La disposición final es la última etapa en el manejo de RSU(Residuos Sólidos
Urbanos) y comprende al conjunto de operaciones destinadas a lograr el depósito permanente de los residuos sólidos urbanos, producto de las fracciones de rechazo inevitables resultantes de los métodos de valorización adoptados. En México, los sitios de disposición final son rellenos sanitarios, rellenos de tierra controlados, rellenos de tierra no controlados y los tiraderos a cielo abierto. Los rellenos sanitarios se definen como técnicas de ingeniería que procuran el adecuado confinamiento de los residuos sólidos municipales. Comprenden el esparcimiento, acomodo y compactación de los residuos, su cobertura con tierra u otro material inerte (por lo menos una vez al día ), así como el control de gases, lixiviados y proliferación de vectores, todo ello con el fin de evitar la contaminación del ambiente y lograr la protección de la salud de la población. El sitio en el que se pretenda establecer un relleno sanitario debe cumplir con determinadas características geológicas, edafológicas e hidrológicas, entre otras. Éstas tendrán carácter obligatorio para la selección de zonas de disposición final del RSM, con la ratificación de la Norma Oficial Mexicana NOM-083-ECOL-1996, que establece las condiciones que deben reunir los sitios destinados a la disposición final de los residuos sólidos municipales. Las condiciones mínimas que debe cumplir un sitio de disposición final de residuos sólidos municipales son las siguientes: - Restricción por afectación a obras civiles o áreas naturales protegidas. - El sitio de disposición final de residuos sólidos municipales no debe ubicarse en zonas de pantanos, marismas y similares, así como tampoco sobre o cerca de fallas geológicas o taludes inestables. - Se debe garantizar que no exista conexión con los acuíferos de forma natural y que por las características de infiltración del terreno, un líquido vertido en la superficie tarde más de 100 años en llegar al manto freático. - En caso de que no se cumpla alguna condición, con la consecuente amenaza de contaminación a cuerpos de agua superficiales y subterráneos, se debe recurrir a soluciones mediante obras de ingeniería. Otros sitios destinados para la disposición final de residuos sólidos municipales son los rellenos de tierra controlados, los cuales cuentan parcialmente con inspección, vigilancia y aplicación de las medidas necesarias para el cumplimiento de las disposiciones establecidas. Los rellenos de tierra no controlados son oquedades donde se vierten y mezclados diversos tipos de residuos sólidos municipales sin control o protección al ambiente.Por último, los tiraderos a cielo abierto son aquellos sitios en donde clandestinamente se depositan y acumulan los desechos sólidos municipales sin ningún control técnico. Estos pueden ser lotes baldíos, barrancas, ríos, arroyos, manglares y otros cuerpos de agua, entre otros.
IMPORTANCIA DE LA SEPARACION DE LA BASURA
La clasificación de residuos es una práctica fundamental para la protección del medio ambiente y el fomento de una economía circular. En este sentido, el reciclaje es una herramienta clave para reducir la cantidad de residuos que llegan a los vertederos y para minimizar el impacto ambiental de la producción y el consumo. Para lograr un reciclaje eficiente es necesario separar los residuos en diferentes categorías, como plásticos, papel, vidrio, metales, orgánicos, entre otros. La importancia de la clasificación de residuos para el reciclaje radica en que permite identificar y separar aquellos materiales que son susceptibles de ser reciclados y reutilizados. De esta manera, se pueden reducir los costos de producción y minimizar la cantidad de residuos que se generan. Además, el reciclaje contribuye a la conservación de los recursos naturales y a la reducción de la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero. En este contexto, los contenedores de residuos plásticos juegan un papel importante en la higiene y la clasificación de residuos. Estos contenedores permiten separar los residuos plásticos de otros materiales y evitar la mezcla con residuos orgánicos o inorgánicos que pueden afectar su calidad y su capacidad de ser reciclados. Además, los contenedores de residuos plásticos son resistentes y fáciles de limpiar, lo que garantiza una gestión adecuada de los residuos y previene la propagación de enfermedades IMPACTO DEL PLASTICO EN EL MEDIO AMBIENTE. El plástico ha sido uno de los mayores inventos que ha evolucionado la industrialización, así como también es una de los mayores contaminantes que contribuyen al cambio climático. No importa donde te encuentres, de seguro si ves a tu alrededor podrás comenzar a contar con cuantas cosas de plástico te rodeas; envases de comida, electrodomésticos, accesorios, incluso en nuestra ropa, pues este material ha sido uno de los pilares principales de la economía y de nuestras vidas, es imposible deshacerse de él. Sin embargo, a pesar de ser un un material resistente, que puede durar cientos de años, se sigue produciendo de forma masiva, en lugar de ocuparlo en su uso completo. La producción global del plástico ha crecido de 2 millones de toneladas métricas ™ en 1950 a 380 millones tn en 2015. Tan solo a finales de ese año ya se habían producido alrededor de 8,300 millones tn de plástico virgen, de los cuales dos tercios aún permanecen en nuestro medio ambiente. ¿De dónde viene el plástico? Los plásticos se conforman de polímeros orgánicos sintéticos derivados principalmente de los combustibles fósiles. En términos simples, es un material que no suele descomponerse fácilmente, mucho menos de forma natural, por lo que llega a ser convenientemente resistente y adaptable para muchos usos que podamos necesitar. Sin embargo, también suele acumularse cuando no es desechado de forma correcta, tapando vías fluviales, invadiendo suelos agrícolas, ríos y finalmente, una gran porción llega al océano, permaneciendo durante décadas y disolviéndose entre los ecosistemas. Esta reciente crisis de plástico ha preocupado a científicos y expertos ambientales que aseguran que la expansión del plástico en los ecosistemas afectan directamente tanto a la salud humana como ambiental, así como los suministros de agua y alimentos. Las emisiones de gases de efecto invernadero también se deben en gran parte a la producción de plástico y su ciclo de vida en el medio ambiente, lo cual es un obstáculo para cumplir con los objetivos climáticos propuestos en el Acuerdo de París para detener la crisis climática a tiempo. Según un reporte del Centro Internacional de Ley Medioambiental (Ciel), la incineración del plástico como método de eliminación de desechos solo agregará más de 850 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero en la atmósfera, equivalente a lo que emitirían 500 centrales eléctricas de carbón de megavatios. ¿Cómo combatir un problema tan complejo? La gestión de residuos también ha sido malinterpretada en el proceso de reducir la contaminación por plástico en el planeta. Normalmente solemos desecharlo, reciclarlo o incinerarlo; no importa cuál sea, todas producen emisiones de gases de efecto invernadero de todas formas. Esto no quiere decir que el reciclaje no sea algo positivo como nos han enseñado, simplemente mantiene un perfil moderado de emisiones, ayudando a reducir la producción de nuevo plástico virgen en el mercado. Pero hay formas más eficientes de combatir el plástico antes del reciclaje, es por eso que es importante conocer e investigar sobre el sistema de las 5 R’s: rechazar, reducir, reutilizar, redefinir y finalmente, reciclar; para una gestión de residuos más sostenible y en el camino, detener la contaminación por plástico. Existen muchas acciones que se pueden realizar para frenar esta ola de contaminación en crecimiento, sin embargo, la brecha de tiempo cada vez se vuelve más corta y las medidas deben ser más ambiciosas. El reporte de Ciel considera una serie de acciones de alta prioridad que pueden mitigar significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el plástico Prohibir y detener la producción del plástico de un solo uso o como también lo conocemos: plástico desechable, es una meta más alcanzable y que puede ser posible con la ayuda de los gobiernos y los objetivos climáticos cercanos, así como fomentar la transición de un estilo de vida sin residuos (zero waste) a las comunidades y ciudades.