Está en la página 1de 2

El artículo habla sobre cómo la distribución de las plantas en la tierra depende de factores

bióticos y abióticos, y cómo las plantas están sometidas a situaciones ambientales cambiantes
que influyen en su desarrollo y productividad. El estrés ambiental, como la sequía y la salinidad
en el suelo, limita la productividad de los cultivos en todo el mundo. El artículo también
destaca la importancia del agua en las plantas y cómo interviene en la regulación de los
procesos biológicos. El objetivo del artículo es revisar los hallazgos más recientes sobre el
proceso de osmorregulación en plantas cultivadas expuestas a estrés por déficit hídrico y por
salinidad en el suelo.

La importancia del agua en las plantas radica en que interviene en la regulación de los
procesos biológicos y es crucial para los procesos fisiológicos. El agua es el componente
predominante de los organismos, comprendiendo el 80% a 90% de la biomasa de tejidos
vegetales. Actúa como solvente universal, disolviendo gran cantidad de iones y metabolitos
orgánicos polares, y transporta carbohidratos, nutrientes y fitohormonas indispensables
para el metabolismo vegetal. El uso eficiente de agua por las plantas terrestres favorece el
balance energético de la hoja, enfría las superficies foliares y favorece el transporte de
nutrientes inorgánicos procedentes del suelo y el transporte de solutos orgánicos,
aminoácidos y fitohormonas desde la raíz a los órganos en transpiración.

El potencial hídrico es un concepto clave en la descripción del estado del agua en suelos,
plantas y atmósfera. Se compone de varios componentes, como el potencial osmótico, el
potencial mátrico, el potencial de presión y el potencial gravitacional. La ósmosis es un proceso
central en todos los seres vivos que transporta el agua por el simplasto de las plantas para
mantener su contenido a nivel celular. Las diferencias en el potencial hídrico permiten el
transporte de agua y otras sustancias entre células, tejidos y órganos a favor de gradientes de
potencial hídrico, lo que permite mantener la homeostasis celular.

El transporte de agua en las plantas ocurre a través de tres rutas: el apoplasto, el simplasto y la
ruta transcelular. La endodermis es un tejido impermeable al agua en las raíces de la mayoría
de las angiospermas, mientras que el córtex es permeable. Las plantas tienen mecanismos de
osmorregulación para adaptarse a condiciones de estrés hídrico, como la deshidratación y la
alta salinidad. El ajuste osmótico y la osmorregulación son procesos importantes para
mantener el contenido de agua en la célula y la actividad celular. La alta concentración de
solutos y la acumulación de iones inorgánicos pueden afectar la actividad enzimática y el
metabolismo de la planta.

Las acuaporinas son canales que transportan agua en las células vegetales y juegan un papel
importante en el mantenimiento de la homeostasis celular durante el estrés hídrico y salino.
Las AQP se clasifican en cuatro superfamilias según su secuencia proteínica y ubicación en la
membrana celular. La mayoría de las AQP son tetraméricas y su permeabilidad al agua es alta.
La fosforilación dependiente de Ca2+ estimula su actividad. Las AQP PIP y TIP regulan el
transporte de agua en el tonoplasto y la membrana plasmática, respectivamente. Las AQP se
expresan preferentemente en la elongación celular y las células que rodean los vasos de xilema
pueden representar puntos críticos en los que puede ejercerse un control eficiente del
suministro de agua.

El ajuste osmótico en las plantas se logra mediante la acumulación de solutos orgánicos en el


citoplasma y la vacuola en situaciones de estrés por salinidad en el suelo. Los solutos
compatibles son metabolitos hidrofílicos que incluyen azúcares, aminoácidos, glicerol, manitol
y otros metabolitos de bajo peso molecular. Los solutos compatibles no interfieren con el
metabolismo normal de las células y están involucrados en la estabilidad de proteínas y
estructuras celulares. Los azúcares interactúan con las cabezas polares de los fosfolípidos para
prevenir la fusión de la membrana. Los aminoácidos, como la prolina y la betaína, actúan como
osmolitos en la regulación del transporte de iones y en la detoxificación de metales pesados, y
tienen efecto en la síntesis y la actividad enzimática. La acumulación de prolina aumenta en las
plantas sometidas a estrés salino, especialmente en raíces y vainas foliares.

La salinidad del suelo puede afectar la productividad de los cultivos y limitar la capacidad de las
plantas para absorber agua, lo que reduce el crecimiento. Las plantas pueden ser clasificadas
en halófitas, que requieren o toleran altas concentraciones de sales, y glicófitas, que no
toleran la presencia excesiva de sales. La toxicidad debida a la excesiva absorción de cloro y
sodio produce clorosis marginal de la hoja, lo que determina reducciones en la fotosíntesis
neta. El desbalance nutricional afecta la absorción y el transporte de otros nutrientes,
influyendo sobre la disponibilidad de Zn, Fe, P, Ca, K, Mg, Mn y Cu, entre otros. El estrés
osmótico reduce los rendimientos de los cultivos y puede provocar el cierre estomático y el
ajuste osmótico en las plantas.

También podría gustarte