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Caso 1

Una parálisis
Gastón es un empleado de comercio que se levanta una mañana sintiéndose un poco
extraño. Rápidamente se da cuenta de que no puede mover el brazo ni la pierna derechos
(parálisis). Asustado, llama a un servicio de emergencias médicas y lo hospitalizan ese
mismo día. Al examinarlo más minuciosamente, los médicos notan que Gastón tiene
conservada la sensibilidad en básicamente todo el cuerpo y habla con normalidad, pero
tiene un gesto asimétrico en la cara debido a una parálisis de la parte derecha de los
músculos faciales. Gastón es un hombre de 65 años con una diabetes de tipo 2, que hace
mucho tiempo que no hace ejercicio y, además, fuma.
Los médicos deciden hacerle una tomografía de cerebro. La tomografía es una técnica de
rayos X que, a diferencia de las radiografías normales, brinda imágenes de secciones
sucesivas o cortes de un órgano y permite formar una imagen tridimensional (esto no es
posible con las radiografías tradicionales). Descubren la siguiente imagen:

CC Dr Gaurav Som Prakash

Observamos que hay una parte más oscura en la zona izquierda del cerebro, que involucra
varias áreas, pero, sobre todo, el lóbulo frontal izquierdo. Los especialistas ya saben que este
tipo de “zona oscura” corresponde a un daño y a muerte neuronal en ese lugar.
Determinan, entonces, que se trata de una isquemia cerebral, es decir, un tipo de ACV.

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Caso 3

La pierna izquierda
Mariela, una mujer de 57 años, se despierta un día y se sienta en el costado de la cama para
ponerse los zapatos. Cuando va al comedor, su hijo se da cuenta de que tiene puesta solo
una zapatilla. Como la nota algo rara, el hijo decide llevarla al médico. La mujer no se había
dado cuenta de que tenía un pie descalzo y, de hecho, relata que días atrás se le cayó en
ese pie agua hirviendo y no lo percibió.
Al revisarla, los médicos se percataron de que no sentía nada en la pierna izquierda: ni
pellizcos, ni calor, ni frío ni pinchazos dolorosos. Los sorprendió mucho que la mujer no se
hubiera dado cuenta de este trastorno en su sensibilidad; de hecho, no le prestaba
atención a esa pierna, “como si fuera de otra persona” (por eso no se había puesto el zapato
izquierdo). La fuerza en todo el cuerpo estaba intacta, no tenía ninguna debilidad de las
piernas ni de los brazos y caminaba perfectamente.
Los médicos decidieron hacer una resonancia magnética nuclear (RMN) para ver el cerebro
de Mariela. La RMN es una técnica que permite obtener imágenes muy claras y nítidas de
los tejidos del cuerpo en secciones sucesivas, con lo que, luego, puede formarse una
imagen tridimensional.
En la resonancia se observaba una zona en la que ha crecido un tejido cerebral anormal
que invade el tejido cerebral normal de la región parietal derecha.

Resonancia magnética que muestra una imagen compatible


con un tumor parietal derecho.

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Caso 4

Cefalea
Seguramente alguna vez tuvieron dolor de cabeza o, al menos, conocieron a alguien a
quien le doliera la cabeza. El dolor de cabeza puede ser de distintos tipos. Resulta que es
un evento muy común en las personas, y a muchos científicos a lo largo de la historia les
interesó estudiar cómo y dónde se produce este dolor.
Una de las tantas maneras de investigar nuestro cerebro es haciendo un estudio llamado
tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés). Este estudio tiene la
particularidad de mostrar qué zonas del cerebro están trabajando más o con mayor
estimulación (“zonas prendidas”) y cuáles están con menor estimulación (“zonas
apagadas”). Así, si estamos haciendo una PET en una persona y le pedimos que piense en
palabras, se “prenderán” en el estudio las partes del cerebro relacionadas con el lenguaje.
Si hacemos un estudio PET en las personas con distintos tipos de dolor de cabeza, en el
momento del dolor, veremos “prendidas” las zonas del cerebro con más actividad cerebral.
Es interesante que, según el tipo de
dolor, esas zonas sean distintas. Por
ejemplo, en las personas con migraña
(un tipo específico de dolor de cabeza),
los estudios PET muestran áreas
específicas prendidas en la zona del
mesencéfalo y el tronco encefálico.
Para tratar de saber si estas áreas que se
prendían realmente eran las causantes
del dolor, los científicos las inactivaron
colocándoles un electrodo en esos
puntos).
Luego de hacer esto, observaron que las
personas se aliviaban del dolor de
cabeza, por lo que se confirmó que
todos estos puntos esparcidos en Resonancia magnética nuclear que muestra el
distintas zonas del cerebro eran los cerebro humano. Puntos rojos: zonas del tronco
cerebral que se observan hiperactivas o “prendidas”
responsables de causar estos dolores. en los episodios de dolor de personas migrañosas.

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Caso 5

El paciente de Broca
Un señor de 55 años comenzó un día, de a poco, a tener problemas con el lenguaje. No
podía emitir palabras con normalidad, pero se movía perfectamente y podía comprender lo
que se le decía o hacerse entender por otra vía.
Ingresó en un hospital, donde pasó varios años. Los médicos observaron que este paciente
comenzó a perder la movilidad en el brazo y la pierna derechos (además del trastorno del
lenguaje). En ese momento no existían los estudios de rayos X accesibles que hay en la
actualidad, y, como fue un caso muy extraño para la época (1861), decidieron que le
realizarían una autopsia, es decir, analizarían su cerebro luego de que el hombre muriera.
Fue el médico francés Paul Pierre Broca quien llevó a cabo la autopsia y descubrió que en
el cerebro del paciente había un área que se encontraba afectada por un tumor: era la
región frontal izquierda. Broca, durante varios de los años que siguieron, se dedicó a
estudiar los cerebros de las personas que tenían distintos trastornos del habla, y fue así
como observó que todos estos cerebros tenían algún tipo de lesión en la corteza frontal
inferior del hemisferio izquierdo, que desde entonces recibe su nombre: área del lenguaje
de Broca.

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