Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Había una vez, una iglesia en las afueras de mi pueblo llamado plato
del miedo. Hasta que apareció un señor llamado Juaco que no creía
Fin...
FABULA
Felix, queriendo ayudar a su amigo, le dijo: "Oliver, he oído decir que 'un clavo
saca otro clavo'. Vamos a encontrar a alguien que pueda sacar esa espina de tu
pata." Juntos, buscaron al erizo, conocido por su habilidad para sacar espinas.
El erizo llegó y con cuidado, sacó la espina de la pata de Oliver. Pero, cuando
Felix esperaba agradecimientos, el erizo se lastimó una pata con la espina.
Ahora, el erizo necesitaba ayuda. Oliver, agradecido por la ayuda de Felix,
sugirió buscar al búho carpintero, que podría arreglar la pata del erizo.
Así, la cadena de ayuda continuó, con cada uno ayudando al siguiente. Al final,
todos en el bosque aprendieron que la verdadera amistad y la ayuda mutua son
como "un clavo que saca otro clavo", y juntos, pueden superar cualquier desafío
que se les presente.
MITO
Hace mucho tiempo, en un mundo donde todo era perfecto y las personas vivían
en completa armonía, existía un ser supremo llamado Anar, el dios de la Unión.
Anar creó a los seres humanos con la intención de que siempre estuvieran juntos
y compartieran sus alegrías y penas.
Sin embargo, con el tiempo, los humanos comenzaron a pelear entre ellos, a
buscar su propio beneficio y a alejarse de los demás. Anar, entristecido por la
división que había surgido, decidió tomar una medida drástica. Creó a un ser
llamado "Soledad" y la envió al mundo.
Soledad era una criatura solitaria que se apoderaba de las almas de las personas,
separándolas de sus seres queridos y llevándolas a lugares desolados. Las
personas, al sentir la soledad, anhelaban la compañía de otros seres humanos.
Comenzaron a buscar la unión y a valorar la importancia de la compañía de sus
semejantes.
Hace muchos años, en una antigua casa abandonada, dos amantes, Isabel y
Ricardo, vivieron una historia trágica que perdura como una leyenda.
Desde entonces, los aldeanos cuentan que dos figuras espectrales, vestidas con
ropas antiguas, deambulan juntas por la casa. Se les ve a menudo mirando por
las ventanas y susurran su amor eterno. Dicen que si te aventuras en la casa en
una noche oscura, puedes sentir su amor aún palpitar en el aire, una historia de
amor que nunca conoció la paz en vida, pero que persiste en la eternidad.