revelan que el 40% ha recibido ofertas de pastillas, principalmente


en entornos nocturnos y lugares de ocio, y el 24% está de acuerdo con su
consumo. Además, un 21% aprueba el consumo de cocaína, con un 33% que
ha recibido ofertas y un 18% que la ha probado. Estos datos evidencian que
el consumo de drogas se percibe como algo común y aceptado entre la
juventud.

Recientemente, se implementó un plan de vigilancia policial en entornos


escolares debido a las estadísticas que indican que la mitad de los escolares
sabe dónde encontrar cannabis, cocaína y otras drogas en su entorno
habitual, subrayando la creciente prevalencia y accesibilidad de las drogas
para los adolescentes.

Al considerar la relación entre drogas y violencia en Europa, los informes del


Ministerio de Interior británico destacan que el 62% de los consumidores
habituales de drogas ha cometido algún delito en el último año. Además, el
59% de los jóvenes que han cometido delitos han consumido drogas en el
mismo período, en comparación con el 19% que no lo ha hecho. Estos datos
sugieren una asociación significativa entre el consumo de drogas y la
delincuencia juvenil.

Aunque no se puede afirmar que el consumo de drogas sea la causa principal


de la violencia, sí se reconoce su efecto conjunto con otros factores que
aumentan el riesgo de comportamiento violento y adicción. Los estudios en
países europeos desarrollados han demostrado los intensos efectos de las
drogas, especialmente la cocaína, en el estado psíquico del agresor,
contribuyendo al descontrol emocional y el aumento de la agresividad.

Esta conexión entre violencia y drogas crea un círculo vicioso, donde ambos
fenómenos se retroalimentan. Los entornos vinculados a las drogas suelen
ser extremadamente violentos, y los consumidores, especialmente los
jóvenes, se encuentran vulnerables en situaciones de conflicto previo a la
adquisición de drogas, lo que puede resultar en peleas y enfrentamientos con
familiares y amigos.

En este contexto, es crucial anticipar y prevenir situaciones que podrían


convertir al joven consumidor en un agresor o víctima. La complejidad y
amplitud de la problemática de las drogas entre los jóvenes y la violencia que
genera destacan la necesidad de abordar estos temas de manera informada y
proactiva.

VIDEO PARA LA PRESENTACIÓN DEL TRABAJO

https://www.youtube.com/watch?v=SRRsKJjthI4

FUENTES DEL TRABAJO


https://noticias.juridicas.com/conocimiento/articulos-doctrinales/4340-hi
storia-de-las-drogas-y-de-la-guerra-de-su-difusion/

https://antidopingmexico.com/la-relacion-entre-las-drogas-y-la-violencia/

https://nuso.org/articulo/la-guerra-contra-las-drogas-de-richard-nixon-a-
barack-obama/

https://www.narconon-mediterraneo.es/blog/incremento-de-la-violencia-
por-consumo-de-drogas-entre-los-jovenes.html

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