Está en la página 1de 8

Universidad de Congreso

Facultad de Ciencias de la Salud


Departamento de Psicología
Cátedra: Psicopatología I
2021

Trabajo Práctico N° 4
“Yo nena, yo princesa”

Prof. Titular: Lic. Claudio Javier Pilot


Prof. JTP: Lic. Jésica Marcela Guiñazú

Alumnos: Bahamonde, Camila Isabella


Guirao, Gabriela
Vilches, Julieta
Turno: tarde
La tristeza de Manuel
Esta es la historia de Luana.
Luana nació en el 2007, siendo biológicamente Manuel, melliza de su hermano Elías.
Gabriela, su madre, narra el nacimiento como complicado, siendo este de 35 semanas de
gestación.
- Siendo muy pequeñx Manuel manifestaba problemas para dormir y lloraba mucho,
como si quisiera decir algo.
- Ambos hermanxs fueron creciendo a la par, teniendo cada vez más acentuadas las
diferentes personalidades.
- Todo era por igual, la ropa, los juguetes, las cunas celestes.
- Al año de ambxs, Gabriela nota que Manuel (Luana), lloraba mucho y cuando se
trataba de jugar le disgustaba si era a lo bruto, por lo que el padre se enojaba y
desistía de los juegos con él.
- A sus dos años, la madre le compra películas de Disney para que viera con su
hermano. La que más le gustó fue “La bella y la bestia”, en el juego Manuel repetía
los movimientos de Bella y trataba de cantar y decir los diálogos de la princesa.
- Manuel comienza a jugar con la ropa de su madre, disfrazándose, su madre narra
que una vez puesta la ropa ya no se la quería sacar más. Si Manuel era la Bella,
su hermano era la Bestia, y así con cada película de princesas.
- Pasaba mucho tiempo revolviendo el placar de su madre hasta que encontraba
una remera que le gustará y le pedía a su madre que se la pusiera. Luego empezó
a guardarlas debajo de su almohada, en sus cajones y debajo de la cama. Cuando
su madre le decía que no agarrara mas su ropa, Manuel lloraba, en palabras de su
madre: “noté que no era un llanto de capricho, llorabas con un sufrimiento
profundo, de dolor”.
- Su hermano jugaba con autitos y trenes, mientras que él solo aceptaba peluches.
- Cuando se le era negado jugar con la ropa de su madre, y lloraba mucho por no
poder hacerlo, a la noche se despertaba angustiadx, no tenía paz, su madre no
lograba entenderlx.
- Se le comenzó a caer el pelo a mechones, tenía aureolas en la cabeza, su madre
lx lleva a un dermatólogo para que lx revise. Se le caía el cabello por su estado de
ánimo y el especialista se sorprendió porque era muy pequeñx para que le suceda
eso.
- A sus 20 meses, Manuel (Luana), comenzó a hablar, entonces pudo decir: “Yo
nena, yo princesa”. Ya no era un juego ni con lo que jugaba, era lo que decidía ser.
Lo único que le calmaba era que su madre le dejará jugar con su remera puesta. Y
repetía todo el tiempo: “Yo nena”. A lo que los padres le respondían: “No sos una
nena, sos un nene”. Contrariarle era peor.
- El pediatra sostenía que lo que le pasaba a Manuel, es que pasaba poco tiempo
con el papá, pero su madre le insistía que ambos pasaban el mismo tiempo con él.
- 2010, tenía tres años y estaba cada vez peor, se golpeaba contra la pared, se
tiraba del pelo, se mordía.
- Gabriela decide ir a un psicólogo a quien le manifiesta que su hijx de tres años le
dice ser una nena. La licenciada a la que concurrió decidió que lo mejor era
aplicarle un método correctivo para afirmar su “masculinidad”. Esta profesional
decía que ellos como padres no eran firmes con Manuel, que era un nene y que
debían recordárselo reiteradamente.
- Aquí comienza una etapa en la que se le comenzó a negar rotundamente la
posibilidad de jugar y ser lo que tanto Manuel (Luana) venía manifestando, su
madre ya no le dejó jugar con la ropa de ella, Gabriela manifiesta sentir que no le
sacaba la ropa sino que le quitaba la piel. Se cerró con llave el acceso a la pieza
de los padres para que no pudiese agarrar la ropa de su madre, y Manuel cada
vez manifestaba más angustia y más dolor. Solía quedarse dormidx en la puerta
de sus padres, aún dormidx seguía sollozando.
- Manuel (Luana), sumó a todo esto su deseo de tener el pelo largo. La respuesta
de la psicóloga seguía siendo la misma: “Sigan así, no importa que llore, es un
nene”. Su padre llego a romper la fibra rosa con la que jugaba. Comenzó a tener
miedo a su padre, comienza una etapa en la que se empezó a esconder de todos.
- Manuel empieza a utilizar un mecanismo de defensa en el que si bien él jugaba
como nena, en palabras de su madre, cuando le preguntaban decía que él era un
nene. Comienzan los juegos encerradx en el baño para que nadie lo moleste y así
encontrar tranquilidad.
- Sigue el sufrimiento de Manuel (Luana). El método correctivo le generaba más
infelicidad, no lo dejabx ser. Siguen las pesadillas, y los gritos nocturnos.
- Una persona de la familia, su tía Silvia, hermana mayor de Gabriela; fue la única
persona que no se sumó a seguir lo sugerido por la psicóloga. Manuel, esperaba
con ansias a su tía, quien sí lo veía tal cual era. Cada fin de semana lo visitaba.
- Un domingo llama la tía Silvia, y le dice a Gabriela: “Pone NatGeo que están
dando un documental, míralo”. Era un documental de una nena transgénero de los
Estados Unidos…Gabriela fue la primera vez que escucho esa palabra. Luego de
eso el padre manifiesta: “No le cortes el pelo nunca más”
- Gabriela decide ir nuevamente a la psicóloga y decirle lo que había descubierto,
pero la profesional insiste en sus técnicas arcaicas y correctivas. Decide no llevar
más a ese sitio a su hijx.
- Cuando comenzó el jardín de infantes, lloraba por no tener el pelo largo, así que
su padre decidió comprarle una peluca de cotillón, empieza un período en el que
su padre se encuentra ambivalente, lx acepta pero a la vez hay días en los que se
le dificulta mirarlx.
- Gabriela decide llevarlo a otro psicólogo, a donde Manuel llevaba en una bolsa: la
peluca y su disfraz. Esto duró tres meses. La profesional decide que lo mejor es
derivarlx a otro especialista que entienda por lo que estaba atravesando Manuel
(Luana). Esta psicóloga tenía cierta idea de lo que estaba atravesando pero no
asumió que ella no era especialista en esto, y tuvo la grandeza de derivarlx.
- En su cumpleaños número cuatro, se lo festejaron en el jardín, su hermano tuvo
una torta verde, mientras él una anaranjada, los adornos eran ranas, eso fue lo
único que aceptó sin ganas ni alegría. Los regalos eran todos estereotipados,
ninguno era lo que esperaba. Su tía Silvia fue la única que le regaló plata, no se
animó a traerle nada que le hiciera sentir mal.
- 31 de Julio de 2011 mientras Gabriela cocinaba, Manuel se apareció delante de
ella y le dijo: “Me llamo Luana y si no me decís así, no te voy a hacer caso”.
Luana tenía cuatro años recién cumplidos y eligió su nombre, y se animó a decírselo a
su madre.

- A raíz de que Luana lloró en el jardín, Gabriela habló con su padre, y este habló
con Luana. Por primera vez, y con mucho valor le dijo a su papá que quería una
muñeca porque era una nena y se llamaba Luana. Para su padre fue chocante y
no entendía que Manuel quisiera ser Luana.
- La estadía de Luana en el jardín se hizo cada vez más complicada, ya nunca se
callaba sobre lo que quería o sentía y hasta llegó a lastimarse sola.
- 30 de octubre de 2010, el día de la comunión del primo de los mellizos, Gabriela
fue sin su marido, lo cual dificultaba el poder controlarlos a ambos. Antes de ir a la
iglesia Luana ya había tenido una crisis de llanto nuevamente, durante el viaje y al
llegar al lugar también lloraba, lloró hasta que se quedó dormida.
- Casi llegaba el Día del Niño, y no sabían qué regalarle a Luana, pero su padre
tomó la iniciativa de comprarle una muñeca, a pesar de que estaba enojado y
confundido con toda la situación que estaban atravesando, luchaba consigo
mismo. Luana fue feliz con ese regalo, era lo que quería y lo que necesitaba.
También le permitieron a su tía Silvia hacerle un regalo que sea de su gusto, le regaló
una valijita de lápices de princesas y un vestido nuevo.
- Agosto de 2011, seguían sin tener a quien recurrir ni un lugar al cual llevar a Luana
y que le sea de ayuda para entender todo lo que ocurría. Con ayuda de su familia,
Gabriela pudo contactar a dos profesionales especialistas.
Ya en el lugar, la licenciada Valeria Pavan escuchó su historia y les confirmó a Gabriela
y su marido que Luana era una nena transexual. Le explicó qué significaba y cómo iban a
afrontar la situación desde ahora, decidieron además no cobrarles nada por ayudarlos.
- El día que Luana conoció a la licenciada Valeria salió muy contento del consultorio,
estaba muy a gusto con ella, por primera vez encontraban un especialista acorde a
la situación. Valeria la trataba como ella quería ser tratada y vista, como una niña.
Se entendían muy bien, se llevaban excelente.
- Todo estaba más tranquilo en casa, pero en el jardín Luana debía seguir siendo
Manuel. Además debían atravesar muchas situaciones en las que, cuando
Gabriela quería comprarle algo que fuera de su gusto, los vendedores actuaban
con mucho prejuicio, apelando a que ciertos juguetes o productos eran para nenas
y no para un nene como él. No sabían que realmente Manuel se sentía Luana.
Gabriela la apoyó mucho y llegó a casi discutir con vendedores cuando se
negaban a venderle algo de nena.
- Siempre que cruzaban la calle para ir a la casa de su abuela, Luana llevaba su
vestido y su peluca en una bolsita, hasta que Gabriela se cansó de que su hija
tuviera que ocultar quien realmente era, y le dijo que no importaba que saliera en
vestido, que no tuviera vergüenza y que ella siempre estaría ahí para apoyarla.

Dejarla ser
- Desde su primer añito, cuando su papá le enseñaba a lavarse el pitito, el renegaba
de este, decía que no tenía pene, evitaba el orinar para no tener que verse, esto le
trajo problemas de que se hacía encima por no ir al baño
- Comenzó con la curiosidad así que le preguntaba a su mamá ¿qué es lo que ella
tenía si no era un pene? A lo que su mamá le respondía que una vagina, Manuel
(Luana) iba al jardín y hablaba con sus compañeras y se ponía mal al darse
cuenta que todas eran iguales menos ella, Gabriela por mientras estaba
preocupada que esta situación le trajera problemas con las mamás de sus
compañeras.
- Después de un tiempo comenzó a decir que su pene era nena y que así estaba
contenta por lo que la mamá tenía que hablarle cada día para decirle que su pene
era para orinar y tenía que usarlo, también oculto en su casa las tijeras y objetos
cortantes para evitar que se lastimara, a este punto ya estaba bastante
desesperada sin saber qué hacer, cada vez que ella conocía nuevos detalles sobre
ser niña se deprimía más.
- Por las noches Manuel (Luana) se vestía con su disfraz de princesa, Gabriela lo
encontraba a la madrugada cambiándose para dormir tranquilo o por la mañana
dormido con su vestido, al poco tiempo su mamá le enseño a hacer pis sentada
para no ver su pene y empezó a querer que le comprara una bombacha en lugar
de calzoncillos.
- Gabriela llevó a Luana un día a la tarde para comprarle varios conjuntos de
bombachas y además de ropa de niña, cuando una vendedora trato de
convencerla a toda costa que ella debía usar ropa de hombrecito no vestidos,
cuando su mamá se enojó solo le probó el vestido y se fueron con la vendedora
mirándola como si estuviera loca (según Gabriela).
- Valeria la hacía sentir cómoda y después de visitarla quería salir a la calle con su
vestido hasta su casa a lo que Gabriela accedió, los vecinos la miraban raro y le
preguntaban si lo llevaban a una fiesta de disfraces o porque de la nada vestía a
uno de los mellizos de niña, su padre se molestaba por esto y no quería meterse
en nada de esa situación.
- Gabriela habló con dos madres de sus amiguitos para que entendieran la
situación, una de las mamás, Carolina entendió todo y los apoyo
incondicionalmente, le regaló además una muñeca de trapo que Luana amaba y
su hijo seguía jugando con Luana como si nada, pero la mamá del otro niño le
decía que lo que tenía su hijo podía ser contagioso y que lo mejor sería que lo
sacara del jardín y se mudaran al campo, su hijo le hacia bullying en la escuela.
- Después que Carolina y su familia se mudaron, Luana comenzó a llevar su
muñeca favorita a la escuela aunque a la entrada debía dejarla ya que “no se
podía entrar con juguetes al jardín” no le importaba que nadie la viera con su
muñeca ya que ella casi pedía a gritos que la aceptaran.
- Desde Octubre comenzaron a planear un acto en el jardín donde los niños serían
monos y las niñas actuarían como bailarinas, a Gabriela le tocó con dolor romper
las ilusiones a Lana para decirle que debía actuar como un mono y que ella no
podía ser una bailarina como sus compañeras.
- En la modista a la cual habían acudido todas las mamás para que los vestuarios
fueran iguales Lana rompió en llanto y exigía poder usar el traje de bailarina como
las demás nenas, después de hablar con la señorita esta no le dio respuesta
alguna, solo que si lloraba ellos lo contendrían (hablando de el cómo varón).
- Valeria le dio la idea de hacerle hacer un traje como el de las niñas pero ninguna
madre quiso revelarle en verdad como era la ropa ya que ella tenía “dos nenes”, al
final la mamá de Luana la nena con la que se identificaba tanto que quería tener
hasta su nombre, le crearon un tutú de bailarina a su medida como recompensa sí
bailaba en el acto.
- El día de la función Luana, bailó con los demás niños como mono sin llorar y
sonriendo como si nada pero trato de irse lo más rápido posible para llegar a la
casa y ponerse su disfraz de bailarina, esto sirvió para que Gabriela viera cuán
grande era el deseo de Lulú, consiguió entonces un libro llamado “el sueño de la
bailarina” para que pudiera ver que había otras niñas como ellas.
- En noviembre en el jardín la directora, la psicopedagoga y la maestra le pidieron a
Valeria un informe para saber cómo tratar con Lulú el próximo año, la escuela se
mostró mucho más flexible en cambiar formas y maneras que habían estado
instaladas desde hacía mucho en la institución.
- Días después se acercaron a la institución Valeria Pavan y Marcelo Sunthein,
fiscalizador de la comunidad homosexual en Argentina (CHA) para hablar con los
directivos y algunos padres para garantizar los derechos y la salud psíquica de
Luana.
- En septiembre el doctor Adrián Helien, médico psiquiatra del departamento de
transexuales del hospital Durand, aceptó el comenzar a tratarlos a todos como
familia y a aconsejarlos, así su padre poco a poco comenzó a tratar mejor a Lulú y
a comprender mejor a su hija, hasta que salió el tema como su padre lo escondía
ante las personas para que “no la miraran raro” a lo que el psiquiatra le preguntó si
“protegía a su hija o a él mismo” desde ese momento él ya nunca más asistió.
- Su padre desde ese punto comenzó a empeorar a nivel personal, comenzó a
tomar más alcohol y cada vez más seguido, después de eso comenzó a golpearla
con almohadones para descargar su ira y se comenzó a ir de la casa cada vez por
más tiempo hasta que terminó por irse por completo dejándole a Gabriela varias
deudas a su nombre, aun así gracias al apoyo de su familia y de los psiquiatras
ella logró poner la denuncia por abandono y establecer la cuota alimentaria para
ambos.
- En febrero había demasiadas peleas entre ambos hermanos ya que Lulú quería
obligar a su hermanito a que se vistiera de princesa y fuera una niña como ella, a
lo que su hermanito se negaba, no le molestaba el disfrazarse por un rato pero
eventualmente no quería vestirse así todo el tiempo, pintaba con colores claros los
juguetes de su hermano y luego con pinta uñas ya que se sentía sola por lo que
Gabriela le mostró documentales de nenas con pene como ella.
- En febrero se realizó una reunión con los padres de niños de grados más chiquitos
para que se supiera cómo iba a ser el trato con ella de ahora en adelante, esa
reunión transcurrió sin problemas y muchos padres se acercaron a Gabriela para
darle su apoyo pero no se habló con los padres de la salita de 5 (los compañeros
de Lulú) e incluso se le prohibió hablar del tema con las madres a la salida, se lo
silencio.

También podría gustarte