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GOBIERNO REGIONAL CAJAMARCA

DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN


UNIDAD DE GESTIÓN EDUCATIVA LOCAL CAJABAMBA
ÁREA DE GESTIÓN PEDAGÓGICA

“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

MI HISTORIA PERSONAL RETO FINAL DE LA SESIÓN 4 FORMATO ORIENTADOR PARA MI


TRABAJO FINAL

Referirme a mi vida es remontarme a hablar desde mi infancia hasta mi adolescencia: Nací en


el año de 1977; viví una vida anegada de jolgorio y dolor: de jolgorio porque todo niño a esa
edad solo piensa en jugar y vivir la fantasía a su modo; sin embargo, los vagos recuerdos que
rememoro están enmarcados de tristeza y dolor, pues tener casi toda una familia dedicada al
mundo del alcohol y llevar una vida perdularia, nos tornan de sentimentales recuerdos. A la
edad de 7 años aproximadamente mis padres se separaron por un lapso de ocho años, tiempo
en el que veía cómo la vida de mi tío y de mi abuela iban consumiéndose en el licor y
finalmente en la muerte. Por ese tiempo me dedique a ganarme el pan y apoyar a mi madre
vendiendo por las calles, mercados y sitios aledaños a la ciudad de Cajamarca. También tuve la
dicha de conocer a mi maestra Bertha Violeta Cabrera Herberth, profesora de primaria de la Ex
91, quien nos enseñó sobre el respeto, la responsabilidad y el trabajo, incluso me sirvió para
fortalecer los lazos de amor con mi madre, quien a diario me enseñó el verdadero amor y el
valor del trabajo. A la edad de 15 años “conocí” a mi padre, quien al regresar a casa se dieron
la oportunidad de reintentar un nuevo hogar, al año de su llegada volvió al vicio. Fue que en el
año de 1992 tuvimos la gran bendición de conocer a Dios y con quien nuestra vida cambiaría
notablemente. Asimismo, en el año 2009 tuve la dicha de casarme con Diana Cerquín Muñoz,
con quien compartiría la dicha de tener tres hijos hermosos: nuestra felicidad y albricia. Si bien
es cierto hay dificultades que nos ha tocado sortear, pero con la ayuda de Dios todo es posible.

QUÉ SENTÍA CUANDO CONTABA MI HISTORIAL PERSONAL

Como dice ese viejo adagio: “Recordar es volver a vivir”. Hacer esta reminiscencia ha hecho
que vuelva a mi pasado. Ha habido tristeza de por medio, mas lo tomo con hidalguía pues creo
que es parte de la vida (hechos que nos ayudan a ver el mundo desde la perspectiva de la
superación y que después de una lúgubre noche hay un fausto amanecer). Me consuela la
dicha de confiar en Dios, que no estoy solo, que tengo una familia por quien luchar, de dar
tanto por ella y de amarla denodadamente.
GOBIERNO REGIONAL CAJAMARCA
DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN
UNIDAD DE GESTIÓN EDUCATIVA LOCAL CAJABAMBA
ÁREA DE GESTIÓN PEDAGÓGICA

“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

Recordé mi infancia con nostalgia: ver a mi padre durmiendo por las calles preso por la
dipsomanía, ver a mi tío y abuela en las cantinas; sin embargo, también vi a mi madre trabajar
incansablemente para dejarnos un mendrugo de pan; también me vi solo junto a mis
hermanas, como solíamos estar por muchos días en casa. La vida la vivimos con miedo, a salto
de mata, la vivimos aprendiendo a ser viejos siendo todavía niños.
También recordé mi adolescencia y juventud: trabajando a veces con mamá y gran parte en el
estudio. Recordé mis épocas de sufrimiento al ver a mi madre sentirse sola luchando con el día
a día y con la vida que era dura. Pero también recordé épocas sagradas del gran amor de
nuestra adolescencia, nuestro primer beso y los afanes que teníamos que hacer para
conquistar a nuestros más ilusos sentimientos.
Asimismo, recordé mi juventud y adultez: allí pude ver lo tan pequeña que es la vida, la
fugacidad de esta. Que tengo que ser útil a la sociedad, que tengo que amar a mi prójimo y
darme íntegramente por mi familia y por mi institución educativa, que tengo que ser un
docente a carta cabal por el estudiantado, que tengo que ser cabeza y no cola, que tengo que
trascender…

COMO GESTIONÉ LAS SITUACIONES QUE ME OCURRIERON EN MI HISTORIAL PERSONAL.

Frente a las circunstancias adversas suscitadas en mi vida pasada pude superarlas gracias a la
ayuda de mi madre, quien, con cada uno de sus consejos y la entereza brindados, todos los
días, me ayudaron a ser un hombre correcto, de bien para la sociedad. Asimismo, Dios, a quien
tuve la dicha de encontrarlo en mi camino, y quien gracias a su encomiable ayuda permitió que
mi padre saliera rotundamente del alcohol, incluso sus enseñanzas me sirvieron para ser un
mejor padre para mis hijos, el especial esposo para mi compañera de vida y el mejor ser
humano para la sociedad.

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