Había una vez un niño de 8 años llamado Manuel, tenia su cabello de
color castaño igual que su padre Juan, y los ojos azules como su madre. Un día Manuel jugaba cerca del bosque con su pelota, cuando Manuel En una oportunidad el pateo tan fuerte que la pelota se fue directo al bosque, Manuel corrió y corrió tras su pelota sin darse cuenta que se había perdido, mientras recoge su pelota muy asustado hasta que aparece una anciana y le pregunta a Manuel Anciana: ¿Qué haces aquí niño? Manuel: se queda callado sin responder, la anciana vuelve a preguntar Anciana: niño que haces aquí Manuel: Hola Sra., no hablo con extraños contesto Manuel La anciana insiste en hacerle la misma pregunta por 3ra ves Manuel le dice está bien le voy a contestar a pesar que mi mama me prohíbe hablar con extraños. Mi pelota se fue al bosque y Sali corriendo tras ella Pero ahora nace como regresar a mi hogar. Ho! Pobre niño te ayudare dijo la anciana, pero antes acompáñame a mi casa tengo muchos dulces para regalarte, confía en mi dijo la anciana amablemente. Manuel se dirigió a la casa de la anciana sin darse cuenta que la anciana es una malvada bruja que lo único que quería es comerse a Manuel para volver a ser joven otra aves. Cuando la anciana le entrego los dulces a Manuel este se da cuenta de que la anciana tramaba algo al observar un libro de hechizos donde salía el encantamiento de la juventud, Manuel se asusto y solo pensaba como escapar de ese lugar y se le ocurrió una idea después de comerse todos los dulces Manuel le pide a la anciana ir al baño y fue ahí que estando adentro del baño se le ocurre escapar por la ventana y salir corriendo, cuando la anciana se da cuenta que Manuel no esta se enfada tanto que salió gritando y persiguiendo a Manuel pero Manuel era muy rápido y sin darse cuenta salió del bosque y se encontró con sus madres que muy preocupados lo estaban buscando. La anciana se da cuenta y aleja rápidamente del lugar por miedo que la pillaran. Manuel le cuenta todo lo que paso a sus padres y a sus amigos aprendiendo que no debe alejarse de su hogar sin permiso y no hablar ni aceptar dulces o regalos de extraños. Fin.