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Alumna:Liliana Gpe Hdez Cardenas 1 H t/v

Maestra:Norma Gallegos

Aqui se demuestra que es posible cultivar un huerto ecológico en tu casa, casi sin
importar donde vivas. Tan sólo necesitas sol, agua y, lo más importante, algo de
interés, entusiasmo y amor a la naturaleza. Un tomate criado por ti de forma
artesana y natural (sin pesticidas, ni herbicidas, ni abonos químicos) tiene el
indescriptible y fantástico sabor de la satisfacción personal.

Quizás, uno de los problemas ecológicos más graves es que en el mundo hay mucha
gente que no cultiva NADA de lo que come ni sabe lo que come, por eso pueden
contribuir a combatir la degradación ambiental, promover la restauración ecológica,
reducir el consumo de recursos, mejorar la salud y el estado nutricional de las
personas promoviendo la educación ambiental, y el desarrollo al cultivar o realizar un
huerto en casita.

El plantar un huerto nos ayuda a desarrollar confianza y nos prepara mejor para
atender nuestras propias necesidades. Sabemos que si surgieran problemas,
sabríamos cómo enfrentarlos, porque habremos preservado fruta y plantado un
huerto, árboles frutales. Otra bendición la constituye el saber que también podemos
ayudar a los necesitados.
En general, el tener un huerto familiar ayuda a reducir el costo de vida. Al consumir
las frutas y verduras de nuestro propio huerto, ahorraremos el dinero que
gastaríamos al comprarle a otras personas.
En este contexto, crear un pequeño huerto en casa, en un balcón, terraza o patio, se
convierte en una actividad que puede ser muy satisfactoria y enriquecedora. De
hecho cuanto más urbano es el paisaje que nos rodea más éxito tendrá esta
experiencia que nos permitirá entender mejor la Naturaleza y valorar la contribución
de la agricultura tradicional y ecológica al desarrollo sostenible
• Seguridad de que lo que comemos no lleva ningún plaguicida ni herbicida de
síntesis química, ya que nosotros mismos lo hemos cultivado siguiendo prácticas
ecológicas. Este aspecto debe de ser prioritario en el huerto de casa, ya que el
objetivo no es obtener una gran producción, sino producir alimentos saludables,
ricos y desarrollando una actividad de ocio sostenible.
• Nos motiva a preocuparnos por la calidad de los alimentos que compramos,
valorando su origen, los procesos de producción y distribución y valorando
cuestiones fundamentales como la seguridad y la soberanía alimentaria
• Aumenta nuestra sensibilidad hacia la sostenibilidad. El contacto con la
Naturaleza a través de nuestro huerto probablemente nos motivará a llevar una
vida más sostenible, en cuestiones como el consumo, el ahorro energético etc.
• El huerto resulta una actividad muy divertida, relajante y que disminuye el
estrés. El tiempo que dedicamos cada día a nuestras plantas nos ayuda a
desconectar del ritmo trepidante de la ciudad.

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